La Teniente - 11 (final)

Nora por fin conoce todo sobre “C”, o quizá sea más correcto decir, que casi todo. Las sorpresas para Nora no cesan, tanto sobre “C” como sobre su propia carrera

LA TENIENTE - 11

“C” observaba con detenimiento a Nora, esperando pacientemente a que recompusiese sus ideas y empezase a fusilarle con sus preguntas. “C” estaba intrigado, no tenía ni idea de por dónde querría empezar, pero sobre todo, le intrigaba lo “bien” que se lo había tomado, con sinceridad, lo que él se esperaba cuando lo descubriese, es que le saltase directamente a la yugular nada más volver a verle… y no esto… esta “calma”. Vio que esta le miraba fijamente, que carraspeaba y se preparaba para empezar… así que, él también se preparó…

-      Bien, este último viaje, no fueron negocios, ¿verdad?

-      No, sí que fueron negocios, contraté unas cuantas partidas de Té. El de allí es francamente bueno, y estaba a muy buen precio, podre sacar un amplio margen de beneficio por ello.

-      Pensé que sería por otra cosa…

-      Bueno Nora, la verdad es que si, también tienes razón en eso, no debería, pero hare una excepción contigo por esta vez, te lo diré. Estuve en Kenia, porque era el modo más seguro para entrar en Somalia sin que se reflejase en mi pasaporte, algo vital para mí sí quiero evitar colocarme en el punto de mira de quien no debo. En el sur del país, cierto individuo estaba adquiriendo excesivo poder, podría haber llegado a ser muy peligroso para los barcos de la zona, así que, me contrataron para eliminarlo, que es lo que hice –la miró muy serio-, junto con dos de sus lugartenientes de confianza. Pero también, es cierto lo que te he dicho del Té, no he mentido, en Kenia hice negocios antes de regresar, negocios de verdad, tanto para obtener beneficios, como para justificar de forma evidente mi viaje de negocios.

“C” vio como Nora se quedaba callada tras la respuesta, analizando lo dicho, sin dejar de mirarle detenidamente. Esperó pacientemente de nuevo a que ella estuviese dispuesta a seguir con la conversación. Nora por su parte estaba asombrada y desconcertada, tenía cada vez más claro que estaba enamorada de “C” hasta donde no pensaba que se pudiese estar de ningún hombre, si todo esto fuese de otra persona… pero joder, es que era muy difícil para ella aceptarlo… Era… como descubrir a otro hombre completamente distinto del que pensaba que era…

-      Entonces, trabajas para tu país.. o… no se…

-      Trabajo para mí mismo, podrías definirme como mercenario si quieres. Mi principal cliente es el tuyo, y de hecho, se podría decir que es mi… intermediario con otros países.

-      No entiendo…

-      El hombre de la CIA en tu embajada, Robert Taylor, es mi “enlace”, el me da el trabajo por así decirlo. Es el único que me conoce físicamente y sabe quién soy realmente, nadie más lo sabe. Toda comunicación conmigo, proceda de quien proceda pasa siempre por el… fue una exigencia mía para trabajar para Estados Unidos, como estaban muy interesados en ello, accedieron, aunque cierto que no sin muchas reticencias y pegas por su parte, pero al final, tragaron.

-      Entonces si otro país…

-      Contactaría con la CIA, ella le informaría a Taylor, y el a mi…

-      Eres… eres… un… -trago saliva- ¿eres un asesino entonces?

-      Jajajajajaja –rió con tristeza-, si, lo soy, lo cierto es que lo soy. Pero veras, ahora mismo podrías considerarme igual a lo que tú eres en cierto modo, al fin y al cabo, trabajo para el gobierno de los Estados Unidos, como tú. Tú dependes del pentágono, de su ejército, y yo de Langley, de sus servicios secretos… y ambos hemos matado al servicio de los Estados Unidos.

-      Ya, entonces no eres un asesino, digamos que eres una especie de agente de campo de la CIA, ¿no? –pregunto Nora intentando autoconvencerse de ello.

-      Sí, en cierta forma se podría ver así, pero no por eso dejo de ser un asesino Nora… Te voy a dar un voto total de confianza con todo esto, te voy a contar algo que no he contado nunca a nadie, algo que solo se yo… y ahora, también sabrás tú…. Si soy un asesino, ¿recuerdas lo que conté en casa de tus padres, el señor de la guerra que mató a los míos…? –dijo con tono lúgubre.

-      Sí, claro –contesto, no muy segura de querer ese “voto” por la forma de hablar de “C”.

-      Me entrené hasta sangrar desde que me recupere del shock de la muerte de mi familia hasta cumplir los veinte años con un solo propósito. Recuerdas lo que os conté, mi único anhelo era matar a ese hombre, matar como fuese al responsable de la muerte de mi familia –dijo con voz tensa.

-      ¿Lo mataste? –preguntó Nora, consciente de que en otras circunstancias ni se habría planteado hacerla.

-      Puse una bomba en su coche, me asegure de que detonase cuando él estuviese dentro con todos los suyos, su mujer y sus tres hijos, todos ellos pequeños… los maté a todos, solo quedaron fragmentos de sus cuerpos. Todo el mundo supuso, que fue obra de sus “enemigos”, ya que estos enseguida reclamaron la autoría y nadie se molestó en investigar, de hecho yo contaba con ello al hacerlo así –terminó, mirando fijamente a una horrorizada Nora.

-      Pero… pero… eso…

-      Eso fue un asesinato, y sabes, no me arrepiento de haberlo hecho, es más, te digo ahora mismo que lo volvería a hacer de nuevo, una y mil veces si fuese necesario. Luego, cuando por fin termine mi venganza y me puse a pensar en qué hacer con mi vida, descubrí que no sabía hacer nada, absolutamente nada de nada. Descubrí que solo sabía matar, al fin y al cabo, me había preparado solo para eso, para matar a mi presa, todo lo que había estudiado y aprendido iba encaminado a tal fin. Me convertí en lo que soy ahora, alguien que alquila su destreza con las armas a ciertos gobiernos “civilizados”, en mi defensa diré, que no acepto cualquier trabajo, soy muy selectivo con ellos… Solo terroristas, traficantes, asesinos… en fin, las joyitas de la sociedad…

-      ¿Cuántas bajas…? Bueno… ya sabes…

-      Cuántas bajas confirmadas, ¿no?

