La tía favorita, yo Ivonne. 2

Mis sobrinos dicen que soy su tía favorita, me encargaré de serlo!

La tía favorita, yo Ivonne. 2

Gracias por todos sus comentarios, en verdad me da gusto saber de ustedes y que compartan conmigo. Cada vez son más los asiduos lectores que me siguen y eso me da mucho gusto, jiji (a Ivonne tambien, para que lo sepan!). Si se preguntan donde pueden seguirme no olviden twi tter, me pueden buscar como dratentacion. Y por supuesto por correo a dratentacion gmail com, ahí les puedo mandar la info para que no se queden sin el libro digital con historias ineditas. Sin más sigamos con la historia, que giro le dará Ivonne esta vez...

Bajamos al desayunador de lo más normal. Yo estaba muy caliente. Al final cuando terminaron todos, me disponía a recoger la mesa mi marido les dijo a Miguel y Carlos que nos ayudarán con ello, permaneciendo los chicos en la cocina sin mucho enfado ya que al parecer les agrado la idea, Entonces estabamos los 4 levantando todo cuando de improvisto al voltear bruscamente tropecé con Rafa que llevaba un vaso con agua y lo derramo encima de mi pecho, yo grite de primera intención llamando la atención de todos y cual fue mi sorpresa que al voltearme a ver, estaba la blusa completamente translucida dejando pasar todo el dibujo de mi areola y mis pezones los cuales rápidamente habían reaccionado al cambio brusco de temperatura.

De inmediato y de manera instintiva me lleve mis manos al pecho para tratar de cubrirme tratando al mismo tiempo de buscar la cara de mi marido para ver su reacción ante tal accidente. Pero cual fue mi sorpresa que el ya me estaba esperando con una mirada y una mueca de desaprobación por el hecho de estarme cubriendo el cual entendí de inmediato, y con un leve movimiento de su cara me incitó a descubrirme y dejar mis pechos al descubierto. Eso me puso nuevamente dentro del juego en el cual habíamos quedado mi marido y yo, por lo que de inmediato me comporte de una manera normal y seguí recogiendo la cocina solo riendo por el incidente al igual que mi marido.

Mis sobrinos estaban en shock no supieron como reaccionar porque no se atrevían a verme descaradamente por el hecho de estar Rafa presente, pero aun así sus miradas los traicionaban, con eternos segundos fijos en el dibujo de mis senos. Los pobres estaban muy nerviosos, me imagino como se han de haber sentido, calientes y nerviosos! Así terminamos de limpiar y entonces dije...

  • voy a cambiarme chicos gracias por su ayuda, son muy lindos, y cuando me disponía a retirarme exclama mi marido

  • ¡ya sé porque no mejor nos preparamos para darnos un chapuzón en la alberca! ¿Que les parece?

Yo guardé silencio, ellos como que no se emocionaron demasiado, pero tampoco se negaron, solo respondí ahorita vemos eso y me retire.

Yo me sentía que esto se estaba poniendo algo fuerte, sentía que a causa de la excitación que nos causaba algo podría salir mal, pero la verdad es que lo estaba disfrutando horrores! Se me venían a la mente las miradas de mis sobrinos llenas de lujuria y excitación, me hacían sentir la mujer más deseada del mundo. Estaba yo disfrutando de mis pensamientos cuando entra mi esposo a la recámara y me dice que esto del juego esta increíble, que es lo mejor que nos ha pasado en mucho tiempo.

Estaba sintiendo la misma excitación que sentía cuando estaba descubriendo sus primeras aproximaciones con las chicas, que era algo muy difícil de explicar. Me confesó que una de sus fantasías era verme excitar o seducir a otra persona presenciando él los acontecimientos, y que ahora se estaba haciendo realidad. Al enterarme de esto mis preocupaciones se fueron haciendo minúsculas y me sentía mucho mas segura y dispuesta a continuar con el plan.

Mi marido me dijo que lo de la alberca era muy buena idea, que podría tener muchas situaciones potenciales además de que era hora de ver que tan osados eran los chicos y hasta donde estaban dispuestos a llegar; me dijo...

- creo que lo más conveniente es que yo no este presente en el patio ya que note como que yo los inhibo.

