La Teniente - 6

Nora vuelve a salir con Jorgen, mientras que “C” reaparece de nuevo en el gimnasio. “C” ha regresado, y de su mano va una bellísima morena

LA TENIENTE- 6

El viernes por la noche Jorgen pasó a recogerla por su casa, cuando le dijo de ir a buscarla ella se mostró reacia, aunque al final terminó por aceptar, consciente que al terminar la velada de no ocurrir nada entre ambos se empeñaría en llevarla a casa y no le quedaría otra que aceptar excepto que se pusiese a malas con él. La velada resultó perfecta, increíblemente perfecta en todos los aspectos, de hecho, si no terminaron en la cama, fue porque Nora se encontraba con muchísimo sueño atrasado tras su aventura, y prefirió irse a dormir tranquila a las tres de la mañana, que irse con Jorgen a pegar un polvo.

El sábado se levantó a las cinco de la tarde pasadas, el sueño que se había pegado la había dejado como nueva. Tan solo una hora después recibió una nueva llamada de Jorgen, nuevamente la invitaba a cenar, tras media hora de tiras y aflojas entre los dos, acepto riéndose, aunque con la condición de que ella pagaría la cena y elegiría el sitio, algo a lo que el acepto. Sin embargo, en esta ocasión, la cosa no fue nada bien... Jorgen se metió en un jardín complicado con Nora durante la cena...

Jorgen empezó a contarle cosas de su trabajo, mientras iba contando, le tiró algunas indirectas a Nora para ver si hablaba del suyo. Dado que Nora simplemente sonreía sin parecer enfadarse o sentirse incomoda, intentó hacer una pequeña broma con ella, Sharon y su marido únicamente le comentaron que ella trabajaba en la embajada, por lo que dio por supuesto que sería una secretaria, funcionaria o algo de ese estilo. Intentando hacer una gracia, le dijo que estaba encantado de estar con una bellísima secretaria y no con un marimacho de esos que tenía su país en su ejército...

Por un lado Nora no le veía ni pies ni cabeza a hacer aquella gracia sobre sus compañeras, por lo que aparte de mosquearla muchísimo, le llevó a hacerle una pregunta antes de empezar a despotricar contra el... que era lo que de verdad le pedía el cuerpo en esos instantes, aunque se controló por su cuñado. No tenía muy claro como directamente no había explotado con el comentario pese a todo.

-      Perdona, ¿me podrías explicar a que ha venido eso? -preguntó muy seria.

-      Es solo una broma, tu cuñado me dijo donde trabajabas, y quería que supieses que me da igual que solo seas una secretaria, no pretendía ofenderte -dijo sonriendo.

-      Entiendo, como tú eres directivo y ganas mucho dinero, no me tengo que preocupar por lo que puedas pensar de mi -respondió en tono neutro.

-      Nora, de verdad que no pretendía menospreciar tu trabajo o a quienes hacen la misma labor que tú, incluso yo sin mi secretaria no sería nada.

-      El problema es que no sé de donde sacaste eso, yo no soy secretaria, soy uno de esos marimachos del ejercito de mi país, soy Marine, no secretaria.

-      Perdona, yo… bueno… no, es… solo fue una broma -dijo con evidente apuro y medio tartamudeando-, solo quería hacer una gracia estúpida... solo eso, no tengo nada contra las mujeres soldado como tu... No me importa que seas un soldado, ya encontraras algo mejor... un trabajo mejor… bueno, quiero decir... -Nora le cortó con voz seca.

-      Soy oficial, no soldado, y no tengo la menor intención o interés en buscarme cualquier otro trabajo distinto al mío, ya tengo el que me gusta –dijo con voz seca-. Ahora creo que lo mejor sería terminar de cenar y que cada uno nos fuésemos para nuestra casa.

-      Está bien, sé que estarás molesta conmigo en estos momentos y me parece una buena idea, te acompañare para... -nuevamente Nora le cortó.

-      No hace falta que nadie me acompañe a casa, se defenderme solita perfectamente bien, gracias, posiblemente incluso mejor que tú.

