La Teniente - 5
Nora recibe órdenes de sus superiores regresar a Afganistán, debe sacar de allí a una persona que ha solicitado específicamente su presencia para aceptar salir de su escondite
LA TENIENTE - 5
Nora tuvo dos semanas infernales, había habido muchísimo movimiento en la embajada, las medidas de seguridad se habían extremado al máximo, y dado que esta iba a cargo de los marines, el trabajo de Nora y de su superior se había cuadruplicado. No sabía qué era lo que estaba pasando exactamente, pero algunas de las personas “extrañas” al personal habitual, tenían un cierto aroma a servicios de inteligencia que tiraban de espaldas, especialmente por con quien se reunían habitualmente, el “llamado” por todos bajo cuerda “hombre de la CIA”.
Después de casi tres semanas sin quedar con su hermana, no tuvo otro remedio que aceptar una cena con ellos y algunos compañeros de su cuñado, que encima para terminar de rematarlo era un jueves, aunque por fortuna y en teoría, desde ese mismo fin de semana la embajada volvería a su tranquilidad habitual. Lo malo de la cena, es que todo esto a Nora le olía a uno de los habituales truquitos de su hermana para presentarle hombres, como si le hiciese a ella mucha falta eso.
Sharon, tal y como su hermana sospechaba, tenía pensado presentarle a un compañero de su marido, un hombre divertido, muy bien situado y tremendamente guapo, todo un cañón de hombre, un auténtico mirlo blanco. Había aprovechado que su hermana no había podido quedar esas semanas para “forzarla” a aceptar cenar con ellos. Sharon le recordó a su marido, que hablase con su compañero para que este evitase en todo momento mencionar el tema tabú de Norma, el trabajo. Normalmente ella era capaz de sacarle cualquier cosa a su hermana con solo hablar con ella quince minutos, todo excepto si tenía referencia a su trabajo, de este no hablaba nada con nadie, absolutamente nada, ni media palabra, y la insistencia sobre ello, solía ponerle de muy mal humor.
La única excepción con ella en relación con eso, había sido al relatarle lo sucedido en Afganistán, cuando resulto herida, y pese a todo, Sharon era muy consciente que únicamente le había contado una pequeña parte de lo que ocurrió, incluso era más que probable que también pasase eso con Dieter, el psicólogo al que estuvo viendo en Alemania. Dudaba de que su hermana diese datos muy concretos que no se relacionasen expresamente con ella nada más, ni datos que pudiesen identificar por ejemplo el sitio del ataque pese a haber salido incluso en las noticias en EEUU a nivel nacional, dudaba que se lo hubiese contado al psicólogo Alemán, pese a que este estaba autorizado para enterarse de ese tipo de cosas.
Nora se preparó a conciencia para la cena, no quería dejar mal a su hermana, conociendo a Sharon estaba convencida de que le habría puesto por las nubes cuando con toda seguridad, hubiesen hablado de ella. Al entrar al restaurante pregunto por su cuñado, que era a cuyo nombre estaba reservada la mesa, un camarero la guio hasta allí. Cuando vio la mesa se llevó una desagradable sorpresa, sentado junto a su cuñado se encontraba el rubio Danés, Jorgen. Vio cómo su hermana la divisaba y se dirigía al hombre rubio para indicárselo, se fijó en la cara que este puso, primero de sorpresa, y después de alegría.
Sharon intento hacer las presentaciones pero Jorgen se le adelanto saludándola directamente por su nombre… tras los besos de rigor…
- Qué alegría Nora, pensé que no te volvería a ver más, se te olvido dejarme tu número de teléfono…
- Si, desde luego, no lo dejé…
- ¿Ya os conocíais? –preguntó Sharon.
- Si, coincidimos una noche en una discoteca, iba con otros modelos también daneses, aunque dijeron que solo estarían en España tres o cuatro días. Veo que has regresado…
- Jajajajaja –rió Jorgen divertido-, no, creo que no lo entendisteis bien, o quizá nosotros nos explicamos mal. Mis amigos son modelos, y regresaron cinco días después de vernos, yo no, yo trabajo con tu cuñado, resido aquí desde hace cinco años.