Le dije que estar sola no me hacía sentir muy cómoda, me pidió que no me preocupara ya que el iba estar viendo todo desde dentro de la casa por medio del ventanal que esta en la sala mientras fingía que trabajaba en la laptop. Además de que como el vidrio era ahumado no se apreciaba tan claramente el interior de la casa. Eso me pareció muy buena opción y accedí. La verdad es que no me daba nada de preocupación estar sola con los chicos, pero la situación de hacerlo frente a mi marido en verdad me excitaba.

Lista para llevar a cabo la siguiente etapa del plan, me empecé a preparar, saque mis trajes de baño para decidir cual iba a usar. El me sugirió uno que fuera de dos piezas, pequeño en la parte de arriba, y con el bikini en tanga. Pareciéndome buena la idea seleccione uno que me había comprado en internet el cual me encanta; es de color blanco, de tela muy delgada que se hacía transparente al contacto con el agua. Dejaba gran parte de mis senos visibles apenas tapando mis pezones, la tanga era con un corte muy pequeño que apenas cubría mi conchita; me sentía muy sexy. Me puse unas zapatillas altas tipo slide que me dio mi marido, le encanta que las use cuando me coge! Rafa me dijo que solo bajara y al pasar frente a los chicos les dijera que si no querían meterse a la alberca ya que el calor era muy fuerte y podrían pasar un buen rato. Yo conteste que eso haría y al disponerme a salir me dijo que me colocara un pareo de color jaspeado entre blanco y gris el cual era muy ligero y largo pero de tela muy traslucida y me lo quitara hasta estar frente a la alberca.

Eso hice con un caminar muy cadencioso y con todo el contoneo debido, me acerque a ellos y los invite, muy desairadamente y sin esperar respuesta di media vuelta. Me salí a la parte trasera de la casa y acomode los camastros. Arrime el bronceador, saque una limonada del refrigerador y me dispuse a recostarme a tomar un poco de sol. Me quité el pareo lentamente, mostrando a todo esplendor mi diminuto bikini y mi cuerpo.

Estaba segura que los chicos estaban viendo por dentro de la casa por medio del ventanal el espectáculo. No pasaron ni tres minutos cuando estaban todos saliendo de la casa. Todos con su traje de baño y empezando el chapoteo. Yo con una mirada fija y coqueta volteo con chicos y les digo...

- ¡Que bueno que decidieron venir a hacerme compañía ya que me estaba sintiendo muy solita! A lo que cuestionaron...

- ¿Y mi Tío... no va a venir?

- no porque tiene trabajo atrasado de la compañía y tiene que ponerse al día; así que ustedes tienen que entretenerme y atenderme... de inmediato cambio el semblante de ellos, se noto una relajación y alegría en sus caras, eran unos frescos esos chicos!

De inmediato me invitaron al agua estaban muy animados y muy insistentes, como que lo que querían era verme de pie y metiéndome a la alberca a lo que me hice del rogar. Tenía que cerciorarme de que Rafa ya estaba en su posición de espectador y vigilante para empezar con nuestra cachondería; no quería que se perdiera de nada! Alcanzo a ver una silueta que se acomoda en el interior de la casa, dándome la luz verde que esperaba.

Esta bien chicos ya me convencieron, espero que no este muy fría el agua; les dije, desde luego que mis sobrinos y hermanito quedaron boquiabiertos cuando admiraron en vivo y a todo color mi atuendo y como se acomodaba en las curvas de mi cuerpo. Casi ni parpadearon, creo que nunca se imaginaron que yo utilizaba ese tipo de bikinis ya que solo los tenia para los chapuzones en mi casa y en la privacidad con mi marido o en vacaciones con él; bueno y por supuesto con mi papi, pero esa es otra historia!

Poco a poco baje las escaleras de la alberca muy cadenciosamente, como toda una modelo, estaba disfrutando toda esa atención. Incluso Juan, al cual no había notado ningún comportamiento extraño exclamo...

  • Que linda estas tía!, a lo cual me sonroje y solo agradecí el cumplido.

De inmediato los otros afirmaron que sí en realidad estaba muy bonita y que me veía muy bien. Pero cual fue la sorpresa de ellos que cuando el agua toco la escasa tela de mi traje y comenzó ha dilucidarse un poco mi piel, sobretodo mis areolas y pezones además de una leve y delgada sombra de mi bien recortado vello púbico.

