La tentación no vive arriba (14) y final

Termina esta historia de amor y pasión entre cuatro personas

Lucía y Olga se sentaron en el sofá. Pusieron la cajita entre ellas. Olga la abrió.

-Ummm, no me decido por cual coger....

Empezó a hacer círculos sobre la caja, como decidiendo cual de los tres objetos que había dentro coger. Lucía se adelantó y cogió el 'gran hermano'. Olga cogió el mediano.

-jajaja, no vale. Ese lo iba a coger yo.

-Haber sido más rápida. Ven, vamos a la cama de mi padr.. de papá. Estaremos más cómodas.

Cuando llegaron, se pusieron de pie justo al borde. Se abrazaron y cayeron sobre la cama de golpe. Dieron varios botes. Reían, felices. Cada una aferraba en su mano el juguete elegido. Se besaron, con ternura.

-¿Dormiremos en la misma habitación? - preguntó Olga

-Claro.

-Cuánto te quiero, coño!

Se la empezó a comer a besos. Soltó un momento su vibrador para poder desabrochar la camisa de Lucía. Ella dejó hacer, sonriendo. No llevaba sujetador, por lo que Olga sólo tuvo que acercar su boca para lamer sus pezones. Los notó endurecerse entre sus labios. Ahora fue Lucía la que quitó la blusa a Olga. Llevó una mano a sus tetas y las acarició.

Olga puso en marcha el consolador y acarició los pechos de Lucía. La suave vibración le hizo cosquillitas y le dio un agradable placer. Lucía imitó a Olga y le acarició los pezones con su consolador.

-Jo, eso no vale. El tuyo no vibra - se quejó Olga, poniendo morritos.

-Nop, pero es más grande.

-Sí, eso sí

Lucía fue bajando por la barriguita de Olga. Olga bajó por la barriguita de Lucía. Ésta última llevaba un pantalón corto de pijama. Olga una falda. La mano de Lucía, con el 'gran hermano' aferrado, desapareció bajo la falda. El vibrador de Olga se posó sobre la rajita del coño de Lucía, sobre el pantalón. La vibración le daba gustito. La dura punta del consolador con forma de pene acarició la entrepierna de Olga.

-¿Estas mojadita, Lucía?

-Uf, mucho. ¿Y tú?

-Chorreando.

-Quítatelo todo.

Olga se quitó la falda y las braguitas. Lucía el pantaloncito.

-Olga, te he dicho ya que tienes un coñito precioso?

-Pues mira que el tuyo.

Se miraron a los ojos. Aquellos dos pares de azules ojos estaban clavados el uno en el otro. Sin a apartar la mirada, Olga pasó el vibrante aparato a lo largo de la mojada rajita de Lucía. Lucía gimió de placer. La suave caricia se sumaba a la agradable vibración. Ella hizo lo mismo en el coño de Olga. Pasó aquella polla de látex por el coñito de su amiga. Aunque no vibraba, daba mucho placer. Sobre todo porque Lucía tenía sus ojos clavados en los de ella. En su mirada había amor, había placer, había deseo, había lujuria.

Empezaron a mover sus consoladores. Iban y venía sobre las rajitas. Se apretaban contra los clítoris. El placer que se daban la una a la otra las hacía gemir. Lucía se mordía el labio inferior. Olga se pasaba la lengua por los resecos labios.

-¿Lo quieres dentro? preguntó Lucía

-Ummmm, sí..¿Y tú?

-Sí

Sin apartar la vista la una de la otra empezaron a introducir sus juguetes la una en la otro. Las paredes vaginales de Olga se separaban para dejar paso al gran hermano. Lo sentía entrar en ella. Era grande. La llenaba. El placer era inmenso. Lucía notaba como la vibración iba entrando en ella. Cuando ambas llegar al fondo de la otra, cerraron sus ojos y gimieron.

-Agggg Lucía...que rico..Que grande es..me llena toda..

-Ummmm pues el tuyo se siente tan rico vibrando dentro de mí.

