La Teniente - 9

Nora y su familia descubren algo que no se esperaban de “C”… Nora sufre un Shock al enterarse de ello

LA TENIENTE - 9

Una Nora muy enfadada se dirigió hacia “C” como una carga de caballería, arrasándolo todo a su paso, incluso esquivo a duras penas a su madre, que se cruzo en su camino sin advertir su presencia. Cuando llegó hasta “C” aparto a su padre para quedar frente a él…

-      ¿Qué es eso de que Matt te ha quitado el pasaporte?

-      Bueno, no me lo ha quitado exactamente, dijo que solo me lo retendría un par de días o tres para verificar unos datos en él, pero en ese tiempo no podré salir del condado.

-      ¿Por qué no me lo dijiste ayer según nos vimos?

-      Nora, no te lo dije porque estaban todos tus amigos, que también son amigos del agente Matt, lo último que quiero es crear fricciones entre vosotros, además, solo estaba cumpliendo con su trabajo…

-      Eso te lo crees tú, no es quien para hacer eso, inmigración te considero apto para estar aquí cuando te concedieron el visado de turismo… No, esto no es cosa suya sin un motivo legítimo, los sellos de los países que tengas en tu pasaporte no es asunto que entre en su jurisdicción, creo que voy a tener una charlita con el…

-      No te molestes, yo hablarte con Jerry, veremos que le tiene que decir a él sobre lo que ha hecho –dijo su padre.

-      No papa, no hace falta que metas al Sheriff en esto, yo hablare con Matt…

-      Me parece bien, pero de todos modos, hablare con Jerry, es amigo mío, y de paso nos iremos a la galería a pegar unos tiros, tengo ganas de probar mi Colt a ver qué tal va…

-      Jajajaajajaja, entendido, tranquilo, por la tarde iré a donde Eli, recojo la aguja percutora y te lo arreglo –dijo Nora malinterpretando a su padre.

-      No hace falta hija, ayer lo hizo “C”, le cambio la aguja y me lo dejo apunto… es un manitas con un arma.

Nora se revolvió hacia “C” como si le hubiese picado una víbora, igual de rápida, y con una cara de pocos amigos que tiraba de espaldas. Antes de que pudiese decir nada entro su prima Eli por la puerta buscando a “C”, la cara que puso Nora cuando está directamente preguntó por él con un tono de confianza que no le gusto para nada, empeoró en bastantes enteros… Cuando se dirigió a “C”, Nora se apreciaba que estaba muy enfadada, mucho más aun… y por varias cosas por lo que parecía.

-      ¡¡Cómo que le arreglaste la pistola a mi padre!!, ¿No dijiste que no te gustaban las armas? –siguió con “C” ignorando por completo a su prima.

-      Y no me gustan, tu padre ha sido muy amable alojándome, es lo menos que podía hacer por él…

-      También me calibró el alza de la Sig que ayer dijisteis que se desviaba –intervino Eli para terminar de rematar a Nora.

-      ¡¡Que te ajustó el alza de la Sig!!! ¿Cómo pudo hacerlo si no sabe disparar? –preguntó a su prima.

-      Eso lo dirás tú, mira –contestó Eli.

Para sorpresa de “C”, Eli saco del bolsillo trasero de su vaquero el papel con la diana sobre la que disparo con la Sig cuando la probó. Eli le explicó la sucesión de disparos a su prima Nora, indicándole el primero de prueba bastante desviado del centro, y los seis siguientes, que como explicó, “C” había disparado en rapidísima sucesión, agrupándolos justo en el centro del circulo de la Diana… Después, para sorpresa también del resto de la familia, les comento de paso, como “C” había reconocido sin problemas cada uno de los Fusiles de Francotirador de la colección de su hermano… Nora tras todo esto, parecía algo abrumada, pero sobre todo muy confundida… Se volvió muy seria hacia “C”, pero en esta ocasión, no parecía enfadada, sino desconcertada, muy desconcertada, igual que parecía estarlo también el resto de su familia…

-      ¿Me lo puedes explicar por favor? No te entiendo… dices que no sabes disparar, que no conoces las armas y luego haces todo esto… -dijo Nora.

