La tentación no vive arriba (7)

Miguel y Olga se aman

-Gracias papi.

-Bueno, Olga es una chica preciosa. Para mi será un placer. ¿Pero seguro que ella quiere?

-Sí. Como te dije antes, su padre era una mala persona, y encima, su novio sólo la utilizó, le hizo daño y no le dio ningún placer. No ha estado con más hombres y piensa que podría ser lesbiana. Deseo que le muestres lo maravilloso que puede ser el sexo con un hombre. Con un hombre como tú.

Mientras hablaban Lucía seguía con su manita en la polla de Miguel, que a pesar de su reciente orgasmo seguía erecto. La idea de poder acostarse con la amiga de su hija, esa chica tan linda, a cualquier hombre le atraería. Y era su propia hija la que se la ofrecía. Y también Lucía estaba excitada. No sólo por estar  acariciando a su padre. No sólo por haberse bebido su rico semen hace unos instantes y aún tener en la boca su rico sabor. Estaba excitada porque deseaba ver a su padre amar a su amiga. No era por una cuestión puramente sexual. No al menos sólo por eso. También era porque en los pocos días que hacía que conocía a Olga había aprendido a apreciarla mucho. Sabía que se iban a ser muy buenas amigas. Y deseaba mostrarle las maravillas que un hombre cariñoso podría darle. Y que ese hombre fuese su padre la llenaba de orgullo.

Se besaron. Tiernamente al principio. La manita de Lucía sólo apretaba. No se movía. Poco a poco los besos fueron haciéndose más intensos, y la mano de Lucía empezó también a moverse. Miguel llevó una mano a una de las tetas de Lucía y se la acarició, con dulzura. Ella sentía su coñito mojarse, y en su mano la dura polla de él. La deseaba dentro. Deseaba que la llenara. Primero de carne y luego de semen caliente.

Miguel estaba sentado en el sofá, así que Lucía se subió sobre él, cara a él. Con la mano puso la polla a la entrada de su coñito y se sentó, lentamente. Las mojadas paredes de su vagina se abrieron para dar paso al duro invasor. Al placentero invasor.

-Agggggggggg, ummmmm papi...

-Mmmmm, mi niña que bien. Que apretadita eres..Como siento tu caliente coñito abrazando mi polla.

Al mismo tiempo que Lucía, gimiendo y mirando a su padre con aquellos ojos azules tan mágicos, empezaba a subir y bajar, enterrando y desenterrando el duro mástil dentro de ella, Miguel le fue desabrochando la camisa, para luego liberar sus tetas. Seguidamente, hundió su cara entre ellas. Lucía lo abrazó.

-Umm, agggg, ¿Serás bueno con ella verdad?

-aghh,,...claro mi vida..

-Te..va..ummm.. a gustar..tiene un cuerpo muy bonito...es tan ...agggggg blanquita...aggg con ese pelo negro..ummmm

Miguel lo recordaba. Olga era preciosa. Lo que se adivinaba de su cuerpo vestido hacía pensar que efectivamente debía tener un magnífico cuerpo. Y ese culito enfundado en el pantalón hacía pensar locuras, tan redondito y respingón... Pero..Lucía parecía estar muy segura, como si... como si lo hubiera visto...

-¿Cómo sabes que es tan bonita?

-Oh...papi....es que...ummmm....aggg hicimos...hicimos el amor....ummm...no...no te enfades, por favor...fue..fue muy bonito...ahhh.

Miguel se sorprendió un poco. No esperaba que su hija lo hiciera con otra mujer..Pero la imagen de aquellas dos preciosas mujeres, desnudas, amándose en una cama, besándose, lamiendo sus cuerpos, sus sexos..era..era...era muy excitante. Su polla le dio la impresión de ponerse más dura.

-Aggggg, mi niña, claro que no me enfado, mi amor..Seguro que fue algo muy tierno..

-Ummm, o sí, o sí...Me dio mucho placer....agggggggg papi..

-¿ Y tú a ella?

