La Tienda

...cuando habiendo ya cogido confianza con ellas, acabaron por sonsacarme que aún era virgen a mis 22 años. Las 3 rieron y bromearon sobre el tema durante todo el día y lograron sacarme los colores con sus gestos burlones y bromas pícaras...

La Tienda

Una tienda de telas, ni más ni menos. Menudo aburrimiento. Eso es lo que pensé cuando empecé a trabajar allí. Era mi primer empleo y las expectativas no eran muy buenas, aunque eso cambió cuando empezó mi primer día. Llegué puntual como un reloj y me topé con una preciosa morenita que estaba barriendo la entrada, ataviada con blusa y falda ajustada que le cubría medio muslo. El empleo se había vuelto mucho más atractivo de repente. Era una de las dependientas y futuras compañeras que respondía al nombre de Esmeralda.

Nos presentamos y me invitó a pasar, cuando de golpe y porrazo me encontré con otra sorpresa tan agradable como la primera. Una hermosa rubia estaba doblando unas telas al fondo de la tienda. Se llamaba Mª Ángeles y también llevaba un bonito conjunto de falda y blusa que le sentaba estupendamente. Parece que es uniforme de la tienda, pensé. Nos presentamos y comenzaron a explicarme en que consistiría mi trabajo, cuando apareció por la puerta un tercer ángel llamado Miriam, vistiendo unos ajustados vaqueros que resaltaban su bonita figura y un top que realzaba su pecho.

Parece que iba a tener a 3 preciosas mujeres por compañeras y que además iba a ser el único chico del lugar. Entonces pensé que el trabajo no estaba tan mal a pesar de lo poco que me pagaban. Al fin y al cabo cada día era testigo de un desfile de 3 bellezas que siempre gustaban de vestir atractivas y elegantes. De modo que los siguientes meses los pasé bastante feliz recreándome con largas y bonitas piernas que terminaban en ajustadas falditas, vaqueros apretados que ocultaban tras ellos culitos respingones y algún que otro aventurado escote que me hacía soñar con los tesoros que escondía.

Fue pasando el tiempo y acabé conociendo un poco mejor a mis compañeras. Todas tenían pareja y una estaba incluso casada. Que lástima pensé, pero yo ya estaba contento con poder admirar cada día a estas tres mujeronas, que además con eso de ser el único chico de la tienda, me tenían en palmitas. Sin embargo todo eso cambió al cabo de unos meses, cuando habiendo ya cogido confianza con ellas, acabaron por sonsacarme que aún era virgen a mis 22 años. Las 3 rieron y bromearon sobre el tema durante todo el día y lograron sacarme los colores con sus gestos burlones y bromas pícaras.

Teníamos la costumbre al cerrar la tienda de quedarnos todos hasta hacer la caja para irnos después juntos. Sin embargo ese día, tan sólo una semana después de mi confesión, tanto Mª Ángeles como Miriam tenían bastante prisa así que se fueron antes. Esmeralda y yo nos quedamos solos, mientras ella terminaba de cuadrar la caja. Después de meter todo el dinero en un sobre se fue a guardarlo en la caja fuerte, como siempre hacía. Sin embargo, aquel día, parecía tardar más de lo normal en regresar. Después de unos minutos y extrañado por la tardanza fui a la trastienda a echar un vistazo y allí estaba ella, sentada sobre la mesa de las alfombras y cruzada de piernas. Ese día estaba especialmente guapa. Su minifalda, mas corta de lo habitual, dejaba entrever los muslos de sus piernas e insinuaba una de sus nalgas. Su blusa muy ajustada tenía el primer botón desabrochado y dejaba atisbar el canalillo que se forma entre sus hermosos senos, Así mientras yo me acercaba a ella con cara de circunstancia, ella acariciaba su hermosa melena color azabache y me decía:

  • Así que... nunca has estado con una mujer eh?

  • No - dije yo con el habla entrecortada.

  • Y como es eso posible? Un chico tan guapo y simpático como tú, que aún no haya sentido el calor de una mujer.

  • Pues no se, aún... aún no se han dado las circunstancias supongo - respondí con voz temblorosa y poseído por el pánico.

  • Entiendo... y que circunstancias son esas que estas esperando? - Me dijo mientras una pícara sonrisa se dibujaba en su rostro.

  • Pues... eh...

