La Tienda y Caléndula (II)

Continuación

Durante el resto de la semana Caléndula lo pasó muy mal, no podía centrarse, le venía muchas imágenes entre ella y Fernando, haciendo cosas inimaginables, al principio era sólo cuando dormía pero luego ya era incluso despierta, necesitaba saber lo que la pasaba, de dónde venía tanto deseo de repente por el dueño de la tienda, añoraba ser tocada por él y seguir sus indicaciones, pero también algo en ella decía que estaba alta de seguir órdenes por qué si, ante esto busca información en Internet, entra en varias páginas web así como foros, allí lee y ve videos, esto le crea más confusión, no sabe cómo plantear lo que le ha dicho, cree que lo mejor es olvidar su encuentro con él en la semana que viene. Al estar todo el día tan excitada le duele los pechos al poner el sujetador, es como si sus pechos necesitaran libertad al igual que su sexo, que no para de manar una sustancia viscosa, le preocupa, nunca había estado en esta situación, y sabe que tiene que estar relacionado con lo que ha vivido el lunes. Sus compañeras notan su cambio, más no le dicen nada, creen que es porque ha encontrado por fin un novio.

Mientras tanto, por otro lado está Fernando, nuestro ángel de la guarda, que está velando por el sueño y la imaginación de Caléndula, sabe que se está informando, pero no de lo básico y vainilla del sexo, sino todo aquello que tiene que ver con el BDSM, la sumisión, es lo que a ella le llama y la llena, y esto no tiene nada que ver con su influencia, él únicamente lo acentúa y precipita hacia su dirección, con ella permanente caliente y sin percatar que lleva unas bolas chinas en su coño. Ahora debe encargarse de sus padres, para ello hace una llamada.

  • ¿Señor Suárez?

  • Sí, soy yo, ¿quién es?

  • Soy Fernando, llamo porque me preocupa su hija

  • ¿Qué pasa?

  • El otro día pasó por mi tienda, entró y se dirigió directamente a una parte de tienda con juguetes sexuales

  • Imposible, mi niña es muy formal, sabe que eso no puede hacer

  • Le envío fotos de cómo estaba allí así como cuando le ofrecí asiento me mostró sus bragas húmedas.

  • Miente usted

  • Escucheme, todo lo que le digo es cierto, y aceptaras mi sujerencia.

  • De acuerdo, mi hija lejos de casa se ha despendolado

  • Sí, me preocupó ver que ella se me ofrecía, dejando su sexo al aire libre, y me hizo tocar su sexo, me propuso jugar con su sexo hasta correrse. A mi no me parece que esa sea una actitud de señorita, es peligroso que vaya por la vida así.

  • Yo no le he enseñado ser así

  • Ya me imagino ¿Le dio una noción mínima de salud sexual?

  • No, no, le dije que eso era sólo para su marido, que allí ella no podía tocar ni hacer nada con su sexo.

  • Allí está el problema, usted la ha reprimido tanto que su cuerpo con los deseos sexuales han explotado de mala manera, hay que reeducarla, yo me comprometo a casarme con ella, ¿por lo que puedo entender sigue siendo virgen no?

  • Sí, si, yo no sabía que eso puede pasar, gracias por ayudarme, ¿cómo ha sabido que ella padece de esto?

  • Ella me contó un poco su vida, y de allí gracias a mi experiencia profesional anterior he unido las cosas. Su hija todavía se la puede encauzar, pero debemos hacer rápido. Si le parece este fin de semana quedamos

  • Creo que es precipitado

  • Como vea, pero le aviso que cuanto más deje pasar peor será para ella. Los síntomas son que ella esté permanentemente excitada, con la humedad escurriendo por el muslo, pezones bien duros, que se notan por debajo de la ropa, seguramente le duela los pechos, o que nada más tocarlos sienta cosquillas, eso depende de la persona, y además está la posibilidad de introducir objetos dentro de su sexo, para no sentirse vacía, como si tuviera un miembro dentro de ella todo rato. Otro signo más es si ella lee o vee pornografia, hoy en día con Internet es muy fácil, y más para una criatura como ella tan vulnerable a los deseos primarios. Si ve esos síntomas no dude en llamarme. O si quiere que esté presente en el día para que evalúe su comportamiento, a veces las mujeres se hacen las muy recatadas pero en el fondo están pensando sólo en su deseo sexual.