Tras esto la cita se dio por terminada por ambas partes. A Nora, Jorgen le empezó a caer como el culo, nada de lo que había dicho le había hecho la menor gracia, lo de la broma de las soldados le había parecido vomitiva... Cuando llegó a su casa y se metió en la cama, pensó que al día siguiente llamaría a su hermanita para que no volviese a ponerla en ninguna situación como esa, y mucho menos volver a presentarle a ningún gilipollas como había demostrado ser el Danés.

El domingo por la noche acudió al gimnasio como siempre, solo que ese día fue por inercia, una cosa de la que no se daba cuenta, es que desde que "C" no iba por allí, sus ganas de continuar habían descendido sustancialmente. Se llevó una sorpresa enorme cuando nada más atravesar la puerta le vio ante la recepción, hablando de forma animada con la recepcionista, con Nieves, además la dejo boquiabierta, ya que se le veía bastante bronceado, su piel le pareció “sensualmente” tostada por el sol, sintió deseos de abrazarlo… o cuando menos, de saludarlo enseguida y “tomar” contacto. Ni si quiera se lo pensó, con una gran sonrisa se acercó a él dándole una palmadita en el hombro y dándole a bienvenida de nuevo al gimnasio. Tras esto ambos se metieron al vestuario a cambiarse, saliendo prácticamente a la vez de ellos.

Estuvieron hablando durante la hora y algo que estuvieron allí dentro, comentaron un montón de cosas. Por algún motivo que no pudo explicarse, Nora le contó lo de Jorgen, lo que había dicho y lo mal que le había sentado... aunque estuvo algo tensa al principio, observando su reacción cuando dijo que era Marine, y lo que vio le gusto, ya que no dijo ni media o hizo gesto extraño ninguno… lo acepto con total naturalidad, sin sorprenderse por ello, como si le hubiese dicho que era secretaria, abogada u otra profesión cualquiera…

-      Jajajajaja, pobre tipo, vaya metedura de pata con la broma, y cuando le interpelaste supongo que no supo por dónde salir y solo la lio más aun, jajajajajaja...

-      Joder, es que menudo cretino, de verdad...

-      No seas tan dura con él, no creo que lo hiciese a malas, creo que efectivamente solo fue una broma que le salió malísimamente mal. Por aquí tenemos un dicho, a eso se le llama "mentar la soga en casa del ahorcado", no sé si lo entiendes...

-      Jajajajaja, perfectamente, y si, puede que tengas razón... -se quedó pensativa, mirando a “C” con aire especulativo.

-      Si, ¿hay algo que me quieras preguntar?

-      Bueno, lo cierto es que me preguntaba a qué te dedicas...

-      Pues mira, digamos que me dedico en cierto modo a comprar y vender cosas... -dijo sonriente.

-      Ahhhh, exportación e importación, ¿y que vendes?

-      Jajajajajaja, secreto... -le guiñó un ojo.

-      Vale, lo capto, no es algo que me importe...

-      Yo no lo dirá tan brusco, pero básicamente sí, es eso. Eso es como si yo te preguntase a ti por las medidas de seguridad en la embajada...

-      Hombre, no vayas a comparar... –exclamó Nora haciendo un gesto con los brazos.

-      ¡¡¡Ohhhhh!!!, entiendo, entonces según tú, mi trabajo vale menos que el tuyo...

-      No, yo no he dicho eso... pero no es lo mismo la seguridad de una embajada con comprar y vender cosas....

-      ¿Y porque no? A mí por ejemplo me preocupa más si voy a perder dinero que lo que le ocurra a tu embajador.... A ti obviamente, es al revés, todo depende desde donde se vea la situación, y a mí me preocupa la “seguridad” de mi medio de vida, de lo que me da de comer es lógico, ¿no crees?, sobre todo teniendo en cuenta que es algo que me encanta –le guiño un ojo sonriéndola.

-      Touche, tú ganas... –no pudo evitar reírse, comprendiendo por donde iba-, pero solo por el momento, aunque entiendo lo que me quieres decir. Vas a salir el fin de semana que viene, lo mismo nos volvemos a encontrar si vas por donde la otra vez...

