La Teniente - 1

La Teniente Nora Anderson parece llevar una mala racha, su novio la engaña y la deja, además es herida en una emboscada en Afganistán. Por suerte en el hospital, en Alemania, se encuentra que su doctor es un autentico Adonis

LA TENIENTE - 1

La Teniente del cuerpo de Marines de los Estados Unidos Nora Anderson iba montada junto al conductor de su Humvee, en el asiento de la derecha mirando fijamente por la ventanilla, comprobando y observando detenidamente cualquier tipo de movimiento, mientras terminaban una patrulla por el norte de Afganistán. Regresaban a la base por fin, todos estaban cansados, habían perseguido a unos insurgentes durante un par de días por las montañas para que al final se les escapasen de entre los dedos. Iba pensando en un montón de cosas, completamente distraída en sus pensamientos, observando el exterior solo por inercia, por costumbre.

Tan solo unos días antes se había enterado por un correo enviado por una amiga, de que su novio Peter, le estaba engañando con otra. Al día siguiente había conseguido permiso para poder hablar con él, le preguntó, y el cabrón lejos de negárselo lo había admitido todo. Pero lo más sangrante para ella no fue eso, sino que encima el muy machista hijo de puta le echo toda la culpa por estar tan lejos y no darle lo que necesitaba. Como argumento a su infidelidad, le dijo que si se buscó otra para follar era porque ella estaba lejos, y él tenía sus necesidades como hombre, para rematarla, le soltó un “a saber a cuantos te habrás follado allí”. Ni que decir que le mando directamente al diablo, terminando de ese modo una relación de algo más de tres años, y aún no parecía acabar de asimilarlo del todo, o más bien, de conseguir que se le pasase el cabreo por los cuernos.

No es que no se esperase una ruptura con Peter, de hecho, incluso hacia ya algún tiempo que ella misma estaba pensado en dejar la relación, sabía que la distancia estaba afectándola, y tan poco podía “secuestrar” de ese modo a su chico. Pero desde luego lo que no se había esperado es que la engañase, eso no se lo habría esperado de Peter en la vida, le tenía por alguien como ella, que antes de hacer algo como eso rompería una relación, por lo que todo lo ocurrido le había jodido sobremanera. Desde hacía un tiempo y pese a que no tenía a nadie en vista, ni se había liado nunca con nadie fuera de su pareja, pensaba que su relación con su novio, que estaba allá, en Estados Unidos, a miles de kilómetros de distancia, tenía muy poco futuro por parte de ambos. Nora sentía que poco a poco esa distancia iba minándola y carcomiéndola, distanciándolos lenta pero progresivamente a ambos, por ese motivo se pensaba seriamente romper… pero pese a ello, pese a estar ella misma pensando dejarle, ahora lo que si tenía muy claro en esos momentos, es que Peter, se la iba a pagar de un modo u otro por ser un hijo de puta…

Para terminar de arreglarlo del todo, por si eso no fuese suficiente ya, por si eso no la enfadase suficiente, encima para colmo, llevaba unos días con un puñetero sarpullido, y no es que el chaleco de protección personal ayudase precisamente mucho que dijéramos a solucionar el problema, habían sido dos días de picores infernales mientras perseguían a esos hombres, a esos putos insurgentes. No aguantaba más, los picores eran cada vez peores, necesitaba hacer algo o sentía que se volvería loca del todo, por lo que se desabrocho el chaleco casi por completo para poder arrascarse a gusto. Sabía que era peligroso, que no se debía, pero total, estaban de regreso hacia la base y solo sería un minuto, pero joder, que placer el poder arrascarse, el apretar con las uñas hasta casi hacerse daño, ¡¡¡¡joder que gusto, coño!!!!. Todo sucedió en ese mismo momento, en menos de un segundo todo pareció volverse un caos, justo en el preciso instante en que se estaba arrascando el costado. El Humvee que iba delante del suyo se salió de la carretera a toda velocidad haciendo un extraño, pego un frenazo seguido de un violeto volantazo. Tommy, el conductor del Humvee en el que iba Nora hizo lo propio, solo que en dirección contraria para evitar una colisión.