-Sí... La besé como tú me besas..ummmm. la acaricié como tú me acaricias....aggggg y...oh.. se lo comí como tú me lo comes.

-Umm mi niña....seguro que os disteis mucho placer la una a la otra.

-Me hizo correr con su boca en mi coñito, papi...Y yo a ella con la mía en el suyo....aggg su ... su sabor me gustó casi tanto como tu sabor...como tu rica lechita...agggggggggggggggggggg

Miguel notó como su hija estaba a punto de tener un orgasmo. Y él también iba a tenerlo. A pesar de haberse corrido hacía muy poco, la imagen de su niña y Olga besándose y amándose era demasiado excitante. Su hija lo cabalgaba. La tenía delante, viendo sus preciosas tetas saltar, brincar, turgentes. Llevó sus manos a su culito, a sus nalgas, y la acompaño en sus subidas y bajadas.

-Papi se va a correr..otra vez....aggggggggggggggg

-Y yooooo lléname de tiiiiiiiiiiii ahhhh.

La polla de Miguel envió borbotones de caliente semen al fondo de la vagina de Lucía, que los recibía con los espasmos de su propio orgasmo. Y durante los segundos que duró el placer compartido, se miraban a los ojos. Los aguantaron abiertos. Veían sus caras de placer. Después, sin salirse de Miguel, Lucía se echó sobre su pecho. Oía su corazón latir con fuerza. Sentía el semen empezar a salir de ella.

-Te quiero tanto, Lucía.

-Y yo a ti, papá. Me das tanto placer... Deseo que Olga sienta este placer...Voy a llamarla..

...

...

-¿Diga?

-Hola Olga. Soy Lucía.

-Hola preciosa.

-He hablado con mi padre.

-Joder...¿Y qué te ha dicho?

-Pues...que estará encantado de estar contigo.

-¿De verdad?

-Claro que sí. Eres una mujer preciosa. Qué hombre no desearía estar contigo? Y muchas mujeres. Te aseguro que mi padre te tratará con mucho cariño. Ya lo verás. Vente mañana por la mañana.

-Lucía...tengo..miedo.

-No te preocupes. Si no quieres no tienes que hacerlo.

-Bueno..es que...creo que sí que quiero hacerlo...¿Estarás conmigo, verdad?¿No me dejarás sola?

-Estaré contigo todo el rato. Bueno, ahora nos vamos a dormir. Hoy ha sido un gran día. Hasta mañana.

-Hasta mañana.

....

....

  • Está asustada. Pero vendrá.

-Es natural, Lucía. Si como dices su experiencia con los hombres ha sido tan mala es normal que se sienta así. Espero poder ayudarla. Que podamos ayudarla. Se la ve una buena chica. No es justo que por un par de hijoputas odie a media humanidad.

-¿Vamos a dormir, papi? Tengo sueñito.

-Y yo.

Volvieron a dormir juntos. Por la mañana se ducharon y desayunaron. Miguel se dio cuenta de que estaba un poco nervioso. Había aceptado una gran responsabilidad. Esperaba no defraudar a Olga. Y sobre todo, esperaba no defraudar a Lucía.

Sobre las doce sonó el timbre. Lucía fue corriendo a abrir la puerta. Cuando la abrió y vio a Olga suspiró, aliviada. Temía que no viniese. Pero allí estaba. Y estaba guapísima. Vestía una falda hasta las rodillas y una blusa muy mona. Se besaron en la boca, juntando sus cuerpos.

-Hola Olga. Que bien que hayas venido.

-Uf....pues casi no vengo. Di media vuelta y me volví a casa..pero al final me decidí. Estoy hecha un flan. Mira mis manos.

Los dedos le temblaban. Lucía cogió sus manos y las apretó.

-Ya sabes que si no estás segura no pasa nada.

-Estoy...segura, creo. uf

-Vamos al salón.

-¿Está tu padre allí?

-Sip

-Re UF

La cogió de una mano y la llevó. Sentado la esperaba Miguel.

-Hola Olga.

-Hola Miguel.