  • Mejor venga usted, nos vemos si no le importa el viernes, mi hija me ha engañado hasta ahora, ya sabía yo que al final era una ramera

  • Todavía no lo es, sólo necesita que la eduquen de forma correcta, dependiendo de lo que vea el viernes decidiré la línea de actuación.

  • Muchas gracias por todo.

Con el padre ya en el bolsillo, sólo faltaba la madre, con ella iba a ser muy fácil. Se hizo el encontradizo, pero disfrazado, estaba en una frutería, se pusieron a hablar, al tener ella la guardia baja pudo ver sus deseos y anhelos, veía que al igual que la hija su vida sexual con su marido era casi nulo, y que muchas veces recurría a juguetes o a la propia verdura, pero también que había tenido algún que otro amante, con esta información le bombardeo ideas y fantasias de sumisión, de que ella sí su marido le atendiera no necesitaría recurrir a terceros, y que durante esa semana iba a sentir ese calor por todo su cuerpo, y que sólo se alivia si se introduce en su coño objetos, y un buen objeto puedo ser un pepino hermoso, y que llegado el viernes irá a recoger a su hija al tren.

Con todo eso preparado para el fin de semana Fernando vuelve a centrar su atención en Calendula, que en ese momento está leyendo un relato y frotándose el clitoris, tiene la orden de no introducirse ningún dedo, pero si que se puede tocar los pechos, quiere saber cuál es el más sensible, es el derecho. Está feliz de que su labor haya sido tan fácil, ha resultado ser que madre e hija son sumisas reprimidas.

Por fin llega el viernes, el padre espera junto a Fernando en casa, Fernando le propone colocarse en un lugar muy discreto, donde nadie se dé cuenta de su presencia, mientras la madre espera a su hija, ella mantiene su aspecto formal. Tras los saludos se meten en el coche, su hija empieza a hablar a su madre lo que siente en su cuerpo, y que un amigo suyo le ha dicho que no es malo disfrutar del cuerpo, de hecho que es saludable; su madre acepta sus argumentos, ella sabe que eso no lleva nada malo, pero le advierte que su padre no debe enterarse porque entonces se avecina castigos duros, que debe jugar con su cuerpo pero con discreción. Luego hablan de sus fantasías como dos amigas, esto las calienta aún más, cuando llegan Calendula se apresura a cambiarse de bragas, su madre no la imita porque su marido confía en ella. Al entrar en casa se saludan, pero su padre espantado por lo que le había contado Fernando no le permite ir a su habitación.

  • Muestra tus bragas

  • Sí padre - Calendula se lo baja, y se lo enseña, se ve poca humedad, pero algo se nota

  • ¿Qué cuelga en tu mochila?

  • Nada padre, es una tela sin más, ahora lo guardo - dice apurada Calendula, se percata que ha dejado a medio colgar sus bragas

  • No, lo quiero ver

  • En serio, no es necesario

  • No vuelvo a repetir, dámelo ahora mismo

Ella se lo da lo más doblado, pero él lo desdobla, y muestra que sus bragas están de lo más mojado.

  • Mala pécora, querías engañar a tu padre.

  • Perdón padre

  • Ya me puedes ir explicando por qué no llevas sujetador, pareces una ramera marcando los pechos

  • Es que me duelen los pechos con cualquier roce, creo que me va a venir el periodo, necesito tenerlos sin nada de restricción.

  • Te quiero tumbada encima de la mesa, voy a ver si sigues virgen, que con lo que me has traído de bragas lo dudo mucho.

  • Padre, lo sigo siendo, esto es vergonzoso, no tengo ya 15 años

  • Obedece ya

Ella hace lo que se le ordena, tiene las piernas cerradas, le parece muy humillante, pero su padre le remanga el vestido y le baja las bragas.

  • Eres una guarra, ya tienes de nuevo toda la braga mojada, ábrete de piernas - introduce dos dedos, al ir a buscar la membrana que demuestra su virginidad se encuentra con un cordel, lo estira para sacarlo - pero bueno, esto es peor que lo yo creía. Fernando tenías razón, esta niña necesita una reeducación urgentemente, mira cómo se ha presentado, como una golfa.

En eso que sale de las sombras Fernando, que había observado

  • Pero..., eso no lo tenía allí, me lo tuvo que meter él el lunes - dice mientras se reincorpora.

