La sumisa secretaria (5) - La vuelta a la oficina
Es lunes y toca volver al trabajo como secretaría de su jefe, pero ahora también es su sumisa esclava, así que tendrá que obedecer todas sus órdenes durante la jornada laboral.
Capítulo 1: http://www.todorelatos.com/relato/79668/
Capítulo 2: http://www.todorelatos.com/relato/79685/
Capítulo 3: http://www.todorelatos.com/relato/79710/
Capítulo 4 - Ritual de iniciación: http://www.todorelatos.com/relato/79772/
Capítulo 5 - Vuelta a la oficina.
Era lunes, primer día entre semana como la esclava de su jefe.
Se había levantado temprano para ponerse a limpiar, por las mañanas tenía que hacerlo desnuda, de la misma forma que tenía que dormir. Lástima que durmiera sola en su cuarto.
Una vez estuvo limpia la casa fue a desayunar, para eso entró en el cuarto de su amo, se subió lentamente en la cama de su señor para no despertarle y empezó a hacerle una mamada. Ese era su desayuno diario en su nueva sumisa vida. Fue lamiendo hasta que se puso dura y luego se metió toda en la boca.
Él fue despertando por el trabajito que su esclava estaba haciéndole entre sus piernas. Acarició su pelo hasta que notó que iba a correrse y en ese momento apretó la cabeza de su esclava contra su cuerpo para meter su polla bien adentro y correrse en la boca de Laura.
Ella se lo trago todo y limpio la polla de su jefe, después se marchó de la habitación sin hablar, porque no tenía permiso para ello y llevó a su amo el desayuno a la cama.
-¿Se puede empezar el día de mejor forma?-Pensó él mientras su sirvienta le servía desnuda el desayuno.
Cuando iban en el coche de camino a la oficina su amo le dio otra orden.
-Métete este huevo vibrador, esclava, así cuando quiera llamarte a mi despacho sólo tendré que ponerlo en marcha y vendrás excitada a mi despacho para cumplir mis órdenes.
-¿Pero me lo tengo que meter ahora?
Un gesto afirmativo le confirmó a Laura que sus peores sospechas eran ciertas.
De forma disimulada y con el miedo de que alguien pudiera verla, fue metiéndose dentro el huevo vibrador. Una vez lo tuvo sumergido completamente entre las aguas de su entrepierna su amo lo acciono, según él para comprobar que funcionaba.
Subieron juntos y solos en el ascensor.
-Venga perrita, a trabajar.-Dijo dándole una palmada en el culo y saliendo antes que ella del ascensor.
La mañana estaba siendo tranquila, no tenía excesivo trabajo, se encontraba enfrente del ordenador, tenía una pequeña sala para ella sola al lado del gran despacho de su jefe.
A mitad mañana su coño vibró, su jefe la estaba llamando y no quería hacerle esperar.
-¿Me llamaba, jefe?
-Aunque estemos en el trabajo si estamos solos tienes que seguir dirigiéndote a mi como lo que eres, putita.
-Sí amo.
-Necesito unas fotocopias, hazme 15 copias de este documento y luego quiero que me traigas también una fotocopia de tu tanga.
-Pero amo, me podría ver cualquiera.
-Te crees que me preocupa? Ve inmediatamente.
Fue hacia la fotocopiadora, la cual estaba en un pasillo que no era transitado en exceso, pero por el que podía pasar alguien en cualquier momento.
Puso sus manos por debajo la falda y se sacó la prenda íntima cuando creyó que era seguro hacerlo.
Cuando tuvo la fotocopia recogió el tanga y lo guardó fuerte en su puño. Volvió a pasar entre sus compañeros de camino al despacho de su jefe, con la errónea sensación de que todos sabían que iba con su sexo al aire. Esto sólo hizo que se mojara más y se excentuaran por tanto aún más las sensaciones al correr el aire por su entrepierna.
-Aquí tiene, amo. Desea algo más de su fiel esclava?
-No, esta bien, puede marcharse.
La esclava volvió a su despacho y se puso de nuevo el tanga. Luego tuvo que dirigirse a unos ficheros cercanos a la fotocopiadora, tenía que buscar unos documentos, pero en ese momento vio a su jefe poniéndose en medio de la sala para dirigirse a sus compañeros.