-      Sí, eso…

-      Confirmadas oficialmente 67, pero bajas reales… mi cuenta particular si te sirve mi palabra, es de 326 blancos… incluyendo al señor de la guerra y su familia, aunque fuesen por una bomba…

“C” pudo ver a Nora asustada por la enormidad a la que acababa de enfrentarla, también vio que le estaba creyendo a pies juntillas cada cosa que le contaba, lo cual, sinceramente agradecía.

-      ¿Tantos…? –susurró Nora.

-      Si, aunque posiblemente sean más, bastantes más, sinceramente no lo sé, no podría darte un numero… Veras Nora, resulta difícil sobrevivir a la herida de una bala del calibre 50 con munición fragmentada y fulminato de mercurio en su punta, dado lo venenoso que es para el ser humano. Y la verdad es que de alguien herido en el tórax o una extremidad por una de ellas, no me preocupo mucho de sí después del disparo continua vivo durante mucho tiempo o no, excepto que sea mi objetivo, claro, en ese caso no paro hasta que lo remato, algo que hasta ahora no me ha hecho falta nunca pues no fallo… Pero esos otros que te digo, esos “heridos”, no los cuento, así que posiblemente, como comprenderás, sean muchos más. En tu última misión termine con dos de los tres que quedaron vivos y me asegure de ello, esas dos bajas por ejemplo, no cuentan como confirmadas pues estaba yo solo, pero si me asegure de que habían pasado a mejor vida… Pero por eso mismo el número sube tanto, esos dos, si son de los 326 de mi cuenta particular.

-      Y… -carraspeo- ¿Y te da igual?

-      ¿La verdad?, sí, me da igual… lo siento si no te lo esperabas, pero no llorare por ninguna de mis víctimas. Con excepción de los tres hijos del señor de la guerra que mató a mis padres, todos los demás muertos por mí, tenían las manos manchadas de sangre de otra gente, incluida la esposa de este, una autentica zorra psicópata con más de una docena de muertes en su haber, y además, ella participo en el ataque contra mi familia.

-      La verdad “C”, es que no sé ni que decir, me pillaste completamente por sorpresa, jamás me hubiese podido imaginar algo como esto –se pasó las manos por la cabeza.

-      ¿Aún quieres que lo intentemos los dos? –preguntó muy serio- No podrás hablar de esto con nadie, pude haberlo hecho de otro modo, pero no quería obligarte a aceptarme como pareja sin saberlo.

-      Si, la verdad es que sí quiero estar contigo pese a todo, pero no ahora mismo… no sé si podría… es todo tan… no sé, creo que necesito tiempo para poder digerirlo. Pero “C”, ten claro que te quiero, ¿vale?, eso no va a cambiar… pero… ¡¡¡Joder!!!, es que…

-      Vale, tranquila, lo entiendo… te daré el espacio que necesites…

-      No “C”, creo que me has malinterpretado, por no ahora me refiero, a ahora mismo… estar físicamente juntos. Es decir, quiero que seamos pareja desde ya, pero… para… bueno… para… eso…

-      ¿Para hacer el amor quizá?

-      Si, para eso… necesito tiempo, tengo mucho que asimilar sobre ti… Es que… ¡¡¡JODER, entiéndeme “C”!!!, pensaba que me había enamorado de un Ángel un poco misterioso, y me ha salido uno, pero de los otros, de los Caídos, todo un puñetero Demonio, y además sentado tranquilamente sobre un montón de cadáveres…

“C” no pudo evitar echarse a reír por la comparación, haciendo que automáticamente Nora torciese el gesto y le mirase de mala manera, por lo que se apresuró a tratar de callarse, antes de que su “novia” explotase con eso mas todo lo acumulado.

-      ¿Te ríes de mí? –preguntó visiblemente mosqueada.

-      No, no me rio de ti, es que me ha hecho gracia la comparación que has puesto, solo eso. Que por cierto me parece muy acertada por otra parte –dijo serio, intentando calmarla un poco.

-      Ya, ya te veo, ya. Esto era entonces, a lo que te referías a no hablar de tus negocios y que llevaríamos mal, ¿no?...

-      No Nora, no exactamente. A ver, entiende esto por favor, eres militar, eres inteligente, has visto mundo y no sé en cuantas, pero por la segunda vez que te vi en Afganistán, sé que has participado en “misiones” de tipo encubierto, o por lo menos, una vez seguro. Entiende, que sería para mi muy difícil engañarte con todo esto. Es un hecho que me sería imposible decirte que me iba de negocios y que durante dos meses iba a estar sin cobertura de comunicaciones, sin teléfono ninguno, sin que pudieses saber nada de mí, si me salía alguna cosa… es que inventase lo que inventase, idease lo que idease, es que ni con la ayuda de la CIA para taparlo, no me creerías jamás.

-      Si bueno, evidentemente que no te creería, es obvio que me estarías mintiendo. Pero supongo que ahora eso tampoco significa que me cuentes que vas a hacer, o que has hecho, ¿me equivoco?

-      No, no te equivocas, pero al menos, ahora si sabes a lo que voy de verdad, no necesito engañarte o tratar de mentirte, solo decirte que tengo que irme por “negocios”,  lo que no implica que sepas cual es mi “encargo”, y no creo que eso sea un problema para un oficial del Ejército, ¿me equivoco?.

-      No, no lo seria, sabiendo ahora todo esto, lo entendería perfectamente aunque… bueno, no diré que me guste.

