La tentación no vive arriba (6)

Siguen las aventuras de Lucía y Miguel. ¿Se unirá Olga?

Descansaron un rato, abrazados en la cama. Después siguieron guardando las pertenencias de Natalia. Esa noche durmieron juntos y volvieron a amarse.

Al día siguiente Lucía estaba deseosa de contarle a Olga lo de la caja de juguetes, así que la esperó a la salida de una de las clases.

Cuando Olga la vio deseó poder abrazarla y comérsela a besos. Estaba preciosa, con una blusa blanca y una falda a cuadros. Pero se contuvo. No quería habladurías. Si fuesen un hombre y una mujer no pasaría nada. La sociedad es tan....tan...

-Hola Lucía.

-Hola Olga. ¿Cómo estás?

-Ahora que te veo, mucho mejor. ¿Y tú?

-Muy bien - le dijo sonriendo. Luego, mirándola fijamente a los ojos, le preguntó- ¿Vamos a tu casa?

Olga suspiró, aliviada. Temía que lo de ayer fuera sólo cosa de un día. Que Lucía se arrepintiese y que nunca más le hablara. Y no sólo le hablaba sino que quería ir a su casa. Eso sólo podía significar que deseaba volver a estar con ella. Volver a amarla. Y Olga también lo deseaba.

Mientras se dirigían a la casa, caminando, Olga la cogió de la mano. Lucía la aceptó. Se miraron. Sonrieron. Olga era feliz. Y cuando subían en el ascensor ya no pudieron más y se abrazaron, se besaron. Pecho contra pecho. Lengua contra lengua.

-Cómo te deseo, Lucía...

-Y yo a ti, Olga.

Entraron en la casa y se dirigieron al cuarto de Olga. Estaban de pie una frente a la otra. Mirándose a los ojos se quitaron las blusas. Luego los sujetadores. Se miraron. La tensión sexual se sentía en el aire. Lucía se acercó a Olga. Sus tetas chocaron entre sí. Divertidas, las movían la una contra la otra. Notaban los pezones duros en sus carnes. Se abrazaron y cayeron a la cama, sin dejar de besarse.

-Ummm, Olga, estoy muy caliente.

-Uf, y yo Lucía. Anoche me masturbé pensando en ti, cariño.

-Yo lo hice con mi padre. Fue muy lindo, como siempre.

-¿ Te comió el coñito?

-Um, si....

-¿Mejor que yo?

-Distinto... es distinto contigo...¿me lo vas comer?

-Tú qué crees

Olga metió una de sus manos bajo la falda de Lucía y la puso sobre las braguitas. Estaban muy mojadas. Parecía que Lucía se había corrido.

-Estás empapada

-Aggggg, sí, sí, estoy muy cachonda.

Olga notó algo extraño. Metió la mano bajo la braga, haciendo gemir más fuerte a Lucía. Entre sus dedos notó como..algo...un cordelito..

  • LUCIA!!!!!! ¿Llevas un tampón? ¿Tienes la regla?

-Agggggggggggggg, no, no ...ummmm, es otra cosa...

Extrañada, Olga despojó a Lucía de sus bragas. Allí vio el hilito blanco saliendo de su vagina, que estaba roja, mojada...

-Olga..ummmmm, uf...como estoy...tira.... tira del hilito.. despacito..agggggg

Agarró el hilo con dos dedos y empezó a tirar. Había algo dentro del coñito de Lucía. De repente, salió una bola, como de pimpón, atada al hilo. De la bola salía otro hilo que se adentraba dentro de Lucía. Cuando la bola salió, acompañada de líquido transparente, Lucía se arqueó, llena de placer.

-ummm, Aggggg sigue Olga, por favor....Me voy a correerrrrrrr

Olga siguió tirando y una segunda bola salió, acompañada de más flujo. Esta vez Lucía estalló en un fuerte orgasmo, que tensó todo su cuerpo y la dejó un momento sin respiración. Olga la miraba, atónita, pero muy excitada. Cuando vio a Lucía más calmada, le preguntó que qué era aquello. Lucía, sonriente, le explicó.

-Son las bolas chinas de mi madre. Ayer, mientras mi padre y yo hacíamos limpieza de sus cosas, encontré una cajita. Tenía varios vibradores y estas bolas.

-Coño!

-jajaja. Mi padre me explicó que los usaban para jugar, y que mi madre a veces se metía las bolas para excitarse. Yo tenía que probarlo. Me las puse esta mañana y....UF!!!!! Creo que me he corrido tres veces, sin contar ahora cuando me las has sacado. Tienes que probar, Olga. Dan mucho gustito.

-Por como tienes el coñito deben de ser muy ricas..

-Ya lo creo. Hoy te las presto, si quieres.

-Ummm, vale...Pero..ahora...necesito tu lengua.

-¿Si?

-Oh, cariño...estoy que ardo...Necesito que me comas el coño, ahora

-Será un placer. Desnúdate.

-A sus órdenes, mi capitán.

