La teoría del Gang Bang
Mi pequeño deleite con tres jovencitos inexpertos.
La teoría del Gang Bang
El domingo pasado, que dicho sea de paso fue muy caluroso, me quedé de ver con mi amiga Romina en una conocida cafetería del centro de la ciudad, escogimos ese lugar por el gran ambiente que hay pero también por su cercanía a la casa de cada una de nosotras. Como ya mencioné el día estuvo marcado por un intenso calor que sofocaba en verdad, así que decidí ponerme algo ligerita de ropa, en parte por el clima y en parte porque me gusta llamar la atención, cualidad que comparto con Romina y más aún cuando decidimos juntarnos, aunque no lo digamos siempre estamos compitiendo por quien atrae más miradas del sexo opuesto.
Al llegar a la cafetería mi amiga Romina llevaba unos diminutos shorts que se hizo luego de despedazar totalmente unos viejos jeans y una blusa muy holgada que dejaba ver su brassiere y parte de sus pechos, yo por mi parte, decidí salir con un pequeño vestido por encima de las rodillas, cuya falda se alza cada ocasión que un ventarrón pasa entre mis piernas, siempre dándome un par de puntos más sobre mi amiga. La platica se desarrolló normalmente, su novio esto mi novio aquello, la escuela esto y demás, cuando al ver una pequeña tienda de comics y muñequitos salió a colación el tema de un programa muy popular, de cuatro amigos Nerds y la forma en que buscan desesperadamente el amor y las caricias de cuanta mujer cruza por su camino, nos comenzamos a reír porque a ambas nos gusta ver el programa y poco después pensamos que sería divertido ir a calentar las mentes de las personitas que frecuentan la tienda de comics, lamentablemente al llegar el lugar estaba cerrado ya que era muy temprano, pero en la puerta había un anuncio de que ese día precisamente en la noche habría un evento de yo no entiendo que, pero nos pareció una buena oportunidad para hacer nuestras travesuras, así que nos pusimos de acuerdo para regresar en la tarde, pero vestidas mucho más atrevidamente.
Regresé a mi casa, hice un par de cosas pendientes y en la tarde comencé a arreglarme para verme con Romina y entrar a la tienda de comics, cuando me di cuenta que esta no sería solo una travesura cualquiera sino terminaría siendo como siempre una competencia por ver quien atraía más miradas, entonces decidí poner las cosas a mi favor, me metí a bañar, use un par de mis mejores cremas y perfumes, alacié mi cabello castaño, haciéndolo llegar hasta mi espalda y tomé de mi armario un vestido que tenía reservado para una ocasión especial, es u hermoso vestido blanco sumamente ajustado, que solo me permite usar una diminuta tanga del mismo color y lo uso sin brassier, ya que uno de mis mejores atributos son mis senos, que aún están firmes como robles y son grandes como dos balones de fútbol, así que con un poco de esfuerzo logré subir el cierre de mi vestido, el cual no dejaba mucho a la imaginación, apenas podía sentarme ya que mis nalgas amenazaban con romperlo por detrás y mis senos amenazaban con salir a luz debido a la excesiva presión del vestido, un par de tacones y estaba lista para salir a matar. Cuando dieron las 8:00 llegué a la puerta de la tienda de comics, en realidad no había mucha gente y Romina no estaba. A los 5 minutos de estar ahí recibí un mensaje de texto en el que me avisaba no podría llegar, por lo que me enfadé un poco ya que me había tomado más de 1 hora arreglarme. Me disponía a irme cuando vi entrar a tres muchachitos como de 18 o 19 años que no podían quitarme la vista de encima y casi chocan con la puerta del lugar disimulando que no me veían, uno hasta sacó su celular y fingió hablar con alguien, seguramente para tomarme una foto o dos.
No se porque lo hice, supongo que por lo fácil que soy, pero aquella imagen de esos tres jovencitos tontos e inexpertos me prendió, así que decidí entrar a la tienda y seguir con el plan original. Al entrar había como 20 o 25 muchachos muy raros, todos vestidos de algún superhéroe o algo que no conozco, todos se quedaron pasmados cuando me vieron y un par no pudo ni siquiera esconder su erección, por dentro me estaba volviendo loca de la risa y al mismo tiempo el sentir todas esas miradas me prendía más y más.
Cuando vi a los tres chicos que había visto en la puerta, no aguanté las ganas de irles a preguntar sobre un comic para un sobrinito, ninguno de los tres pudo articular palabra por unos 30 segundos, dos de ellos no podían quitar la vista de mi escote y el otro me miraba a los ojos y como pudo me preguntó: ¿qué edad tiene? Le inventé que 12 ya que no tengo ningún sobrinito y me recomendó algo de un monstruo rojo, le agradecí por su sugerencia y le inventé un cuento de que estaba de visita en la ciudad y quería un regalo para mi sobrinito. Para mi sorpresa tanto él como sus dos amigos se fueron volviendo más amigables aunque no podían dejar de verme los senos, pero no les dije nada.