- ¡¡Ahhh!!, pensábamos que todos vosotros erais modelos…
- Bueno, tampoco sería tan extraño que pensarais eso, tiene a todas las compañeras loquitas, es una pieza en caza y captura, se deja querer el jodío, jajajajaja –dijo Andrew, el marido de Sharon, provocando las risas de todos.
- Nada, tu cuñado que es un exagerado, no le hagas caso, lo que ocurre es que se divierten poniéndome en compromisos, pero en plan sano.
La cena estuvo realmente entretenida, Norma se lo pasó bastante bien, quizá y principalmente, porque Jorgen no repitió ni una sola vez lo del número de teléfono, lo que ayudo a bajar su tensión en bastantes enteros. En un momento dado, Sharon y Norma se excusaron con los hombres, marchándose después directas al servicio, más para poder hablar las dos a solas, que por otra cosa.
- Y bien, ¿cómo fue? –preguntó Sharon
- Como fue, ¿el qué?
- El acostarte con él, claro… y no te molestes en decirme que no ha pasado eso, se os notaba a los dos.
- Bueno, no estuvo mal, pero que nada mal, de hecho, estuvo francamente bien, es todo un semental, aunque al principio estuvo un poco pesado con volver a vernos, incluso me pidió el número de teléfono, por fortuna logré esquivarle.
- Pues ahora tienes un problema, porque te lo volverá a pedir, o quizá no lo haga para pedírselo más tarde a Andrew. Ya veremos que hace.
- Vale, pues dile a tu marido que no quiero que se lo dé, no me interesa.
- Pues tu misma, pero no te entiendo, me has dicho que era bueno follando, no le veo el problema a volver a echar con él alguno que otro polvo más.
- El problema es que él no creo que quiera solo un polvo de vez en cuando, y yo no estoy por la labor de complicarme la vida con nadie.
- Mira Nora, creo que estas exagerando, si te pide veros acepta, deja que suceda, a ver qué pasa, no… -Norma la interrumpió.
- Sharon, soy Marine, hoy estoy aquí, pero mañana puedo estar en otro destino diferente y él es Danés, de poder conseguir un destino fijo, seria en los EEUU, ¿de verdad que no ves el problema?. Así que no, para nada, de ningún modo, no quiero líos de hombres.
- Está bien, aceptare lo que quieres, aun pensando que te equivocas.
Ambas hermanas regresaron de nuevo a la mesa, encontrándose a los dos hombre charlando animadamente, y sin necesidad de ser muy listas, o muy observadoras, se dieron cuenta en el acto que Nora era el tema central de la conversación. Durante el resto de la cena Jorgen estuvo haciendo todo tipo de méritos ante Norma, desde su punto de vista, estaba claro que el Danés tenia muchísimo interés en poder volver a verla… A la hora de irse…
- Me acompañas a tomar por ahí la última copa…
- No, te lo agradezco Jorgen, pero mañana trabajo y quiero ir descansada, para mí ya es tarde, lo siento.
- No te preocupes, no pasa nada, entonces… ¿qué tal volver a cenar juntos mañana viernes o el sábado?
- No, lo siento, estoy muy cansada y este fin de semana solo quiero quedarme en casa, darme una buena ducha, leerme un libro y no hacer absolutamente nada… -dijo con una sonrisa de disculpa.
- Bueno, podéis quedar la siguiente, a mi hermana le encanta cierto grupo que viene a tocar a Madrid… -dijo Sharon mientras Nora la miraba con ganas de matarla.
- Perfecto, no me costara hacerme con un par de entradas, entonces el sábado al concierto, y luego nos vamos por ahí, un par de copas, bailamos… una gran noche –dijo Jorgen con una radiante sonrisa.
Nora estuvo tentada de negarse, pero al final accedió, aunque dejo claro que solo sería eso e irían como amigos, que no esperase nada más por su parte, pues no quería ningún tipo de compromiso. El sonriente Jorgen acepto encantado todo lo que Nora dijo. Se marchó a su casa por su cuenta, no acepto que el Danés la acompañase en el taxi hasta allí…
El viernes Nora tuvo un día muy movidito, el responsable de seguridad de la embajada la llamo a su despacho, cuando entró la hizo sentarse y se marchó, dejándola con uno de los visitantes y el hombre de la Agencia en la embajada.