Para su mala suerte el vehículo salió por una zona cuyo terrero estaba lleno de baches, hoyos y grandes piedras, un auténtico peligro para su integridad a la velocidad a la que abandonaron la carretera. Por si esto fuese poco, entonces el coche pareció elevarse en el aire, la fuerza ascendente parecía venir de la rueda delantera de su lado, a la vez, una atronadora explosión le lleno los oídos dejándola literalmente sorda como consecuencia de la onda expansiva. El coche volcó, quedando sobre un costado, como pudo sujeto con fuerza su arma, saliendo por la ventanilla, cayendo junto al coche, solo que por el lado malo de este, de ello se dio cuenta cuando a menos de un metro de ella vio a un hombre encorvado en cuyas manos llevaba un AK 47 acercándose hacia ellos con rapidez.

Vio como el hombre levantaba el arma, como el cañón de la AK le apuntaba directamente a la cara, la sonrisa cruel en la boca, a la que le faltaba un incisivo… En ese momento toda su vida paso ante sus ojos, cuando ya pensaba que estaba muerta, la cabeza del hombre literalmente explotó literalmente, se deshizo en pedazos, alcanzándola en la cara trozos de hueso, sesos y sangre, toda una pulpa sanguinolenta manchándola el rostro. No se lo pensó, rápidamente alzó su arma contra un segundo hombre que se acercaba mientras se movía a gatas, disparando una y otra vez mientras se dirigía al otro lado del vehículo para ponerse a cubierto, al menos cinco de las balas que disparó alcanzaron su blanco, abatiéndolo. Por fortuna para Nora, el hombre se había quedado parado por un par de segundos cuando su compañero se quedó sin cabeza…

Por suerte el blindado suelo del coche les hacia la cobertura contra casi todos sus enemigos, vio que dentro estaban bien, pero les costaba organizarse para salir con las armas. Se situó junto al Humvee, con lo que pudo ayudar a sus hombres a salir del vehículo por el hueco del parabrisas con cierta seguridad. Se pegó como una lapa al vehículo, disparando sin cesar en modalidad de disparo a disparo puesto que su arma debía de haberse dañado, era incapaz de ponerla en automático, fue cambiando con rapidez de cargador a medida que terminaba con la munición.  Sintió un fuerte golpe en su costado, sobre el chaleco mal ajustado, lo que la hizo trastabillar hacia atrás. Con un gran esfuerzo y dolor, logró reponerse, continuando con su fuego de cobertura, aunque su posición había empeorado algo, dio gracias que el tirador que le había alcanzado no pareciese volver a querer dispararle. Junto a ella, saltaban de vez en cuando los picotazos de las balas de los agresores, pero salvo por ese anterior que si pareció estar bien posicionado, para el resto de atacantes le parecía que sería virtualmente imposible que lograsen alcanzarla, tanto a ella, como a sus hombres según salían.

Una vez todos estuvieron fuera del Humvee y a cubierto empezó a dar órdenes refugiándose ya del todo tras el vehículo. Continuaba sin escuchar nada, se encontraba completamente sorda, no recibía sonido alguno que no fuese un molestísimo pitido constante desde el momento de la explosión. La situación era complicada, estaban aislados del resto de la patrulla, los demás vehículos estaban al otro lado de la carretera, y todos los atacantes, en el suyo. Milagrosamente todo terminó en menos de cinco minutos al aparecer encima suyo un Helicóptero Apache, los asaltantes se retiraron en cuanto empezaron a recibir toda su potencia de fuego, un par de minutos después, aparecieron más helicópteros Apaches junto con algunos “UH-60 Black Hawk”. Solo entonces, cuando por fin ceso el tiroteo y la situación quedo bajo control, solo en ese momento, sintió de modo consciente el lacerante dolor de su costado, metió la mano bajo el mal colocado chaleco y la saco completamente llena de sangre.