Lentamente, al mismo ritmo, empezaron a sacar y meter los consoladores dentro y fuera, dentro y fuera. Si hubiesen mirado, los habrían visto salir brillantes por los juguitos de cada una. Pero se miraban la una a la otra. Lucía veía reflejado en la cara de Olga el placer que le daba, Y Olga en la cara Lucía.

Los movimientos se fueron haciendo cada vez más rápidos. Olga empezó a respirar más fuerte, más profundo. Estaba a punto de correrse. El placer se reflejaba en su cara. Lucía no lo resistió más y la besó. Aquel beso hizo que los gritos de placer de las dos chicas quedaran atenuados. Cada uno hizo correr a la otra.

Cayeron exhaustas sobre la cama. El vibrador de Olga aún vibrando dentro de Lucía. El de Lucía enterrado dentro de Olga.

-Wow!!! vaya pasada!

-¿Te gustó el gran hermano?

-Ya lo creo que sí. Da mucho gustito, pero la de papi es mejor

-Sip. La de papi está rellena! jajaja

-Jajaja de rica crema.

-Aha. Cuando siento como su leche calentita me llena es maravilloso.

-Uf, si que es rico, sí...

Guardaron sus juguetes. Se abrazaron tumbadas en la cama

-Lucía..¿Todo saldrá bien, verdad?

-¿A que te refieres?

-A nuestra...famila. No somos, que digamos, una famila...al uso.

-Seguro que saldrá bien. En nuestra familia hay más amor que muchas de las familias 'normales'

-Sí. Más amor. Y mucho más...sexo.

-Ummm, eso seguro

-¿Te casarás?

-¿Con quién?

-Con quien va a ser. Con un hombre.

-Jajaja, Olguita. Pero si no tengo ni novio y ya me estás casando.

-Pero querrás tener hijos.

-No me lo he planteado, la verdad. Además, hoy en día hay otras maneras de tener hijos. ¿Y tú? ¿Te casarás?

-No lo sé. El único hombre que conozco con el que podría hacerlo es..Miguel. Pero si todo sale bien lo hará con mi madre, con mamá. Pero nunca se sabe. Quizás algún día conozca a un buen chico. Quizás conozcamos a dos buenos chicos. GEMELOS! jajaja

-jajajaja. Quien sabe. Las vueltas que da la vida. Míranos a nosotras dos. Dónde estábamos hace poco y donde estamos ahora. ¿Y...?

-¿Y?

-Ahora mismo soy tan feliz. Con mi padre. Con Amanda..contigo. Para que quiero un novio cuando ...tengo..a la novia más guapa del mundo.

A Olga se le saltaron las lágrimas. Lucía, su amada Lucía. Su hermana. Su novia.

Por primera vez en sus vidas, durmieron juntas. Abrazadas. La una junto a la otra. Olga tardó en dormirse. Se quedó largo rato mirando el plácido sueño de Lucía.

Miguel se despertó por la mañana, temprano. Abrazada a él estaba Amanda, profundamente dormida. La miró. Estaba preciosa. Pensó en la suerte que tenía. Había encontrado nuevamente el amor. Su hija lo aceptaba con agrado. Y había ganado una nueva hija.

Con cuidado para no despertarla, se levantó y fue a ducharse antes de ir a trabajar. Amanda le dijo que esa mañana ella no trabajaba, así que la dejó dormir.

Ya en la ducha, ella entró en el baño.

-Buenos días, mi amor. ¿ No te ibas a ir sin despedirte, no?

-Hola guapa. Es que dormías tan plácidamente que no quise despertarte.

Amanda entró en la bañera con él. Se abrazaron y se besaron. El agua caliente los mojó a los dos.

-¿Me enjabonas? le pidió Amanda.

Miguel se puso gel de baño en las manos y empezó a pasarlas por el cuerpo de Amanda, formando una suave espuma. Más que enjabonarla lo que hizo fue meterle mano. Le acarició las tetas, dejándolas llenas de jabón. La barriguita. El pubis. Amanda se dejaba hacer.