-Señoritas, la fotocopiadora no está para hacer estas guarradas.-Dijo sujetando en alto la fotocopia que su esclava le había entregado pocos minutos antes.-Sea quien sea espero que se arrepienta de lo que ha hecho, así que colgaré esto en el tablón, para que se avergüence de lo que ha hecho.
Laura se puso algo colorada y con miedo de que alguien descubriera que ese tanga con un Hello Kitty era suyo. Nadie podía sospecharlo, era una gran empresa y habían muchas trabajadoras, aún así estuvo muy preocupada.
-Volvió a notar la vibración en su coño, cubierto por el ahora famoso tanga y acudió al despacho de su jefe.
-Perrita, ya has visto la que has liado, he escuchado alguno que quería ponerse a subir faldas y comprobar cual de sus compañera es la guarrilla que utiliza así la fotocopiadora. Será mejor que me des tu tanga, así no tendrás problemas, si te levantan la falda verán que no llevas nada y te dejaran de sospechar de ti.-Dijó con una pícara sonrisa.-Venga, dame el tanga para que te lo guarde. Mañana vienes sin ropa interior a trabajar y te devolveré este.
-Sí amo-Volvió a quitarse su ropa interior, últimamente se bajaba los tangas muy a menudo.
-Ahora quiero que vayas al baño masculino y te metas en el tercer cubículo. Allí quiero que te desnudes y dejes tu ropa en esta bolsa que contiene unas esposas y te las pondrás para encadenar tus manos a la tubería.
Las esposas están abiertas, pero unas vez que las cierres no las podrás abrir sin las llaves, cuando lo crea oportuno iré a visitarte, pero para que pueda entrar tienes que dejar la puerta abierta.
La idea excitó mucho a Laura, pero también sentía miedo por poder ser descubierta, aunque su amo le había dicho que se metiera en el tercer cubículo, el más alejado de la puerta y por tanto el menos utilizado.
-Haré lo que me pides, amo.
Llegó a las puertas de los baños, pasando por el tablón en el que podía verse su tanga. Sólo faltaba que en el cartel pusiera “wanted” y se ofreciera recompensa si alguien encontraba a la “guarrilla del tanga”, que era como sus compañeros empezaban a llamar a aquella desconocida.
Se aseguro de que no había nadie y entró rápidamente en el tercer cubículo. Se quedó completamente desnuda, sólo vestía unos zapatos negros. Se lo pensó, pero finalmente se esposo a la cañería para no fallar a su amo. El pestillo no estaba echado, así que cualquiera podría entrar y encontrarla allí desnuda y esposada.
Se dio un gran susto y pegó un pequeño grito cuando el vibrador se puso de nuevo en marcha. Ya no se acordaba de él, se había acostumbrado durante la mañana y no se le hacia extraño llevarlo dentro. El huevo iba vibrando cada vez más fuerte y ella empezó a gemir. No podía hacer nada con las manos inmovilizadas. Estuvo retorciéndose de placer y el movimiento y la húmedad de su coño hicieron que poco a poco el huevo se fuera saliendo. Hizo todo lo posible para mantenerlo dentro, estaba a punto de llegar al orgasmo, pero el huevo se cayó al suelo y dejó de vibrar. La había dejado al borde del clímax, intento frotar sus muslos para llegar al orgasmo pero no sirvió de nada.
El huevo había pasado por debajo de la puerta, si alguien entraba al baño lo encontraría y seguramente abriría la puerta encontrandola a ella con su coño expuesto y muy mojado.
Se estiró para llegar con sus pies para dirigir de nuevo el huevo dentro del cubículo, aunque se hizo algo de daño con las esposas.
La puerta del baño se abrió escuchándose el chirrido de las bisagras,a la puerta le hacía falta justo lo que a ella le sobraba en ese momento, lubricación. Eran dos hombres los que entraron al baño.
-Menudas putas tenemos en la oficina, ¿no te parece?
-Me gustaría saber de quien es ese tanga, seguro que es de una guarra de cuidao.
-Yo creo que es de Sandra, esa ha tenido que chupar más pollas que la Lucia Lapiedra.
-No sé, pero las pelirrojas me ponen malo y menudas tetas.
-También podría ser Noelia, acuerdate en la fiesta de fin de año.