-      Ya, claro, eso ya lo imagino, y también supongo que mi “dedicación” primordial no será fácil de asimilar para ti, ¿no?

-      Que tonterías estás diciendo –se extrañó Nora-, no “C”, no es eso, ese ahora no es mi principal problema, o por lo menos ahora que ha pasado la sorpresa inicial y el susto. Porque lo reconozco, me asustaste por un momento con todo esto, te recuerdo que los marines también tenemos Francotiradores y sé de qué va el asunto, he entrenado con ellos, sé que esperar a ese respecto.

-      Sí, eso lo suponía… -admitió “C”.

-      Mi problema ahora es que cuando te vayas, estarás en peligro de muerte, no sabré que pasa o no pasa contigo, si volverás o no, estarás completamente solo ahí afuera y nadie moverá un dedo por ti si ocurre algo… No iras de acampada o al duro mundo de una mesa de reuniones, iras en solitario a territorio hostil y recuerda que se perfectamente que es eso… ¿Cómo coño quieres que me guste y me quede tranquila solo por saberlo?

-      Es el mismo caso que si por ejemplo a ti te envían de nuevo a Afganistán… -se defendió “C”.

-      Por supuesto que es el mismo, con la salvedad que yo normalmente estaría rodeada de tropas, medios materiales, podría llamarte, sabrías de mí con normalidad, y tú a mí no podrías ofrecerme nada eso. Y olvídate de venderme eso de que el riesgo es el mismo en ambos casos, no es igual y lo sabes de sobra… A diferencia de uno de nuestros Francotiradores que contaría con soporte, a ti, si te pasa algo tu cuerpo jamás aparecería, nadie se preocuparía por ti, nadie querría saber nada… Joder que divertido “C”, que agradable sorpresa me has dado... ¡¡Joder!! –masculló.

-      Eso no es del todo cierto. Perdona que te lo diga con crudeza, pero tus hombres serían los que más posibilidades tendrían de que no apareciesen sus cuerpos. Creo que te olvidas de “quien soy”, si alguien me matase, si algún “grupo” tuviese la suerte de “cazarme”, ten por seguro que mi cabeza puesta sobre una pica aparecería enseguida en internet, y en unas horas estaría en primera plana por todo el mundo, dando a conocer que habían matado a “Él”… que eran los mejores, etc… y sabes que es así Nora. Por tanto, si sabrías casi al instante que me ha pasado.

-      ¿Y eso se supone que tiene que hacer que me sienta mejor? –pregunto sarcástica-, ¡¡no me jodas, quieres!! -bufó.

-      Vaya, estoy sorprendido –dijo visiblemente perplejo y aprovechando para intentar variar un poco el rumbo de la conversación, vista la cara que empezaba a poner Nora.

-      ¿Con que? –pregunto Nora sin entender.

-      De lo bien que estas reaccionando con todo esto, pensé que sería peor… Creí que a estas alturas de la conversación ya habrías explotado y saltado sobre mi cuello…

-      Bueno, creo que no has meditado suficiente sobre mi “C”…

-      ¿Tú crees? –dijo en tono irónico.

-      Se bueno anda, y no me enfades, que aunque no lo parezca, en realidad me muero de ganas de sacudirte un poquito para agradecerte por tanta “sorpresa” –respondió con una sonrisa pero apretando los dientes, signo evidente de que decía la verdad-. Creo que no pensaste bien en mí, solo en que era una mujer pese a mi profesión, posiblemente quizá por mi reacción cuando me lo contaste, que tampoco es que me gustase mucho como lo hice, la verdad –tomó aire, hizo una pequeña pausa ordenando sus ideas y continuó.

-      Veras “C”, soy Marine, Oficial del Ejército y estoy enamorada de ti, además de eso, te debo la vida por dos veces, entiendo perfectamente lo que me has contado, e infiero también parte de lo que no lo has hecho… Créeme que todo esto, aunque no especialmente lo último sobre “tu cabeza” –remarcó con los ojos echando fuego-, ha ayudado a que me lo tome relativamente “bien”… aunque aun así no te creas, que… Buffff… todavía espero despertarme de un sueño y que todo sea mentira… que no seas tú esa persona…

-      Jajajajajajaja, si quieres te pellizco –dijo riéndose.

-      Si quieres te sacudo una ristra completa de hostias –dijo muy seria.

-      No, déjalo, no sea que me hagas daño y te quedes sin tu nuevo novio –sonrió “C” alzando las manos en gesto de disculpa, un poco nervioso, reculando de la broma.

-      Sabes una cosa, no entiendo en que puede afectar esto a mi carrera, no lo entiendo. Sé quién eres, vale, pero puedo seguir con ella.

-      No, no es así, mientras yo sea útil y pueda trabajar como lo hago, tú no te podrás mover de España, de la embajada.

-      No lo entiendo, no te conocen, además, vaya donde vaya, tú podrías venirte, con ese trabajo… bueno… eso de no poderme mover no… -“C” la interrumpió.

-      Piensa un poco Nora, después de lo que te he contado, deberías de darte cuenta que la seguridad en la relación entre tu país y yo lo es todo. Mi principal activo es no ser estadounidense o de un país plausible, además el que nadie me conozca en ningún sitio, estar bajo el radar para todo el mundo, si nadie sabe quién soy, como soy, o de donde soy, para tu país, seré mil veces más útil, y en mi trabajo, seré también, mil veces más eficaz. Pero para esto, debo de seguir siendo “anónimo”.

-      Eso lo entiendo, pero igualmente podrían mandarte los trabajos a otro sitio, creo yo.

-      No, desgraciadamente no, todo este… tinglado, lo montamos pensando en estar aquí, en ser esta mi base de operaciones. Todo lo que montamos, es casi perfecto, pero solo casi, existe un punto débil… hasta ahora, que tú lo anulas…

-      No entiendo –dijo Nora descolocada por completo.