-      Nora, como le comente a tu prima Eli cuando me preguntó esto mismo, yo solo dije que no me gustan las armas, solo eso. Se disparar bastante bien, y también tengo conocimientos sobre ellas, pero para mí no son ningún juguete como parece que lo son para vosotros por lo que vi el otro día. Si queréis hacer competiciones con ellas, adelante, respeto que eso os guste, pero yo no participaré en ello.

-      ¿Qué te pasó “C”? –preguntó Sharon de repente, adelantándose a su hermana, que se le quedó mirando, sorprendida por la pregunta.

-      No entiendo… -dijo Nora.

-      Nada, a mí la verdad… -fue a empezar a explicar “C”, pero Sharon le cortó.

-      Pregunto qué es lo que te ocurrió para que les tengas esa aversión que manifiestas. No estoy segura porque necesitaría hablar más contigo, pero por lo que estáis explicando y lo que contáis, por como hablas, creo que lo que tienes es una especie de relación amor odio con ellas. Para mi está relativamente claro que te atraen y a la vez te repelen, eso por lo poco que he observado, y sinceramente, pienso que algo te ha tenido que ocurrir para ello... Muy posiblemente además, ese algo, sea bastante “serio”. Quizá fuese bueno que lo soltases… -dijo con voz suave mirando de forma evidente a Nora para que él lo viese.

-      Ya, -se quedó pensativo, mirando también a Nora de reojo, pareció meditarlo unos segundos, luego tuvo una leve contracción de la mandíbula y empezó a hablar-. Cuando tenía ocho años, estaba con mis padres y mi hermana en un país africano de vacaciones, por lo visto, un señor de la guerra local decidió que debía dar un escarmiento a los occidentales, atacó el complejo donde nos alojábamos. En ese momento cenábamos todos en el exterior, en los jardines, en total trece personas nos vimos metidos en un fuego cruzado entre atacantes y defensores, doce de ellas murieron allí mismo por las balas, solo yo sobreviví… no sufrí ni un solo rasguño, mi madre me cubrió con su cuerpo y fue quien recibió mis balas –terminó de contar con voz totalmente impersonal, como si fuese solo una maquina recitando un texto, como si llevase una coraza puesta para mitigar sus sentimientos.

-      Lo… lo siento… yo… yo n… yo no sabía… -tartamudeo completamente pálida, Nora parecía estar en estado de shock… el resto de los presentes parecían también conmocionados.

-      No te preocupes por ello, no pasa nada Nora, fue hace mucho y ya lo tengo superado –dijo “C” muy, muy serio y con una aparente calma que daba grima verla tras lo que acababa de contar que le había pasado a su familia-. Respeto tu profesión, respeto a la gente a la que le gustan las armas, pero entenderás que para mí son algo muy serio, no son ninguna broma y no me gusta cuando la gente se las toma como un juego, porque no lo son, no son ningún juguete, son peligrosas.

-      Lo siento “C”, de haberlo sabido nunca te hubiese propuesto ir a la galería a tirar –dijo Nora

-      También yo lo lamento, te hice ayudarme y… -“C” cortó a Eli.

-      Vamos a ver, las dos. Eli, fue un placer ayudarte a calibrar esa Sig Sauer, eso no era por diversión, era importante, igual que lo fue arreglar la aguja percutora del Colt del señor Tom. Nora, tú no sabías nada de todo esto, te repito, no te preocupes, tranquila, pero sí que te pido por favor, que igual que yo te respeto a ti y tus gustos, tu respetes el que a mí las armas no me gusten o no me resulten divertidas, mucho menos como para estar jugando con ellas.