- Buenos días Teniente, soy el coronel Sanders, y pertenezco a inteligencia militar, a mi compañero aquí presente supongo que ya le conoce y sabe a qué se dedica…
- Sí, señor… así es…
- ¿Tiene algún problema en que le hagamos algunas preguntas?
- Ehhh, no claro, hágamelas, si –dijo algo nerviosa al no saber a qué venia aquello.
- Tranquila que esto no va nada con usted o su desempeño en la embajada…
- Sí, señor…
- Bien, ¿conoce usted a esta persona? –dijo el coronel poniendo la foto de una mujer sobre la mesa.
- Sí, es Amira Adjani, es profesora en la zona de Afganistán donde estuve destinada… pero no veo que… -el coronel la interrumpió.
- Por favor, cuéntenos todo lo que sepa de ella o de su familia…
Nora estuvo hablando de Amira y su familia durante casi dos horas ante la atenta mirada de ambos hombres. Estaba un poco preocupada porque no entendía lo que sucedía, Amira no era ningún peligro para la coalición, de hecho le gustaba que la presencia de esta permitiese estudiar a las niñas, incluidas sus dos hijas… cuando terminó…
- Muy bien, coincide casi totalmente con lo que sabemos de ella.
- Bien, me alegra haber sido de utilidad señor…
- Queremos que viaje a Afganistán, se reúna con ella y la acompañe a los Estados Unidos –dijo de sopetón el hombre de la CIA.
- ¿Perdón? –dijo Nora absolutamente perpleja…
- Amira Adjani tiene datos que nos interesaría muchísimo obtener, está de acuerdo con venirse a los Estados Unidos con sus hijas y empezar de nuevo allí. Desgraciadamente, no lo hará, salvo que sea usted quien la recoja… solo saldrá de su escondite si va usted en persona a por ella, no confía en nadie más…
- Perdón señor, ha dicho que se esconde… pero su familia… -nuevamente fue interrumpida.
- Su marido ha muerto, creemos que fue… ejecutado por la insurgencia, sospechamos que hizo algo que no les gustó y le costó la vida. Amira encontró ciertos documentos de su marido cuando estuvo mirando "papeles" tras el entierro de lo que quedo de él, gracias a ellos conoce ciertos nombres que su marido manejaba, apoyos de la insurgencia en la zona y que probablemente, alguno de ellos, trabaje para nosotros y nos esté mintiendo o lo que en realidad es más probable, vendiendo.
- Pero señor, yo no soy agente de inteligencia, seguro que tiene gente mucho más preparada que yo…
- Si, la tengo, y varios de ellos además allí mismo, gente de mi máxima confianza. Pero como ya le he dicho eso no nos sirve de nada en este caso, Amira solo confía en usted, sabemos que tuvo problemas pero que gracias a usted pudo solucionarlos, incluso se expuso bastante por ella. Por eso únicamente aceptara si es usted quien la recoge en persona, como ya le hemos dicho nos ha dejado muy claro que únicamente confía en usted, no quiere ver a nadie más, solo aceptara un intento sino la ve a usted allí se terminó, y créame que no la culpo, hemos tenido varios incidentes últimamente en esa zona, en los últimos cinco meses hemos perdido siete confidentes importantes y han salido mal varias operaciones, creemos que tenemos un topo en algún sitio cuyo nombre muy posiblemente esté en esa lista.
- Entonces la operación estará comprometida, en cuanto estemos allí…
- No lo estará, nadie lo sabrá, usted y los hombres que la acompañaran viajaran directamente en helicóptero al lugar de la cita en cuanto llegué y créame que irán muy bien respaldados. Una vez empiece la misión, solo aterrizaran en territorio Afgano para repostar y esperar a que se den las condiciones. Créame que eso no lo harán en ninguna base, se les prepara un sitio adecuado para que puedan hacerlo sin peligro y sin que ningún operativo presente pueda comunicarle nada a nadie. Los hombres que le acompañaran pertenecen a los Rangers, son fuerzas especiales lo que llevara de escolta, no usaremos a nadie destinado allí, incluso los pilotos de los Helicópteros son de nuevo reemplazo y su primera misión será con ustedes y solo lo sabrán cuando ya estén con ustedes de camino. Créame que hemos puesto en esto a los mejores hombres de los que disponemos, Amira nos interesa mucho, de modo que, sáquela de allí, estarán perfectamente cubiertas.