-      O quizá sea mejor que, si te parece bien, te invite a cenar el viernes y luego vayamos a pasar un buen rato los dos bailando... ¿qué opinas de mi plan? –preguntó “C”.

-      Que si es una invitación de verdad, la acepto encantada... -respondió Nora sonriendo.

-      Entonces hecho, te paso a recoger o quedamos donde tu prefieras -se ofreció el.

-      Dame tu teléfono y te llamo el jueves para confirmar que hacemos... –dijo Nora intentando disimular su alegría… aunque también, porque no decirlo, un poco asombrada por ello, no se lo esperaba.

-      Perfecto... pero solo te dejo el número apuntado, que el teléfono me va a hacer falta para contestarte cuando me llames -sonrió.

Al escuchar la broma, Nora estalló en carcajadas, la verdad es que tras el tropezón con Jorgen el día anterior, no tenía ganas de nada y "C" había sabido como levantarle el ánimo casi sin esfuerzo. Aunque le resultase sorprendente, estaba encantada de haber quedado el siguiente viernes con él. El lunes la llamo su hermana Sharon para preguntarle qué había sucedido con Jorgen, quien según le dijo, había hablado con su marido para que ella intercediese por el ante Nora, puesto que según les explicó había metido la pata sin querer. Nora le explico todo lo sucedido a Sharon, que no pudo evitar echarse a reír al escucharlo' según dijo, fue una metedura de pata generalizada por su parte, contra mas intentaba arreglarlo, más lo empeoraba.

Sharon se las apañó para que aceptase ir a cenar el sábado con ellos y Jorgen, pese a todo, Nora le dejó muy claro a su hermana que no quería nada con él, y que si antes ya era así, después de lo de la semana anterior, ahora muchísimo menos todavía. Terminó advirtiéndola, que no tenía intención de comedirse con él cómo empezase de nuevo con sus "opiniones". Sharon le dijo que aquello seguramente habrá sido una broma, de mal gusto, pero broma, Nora le dijo que puede que sí, o puede que no, pero que lo dijo y para ella aquello era un si por su parte, y a eso se atendría.

Durante toda esa semana no paró de charlar en el gimnasio con "C" tanto como pudo, sorprendentemente le estaba resultando un hombre muy interesante en multitud de aspectos. Pasó toda la semana hasta el viernes, en que las mejores horas para Nora eran las del gimnasio con “C”, era un tío que la hacía de reír, que la pinchaba, alguien divertido que tampoco tenía problemas en piropearla si se terciaba, pero a la vez, era alguien al que en ningún momento veía irle con dobles intenciones, no veía en él un interés específico por acostarse nuevamente con ella, o que dejase entrever una confianza “extraña” por haber sucedido ya eso mismo entre ellos. El jueves le llamó por la noche, al final tras tiras y aflojas entre ambos, le pasó igual que ocurrió con Jorgen, que terminó por aceptar que la recogiese en la puerta de su casa, aunque en el caso de “C” lo cierto es que no le importó en absoluto haber cedido.

Para su sorpresa, “C” en lugar de aparecer en una gran coche como ella se imaginaba que aparecería para deslumbrarla, apareció en un taxi, tranquilo, guapísimo, elegantemente vestido, con unos ojos chispeantes que la subyugaron en el acto. Le abrió la puerta del taxi para que subiese, se subió luego él por la puerta contraria, y le indico al conductor la dirección del restaurante. Cuando llegaron a él se sorprendió, ya que se trataba de un elegante restaurante mexicano, “C” la acompañó y en todo momento se comportó como un auténtico caballero con ella, Nora realmente estaba encantada de la vida con estar con él. Cuando tomaron mesa y pidieron…

-      ¿Cómo es que se te ha ocurrido traerme aquí? –pregunto Nora

-      Porque aunque eres Norteamericana, hablas muy bien el español, pero con un ligero acento Mexicano y algunos de sus giros, así que he supuesto que quizá, este tipo de comida te guste… ¿me equivoco?

