La tercera es la vencida, Majo

Mi suegra me chupo, sus amigas también, pero nunca llegaba el momento de cogerla.

Hola,

Como conté en los relatos anteriores, Majo era mi suegra, la mama de mi novia Nina. Una MILF impresionante, rubia, de 50 años, hermosas tetas, aunque operadas, muchas horas de gimnasio, muy coqueta, se notaba que se preocupaba mucho en su apariencia.

Me habia mamado la verga dos veces; la mañana que la conoci en casa de Nina, y cuando fue su cumpleaños, en complicidad de su amiga Patricia. Pero no habia logrado cogerla, y estaba desesperado por hacerlo. Cualquier excusa era buena para ir hasta su casa.

Un día, Nina me dijo que tenía que llevar unas bolsas a casa de su madre, y me ofrecí sin dudar.

Llegué a casa de Majo, salio a abrirme, quise dárselas ahí mismo, pero apenas me abrió, me dijo “cerra y pasa rapido”.

estaba vestida con una camisa blanca al cuerpo, una pollera tubo gris que ajustaba sus caderas, unos stilettos negros finísimos. Su peinado era un rodete, y sus ojos verdes estaban cubiertos con un par de anteojos de marco importado. Apenas la vi, asi maquillada y vestida, mi pija empezó a despertar.  Desde la puerta de entrada, hasta la casa, Majo iba delante mío, y mi cabeza iba imaginando todo lo que le haría, apenas traspasáramos la puerta.

Al entrar a la casa, había un mundo de gente, serian unas 10 o 15 personas. hombres y mujeres, estaban dispersos por todas partes, algunos tenían notebook, otros con un cuaderno escribiendo, todos muy ocupados. Solo atinaron a decirme “hola”, en diferentes momentos, sin descuidar sus tareas.

Majo: veni, pasa a la cocina, y dejalas ahí. Queres tomar algo?

En la cocina, me dijo en voz baja, “que lindo verte de nuevo” Y me pellizco una nalga.

Que hija de puta, cuando salí tenía una erección monumental. Maneje un par de cuadras, me estacione en un lugar solitario y me masturbe pensando en mi suegra.

Pasaron algunas semanas, Nina me dijo que su madre nos invitaba a cenar a la casa. Ahora sí, esta era la oportunidad, por fin podria cogerla como habia soñado tantas veces. Sería una cena, una pastilla para mi novia (asi se dormía como la noche de cumpleaños), ¡y podría hacerla mía!

Llegamos, salude a mi suegra, despampanante, enfundada en un vestido azul, con un pequeño escote por delante, y su espalda al descubierto. Caminaba adelante nuestro, y se notaba su tanga incrustada entre sus nalgas. Mi mente saboreaba ese momento, en el cual arrancaría ese vestido, le quitaba su ropa interior y la cogía hasta dejarla cansada.

Entramos al living, y …habia un hombre. Bien vestido, apuesto, de unos 50 años aprox.

Nina: ¡Papa!, viniste!

Era mi suegro, Raul, el papa de Nina. Queria conocerme, y como estaban separados (pero tenían buena relación entre ellos) la presentación seria en una cena familiar. ¡La puta madre!, otra vez mi polvo se interrumpía!

Comimos, ayude a levantar los platos, en la cocina Majo me dijo “tengo algo para vos”, y se quitó su tanga blanca, le dio un beso que dejo una marca de rouge, y me la dio. “así me recordas cuando estás solo”

Demas esta decir, que esa noche al llegar a casa la cogí a Nina hasta decir basta. La llene de leche en todas las formas posibles, no podía sacarme a Majo de mi cabeza. La cogía a la hija, pensando en la madre.

Listo, ya me habia cansado. La habia visto 4 veces, dos mamadas y las otras dos veces habia mucha gente. Perdi las esperanzas de coger con mi suegra.

Pasaron muchas semanas, segui cogiendo con Nina. A veces hacíamos algun trio, me habia olvidado completamente de Majo.