Olga sintió que se le subían un poco los colores. Sabía que con su piel blanca se notaría mucho. Eso hacía que se pusiera más roja. Maldita sea!! se dijo.

Miguel se levantó y se acercó a ella. Le dio dos besos, una en cada mejilla. Su piel era muy suave, lisa y caliente. Y ese rubor la hacía....tierna y deseable.

-Estás muy guapa.

-Oh gracias.

Olga miraba al suelo. Miguel le puso la mano en la barbilla y levantó su carita. La miró a aquellos ojos azules tan lindos que tenía.

-No va a ocurrir nada que no quieras que pase. Y si en algún momento deseas que pare, simplemente dilo. No pasa nada. ¿De acuerdo?

-Vale. Perdóname, pero estoy muy nerviosa.

-Yo también estoy nervoso - le dijo, sonriendo.

-¿De verdad?

-Sí. Ven conmigo.

La guió hasta el sofá y se sentaron. Lucía se sentó  en el otro. Los miraba.

-De verdad que eres una mujer muy linda, Olga. Eres preciosa.

-Gracias Miguel.

-Lucía me contó lo que te pasó. Y también me contó...ya sabes, que habéis hecho el amor.

Olga dio un respingo, y los colores volvieron a su cara. Miró a Lucía, con ojos inquisidores. Lucía sólo sonrió. Miguel lo notó.

-No pasa nada, Olga, no tienes que avergonzarte de nada. ¿Te gustó hacer el amor con Lucía?

-S..Sí.

-Pues así debe ser el amor. Así debe ser el sexo. No importa que la otra persona sea hombre o mujer. Sólo importa el placer que se den el uno al otro.  Que el deseo de uno sea dar placer al otro. Nunca buscar el suyo propio. Cuando se hace así, sin egoísmos, es lo más maravilloso del mundo. ¿Lo entiendes?

-Sí Miguel, lo entiendo.

-¿Me dejarás que intente demostrártelo?

-...Sí, por favor...enséñame que los....los...

-¿los hombres?

-Sí. Que los hombres no son todos unos brutos egoístas.

Miguel sonrió. Llevó su mano a la cara de Olga. Con las yemas de sus dedos acarició una de sus mejillas. Le gusto aquella piel suave y caliente. Sintió en sus dedos que Olga temblaba ligeramente.

-Tranquila.. - se acercó a ella y la beso en la otra mejilla - eres tan linda, Olga..

Luego la besó en la frente, tiernamente. Puso sus dos manos en su carita y la besó en el párpado derecho. Luego en el izquierdo...Finalmente, le rozó los labios con los suyos. Olga seguía temblando...pero un poco menos.

Lucía miraba como su padre besaba a su amiga. Lo hacía como ella quería, con cariño y dulzura. Cuanto quería a aquel hombre.

Miguel continuaba besando a Olga en los labios y acariciando su mejilla. Olga tenía los ojos cerrados. Se sentía un poco tensa..pero aquellos besos tan tiernos, tan distintos de los rudos de su novio, le gustaban. Y la acariciaba tan suavemente..con mimo...Se empezó a sentir bien, y  comenzó a devolver tímidamente los besos a Miguel.

Cuando Miguel se dio cuenta de que Olga empezaba a responder bajó la mano al cuello de ella. Entreabrió un poco los labios. La punta de su lengua lamió los labios de Olga, sólo un poco. Ella se estremeció.

-Me gustas mucho, Olga..eres ...ummm, tan tierna y suave.

Volvió a besarla, con los labios abiertos. Ella esta vez abrió los suyos. Sus lenguas se acariciaron. Miguel tenía su mano entre su cuello y su clavícula. Y la acariciaba.

Olga empezó a respirar más profundamente. Notó que se estaba empezando a excitar. Notó que aquel hombre que tan suavemente la acariciaba y  la besaba estaba consiguiendo que su cuerpo respondiera. Empezó a temblar, pero esta vez no era de miedo..