- Sí señor, hare lo que pueda para sacar de allí a Amira y sus hijas…
- Bien, preparase, saldrá dentro de tres horas con destino a Kabul, en el avión se encontrara con los hombres que serán su apoyo en la misión, aquí tiene todos los datos sobre ella, tiene una hora para estudiárselo, si ve algún problema, no dude en comunicároslo.
- Sí señor, a sus órdenes, señor. Puedo llamar a mi hermana para que no se preocupe...
- Hágalo, pero no le diga nada sobre donde va, explique que ha sido llamada al Pentágono, nosotros nos encargamos de darle cobertura si es necesario.
- Sí señor, no se preocupe que no pensaba decirle nada, haré como me ha pedido.
Nora le dijo a Sharon que había sido llamada a Washington por un asunto relacionado con la emboscada que sufrió en Afganistán, que no podría llamarla, que además posiblemente estaría fuera unos días, por lo que le pidió que cancelara la idea del concierto… algo que por cierto le alegro poder hacer. Después de eso, se encerró en el despacho de su jefe, donde estudió el plan, no encontrando nada que objetar. El encuentro estaba previsto para tan solo cuatro días más tarde, conocía la zona y no le gustó, no sería muy difícil tender una emboscada, claro que tampoco se podría escapar nadie de allí si esta fallaba, sin embargo, en la posición en que estaría Amira sería complicado detenerla si decidía huir y sería difícil que pudiesen capturarla… quien fuese que lo intentara. Evidentemente estaba bien pensado por su parte y dejaba claro que no confiaba en nadie, temía por su vida y las de sus hijos.
Nora se sintió más tranquila cuando en el avión conoció a los hombres que irían con ella incluidos los pilotos. Por lo visto los Rangers también habían pedido informes sobre ella, porque parecieron muy interesados en lo que ocurrió cuando fue atacada con su patrulla, especialmente, parecieron muy interesados en "El". Mucho más tranquila se quedó cuando se dio cuenta al comentar con los pilotos, que como apoyo también les acompañarían dos helicópteros Apache, que en todo momento permanecerían lo más cerca posible de ellos para intervenir en caso de que tuviesen problemas serios. Nada más llegar y detenerse su avión en la pista, de inmediato se trasladaron con sus cosas a los helicópteros, que para su sorpresa ya les esperaban con los rotores en marcha, perfectamente preparados para ellos…, nada más montar todos, los pilotos ocuparon sus puestos y despegaron.
Todo fue según lo planeado, aterrizaron en un campo del centro de Afganistán que les habían marcado como zona de repostaje y espera, allí estaban varios camiones de combustible, de municiones e incluso un camión taller, todo esto fuertemente protegido por unidades blindadas, vio que había M1 Abrams, M2 y M3 Bradleys formando a su alrededor un perímetro de seguridad. Era evidente que se habían tomado muy enserio sacar a Amira y sus hijos de allí, la información que esta debía de tener tenía que ser realmente importante. Dos días después recibieron el aviso de despegue en tres horas… poniéndose al instante todo en marcha…
Tras repostar todos los helicópteros y que les sometieran a un último chequeo rápido partieron rumbo al encuentro de su objetivo. Cuando alcanzaron el sitio, los tres helicópteros Sikorsky UH-60 “Black Hawk” aterrizaron rápidamente, volviendo de inmediato a elevarse mientras ellos se desplegaban hacia donde apreciaron que se encontraba un vehículo esperándoles. Hacia él se dirigieron rápidamente Nora junto a cuatro de los Rangers que la acompañaban, mientras que el resto del equipo les hacia la cobertura. Del vehículo salió Amira y un hombre, al que Norma identifico como Yhassin, un íntimo amigo del difunto marido de Amira, le costó un poco, pues llevaba puesto lo que parecía un viejo casco de la época soviética, o algo muy parecido.