En un plis-plas estaba Olga desnuda, sobra la cama, con las piernas abiertas esperando a que su amiga le diera el placer que necesitaba. Lucía se entretuvo en mirarla.

-Olga, eres tan bonita. Tu piel tan blanca y tu pelo negro. - Se acercó  a su cara y se besaron.

Llevó sus manos a las tetas de Olga, a las que acarició suavemente. Luego, mientras su mano, lentamente bajaba por su cuerpo en dirección a su negro monte de Venus, le fue hablando.

-Dos de los consoladores eran a pilas...mi padre buscó y le puso pilas a uno...

-Ummm, Lucía...

-Me hizo tumbar en la cama. Me acarició la cara con el vibrador...Era una sensación muy agradable. luego lo fue bajando, lentamente, como yo bajo la mano por tu cuerpo.

-Aggggg

Lucía llegó al pubis de Olga. Luego con sus dedos abrió los labios de su sexo y pasó uno por la mojada rajita. Olga sólo gemía y se contoneaba las caderas.

-Me acarició las tetas con el vibrador. Los pezones..Yo estaba muy caliente. Luego siguió bajando, vibrando por mi cuerpo

-Ummmm Lucía..

Empezó a hacerle a Olga una suave paja con sus dedos, y seguía relatándole lo de ayer...

-Olga... cuando llegó con el vibrador a mi coñito casi me corro. Me lo pasó por la rajita. Yo sentía como vibraba. Oía aquel zumbido. Luego..ummmm, luego me lo metió. Me folló con el vibrador. Lo metía y lo sacaba de mi coño. A veces lo sacaba y me acariciaba el clítoris con él. Me daba mucho gustito..

-Agggg, Lucía....pero...como ...me ...tienes...

-Él a mi me tenía muy cachonda. Él también estaba muy caliente. Se sacó la polla...

-Ohhhhh ummmmm

-Le pedí que me la diera. Le pedí que me la metiera en la boca.

.Aggg, ¿Lo hizo? ¿Te metió tu  papi la polla en la boca?

-Ummmm, pues...siiii. Me metió su linda y dura polla en la boca. Me folló la boca con su polla mientras me follaba el coñito con aquello que no dejaba de vibrar..

-Lucía....no...puedo...másssssssssssssss.

-Él tampoco pudo más. Se corrió en mi boca. Me la llenó de semen, de rico semen. Ummmm y yo me lo trague todo, Olga. Me tragué toda la lechita rica de mi padre mientras me corría también yo.

-Me .. co...rroooo

Los dedos de Lucía se enterraron en el coñito de su amiga mientras Olga se corría. Lucía la miraba. La imagen de esa preciosa chica morena teniendo un orgasmo era maravillosa.

Después se besaron tiernamente, acariciándose.

-Tu padre parece un hombre maravilloso.

-Lo es.

-Siento un poco de..de envidia.

-No sientas eso. Ya te dije que si quieres podrías estar con él.

-¿Y si él no quiere?

-Que hombre en su sano juicio no querría tenerte? Si eres hermosa.

-Gracias...pero..no estoy segura.

-Bueno, no hay prisa. Cuando estés lista me lo dices.

-Vale.  Sigo...caliente.

-jajaja, Y yo.

Se besaron apasionadamente y terminaron en un placentero 69, acabando cada una en la boca de la otra.

Cuando se despidieron, Lucía le dijo:

-Preciosa, te dejo las bolas chinas. Ya me dirás que tal.

-Vale.

Era viernes por la tarde. Lucía y su padre estaban abrazados viendo la tele cuando sonó el teléfono. Su padre lo cogió. Era una voz de chica.

-Hola. Está Lucía?

-Sí, de parte de?

-Olga, una amiga.

-Un segundo

...

...

-¿Era tu padre?

-Claro. Quien iba a ser

-Tiene una bonita voz.

-Sip. ¿Qué tal?

-Uf, Uf, Uf, Lucía. Cuando te fuiste...me puse las bolas! Que flipe. Llevo toda la tarde corriéndome sóla!jajaja

-jajajaja, Ya te lo dije.

-He pensado...en lo que me dijiste de tu padre

-¿Sí? No te arrepentirás.

-Pero antes me gustaría conocerlo. Y que me conozca a mí.

-¿Por qué no te vienes mañana a comer?

-Vale. Pero no te prometo nada. Sólo...sólo conocerlo.

-Hecho. Mañana a las 12, OK?

-Ok. Besos. Hasta mañana...jeje, voy a seguir un rato más con la bolas.

-jajajaja, cochina!

Colgaron. Su padre le preguntó por esa tal Olga.

-Es una amiga de la Facultad. La he invitado mañana a comer. ¿No te importa, verdad?

-Oh, claro que no. Me gusta que tengas amigas.

-Gracias, papi.

Miguel estaba encantado. Al fin parecía que Lucía empezaba a tener vida social otra vez. Desde que se habían mudado no había salido con amigas. Y ahora una vendría a comer. Perfecto.

Al día siguiente, sobre las doce, se presentó Olga.