-      Supongo que sabrás que son los buzones de los espías y todas esas cosas, ¿verdad?

-      Si claro, he visto muchos documentales –rió-, me encantan esas cosas… Pero casi mejor, empieza por el principio o no terminaremos nunca.

-      Sí, creo que será lo mejor –dijo “C”, que empezó a relatarle su vida por encima a Nora.

Bien, primero de nada, decirte que mi CI supera los 180 de largo, domino varios idiomas e incluso algunos dialectos y poseo un enorme autocontrol, soy excelente en táctica y estrategia, tengo además un buen número de estudios diversos además de ser autodidacta en muchos aspectos, pero todo relacionado con esto, con ser un Francotirador, matar gente es mi única especialidad. Tras terminar mi venganza, la que por cierto tenía planeada con un rifle inicialmente que fue para lo que entrene durante años, aunque luego paradójicamente me vi obligado a usar explosivos, que créeme, ahora tras esa experiencia también domino, hice algunas cosas como “mercenario” hasta que llame la atención de alguien, de Robert Taylor como ya habrás supuesto. Si bien para otras cosas no es que sea muy bueno, la bomba me salió bien pero fue una chapuza, con un rifle, para un disparo concreto… era excelente y mucho más. Tengo una gran intuición para distancias, incidencias de los elementos y vectores, de hecho mi gran baza para hacer lo que hago es que pese a disparar a grandes distancias, cerca del límite de mi fusil en algunos casos, no necesito de un observador…. Cuando apunto, nunca fallo, tu país decidió que alguien con mis habilidades le seria de una enorme utilidad.

Cuando empecé en esto, me convencí que el método más seguro para mi seria trabajar para tu país y usarlo como intermediario, al fin y al cabo, erais los que estabais metidos en más “fregados”, por no decir que en todos. Era consciente, que si funcionaba bien en mis encargos, el pago aumentaría, pero también el número de clientes que deseasen contar conmigo… pero contra más gente te conozca, más riesgo corres, y yo iba a hacer un numero desorbitadamente alto de enemigos al dedicarme a esto… por eso mi decisión de usar tu país, a la CIA como intermediario, y exclusivamente a Robert para que supiese quien era. En teoría de este modo reducía ingresos pero mejoraba en seguridad… aunque lo primero, bueno, por fortuna no ha sido del todo así.

Contando con esto, Robert y yo alcanzamos una serie de acuerdos, que nos beneficiaba a ambas partes a nivel personal, tras esa reunión, nunca más nos hemos vuelto a ver. Lo primero que hicimos fue decidir las medidas de seguridad que llevaríamos, y aplicarlas a rajatabla, primero fue una lista de buzones que tiene bastantes más de quinientos, aunque obviamente no te voy a decir cuantos realmente, y los seguimos en riguroso orden. Cuando terminen, volveremos a empezar por el principio, y eso aún con todo el tiempo que llevamos, todavía no ha llegado. El me indica que tengo un encargo, yo veo que buzón toca, recojo los datos y me pongo en movimiento, simple… pues bien, no es así.

Ese es precisamente el gran riesgo que no habíamos podido evitar, como comunicarse conmigo de modo seguro. El sistema que ideamos para evitar que identificasen los buzones también era complejo, para evitar vulnerabilidades, él primero me dejaba el paquete, luego se ponía en marcha y contactaba conmigo. Pero siempre me daba tiempo para recogerlo antes de “moverse” a contactar, después hacia el paripé y se ponía en movimiento por otros países para “dejarme el encargo” en un buzón seguro del que yo lo recogería. Hasta ahora usábamos varias cuentas falsas de correo alojadas y protegidas en varios servidores, se crean y destruyen constantemente… es un sistema complejo, difícil de detectar, pero si se logra, muy vulnerable para mí. Sin embargo, ahora, contigo, ese problema está solucionado.

-      Creo que lo entiendo, me lo puede dar en la embajada para que yo te lo de, ¿no? –dijo Nora.

-      No, eso sería un riesgo innecesario. En ese caso habría una relación visible entre ambos, contacto físico, amistad, no, eso no interesa para nada, los dos debéis de seguir como hasta ahora, os conocéis de vista por trabajar juntos y poco más. Pero si te puede decir que tengo esperando un paquete de mil formas diferentes e inocuas con las que nadie podría sospechar, sin dirigirse a ti para nada. Por ejemplo, cuando te da los buenos días al cruzaros en la embajada, con una mano en el bolsillo izquierdo de la chaqueta podría ser que hay una entrega, mientras no te salude de esa guisa o se cruce contigo con algo específico puesto por ejemplo, no significaría nada… Eso es algo que él te dirá, y que solo deberías de saber tú exclusivamente.

-      Creo que entiendo, el seguiría usando esas cuentas, pero realmente, seria a mí, en la embajada, en un sitio seguro, de algún modo tonto, a quien mande el mensaje, ¿me equivoco?

-      Eso es, al no tener que comunicarse realmente conmigo, el único punto débil que teníamos queda anulado por completo.

-      Pero si le descubren, sabrán que estas aquí, ¿no?