Le pasó los dedos por la raja del coñito. Estaba caliente y babosita.

-Ummm, cariño. Que mojadita estás ...¿Es por el agua?

-Agggg, no.. es por ti.

A estas alturas, la polla de Miguel apuntaba hacia lo alto. Amanda llevó sus jabonosas manos y al acarició, empezando una lenta paja mientras Miguel la masturbaba a ella.

Miguel le dio la vuelta, poniéndola de espaldas al. Cogió más jabón y llevó sus dedos al culito de ella. Resbalaban con facilidad. Y con facilidad entraron dos, profundamente.

-Agggggg, que rico, mi amor.

-Amanda, que culito más bonito tienes. Es una preciosura.

-Me lo quieres follar, verdad? Quieres meter tu dura polla en mi culito, no es así?

-Ummm, si, si, claro que quiero.

Amanda se echó un poco hacia adelante, apoyando sus manos en la pared y ofreciendo su redondo trasero.

Gracias al agua y al jabón, la penetración fue profunda y suave, como el gemido que dio Amanda al sentirse atravesada por aquella dura barra. Entró toda, hasta el fondo.

-Ummm, como me llenas

Miguel puso sus manos en las caderas de Amanda y empezó a meter y sacar su polla. Miraba y la veía aparecer y desaparecer dentro de Amanda, que rotaba las caderas para sentir aún mejor como Miguel la sodomizaba.

Recordó la conversación que tuvo con Olga sobre el placer que sentía al hacerlo por el culito. El placer que sintió cuando se lo hizo con la lengua y los dedos. Quería compartir con ella el placer que ahora le estaba dando Miguel. Quería que su niña sintiera lo que ella sentía.

-Miguel, mi amor...¿Le enseñarás a mi niña este..ahhhh. ...placer?

-Ummm...Amanda...ayer....ahhhh ayer...lo hicimos

-Agggggg ¿Sí?...¿Follaste el lindo culito de mi niña?

-Siiiiii

-Eres un pillo..¿ Le gustó?

-Creo que sí.

-Miguel....

-¿Qué?

-Me corrooooo

El orgasmo fue repentino, electrizante. Todo el cuerpo de Amanda, al que le corría el agua caliente por la espalda se tensó. Miguel sintió como su polla era apretada, estrujada, por los músculos del culito. En ningún momento dejo de penetrarla, una y otra vez, prolongando el intenso placer que ella sentía.

Las piernas de Amanda no la sostenían. Quedaron flojas tras el intenso orgasmo. Tuvo que caer de rodillas sobre la bañera y luego quedar sentada. Respiraba agitadamente. Su cuerpo tenía aún espasmos de placer. El agua caía sobre su rostro, acariciándola con su calor. Cuando pudo abrir los ojos, Miguel seguía en pie, mirándola.

-OH, mi amor..tú no te has corrido.

-No importa. Darte placer me da placer.

Amanda enjabonó la dura polla de Miguel y luego la limpió con agua. Acercó su boca y la metió dentro. Mirando a su amor, empezó un lenta y sensual mamada. Con sus manos agarró las nalgas de Miguel mientras su boca engullía aquella dura barra de carne que tanto placer acaba de proporcionarle. Placer que ella quería devolverle.

El orgasmo de Miguel le llenó la boca antes de ser tragado. Siguió chupando tiernamente hasta que él la hizo levantar para besarla.

-Seremos felices, ¿Verdad? - preguntó ella.

-¿No lo eres ya?

-Sí.

Miguel se marchó a trabajar. Amanda se quedó en casa. preparando las cosas para la próxima mudada. Estaba ilusionada, feliz. Al fin Olga y ella eran felices de verdad.

A media mañana llegaron Olga y Lucía. Olga fue corriendo y la abrazó

-¿De verdad mami? ¿De verdad vamos a vivir juntos? - Aún no creía que tal felicidad fuera a ser posible.

-Sí mi vida. En un par de días nos iremos a vivir con Miguel y Lucía.