Fue evacuada directamente a un hospital de campaña por los helicópteros, igual que los otros tres heridos en la escaramuza. Tuvo que ser operada de urgencia nada más llegar, ya que si bien el proyectil que sintió contra el chaleco no logro atravesarlo y el propio chaleco al estar, por suerte para Nora, mal colocado, impidió incluso que fisurase alguna costilla. En cambio, dos esquirlas del vehículo habían entrado por uno de sus costados, justo bajo el chaleco, una de ellas no había alcanzado gran profundidad, pero la otra en cambio, se había alojado extremadamente cerca de una arteria que surtía de sangre al riñón, con el tremendo riesgo de que, de moverse, perforara dicha arteria desangrándola, resultando un milagro que aún no lo hubiese hecho. Tras la operación, a los tres días pudo recibir visitas, fueron a verla varios de los chicos de su pelotón, que la hicieron las típicas bromas, interesándose por su estado. A su vez les preguntó por el estado de todos los que iban en la patrulla, también se interesó por que fue exactamente lo que ocurrió…

Según le dijeron, Sam, el conductor del primer vehículo, el que se salió de forma tan brusca de la carretera, reacciono de ese modo al ver caer abatido ante el a un hombre armado. Reacciono alejándose de donde vio aquello, de seguido fue cuando los demás vehículos hicieron lo mismo, empezando en ese instante a dispararles los atacantes. Por lo que le contaron, su vehículo recibió el impacto de un RPG* de fabricación Rusa en la rueda delantera derecha, haciéndolo volar por los aires por efecto de la explosión, que fue lo que le tumbo de costado. También le informaron que gracias a esa rápida reacción de Sam al salirse, habían evitado la trampa real, ya que por lo visto, un buen tramo de la carretera estaba minado, ellos la habían abandonado justo antes de entrar en él, se habían salvado todos de milagro.

Cuando preguntó que fue aquel primer muerto que les hizo salirse vio como sus hombres se removieron inquietos, reacios a contestarla…

-      ¿Qué pasa? –indagó.

-      No, nada Teniente. Parece que simplemente cayó abatido y…

-      Eso no es simplemente, alguien tuvo que hacerlo, digo yo. Bien, y ahora decirme, ¿qué es lo que pasa realmente?

-      No podemos Teniente, vera, es que nos prohibieron hablar de ello, la versión oficial es que nos atacaron y rechazamos el ataque. Todas las bajas enemigas nos las han apuntado en nuestra cuenta dijo Tommy.

-      ¿Y la verdad?, venga, también estuve allí y sabéis que no diré nada… -les intento animar.

-      Vera teniente, según parece, fue “Él” quien abatió al hombre que vio caer Sam, también se escucha que al menos tres bajas enemigas más fueron cosa suya –le contó uno de sus sargentos, Smith.

-      Incluido los que quedaron tendido al otro lado de nuestro vehículo, ¿no?

-      Uno de ellos sí, el que se quedó sin cabeza, el otro fue usted, fueron las balas de su arma las que lo eliminaron –apunto el sargento Smith.

-      ¿Pero seguro que fue “Él”?

-      Si señora, de que estuvo allí no hay ninguna duda, estaba su firma en varios de los muertos. Tengo un amigo que es enfermero y estuvo de servicio cuando hicieron las autopsias. Los muertos que le achacan murieron con balas del calibre 50, proyectiles de fragmentación con la punta de mercurio. Uno de ellos es el que estaba cerca de nosotros, al otro lado del vehículo y se quedó sin cabeza –respondió la cabo Tollinsen.

