La sumisa secretaria (4) - Ritual de iniciación

El jefe de Laura le propone trabajar en su casa por las tardes, lo que ella no sabe es que no será sólo para limpiar y cocinar, tendrá que hacer alguna cosilla más. -Ritual para ser aceptada finalmente como esclava-

Capítulo 1: http://todorelatos.com/relato/79668/

Capítulo 2: http://todorelatos.com/relato/79685/

Capítulo 3: http://todorelatos.com/relato/79710/

Su jefe se marchó de la habitación después de quitarle el antifaz y la dejó allí extasiada y aún esposada.

Estuvo a punto de llorar al pensar que su jefe estaba decepcionada con ella, pero al girarse encontró en la mesita las llaves de las esposas y una carta.

Capítulo 4 - El Ritual

Se quitó las esposas con cierta dificultad y cogió la carta que su jefe había dejado a su lado. Sus manos aún temblaban por las fuertes emociones y el placer recibido, pero también por los nervios al querer saber que es lo que ponía en aquel texto.

Leyó punto por punto las órdenes de su amo, en la carta se detallaba todo lo que tenía que hacer esa noche, era la noche en la que por fin sería aceptada como esclava y sería la protagonista del ritual para que su amo la tomara en propiedad. Se estudió bien todos los pasos que tenía que hacer esa noche, no quería fallarle, quería ser su esclava y firmar de una vez el contrato.

La futura sumisa quiso estar lo más apetecible posible para su jefe, así que se depiló entera y luego se dio una ducha, la cual no calmó sus nervios ni su calentura.

Se vistió como estaba indicado en la carta. Tenía que ir completamente de blanco, tanga incluido, pero sin sujetador, así que se puso un vestido que tenía del color designado pero sin la ropa interior aún, porque quedaba un rato para la cita con su amo y no quería llegar con el tanga bañado en sus flujos, fruto de la excitación.

Finalmente estuvo maquillándose cuidadosamente y sin excesos. Tenía una tez bastante blanca, por lo tanto resaltaban mucho sus carnosos labios pintados de rojo, labios que un poco antes habían estado apretando la polla del que sería su dueño.

Cogió una rosa, también blanca que su amo había dejado en el baño, símbolo de su pureza, como también el color de las prendas que llevaba y fue hacía el comedor donde iba a suceder todo.

Al entrar vio que todo estaba preparado en la mesa, siguió las órdenes de su amo y encendió dos velas, luego apagó las luces lo que hacía que la sala tuviera una atmósfera muy sensual y misteriosa.

Esperó de pie a su amo, con la mirada baja y los brazos caídos hacía delante sujetando la blanca rosa, que justo quedaba a la altura de su entrepierna.

Su amo se dirigió hacía ella, levantó su barbilla para mirarla a los ojos y acercó sus labios a los de su sumisa. Ella los abrió un poco esperando el ansiado beso, pero nunca llegó, porque los besos se alejaron de su boca y fueron a parar a su cuello. Antes de abandonar su el fino cuello de su secretaria, le hizo un pequeño chupetón, para señalarla como de su propiedad.

-A partir de hoy serás mía en mente-Dijo mientras acariciaba su cabeza y su cabello.

-En corazón-Acariciando la parte superior de sus pechos.

-En alma-Expresó mientras subia su mano hacía los labios de su perrita.

-Y sobretodo en cuerpo-Le susurró al oido, situando una mano en un pecho y otra por encima de su tanga.

Ella permaneció con la boca cerrada como estaba indicado en la carta y él le dio un suave beso en sus labios.

Se ruborizó, casi había sentido más en ese beso que cuando su amo la estuvo follando y es que ella empezaba a estar enamorada de su señor y este era el primer símbolo de cariño hacía ella.

Laura se arrodilló y entregó la rosa a su jefe con las manos en alto, ofreciendo su pureza para que él pudiera hacer con ella lo que quisiera.

Al recibir la rosa, su jefe fue arrancado pétalo a pétalo y fueron cayendo al suelo delante de su sumisa. Estaba terminando con su pureza y ella poco a poco tenía que ir abriendo sus piernas y subiendose el vestido para que su amo pudiera volver apreciar el cuerpo que su sumisa le estaba entregando y dándole en posesión.

Inclinó la cabeza hacía delante y dejó que su amo le pusiera su collar de esclava, que debería llevar siempre que estuviera dentro de casa.

Luego se bajo un poco el tanga mientras su amo observaba desde detrás, para así darle una buena vista de su coño. Cogió un vibrador que había en el suelo y lo fue introduciendo en su coño, ofreciéndose así a su amo. Una vez dentro, echó sus brazos hacía delante para dejarse hacer.

-Ahora mi placer es tuyo, así que no puedes tener un orgasmo sin pedirme permiso.-Dijo él mientras aproximaba su mano al vibrador y lo ponía en marcha.

Se bajo los pantalones y la ropa interior y se sentó delante de su esclava.

-Amo, puedo chuparte la polla.-Dijo con un ligero temblor en la voz, por el placer que estaba sintiendo, gracias a la vibración en su entrepierna.

