La tentación no vive arriba (9)

Los 4 juntos.... pero no revueltos.

Las chicas no podían creer lo que veían. Sus padres acostados en la cama, en pelotas. Ellas que veían la cosa negra, y estos dos follando tranquilamente.

-Pero mami!!! ¿No ibas a denunciar a Miguel?

-Umm, sí. Fui a verlo con la intención de armar un escándalo, la verdad, pero gracias a dios Miguel fue muy paciente y me lo explicó todo.

-Casi no la convenzo. Parecía que me quería arrancar los ojos - dijo Miguel - pero cuando empecé a contárselo se calmó.

-Olga, me alegro de que encontraras a Miguel y que te enseñara que no todos son, ya sabes, como.. tu padre. Gracias, Lucía. Gracias por ser amiga de mi hija.

-De nada, señora.

-¿Señora? ¿ Estoy aquí en la cama con tu padre y me llamas señora?

-Jajaja, mami. Me parece que tú también te alegras de conocer a Miguel.

-Jajaja, sí. La verdad es que hacía tiempo que necesitaba un buen... polvo.

-Bueno..Señ..Amanda. En eso mi padre te puede echar una mano. Jajaja, y más cosas.

-Mami, os dejamos tranquilos. Seguid con lo que estabais haciendo.

Olga y Lucía cerraron la puerta y se fueron a la habitación de Olga. En cuanto se fueron, Amanda se echó encima de Miguel

-¿Por dónde íbamos? - preguntó mientras sentía como la dura polla de él la penetraba

Mientras, en la otra habitación, las chicas hablaban.

-¿Te das cuenta? Nosotras poniéndolos en lo peor y mira como han terminado tu padre y mi madre. Encamados!

-Menudo peso me he quitado de encima.

-Y yo. Si mi madre se pone puede ser 'mu mala.

-Es muy guapa. ¿Cómo es que no tiene a nadie?

-Creo que odiaba también a los hombres. Pero me da que tu padre la ha curado también! jajaja

-jajaja, sí. Mano de Santo.

-Bueno, no sólo con las manos.

Las chicas rieron, divertidas. La tensión de las últimas horas desapareció de golpe.

-Oye, Lucía..aún no te he agradecido lo de ayer...

-No hay nada que agradecer.

-Para mí sí. Si no hubiese sido por ti habría sido una amargada toda mi vida. Gracias.

Le dio un suave beso en los labios. Gracias Lucía.. Otro beso..Las bocas se abrieron. Las lenguas se encontraron. Ambas tenían los ojos cerrados mientras se besaban. Olga puso sus manos en la cara de Lucía. Con la suya ladeada introdujo su lengua en la boca de Lucía..Ella la chupó

-¿Me deseas?

-Claro que te deseo, Olga..con todo mi ser.

-Y yo a ti, mi amor.

Porque era amor lo que Olga sentía por Lucía. Y sin de dejar de besarse, se empezaron a abrir los botones de sus camisas. Olga la de Lucía y Lucía la de Olga, para luego acariciar cada una los pechos de la otra. Los pezones se endurecieron entre sus dedos. Los gemidos llenaron la habitación

Olga cayó sobre la cama. Lucía sobre ella, llevó su boca a los pezones de su amiga. Con su lengua trazó círculos a su alrededor. A esas alturas, esos dos coñitos eran dos lagos.

Miguel había salido, desnudo, a hacer pis. Cuando regresaba, oyó los gemidos de Olga y Lucía. Fue corriendo a buscar a Amanda.

-Amanda, ven, ven, quiero que veas algo.

-¿Qué es?

-Ven y lo verás.

Ella, divertida fue con él, también como Dios la trajo al mundo. Miguel se puso detrás de ella y la guió.

-Ahora ya sé de quién saca Olga ese culito tan lindo.

-Calla, adulador

Cuando llegaban a la habitación de Olga, Miguel le hizo una señal con el dedo para que guardara silencio. Con cuidado se asomaron. Olga y Lucía estaban desnudas sobre la cama de Olga. Se besaban y cada una acariciaba el coñito de la otra con una mano. Gemían, con los ojos cerrados.