Así empezó el rato, nadando tranquilamente de repente yo jugando a pararme de manos bajo el agua para quedar con las nalgas y piernas hacia arriba; sabía que eso les encantaba, porque me lo pedían una y otra vez. Hasta me retaron ha hacerlo como ellos y los muy listos lo hacían, pero separando mucho las piernas (qué predecibles ¿no?) seguramente al hacerlo quedaba completamente a su vista mi abultada conchita además de apreciar mis piernas. Eso me subió aun más la temperatura por lo que decidí atreverme a jugar más en serio. Les dije que si lo intentaría pero que ellos me ayudaran porque podría perder el equilibrio.

  • Ustedes me sujetan las piernas y me ayudan a alcanzar la posición, rápidamente se alistaron y tome mucho aire mientras ellos contaban hasta 3.

Iniciando la inmersión de inmediato sentí todas esas manos recorriendo mis piernas y muslos las mas fuertes (por la forma de presionar lo note) se colocaron por dentro de mis muslos y muy cerca de mi entre pierna, me jalaban hacia los lados haciendo que abriera más las piernas, parecía que no les importaba el limite de mi flexibilidad. Me estaba excitando mucho como resultado de la calentura de estos pubertos, querían resaltar lo más posible el bulto de mi vulva e incluso el inicio de mi culito, seguro ya estaban viéndome el cambio de color en mi ano.

Trate de aguantar los más que pude, pero la sensación de falta de aire comenzó a hacer estragos en mi y cuando me disponía a salir de la posición, algo me tomo por sorpresa; una mano completa me estaba tocando sobre la vulva! Rápidamente me incorpore de manera descompuesta, di algunos manotazos y por accidente sentí unas delgadas piernas que terminaban con un delgado miembro erecto y duro. Ellos se asustaron un poco porque trague un poco de agua, pero ese tiempo lo tome para recuperar la calma y el control. Solté una risa falsa y les dije que se me había metió agua en la nariz.

Carlos tenia una actitud de culpa, por lo que supuse que había sido él el que se había atrevido a tocarme la concha. Les pedí que me dejaran tomar algo de aire y descansar un poco. Yo estaba recordando la sensación de sus manos recorriendo mis muslos y la calentura que originaba en mi el paso de la brisa por en medio de mis nalgas y sobre mi vulva, además de que el atrevimiento del chico tocándome me calentó aun más. Suma el descubrimiento de ese imberbe pene erecto, me confirmaba que esos chicos estaban muy calientes conmigo.

Se me ocurrió tomar los visores que estaban sobre un borde de la escalera para echar una mirada por debajo del agua e identificar de quien era ese pene erecto. Para mi sorpresa, al sumergirme me di cuenta de que estaba rodeada por todos los miembros erectos de mis sobrinos y mi hermano! Miguel, Carlos y Juan estaban bien calientes. Eso tuvo un efecto exponencial en mi excitación al descubrir que se estaban caldeando conmigo y además de que estaban alcanzando un grado de excitación en el que no les importaba descararse ya que me habían tocado sin pensar en nada más.

En ese momento decidí echar toda la carne al asador, me aproximo al extremo de un lado de la alberca donde estaban los chicos para salir por ahí, sabiendo que tendría que esforzarme para lograrlo, lo cual acentuaría mis nalgas y dejaría al descubierto mi entrepierna, culo y mi excitada conchita. Ellos quedaron boquiabiertos solo siguiéndome con su mirada. Yo continué hasta llegar al camastro recostándome en él, me coloqué mis lentes de sol, me tendí de espaldas en él y volviéndome hacía ellos de una manera coqueta les digo...

- Juan me puedes hacer el favor de ponerme bronceador en la espalda, terminando con una leve sonrisa pícara, respondió tímidamente....

  • Yo?

  • Sí! Tu, les dije que ustedes tendrían que ayudarme o no quieres? Claro que si tía.

El pobre salió de lo más incomodo con el pene erecto, no encontraba como cubrirse ni como caminar para disimular un poco. Apúrate Juan (le dije) mientras los otros tres mostraban cara de envidia. Yo tome mi posición con las piernas ligeramente abiertas y con mis nalguitas paradas para resaltarlas un poco más de la cuenta.