-      Supongo que lo que sucedió con tus padres es el motivo de tus conocimientos sobre las armas, ¿me equivoco? –preguntó nuevamente por sorpresa Sharon, intentando desviar la conversación del derrotero que empezaba a tomar.

-      No, no te equivocas. En cuanto me recuperé de la tragedia, se convirtió en una autentica obsesión para mi, en mi país no es nada fácil acceder legalmente a las armas, pero bueno, me las arregle para poder hacerlo y procure saberlo todo sobre ellas, conocerlas hasta con los ojos cerrados, incluso me propuse ser capaz de disparar como veía hacer a los pistoleros en las películas del oeste. Obviamente, todo ello con la ingenua intención de poder vengarles y matar a quienes fueron responsables de su muerte. Supongo que es un poco como dijiste al principio Sharon, me obsesione con ellas y aprendí todo lo que pude al respecto, pese a que en cierta forma, me repelían profundamente por lo sucedido… es tal y como dijiste, la verdad es que se podría decir que mantengo con ellas una especie de amor-odio.

-      Lo siento mucho “C”, me he comportado como una idiota contigo, la verdad es que después de que me aceptases tan bien, no me esperaba que me dijeses aquello y reaccione mal. Debería de haber supuesto que sí lo dijiste sería por algo, y por un motivo fundamentado, no por capricho… –se disculpó Nora visiblemente nerviosa.

-      Cálmate, no podías saberlo, también yo quizá lo hubiese podido decir de otro modo y no ser tan brusco. Supongo que para ti, siendo militar de vocación y con los problemas que habrás tenido por ello con los hombres, debió de ser desagradable lo que dije ante tus amigos.

-      Si, lo fue…, bueno… un poco –desvió la vista-. Pero debería de haberme dado cuenta de que si me aceptaste y no pusiste pegas a nuestra amistad, es que tenía que haber algo serio para que no te gustasen. De todos modos, me ocupare de recuperar tu pasaporte y de que mañana puedas acompañarnos al parque de Yellowstone como habíamos planeado -sonrió.

“C” pareció entender que de nada le serviría decirle nada sobre eso a Nora, esta parecía muy decidida a hablar con el tal Matt, a la par que muy cabreada y meterse en los follones que hiciesen falta para recuperarle el documento. Con todo esto, los padres, hermana, cuñado y prima de Nora, no pudieron evitar a su vez sonreír irónicos. Todos ellos la conocían bien, y ciertamente, a ninguno se le escapo el más que evidente interés que mostraba a ojos vista e incluso de forma inconsciente por “C”, el cual a ninguno desagradaba para ella, especialmente a sus padres, a quienes había caído estupendamente. Al señor Tom, le cayó así de bien para su hija, porque entre otras cosas, estaba claro que era del tipo de hombre, que sintiese lo que sintiese por Nora, no se dejaría manejar por ella y le haría de contrapunto perfecto a su carácter o forma de ser.

Nora en cuanto pudo se marchó a la ciudad, entrando como una exhalación en ella, directa hacia la oficina del Sheriff, donde se fue a encontrar con Matt, que ese día le tocaba allí de servicio… Entro, dio los buenos días a los que allí estaban y se fue directa a por él…

-      ¿Por qué le has retenido el pasaporte a “C”?

-      Son cosas oficiales, no creo que te interese…

-      Pues yo creo que si me interesa y… -alguien a su espalda la cortó.

-      Espera un momento Nora, ya me encargo yo –quien acababa de hablar así era Ruth, amiga de Sharon-. Matt, soy la abogada del señor Caín, quiero saber los motivos para retenerle la documentación a mi cliente…

-      No creo que lo seas, cuando quieras eso, que él esté presente y lo confirme –respondió Matt tenso.

-      Sabes una cosa Matt, creo que no merece la pena hablar contigo –dijo Nora muy seria-, lo arreglare por mi cuenta…

-      ¿Y qué harás?, ¿hablara tu padre con Jerry quizá?, estará fuera toda la semana, ¿sabes? –respondió con sorna.