Se encontraban a menos de dos metros de la pareja cuando el hombre fue sacudido por un gran estremecimiento, siendo de seguido violentamente impulsado hacia atrás por un segundo golpe, cayendo al suelo. Ninguno de los cinco Norteamericanos tuvo problemas en identificar lo sucedido pese a ser capaces de jurar de no haber escuchado disparo alguno, Yhassin acababa de ser abatido por un francotirador. Corrieron para proteger a Amira... entonces vieron como a unos ciento cuarenta metros, alzando unas tapas del suelo, se incorporaban dos hombres vestidos con las típicas ropas Afganas portando AK que de inmediato dirigieron hacia ellos y Amira... En un gesto instintivo, Nora se quitó su casco para ponérselo a uno de los hijos de Amira, el que más expuesto le pareció que estaba, quedando su propia cabeza vulnerable a los enemigos, abrazo al chico contra ella mientras con la otra mano dirigía su arma hacia los dos hombres haciendo fuego de ese modo en su dirección. Tan solo diez segundos después, ambos hombres también habían resultado abatidos por el francotirador, a uno de ellos el impacto prácticamente le hizo desaparecer la cabeza... el otro encajo dos balas seguidas en rápida sucesión sobre el pecho, quedándole destrozado por completo.
Cuatro hombres más aparecieron tras un grupo de rocas, pero demasiado lejos para ser un peligro real para ellos, más parecía que estuviesen allí para cubrir la retirada de sus compañeros que otra cosa, aunque también quedo claro que en parte estaban preparados para su presencia puesto que uno de ellos levanto un misil Tierra-aire portátil de fabricación Rusa, apuntando a los Black Hawk que se acercaban de nuevo a toda velocidad, con las puertas laterales abiertas y las ametralladoras listas. De estos cuatro se hicieron cargo los Apache, que apareciendo tras sus posiciones por sorpresa los acribillaron, metiéndoles a un fuego cruzado entre ambos, eliminándolos a todos ellos, sin que fuesen capaces de hacer ni un solo disparo. Los Black Hawk descendieron a toda velocidad con el fin de sacar rápidamente de allí a todo el mundo, en uno de ellos monto rápidamente Amira con sus dos hijos y Nora junto a los cuatro Rangers que le habían acompañado hasta donde estaba el vehículo, mientras los otros dos cubrían su retirada, los dos Apaches se pusieron a cada uno de sus costados retirándose de allí con ellos, flanqueándoles.
Cinco minutos después de llegar al punto de repostaje, llegaron los otros dos helicópteros con el resto de los Rangers. Desde allí, una vez reunidos todos y fueron repostados, volaron directamente a la base aérea de Bagram, donde tan solo cinco minutos después de aterrizar, despegaban todos excepto los pilotos de los helicópteros en un enorme Galaxy C5 para ellos solos con rumbo a EEUU, concretamente a la base aérea de Langley, en Virginia, muy cerca del cuartel general de la CIA. Cuando Amira y sus hijos, ya completamente tranquilos se durmieron, Nora se reunió con el Comandante Johnson de los Rangers, que era quien estaba al mando de la misión, y que se había quedado con estos en el lugar del ataque para cubrir su retirada.
- Perdón señor, pero... -le interrumpió.
- ¿Qué ocurrió? Que alguien se debió de ir de la lengua, nos estaban esperando... nos libramos de chiripa..., posiblemente ese individuo que iba con Amira fuese el responsable, además, el tal... ehhh –pareció querer hacer memoria.
- Yhassin... –se adelantó Nora.
- Si, el tal Yhassin, llevaba un chaleco explosivo con un disparador manual oculto en el bolsillo derecho de su *Chapán... nos fue por un pelo... Si no llegan a abatirle todos ustedes habrían muerto..., me encantaría conocer a quien se cargó a ese hijo de puta para agradecérselo.
Nora pensó rápido, recordando cómo habían sucedido las cosas y atando cabos, estaba segurísima de saber quién era el francotirador. Cuando el coronel Sanders le dijo que para cubrirles tendría a los mejores, empezó a pensar que no solo se había estado refiriendo a los Rangers y a los pilotos de los helicópteros, lo del francotirador le parecía demasiada casualidad como para no haber estado preparado de antemano. Miró fijamente al comandante...