El tímido chico se acerca casi con miedo en sus ojos. Le digo pon un poco de la crema en tus manos por favor y me la untas sobre la espalda hasta que desaparezca en mi piel, como si me dieras un masaje; el pobre casi temblando, comienza a realizar mis instrucciones y lentamente empieza a mover sus manos sobre mi espalda; con un mínimo contacto, como evitándolo lo más posible. Entonces lo corregí...

- Juan por favor aplícala bien no tengas miedo de tocarme, no muerdo. Corrigiendo sus movimientos poco a poco tomó mas confianza...

  • Aplícala en toda la espalda, es más por favor desata el moño de la parte de arriba del bikini para que no me queden marcas. Con voz entre cortada me dice...

- ¿Este tía? sintiendo un leve jaloncito, sí ese conteste.

Levanté un poco mi torso del camastro para retirármelo completamente, dejando apreciar el perfil de mis tetas. Al acomodarme otra vez mis senos se desbordaban por los lados de mi talle por la presión de mi propio peso sobre ellos. Juan casi pasmado esparce la crema por la parte alta de la espalda, y le digo que también en los lados, pasando sus dedos por el margen de mis senos. Estaba muerto de nervios y los otros chicos muertos de la envidia. No perdían detalle del masaje, por lo que dije...

- A ver Juan se me hace que ya te cansaste, Carlos ayúdale por fa... y de inmediato cambio su cara de descontento y se apuro en salir (este chico si era más atrevido) -Vuelve a la alberca Juan... le dije.

Sentándose a mi lado Carlos, me recorría con su mirada desde la punta de los pies hasta lo poco que se apreciaban mis senos.

  • A ver pasa un poco más de crema en la espalda... y comenzó, de inmediato note que este chico no se andaba con rodeos, sentí su fuerza al recorrer mi espalda y como bajaba tanto que movía el elástico de la parte superior de mi tanga con el paso de sus dedos.

Al recorrer mi talle presionaba la parte lateral de mis tetas como queriendo tocarlas completamente. En la parte baja de mi espalda, yo movía la cola de tal manera que se levantará más para demostrarle que sus masajes me estaban poniendo cachonda. En eso le digo...

- Carlos por favor ponme un poco en las piernas también... por lo que de inmediato se pasa al extremo inferior del camastro para tener una perspectiva de mí que le permitiera ver todo lo largo de mis pernas así como el comienzo de mi hinchada conchita, donde solo se apreciaba como salía de entre mis nalgas el fino hilo blanco de la tanga que cubría mi vagina.

Inició desde mis tobillos, realmente este chico me estaba poniendo a mil. Era muy bueno para dar masajes o tal vez era mi calentura la que hacia que fuer mejor. El chico a dos manos esparcía en ambas pantorrillas la crema bronceadora, que se desvanecía al repasar sus manos sobre mi piel, dejando solo un hermoso brillo en ella. De pronto noto que sus manos chocan en la parte interna de mis piernas por lo que le pregunto que si así estoy bien o me muevo, respondiendo el muy cachondo que separe un poco mas las piernas. Accedo haciéndolo un poco mas de la cuenta.

Ahora estaba ante sus ojos toda mi vulva solo cubierta por un pequeño pedazo de tela blanca casi transparente la cual aun estaba mojada. Dibujaba de una manera de más marcada mis labios, con mi culo ante sus ojos mostrando mi sensible ano. El chico estaba completamente entregado y disfrutando de su trabajo. Al llegar a mis muslos los tocaba y apretaba como queriendo abrirlos con fuerza y separarlos para ponerlos en posición de follarme, como lo había hecho mi esposo la noche anterior. Sus dedos se acercaban tanto a mi entrepierna, que llegue a sentir como la punta de sus dedos rosaba mis labios. El muy descarado lo hacia como si no me fuera a dar cuenta, estaba fuera de sí el chico y yo disfrutando a más no poder. Entonces interrumpo su estado afanoso diciendo...

- Carlos... ¿Te molesta si te pido que me apliques también en las pompis? Porque creo que es el único lugar que falta y si no me voy a tostar de más.

El pobre no podía creer lo que estaba escuchando y creo que hasta paso saliva, me dijo de manera insegura ¿Estas segura tía?, a lo que respondí...

- Claro que si, no te preocupes es como ponerle aceite a un bebe . (que estúpida comparación, verdad?)