-      No, para nada, me enseño a hablarlo una gran amiga cuyos padres son de México, y de siempre me encantaba comer en su casa cuando preparaban sus platos típicos, es algo que me enloquece…

-      Bien, entonces he acertado con la elección… me alegro de haberte sorprendido favorablemente –dijo sonriendo.

Nora estuvo encantada de la vida durante toda la cena, estuvieron hablando de muchísimas cosas, lugares que ambos habían visitado, lugares que les gustaría visitar, etc… en definitiva, estuvieron conversando sobre innumerables temas. Después de ello, se fueron a bailar a una de las discotecas de moda de la ciudad, hacía mucho que Nora no se lo pasaba también. Al final de la noche, ya casi por la mañana, "C" la invito a desayunar y después la acompaño a su casa, es más, subió con ella hasta la puerta, y allí en contra de lo que Nora esperaba que sucediese, él se limitó a darle un par de besos en las mejillas, y a riéndose, darla los buenos días para después despedirse, marchándose tras cerrar el mismo la puerta de su casa. Nora tenía que reconocerse a sí misma, que no le hubiese importado que no se hubiese marchado y hubiese entrado con ella, es más, estaba deseando que lo hiciese.

Se levantó por la tarde, casi con el tiempo justo de picar algo muy ligero y rapidito, para después arreglarse para ir a casa de Sharon e irse con ellos desde allí a cenar con Jorgen, cosa que en verdad no es que en esos momentos le apeteciese mucho que dijésemos, lo que de verdad le hubiese encantado es que hubiese sido de nuevo con “C”. Cuando llegaron al restaurante, Jorgen ya estaba allí esperándoles, nuevamente, lo primero que hizo fue despulparse con ella por sus palabras inconvenientes del fin de semana anterior. Acepto sus disculpas por compromiso, respondiendo a Jorgen en todo momento en un tono completamente neutro.

Nora estaba a punto de sentarse cuando vio entrar por la puerta a "C" muy bien acompañado, a su lado iba una preciosa mujer de largo pelo negro enfundada en un bonito vestido de que le llegaba a medio muslo y realzaba aún más su innegable belleza física. Se quedó mirándole a medio sentarse, con Jorgen detrás situado para colocarle la silla en un gesto de caballerosidad, se dio cuenta al ver su expresión que "C" la había visto. Tan solo unos segundos después le vio dirigirse hacia ella seguido de su acompañante a la que llevaba cogida de la mano... En este tiempo ella se había sentado ya y Jorgen se disponía a ocupar su asiento.

-      Nora, que sorpresa... -dijo al llegar a ella, inclinándose para darle un beso en la mejilla.

-      Sí, no me esperaba verte aquí -dijo levantándose para devolvérselo, mirando de reojo a la bella morena.

Después de eso llego el turno de las presentaciones. Nora completamente espantada, vio como Sharon les hacía invitación de cenar con ellos si no tenían nada que celebrar o no era algo privado, para su aun mayor sobresalto, "C" le preguntó a su compañera, esta tras mirarle y sonreírse ambos, aceptó encantada. Por si fuese poco el hecho de tenerle allí con esa mujer, tuvo que ver como el cretino de Jorgen le pegaba a esta un apreciativo repaso general medio babeando, quedando para ella de ese modo perfectamente reflejado, claro, que su cuñadito aunque más disimuladamente, también le dio un buen repaso con la vista. Sin embargo, sí que se dio cuenta a su vez, que "C" ni por un instante siquiera, había dirigido ese tipo de mirada sobre nadie que no fuese su acompañante, ni sobre ella, ni sobre Sharon, que también era muy guapa.

Sharon también se dio cuenta de todo esto, lo de su marido no le importaba, ya que sabía que podía mirar, pero ni por la imaginación se le pasaría ninguna otra cosa que esa, exactamente igual que ella. Sabia sin embargo, que Jorgen haciendo eso, había metido la pata una vez más con su hermana, pero lo que más "gracia" le hizo a Sharon, fue ver la cara de espanto de su hermana cuando invito a esos dos a cenar con ellos. También curioso le resulto, el que tanto Nora, como Yasmina, la chica que le acompañaba, tan solo le llamasen "C".