-Ya hombre, pero menudo pedo llevaba, estoy seguro de que no recuerda nada de aquella noche, porque si se acordara te aseguro yo que no se volvía a pasar por la oficina.
-El tanga es que podría ser de cualquiera, hasta de Laura.-Dijo mientras entraba al cubículo a la derecha de la secretaria, le faltó muy poco para ser descubierta.
-Esa mojigata?
-Esas son las peores, en la intimidad no veas lo guarras que son.
Salieron del baño y volvieron a dejar a Laura sola, pero a los pocos minutos se volvió a abrir la puerta y se escucharon unos pasos aproximándose.
-Vaya, vaya, así me gusta, que seas obediente.-Dijo su amo abriendo la puerta y metiéndose dentro.-Tengo mucho trabajo, pero la que has liado con lo del tanga me ha puesto caliente. Mira lo dura que la tengo.-Dijo sacándose la polla y golpeando con ella las nalgas desnudas de su esclava.
-Amo, el huevo vibrador se ha salido y ha caído al suelo.-Informó ella mientras se inclinaba más para poder mover su culo hacia atrás y acercarse así más a su amo.
-No te perocupes perrita, que ahora te meteré otra cosa-Contestó él poniéndo su polla entre los labios vaginales de la esclava.-Ven hacía mí.
Ella intentó echarse más hacía atrás para ir introduciéndose la polla de su amo, pero con las esposas no había manera y se hacía daño en las muñecas. Logró introducirse solo la punta y empezó un rítmico movimiento hacía delante y hacía atrás dando tirones a la tubería con la la cadena de las esposas.
En uno de los movimientos que hizo ella hacía atrás, su jefe movió su cadera hacía delante y le clavó la polla entera a su esclava, la cual dió un pequeño grito que prontó silenció al escuchar de nuevo abrirse la puerta.
Su amo se quedo quieto metido completamente dentro de ella y mientras estuvo acariciando sus tetas y pellizcando sus pezones.
Fuera quien fuera entró en el cubículo de al lado y escucharon como caía el chorro al agua del vater. Por el ruido Laura creyó que era una mujer, pero era muy extraño porque estaban en el baño de hombres. Mientras pensaba en esto notó como su jefe había reiniciado el movimiento, aunque de forma más lenta para que no se les escuchara. La persona que estaba al lado terminó de hacer sus necesidades y se marchó del baño, por lo que el jefe de Laura aprovechó para cogerla del pelo y estirarla hacía él para que ella misma hiciera el movimiento de entrada y salida de su polla en el húmero y ardiente coño sumiso.
Acompasaron sus movimientos e iban cada vez más rápido, él seguía marcando el ritmo con los tirones a su cabello y finalmente se corrió en su coño.-Ya está putita, me vuelvo al trabajo, tú puedes vestirte y ya te haré una perdida cuando vea que la zona de los baños está despejada. Tómalo como un regalo por lo bien que te has portado.
-Gracias amo. ¿Puedo seguir tocándome en el baño? He tenido un orgasmo al empezar pero después iba a lograr otro pero has terminado antes de que pudiera volver a llegar al cielo.
-Con uno tienes más que suficiente, perrita. Si quieres otro tendrás que ganártelo más tarde.-Dicho esto volvió a meter el huevo vibrador en el coño de su esclava, quitó sus esposas y la volvió a dejar sola en el baño.
Se sentía algo sucia por haber hecho eso en los baños de su oficina y también muy humillada porque cualquiera podría haberla pillado follando con su jefe y su vida se hubiera hecho insoportable. No estaba segura de si alguien sospechaba de lo ocurrido y eso hacía que estuviera algo preocupada.
Estuvo vistiéndose con la ropa que había dejado en la bolsa, aunque su amo aún no le había devuelto el tanga y ella estaba muy abierta y húmeda, así que tendrá que ir con mucho cuidado para que el huevo no se volviera a salir, porque podría caer cuando pasaba entre sus compañeros y eso la haría desear que se la tragara la tierra.
Una vez salió del baño lo único que salió de su coño fueron unas pocas gotas del semen que su amo había depositado dentro de ella y que resbalaron por su muslo, esto la hizo feliz porque quería decir que había sido obediente y había hecho disfrutar a su dueño.
Continuará.
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