-      No voy a meter en esto a mi padre o al Sheriff, “C” es mi invitado así que yo seré quien lo arregle. Hablare con la embajada en Madrid, el visado de “C” lo tramitaron directamente para mí y esto no les va a gustar en absoluto. Ya veremos que tal sales de esta cuando le hagan determinadas preguntas al sheriff a través del departamento de estado… -dijo sabiendo que eso sería poco probable, aunque sí que de allí puede que llamasen al sheriff en persona, algo que para dar un escarmiento a Matt también le servía.

-      No creo que eso haga falta Nora, si dentro de un día, mi cliente no tiene su documentación en su poder de nuevo para poder moverse libremente y disfrutar de sus vacaciones, presentaremos una demanda por daños y perjuicios, de lo que me encargare con gran placer, además la indemnización que solicitare será bastante considerable.

-      Nuca te he caído bien, ¿verdad Ruth? –dijo un sonriente Matt.

-      No, nunca lo has hecho, y será un placer hundirte, no eres buena persona, tienes engañada a mucha gente, pero no a mí.

-      Pues yo que vosotras dos, iría con mucho cuidado, no sea que infrinjáis alguna ley –respondió Matt riéndose.

Ambas mujeres fueron directamente a la granja para contar lo que había sucedido, el padre de Nora directamente llamó a su amigo Jerry, que era el Sheriff del condado y jefe de Matt, pero le fue imposible localizarle. Al final, entre todos decidieron que Nora no hiciese nada, que fuese Ruth quien se encargarse de ello. Esa misma tarde, sobre las ocho, justo cuando estaban preparándose para cenar, un coche patrulla se presento en la casa de la familia, en el iban dos personas, el agente Matt y el Sheriff. Tom, el padre de Nora se sorprendió de verle allí…

-      ¿Pero no se suponía que estabas fuera toda la semana? –le preguntó un sorprendido Tom al Sheriff.

-      Y lo pensaba estar, en Cody, en casa de mi hermana, tenía unos días y me convenció de estar allí con ella y mis sobrinas…

-      Es verdad, pasado mañana es el cumpleaños de tu sobrina Patty, ¿pero qué haces aquí?, no entiendo…  –preguntó el padre de Nora, siendo interrumpido por el sheriff.

-      Recibí una llamada un tanto extraña que me hizo regresar de inmediato para verificar lo que me dijeron. Señor Caín –se dirigió a “C”-, creo que esto le pertenece, –le tendió el pasaporte-. Por favor, acepte mis disculpas por el malentendido, créame que el responsable de este atropello será severamente sancionado, por supuesto, además le pedirá excusas por su actuación ahora mismo –se volvió muy serio- ¿Matt?

-      Mis disculpas… me… me excedí… -tartamudeo este completamente pálido.

-      No se preocupe, no hay problema por mi parte… -sus ojos parecían querer taladrar al agente Matt.

-      ¿Quién te llamó? –preguntó curioso Tom.

-      No te preocupes por eso, lo importante es que todo está solucionado –dijo el Sheriff evasivo y nervioso- Gracias por su comprensión señor Caín.

-      No pasa nada… –replicó “C”, tras esto ambos agentes se marcharon.

Al despedirse, el Sheriff ante la invitación del padre de Nora a que se quedase a cenar, respondió disculpándose porque según le dijo, se volvía a Cody, donde su hermana, esa misma noche, en cuanto hablase en la oficina muy seriamente con Matt. Todos se miraron intrigados, pero especialmente a Nora, quien les aseguro a todos, que ella no había hablado “aún” con nadie de la embajada para que mirase si podía hacer algo, por lo que eso de la llamada al Sheriff no era “cosa suya”. Todo el mundo parecía desconcertado con lo sucedido, todos menos Sharon, que si que fue consciente de la salida de “C” al porche de la casa durante unos instantes por la mañana, justo cuando su hermana y Ruth, estaban contando lo ocurrido con Matt, no podía asegurarlo, pero supuso que quizá esa “escapada” y el que “C” no tuviese precisamente una expresión muy risueña que dijéramos, más el hecho de que fuese sacando su teléfono móvil del pantalón por el camino, tuviese algo que ver con la sorprendente aparición del Sheriff por esa “extraña” llamada que había recibido.