Después de 10 o 15 minutos de plática, me invitaron a tomar un café, que por cierto era al mismo lugar en el que yo había planeado todo aquello con Romina, una leve risa se me salió y les dije que no quería ir a un café pero que si vivían cerca les aceptaba el café en su departamento, todos se quedaron atónitos, hasta que uno, el más “elocuente” por decirlo de alguna forma dijo: perfecto! Vamos a mi casa. Los momentos que siguieron me parecieron un tanto patéticos ya que se estaban tratando de poner de acuerdo sobre que hacer y hasta escuché decir a uno de ellos: es que mis papás están en mi casa, a lo que no pude aguantarme las ganas de reír y les dije que me había acordado de un chiste. Finalmente después de mucho bla bla bla y un par de llamadas llegamos a un departamento bastante inusual, parecía como el de un niño, lleno de juguetes y juegos, incluso el aparatito ese para jugar a la banda de rock estaba frente al televisor.
Después de mostrarme el lugar, les dije que estaba muy cansada y me senté en el sillón, dejando a su vista casi la totalidad de mis piernas al quedar expuestas por el diminuto vestido, los tres estaban literalmente babeando y yo me divertía mucho abriendo y cerrando mis piernas y viendo como trataban de ver por debajo de mi falda. Sorprendentemente ninguno tomó la iniciativa de hacer algo conmigo, pero yo ya estaba muy excitada viendo a esos tres tíos babear por mí. Así que les comencé a contar un cuento que había terminado con mi novio y que me sentía muy sola y fingí un suspiro y abracé a uno de ellos, inmediatamente sentí como su cuerpo se puso rígido y hasta comenzó a sudar, por lo que le pregunté: te pasa algo corazón?
Me dijo que no, pero seguí preguntando hasta el punto que me confesó que era virgen y que nunca había visto a una mujer “real por supuesto” desnuda, yo haciéndome la muy sorprendida le dije “de verdad?” y las preguntas continuaron hasta que los tres confesaron estar en la misma situación.
Muriendo de risa y de pena por dentro, les dije que yo les podía ayudar con su problemita, ellos al principio no entendieron pero les dije que me habían caído muy bien y que yo les podía enseñar como tratar a una chica. Ellos se emocionaron mucho y obviamente aceptaron mi propuesta. Así que comencé por decirles que antes que nada debían saber bailar, me levanté del sillón sin siquiera acomodarme el vestido que ya estaba muy por encima del pliegue de mis nalgas y mis piernas y tomé a uno de ellos y le puse ambas mano en mi cintura mientras yo entrelazaba las mías sobre su cuello, al minuto comencé a sentir su incontrolable erección y lentamente fue bajando las manos hasta rozar mis nalgas con las yemas de sus dedos, le dije, está bien guapo, puedes tocarlas si quieres e inmediatamente y más rápido que muchos de esos súper héroes ya tenía las manos sobre mis nalgas.
Entonces les pregunté a los otros dos, quién sigue? Ambos se pararon de inmediato y se acercaron, uno se puso a mi lado y el otro detrás de mi y les dije, sientan la música chicos mientras me movía al compás rozando mi cuerpo con el de los tres inexpertos y libidinosos muchachos. Los chicos me metieron la mano por donde quisieron, yo no les dije nada y los dejé aprovecharse del momento, por turnos mientras uno me tocaba los senos el otro me besaba el cuello y el de detrás de mí no dejaba de empujar su paquete contra mis nalgas tocando mis piernas al mismo tiempo. La escena se volvió muy sensual, los tres trataban de devorarme y yo no ponía la menor resistencia. Poco a poco la tela de mi vestido subió hasta mi cadera dejando al descubierto mi tanguita blanca, yo ya no podía más con la calentura, sentía como cada uno de los chicos ahora besando cada uno cada uno de mis senos y el chico que tenía por detrás tratando de llegar a mi sexo y acariciándome las nalgas, pasando de vez en vez su dedo por mi ano, volviéndome locamente excitada.
Después de un buen rato, les dije: “muy bien chicos ya saben bailar ahora les voy a enseñar como se trata a una chica en la cama” Los tres abrieron los ojos como platos y solo respondieron: “que hacemos?” Yo los separé de mi cuerpo los puse uno al lado del otro y yo me coloqué frente a todos, primero me quité el vestido e inmediatamente después la tanga quedando totalmente desnuda frente a ellos, los tres comenzaron a tocarse el miembro para acomodárselo pero sus esfuerzos parecían inútiles.