Nora se quedó pensativa, “Él” era toda una leyenda, un francotirador legendario entre las tropas de la coalición, se le conocía únicamente como “Él”, cuando alguien hacía referencia a un francotirador llamándole simplemente “Él”, todo el mundo sabía a quién se estaban refiriendo. Se decía sottovoce que posiblemente usase un Barret M82* con silenciador y balas subsónicas, cuyas puntas de fragmentación posiblemente estuviesen hechas en su compuesto o cuanto menos rellenas de fulminato de mercurio, lo que las convertía además de en explosivas, en venenosas, ya que el fulminato era terriblemente toxico. Era munición prohibida, teóricamente la convención de Ginebra prohibía ese tipo de balas, por lo que ningún ejercito las usaba, sin embargo, ese tipo, parecía ser del único tipo de munición que usaba, por lo que el rastro de sus muertos era sencillísimo se seguir. Nadie sabía a qué país pertenecía, pero tanto el arma, como el calibre parecían apuntar hacia EEUU, aunque los M82 también los usasen muchos otros ejércitos allí presentes. En cualquier caso, cualquier soldado de la coalición que supiese algo sobre “Él”, se lo callaría para sí.

Los insurgentes le temían, de hecho, le tenían auténtico pánico, cuando como en ese mismo momento, parecía estar presente en alguna zona, las operaciones de los insurgentes parecían quedar congeladas hasta que de nuevo volvía a desaparecer, y esto sucedía siempre dejando tras de sí algún que otro cadáver de alguien buscado por la coalición, entre las tropas había alcanzado el estatus de “legendario”. Pensaba Nora que quizá, lo que más asustaba de ese tipo, es que no hacia alardes de su puntería o de su eficacia, como sí que lo haría cualquier otro francotirador en su caso, máxime con la admiración que debía de saber que despertaba entre las tropas de todos los países allí presentes, pero sin embargo, nadie sabía quién era realmente… estaba en total y absoluto anonimato…

Sus chicos le dieron una noticia que la dejo boquiabierta, según parecía había sido propuesta para recibir la estrella de plata, una de las condecoraciones más codiciadas. Según le comentaron, había salido del vehículo por el único sitio posible desde dentro antes de romper desde el exterior el parabrisas, la ventanilla que quedaba arriba y completamente expuesta, había abatido a un enemigo, había sacado a sus hombres del vehículo mientras a la vez les cubría con su fuego de cobertura, había mantenido una posición muy expuesta a las armas enemigas con valor, pero sobre todo, había realizado todo esto mientras estaba seriamente herida en un costado como resultado del impacto de un RPG en su vehículo, recibiendo en el proceso una bala que detuvo el chaleco, continuando en su posición. Todo ello había motivado la petición de la condecoración, y según sus hombres, era más que probable que le fuese concedida. Todos ellos habían confirmado al mando tales hechos durante la acción.

Se despidió de sus hombres, ya que le habían indicado que al días siguiente seria evacuada a un hospital, a Landhurst , en Alemania. Sus problemas empezaron una vez llego allí, al hospital. Hasta ese momento los calmantes que le habían dado eran muy fuertes, también le habían proporcionado medicación para poder dormir, pero en Alemania le rebajaron las dosis de los calmantes, retirándole también la medición para dormir, fue entonces cuando empezaron las pesadillas. No hacía más que dormirse, cuando una y otra vez revivía el momento en que aquel insurgente, aquel hombre mellado le apuntaba con su AK listo para matarla… No conseguía dormir más de dos horas sin que tuviese que ver la boca de ese cañón ante sus ojos, lo que estaba afectándola seriamente.

Por fortuna, su hermana fue a visitarla a los tres días de estar en Alemania, aunque evidentemente, sus padres la llamaban a diario, especialmente su madre, muy preocupada por su retoño más pequeño. Sharon, la hermana de Nora, era psicóloga, y como tal había tratado anteriormente a bastantes soldados que también tenían pesadillas por causas de lo vivido en acción. No se le pasó por la cabeza la opción de tratar ella misma a su hermana, sabía que en esas circunstancias no hubiese sido lo mejor, aún en caso de haber estado cerca, que además no lo era. Pero sí que le aconsejo que se pusiese en tratamiento con algún colega de ella, cosa que según la dijo, le ayudaría a superarlo, dándole el nombre de Dieter con una sonrisita irónica que a Nora le escamo. Se trataba de un colega Alemán que Sharon conocía personalmente, con una excelente reputación, y que casualmente trabajaba en ese mismo hospital. Sharon estuvo con ella durante tres días, luego tuvo que regresar a su casa, con su marido, su hija y su trabajo.