Olga nuevamente se emocionó y se le saltaron las lagrimas. Su madre se contagió. Lucía las miraba. No se atrevía...Pero Amanda la miró, le hizo un gesto y las tres mujeres se abrazaron. Amanda las besó a las dos, en sus mejillas. Fue un beso de madre. Luego las besó en la boca. Fue un beso de mujer.

Se sentaron en el salón. Tres mujeres juntas, ya se sabe. Empezaron a hablar. De muchas cosas. Al final, salió el tema del sexo.

-¿Mami, que tal ayer con Miguel? - preguntó Olga

-Ummmmm, muy, muy bien. A parte de un gran hombre, es un estupendo amante

-Lo sabemos - Dijeron al mismo tiempo Olga y Lucía.

Las tres rieron.

-Miguel me dijo que ayer te estrenó el culito.

-Ummm, sí mami. Fue estupendo. Como me dijiste, me hizo sentir llena.

-¿Y a ti, Lucía?

-También.

-Jajaja, ese hombre hace de nosotras lo que quiere.

-O nosotras de él!

-Mami, tienes que conocer al gran hermano

-¿Y ese quién es? ¿El tío de Lucia?

-jajajajaja. Nooooo. Un juguetito.

-Ahhh

Aquella conversación empezó a excitar a las tres chicas. Olga y Lucía se miraron. Sólo con esa mirada  se entendieron a la primera. Se sentaron junto a Amanda, una a cada lado. Olga besó su mejilla derecha.

-Te deseo, mami.

Lucía su mejilla izquierda.

-Te deseo....mami.

Cuando Amanda se dio cuenta de que Lucía la había llamado mami, la miró. Sus preciosos ojos azules la miraban. Estaban llenos de amor. Estaban llenos de deseo.

-Y yo a ti.

Se fundieron en un beso mientras Olga besaba y lamía el cuello de su madre. Luego giró la cabeza mientras besaba a Olga y Lucía besaba su cuello. Nunca se había sentido tan amada, tan deseada, como es ese momento, cuando sus dos niñas se las estaban comiendo a besos.

Le fueron desabrochando la blusa, un botón cada una. Se la abrieron y llevaron sus manos a sus pechos. Los acariciaron. Amanda gemía de placer al sentir aquellas dos tiernas manos acariciarla. Después, la despojaron del sujetador.

Los pezones se notaban duros, llenos de deseo. Cada una llevó su boca a uno y los besaron, los chuparon, los lamieron. Amanda había apoyado su cabeza en el respaldo del sofá, y con los ojos cerrados gozaba de las dos bocas que la volvían loca de placer.

-Agggg, mis niñas...que placer...que rico...

Llegaron con sus manos a la falda de Amanda. Metieron sus manos bajo ella y las dirigieron por entonces encharcado coño. Se 'pelearon' por ser la primera en tocarlo. Olga fue la primer en meter su mano por dentro de las braguitas y empezar a pasar sus dedos por la rajita del coño de su madre. Lucía besó a Amanda, con la boca abierta, buscando su lengua. Acariciaba sus pechos y la besaba mientras Olga le tocaba el coñito. Sus dedos recorrían toda la raja mojada. Se metían en su vagina y acariciaban su clítoris.

Lo hacía despacito, recreándose en los gemidos que le provocaba. Gemidos que eran ahogados por la boca de Lucía, que no dejaba de besarla. Lentamente, el placer fue aumentando hasta que estalló en un fabuloso orgasmo que tensó su cuerpo le cortó la respiración por unos segundos.

Olga sacó su empapada mano, que fue sustituida por la de Lucía.

-Aggggggg me vais a matar.

Ahora Olga la besaba y acariciaba mientras Lucía la masturbaba hasta arrancarle un segundo orgasmo. Quedó rota, sobre el sofá. Los ojos cerrados. Las dos chicas la besaban tiernamente.

-Ummm, me habéis dejado muertita....

-De gustito no se muere nadie, mami.

-Y además, aún no hemos terminado contigo.

-¿Pero de verdad queréis matarme?