  • Quizá encontrarte completamente a solas con una compañera en la tienda donde trabajas?

  • Bueno yo... eh... nno.. nno... se que deeecir... - alcancé a decir reuniendo todas mis fuerzas en un intento por contestar

  • No hace falta que digas nada cielo, ven acércate un poco...

Me acerque a ella con paso dubitativo, temblando del miedo, pero también tremendamente excitado por la visión de las increíbles curvas que poseía mi "inocente" compañera y el sonido de su tremendamente sensual voz. Y para echar más leña al fuego, la seguridad, calma y firmeza de la que hacía gala Esmeralda no hacían sino aumentar aún más mi calentura.

-Te masturbas? - me preguntó

  • Sssiii...

  • Claro que sí, apuesto a que lo haces mirando videos porno. Viendo a alguna de esas zorritas que te gustan. Apuesto a que tienes el ordenador atascado con cientos de videos de esas putitas. Me equivoco?

  • Nnoo...

  • Y alguna vez te has masturbado pensando en mi? Pensando en que sentirías al tener tu polla clavada en mi rajita?

  • Algunas veces si...

-Si... Por supuesto que si... he visto como me miras el culo y las tetas. Dime cariño, no tienes ganas de tocar la piel de una mujer? de acariciar con tus manos unos senos duros y turgentes?

  • Yo... ehh... si...

  • Y no te apetece sentir en tus deditos el calor y la humedad de una vagina? y de saborear los flujos que emanan de esa vagina?

  • Sssiii... claaroo...

Nos miramos a los ojos durante unos segundos, y mientras clavaba su lasciva mirada en mí, cambió de posición. Fue moviéndose lentamente hasta que sus hasta entonces cruzadas piernas se abrieron ante mí. Entonces cogio mi mano con delicadeza y la condujo hasta sus braguitas, las cuales pude notar que estaban totalmente empapadas. Sentir aquellos flujos mojando su ropa interior me puso terriblemente caliente y mi erección no tardó en hacerse notar.

  • Mmm, vaya... parece que tu amiguito esta despertando ahí abajo... Quizá esto le ayude... - dijo mientras hacía a un lado sus braguitas e introducía mis dedos en su coñito.

  • Lo sientes? - me dijo al oído - Esto es un chochito bien caliente y hoy, hoy podrás follarlo hasta inundarlo de tu leche. No pienso dejar ni una sola gota de ese elixir en tus huevitos.

Al sentir su coño empapado de jugos y decirme eso al oído, la polla se me puso tan dura que parecía que me iba a estallar. Acto seguido se agachó frente a mí y comenzó a palpar mi bragueta que apenas podía contener mi miembro en plena erección.

  • Vaya, vaya, parece que algo aquí abajo necesita un poco de atención… mmm…

Me desabrochó la bragueta y me bajó los pantalones, dejando así completamente libre mi impaciente polla.

  • Mmm… Javi… tienes una polla muy rica… y aún sin estrenar… eso no puede ser cariño… con esto entre las piernas podrías dar tanto placer… mmm… si… seguro que muchas mujeres disfrutaran de ella en el futuro… pero ahora… ahora tu polla es mía… - me dijo mientas retiraba hacia atrás la piel que cubría mi glande y comenzaba a masturbar el tronco de mi verga.

  • Ven, siéntate aquí. Ese capullito esta suplicando una buena mamada.

Así mientras con la mano me hacia una delicada paja, empezó a besar mi glande. Noté como sus labios se apoderaban de cada centímetro de mi rabo y como su lengua jugueteaba y cubría de saliva toda mi polla, para posteriormente metérsela en la boca y succionarla. Así tras un rato besando, lamiendo y chupando mi polla con la lujuriosa mirada de mi preciosa compañera de trabajo clavada en mis ojos, no pude evitar correrme en su boquita. Ella, lejos de apartarse por mi corrida, retomo la chupada con aún más vehemencia sorbiendo cada chorretón que salía de la punta de mi verga y recibiendo mi esperma en sus labios y lengua.

  • Mmm… delicioso… apuesto a que ni en tus fantasías mas calientes habías soñado con una chupadita tan rica. Me equivoco semental???

  • No… - dije entre jadeos.