-      Perdona, pero, ¿porque te llaman "C"?, mi hermana te ha presentado así, pero supongo que no es tu verdadero nombre, ¿no?

-      Jajajajaja, no, no lo es, no. Mi nombre es Caín -viendo el gesto de Sharon, se rio-, sí, eso, como el hermano malo de Abel, por eso me gusta más que me llamen "C" a secas.

-      Comprendido... "C"' -Sharon se echó a reír, siendo acompañada enseguida por él.

De inmediato habló Jorgen, para preguntar cómo no, a la acompañante de “C” por un buen número de cosas diferentes. Todo el mundo, incluido “C” estuvo pendiente de la conversación, lo cierto es que de cerca, Yasmina era aún más guapa que vista desde lejos, tenía unos ojos negros increíblemente grandes y expresivos, cuando te miraba fijamente parecía la mirada de un felino.

-      Y dinos, ¿de dónde eres Yasmina?

-      Soy Libanesa.

-      ¡¡Ahh!!, entonces tus padres, evidentemente son también libaneses, siempre me había dicho de la belleza de sus mujeres, pero hoy he podido comprobarlo personalmente.

-      Gracias por el piropo, pero no, solo mi Padre era Libanes, mi madre en cambio era de origen Armenio, y siempre me han dicho que he salido a ella…

-      ¿Eres modelo o algo así? –Preguntó Nora rápidamente.

-      Si, trabajo como modelo… gracias a “C” –le apretó la mano de forma cariñosa, cosa que a Nora no le pasó desapercibido y no le hizo ninguna gracia.

Durante las casi dos horas de cena se estuvo hablando de todo, pero lo que más le interesó a Nora fue lo relacionado con “C” y Yasmina. Sharon viendo a su hermana, tuvo la habilidad de llevar hacia ese terreno la conversación y que la pregunta pudiese surgir, aunque también surgió en el caso de Jorgen y Nora, y por desgracia surgió primero por iniciativa del propio Jorgen, que nuevamente metió la pata hasta el fondo. Este con la explicación que dio, lo dejo todo colgando en el aire, de modo que cualquiera podría haber interpretado lo que hubiese querido, sin embargo, Nora tras escucharle, fue directa y especifica aclarándolo todo…

-      Entre Jorgen y yo no hay absolutamente nada de nada. Los dos tenemos en común de poco tirando a nada, con que, va a ser difícil que ocurra algo –termino Nora contundente.

-      Bueno, eso no fue lo que me pareció a mí el primer día que nos vimos… recuerdo saliendo de tus labios muchas expresiones, pero no ninguna de ese tipo -respondió un poco ofendido y con tono malicioso.

-      Está bien, quieres hablar de mas, perfecto. Jorgen, te lo explicare clarito, clarito, clarito, para que por fin me entiendas, solo fuiste un mal polvo, con un “MAL” enorme, ni tenia, ni tengo, ni tendré en el futuro, ganas de aguantar tus estupideces, de modo que deja de incordiar a mi cuñado y mi hermana para poder verme… porque no te trago. Y ahora creo, que lo mejor que podrías hacer, es levantarte e irte por donde viniste… ¿Más claro ahora, tío especial?

-      No eres más que una… -Nora le cortó en el acto levantándose, mientras veía de reojo como su cuñado y “C” se incorporaban casi a la par.

-      Soy alguien que no necesita que la defiendan, que te puede esperar en la calle y convertirte en pulpa sanguinolenta como me insultes de modo grave… Así que, procura medir lo que vayas a decir de mí, o iré a por ti… ¿Esta claro mamarracho? –dijo, señalándole de modo sutil con el cuchillo para carne que había estado usando para cenar.

Jorgen no dijo esta boca es mía, es más, apretó los labios, dio media vuelta y se marchó, dejando tras de sí un ambiente enrarecido… Nora lo primero que hizo fue disculparse con su cuñado…

-      Lo siento Andrew, espero no haber puesto en complicaciones con ese cretino, pero es que ya no le soportaba más. Es un fatuo y un engreído que no ve más allá de sus narices, era superior a mí, si no se lo suelto todo exploto.