-Sólo si te sacas el vibrador entero y te lo vuelves a meter.-Ella lo hizo inmediatamente mientras le miraba a los ojos y después se abalanzó hacía su polla engulléndola completamente.

Se la sacó para ir lamiendo solo la cabeza y fue pasando su rosada lengua por toda ella, luego se metía solo la cabeza entre sus labios rojos. Besó por toda la piel, mientras le masturbaba.

Él puso la mano en la nuca de su esclava y la dirigió para que se la metiera de nuevo en la boca y llevarle el ritmo de la mamada.

Su coño no paraba de vibrar y sabía que cuanto antes se corriera su amo, antes la dejaría a ella alcanzar el orgasmo, así que fue chupando cada vez más rápido, mientras también se iba ayudando con la mano.

-Para de lamer perrita.

Sacó casi completa la polla de la boca de su esclava, solo dejo dentro la cabeza y empezó a masturbarse.

Su esclava cerró los ojos y siguió chupando, ya sabía que era lo que tenía que ocurrir y siguió sus órdenes mientras jugaba con la lengua por la punta del sexo de su jefe.

Siguió masturbándose, hasta que notó que se iba a correr, en ese momento la sacó de la boca de su esclava y se corrió por su cara. El primer chorro fue a parar a sus labios, pero los que vinieron después alcanzaron también parte de su pelo y las últimas gotas cayeron a sus tetas.

-Este ha sido tu bautizo como mi esclava-Ahora solo falta que firmes el contrato para que tu cuerpo, corazón, mente y alma me pertenezcan.

-Amo, ahora puedo correrme yo por favor?-Preguntó a la vez que recogía con su lengua los restos de semen que habían quedado en sus labios.

-No, putita, sácate el vibrador.

Se sacó el vibrador y se quitó también el tanga para entregárselo a su amo, ofreciéndole su intimidad.

-Te entrego también este látigo para que me castigues cuando consideres que tu esclava se ha portado mal o te ha fallado.

Su poseedor pasó el látigo entre sus piernas, luego subió hacia sus tetas y finalmente acarició con él el culo de Laura.

-Mi señor, toma también estas esposas, para poder inmovilizar este cuerpo que te pertenece.

-Bien, ahora vístete como mi esclava.

Ella se puso un corto vestido de color negro, con unas botas  a juego y de tacón alto. Completo su vestimenta con unos complementos, una pulsera y unos pendientes. Ahora ya sin sujetador y sin bragas para que así su amo tuviera el acceso libre.

-Putita, ponte de pie e inclina tu cuerpo hacia delante reposando tus manos en la mesa. Reclínate hasta que tus pezones rocen la fría madera.

Se acercó a ella y puso su polla entre sus nalgas aún en semierección. Su coño quedaba a una buena altura por los altos tacones de sus botas.

-Si quieres que te vuelva a follar, tendrás que poner tus datos en el contrato que tienes en la mesa y después firmarlo.

Fue apretando en su coño y luego fue metiéndosela mientras ella cogía un boli y empezaba a rellenar los datos debajo de la tenue luz de las dos velas.

Le costaba muchísimo escribir mientras estaba siendo follada. A cada empujón ella deslizaba un poco el boli sin querer.

-Ya está firmado, amo. Soy ya oficialmente su esclava, su sumisa, el cuerpo que esta follando es ya de su propiedad.

Su amo sopló las dos velas dejando la habitación completamente a oscuras. Giró a su esclava y le dio un lento pero cálido beso con lengua, al que ella respondió de forma más desatada y pegando sus cuerpos. Su amo la tumbó en el sofá y continuo besandola, cada vez de forma más salvaje y restregando sus cuerpos. Volvió a metérsela y continuaron besándose sin control. A veces paraba un poco el movimiento para bajar su boca hasta los pezones de su esclava, la cual había tenido finalmente un orgasmo. No había podido pedirselo a su amo porque este seguía violándole la boca con su lengua, aunque ella no oponía ninguna resistencia a esos besos en la oscuridad.

Siguió con un profundo beso y con la polla entrando y saliendo de ese coño tan húmedo, hasta que finalmente se corrió, pero esta vez dentro de su esclava, la cual volvió a tener otro orgasmo al notar como el semen de su amo entraba en lo más dentro de su ser.

-Te quiero, amo.-Le dijo con los ojos llorosos y pegándose más a su cuerpo. No quería dejar de sentir dentro la polla de su dueño.

Al sacarla se sentó en el sofá.

-Limpiarla perrita.

Ella fue con la lengua como hacen las gatas para limpiarse las patitas.

-Ahora eres mi esclava, mi asistenta, pero también mi secretaria. No olvides que mañana toca ir al trabajo.-Le dijo, mientras ella seguía limpiándole la polla como su dócil asistenta.

Se había olvidado de su otra vida, entre semana tendría que seguir siendo simplemente la secretaria de su jefe. ¿o no?

Continuará

Gracias por vuestras críticas, votaciones y comentarios. Sigo puliéndo los aspectos que menos os han gustado para intentar hacer la lectura más confortable y amena. Se siguen aceptando ideas o comentarios y órdenes para la esclava.

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