La desnudaron del todo. Luego se desnudaron ellas. La cogieron de la mano y la llevaron al dormitorio. Iban a volver a darle placer. Pero no era justo, así que tomó las riendas. Hizo acostar a las dos chicas. Ella se arrodilló entre ellas. La miraban con cara deseo.

Llevó una mano a las lindas tetas de Lucía. La otra, las preciosas tetas de Olga. Pellizcó los pezones, duritos. Luego empezó a bajar sus dedos. Rozando sólo con las yemas, haciéndoles unas agradables cosquillitas. Cuando llegó a aquellos dos jóvenes pubis, los acaricio. El negro vello de Olga. El más clarito de Lucía.

Sus dedos se adentraron en los dos coñitos. Estaban calientes, babositos. Olga y Lucía empezaron a gemir. Aquellos expertos dedos les proporcionaban un gran placer. Amanda juntó los dedos índice y corazón de cada mano y los introdujo en las vaginas.  Con el pulgar acariciaba los clítoris.

Empezó a follar aquellos dos coñitos con sus dedos, a frotar con su pulgar. Olga y Lucía gemían suspiraban. Sus caderas se mecían al ritmo de aquellos dedos que las llenaban de placer.

-Agggg Mami....

-Amanda...ummmm

-Estáis preciosas..que imagen más bella..

Lucía dio un grito y se corrió. Olga se acercó y la besó. Sentía en sus labios los temblores del orgasmo de Lucía. Amanda seguía masturbándolas, hasta conseguir que también Olga se corriera. La imagen de aquellas dos preciosas mujeres, besándose mientras compartían un placentero orgasmo quedaría para siempre clavada en su mente.

Las tres descansaron después de tanto placer. Amanda en el centro, abrazada por las dos.

Por la tarde, Lucía se despidió de Amanda y Olga. El día siguiente iba a ser un gran día. El día siguiente su nueva madre y su hermana se irían a vivir con ella, y con su padre.

Mientras cenaba con su padre, éste le preguntó:

-¿Eres feliz, Lucía?

-Inmensamente feliz, papá.

  • Y yo, mi amor.

Cuando terminaron de cenar, antes de ir al salón a ver la tele, Lucía de dijo a su padre:

-Papá, esta noche es nuestra última noche solos.

-Sí.

-¿Me haces el amor?

Miguel se acercó a ella y le tendió la mano. Lucía la tomó. La llevó a su cuarto.

De pié, junto a la cama, la besó tiernamente. Ambos con los ojos cerrados. Sintiendo sus labios.

Le quitó el camisón, dejándolo caer al suelo. Su cuerpo desnudo fue acariciado, besado.

Ella le sacó la camisa. Besó su pecho. Lo acarició. Abrió el cinturón y el pantalón. Cayó al suelo. Pasó su mano por el duro bulto que escondían los calzoncillos. Miguel gimió.

Lentamente, se arrodilló delante de él. Y lentamente, le bajó los calzoncillos. Ante ella, erecto, deseoso, aquella dura barra que tanto placer le daba. La miró.

Miguel le puso las manos en los hombros y le hizo levantar. Se fundieron en un suave beso y se tumbaron en la cama. Acarició su sexo, comprobando que estaba muy mojadito, listo para él.

-Ámame

Miguel se subió encima de Lucía y la penetró, lentamente, mirando aquellos bellos ojos azules...

Como empezó, esta historia termina. Un padre amando a una hija. Pero ya no estarían solos nunca más.

FIN...

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Nota final:

Cuando empecé a escribir esta serie nunca pensé que tuviera tantos capítulos. Pero lo he pasado muy bien escribiéndola para todos vds.

Pero el final de la historia como tal tenía que llegar, sólo con los cuatro personajes actuales. Me imagino la vida de los 4 solos por mucho tiempo.

Quizás en un futuro Olga y Lucía conozcan algún chico y lleguen a casarse. No sé. Cada uno que imagine un final adecuado. El que yo escribiría, quizás, solo incluiría un chico, que se enamoraría de las dos hermanas.

Pero eso ya sería otra historia