-      No, incluso antes de esto si descubrían que era mi “controlador” les hubiese costado llegar hasta mí, la única forma de hacerlo eficazmente era por los mensajes de su parte para establecer contacto. Pero desde ahora el normalmente ya no dará el aviso a las cuentas desde España, y además, los buzones “ficticios” que use para despistar dejando mensajes al igual que pasaba ya antes, tampoco están aquí, como te dije, para eso viaja a otros países de la comunidad económica europea. La idea era movernos por un sitio amplio donde no hace falta pasaporte, como si quedase allí conmigo para mandarme el trabajo, nunca en el mismo sitio… cualquiera podría haber entrado por cualquier país y moverse libremente, las opciones de rastrear eso sería una aguja en una pajar, sin contar que “Él” pudiese ser ciudadano comunitario. Pero sin embargo tal y como lo teníamos montado, aunque con mucha dificultad, podrían haber dado con mis accesos a esas cuentas, si lo descubren, verían que habitualmente, o mejor dicho, casi siempre accedo desde España, tras eso sí que se desmontaría todo…

-      Claro, ahora sí que lo entiendo, él envía los mensajes, pero como tú no necesitas verlos, ya que te lo diré yo, que como pareja tuya nos vemos a diario puede usar el buzón real con total libertad. Pero ahora será mejor, más seguro, porque pondrá toda la parafernalia en marcha después de que lo recojas, cuando mande el mensaje a esas cuentas a las que ya no accederás, y empiece a moverse para despistar tú ya tendrás lo que sea en tus manos. Entiendo, y por eso, seguiré aquí, en España junto a mi pareja... todo normal porque no pediré el traslado precisamente por ti, ¿no?, pero aun así no entiendo como lograreis que yo permanec… -“C” la interrumpió.

-      Eso es… y déjalo Nora, no preguntes más en esa dirección, ya sabes más que suficiente, incluso en exceso se podría decir, ya te pondrá Robert al corriente de hasta donde debas conocer, incluso puede que de cosas que incluso yo mismo no deba saber, pero sin embargo tu sí.

-      El pendrive que te traje… -dijo intentando cambiar el tema un poco.

-      Nora, no, déjalo… -la miro fijamente, luego continuó-. Está bien, por esta vez, pero solo esta vez. Si, posiblemente es un trabajo lo que me has traído, pero lo veré cuando este a solas, y no, tu desde luego no lo veras, ni tampoco sabrás que haré.

-      Es gracioso en cierto modo –cambio de tema, aunque se veía que no le gustaba lo que “C” le había dicho-, ¿sabes? No quería liarme con nadie que no fuese de mi país, porque luego lo mismo tenía problemas cuando me destinasen allí para que me siguiese… y me he ido a enamorar de ti, que es todavía mucho peor que aquello porque no es que tu no me sigas, sino que ahora por lo visto soy yo la que no se va… -dijo resignada.

-      No te preocupes por eso, creo que de hecho te alegraras de haberte enamorado de mí. Veras, una de las condiciones para hacer esto así, es que cuando yo deje de ser “necesario”, y créeme que en algún momento la edad lo hará, mi vista empeorara, mi condición física, etc… Entonces tu carrera se verá… digamos que ligera y rápidamente impulsada, entonces yo me moveré contigo, a donde “sea”… Aunque para entonces creo que tendremos el futuro asegurado económicamente, sabes, no me pagan nada mal, y el negocio de Importación-Exportación se me da perfecto… con lo que espero que podamos hacer lo que mejor nos parezca en Estados Unidos, ¿Te parece bien?

-      Me parece perfecto –salto sobre “C” para besarle mientras se reía, sus manos empezaron a recorrer su cuerpo.

-      Menos mal que no querías… “liarte” conmigo aún –dijo “C” irónico mientras le devolvía los besos y las caricias, de repente, Nora se detuvo… separándose.

-      Un momento –dijo de repente recordando lo que “C” había dicho-, ¿cómo qué “condiciones” con mi carrera?

-      No pensarías, que si te involucraba en esto, seria acosta de perjudicarte, ¿verdad? Además, ¿cómo crees que ibas a permanecer aquí porque yo no me podía mover, si todo ello no lo hubiese planeado ya por anticipado… dado que nadie sabe quién soy?

-      Bueno, lo cierto es que… -se ruborizo, sintiéndose como una tonta por no pensar en eso, en que “C” tendría todo planeado hasta esos extremos y a la vez un poco enfadada por ello.

-      No sé, si enfadarme, o alegrarme de haberte sorprendido –repuso “C” meneando la cabeza-, me deben algunos favores y están muy interesados en que siga con ellos, de modo que... lo he aprovechado para organizarlo todo… y créeme que estarán contentísimos contigo, después de esto ya no te moverá de aquí ni un tornado…

-      Pero como… -“C” le puso dos dedos en los labios silenciándola.

-      No, es de esas cosas que no tienes por qué conocer Nora… de verdad… top secret… si llega el momento ya lo sabrás…

-      Está bien –suspiro-, pero no pensaras usar esa escusa muy a menudo, ¿no?

-      No… o al menos no mucho… -se rió.

Menos gracia le hizo a Nora, cuando dos días después le confirmó que el pendrive que le entregó a “C” significaba que tenía trabajo, encontrándose con que su flamante novio, iba a estar fuera casi unos dos meses en “viaje de negocios”. La verdad es que ambos aprovecharon el tiempo todo lo que pudieron, follaron como locos todas las horas que tenían libres, que fueron unas cuantas, pero Nora, aun así, se quedó con las ganas de mas, de mucho mas de “C”. Para ella fue un tanto duro el saber que acababa de conquistar a un hombre increíble, y le iba a perder de vista justo cuando deberían de estar en plena luna de miel con la relación… y encima a donde fuese en cierto modo iba a ir enviado por ella misma al llevarle ese dichoso Pendrive.

Por algún motivo, esos dos meses en que “C” estuvo fuera, resultaron extremadamente duros para Nora, le estuvo sucediendo algo curioso. El día antes de que este llegase, no pudo evitar ir a ver a su hermana para hablar con ella, estaba medio atacada…

-      ¿Qué te pasa?, te veo cada vez más alterada.

-      Pues que llevo dos meses y medio con “C”…

-      Bueno, solo quince días, lleva dos meses fuera de España, ¿no? –pregunto Sharon.

-      Sí, casi, y bueno, ese es el problema. Sabes que yo nunca he sido de las que han necesitado el sexo desaforadamente… Puedo pasar sin ello, llegado el caso, tras mucho tiempo sin tenerlo, me masturbo y con ese tengo para rato… pero ahora…

-      Ahora tienes a “C” y no está contigo, supongo que te apetece muchísimo más que antes, ¿no?

