La tercera Noche

En la tercera noche todo sucede de una manera sorpresiva, era una excusa para estar juntos acorde mi mujer me lo había pedido antojada del rico palo de su otro macho!

En la tercera noche todo sucede de una manera sorpresiva, era una excusa para estar juntos acorde mi mujer me lo había pedido antojada del rico palo de su otro macho!

Durante esa semana, mi mujer me había estado calentando por medio del chat enviándome fotos muy sugestivas de su delicioso y muy bien torneado cuerpo, estuvimos en la semana fantaseando muy calientes, no habíamos podernos vernos y gozar como esperábamos por cuestiones de trabajo y entonces todas nuestras conversaciones apuntaban a un gran fin de semana, una gran noche de sábado. En alguna de estas conversaciones me había manifestado que tenía ganas nuevamente de volver a tener a mi amigo para ella, que le encantaba disfrutar de su grueso pene, recordábamos los dos encuentros anteriores con él, aunque el segundo no con mucha claridad, pero si las sensaciones de saberla llena y bien follada.

Esa semana me había pedido organizar algún plan con mi amigo, pero realmente estuve muy ocupado y lo olvidé, y solo hasta esa tarde le había escrito y me dijo que en la noche si algo de plan salía me contactaba, pensé entonces que sería muy difícil que nos viéramos en esa semana y que pudiera cumplir el deseo de mi mujer. Entonces, nos encontramos ella y yo para cenar y tomar algún trago, mi mujer me había enviado fotos de su espectacular atuendo del día, muy sugestivo, ella confiaba en que algo de su deseo sucedería porque lo había dejado todo en mis manos, Se había puesto unas tanguitas sugestivas, que mas adelante describiré, un vestido vinotinto muy ceñido a su cuerpo y unos cortos botines negros. Nos encontrábamos los dos cuando me amigo me llamó y me preguntó por mis planes de la noche, le conté donde estábamos y que si quería podía acompañarnos, me dijo que estaba en su casa en compañía de su hermano a quien llamaremos “cuñado”, dijo que nos esperaba mejor con algo de tomar, le comenté a mi mujer de estos planes y sus ojos brillaron de deseo, trató de disimular un poco pero sabía que era evidente lo que ella quería, terminamos nuestra copa y decidimos ir a cumplir nuestra cita con la lujuria.

Al llegar, como siempre nos saludamos y su saludo fue muy efusivo, mi amigo no desaprovechó la oportunidad para desnudarla con la mirada y pegarla muy firmemente a su cuerpo, cosa que me encantó, dispusimos a sentarnos y como siempre ella tomó su lugar, sentada en uno de los sofás junto a su hombre de ocasiones y yo junto al hermano de mi amigo, compartimos de una buena velada, charlas y los tragos no dejaban de rodar por la mesa acompañados de buena música y chistes, mi mujer arrancó su coqueteo quitándose los zapatos y metiendo sus pies debajo de las piernas de mi amigo para “huirle al frío y descansar de los tacones”, como ella lo dice, cuando ella hace esto, entiendo que es hora de avanzar y debo ayudarle a lograr su objetivo.

Durante la noche nos enviábamos mensajes por calientes ocasionalmente por el chat entre ella y yo, y le dije que su parejo se estaba durmiendo, que de ella dependía mantenerlo despierto, era difícil avanzar algo más con el nuevo invitado en la sala y quien nunca estuvo contemplado en nuestros planes.

De repente, el “cuñado”  se fue al baño, ella mandó su mano directamente al pene de su otro hombre despertándole, y diciéndole si prefería descansar o animar la noche, el respondió con una sonrisa, cada vez que el nuevo cuñado se alejaba, mi mujer aprovechaba para tocarle el pene y ofrecerle una suculenta vista de su cuerpo, al que él no reparaba en mirarlo completamente. El trago se fue acabando y el “cuñado” buscaba ofrecernos un nuevo licor, mi mujer, fue bastante cortante al decirnos que no quería más ya que el revuelto de bebidas le haría daño, con sus gestos me indicó que debíamos mandar a dormir al quien en su propia sala sobraba porque ya venía muy caliente y antojada de sus dos vergas. Toda la semana se había antojado de ambas y ahora que las tenía tan cerca no las iba a desaprovechar y menos sabiendo que hacía un mes, había quedado ganosa de ambos y no había logrado esa polla que le abre tan bien el coño.