Sharon tras las sorpresas que se había llevado en esos días, más lo que sabía por su hermana, o lo que ella misma había observado, empezaba a tener la sensación de que “C” por algún motivo, no era del todo como aparentaba. Si cuando Nora se lo presento le pareció alguien intrigante, ahora también podría añadirle tranquilamente el adjetivo de “misterioso”. Pero lo cierto es que todo quedo aquí, nadie dijo ni hizo nada de nada al respecto, siguieron con la planificación de las cosas para el día siguiente.

Esa misma noche, cuando ambas hermanas se quedaron a solas, únicamente con su madre presente con ellas, Sharon decidió que debía de tener una charla con su hermana menor…

-      Nora, porque no lo admites ya de una vez… -dijo Sharon por sorpresa.

-      Admitir, ¿el qué? –preguntó sorprendida.

-      Que ese hombre te gusta –dijo su madre ambas hermanas la miraron sorprendidas-. No me miréis así, soy mayor, pero aún se ver las cosas. Hija, se te nota mucho cuando le miras, te gusta, y creo, que te gusta mucho.

-      Ya, quizá, pero tú has escuchado lo que ha contado, ¿verdad?, lo de su familia y las armas. Soy Marine mamá, eso es parte de mi vida…

-      Pregúntale, si no lo haces nunca lo sabrás, además, que yo haya visto no te ha rechazado por eso ni por un solo instante, sigue muy cerca de ti y más que antes… –dijo su hermana.

-      Sí, pero es que…, no se… yo, bueno… -su madre la interrumpió riéndose.

-      Nora, cariño, escúchate lo nerviosa que estas cuando hablas de él de este modo y sobre esto. Eres oficial del ejército, en uno de los cuerpos más duros, eres una heroína con toda una estrella de plata, has sido herida en acción… pero mírate ahora, casi estas temblando, pareces una adolescente el día de su baile de graduación. Cielo, el preguntarle algo a un hombre, aunque te guste mucho y estés enamorada de él, no será peor que todo lo que ya viviste, ¿o no? –le dijo con una sonrisa de aliento.

-      No, no lo es, pero si mucho más incómodo –sonrió sin ser consciente del todo de lo que había dicho su madre, aceptándolo.

-      En eso te doy la razón, y entiendo que estés así al estar enamorada de él. No te digo como estaba yo antes de que Andrew se decidiese a pedirme salir, casi me subía por las paredes, ya no sabía que mas hacer para que se lanzase –dijo su hermana riéndose.

-      Oye, que yo no estoy enamor… -salto Nora cuando por fin se dio cuenta de lo que su madre y hermana decían, pero Sharon la cortó.

-      Si Nora, sí que lo estas. Cuando te dijo que no a disparar te sentó muy mal, y eso solo es porque te gusta de esa forma, estas enamorada, de no ser así, si solo fuese un amigo no habrías reaccionado de un modo tan furibundo, no es lo peor que te han dicho otros y jamás reaccionaste tan mal con nadie. También he visto como te ponías cada vez que alguna de las chicas tonteaba un poco con él aunque supieses que era en broma, reaccionabas como una novia celosa… o una mujer enamorada. ¡¡Joder Nora!!, si incluso lo has hecho con la prima Eli, que sabes que se cortaría una mano antes que ponerla sobre alguien que nos gustase –termino con voz maliciosa.

-      Sharon, te recuerdo que no quiero a nadie que no sea de aquí, por mi trabajo… -esta vez fue su madre quien la interrumpió.