-      Tranquila, no creo que diga nada de nada sobre esto, pero si lo hace, quien le puede hacer la vida muy difícil en el trabajo soy yo a él, y no al revés, así que por la cuenta que le trae, será comedido…

-      La culpa ha sido mía hermanita, yo presione a Andrew para que accediese a invitarle, él no quería, me dijo siempre que no le gustaba para ti, que no os veía…

-      Bueno, no me gustaba ni para ella ni para nadie, nunca me pareció un buen tipo con las mujeres, me daba la impresión de ser un playboy de pacotilla más que otra cosa…

-      ¿Y aun así me lo presentaste? –pregunto Nora.

-      Tu hermana cuñada, eso tu hermana, yo ya se lo dije y ella no me creyó, opino que solo eran celos de “machito” porque me “opacaba” ante mi cuñada preferida… -termino con tono sardónico, llevándose un golpe cariñoso de su esposa.

-      Bueno pues ya sabéis, ahorraros en un futuro el buscarme a nadie, que de eso ya me encargare yo solita.

Sharon miro sorprendida a su hermana, anteriormente y al estar fuera de casa, nunca le había escuchado decir algo semejante, siempre era “cuando vuelva a EEUU veré que hago”. Sonrió para sí mirando a “C”, estaba claro para ella desde que le vio y se fijó en la reacción de Norma, que el tipo le gustaba a su hermana, aunque desde luego, si quería algo con él, iba a tener una durísima competencia con la Libanesa, que obviamente también debía de estar interesada en él. Volvió a la carga tras como salió el primer intento, donde contestó quien no debía…, en esta ocasión pregunto de forma directa a Yasmina…

-      No, solo somos amigos, conocí a “C” en Líbano, era un extranjero muy peculiar, mas parecía uno de nosotros que otra cosa, me llamo la atención enseguida –miro con cariño a “C”.

-      Bueno, realmente cuando la vi me pareció una mujer de una belleza increíble, era como un ángel descendido del cielo, de modo que me apresure a charlar con ella y resulto encantadora de verdad –se rió, arrastrando con él a Yasmina, como si fuese un chiste privado entre los dos.

-      No entiendo… -se apresuró a decir Sharon al ver la cara de su hermana.

-      Perdonad, es una especie de chiste entre los dos –aclaro Yasmina-, la verdad es que lo que hicimos nada más encontrarnos fue discutir a cara de perro y a llamarnos de todo menos guapos.

-      ¿Entonces tú no llevabas velo, no? –pregunto Andrew.

-      Jajajajajajaja –se rio Yasmina, parando de inmediato al ver la cara de los otros tres-, lo siento, no pretendía reírme de vosotros… es que… -“C” la tomo de la mano dándole un ligero apretón que la hizo callarse.

-      Yasmina es cristiana, pero por su físico, el nombre y cuando saben que procede del Líbano todo el mundo da por supuesto que es musulmana, me pasa igual, cuando lo escuchamos nos da la risa, disculpadnos a ambos, no pensábamos reírnos de nadie –dijo sonriendo “C”.

-      Nada, tranquilo, no tiene importancia –dijo Andrew- posiblemente a mí también me haría gracia, o eso, o terminaría con una ulcera del enfado cada vez que lo escuchase –dijo con voz nasal arrancando una carcajada a todo el mundo.

Después de un buen rato, las mujeres se fueron juntas al baño, dejando a Andrew y a “C” hablando los dos tranquilamente. Las tres iban riéndose de lo sucedido con Jorgen, tanto Sharon como Yasmina opinaban que ese hombre no le convenía a Nora. Estaban en el servicio, cuando Sharon, como de pasada…

-      Entonces Yasmina, entre “C” y tú no hay nada, pues qué pena, porque está claro que te gusta –dijo con una sonrisa.