Llego un fin de semana, mi chica saldría con unas amigas, y yo estaba cansado, habia jugado al futbol toda la tarde. ¿La verdad?  no quería salir. Llame a dos amigos para que vengan a comer unas pizzas, ese sería mi sábado.

Nina me dejo un mensaje “ok, no me extrañes, despues seguro me quedo a dormir en casa de Marcela”, su amiga trans. “dale, el domingo hablamos, besos”.

A las 8 cayeron mis amigos, trajeron unas cervezas, para esperar las pizzas. Un poco de charla, y al rato, sin pedir nada, tocaron el timbre. ¿Quién era?

Serian casi las 9. ¿¿??...” quién es?”. “Majo” me dijo.

¿mi suegra? ¿En casa? Baje a abrirle la puerta. Venía con un par de bolsas, tenía puesto una especie de vestido muy sencillo, con botones al frente. Parecía que venía a limpiar mi departamento.

Contrastaba con las veces que la habia visto antes, siempre maquillada, bien vestida. Ahora estaba muy sencilla, su pelo recogido en una cola, nada de maquillaje, anteojos de leer.

Majo: vine a cocinarte algo, me dijo Nina que te quedabas en casa, que no ibas a salir. ¿Estas ocupado?

Yo: no, estoy con dos amigos que vinieron a cenar.

La puta madre, otra oportunidad desperdiciada.

Yo: si, pasa, me sorprendiste.

Subimos, habia traído pollo y verduras. Me iba a preparar algo de comer.

Entramos, se los presente.

Nos preparó una comida de puta madre. Abrimos unas botellas, mientras cocinaba charlamos de muchas cosas. Me conto que estaba separada hace muchos años, que tenían buena relación con Raúl, su ex, al cual yo conoci en la cena. Que, al momento de separarse, se habia quedado casi en la ruina, y había empezado una pequeña empresa, la cual hoy en día era muy importante, en realidad, solo hablamos de trivialidades.

Cena normal, mis amigos me cargaban con mi “suegra”, llego el momento del postre y pedimos helado.

Llego el momento de la despedida,

Majo: bueno, me voy a casa. Ya es tarde, y estoy un poco cansada. ¿Bajas a abrirme?

Parecía que era otra vez sin nada. En el ascensor charlamos algunas cosas más. Al llegar a la puerta del edificio, mientras yo cerraba la doble puerta del ascensor, se giró. Me miro, y me dijo, “que pena que estés ocupado”, y comenzó a desabrochar su vestido botón a botón. No tenía nada puesto debajo. “en serio, me ibas a despedir, y perdértelo?” dijo, mientras sus brazos se ponían en jarra, y dejaban al descubierto todo su cuerpo desnudo.

Como dije antes, sus pechos estaban operados, pero eran casi perfectos. Su vientre plano, terminaba en un piercing en su ombligo, que realzaba su vulva perfecta, sin vellos, y de un rosado apenas claro.

Yo: sabes que sos una hija de puta, ¿no? Me chupaste como nadie, y después nunca me diste la chance de cogerte, ¿y hoy que estoy con mis amigos caes así?

M: ¿¿jaja…que hacemos con los chicos??

Le dije que esperara 10 minutos en el auto, que me los sacaba de encima enseguida.

Subi, les dije a mis amigos que me había caído mal la comida, y que me queria acostar rapido. Mucho no entendieron, pero aceptaron. Baje, les abri. Llamé a Majo.

Nos reímos, la tome de un brazo y la meti en el ascensor. La agarre con fuerzas del cuello, y la bese. Mi lengua se topó con la suya, éramos dos adolescentes. Ella manoteaba mi verga, yo metía mano debajo del vestido, sentía como sus muslos se mojaban.

Entramos a casa, me empujo contra la pared, se paró en el medio del living, se puso de espaldas a mí, y mientras caminaba hacia el dormitorio, se iba quitando su vestido.

