La terraza

Que divino, el agua corría por mi piel y poco a poco quitaba de mi las pompas de jabón, mientras mis dedos jugaban a hacerme el amor. Mi pelvis se movia bruscamente en la silla.

Era una tarde calurosa, estaba desesperada por llegar a casa y bañarme en la pequeña ducha que recién había instalado en la terraza de mi piso. Después de más de 5 horas de andar en la calle haciendo diligencias, por fin llegue. Mientras abría la puerta ya me estaba descalzando, al cerrar las  quedaron

pantis

fuera, y el vestido al piso. Todo quedo regado, fui al baño a buscar jabón y toalla.

Me encanta la música, así que mientras me daba una buena ducha, escucharía a

lenny

kravitz

, sus canciones las encuentro increíblemente sensuales.

Abrí la puerta de la terraza,  allí estaba, lista a estrenar mi nueva ducha para los días de verano.

Al principio las gotas de agua fría no fueron agradables, pero a medida que corrían por mi piel suave pero caliente, se sentía bastante a gusto.

Allí estuve como 15 minutos, ayudaba a mi pelo empaparse, tocaba mi cara, mis senos redondos, mi torso. Empezó a hacer brisa esa extraña sensación del aire y el agua fría, me excitaron tanto que mis pezones estaban

durísimos

.

Abrí el frasco del jabón nuevo, me coloque en mis manos, y suavemente empecé a acariciar mi piel, la espuma se hizo parte de mi. Enjabonaba cada centímetro de mi piel, lo disfrutaba al máximo, me tocaba en círculos mis bellos senos, los enjabonaba y los estrujaba, mi cuello también lo agradecía. Me senté en una silla que tenía allí, para así poder

masajearme

mis bellas  y largas piernas, suavemente baje mis manos desde el muslo a los tobillos, suave, lento y en una sola dirección, luego subí un poco mi pierna para consentirlas por detrás. Le toco el turno a la otra, suavemente las acaricie, al subirla, lo hice al revés, mis dedos presionaban mis piernas y suavemente se deslizaron hasta llegar a mi entrepierna.

Sentada y

exitada

, abrí mis piernas para perfumar mi coño con el jabón, mis dedos toqueteaban lento y circular, me tocaban, se deslizaban, se desplazaban entre los labios, querían entrar, querían

penetrarme

hasta el fondo. Se salieron con la suya y al fondo de mi lindo coño fueron a dar.

Mientras yacía sentada, mi espalda

arqueda

hacía que la penetración fuese más profunda. Que divino, el agua corría por mi piel y poco a poco quitaba de mi las pompas de jabón, mientras mis dedos jugaban a hacerme el amor. Mi pelvis se movía bruscamente en la silla, quería correrme pero la

exitación

era máxima.

De repente un sonido fuerte se escucho, algo cayó fuertemente en aquel lugar, me sorprendió.

Era

Julian

, mi vecino, solo 2 tenían acceso a la terraza.

No dijo nada, mientras mis dedos estaban aun dentro, el caminaba hacia mi mientras dejaba al desnudo su bello cuerpo.

Allí bien grande su

pija

, con sus manos y mientras nos comíamos con los ojos, lentamente quito mis manos para darme con toda la fuerza de su paquete. Con sus brazos fuertes me cargo y mientras se sentaba, me la clavó hasta el fondo, hasta hacerme gritar, nuestras miradas

seguían

penetrantes

casi sin parpadear, nuestras caras y nuestros labios cerca, su aliento y el mio eran uno solo, me agarro fuerte por la parte trasera de mi cabeza, para tenerme muy pegada a él. Yo cabalgaba y me empujaba

frenéticamente

. De a ratos me quedaba pegada al fondo y movía mi pelvis al son de la música. Pare, para poder dejarlo

penetrarme

con sus dedos en mi suave y depilado culito. Estaba a mil por hora. Hubo un ruido fuerte pero no supe que era, aquella droga llamada

Julian

me impedía pensar. Estaba empezando a sacar sus dedos dentro de mi - NOO, DEJALOS ALLI-; - SHUU, tranquila

dejate

llevar -.

Sacó sus dedos por completo,  una polla caliente y ardiente entro por detrás de mi, se poso allí, nos agarro a ambos y al suelo fuimos a dar,

caí

de espalda, y

sentí

como mi culo se llenaba de aquel nuevo integrante, era Roberto. Quede penetrada por todos mis agujeros, disfrutando como estaba siendo dominada por mis gentiles vecinos. Me Empujaban cada ve más duro, - si, así de duro que rico,

ahh

,

ahhh

, que divino-.

Cambiamos de posición, quede sentada sobre

Julian

, mientras que

Roberto

me empujaba su polla grande. Me hacía falta otro en mi boca, me recoste a

Roberto

, tome sus manos para que me tocara los senos, así que sus manos y las mías se volvieron una, me apretaba

durisimo

, yo me sentía tan  a gusto, mis vecinos eran unos buenos amantes. Me salí de

Julian

, la quería en mi boca, así que me puse a cuatro patas,

Roberto

me agarro duro por el pelo, me

metí

la polla de

Julian

en mi boca, la lamía fuertemente, con mi lengua subía y bajaba por los lados. Me la metí completa, Roberto me empujaba la cabeza,

Julian

gemía, no quería que se corriera, así que volví a la cabalgata. Los tres nos volvimos uno, nuestros

movimientos

estaban

coordinados

, nos

movíamos

fuertemente, yo gemía tan fuerte que se corrieron, siguieron hasta que yo

sentí

como un

corrientazo

desde mis hoyos hasta la punta de mi cabeza se apoderó de mi cuerpo. Quede

casi

desmayada, les

pedí

que se quedaran unos minutos dentro de mi.

Fue tan rico, que les

pedí

que me volvieran a bañar, que disfrutaran de todo mi cuerpo enjabonando mi suave piel.

Así seguimos toda la tarde,

tocandonos

,

comiéndonos

y

bañandonos

unos a otros.