Nora decidió seguir el consejo de su hermana, esta hablo con su compañero aceptando este enseguida al tratarse de su hermana, hizo en el acto un hueco en su agenda, citando a Nora para el día siguiente. El primer día fue acompañada por Sharon, ya que esta quiso verle también para de ese modo darle las gracias personalmente por el favor. Nada más ver el primer día al doctor Dieter, se alegró de haber hecho caso a su hermana, aunque eso sí, tuvo que aguantar los dos días que aún estuvo con ella los piques que le hacía a costa del “medico”, pero los dio por bien empleados. El doctor era un tío de ensueño, alto, rubio, ojos azules como zafiros, bien proporcionado, simpático, agradable, guapísimo y un culo… que joder que culo. Cuando ese primer día, esperando con Sharon le vio pasar a su despacho a toda prisa, quitándose la chaqueta para ahorrar tiempo, pensó que menudo culo que se gastaba el doctor, de hecho le costó leve codazo de su hermana además de un comentario irónico para que cerrase la boca y disimulase un poco las “babas”. Cuando entró al despacho y le vio de frente… entonces ya no fue solo el culo, ya fue el doctor por entero, se puso a cien con él, era como un sueño de hombre hecho realidad.

Llevaba meses sin sexo, y lo peor, sin casi satisfacerse a sí misma tan siquiera, su novio le había puesto los cuernos, por lo que el ver semejante ejemplar de hombre a su alcance, tras su ruptura, estando libre, con ganas de devolverla de algún modo también, digamos que el coctel provoco que el doctor le disparase las ganas de sexo hasta límites. En la consulta estuvo hablando con él y con su hermana, esta permaneció en un discretísimo segundo plano mientras la sonreía socarronamente al darse perfecta cuenta del efecto que el doctor causaba en ella, sabiéndolo además de antemano cuando se lo recomendó. Nora sabía que le tocaría aguantar el cachondeo de su hermana en cuanto salieran de allí, estaba convencida de que llevaba esperando ver su cara cuando le viese desde que acepto tratarse con él, así de cabrona podía ser Sharon. Lo cierto es que mirando al doctor frente a ella, pensó siendo sincera consigo misma, que si al final podía tirárselo, daba por bien empleado todo el cachondeo que tuviese que aguantar de su hermana.

En principio tendría visita con él una hora diaria mientras estuviese ingresada en el hospital, luego la dijo, que cuando la diesen el alta hospitalaria y la mandaran a la base, las visitas serian únicamente de tres días en semana, pero en lugar de en el hospital, en su consultorio externo por las tardes. Esa primera semana Nora entro a la consulta del doctor bien, y termino malísima, el cuarto día, primero tras la marcha de Sharon, nada más llegar a la habitación se tuvo que meter directa en la ducha, porque salió de la consulta “chorreando”. El doctor se había manchado la bata con el bolígrafo, se le rompió y algo de tinta cayó sobre ella. Cuando se levantó quitándosela, Nora vio sus músculos moviéndose, cuando se dio la vuelta para colocarla con cuidado en un perchero pudo observar a placer ese culo que la traía loca desde el primer día… Sintió que se moría de ganas por levantarse y follárselo allí mismo, sobre su mesa, sintió como se mojaba al pensar en ello, pensar en tenerle en su interior, no pudo evitar tragar saliva y desviar azorada la mirada cuando se volvió a sentar y sonriendo siguió con la sesión… Le dio gracias a Dios de que prácticamente su tiempo ya se hubiese agotado, porque si no, no estaba segura de cómo hubiese terminado todo, ya que estaba cachonda perdida.