- Señor, cuando se quedaron detrás cubriéndonos, registraron los cadáveres de los afganos y pudieron ver sus heridas, ¿verdad? -vio como el comandante entrecerraba los ojos.
- ¿Y si así fue? –respondió.
- Las heridas de los abatidos por el francotirador, estoy segura que eran todas por balas explosivas o de carga hueca... ehhh... verá… ehhh… -midió sus palabras con mucho cuidado antes de hacer la pregunta-, ¿se fijó en si en las heridas había algo raro señor...?
- Si, como usted dice teniente... todas las heridas eran por balas explosivas y las heridas tenían ciertas particularidades... extrañas... ¿qué sabe? -Nora se dio cuenta entonces que todos los Rangers están atentos a la conversación...
- Creo que ya sé quién es el francotirador, y es la segunda vez que me salva la vida... lo que vio extraño posiblemente fuese por el fulminato de mercurio de sus balas... También oí lo mismo después de mi ataque, aunque nunca he visto a que se referirían con eso de extraño... -Nora espero, pero el comandante no explico nada sobre a que se referían con eso de “extraño”.
- Pues si algún día le conoce, dígale que si pasa por Fort Bragg, pregunte por nosotros que le invitaremos a tantas cervezas como quiera, y si busca trabajo, nosotros se lo daremos en el acto sin preguntas...
- Jajajajaja, lo siento señor, antes me lo llevaría a los Marines, he visto por mí misma además de haber oído, que es muy bueno... nos vendría bien -dijo Nora riéndose hasta que vio que el comandante se mantenía serio.
- No teniente, no es que sea muy bueno, es que es un demonio con ese rifle, no creo que sea usted consciente de como de difícil es lo que ese hombre ha hecho hoy.
- Señor, ya sé que abatir tres enemigos así no es nada fácil...
- Teniente, soy el mejor tirador del batallón -dijo por sorpresa el cabo Ramírez- yo mismo podría haber abatido a esos tres hombres sin dificultad, era complicado nada más, esos disparos para un buen tirador entrenado no hubiesen supuesto un gran problema. Conozco más de treinta hombres que podrían haberlo conseguido perfectamente en esas condiciones, entre los que me incluyo.
- ¿Entonces? –preguntó Nora desconcertada.
- Su amigo –dijo señalando a la dormida Amira-, el tal Yhassin, recibió dos disparos prácticamente simultáneos en los hombros desde una distancia más que considerable, posiblemente estuviese a más de mil metros, diría incluso que bastante más, y eso teniente, es muy, muy, muy difícil. De hecho, a la distancia a la que realmente pienso que estaba ese tío, y con esa munición, solo creo conocer dos hombres que “puede” que fuesen capaces de hacerlo, pero solo “puede”, uno es de los Navy Seal del Team 6 de la armada, y el otro es de la Delta Force… y ese tío estoy seguro de que no cuenta tampoco con un observador… todo lo hace él solo…
- ¿Sabe usted porque no activó el chaleco explosivo ese hombre? –preguntó por sorpresa el comandante a Nora.
- Supongo que lo haría y por suerte no funcionaría el disparador…
- No, el disparador funcionaba perfectamente, de hecho le hemos usado bajo su cadáver a modo de mina. Calculamos que quedaron tras nosotros al menos tres amigos suyos muy bien escondidos, si como pensamos, van a ver los cadáveres y le mueven, les explotara…
- ¿Entonces? –preguntó Nora perpleja…
- Pues porque “Él” –dijo usando su apodo-, puesto que llevaba ese maldito casco, supongo que no sabía seguro si podría matarle si la bala lo alcanzaba, no estaría seguro si perforaría el metal. De modo que disparó a las articulaciones de los hombros del tal Yhassin con sus balas explosivas con Mercurio… o dicho de otro modo, le reventó literalmente los brazos para que no pudiese detonar el cinturón, y créame que no fueron disparos hechos así por azar, eso se lo garantizo. El tal Yhassin podía haber tenido el disparador en el lado izquierdo o derecho, supongo que como no lo sabía, simplemente le destrozo ambos impidiéndole usarlos y arreglado, además tampoco es que fuese a sobrevivir mucho tiempo con esas heridas porque en ambos casos eran mortales de necesidad sin una rápida atención medica que por cierto, no ha tenido. Esos disparos son lo mejor que jamás he visto –dijo el cabo Ramírez.