Al parecer para el chico fue suficiente, preparo mas crema en sus manos y comenzó a untarla por mis nalguitas, con movimientos suaves y circulares, los cuales se fueron haciendo mas intensos al ir perdiendo el nerviosismo y subiendo su calentura. Lo máximo fue cuando hacia sus movimientos hacia fuera, separándome las nalgas haciendo que mi culito quedará expuesto. Solo sentía como el hilo de la tanga se metía completamente y como rozaba con mi ano a cada masaje que recibía. Yo sentía unas ganas enormes salir corriendo a la recamara, tomar a mi esposo y terminar con esta excitación con un orgasmo increíble, pero a la vez algo me impulsaba a seguir calentándome más, fue algo muy extraño, delicioso era estar rodeado de adolescentes excitados por mi, bajo la mirada atenta de mi macho.

Le di las gracias a Carlos y me dispuse a llamar a Miguel, el más grande de todos y el que había originado toda esta locura, yo sabía que el era el más atrevido además de ya estar muy caliente por todo el espectáculo que presenció, por lo que actué con más cautela.

Me di la vuelta en el camastro cubriéndome las tetas solo con las manos y le dije a Miguel...

- Me puedes tu poner crema en mis piernas por favor?

A lo que el chico no dijo nada y solo se acerco, no mostró nada de pena ni duda, aun a pesar de acercarse hacia mi con su miembro erecto. Tomo el tubo de la crema en sus manos y lo aplasto sobre mis piernas dibujando una línea con ella, la cual fue esparciendo lentamente; esté chico si me puso de nervios sentía en su mirada la decisión de llegar hasta los limites y sobrepasarlos.

Pronto llego con sus masajes y caricias hasta la parte alta de mis piernas donde al frotar cerca de mi ingle no perdió la oportunidad de rozar mis labios con sus dedos volteándome a ver a los ojos (gracias a dios que traía unos lentes de sol), como buscando alguna respuesta a su osadía. No encontró nada en mi cara, pero la verdad es que mi respiración agitada me delataba. Estaba callado y disfrutando. Interrumpí el silencio para decirle que me pusiera en el estomago, a lo que tampoco respondió nada, solo hacía caso a mis peticiones. Se entretuvo mucho con mi ombligo como jugando con él, semejando a que era mi vagina o culito, al menos así lo entendí.

El tomo la iniciativa y subió sus manos hasta hacer contacto con las mías, que estaban ocupadas cubriendo mis senos, como pidiendo autorización para masajearlos; buscando mi consentimiento. Cedí un poco de terreno al subir un poco el nivel de mis manos escapando ya parte de mis pechos a sus manos y vista. Los cuales no tardo en masajear.

Sentí como sus caricias hacían estragos en mis pezones, esas típicas cosquillas en la punta que solo originan comezón y ganas de calmar con caricias en ellos. Al mismo tiempo esas cosquillas bajaban por todo el centro de mi vientre hasta hacer blanco en mi hinchado clítoris. Casi me hace tener un orgasmo, además de provocarme unas tremendas ganas de saciar esa comezón, por lo que de buenas a primeras retire mis manos hacia los costados de mi cuerpo dejando totalmente descubiertos mis pechos coronados en la punta por un par de pezones muy duros y parados. De inmediato se vieron cubiertos por la crema del bronceador. Recibieron las manos de Miguel que de inmediato masajeo para esparcir la crema. Frotaba mis pezones los que al parecer no tenían llene y cada vez era más el cosquilleo en mi clítoris.

Mis pechos estaban relucientes, brillaban intensamente por el sol en verdad era muy excitante la postal. De repente Miguel para y aprieta solo mis pechos con sus manos que no alcanzaban a cubrirlos completamente, pone una cara como de tensión y termina con un suspiro. El pobre se había venido solo!, así de simple. Eso fue el acabose, que me hizo reaccionar. Simplemente les dije ahorita regreso y salí corriendo en busca de mi marido para que se encargara de mi.

Lo encontré con su verga lista para reventar dentro de mi. He de decir que hasta ahora es una de las cogidas más memorables que he tenido, me lo hizo por todos lados, de arriba abajo, estallando en mi culito como tanto había deseado.

Y desde entonces yo soy la tía favorita de mis sobrinos, y ellos de nosotros. Pero había quedado alguien atrás, Javi, mi adorado hermanito; habría que hacer algo con él para compensar, no creen? Ya les contaré…

Besitos

Dra Tentacion