-      Pues sí…, pero es que no es normal Sharon. El otro día salí a bailar con alguna de las chicas del trabajo y joder, se puso a mi lado un morenazo, que buffff… no veas cómo me puso…

-      ¿No harías ninguna estupidez, no? –pregunto Sharon preocupándose por lo que hubiese podido pasar.

-      No, no, como crees que iba a engañar a “C” de ese modo –dijo haciendo un gesto, recriminándola por pensar eso-. Pero me preocupa, no he sido de ese modo nunca, a mí un tío no me ha puesto de esa forma jamás. Al menos, no como para desear follármelo allí mismo sin importarme nada más, y tan alterada, eso me paso con ese morenazo… me moría de ganas de tirármelo allí mismo, en la pista de baile si hubiese hecho falta.

-      Bueno, lo que me contaste de mi amigo en Alemania…

-      No, no es igual Sharon, créeme, esto es muy diferente... –se puso colorada-, eso solo me ha pasado con “C”.

-      Pero no ocurrió nada, ¿no es así?

-      Joder Sharon, que no, que no me lo tire coño… que no le haría nunca eso a “C”, pero… -su hermana la cortó.

-      No te pasa nada Nora –sonrió-. Simplemente, es por culpa de “C”, estas así porque no le tienes a tu disposición para dar rienda suelta física a lo que sientes por él. Ya veras, en cuanto le tengas a tu lado todo esto desaparecerá… si no le matas antes cuando le pongas la mano y lo que no es la mano encima claro –dijo arrancando carcajadas de Nora por la insinuación.

-      ¿Y si se vuelve a ir?

-      Pues puede que te toque esperar otra vez a regrese de nuevo… es el amor cielo… -dijo Sharon encogiéndose de hombros- cómprate unos juguetitos...

-      Pues qué bien… -se cruzó de brazos, sobresaltándose enseguida-, ¿y a él le pasara igual?

-      Oye, para… no empieces a imaginarte cosas, cada persona es un mundo. No especules que te conozco…

-      No tranquila, ni se me ocurriría que me engañase… no es de esos… -replico sonriente, sabiendo que a lo que se dedicaba y como que no era como para permitirle nada-, …y como lo sea se la corto –rezongó para sí misma pese a todo.

Al día siguiente, llego “C” del viaje. Nora estuvo todo el día nerviosa en la embajada, se moría de ganas por llegar a casa y verle. Se había mudado a casa de “C” tres días después de que este se fuese… y entre otras cosas, para calmarse y aplacarse un poco, se había puesto a “reorganizar” la casa… Parte de sus nervios, también eran por ver que decía “C” sobre eso… Por fin llegó la hora de la salida, paso el viaje hasta la casa, y por fin, entro en ella, esperando ansiosa encontrarse con “C”…

Cuando llegó a la casa abrió la puerta con sumo cuidado, esperando poder sorprenderle, cerro tras de sí, se descalzo y se deshizo del tanga, que a esas alturas ya estaba completamente húmedo. De hecho, con esta idea precisamente se había ido a trabajar por la mañana con una minifalda de infarto, para llevar una ropa cómoda para deshacerse en un segundo de la ropa interior si la molestaba, que era justo lo que había hecho… Avanzo cautelosa, encontrándose al entrar al salón, con la ropa de “C” perfectamente doblada en el sofá, con las maletas junto a ella y un pequeño camino de pétalos de flores dirigiéndose a los dormitorios… Si ya de por si estaba excitada solo con la simple idea de volver a verle, esos pétalos hicieron que su deseo se disparase…

Nora avanzaba con cuidado cuando se vio sorprendida por detrás, unos brazos rodearon su cintura mientras que unos labios se posaron sobre su cuello, dándole un chupetón de inmediato… a los pocos segundos…

-      Acabo de marcarte… me perteneces por el resto de la noche… -susurro “C” a su oído.

-      No, tú me perteneces a mí… y ahora mismo… -replico una Nora incendiada.

Replico metiendo una de sus piernas hacia atrás, haciendo presa en uno de los brazos de “C”, ladeándose y con una rápido giro de cadera le hizo pasar ante ella, derribándole al suelo, para quedar montada sobre él a horcajadas… mirándole completamente desnudo, se pasó la lengua por los labios, relamiéndose mientras “C” la miraba sonriente. Sin mediar palabra, metió la mano bajo su cuerpo, cogió la polla de “C” y colocándola en la entrada de su vagina, se sentó de golpe sobre ella, clavándosela hasta lo más profundo de sus entrañas… un larguísimo gemido escapo de sus labios…

-      ¡¡¡Diossssssssssssssss…!!!  ¡¡¡Siiiiiiiiii….!!! Arghhhhhhhhhh… -gimió-. Como te necesitabaaaaa…  uhmmmmmm….

Nora empezó a cabalgarle desaforadamente, en plan amazona salvaje, mientras que “C” hacia lo posible por quitarle el top que llevaba, con el fin de poder alcanzar sus pechos, cuando por fin pudo desnudarlos, empezó a apretárselos y retocárselos, provocando la rápida reacción de Nora, que aumento el ritmo de su cabalgada. Unos minutos después, ambos se corrían casi al unísono, desplomándose Nora sobre “C”, quedándose jadeante abrazada a él.

-      Lo siento –dijo un “C” jadeante.

-      ¿Por qué? –pregunto Nora.

-      Por haberme corrido tan rápido, no he podido aguantarme las ganas de tenerte para mí, nunca me había pasado, te lo aseguro…

-      ¿Sabes una cosa? –pregunto una Nora con una sonrisa de oreja a oreja.

-      No, ¿el qué?

-      Que es el mejor piropo que podías haberme dicho en estos momentos… -tras esto empezaron a besarse.