Solo una semana después le dieron el alta, informándola en la base que en dieciséis o diecisiete días tendría un permiso para regresar a casa, donde se le impondría la estrella de plata, felicitándola los mandos de la base por ello. Como un reloj, fue todos y cada uno de los días a la consulta del psicólogo, iba dispuesta a poco a poco ir atrayéndole, y cada vez regresaba con más ganas de tenerle. El último día logró que la citase a última hora, alegando el arreglo de diversos documentos que necesitaba para regresar a casa. Dado que era hermana de una amiga, que le caía muy bien y que sería la última vez que se viesen, el doctor no puso el menor reparo en ello. De hecho, incluso al no poder variar su agenda, despidió a su secretaria y la concedió tiempo tras el cierre de la consulta.

Ese último día iba dispuesta a todo, a aprovechar el trabajo de los días precedentes sobre él,  se esmeró en vestirse, de hecho, por la tarde salió de compras por la ciudad, pensó que necesitaba algo… sexy para esa última sesión. Nora conocía sus puntos fuertes, su impresionante físico y potentes pechos, que debidamente situados, se volvían más potentes aún, algo que se había cuidado de demostrarle en esas sesiones anteriores. Pero también era plenamente consciente de sus puntos flacos, principalmente su rostro duro y algo anguloso, pero que con un peinado, el maquillaje y un toque adecuado de brillo en los labios, se suavizaba bastante, quedando al final, una cara sensualmente atractiva, no guapa, guapa, pero si con un indudable atractivo con un leve toque sensual gracias a sus labios.

Afortunadamente, bajo su largo abrigo no se apreciaba lo que llevaba debajo, no estaba segura de haberse atrevido a salir del cuartel mostrando el modelito que llevaba, y menos cuando más de uno sabía que iba al médico. Cuando llegó y se quitó el abrigo, tuvo el placer de ver de reojo como su aspecto hizo mella en el doctor, como este se le quedó mirando, lo que vio en su cara fue tan explícito como si la hubiese agasajado con un silbido de admiración. Cuando se sentó, lo hizo donde siempre, solo que un poco más retirada de la mesa de él que otras veces, lo justo para cruzar las piernas y permitirle ve sus muslos cubiertos por una fina media, dejando entrever levemente la presencia de un liguero sujetándolas.

Nora sonrió, pudo apreciar perfectamente la presencia de una fuerte erección en el pantalón del doctor antes de que este se sentase. Estuvieron hablando largo y tendido de lo que ella haría desde ese momento, no tenía aún claro el destino al que la enviarían, si regresaría al frente o por el contrario la dejarían en alguna unidad en EEUU, de vez en cuando, cruzaba las piernas, pero siempre, en alguna de las ocasiones en que notaba como él se las miraba disimuladamente. Por fin llego el término de la visita, el doctor se levantó para despedirse, igual que ella, solo que se hizo un poco la remolona, lo justo para permitir que el doctor se situase entre ella y la mesa.

Cuando le vio donde quería, se armó de valor y se pegó a él para darle el beso de despedida, solo que este no fue como él se esperaba, en lugar de buscar su mejilla, Nora busco directamente sus labios, sacando de inmediato su lengua en busca de la del hombre. Notó como si bien al principio el doctor respondió completamente, poco después puso sus manos sobre sus hombros haciendo fuerza para retirarla. Aprovecho eso para apartarse y bajar sus manos hasta su cintura, empezando a desabrocharle con muchas prisas el pantalón, mientras el trataba de evitarlo…

-      No, Nora no, por favor, no, eres mi paciente… no podemos…

-      No, desde hace segundos no lo soy –respondió volviendo a besarlo-, somos dos personas sin vínculos, además mañana regreso a Estados Unidos y no nos veremos más… venga, fóllame… Dieter, fóllame…

Eso para él fue determinante, el recordarle que al día siguiente ella se marcharía de regreso a su país y no volverían a verse de nuevo, hizo que se olvidase de sus prejuicios, dirigiendo sus manos entonces a los costados de su falda, subiéndosela mientras le facilitaba la labor de desabrocharle el pantalón y sacarle la polla.