A Amanda aquello no le pareció obsceno. Al contrario. Era una imagen llena de sensualidad y erotismo. Aquellas dos preciosas criaturas haciendo el amor. Miguel se le acercó por detrás y le susurró al oído:

-¿Es bonito, verdad?

Ella asintió, sin apartar la mirada de la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Miguel se pegó a su espalda y le besó el cuello. Era una sensación muy agradable, que la hizo gemir.

Olga y su hija besándose y acariciándose delante de él, y la preciosa Amanda a su lado, hicieron que Miguel se excitara otra vez. Su polla empezó a crecer contra el lindo culito de Amanda, que al notarlo, lo movió, acariciando la creciente polla.

-umm, parece que te gusta lo que ves - le susurró a Miguel al oído, en voz baja, para que Olga y Lucía no los oyeran.

-Sí..Además tu culito rozándome.. me pone a mil.

-¿Te gusta mi culito, verdad?

-Es precioso, Amanda - le dijo llevando sus manos a sus tetas y cogiéndolas entre ellas.

-¿Lo quieres?

-¿Lo dices en serio?

-Es todo tuyo.

Aquella mujer volvía a sorprenderlo

-Nos están mirando - le dijo Olga al oído a Lucía.

-Lo sé...Olga..¿Me vas a comer el coñito?

-Claro mi amor. ¿Y tú a mí?

-Lo deseo tanto...

Amanda vio como Lucía bajaba lentamente su cabeza por el cuerpo de Olga, besando cada cm. de piel. Se subió encima de ella, abriendo sus piernas en la cara de su hija, y poniendo la suya entras las piernas de Olga. En ese momento, sintió como Miguel llevaba sus dedos mojados, seguramente de saliva a su culito. Suavemente lubrificó su ano y le dio un masaje, para dilatarla.. Echó el culito hacia atrás, ofrecido.

-Ummm, que rico, Miguel...

-¿La quieres?

-Siii. métemela en el culito..despacito...

Miguel apoyó la punta de su polla en la entrada de aquel precioso culito que iba a ser suyo. Empujó y la cabeza entró, seguida de un gemido de Amanda. Miguel se detuvo, pero ella empujó despacito sus caderas hacia él, haciendo que la polla fuera, poco a poco, desapareciendo dentro de ella. Sus nalgas chocaron con el cuerpo de él. Estaba toda dentro. Aquel culito era caliente y apretado, y Migue sentía gran placer. Lentamente al principio, empezó a moverse, saliendo un poco para volver entrar a fondo. Volvió a llevar sus manos a los pechos de Amanda.

Amanda oía los gemidos de Lucía y Olga, que se lamía y chupaban sus coñitos. Desde donde estaba tenía a las chicas casi en perpendicular a ella, así que observaba claramente el sensual 69 que estaban compartiendo. Veía sus caritas de placer. Sus propios gemidos se sumaron a los de ellas. La suave zodomización que Miguel le estaba regalando era maravillosa. Sin prisas, sin brusquedades..Sólo sentía un gran placer.

Lucía y Olga estaban a punto de alcanzar el orgasmo. Los gemidos se hicieron más audibles, más fuertes. Sus bocas atraparon los inflamados clítoris entre sus labios y ambas, casi al mismo tiempo, estallaron, llenando sus bocas de calientes jugos. Amanda contempló como los dos cuerpos temblaban, oyó los gritos ahogados de las dos mujeres. Y ella misma tembló, rota por un orgasmo que le recorrió todo el cuerpo. Sus músculos se tensaron. Varios espasmos la recorrieron, haciendo que su esfínter se apretara. Ningún hombre puede soportar tanto placer. Tres preciosas mujeres estaban teniendo un orgasmo ante sus ojos. Y él no iba a ser menos. Amanda sintió como la dura polla de Miguel le baño las entrañas con su caliente lava. Un segundo orgasmo sustituyó...no, se sumó al que estaba sintiendo, dejándola por un momento sin respiración.

Cuando se recuperó, las dos chicas la miraban, sonrientes. Sus preciosas caritas estaban brillantes.

-Ha sido precioso, chicas - les dijo.