  • ¿Ya le conocías de antes del lunes?

  • No, la primera vez fue el lunes

  • ¿Y te dejaste tocar por la primera persona que te cruzas? No me lo puedo creer.

  • Perdona que intervenga, pero creo que esto es algo hereditario, he observado la actitud de su esposa, y tiene ciertos síntomas que la delata ir por el mismo camino que su hija.

  • No, no, ella siempre me apoya.

  • Hagamos comparativa de las dos mujeres, pero verás similitudes preocupantes, de tu mujer creo que lo puedes hacer tú sin problema, pero de tu hijae ocupó yo, sino sería algo antinatural.

  • Mujer muestranos tus bragas, dile que se equivoca.

  • Me niego a esto, no voy a prestar a este circo.

  • Obedece, no es nada, y es por el bien de nuestra hija

  • No

  • Mujer, no lo hagas difícil

  • Sr. Suárez, lo mejor es que muestres quién manda aquí, y esto me confirma que su mujer tiene las bragas mojadas también, ante esto lo mejor es que ambas estén desnudas, y así podemos comparar por completo y le muestro parte de la educación.

Sin más palabras ambos señores persiguen a las chicas, Fernando atrapa a Calendula, y el Sr. Suárez a su mujer, ante los forzojeos Fernando propina varios azotes a Calendula, el Sr. Suárez le imita con su mujer, consigue desnudar a ambas mujeres.

  • Amigo, ahora las debemos atar a ambas a cada una de las patas de la mesa, y luego las pier as que se tocan también juntas, así las impedimos que las cierren, lo mismo con las manos, con esto tenemos vía libre.

Lo hacen sin hacer caso de las protestas de las dos mujeres, las tiene que dar varios azotes más para que no protesten.

  • Fernando, pues es verdad, mi mujer también tiene las bragas de una guarra. - dice Sr. Suárez cogiendo las bragas de su mujer.

-, Ese no es el problema, el problema es lo que les empuja a hacer su cuerpo cuando está en este estado, ahora las tenemos algo mansas, por lo que te puedo explicar. Ves que a ambas se les nota cierto brillo en el sexo, pues esto lo vemos ahora porque estamos cerca, pero con la mata de pelo una revisión superficial nos pasaría desapercibido, seguro que más de una vez se te escapó ese brillo en tu hija, una forma de saber es tocarlo, pero lo mejor es que no haya pelo alguno, porque así esa humedad irá directamente a las bragas, de otra forma nos pueden engañar, ahora así desnudas obligadas a estar abiertas nos permite ver cómo esa humedad cae por la mesa, su hija está muy excitada, su mujer también pero algo menos, le cae menos. Mira, los labios los tiene hinchados, su entrada es como si tuviera vida propia se contrae y relaja, la de tu hija es más pequeña, pero la de tu mujer es mucho más grande, no debiera ser así.

  • ¿Por?

  • Segun lo que me has comentado hace años que no hacéis el acto, por lo que su agujero debería ser sólo un poco más grande, pero si lo intentas, verás que puedes meter sin dificultad 4 dedos y si me apura un pepino o zanahoria

  • Pues es verdad, no hay problema, de hecho noto como me aprieta.

  • Pues eso me confirma que su mujer le oculta cosas, al igual que su hija, hay una forma de saber la verdad, luego le muestro. Ahora vea los pechos de las dos mujeres, su mujer tiene los pechos más grandes pero sus pezones no están del todo salido, todavía no ha llegado a la máxima excitación, pero mire a su hija, tiene los pezones apuntando el techo, aquí nos confirma lo visto allí abajo, indica su nivel de excitación. Toque los pechos de las dos mujeres, notará la diferencia de la dureza, así sabrá que si su mujer tiene los pechos como su hija ahora es que tiene muchísima excitación.

  • Jo, pues es verdad. ¿Y ahora qué hay que hacer?

  • Interrogarlas, como dos delincuentes, verás primero voy a hacer con tu hija, ves ese botoncito de arriba, el clitoris, eso si lo tocas y juegas con eso la pondras muy excitada, y te dira lo que quieras. Hay que ir poco a poco, no sólo hay que tocar eso, hay que meter un poco el dedo dentro de la endidura, para que piense que va a hacer el acto, luego con esa humedad frotar sobre el clitoris haciendo círculos o apretando, ves como reacciona con gemidos, pues ahora es turno de las preguntas, hay que hacer movimientos muy suaves para no proporcionar placer, sino más bien que ese placer se convierta en una tortura. ¿Dime, te has tocado durante esta semana?