La luz reflejo su pelo suelto, su espalda arqueada, que finalizaba en su cola firme, dura como una piedra, donde la marca de su bikini, había dejado un triángulo de un tono más blanco al de su piel.  Sus piernas eran musculosas, y en cada paso se fruncían como rompiendo la perfección de su cuerpo entero. Era una mujer hermosa, y ella lo sabía.

caminó hacia mi dormitorio. La seguí. estaba tirada en el medio de la cama, esperándome. Abierta, dejando ver su vulva apenas húmeda, sus dedos habían acariciado su monte de venus, y esto había provocado un filo hilo de miel, que corría por su entrepierna.

me quite el short, mi pija estaba dura como nunca. Era un fierro hirviendo. Me acomodé entre sus piernas, con mis dedos pulgares abrí su flor. Cerro los ojos, y se dejó hacer.

Besé su piercing, y comencé a bajar. Iba haciendo círculos con mis labios, mientras mi lengua mojaba su piel. Llegué a su foco de placer máximo, la abrí con ambos dedos pulgares, un aroma a hembra en celo despertó aún más mi cerebro. Hundí mi lengua en medio de sus labios mayores, y recibí una gotera de miel, que tragué con mucho amor. Majo gemía, y tomaba mis pelos con sus manos. Mi lengua horadaba su vulva, de repente hubo un silencio, ella apenas levanto su cadera, y un hermoso chorro de su leche fue a parar a mi cara. Todo mi rostro quedo cubierto por un agua apenas dulce, mis ojos y mi nariz goteaban. Pasé mi mano por mi cara, y mientras asomaba mi cara, fui chupando los dedos, uno a uno.

M: ahhh…asiiiiii…grito, y otro chorro salió despedido hacia mí, esta vez pego en mi cuello…” basta, hijo de puta, paraaaa…”

Me tiro fuerte del pelo, y me saco. Me acostó boca arriba. Se metió entre mis muslos, para mamar mi pija.

Yo ya había recibido una mamada de campeonato, de parte de Majo (ver “La mama de Nina”) donde en lugar de hacer una tragada completa, solo se dedicaba a pasar la lengua por el glande, y apretar suavemente mis huevos. Ahora repitió el juego. sabia que esto no duraba mucho, que yo explotaba fácil.

Cuando sentía que la leche subía, a pesar del dolor, la quitaba, y la besaba, y sentía como Majo tenia entre sus labios, parte de mi jugo. Eso bajaba un poco la tensión, y nuevamente me acostaba para recibir su tragada mundial.

En un instante, que estaba a punto de acabar, me senté en la cama, la tomé de la nuca, y la fui montando sobre mí.

Mi pija se hundió en ese lago húmedo y pegajoso que mi suegrita llevaba entre las piernas. La penetración ni se sintió, ni hacía falta lubricación alguna.

-cómo me gustas pendejo de mierda…que linda verga tenes, como quería este momento” …

Montada sobre mi verga, cabalgaba. me acosté, y disfruté de sus tetas, mordía sus pechos, su pelo suelto caía sobre su espalda.

Apoyo sus manos en mi pecho, y se empujaba cada vez más profundo, parecía que mi pija llegaba al fondo. Por segundos, se acostaba sobre mí, me besaba, pasaba su lengua por mis mejillas, sacudía su cabeza y nuevamente a galopar.

En un momento se detuvo, acomodo su espalda, y con la mano agarro mi pija, la apoyo en la puerta de su culo, y cerró los ojos. Encontró su entrada posterior, y despacio, con tiempo, comenzó a bajar. Se mordía los labios, mientras yo iba sodomizandola y cuando noto que toda mi verga estaba dentro, abrió sus ojos, con ese verde explosivo que tiene, y me miro fijo.

-hermoso, me encanta sentirte así, dentro mío. Me gusta una buena pija, llena de lechita.