-      Sí, me gusta, pero es más como un hermano que otra cosa. Es un gran hombre, hizo muchísimo por mi sin pedirme nada a cambio, y eso es algo a lo que no he estado acostumbrada. Siempre que un hombre quería hacerme un favor, pretendía que le pagase del mismo modo…

-      Con tu cuerpo, ¿no? –pregunto Nora.

-      Sí, todos, excepto “C”, el solo me pidió mi amistad –se rio de repente-, perdonad la risa, es que me estaba acordando de algunas cosas. Más de una vez cuando hemos quedado, si he llegado tarde, le he terminado sorprendiendo con alguna chica tonteando con él, y siempre me ha presentado como hermana… Creedme que le he ayudado unas cuantas veces a que le dejasen tranquilo… es que odia ser grosero, jajajajajajajaja.

-      Vaya, con que el señor “C” es todo un rompe corazones –dijo Nora sonriendo de manera forzada.

-      Eres soldado, ¿verdad? –le preguntó por sorpresa Yasmina a Nora.

-      ¿Te lo ha dicho “C”? –preguntó un poco asombrada.

-      Jajajajaja, no, él nunca habla de nadie que no esté presente, pero tu forma de andar y de moverte te delata. Lo he visto muchas veces como para no reconocerlo. ¿Te gusta "C"?

-      ¿La verdad?, no lo sé, me siento atraída físicamente, es un hombre muy guapo, pero no quiero líos con nadie de momento. Además, él es español y yo Americana, me gusta aquello y quiero regresar algún día a mi casa, no sería sensato echar raíces aquí, ¿no crees? –dijo seria.

-      Ya, tienes razón en todo lo que has dicho, pero –le puso la mano en el pecho, sobre el corazón-, este de aquí abajo, no entiende de razones… Suerte soldado Nora, me caes bien, y con él, la vas a necesitar.

-      No será tan malo, ¿no? -pregunto sonriendo.

-      Es un cielo desesperante, ya lo veras tu misma cuando te juntes unas pocas veces más con él.

-      ¿Qué te hace suponer que nos juntaremos más veces? –preguntó curiosa.

-      Él -fue la escueta y extraña contestación de Yasmina.

-      ¿Y tú vives aquí, en Madrid? -cambio de tema Sharon.

-      No, vivo en New York, pero siempre que vengo a Europa me quedo unos días.

-      ¿Y te merece la pena mantener aquí una casa?

-      No, por eso me alojo en un apartamento propiedad de "C".

-      Ya veo, supongo que estas aquí por trabajo... -Yasmina cortó a Nora.

-      Ya vale, te gusta, está libre como una mariposa y me caes bien por lo poco que he podido ver, tienes personalidad... pero si intentas jugar con el.... me tendrás enfrente a cara de perro... Ahora regresemos para seguir con la agradable cena y soldado Nora, deja el interrogatorio para otro día... porque es algo que a ninguno de los dos nos gusta que nos hagan, ni a "C", ni a mí -sin decir más se marchó dejando a ambas hermanas.

-      Vaya carácter –dijo Nora.

-      Pero tiene razón en todo, te has pasado preguntado, has sido muy brusca con algunas preguntas, y está claro que te atrae, ese hombre “C” te gusta. Yo también lo he visto, aunque no lo admitas es la verdad –Sharon alzo las manos impidiendo a Nora hablar-. No, no, no, no digas nada de nada hermanita, se lo que piensas, así que no te molestes, ya te darás cuenta –después de eso también salió.

Nora estaba perpleja, no entendía nada de nada, no comprendía de qué coño se suponía que iba aquello. A ella evidentemente le gustaba “C”, pero físicamente y para un buen polvo como el que ya habían echado antes los dos, pero fuera de eso, no sentía nada más por él. Reanudaron la cena como si no hubiese pasado nada de nada,  a la hora de irse, Yasmina comento que ella vivía cerca de la embajada Americana, que si Nora vivía también por allí cerca, "C" y ella podían dejarla en casa, Nora dijo que si, que vivía por la zona y acepto el ofrecimiento.