Miguel llevó sus labios una de sus orejitas. Besó y lamió. Dio un suave mordisquito al lóbulo, arrancándole cosquillitas. Le susurró al oído :Olga...te deseo. Ella se estremeció. Aquel hombre la deseaba y no se abalanzaba sobre ella, como un bruto animal. Sus labios se buscaron. Y la mano de él llegó a una de sus tetas. No la apretó ni estrujó, haciéndole daño. Sólo sostuvo su pecho en la palma y suavemente la acarició. Sintió endurecerse sus pezones. Y gimió. Por primera vez un hombre la hacía gemir.

Lucía veía a su amiga siendo acariciada por su padre. Tenía los ojos cerrados y suspiraba. Vio como su padre le fue quitando los botones de la blusa, hasta lograr abrirla, y como le decía algo al oído y ella asentía. Luego su padre besó los pechos de Olga sobre el sujetador, antes de quitárselo. Recordó cómo se sintió la primera vez que hizo el amor con su padre. Así debería estar sintiéndose Olga ahora. Se notó mojada. La imagen de su padre besando los pechos de Olga era muy erótica. Llevó su mano a su coñito y se tocó, mirando.

Miguel había atrapado uno de los duros pezones de Olga entre sus labios. Lo lamía, lo chupaba. Lo mordisqueaba con cuidado. Olga gemía, más fuerte cada vez. Le gustaba lo que aquel hombre le estaba haciendo. La volvió a besar en la boca. Luego le preguntó, mirándola:

-¿Deseas que siga?

-Ummmm, oh síiii, no pares, por favor...

-¿Me dejas acariciar.... tu...coñito?

-Ohhh, ....estoy ...excitada...Has conseguido que me excitara. que te desee.

Con las lenguas entrelazadas Miguel puso una mano en una de sus rodillas, para ir lentamente acariciando la piel del muslo, bajo la falda. Ella tenía las piernas juntas, y cuando sintió la mano de él avanzado, las abrió, dándole paso.

La mano llegó a su ingle, y luego se posó sobre las braguitas de la chica.

-Ummmm, estas mojadita, cariño.

-S..Sí...estoy...mojada...por ti.

Miguel notó en sus yemas el elástico de la braga. Metió la mano y acarició su vello púbico. No lo veía, pero sabía que sería negro. Los azules ojos de Olga brillaban. Tenía los labios resecos, por respirar por la boca. Sacaba la lengua y los humedecía. Miguel llevó los suyos al cuello de ella, mientras la mano se introducía entre las piernas de la chica. Sus dedos notaron el calor que allí había. El calor y la humedad que mojó sus dedos. El dedo corazón subió a lo largo de aquella rajita mojada hasta llegar a su clítoris, que acarició haciendo círculos a su alrededor.

-Aggggggg Miguel....que placer.....ummmmm.

Aquel hombre, aquel maravilloso hombre, la estaba volviendo loca de placer. Sentía como le besaba el cuello y como le acariciaba su coñito. Si seguía así la haría correr.

Lucía veía como su padre tenía su mano bajo la falda de Olga. Como la acariciaba. Aunque la falda lo tapaba, por la cara de placer de su amiga sabía que su padre la estaba masturbando. Por como gemía y se movía Olga, estaba claro que de un momento a otro iba a estallar en un orgasmo.

Y el orgasmo llegó. Olga echaba el cuerpo hacia adelante, arqueando la espalda. Apretó los ojos y tembló. Miguel la besó sin dejar de mover sus dedos en su coñito. Las manos de Olga se cerraron, apretadas, sobre la tela del sofá..Y gritó. Gritó de placer. Un hombre..Un hombre la estaba haciendo correr con sus manos. Y mientras se recuperaba de su fuerte orgasmo, el hombre seguía con ella. La besaba, la acariciaba. Le decía tiernas palabras...que era preciosa, que le gustaba. No se levantó y la dejó tirada. Se quedó con ella.

Cuando abrió los ojos, él la miraba, sonriendo. Ella también le sonrió.

-Te deseo, Olga.

-Te deseo, Miguel.

-Me has excitado mucho...