¡Toó much…acabe! La tome fuerte de la cintura, para que mi semen llegara hasta el final, y en cada embestida sentía como su agua se escurría sobre mi abdomen. Fueron varios lechazos dentro del culo. Su cabeza cayo hacia atrás, con las manos sacudía el pelo. Ronroneaba como una gata, se salió y se puso a mi lado.

Ambos gemíamos, de cansancio, y de una acabada hermosa. Fue al baño, y regreso al rato con un par de vasos de cerveza.

-la verdad que mi hija tiene mucha suerte. me cogí a varios novios, pero tu pija es adictiva, jaja.

-y nunca pensaste en un trio con ella, …le dije

-noooo…Nina no sabe que sus novios pasaron por mi cama. Creo que algo sospecha, pero nunca me dijo nada.

Me duche, luego lo hizo ella, y volvimos a la cama.

Mientras charlábamos, su mano comenzó a jugar con mi pija y obvio, respondí al instante. Me puse sobre ella, para un 69, y sentía como su lengua saboreaba mi verga y llegaba al culo.

-hmm.que firme esta…me gusta

Metió suave un dedo, mientras se comía unos de mis huevos. Me olvide de todo, deje de chuparla y solo me dedique a sentirla.

Siguió metiendo algún invasor más, hasta que resoplo…” hmm, 4 dedos meti”

Veía como de su vulva salía un hilo de jugo, que caía sobre la cama. Pase un dedo, y lo trague. Introduje dos dedos , mojada totalmente, y chorreaba sexo. Ella metía su mano dentro mío, y yo hacía lo propio.

-espera, dije…

Fui y saqué mi caja de juguetes. -toma, elegí el que quieras.

Como imagine, se agarró el dildo. El cual yo había usado con algunas parejas anteriores, pero sin mucho éxito. O me lastimaban o no querían. Pero Majo tenía los ojos rojos de sangre, quería cogerme a como diera lugar.

Se lo coloco, le puso lubricante, me acomode en 4. Bien abierto, sabía lo que hacía.

Abrió mis nalgas con ambas manos, y hundió su lengua en mi ano, que esperaba ansioso. Se quedo un rato largo, metiendo algún dedo, y alternando con su lengua. Yo esperaba el momento de recibirla entera.

Tiro un chorro de gel dentro mío, y apoyo la gran cabeza. Tenia experiencia y sabia que la cabeza cuesta, pero después el resto pasa sin problemas. Fue muy suave, apenas sentí un leve ardor, y luego algo que ingresaba despacio. Centímetro a centímetro. Majo gemía, sentía como un bufido detrás mío. Enderece mi espalda, tomo mi cintura y la penetración fue total. Apoyo sus tetas en mi espalda, y me dice al oído, “me gusta abrir ese culo firme y duro que tenes, si tuviera una pija, te lo cogería todos los días”. Me sentía en buenas manos, Majo tenía experiencia de sobra y no me lastimaría. Me puse de costado, así podríamos estar más tiempo disfrutándonos.

Mi mano fue a su concha, imposible describirla. Fue como meterla en una olla de agua hirviendo, húmeda, caliente. Le pase la lengua a cada dedo, Majo grito y empujo. Sentí como un chorro galopaba en mis nalgas, como si alguien hubiera lanzado algo. Y se tiro de espalda. No fue muy suave al sacarlo, mi culo se abrió por demás.

Quedo con las piernas abiertas, el dildo enhiesto brilloso por el lubricante, se metió un par de dedos en su concha y acabo.

Mi pija estaba que reventaba, me monte sobre sus tetas y me masturbe. Apunte a su cara, el primer tiro fue a su frente, algo a sus ojos y los demás los trago todos. Y luego termino limpiándome con la lengua.

Caí en la cama, rendido. Cogido por demás, vacío de leche. Se quito el juguete, se puso de costado, me abrazo y nos quedamos dormidos profundamente. Quedaba por delante el domingo entero.