El “cuñado” se fue a dormir y ella se paró al baño, sabía que iría a preparase porque sabía lo que se venía, fue entonces cuando me fui a la cocina a buscar un vaso de agua, era mucho el licor que habíamos tomado y no quería sentirme mareado, o que a la mañana no recordara bien de tan buena faena que se venía.

Recuerdo que mi mujer regresó del baño y volvió a tomar su lugar al lado de su otro macho, le encantaba sentarse cerca de el, es una de sus formas de coqueteo disimulado, pero donde él sabe que su perra, quiere ser suya. Sabía yo que debía acercarme y empezar con el juego, a mi amigo le falta la iniciativa para arrancar la faena, le gusta más dejarse llevar por los deseos de ella, y es algo que me gusta mucho, de esta forma el sigue sabiendo que es solo un juguete y es ella quien decide cuando buscarlo; Me senté entonces junto a ellos y quedando mi mujer en el medio empecé a hablarle y a tocarle, parecía yo el invitado en el sofá y ella la dueña de la situación, cosa que me puso a mil, empecé tocando sus piernas y besándole y ella me preguntaba, en su tono inocente y sugestivo, ¿Jugaremos aquí? Mi amigo nos ofrecía su habitación para ir a dormir nosotros dos y él se acostaba en otro lugar, sabíamos que este era un buen espacio para poder hacer de las nuestras y preferimos quedarnos allí. Entre caricias empezaba a decirle al oído que si quería despertar a mi amigo y ella solo asentía con su cabeza mostrándome su cara más lujuriosa, fue entonces cuando decidí llevar mi mano a su pene y hacerla apretarlo, no puedo negar que yo también sentí como se paraba ese miembro y eso seguía excitándome más.

Yo seguía tocando sus piernas y apretando sus tetas por entre el vestido hasta lograr que ella soltara la correa y pudiera sentir ese grueso pene en su mano, duro y parado como ella sabía ponerlo, no dudó en sacarlo y empezar a pajearlo mientras yo buscaba con mis dedos su coño, le masturbaba y besaba su cuerpo para ponerla caliente, sentía como cada vez se mojaba más y no dudé en arrodillarme para estar ala altura de su coño y lamerlo, subí su vestido a su cintura y así pude tener acceso a toda su deliciosa y depilada cuquita, corrí su panty que era delicioso, tres líneas unían la parte frontal con un solo hilo que se metía bien entre sus nalgas con un delicioso moño donde empezaba su culo para ofertarlo como un regalo, y eso era, mi regalo de cumpleaños donde ella gozaba y yo lamía su coño con leche como me encanta. Ya allí arrodillado me dediqué a mojar su cuño y escupirlo, a lamerla para prepararla para ser penetrada y hacerla venir en mi boca, ella no dejaba de pajear a mi amigo y de repente se acomodó para meterlo en su boca, siempre le cuesta un poco por lo grueso pero se dedicó a mojarle la cabeza y hacerlo caber todo en su boca, lo cogía firme desde la base y lo hundía todo en su boca, fallándosela, cuando vi esto sentí explotar, tuve que apretarme las bolas para no acabar en mis pantalones pero sentía la necesidad imperiosa de penetrarla inmediatamente, así lo hice bombeaba su coño y lo alistaba para su otra verga, la follaba de lado, su cuerpo yacía sobre el sofá con la verga de mi amigo en su boca y la mía en el coño creo que tuvo su segundo orgasmo de la noche, cuando  ella se incorporó y me dijo que tenía ganas de montarse en esa verga, me salí de ella y le pregunté si ya la tenía lista, y me la mostró, me mostró esa  verga parada y gruesa y me mostró su boca empapada, se acomodó, y se sentó de frente a mi amigo, yo me quedé arrodillado al culo de ella viendo como le entraba, cuando vi que no se acomodaba del todo, no dudé en cogerlo de la basa y sostenerlo para que le entrara, gimió y se pegó a él metiéndole sus tetas paradas en la boca, yo me quedé un instante mirando el delicioso mete y saca que se daba en mis narices y con ganas de lamer esas bolas cargadas que golpeaban la entrada del culo de mi mujer.