- ¿Tan bueno es ese hombre entonces?
- Había escuchado cantidad de rumores sobre él, no me los creía, lo que contaban que era capaz de hacer me sonaba a leyenda urbana, a cuento para asustar o para reírse de los demás… -dijo Ramírez pensativo.
- ¿Y ahora? –preguntó Nora.
- Ahora teniente, todos vamos a pasar una temporadita la mar de entretenidos viendo como el cabo y todos los demás Francotiradores de Fort Bragg intentan repetir esos dos disparos con un Barret M82 con silenciador y munición subsónica, que sin la menor duda fue el arma y la munición que utilizó –dijo divertido uno de los Rangers, arrancando las risas de todos los demás.
- Eso ya podéis jurarlo, si ese tipo ha sido capaz de hacerlo, los demás no sé, pero yo tengo que lograrlo también como sea… Quiero esos disparos… -dijo sonriente el cabo Ramírez.
Nora permaneció muy atenta escuchando a eso hombres hablar de todo lo que habían escuchado a otros soldados sobre ese francotirador, y tenía que reconocer para sí misma, que sí, que como bien había dicho uno de los Rangers, más que ese apodo de “Él”, le podrían haber llamado “El Demonio”, “Satanás” o cualquier cosa de ese estilo, porque el tío era realmente espeluznante, y sus cifras… espantaban. Según los cálculos que hicieron, de lo que más o menos podían dar por verídico sobre “Él”, su número de *bajas confirmadas, deberían de rondar fácilmente las 58, aunque todos supusieron que debía de superar esa cifra, y eso eran muchas bajas, especialmente porque se suponía que trabajaba solo sobre territorio hostil, lo que hacía que tampoco se pudiese prodigar mucho “cazando”, o por lo menos, eso es lo que ellos pensaban en base a su experiencia.
Cuando Nora llegó fue conducida al cuartel general de la CIA en Langley junto con Amira y sus hijas, donde estuvo unos días mientras Amira era interrogada de inicio. Estas según le dijeron tras despedirse de ellas la semana siguiente, serian llevadas a una casa franca y una vez Amira les diese todo lo que sabía, se les proporcionarían identidades nuevas, siendo realojadas en algún punto indeterminado de los Estados Unidos para que empezasen una nueva vida. Nora por su parte tuvo que firmar un auténtico montón de documentos, amén de presentar un completísimo informe de todo lo sucedido. Quedo bajo la ley de protección de secretos, no podría hablar jamás de nada de todo eso o terminaría el resto de su vida en una prisión militar de máxima seguridad.
Cuando regreso descubrió que en la embajada nadie se había extrañado de su marcha, ya que todos pensaban que le habían concedido un permiso para regresar a casa por motivos familiares. Nora decidió seguir con su vida y olvidarse de todo aquello, aunque saber que le debes la vida a alguien por dos veces, es algo que te toca hondo, ya que te gustaría poder pagárselo algún día. Era jueves, apenas acababa de salir de su primer día en la embajada, y ya tenía la primera llamada de Jorgen, dado que su hermanita sabía que había regresado el día anterior, no le hacía falta ser muy inteligente para imaginarse lo sucedido.
Al final, tras casi veinte minutos de conversación con Jorgen, riéndose de sus gracias y bromas, Nora no tuvo más remedio que aceptar quedar con él para cenar el viernes, aunque eso sí, le dijo de nuevo, que fuese consciente de que no quería ninguna relación con nadie. El por su parte le aseguro que solo quería cenar con ella, volver a verla, llevarla a bailar y pasar una noche agradable los dos juntos, tan solo como amigos.
CONTINUARA
*Chapán: El chapán es un término un poco antiguo para referirse a la chaqueta. Es una prenda de mangas largas, abierta por delante que suele cerrarse por medio de cremallera o botonadura. Como la mayoría de las prendas de abrigo para el torso, es común que posea bolsillos a los lados.
*Bajas Confirmadas: Esto se refieren al número de muertos ciertos de un determinado francotirador, siempre hablamos de número de blancos verificados con una certeza del 100%.