-¿Que les parece si les invito a comer? - dijo Miguel.

Por supuesto, las tres mujeres estuvieron encantadas.

-Nos vamos a dar una duchita - dijo Olga.

-Nosotros también

Olga salió, corriendo y riendo. Lucia la siguió. Cuando pasaba al lado de Amanda, le clavó sus preciosos ojos azules en los suyos.

-Eres preciosa, Amanda. - Le sonrió y la beso, dulcemente, en los labios.

Amanda quedó sorprendida. No se lo esperaba. Pero aquel tierno beso, le gustó.

La comido fue estupenda, y pasaron una tarde maravillosa, los cuatro juntos. Por la noche, se despidieron.

Más tarde, Lucía estaba abrazada a su padre, viendo la tele.

-Papi, ¿Piensas en mamá?

-Todos los días.

-¿Qué pensaría ella de esta situación?

-Bueno, tu madre era una mujer muy abierta, de mentalidad liberal... Creo que ..participaría.

-¿Eso crees? ¿Hubiese hecho..el amor conmigo?

-Sí, creo que sí Te quería tanto como yo.

-La echo de menos.

-Y yo mi vida. Y yo.

-Parece que salimos del bache, eh?

-Sí.

-¡ Y de qué manera !

-jajaja. A lo grande.

-Papi..¿ Me das mi lechita?

En su casa, Amanda repasó mentalmente los acontecimientos del día. Lo había empezado con la intención de hundir a Miguel,  y había terminado al final siendo el mejor día de su vida, que ella recordara. No sólo por el magnífico sexo que había tenido con Miguel, sino por lo bien que se lo habían pasado luego los 4 juntos..Eran casi..casi. como una familia feliz. Quizás, si la cosa iba bien, podrían llegar a serlo.

Recordó cómo se sintió al ver a Miguel, en el parque. Se dijo que era muy guapo, pero que había forzado a su niña y lo iba a pagar. Luego él empezó a contarle todo. Como se sentía Olga. Que temía de los hombres. Le contó como Lucía habló con él, pidiéndole que la ayudara. Incluso se sinceró con ella y le contó su relación con su hija. Lo especial que era esa relación. Lo especial que Lucía era y lo mucho que apreciaba a Olga. Que sólo querían su bien. Amanda recordó las palabras de su hija, hablando de Miguel. Y empezó a comprender. A comprender que estaba equivocada. Aquel hombre no le había hecho ningún daño a su niña. Entendió que fue su propia frustración la que la había cegado, a pesar de que Olga se lo intentó explicar.

-Perdóname, Miguel. He sido una estúpida. No escuché a mi hija. Lo siento.

-No te preocupes. Lo entiendo, créeme. ¿Tomamos un café?

Y mientras tomaban el café, se empezó a  fijar en Miguel, como hombre. Se preguntó si...quizás..podría hacer por ella lo que había hecho por su Olga. Y terminó en la cama con él. Y vaya si lo logró. Recibió más cariño de aquel hombre en una mañana que de su marido en toda su vida juntos.

Recordó, también,  el beso de Lucía. Aquel suave beso que recibía, por primera vez, de otra mujer.

Estaba en la cama, absorta en sus pensamientos, cuando Olga entró en su cuarto.

-Hola mami - le dijo, tumbándose a su lado.

-Hola mi amor.

-¿Que te pareció Miguel?

-Tenías razón con él. Es maravilloso.

-Consigue que se derritas en sus brazos. Es tan tierno. ¿Y Lucía?

  • Es muy..simpática y bonita.

Olga apoyó su cabeza en el pecho de su madre.

-Sí, es muy linda..Yo..yo..creo que ..creo que la quiero, mami. ¿No es malo, verdad?

-Claro que no es malo, mi vida.

-A pesar de que he descubierto que me gustan los hombres..con Lucía es...especial..me gusta hacer el amor con ella.

-Fue muy bonito veros hacerlo.

-¿Te gustó vernos?

-Uf, sí. Era muy excitante..Y encima tenía a Miguel detrás, acariciándome...Me puse muy...

-¿Cachonda?