Nora en cuanto tuvo su polla fuera del pantalón se separó de él, bajándose lentamente, mirándole a los ojos, manteniéndolos clavados en los de él. Le coloco lentamente un preservativo, dándole luego una larga pasada al tronco con su lengua, sin dejar de mirarle en ningún momento, poniendo su mejor cara de zorra en el justo instante en que su polla desaparecía casi por completo dentro de su boca. Luego la sacó, permitiendo que un hilo de saliva quedase colgando del extremo de la cabeza de la polla hasta sus labios. Sacando la lengua, recogiendo lentamente ese hilo de saliva mientras se acercaba al tronco, empezando a lamer este muy lentamente, despacio, de la base a la cabeza. Dieter la sujeto por la cabeza, mientras dirigía sus ojos al techo, cerrándolos poco después, completamente entregado al placer que le estaba proporcionando la boca de Nora.

Estaba a punto de correrse cuando hizo que se la sacase de la boca, se inclinó, la sujeto con cuidado por la cintura, ya que recordó que aún seguía teniendo los puntos de su operación. La puso contra la mesa, le subió la falda, metió bajo ella su mano, sujetando con fuerza su empapada braguita, tirando de ella para quitársela, ayudado por ella que se movió lo justo alzando una pierna para que esta saliese por sí sola, quedando al final enrollada en uno de sus tobillos. Dieter la alzo un poco, sentándola sobre su mesa, con cuidado situó la cabeza de su polla en la entrada de su coño. Mirándola a los ojos, de un solo empeñan, se la clavo hasta el fondo, arrancándola un profundo gemido de placer al sentirle por fin en su interior.

Dieter estaba que reventaba, empezó a moverse como un desesperado, fallándosela sin piedad, sacándola casi del todo para volver a enterrársela de nuevo hasta el fondo, con un golpe seco, potente. Nora lo estaba disfrutando, le estaba encantado como Dieter se la estaba follando, pese a que al principio, cuando la subió a la mesa y se la clavo, le hizo algo de daño en la herida de su costado. Pero luego, pudo moverse lo suficiente como para protegerse la zona un poco, lo suficiente como para olvidarse de ella y concentrarse en disfrutar de la follada con su “doctor”. Alcanzo un fuerte orgasmo, notando a su vez como él se estremecía, como su polla empezaba a dar espasmos en su interior, llenando el preservativo con su leche. Permanecieron los dos abrazados un poco, jadeantes, sudorosos… Nora sentía como él seguía dentro, y sorprendentemente no había perdido casi dureza.

Dieter se retiró sin dejar de besarla, con rapidez se quitó el preservativo, tirándolo a un lado, sustituyéndolo por otro nuevo, preparándose para volver a fallársela otra vez. Dieter aun quería más, Nora le había gustado desde el primer momento, era una mujer increíblemente hermosa, la había deseado desde que la vio, y ahora, durante un rato, era solo suya. La deseaba de tal forma, le había puesto tan cachondo que la polla ni siquiera se le había bajado tras correrse, algo que pensaba aprovechar. La sujeto por la cintura haciéndola bajar de la mesa, la hizo darse la vuelta, poner el culo en pompa y abrirse bien de piernas, luego de un solo empeñón se la volvió a meter por el coño. Se aferró con fuerza a sus hombros, empezando de nuevo a embestirla, con su boca perdida en su cuello, mordisqueándoselo, gimiendo en su oído.