-papi, te presento a Olga, la amiga que te comenté.

-Hola Olga, encantado.

-Hola, Don Miguel.

-Hey, Hey, nada de don. Soy Miguel.

-Vale. Hola Miguel.

Hablaron un rato los tres. Olga resultó ser una chica muy simpática, además de ser preciosa. Ese contraste de piel blanca y pelo negro le quedaba muy bien. Además, el cuerpo era precioso, también. Miguel estaba feliz de que Lucía tuviera, al fin, una amiga.

-Bueno, chicas. Como hoy es sábado y no me apetece cocinar, os invito a comer. ¿Qué les apetece?

-Chino.

-Mexicano

-jajaja. Póngase de acuerdo.

-PIZZA! dijeron las chicas, divertidas.

-Que sea pizza. Conozco un italiano muy bueno.

Durante la comida lo pasaron muy bien. Reían, hablaban. Olga se fijaba en Miguel. Era guapo, simpático y divertido, y las trataba como a damas. Se sentía bien con aquel hombre.

Luego las invitó a un helado. Cuando fue a buscarlos, las chicas hablaron.

-¿Qué te parece mi padre?

-Wow, tenías razón. Me lo estoy pasando muy bien con vosotros. Está siendo un día maravilloso.

-He notado como te mira.

-¿Sí? ¿Me ..me mira?

-Con disimulo, pero te mira. No me extraña. Hoy estás arrebatadora.

-Gracias, Lucía.

-¿Y bien? ¿Te decides?

-Joer....Sí, que coño!! Pero...pero habla primero tú con él. Asegúrate de que... ya sabes, de que él también quiere.

-Vale.

-Aquí tenéis los helados, chicas. ¿De qué hablabais?

-De cosas de mujeres.

-jajaja, vale.

Pasaron el resto de la tarde juntos, los tres. Luego acompañaron a Olga hasta su casa. Se despidieron en la entrada.

-Bueno, Miguel, ha sido un placer conocerte.

-El placer ha sido mío. Hasta pronto.

-Hasta pronto, Olga.

-Adiós, Lucía.

Cuando llegaron a casa, Lucía lo besó en la boca.

-Gracias, papi. Ha sido un día maravilloso.

-De nada, mi amor. Sí que ha sido un gran día. Olga parece una buena chica. Me alegro de que al fin tengas una amiga. Ahora una duchita y a cenar.

Después de la cena, como habitualmente, se acurrucaron en el sofá a ver la tele. Lucía apoyada en su hombro.

-Olga es muy guapa, verdad?

-Oh, sí, es preciosa, la verdad.

-Bandido, si te la comías con los ojos.

-Nahhh, exagerada.

Lucía llevó su mano a la polla de Miguel. Estaba morcillona. La acarició hasta ponerla bien dura. Luego la sacó, agarrándola con la mano. Cómo le gustaba aquella polla. Se agachó y la besó. Luego se la metió en la boca. Miguel gemía, acariciándole el pelo, mientras ella chupaba, lamía, besaba y movía su manita a lo largo de la dura barra.

-Su padre las abandonó a ella y a su madre - Le dijo sacándose la polla un momento de la boca. Luego se la volvió a meter y lamer.

-Agggggg, mi niña....

-Luego un asqueroso novio que tuvo la desvirgó, sin amor, sin cariño, sin placer..- le susurró otras vez sacándosela un momento de la boca, para seguir enseguida con su rica mamada.

-Ummmmm, cariño...que placer...

-Por eso ahora ella no quiere saber nada de hombres...

-Ahhhh

-Por eso..por eso le he hablado de ti.

-ummmm Aggggggg,...qué? ummm

-Le dije que tú me hiciste mujer, y que fue lo más maravilloso del mundo...

Lucía seguía hablando y chupado. Cada frase iba seguida de ricas chupadas, siempre con su mano acariciando la polla.

-Oh..Lucía...Le contaste lo nuestro? Ahhhhhh

-Si papi. Le conté que eres el hombre más maravilloso del mundo.

-AGGGGGGGGGGGGG

-Y que si ella quisiera, podrías demostrarle que no todos los hombres son malos.

-Ummmm, cómo? Eso...aggggg le dijiste?

-Sí. ¿Lo harás papi? Le darás el cariño y el placer que me diste a mí?

-Ahhhhhh Ummmm mi niñaaaaaaa.

-¿Le harás el amor a Olga, papi?

El primer chorro de semen le dio a Lucía en la mejilla. Rápidamente se metió la polla en la boca para beberse el resto del orgasmo de su padre. La excitación a la que lo había llevado fue tal que Lucía no recordaba haber tragado tanto semen. Un poco se escurrió por la comisura de sus labios y bajó por la polla..Lo lamio. No le gustaba desperdiciar la lechita paterna, salvo cuando le llenaba la carita, claro.

Luego de dejar la polla bien limpia, se incorporó y miró a Miguel a los ojos.

-¿Lo harás? Ella lo desea. Yo lo deseo.

-Lo haré, mi amor.

CONTINUARÁ.