Acto seguido me senté en el sillón y le dije al primero de ellos que se arrodillara en el piso frente a mí, abrí las piernas y le dije: “lame” el acercó la cabeza tímidamente sin saber que hacer y le ordené: “saca la lengua y comienza a pasarla por mi sexo” siendo en términos de aptitud la peor lamida que he recibido pero la más excitante por la situación y una vez que ya tenía la idea le dije no te detengas hasta que yo te lo ordene. Y aún teniendo a los otros dos chicos frente a mí, muertos de deseo y excitación les ordené que se quitaran la ropa por completo, lo hicieron muy lenta y tímidamente pero al quedar totalmente desnudos y a mis órdenes no pude hacer nada más que excitarme más, mientras no le daba tiempo ni de respirar al que me estaba comiendo la concha.
Le ordené al más flaco de ellos que se acercara a mi lado derecho y como yo ya estaba en una posición semi acostada le ordené que acercara su miembro a mi boca, el que estaba a mis pies dejó de lamer para voltear a verme pero con una mano lo tomé por el cabello y lo llevé de nuevo hasta su tarea, cada vez lo iba haciendo mejor.
Cuando el flaco llegó a mi lado lo tomé por las bolas, lo coloqué sobre mí y comencé a chuparle la polla, me la pude tragar toda por el tamaño tan modesto y con mis habilidades para chupar podía ver por su rostro que la estaba pasando muy bien, le chupé primero la cabeza, pasando mi lengua por toda su circunferencia, dándole pequeños besos después en el tronco de su pene y pasando mi lengua de arriba abajo, el chico se excitaba cada vez más y más así que para no hacerlo llegar la saqué de mi boca y me llevé sus bolas en su lugar, también me cupieron perfectamente en la boca, jugueteaba con ellas con mi lengua haciendo que el chico casi desfalleciera del placer, pronto comenzó a excitarse mucho, sacó sus bolas e introdujo de nuevo su pene en mi boca, esta vez como follándome por la boca, poco a poco fue subiendo el ritmo, mientras solo veía como el muchacho a mis pies subía la mirada para ver el espectáculo pero al mismo tiempo seguía con la labor que le había impuesto.
El flaco de repente me tomó por la nuca y comenzó a moverse frenéticamente y justo cuando le iba a pedir que parara sentí una explosión en mi boca seguida por un fuerte grito del extasiado muchacho, generalmente no dejo que lleguen en mi boca, pero ya que era su primera vez no dije nada, de nuevo. El pobre cayó a mi lado con una gran sonrisa y con la mirada perdida. El ya estaba retirado.
Pero ahora tenía que ocuparme de los otros dos, así que le pedí que se detuviera un momento al chico que lamía mi concha sin parar, y le dije al otro que estaba más gordito: y tu que quieres que te la chupe o que? El no pudo pensar en nada mejor y me dijo: si porfavor! Entonces me puse sobre mis rodillas en cuatro puntos y le dije al gordito, acuéstate aquí frente a mí, el otro chico que tan esmeradamente me había dejado bien mojadita protestó, pero le dije que si ahora hacía lo que le iba a pedir me encargaría de él al final, el aceptó gustoso y me dijo que quieres que haga? Le respondí que ahora que yo estaba en aquella posición quería que siguiera lamiendo pero ahora mi ano, al inicio se sorprendió mucho pero le abrí un poco mis nalgas y lo comenzó a hacer de inmediato, sentí su inexperta y húmeda lengua chupar mi ano como nadie nunca lo había hecho, y una vez que ya sabía como hacerlo me voltee y tuve frente a mi la polla gordita de su amigo, aunque para ser honesta el que me haya chupado tan bien y durante tanto tiempo su compañero me estaba excitando de más, así que me llevé la polla a la boca y le hice lo que mejor se hacer, una mamada espectacular, movía mi lengua en todas direcciones y no dejaba un lugar de su miembro sin explorar, me encantaba la idea de tenerlos por completo en mi boca ya que mis anteriores novios lo tenían mucho más grande y no podía hacer eso, pero con ellos era diferente, sentía sus miembros tan accesibles que pude hacer mi trabajo muy bien, luego que me cansé un poco comencé a masturbarlo muy rápido para que llegara ya que gracias a la lamida de su amigo yo estaba muy cerca del orgasmo.
No tardó mucho en llegar, sentí su semen caliente en mi mano esta vez mientras el pobre no podía respirar, le saqué hasta la última gota, pero para mi sorpresa el me dijo, tómatelo por favor quiero que te lo tomes igual que con mi amigo, yo solo le sonreí y comencé a lamerle el miembro que cada vez se sentía más flácido hasta que se lo dejé bien limpiecito, como el quería, así que fueron dos y me faltaba uno.
Le pedí al último de los amigos que se detuviera, no por que no me estuviera dando placer sino porque lo había hecho muy bien y si seguía iba a ser yo la que iba a llegar, me incorporé y le dije que en agradecimiento a su buena labor yo haría lo que el me pidiera, él esbozó una inmensa sonrisa y me dijo: de verdad? Lo que yo quiera? Y yo accedí sin saber que era lo que el querría.
Lo averigüé muy pronto, pero el final os lo contaré más adelante.
Besos
Jenny