Olga llevó su mirada a la entrepierna de él. Había un gran bulto. Allí dentro había algo duro..algo grande.

-Quítate la falda...Y túmbate en el sofá.

Olga obedeció, mientras Miguel se iba desnudando también. Cuando por fin estuvo desnudo, notó que ella le miraba la polla, quizás con un poco de miedo en los ojos.

-No te preocupes, Olga. No te haré daño.

-Es tan....grande.

-Bah.. normalita - bromeó él

-Uf, no, la de mi novio no era ni parecida.

A que hombre no le gusta que una chica preciosa, y desnuda, le diga que tiene la polla grande. Miguel estaba encantado. Cogió una de las manos de Olga y con delicadeza se la llevó hasta la polla.

-Tócala.

-Está caliente..Es...es dura y suave...

-Cógela con la mano..Ummmm, sí, así...Ummmm ahora muévela arriba y abajo...

Olga estaba haciendo su primera paja a un hombre. Le gustó la sensación de la dura polla entre sus dedos. No podía abarcar todo el grosor de aquella barra de carne dura y caliente. Miró a Lucía. Se tocaba el coñito, ese coñito tan rica mientras miraba como ella tocaba la polla de su padre.

Miguel la paró. No quería correrse aún. Tumbó a Olga en el sofá y se colocó entre sus piernas. Miró a Lucía. Le sonrió y le envió un beso.

El coñito de Olga era precioso, precioso de verdad. De pelo negro azabache.. y su rajita se veía rosita, húmeda. abierta de deseo.

Se acercó y pasó su polla por aquel coñito. Acarició con la punta el clítoris de la chica, Ella gimió.

-¿Estás lista?

-Ummmm, sí, estoy lista, Miguel. Hazme tuya.

Puso la polla en la entrada del sexo de Olga y empezó a meterla.

-Agggggggggggggg como...la...siento....ummmm

Olga no era virgen, pero sintió como si aquel maravilloso hombre la estuviera desvirgando. Y en cierto sentido era así.

Cuando la penetración se completó, Miguel la besó y empezó un suave bombeo. Aquel coñito estaba muy apretadito y le proporcionaba mucho placer.

-Ummmm Olga...que placer...

-Agggggggggggg como...te...siento...Me ...agggg llenas....

Lucía se corrió viendo el culete de su padre subir y bajar, sabiendo lo que Olga estaría sintiendo. Lo mismo que ella sentía cada vez que su padre la penetraba...Placer y más placer.

Los movimientos de Miguel se hicieron más intensos, lo que provocó un repentino y explosivo orgasmo a Olga. El primer orgasmo de su vida mientras hacía el amor con un hombre. Hombre que seguía entrando y saliendo de ella, cada vez más deprisa. La besaba, la acariciaba...Le mordía la oreja...Le apretaba suavemente las tetas... pellizcaba y mordisqueaba sus pezones...

Olga volvió a correrse..La iba a matar de tanto placer.. Sus músculos se tensaban. Los dedos de los pies se agarrotaban...Era maravilloso.

Miguel sentía en su polla el placer que Olga sentía. Aquel apretado coñito tenía espasmo tras espasmo. Parecía que quería tragarlo...Y sintió que su orgasmo, al fin, llegaba, imparable.

-Aggggggg, Olga...me voy a correr...

-Sí ,Sí...córrete conmigo...lléname de tiiiiii

El primer chorro hirviente de semen que se estrelló en lo más profundo de Olga le provocó el mayor orgasmo de su vida, y los siguientes hicieron que ese orgasmo se prolongara durante interminables segundos. Miguel volvía a tener en su espalda las marcas dejadas por las uñas de la mujer que estaba amando. Se vació por completo dentro de Olga. gimiendo en su boca.

Después de casi un minuto pudieron reaccionar. Miguel miró a Olga. Ella, con lágrimas en sus azules ojos, lo miró. Cuando esas lágrimas cayeron por sus mejillas, Olga, tiernamente, le dijo.

-Gracias

Y se fundieron un abrazo, besándose.

CONTINUARA