  • Uff, mamar esta polla virgen me ha puesto cachonda… vas a tener que devolverme el favor cielo…

Con estas palabras en su boca, mi buena compañera se puso en pie, se despojo de su minifalda y se limpió mi corrida mientras me dijo:

  • Te gustan mis braguitas?

Alcé la mirada y pude contemplar maravillado unas hermosas braguitas tanga en color rojo en las que se dibujaba una extensa marca de humedad a la altura de su rajita. Ella, al ver la parálisis que me invadía acercó sus manos a las mías y las condujo hasta sus braguitas.

  • Quítamelas cariño…

Cuando lo hice me deleite durante unos segundos con la mágica visión de su chochito. Estaba perfectamente rasurado, a excepción de su monte de venus que estaba decorado con una bonita alfombra de vello en forma de triangulito invertido. El vello de su conejito se veía mojado, seguramente por el sudor de su calentura y de su coño rebosaban unas deliciosas gotitas de flujo que estaban apunto de precipitarse al suelo. Se tumbó en las alfombras y abrió sus piernas ante mi atónita mirada, mientras acariciaba los labios y el clítoris de su vagina.

  • Mi amor… te apetece probar mis juguitos?? Mi chochito necesita de tus caricias…

Me arrodille frente a su vagina y comencé a trabajarla lo mejor que pude igual que había visto cientos de veces en las películas porno que usaba para masturbarme. Comencé a besar el interior de sus muslos lentamente y dejar sentir mi aliento en la entrada de su coño, para luego dedicar un poco de atención a su monte de venus y labios externos. Mordisquear y succionar suavemente sus labios la hizo gemir, lo que me hizo saber que mis artes la agradaban, de modo que seguí con mis atenciones y continué besando el exterior de su chochito hasta llegar al capuchón que cubría su clítoris. Allí dediqué algunos besos, antes de lamerlo y succionarlo, para posteriormente acariciarlo y masajearlo con mis dedos. Tras comprobar como se estremecía cuando lo hacía, decidí que era el momento de darle todo el placer del que fuera capaz, tal y como había hecho ella minutos antes con mi polla, al fin y al cabo se lo debía. Así saqué de su escondite el clítoris de mi compañera y lo besé, lamí y succioné, mientras mis dedos se follaban su rajita. Al cabo de unos minutos, ella comenzó a temblar, estremecerse y a intentar cerrar las piernas sobre mi cuello entre gritos y gemidos. Hubo un momento que pensé que me haría daño, ya que no podía controlarse. Sin embargo, aguanté sus convulsiones y seguí dándole todo el placer que podía hasta que finalmente un flujo espeso y blanquecino comenzó a brotar de su interior.

  • Aaaaaahhhh!!!!!!!! Hijo de puta!!!! Me corrooooo!!!!! Aaaaaaaahhhhhhh!!!!!!

Después de su tremenda corrida no dude ni un segundo en saborear ese flujito que me acababa de regalar. Mmm, que rico estaba…

  • Joder… que cabrón… que rico lo chupas… donde has aprendido a hacerlo??? – Dijo con la respiración entrecortada.

  • Viendo pelis porno – conteste.

  • Pajillero hijo de puta, nadie me había echo correr así nunca comiéndome el coño… lo chupas riquísimo… Uff... pero que… pero que tenemos aquí… aún no has tenido bastante que tienes otra vez la polla tiesa???

  • Es que chuparte el coño me ha puesto cachondo otra vez, lo tienes muy rico… y verte correr ese flujo blanco y espeso me ha puesto a cien…

  • Con que te gusta mi coño eh cabrón… y más que te va a gustar… este chochito mojado y empapado de flujos te va a follar ahora mismo. Ahora… te voy a hacer un auténtico hombre… tu virginidad es mía cariño…

Y con esas palabras se subió encima de mí mientras quedaba completamente desnuda y me mostraba por primera vez sus pechos. Aquellos senos firmes, duros y de piel turgente me hipnotizaron. Así, se dispuso a meterse mi polla por el coño.

  • Nnoo… no me pones un condón?

  • No cielo… no voy desperdiciar tu virginidad follándote con goma… Te voy a regalar el privilegio de disfrutar de mi coñito a pelo. No te preocupes, tomo pastillas. Sólo preocúpate de disfrutar tu primer polvito al máximo. De sentir como tu polla recorre mis estrechas cavernas, de inundarte de placer cuando tu glande sea testigo de la suavidad de un chochito joven y quede totalmente cubierto de mis flujos. Sólo preocúpate de follarme – Me dijo al oído. – Acaso no tienes ganas de correrte aquí dentro? De llenarme el coño de leche?