-jajaja. Sí. Su..polla..me hacía cosquillas en el culete. A él también le gustó mirarlas a las dos. Me dijo que tu culito salía al mío, que era muy bonito.

-Bueno, el mío yo no me lo veo. Pero si es como el tuyo es preciso.

-Jajaja. Tenemos lindos culetes.

-Nos dimos cuenta de que nos mirabais. ¿Sabes? Me gustó que me miraras.

-Fue muy lindo.

-¿Sabes lo de Lucía y Miguel, no?

  • Sí, me lo contó él.

-¿Qué te parece?

-Bueno, pues...ya son adultos, responsables. Y Miguel me contó que fue Lucía la que lo inició todo.

  • Después de lo de su madre lo pasó muy mal. Los dos o lo pasaron mal. Pero el sexo los volvió a unir. Sólo se tenían el uno al otro. Mami, los vi hacerlo juntos. Había tanto amor entre ellos.

-Me hubiese gustado verlo.

-¿ Crees que puede ser igual de bonito entre una madre...y.. su hija?

Amanda no respondió. Después de unos instantes, le dijo:

-Lucia me besó.

Olga se incorporó, y la miró, con aquellos preciosos ojos azules.

-¿En los labios?

-Sí.

-¿Te gustó?

-Me cogió por sorpresa. No me lo esperaba. Pero ..sí, me gustó su beso.

Olga se acercó y besó a su madre, en los labios.

-¿Y este beso? ¿Te ha gustado este beso?

Las dos mujeres se miraban a los ojos. El corazón de Olga latía con fuerza. El de Amanda, también.

-Sí, me ha gustado tu beso.

-Y a mi dártelo, mami.

Volvió a besarla, y a besarla. Amanda cerró los ojos y se dejó llevar. Este maravilloso día le estaba haciendo sentir cosas que jamás pensó que sentiría. Y cuando su hija entreabrió los labios y sus lenguas se rozaron, gimió de placer. Su cuerpo empezó a reaccionar. Sintió que sus pezones se endurecían....y que su sexo de mojaba.

-Olga.. mi mida, ¿Qué estamos haciendo?

-El amor, mami.

Cuando Olga la besó en el cuello, sintió que todo su cuerpo se estremecía. A pesar de que Miguel la había tratado con mucho cariño, y que hacer el amor con él fue maravilloso, esto era tan distinto. Todo su cuerpo vibraba gracias a las caricias de los labios de su hija. Y luego de sus manos. Una se posó en su barriga, y lentamente subió hasta llegar a sus pechos. Aquella mano los acarició sobre el ligero camisón que llevaba. Olga notó fácilmente los duros pezones de su madre. La miró.

-Estás temblando, mami.

-Ohhh, mi niña...me estás haciendo sentir cosas nuevas para mí.

-Yo también las siento.

Olga no dejó de mirar los ojos de su madre mientras lentamente, acariciando a su paso, fue bajando la mano. Cuando llegó a las braguitas de Amanda, ésta se mordió el labio inferior. Su niña..su niña la iba a tocar en lo más íntimo de su ser. Noto como sus dedos se metían por debajo de las bragas y come abría paso en la maraña del vello púbico. Abrió sus piernas ligeramente, dándole paso. Y Olga llegó, al fin. Su dedo corazón exploró la rajita del sexo materno.

-Ummm, estas muy mojadita, mami. ¿Es por mí?

-Claro que es por ti. agggg me das tanto placer.

Nuevamente sus bocas se fundieron en besos, y los suaves dedos de Olga exploraban aquel caliente y húmedo coñito. Introducía dos dedos en la entrada de su vagina. Luego los sacaba y los pasaba por los labios mayores, hasta que se encontraban sobre el clítoris. Amanda mecía las caderas. El placer que sentía era indescriptible. Lucía le susurró al oído.

-Mami...quiero besar el lugar de donde salí.

-Ohhh mi niña....no ...no puedo aguantar tanto placer....

Olga se acomodó entre las piernas de su madre. Ante ella tenía sus blancas braguitas. Se veían mojadas. Se acercó. Olió su esencia. Depositó un beso. Amanda gemía. Siempre sobre la braga, pasó su naricilla a lo largo de la rajita del coño de su madre.