-      Jajajajajajaja –se empezó a reír “C”- tranquila, que aún me queda cuerda, en cuanto me recupere… sigo contigo…

-      Eso espero… semental…

No bien termino de decir eso, cuando “C” la hizo voltear, colocándola a cuatro patas mientras ella medio en broma se intentaba zafar. De un solo empeñon se la clavo hasta el fondo, empujándola hacia adelante con todas sus fuerzas, Nora no podía parar de gemir nuevamente, se sentía llena, plena, como cada vez que tenía a “C” en su interior. Nora termino aplastada contra el suelo, con “C” encima suyo follándosela como un salvaje, mientras le sujetaba por las muñecas inmovilizándola los brazos estirados… sentía como las caderas de “C” golpeaban sobre sus cachetes del culo, el ruido la ponía aún más cachonda… Estuvieron los dos divirtiéndose durante toda la noche, lo que les dejo casi baldados, Nora fue medio muerta al día siguiente al trabajo, le dolía todo, pero especialmente el coño y los pezones, tenía todo irritado por el trote sufrido.

Su relación poco a poco se fue consolidando, para Nora y “C” no era nada divertido estar separados mucho tiempo, ya que aunque ambos anteriormente, podían prescindir del sexo por bastante tiempo, desde que estaban juntos, esto ya no era tan simple, eran como una necesidad para el otro... hacían el amor prácticamente a diario, y un mínimo de dos veces la mayoría. Un par de meses más tarde, Nora fue llamada por sorpresa al despacho del hombre de la CIA… Al entrar hizo que tomase asiento…

-      Teniente, regreso a Estados Unidos dentro de una semana, ingresare en el hospital de Bethesda para una intervención quirúrgica, estaré fuera unos tres meses enteros…

-      Y que va a pasar… -se calló sin terminar la frase.

-      Por eso le he llamado, querían mandar a alguien pero me he negado. Están francamente nerviosos con esto –sonrió-, he dejado instrucciones concretas aquí –le tendió un sobre-, apréndaselo de memoria, es simple. Es para una reunión de emergencia de un solo uso y poder establecer contacto para una misión con “Él”, asegúrese de poder seguir todos los pasos de memoria… y teniente, si es necesario ponerse en contacto, sígalos a rajatabla –hizo un gesto con toda intención-. En Langley ya saben que usted tiene esos datos, que llegado el caso podría pedirle una misión y más importante aún, una reunión para organizarle con otro “controlador” si me pasase algo… Usted ahora es una especie de seguro para nuestro gobierno.

-      Pero…

-      Pero o hacíamos algo como esto, o mandaban a otro para que se hiciese cargo de la operación… y es muy goloso como para permitir a nadie meter las narices.

-      No, prefiero que solo lo sepamos los tres, bastante con que usted me dejase a mi conocerlo…

-      No se equivoque Teniente, yo no fui quien lo quiso así, de hecho, me negué y resistí a ello todo lo que pude. Afortunadamente, parece que con usted, era él quien tenía razón… y resulto ser de toda confianza.

-      No lo sabía, yo pensé…

-      Ni debería de haberlo sabido Teniente, ni le dirá que tiene conocimiento de ello salvo que en algún momento se lo confiese, pero creo que es necesario que sepa realmente, hasta qué punto confía en usted. La situación que me planteo fue, o usted estaba dentro, o nada más para nosotros porque se retiraría para poder estas ustedes dos juntos, como entenderá, tuve pocas opciones –Nora tenía la boca abierta de par en par-. Al entregarle ahora a usted un modo de “comunicarse” con “Él” por vía de emergencia, todo el mundo se ha quedado muy tranquilo.

-      Lo comprendo –dijo intentando reponerse de la sorpresa-, como usted ha dicho, si la operación… bueno…

-      No, no es solo eso, nunca les gusto a las alturas que solo yo tuviese acceso a poder reunirme personalmente en caso de necesidad, precisamente por si pasaba algo. Sabían que “Él” podría ponerse en contacto de ser necesario e identificarse como tal, pero era confiar en su buena voluntad y no gustaba, ahora, el saber que tienen una opción a parte de mí, bueno, entenderá lo contentos que están todos con usted, tanto los “míos” como los “suyos” –sonrió irónico.

-      ¿Los míos? –preguntó sin entender…

-      Claro, cierta gente en el mando de los Marines, saben que usted no puede moverse de aquí por motivos de seguridad nacional y con el beneplácito de las más altas esferas… No saben exactamente porqué, pero sí que usted está en una “misión” y que momentáneamente hasta nueva orden solo depende del cuerpo “nominalmente” –dijo poniendo una entonación especial en ciertas palabras.

-      Era esto, ¿no?, lo que planearon para mí… a esto se referían con que no me movería y mi carrera cuando él se retirase… -dijo Nora pensativa.

-      Más o menos, además en cierto modo, el estar con su actual “novio” que tiene esos negocios que, aunque limpios, están en esas áreas tan “preocupantes”, dará una justificación valida al “estancamiento” actual de su carrera para sus jefes y los míos… -sonrió irónico- les han resultado usted y su relación “tan dudosa”, como llovidos del cielo… Sepa –sonrió irónico- que yo fui personalmente encargado de investigarles a ambos para poder ofrecerle esto, y debo de decirle que aunque su “novio” tiene esos negocios, la pasaron los dos con una nota altísima… -su voz fue sarcástica.

-      Todo esto lo tuvieron que planear hace bastante, supongo que empezó con lo del visado que le pedí… -dijo más para sí que para él.