  • ¿Cuántas veces?

  • No sé

  • ¿Qué hacías?

  • leer o ver videos

  • ¿De qué tipo?

  • Pornograficos

  • Ve Sr. Suárez, allí le ha sacado confesión sin tener que mirar su ordenador, haga usted alguna pregunta.

  • Sí hubiera sabido habría aplicado este método la primera vez que la pille haciendo esas guarradas, pero no me parecía algo que un padre deba hacer.

  • Claro que no, esto lo debe hacer un profesional, más a esas edades, para que no confundan, usted es su padre. Hoy en día la gente tan libertina ve como algo natural y sin importancia que los jóvenes se toquen sin control ni nada, pero hay que poner límites y vigilancia, sino luego puede haber disgustos, antes cuando había alguna muchachita que se desviaba se le mandaba a un internado, donde se les aplicaba una disciplina rigurosa, y estos métodos rara vez se tenía que usar, más que para las rebeldes, con su hija no hemos llegado a tiempo. Ahora debe hacer lo mismo con su mujer, pero con ella es mejor que le estimule los pechos con pellizcos y así y metiendo de vez en cuando varios dedos, y haga las preguntas que creas conveniente.

  • ¿Mujer, te has tocado cuando no estaba yo?

  • Sí mi amor

-¿Por qué?

  • Porque mi cuerpo me pedía apagar el deseo

  • ¿Te has introducido cosas?

-¿Dime la última cosa que te has metido?

  • Un pepino, está en la nevera, sentía que necesitaba ser llenada

  • Fernando, ¿qué hago?

  • En estos casos, es muy fácil, tu mujer ha recurrido a objetos, y seguro que también a personas sustituyendo a ti, ya que no le dabas el acto que tanto anhela, pero eso no es excusa para su comportamiento, a partir de ahora la debes vigilar, dar durante un mes una penitencia, y cada poco hacer el acto sexual de distintas formas, donde ella tendrá que complacer y si lo hace tú también, en caso contrario deberás ponerle este cinturón para impedir cualquier acceso a su sexo o si lo prefieres la atas, eso ya iréis descubriendo.

  • Mujer, ¿Me has sido infiel?

  • Lo siento mi amor, no han significado nada para mí.

  • Fernando, esto me deja sin palabra, y en cuanto a mi hija, ¿qué debería haber hecho? También necesitaba que hiciera el acto con ella

  • No, no, ella debía haber tenido una educación sexual más acorde a su naturaleza, es sumisa, al igual que tú mujer, deben tener siempre a alguien que les haga ver quién manda, y ella eso no ha tenido, ha estado muy suerta, pero conmigo eso se le ha acabado, ahora te muestro, que una vez acabado el interrogatorio, podemos permitir que alcance el orgasmo, mira cómo voy con movimientos más rápido y firmes con los dedos en su sexo, ella tiene el pecho derecho más sensible, este toquiteo le ayudará a llegar antes. Ahora usted con su mujer.

Sr. Suárez se aplica con su mujer que llega al orgasmo a la vez que su hija, ambas están derrotadas, pero saben que la cosaa no ha acabado, oyen que Fernando vuelve a tomar la palabra.

  • Ahora hay que limpiarlas, las dejamos bien secas, quiero ver cómo reaccionan al castigo, esto sí que puede aplicar usted a su hija, primero con las manos, luego con la regla y por último el cinturón, lo mismo que a su esposa.

Se ponen a limpiar a las dos mujeres las dejan bien secas, las desatan, a Calendula la ponen sobre la rodilla de su padre, ella la maldice pero él sin hacer menor caso la empieza a azotar, no son suaves, al de un rato ella siente la incomodidad de los azotes, mueve las piernas, desde atrás Fernando ve que inevitablemente vuelve a mojarse Calendula, hace gesto de parar al padre, que la incorpora.

  • Creo que la muchacha además de sumisa es masoquista, ¿ves que tiene cierta humedad?

  • No veo nada

  • Cierto, esto de los pelos hay que quitar, introduce los dedos entre los pliegues de su sexo, y verás que por donde la hemos secado ella vuelve a tener húmedo.