Estuve viéndolos un rato allí y luego me incorporé para sentarme al lado de ella, ella me miraba cómplice y caliente ofreciéndonos sus tetas, cada uno tenía una en la boca y disfrutaba demasiado mientras nos daba indicaciones de cómo complacerla, sentía que podía regarme en mi mano entonces decidí ir al baño y hacer un poco de tiempo para dejarlos “a solas” allí, a pesar de la música podía ir como mi amigo le daba de duro y cuando salía el apretaba sus nalgas muy duro, al verme o sentirme cerca, se quedaba quieto y dejaba que fuera ella quien meneara su cadera sobre su verga, me acerqué a ella con mi verga parada y se la ofrecí para chuparla, no sin antes empezar a llevar a cabo mi gran idea de esa noche, grabar escenas para luego masturbarnos y recordar al follarnos, fueron muchas las fotos y videos que tomé de aquella, noche el primero ella montaba su verga de frente y meneaba su cintura intensamente, se notaba como gozaba su verga acelerando cada vez más sus movimientos.

Le acerqué mi verga para llenarle la boca y decidió girarse y sentarse de espaldas a el para que disfrutara de sus nalgas, me puso su boca a mi disposición para que la follara, cosa que

No desaproveché y allí también grababa la escena con mi celular, soltaba mi verga para gemir y la apretaba muy duro con cada envestida del palo de mi amigo, aguantaba como un campeón mientras la follaba y ella se venía una y otra vez con esa gruesa polla en el coño y mi verga en su boca, los veía gozando tan bien y decidí sentarme frente a ellos y grabarlos, disfrutaba cada vez que sabía que se venía, no disimulaba nunca en mostrarnos cada uno de los orgasmos que le daba, se acomodaba de diferentes maneras para que el pudiera coger más de su culo y de su cadera, cosa que el hacía con fuerza para mostrarle su deseo, y así enterrarle más al fondo su verga, después de un orgasmo, ella se recostó sobre el y empezó a menar su cadera en círculos, mi amigo rodeó su cintura y lentamente subió sus manos para apretar sus tetas y no dejarlas desatendidas.

Yo en frente de ellos y grabando, no perdía escena de cómo su pezones se ponían más duros, su respiración se intensificaba y esa verga se abría más espacio dentro de ella, era un placer verla gozar y la cara que registraba de lujuria deseo y placer era evidente, ella, decía cosas en su oído para ponerlo más caliente y el seguía su mete y saca sin miramientos. Me miraba cómplice y me agradecía con sus ojos perdidos en la lujuria el poder dejarle gozar de ese hombre que tanto le gusta, sabía que la mejor forma de agradecerme era gozando y montando esa verga como si fuera la última vez que lo hiciera.

En un momento, ella se hincó hacia delante y puso sus manos sobre la mesa, quedando su culo más a disposición de mi amigo, ambos aceleraban sus movimientos y el más adentro clavaba su polla, ella gemía y me abría su boca pidiendo mi verga en su boca, pero yo quería verlos gozar lo que llamaré “su momento”, luego ella tomó las manos de el y las apretaba sobre sus muslos, hacía que el dejara sus dedos marcados sobre su cuerpo y le indicaba como menearla al ponerlas también sobre sus caderas, el apretaba y aprovechaba para llevarla a su ritmo, hasta que ninguno pudo aguantar más, ella guio una de sus manos a su clítoris par que la masturbara mientras con la otra el apretaba y disfrutaba sus tetas, ella se inclinó hacia atrás y rodeaba con sus manos su cabeza, volvía a hablarle al oído y a gemirle,  noté que ambos estaban por acabar con sus movimientos, ella puso su mano sobre el palo de mi amigo para sentirla completa mientras el masturbaba su clítoris e iba más adentro, cuando ella arqueó su espalda supuse que los espasmos y chorros de leche de su otro macho golpeaban en su interior y eso la aceleraba más, vi como ambos se corrían y el dejaba toda esa leche blanca, abundante y espesa dentro de ella, cada que veo el video me erecto y siento corrientasos por todo mi palo, cuando ella se levantó de su verga escurrieron unas goterones que ella trataba de retener para dármelas de su coño, terminó frotándose su otra verga contra su clítoris.

Cuando se sintió satisfecha se levantó de allí y quiso girarse a limpiarle la verga, como siempre ha querido, pero mi amigo, un poco apurado se paró y se fue al baño, apenas vi que el cerraba la puerta corrí al coño de mi mujer como una perrita buscando su leche, no dude en lamerle el coño y dejarlo limpiecito de todo el semen que tenía adentro, ella tenía sus manos untadas y también las limpió en su torso, donde más adelante yo pude lamerla, después de esto, nos vestimos y pedimos a mi amigo nos trajera a mi casa, donde es costumbre, terminamos nuestra movida y entretenida noche, con mi mujer, siempre bien satisfecha.

Con sus comentarios podré compartirles algo del material de esa bella tercera velada!