Para sorpresa suya, la primera en apearse del taxi fue Yasmina, después "C" le propuso ir a tomar la última copa si quería a un sitio cercano que conocía y que según le dijo estaba muy bien, algo que Nora acepto enseguida. El sitio era ciertamente coqueto y muy agradable, después de más o menos cuarenta minutos "C" le pregunto eso de... ¿a tu casa o a la mía?, después de lo cual, la beso en los labios, introduciéndole la lengua delicadamente... Nora se puso a cien.

Media hora después entraban los dos en casa de "C" comiéndose mutuamente a besos. A Nora no le dio tiempo de observar nada de la casa, ambos únicamente parecían tener tiempo para desnudarse mientras andaban besándose camino de la habitación. Nora se sentía muy excitada y deseosa de sexo, necesitaba sentir al hombre dentro de sí lo más pronto posible, de modo que nada más ver la cama, lo empujo hasta ella, derivándolo, para de seguido montarse a horcajadas, y cogiendo su pene, duro como una roca, apuntarlo a la entrada de su vagina para después, lentamente ir introduciéndoselo mientras un gemido tras otro escapaba de la garganta de ambos.

Nora se encontraba en la gloria cabalgando sobre "C", sintiendo como la polla de este le llegaba a lo más profundo, como las manos del hombre acariciaban sus pechos mientras sus labios buscaban los suyos con insistencia, obligándola a inclinarse sobre él. Movía sus caderas en círculos, levantándose y sentándose sobre él, cabalgándole despacio, con suavidad, lentamente… disfrutando de cada sensación que le trasmitía. Estaba cerca del clímax cuando “C” la derribo de su montura, encontrándose de repente tumbada de espaldas, con las piernas abiertas pasando sobre los hombros de “C”, que tenía su lengua sobre su sexo recorriendo cada pliegue, cada centímetro de su piel hasta terminar sobre su clítoris, martirizándole con suavidad hasta que la llevo a un orgasmo devastador.

Cuando se recuperó, tenía al hombre trabajándole el cuello, jugando con sus labios y lengua sobre él, poniéndola de nuevo a mil de excitación, solo que en esta ocasión, los papeles se invirtieron, fue ella quien enredando sus piernas en las de él lo derribo de espaldas, y antes de que “C” pudiese reaccionar, tenía su glande en la boca, mientras con sus uñas le arañaba suavemente los testículos, haciéndole gemir casi a gritos del placer que estaba sintiendo. No paro, ni le permitió hacer nada hasta que consiguió que se corriese, se retiró justo a tiempo, no pudiendo evitar que los chorros de espeso semen golpearan sobre su cara y pelo…

Sorprendiéndola, “C” se alzó, pasando sobre cada chorretón la lengua, para después, besarla, transfiriéndole gran parte de lo recogido. Pudo saborear su leche, aunque también quedaban restos en sus labios del sabor de su propio sexo, nuevamente el muy cabrón la había calentado al máximo, necesitaba follárselo, pero solo eso, follárselo sin más. Le empujó hacia atrás, haciendo que se tumbase, se metió la debilitada polla en la boca, tan solo unos pocos minutos después, esta volvía a adquirir toda su dureza y tamaño, momento que aprovecho para subirse sobre su montura y de nuevo, empezar a cabalgarlo, solo que esta vez, se dejó llevar por su pasión y lujuria.

“C” nuevamente intento derribarla para tomar el control de la situación, sin embargo en esta ocasión, Nora está preparada y no le costó nada evitarlo, obligándole a seguir haciendo de montura. Entonces, en lugar de dejarse simplemente follar, empezó a mover sus caderas con fuerza, obligándose  a ir al encuentro de Nora cada vez que esta se hundía sobre su polla, aumentando de ese modo tanto la fuerza, como la profundidad, como el morbo de la follada… Nora estaba en la gloria… estuvieron en este plan, luchando el uno contra el otro para ver quien se follaba a quien toda la noche, el resultado final, fue el de ambos destrozados pero muy contentos…

Nora, de madrugada y mientras “C” dormía recogió sus cosas marchándose para su casa, a duras penas podía caminar, sentía toda su entrepierna escocida por el terrible aunque gozoso ajetreo que había sufrido solo horas antes…

CONTINUARA