-      Eso son tonterías cariño. Tu padre y yo lo hemos hablado, ¿sabes lo que pensamos?, que es una majadería por tu parte, eres militar, oficial y además lo eres del cuerpo de Marines, que es el que protege nuestras embajadas, puedes ser destinada en cualquier momento a cualquier parte del mundo, especialmente cada vez que asciendas… ¿No piensas intentar progresar en tu carrera? –pregunto su madre seria.

-      Si mamá, evidentemente intentare ascender, y si –suspiro-, tienes razón, no lo había pensado, o quizá sí, no sé…, pero lo cierto es que si ascendiese me darían posiblemente nuevo destino y supondría un traslado de lugar… No se…

-      Nora cariño, como dice tu hermana estas completamente enamorada de ese hombre, y no dudo que estés nerviosa tras todo lo que ha pasado o ha contado sobre él, su familia, como murieron, lo de su “problema” con las armas…, pero no crees, que si no le preguntas, no sabrás a qué atenerte y puede que luego te arrepientas, dime, ¿no lo crees? –dijo su madre en tono persuasivo.

-      Veré de hablar con él en el parque, y veremos… -suspiro-, gracias por los consejos, creo que me hacía falta otra perspectiva…

-      De nada hermanita, para eso estamos mamá y yo, ¿verdad mamá? –se rió Sharon.

-      Por supuesto cariño, yo siempre estaré aquí para cuidaros… y aconsejaros, aunque no me hagáis luego mucho caso… -se rió también su madre.

Al día siguiente, Nora y “C” se marcharon al pueblo para reunirse con los demás, al final, llevaban coches de sobra, por lo que ambos fueron solos en él. De camino, Nora se decidió a hablar con él…

-      “C”, ¿Qué opinas de mi? –pregunto por sorpresa.

-      No entiendo, ¿cómo que qué opino de ti?, la pr… -se quedó mirándola y asintió-. Ya, entiendo, es por lo del otro día que conté, ¿no?

-      Si, lo del campo de tiro y luego lo de tu familia…

-      Nora, contigo personalmente no tengo el menor problema, de hecho me gustas, y me gustas mucho, muchísimo. Me da igual que seas militar y una loca de las armas, se que eres sensata y que por tu profesión, sabes de sobra que no son ningún juguete.

-      Bien –suspiró-, me alegra escuchar eso… -dijo visiblemente aliviada.

-      Sí, pero entre tú y yo, no creo que pueda haber nada de nada Nora…

-      Entiendo, no estás enamorado y solo somos… como lo llamáis vosotros… -se quedó pensativa-, follaamigos, ¿es así, no?

-      Si, es así, pero no, no es por eso. Te dije que me gustas mucho, si la situación fuese otra, créeme que me lanzaría sobre ti para tratar de conquistarte y que fueses solo para mí. Nunca he querido una relación estable, en mi mundo personal… bueno, eso no entra y no ha entrado nunca… pero por ti, de verdad que por ti Nora… -suspiró- en fin… Es muy complicado Nora, muchísimo…

-      Es Yasmina, ¿verdad?, estas con ella… -preguntó Nora en tono bajo.

-      Jajajajajaja, no, para nada, Yasmina no tiene nada que ver en esto, ella es justo lo que te explicó en Madrid, ni más ni menos que eso, es como una hermana o algo así.

-      Entonces perdóname que te lo diga, pero no lo entiendo. Eres un empresario dedicado a la Exportación e Importación de productos, no veo el… ¡¡¡Ahhhh!!!, creo que ya entiendo, es por eso, por mi profesión… y quien soy…

-      Nora, te he dicho que… -le cortó.

-      No, no, no te preocupes, lo entiendo, soy una oficial del ejército de los Estados Unidos, y tú te dedicas a los negocios, los países con los que comercias son un poco… digamos que preocupantes para mi gobierno, el estar conmigo seria “problemático” para ti y tus negocios, tus contrapartes podrían verme como… algo incómodo o problemático.

-      Algo de ese estilo… mis negocios serian un problema, si, sin duda alguna.