Nora estaba que no daba más de sí, Dieter la había colocado contra la mesa y en esos momentos se la estaba follando desde detrás, sentía sus labios en su cuello, sus manos sobre sus hombros haciendo fuerza con cada embestida, el sonido de sus gemidos en su oído. Alcanzo enseguida un primer orgasmo, corriéndose mientras él seguía follándosela sin detenerse ni por un solo instante. Estaba camino de su segundo orgasmo cuando sintió sus manos abriendo su blusa, retirando hacia arriba su sostén y su dedos sobre sus pezones, tironeándolos, retorciéndoselos levemente, haciendo que sintiese escalofríos de placer en ellos. Gimió como hacía mucho que no lo hacía, entro en una enloquecedora espiral de placer que termino cuando nuevamente alcanzo el orgasmo, corriéndose en medio de un desgarrador grito de placer, a la vez que sintió nuevamente, las contracciones de la polla del hombre en su interior, aumentando la sensación de su propio orgasmo de ese modo.

Terminaron con el tumbado sobre ella, jadeantes ambos pero tremendamente satisfechos del polvazo que acababan de echar. Minutos después, ambos se arreglaban la ropa mientras que un poco cortados, una vez pasado el ardor del momento, cambiaban comentarios inicuos e irrelevantes. Después de eso se despidieron como amigos, sin hacer la más mínima referencia a lo que acababa de suceder entre ambos en la consulta. Nora contenta y completamente satisfecha se dirigió hacia el acuartelamiento donde se alojaba. Al día siguiente, tomaba un avión rumbo a su casa, en una pequeña ciudad del estado de Wyoming.

Tras más de 24h de viaje debido a los enlaces entre los aviones, por fin llego a su casa, donde tanto sus padres, hermana, cuñado, sobrina, primos, tíos y demás familia la recibieron con una pequeña fiesta de bienvenida, tuvo la recepción de una heroína. También estuvieron presentes la mayor parte de sus amigos y amigas de la infancia, todos felicitándola por haber salido bien librada de su “accidente”, como lo denominaron en broma, y por supuesto, por lo que era un orgullo para su padre especialmente, la concesión e imposición de la estrella de plata. Esta ceremonia según la informaron en Alemania, se llevaría a cabo en diez días en Washington, y le sería entregada por el Secretario de Estado de Defensa o por el Vicepresidente, eso no se lo habían podido confirmar.

En esos días que permaneció en casa, también tuvo que ver a su ex con la zorra con la que ahora estaba saliendo, la misma con la que le engañó. Nora había aprendido mucho durante su estancia en zonas de combate, una de las cosas que había aprendido con sus chicos, es que la venganza, era un plato que merecía la pena degustar bajo determinadas circunstancias, y cuando el primer día vio juntos a esos dos, su cabeza enseguida empezó a maquinar y poco a poco fue trazando un plan viable con el que hacérselo pagar.

Sabía que no le sería nada difícil, conocía a Peter, no en vano había sido su novio durante más de tres años, era consciente de todas y cada una de sus debilidades, algo que pensaba explotar en su beneficio. Si no la hubiese engañado, si antes de liarse con esa hubiese roto la relación, incluso podrían haber seguido siendo amigos sin problemas, ya que ella misma era consciente de que lo suyo se terminaba… pero después de aquello, después de ponerle los cuernos… desde luego, no, ahora, iba a pagárselos...

CONTINUARA

RPG : El RPG es una granada anticarro portátil propulsada por cohete.

BARRET M82: Arma de Francotirador de calibre 50, cargador de 10 balas, 2.500m de alcance efectivo. Capacidad de disparo de Balas perforantes, explosivas, incendiarias, etc., es capaz de frenar un vehículo en seco. Un disparo directo de un M82 sobre una persona es mortal de necesidad, con un disparo prácticamente es capaz de arrancar de cuajo una extremidad.

Humvee: El Humvee o HMMWV( H igh M obility M ultipurpose W heeled V ehicle) es un vehículo militar multipropósito que posee tracción en las cuatro ruedas. Los Humvee fueron denominados originalmente como Hummer , pero ese término fue reservado más adelante para un vehículo civil utilitario SUV basado en el Humvee.