-Ummmm Olga...que rico.

-¿Rico mami? A ver si está rico...

Apartó la braga con sus dedos y lamió.

-Ummmm, sí que está rico.

-Aggggg.

-¿Así que de aquí salí yo? Gracias chochito - y le plantó un sonoro beso que hizo reír a su madre.

Tiró de las bragas, para quitárselas. Amanda la ayudó levantando las caderas. Ahora estaba a la vista todo aquel materno sexo. Era muy parecido al suyo, de negro vello, labios sonrosados. Con mimo comenzó a lamerlo, a comerlo. El placer de Amanda no hacía más que aumentar. Una de sus manos la llevó a sus tetas, la otra a la cabeza de su hija, que la estaba llevando con su lengua al cielo.

-Olga, mi vida...que bien lo haces...ningún...aggg...hombre...me había...dado....ummmm ....este placer...

Rotaba las caderas. Los ojos cerrados, concentrados en lo que sentía. En las caricias de Olga. En su lengua recorriendo todo su coño. En cómo la lamía. En cómo atrapaba su clítoris entre sus labios y con su lengua le daba golpecitos, llenándola de gozo.

Olga notó la llegada del orgasmo. Un gemido largo escapó de su madre. El cuerpo lentamente se fue tensando y una corriente de caliente flujo mojó la cara de Olga. Su madre estaba teniendo un orgasmo gracias a su boca. Se sintió bien. Cuando su madre dejó de gemir le dio un último lametón y se acostó junto ella, mirándola. Amanda tenía los ojos cerrados. Respiraba fatigosamente.

Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue la mirada azul de su hija, que le sonreía. Ella también le sonrió.

-Mi niña...¿qué me has hecho?

-Darte placer, mami.

-Uf...y no sabes cuanto

Amanda se fijó en que los pezones de Olga se notaban en su blusa. Se notaban duros.

-¿Estás excitada?

-Mucho mami. Estoy...muy mojadita.

-¿ A ver?

Amanda llevó su mano al coñito de Olga, cubierto aún por sus azules braguitas.

-Ummm, sí que mi niña está muy mojada. ¿Hay algo que mami pueda hacer?

-Besarme.

Amanda se acercó y la besó en los labios.

-En la boca no...En donde...tienes la mano.

-Nunca lo he hecho...espero darte tanto gustito como tú me diste a mí.

Olga se despojó de las bragas. Su madre seguía tumbada boca arriba en la cama. Ella puso sus piernas a cada lado de Amanda y acercó su coñito a su boca, que vio como se acercaba. Parecido al suyo, de pelo negro. Sacó la lengua y en su punta saboreó el salado sabor de su hija. Empezó a mover la lengua y su boca se llenó de aquel sabor. El coñito de Olga estaba tan excitado que sus jugos le llenaron la cara.

Olga se llevó las manos a los pechos y se los acarició mientras su movía sus caderas, haciendo que la boca de su madre le lamiera y chupara en los sitios más placenteros. Cuando Amanda la oyó gemir supo que esta haciendo un gran trabajo.

-Agggg mami...como siento tu lengua en mi coñito..Ummm, que bien lo haces..

La palabras de su hija hicieron redoblar los esfuerzos de Amanda, que consiguió hacerla correr. Olga gritó y se frotó contra la cara de su madre, presa del placer. Pero deseaba más, así que se dio la vuelta y se volvió a poner sobre la cara de Amanda, pero esta vez se acostó sobre ella, formando un perfecto 69.

Las dos mujeres se lamieron durante largos minutos. Tuvieron varios pequeños orgasmos, hasta que al final no pudieron más y tuvieron que descansar.

Hacer el amor con su hija había sido una gran experiencia para Amanda. Olga dormía ahora plácidamente con su cabecita apoyada en su hombre. Ella le acariciaba el pelo

Y a su mente volvió el recuerdo del beso de Lucía. Acababa de vivir el amor con otra mujer, con su adorada hija. Una nueva puerta había sido abierta en su vida. Se llevó los dedos a los labios. Deseaba volver a sentir los labios de Lucía..

Se durmió abrazada a Olga.