-      No serás narco o traficantes de armas, ¿verdad? –preguntó sonriente Nora, gastándole una pequeña broma.

-      No, tranquila, jajajajajajajaja -se rió- para nada. Pero igual que tú me tendrías que ocultar cosas de tu trabajo, yo te tendría que ocultar cosas de mío, y no creo que eso fuese muy… apropiado en una relación que se quiera conservar, ¿no crees?

-      No, no lo seria. Yo no te podría hablar de asuntos de mi trabajo y tu no podrías hablarme de los del tuyo –alzo una mano al ver que “C” trataba de hablar-, tranquilo que lo entiendo. Tú tienes tratos con países “raros”, lo que posiblemente quizá me perjudicase a mí en mi carrera, y yo soy marine americano, oficial para más inri, lo que muy posiblemente, te perjudicase a ti en esos tratos, desconfiarían de ti y tus intenciones… lo entiendo...

Tras esto Nora se quedo algo más tranquila, por lo menos había aclarado la situación entre ambos. Lo cierto es que en parte, entendía que ahora sería más duro, porque de lo hablado entre ambos, se infería, que igual que “C” le gustaba a ella, al revés también era reciproco, y no resultaba divertido saber que quien te gusta, te corresponde pero no puedes estar junto a esa persona. Cuando llegaron al parque fueron directos al sitio que habían mirado para poder acampar, evidentemente un sitio permitido.

Alguno de su amigos, Nora sabia que se sentía atraído por ella, y que si hubiese dado un paso en su dirección, podría haber estado con él. Sin embargo, estando “C” delante, y pese a saber ya que no podría haber nada entre los dos, no le parecía apropiado hacerle algo semejante, igual que a ella no le haría la menor gracia que él se fuese con otra en sus morros. Empezó a darse cuenta de que quizá no hubiese sido una buena idea haber hablado los dos antes de llegar, ahora le apetecía compañía por encima de todo, no encontraba posible como tenerla sin lastimar a “C” y el estar con él, solo seria agravar la situación entre ambos.

El fin de semana en el parque resulto divertido para todos, Nora y “C” se lo pasaron en grande, y aunque ambos intentaron evitarlo, quizá más por el otro que por ellos mismos, no pudieron evitar acostarse una de las noches. “C” se retiro del campamento, se sentó junto a un árbol a mirar las estrellas, al poco apareció Nora que se coloco a su lado…

-      Vaya, el señor “C” ha resultado todo un romántico –bromeó.

-      Y según parece, la curtida teniente de Marines también –le devolvió la chufla, provocando que ambos se rieran.

Estuvieron riéndose unos segundos, al finalizar se quedaron mirándose, sus cabezas poco a poco fueron acercándose, lentamente, sintiendo como si los labios del otro les llamasen, cuando estaban ya a poco menos de tres centímetros…

-      No deberíamos… -dijo Nora.

-      No, cierto, no debemos… -aceptó “C”.

-      Podría ser un problema, no creo que esto nos convenga a ninguno o sea bueno para nosotros –dijo Nora, cada vez más cerca de esos labios que la volvían loca.

-      Completamente de acuerdo contigo… -susurro “C” mirando fijamente los labios de Nora, que parecían estar llamándole.

Sus labios al final se encontraron en un beso apasionado, tan apasionado que seguido de los labios, acudieron presurosas las manos, acariciando al otro. “C” se medio incorporo, situándose en un plano superior con respecto a Nora, que alzo la cabeza para no interrumpir el beso. Poco a poco, “C” se fue tumbando sobre ella mientras empezaba a acariciarla, caricias que Nora le devolvía, cada vez mas excitada.

Tan solo un minuto después, “C” estaba en el interior de Nora, moviéndose lentamente mientras se besaban, ahogando sus mutuos gemidos en la boca del otro. Nora se sentía plena, llena cuando hacía el amor con “C”, este parecía saber en todo momento lo que ella necesitaba y en qué cantidades, como en ese momento, en que solo quería ternura.