  • Pues si, mala pecora, me querías engañar, a partir de ahora no quiero ver ningún sólo pelo allí, ahora vas a probar la regla, colócate en la mesa.

Calendula le obedece, nada puede hacer, aunque en su fuero interno grita por rebelarse, pero ante esos dos hombres es imposible, y aguanta estoicamente los reglazos.

  • Ahora lo mejor es que abra las piernas, así podrás ver desde atrás si sigue mojandose, y verás que es así, y con el cinturón podrás castigar también un poco su sexo, han actuado según el dictado de su sexo en vez del codigo de señoritas, de mujeres del bien, que es obedecer al marido y al padre, y únicamente pueden jugar con el cuerpo en presencia y consentimiento de estos. Pero en vez de eso han preferido ser unas rameras.

Asi le fue cayendo a Calendula el cinturón en el trasero, y la punta en muchas ocasiones en los labios de su sexo, en una ocasión le dio en su clitoris, provocando que viera estrellas. Luego la lleva a un rincón de la sala.

  • Antes de proceder con tu mujer de la misma forma que con tu hija creo que sería bueno que la vuelvas a inspeccionar su sexo.

Sr. Suárez como buen acolico hace lo que le dice Fernando, pasa sus dedos dentro, lo saca empapados, se lo enseña.

  • Muy mal, pero ahora vas a probar también lo que ha sentido nuestra hija, pero para ti va a ser ración doble por infiel, ahora vamos a volver a secarte.

Lo hace y procede a empezar con los azotes a su mujer, ella aguanta mejor que su hija, pero al igual que su hija al final ante la insistencia de su marido en pegar varias veces seguidos en el el mismo sitio para luego cambiar se empieza a quejar, nunca pensaba que su marido se iba a poner de esta forma, siente de nuevo crecer el fuego, de repente se corre, su marido nota la humedad en su rodilla.

  • Su mujer claramente es masoquista, acaba de alcanzar el placer en medio del dolor, mira cómo te ha dejado el pantalón, y sigue chorreando por su sexo.

  • Pues algo estoy haciendo mal, porque quiero que aprenda la lección no que disfrute

  • Puedes hacer las 2 cosas, esto es muy humillante para ella, supongo que es la primera vez que está desnuda y ser castigada como una niña con azotes, luego deberá tener cuidado con los castigos a aplicar, no puedes dejar que se acostumbre a ningún castigo, no puede perder su efectividad, de hecho lo mejor es usar la creatividad.

Luego continúa con la regla y el cinturón, con el cinturón al igual que con su hija se lo aplica por todo el trasero y de forma especial en su sexo.

  • Esto es sólo una caricia, como me vuelvas a ser una ramera verás lo que es un castigo, ahora vete a la otra esquina, debo hablar con Fernando.

Los dos hombres observan a sus mujeres, que muestran un trasero bien adolorido y rojo, ahora tocaba dejar resuelto otras cosas.

  • Bueno, yo creo que ya he hecho mi labor, a partir del lunes tu hija pasará a mi tutela, y más adelante nos cansaremos, ella la semana que viene tiene que poner en orden las cosas del piso compartido y la universidad, se va a ir conmigo a otra ciudad, donde puedo emplear mejor mis métodos sin injerencia de nadie que nos conozca, la quiero hacer la mejor sumisa. Y ya te aviso que ella la semana que viene se cortará esa mata de pelo, y hasta que se traslade a vivir conmigo deberá llevar este cinturón de castidad, no quiero tentaciones, me fio de que sigue virgen, pero vamos, no lo es porque ya has visto que se ha metido ese juguetito.

  • Ya lo siento, me encargaré de castigar junto a su madre.

  • No hace falta, ya será castigada más adelante. El lunes la quiero en esta dirección, allí la prepararán para su nueva vida, y nos marcharemos el viernes, y luego tardará un tiempo en volver por aquí.

  • Tranquilo, ella obedecerá, y en este fin de semana nos encargaremos de despedirnos, tendrá lo necesario para viajar.

  • Bien, adiós, ahora os dejo tranquilos.

Fernando deja que la familia se acomode a su nueva situación, está seguro que el padre de Calendula va a tener un fin de semana de lo más movido con la madre y mientras tanto Calendula verá todo eso sin poder tocarse, esto la ayudara a superar la prueba del lunes.