  • Sssiii… claro…

  • Si… cuantas pajas te habrás hecho imaginando que follabas conmigo. Babeando por tocar mi culito y mis tetas, por meterme la polla bien adentro. Pues ahora… ahora no tienes que imaginarlo cariño, sólo tienes que gozarlo…

Y mientras me decía eso se iba introduciendo lentamente mi verga hasta que su sexo se la tragó entera. Ciertamente su chochito estaba muy estrecho, no mentía. Pude notar el calor acogedor de su interior y también como toda su humedad se apoderaba de cada centímetro de piel de mi polla. Comenzamos una suave y agradable penetración cuyo ritmo e intensidad fue acrecentándose a medida que nuestros sexos lo exigían. En un momento, mientras continuábamos los rítmicos y placenteros movimientos de la follada, ella se recostó sobre mí y me regaló un profundo y húmedo beso, mmm… que rico saborear sus labios y su lengua mientras mi polla se derretía en los flujos de su coño… Tras un rato de follada ninguno de los dos podíamos aguantar ni un minuto más.

  • Cabrón hijo de puta!!! No pares cabrón!!! Aaaahhhhh… sigue… aaaaahhh… sigue que me corroooo… joder pajillero! Que polla tienes cabrón… aaaaahhhhh… joder que pollaaa… asii… esta polla la quiero para mi… ahh joder…

  • Esme… aaaahhh… Esme me corroooo… aaaaahhh… joder no me aguanto Esme…

  • Si mi Javi… - dijo intensificando aún más la penetración… dame tu leche virgen… dámela que también me corro… aaaahhh… siii… dámela… Aaaaaahhhhhhh!!!!!!

  • Aaaaaahhhhhh!!!!

Y así nos fundimos en una tremenda corrida los dos. Descargué mi polla en lo más profundo de su vagina mientras ella hacia fuerza para cerrar sus piernas con mi polla dentro. Exhaustos ella se recostó dulcemente sobre mi aún con la polla dentro, y pude notar como los flujos y el semen rebosaban abundantemente.

  • Uffff… joder… menudo polvazo… hacía tiempo que no me corría tan rico… estas echo todo un semental eh…

  • Jejeje…

  • Bienvenido al sexo… te gusto follarte a tu compi de trabajo??? – dijo con sonrisa picara.

  • Si! Estuvo buenísimo – dije con una gran sonrisa después de haberme podido correr en su boca y en su coño.

  • Espera un segundo, aún tengo un regalito más para ti…

Se levantó y se dirigió a una de las estanterías que había frente a nosotros diciendo:

  • Feliz pérdida de virginidad y primer polvito – dijo tirando un beso – Espero que disfrutes mucho meneándotela mientras lo recuerdas.

Se dio la vuelta y tenía en la mano una cámara de video en miniatura.

  • Me he tomado la libertad de grabarlo todo en video. Pensé que te gustaría tener un recuerdo de esto. Así podrás verlo todas las veces que quieras y masturbarte a mi salud cuando eches de menos mi chochito.

  • Joder Esme… yo… no se que…

-Sshhh… calla tonto… toma, llévate también mis braguitas. Quédatelas… como trofeo… están bien empapadas de mi esencia… jijiji… espero que sean las primeras de una amplia colección… - en este momento me puse colorado como un tomate, otra vez… - No te sonrojes semental… te estoy diciendo la verdad. Tienes una polla bonita y rica, perfecta para cualquier coñito que puedas encontrar. Además follas muy bien y con un poco de práctica lo harás aún mejor. Seguro que mi coñito sólo es el primero de muchos que disfrutaras.

  • Gracias – dije aún estupefacto.

  • Ah y otra cosa. Puedes presumir de esto con tus amigotes si quieres, pero no vayas a abrir la bocaza en la tienda eh… y ni una palabra a mi novio o te mato. No te preocupes por él, le quiero mucho pero de vez en cuando me apetece echar una canita al aire. Sé que el hace lo mismo.

  • Claro, no te preocupes, nadie lo sabrá nunca.

  • Buen chico… y el video es para tu uso privado… si sigues las reglas, quizá te de alguna clase más…