-      Si, básicamente así es, él hizo que todo esto se pusiese en marcha en ese entonces, solo a la espera de que usted decidiese aclararse consigo misma. También sabíamos esto desde el inicio, era consciente de que me tendría que operar antes o después, para nosotros era un problema por lo que le conté antes… Pero cuando entró usted en su vida y el la aceptó por completo, solo nos faltaba saber si por contraparte, usted realmente se arriesgaría por él y estaba tan enamorada como él creía. Créame que no fue idea mía hacerlo así. Reconozco para mi vergüenza como agente que ni se me ocurrió el que hacer con mi operación, pero ahora, con esto yo no estaré tan presionado, y tendrá usted muchísima atención sobre su carrera aun permaneciendo aquí “estancada”. Si no hace nada “extraño”, cuando todo pasé, créame que tal y como funcionan estos asuntos, se verá gratamente recompensada por este… “trabajo”. Eso sí, no se extrañe si de repente le son concedidos algunos cursos “solicitados” por usted…

-      ¿Cursos?, no ent… -la cortó.

-      Teniente, créame si le digo que hará algún que otro curso en técnicas “específicas de campo” ya sea en “Fort Bragg” o en “La Granja”. Tiene cosas que debe de aprender para “su misión”, de unas se encargara oficialmente la Fuerza Delta y de otras, extraoficialmente la CIA en “La Granja”, su centro de instrucción para agentes de campo, así que ya sabe, si recibe una notificación de algo que no ha pedido, solo acéptelo como… “un regalo” a su hoja de servicios. Ahora, váyase, no conviene que este por aquí…

Nora se marchó del despacho alucinando en colores, todo lo relacionado con “C” la estaba haciendo alucinar en colores, se podía decir que no salía de una sorpresa cuando la metían en un nuevo susto. Efectivamente, tal y como dijo, el método de un solo uso para comunicarse con “Él” era de una simpleza magistral, y fue consciente de que si tenía que establecer contacto, independientemente de que se lo dijese directamente a “C” por adelantado, tendría que seguir todos los pasos que había tenido que aprenderse para no ponerlo en peligro si era vigilada. Se vería obligada a hacer lo mismo que Robert Taylor hacia cada vez que tenía que entregarle una misión a “C”, exactamente igual… con la diferencia que ella seria esta vez, quien enviaría al peligro al hombre que amaba… lo cual al pensarlo detenidamente, le hacía muy poquita gracia. Por primera vez, tras pensar en todo esto detenidamente, entendió el porqué de esos cursos que Robert Taylor le aviso que iba a tener que realizar, solo por si tenía que hacer su trabajo y evitar poner en riesgo a “C” por no tener los conocimientos necesarios para ello. Estaba viendo que su “idílica” relación y estancia allí, no iba a ser tan placentera o tranquila como se temía inicialmente, pero lo que era más, todos esos “posibles cursos” convertirían su hoja de servicios en algo muy “particular” en los Marines, cuando todo acabara, le serian de enorme ayuda para escalar puestos a toda velocidad.

Según se lo dijeron, entendió la jugada que habían tramado entre ambos, o mejor dicho, que había tramado “C” sobre su carrera. De este modo, acababa de colocarla ante su gobierno como un seguro para no perder el contacto si a Taylor le ocurría algo, y no necesariamente solo por la operación. Nora se sonrió para sí misma, era un seguro para las altas esferas. Prácticamente se podría decir que era eso que en los documentales sobre espías denominaban un “durmiente”, estaba ahí, sin hacer nada y sin teóricamente, saber nada de nada, pero lista para ser activada y cumplir con su misión, sacrificando su prometedora carrera por poder contactar con un importantísimo activo para los servicios secretos de su país, y mejor aún, era un método de emergencia que podían controlar ellos sin tener que confiar en la buena voluntad de nadie. Solo se sintió un poco molesta por todo el tiempo que por lo que estaba viendo, “C” había sabido que estaba enamorada y el enamorado, aun no admitiéndoselo entonces  para sí misma, y no había movido ficha… tan solo se había limitado a esperar…

Tanto los padres de Nora, como su hermana Sharon, estaban encantados de que “C” fuese su novio. Si bien para sus padres solo era un hombre de negocios, que compaginaba con su hija como un guante, para Sharon no era así, ella conocía muy bien a su hermana, tenían una confianza plena la una en la otra, y para ella resultaba muy significativo, como algunas veces, Nora inconscientemente cuando hablaban las dos, trataba las cosas de “C” al mismo nivel que las de su trabajo, confianza cero, algo de lo que difícilmente nadie que no fuese ella se daría cuenta. No sabía qué, pero obviamente, “C” era algo más de lo que se veía a simple vista, aunque lo primordial para Sharon, era que fuese lo que fuese, resultaba del todo evidente, que Nora estaba al tanto y era cómplice de él.

En este año y poco de relación de Nora con “C”, Sharon veía a su hermana más alegre, contenta y “saludable” que nunca antes, era evidente que estaba muy enamorada. “C” de vez en cuando, hacia algún que otro viaje de negocios extremadamente largo, sin embargo, Nora no parecía tener el menor problema con ello, excepto, que su “fuego” como ella misma decía, en ese periodo no tenía a su “bombero”… en fin, que si para ella todo estaba bien, para Sharon también. Fuese lo que fuese lo que sucediese, era claro que ambos estaban juntos en ello, de modo, que no era asunto suyo.

Un cosa que Nora se planteó enseguida, nada más ver que lo suyo con “C” iba completamente hacia adelante, sin baches, sin fisuras y cada vez a más, fue el tema de los hijos. Sabía que su carrera estaría en una especie de Stand By momentáneo, y que en un futuro, cogería “carrerilla”, de modo que pensó algo del estilo de, ¿por qué no aprovecharse de eso y tener ahora los niños puesto que no perjudicarían a ninguno de los dos?. Ambos lo hablaron, y se decidieron por la parejita de ser posible... paradójicamente a lo que de otro modo pudiese haber sido normal, si para “C” la parejita eran suficientes, era a ella ahora que podía tenerlos sin perjudicarse y verse obligada a meditarlo cuidadosamente por su carrera, a quien no le importaría tener algunos más de dos… En fin, que dejamos aquí la historia, solo el futuro dirá que les espera a estos dos tortolitos… con garras…

FIN