“C” era la delicadeza personificada, se movía lentamente, saliendo despacio del interior de Nora, volviendo a entrar de nuevo en ella al mismo ritmo. Movía sus caderas con precisión, extrayendo su pene hasta que solo la punta del glande quedaba en el sexo de Nora, manteniendo de ese modo la referencia, volviendo de inmediato a volver a entrar, despacio, muy despacio, abriendo lentamente el interior de la mujer, una y otra vez. Nora por fin consiguió lo que deseaba, un orgasmo agónico, un placer que le hizo casi perder la consciencia, sintiendo como se abría lentamente paso por cuerpo hasta llegar al su cerebro, donde este exploto con toda su intensidad… arrasándola por completo. Nora, en los últimos estertores del orgasmo, sintió como “C” se estremecía sobre ella, intentando salir de su interior para derramarse fuera, sobre su piel. Con un último y gran esfuerzo, consiguió apretarle contra si, evitando que se retirara, logrando de ese modo que se derramara en su interior, gozando de un nuevo latigazo de placer al sentir los potentes chorros que le hombre enviaba contra sus entrañas…

Ambos quedaron tendidos así, jadeantes, recuperándose despacio. Nora fue la primera en hablar…

-      Lo necesitaba, hacia mucho que no lo hacía con nadie, desde la última vez contigo… hace mil años -dijo irónica.

-      Igual digo, la última vez para mí, también fue contigo y me parece una eternidad este tiempo sin tenerte en mis brazos –repuso “C”, haciendo que Nora sintiese una gran alegría al escucharle.

-      Sé que es una locura, pero crees que…

-      No Nora, no, no funcionaria, terminaríamos por hacernos mucho daño los dos.

-      “C”, yo soy oficial del Ejercito, entiendo lo que es no poder contar las cosas a tu pareja, créeme que lo sé muy bien, no habría problemas con ello, puesto que cuando hablamos al venir, dejaste claro que tu también sabes qué es eso.

-      Nora, recuerda todo lo que hablamos, el que…

-      Me da igual, bueno no… no me da, la verdad es que no me daría igual, pero créeme que puedo asumir que estando contigo, me cueste más progresar en mi carrera… Tus negocios, no creo que se vean tampoco excesivamente afectados por estar conmigo, una vez que superen ese primer recelo y vean que sigues siendo tú.

-      No es tan simple Nora, créeme, para nada. No es todo tan sencillo como tú lo ves, tampoco soy la persona que crees que soy, pienso que te estás haciendo una idea equivocada de mí…

-      Bueno, pues cuéntame…

-      No, no puedo, y no sé si podría hacerlo alguna vez… es mejor así Nora… cada uno de nosotros debe de seguir su camino… -terminó “C”.

“C” se marchó directo al campamento, el resto del tiempo que pasaron allí, tanto él como Nora se estuvieron evitando en lo posible, aunque para regresar, no tuvieron más remedio que ir de nuevo los dos solos en la camioneta de ella. Al día siguiente de regresar a la Granja, y mientras que Nora estaba en la cercana ciudad de Cody arreglando unos papeles con su padre, “C” se marchó con destino a New york para ver a Yasmina, adelantando de ese modo su viaje. Sharon le acompaño al aeropuerto, donde cambio en ese mismo instante su billete… no logró sacarle nada del motivo por el cual se marchaba de modo tan repentino. Cuando regresó su hermana se notó que lo lamentaba, pero tampoco dijo absolutamente nada al respecto… ni puso caras extrañas, solo reacciono encerrándose en un mutismo absoluto sobre tal hecho… Aunque Sharon, conociéndola, dudaba que fuese lo que fuese lo que había pasado entre ellos, se quedase así… sabía que Nora no era de las que se rendían o daban su brazo a torcer si tenían algo claro… y pensaba, que su hermana, lo de “C”, lo tenía muy claro… se diese cuenta ella en esos instantes o no…

Continuara