La suerte de mi peor enemigo

Un tipejo se lo organiza para acusarme de infidelidad y que mi novia, por verganza, se lo monte con él.

La suerte de mi peor enemigo

4 días hace que vi la cinta. 4 días sin dejar de pensar en aquellas imágenes. Llegué a casa, llamé a mi novia y nadie contestó. Los armarios estaban abiertos, faltaba su ropa y sólo había, encima de la cama, una cinta de vídeo. Bajo al salón, la meto en el reproductor y allí está ella, Silvia, mi novia desde hace 5 años.

Está estupenda, cuanto más la veo más me gusta. Silvia es la mujer más bella que conozco, bueno, la más bella y la más elegante. Tiene 27 años y desde el momento en que la vi he dado gracias a Dios por poder compartir mi vida con ella. Es nadadora desde los 8 años, lo que le ha proporcionado un cuerpo esbelto en sus 170 centímetros de longitud, piernas infinitas, pechos en su justa medida (creo que talla 90), piel suave, ojos claros y una preciosa cabellera larga y lisa, muy larga, de un brillante negro azabache. Su rostro es, sencillamente, precioso. Ojos verdes, como los míos pero más expresivos, labios muy marcados, rasgos duros y atractivos. Es una mujer de carácter, como a mi me gustan. Una chica culta e inteligente. Con sus estudios de Económicas, su trabajo, una mujer avanzada de esas que no piden, que exigen, y que me tiene hechizado.

Silvia aparece preciosa en el vídeo. Creo que está en un salón muy amplio, uno de esos Loft modernos del centro de Madrid. Un lugar decorado con mucho gusto, con muebles caros de aspecto japonés. Mi Silvia se sienta en el sofá, lleva una blusa blanca, los vaqueros que le regalé y botas altas. Me parece que no está pintada, mejor. Se encuentra en una habitación iluminada con luces indirectas, un gran ventanal dando a un parque, podría ser El Retiro de Madrid.

¡Que cosas tiene esta mujer!, no es nuestro aniversario, pero ella siempre ha sido muy imaginativa para estas cosas, algo habrá que celebrar… pero parece cabreada.

Hola cariño, me gustaría haberte visto la cara cuando has llegado. Antes de nada quiero decirte que estoy loca por ti, que te quiero mucho, muchísimo, no te puedes hacer una idea de cuánto. Por eso me ha dolido tanto lo que he visto, me he pasado el día llorando cuando me he enterado de lo tuyo con esa tal Sandra. He visto los mensajes en tu móvil, he visto las fotos metidas en el libro. Si te hubiera tenido delante no sé que te habría hecho.-

Me he oído eso me he quedado atónito, mientras ella hablaba lloriqueando yo me removía en el sofá y sudaba como en la vida. Antes de nada paro el vídeo y salgo corriendo a por el movil. Miro los mensajes y veo varios desconocidos de una tal Sandra, que no puede ser la única que conozco. Parece ser que nos hemos cruzado varios sms muy calientes, que si yo le iba a hacer esto, que si ella me haría esto otro, que le gustaba muchísimo como tenía lo de más allá. ¡Increíble!. Alguien había mandado y enviado esos mensajes a mi movil, no cabe otra explicación, pero no se me ocurre quien. Pero lo peor está por llegar, busco entre los libros de mi biblioteca y en uno de los más raritos, "Las 120 noches de Sodoma" del Marqués de Sade, encuentro un montón de fotos. En ellas aparezco haciendo el amor con una muchacha, la supuesta Sandra, que no está mal, pero que ni es mi tipo ni he visto en la vida. Una foto en la postura del misionero, otra haciéndome una felación, otra un cunilingus, varias posturas y una espectacular eyaculación. Un Kamasutra que, por desgracia, nunca he llevado a cabo. El papel fotográfico es bueno pero una pequeña diferencia de luz entre ambos cuerpos demuestra que aquello ha pasado por el Photoshop.

Muy nervioso trato de llamar al movil de Silvia, pero no hay suerte. Así que me tendré que sentar a ver el resto de la cinta.

He pensado en pagar a unos matones para que te den una paliza, en quemar tus cosas, tu coche, que tanto aprecias, llamar a tus padres y decirles lo cabrón que eres. Pero hay algo que sé que te va a doler mucho más, muchísimo más. Verás, estoy en casa de Lucas, me he presentado esta tarde, lo acabo de conocer y está aquí mismo. Ven y saluda Lucas.

Hola chaval, vaya pichabrava que estás hecho. Ya hace varios meses que no nos vemos, pero me sigo acordando mucho de ti.-

Oír y ver a aquel tipo me pone nervioso del todo. Lucas había sido compañero de trabajo, un diseñador gráfico. Yo era administrador de red y logré que lo despidiesen tras mirar el servidor y ver que se pasaba una media de 4 horas al día en internet chateando o mirando páginas de porno duro. El tipo era un degenerado, un fulano bastante alto y delgado, con perilla y coleta, gafas de empollón, muy feo y de trato desagradable. El típico pajillero que se cree un genio sin ningún motivo, uno de esos tontainas que piensan que para ser brillante solo hace falta decirlo.

Verás cariño, te oí hablar de él, sé que lo odias en todos los sentidos, pero ambos compartimos nuestras ansias de venganza. ¿Y sabes que vamos a hacer?, vamos a follar, todo lo que dure la cinta, ni él me gusta, ni creo que vaya a disfrutar, pero estoy decidida a entregarme a él, a hacer lo que me pida con tal de que sufras. ¿Por qué lo hiciste?, éramos felices y lo has tenido que joder. Me has tenido tan engañada-

Silvia lloriquea y su voz está entrecortada. Mientras, el tal Lucas sonríe sentado en el sofá a su lado, y se frota las manos es muy desgraciado. Yo no puedo más y apago el vídeo queriendo tirarlo a la calle. No entiendo nada. Doy un par de paseos por la casa, pienso en buscarla, pero no se donde hacerlo y ya es demasiado tarde para evitar lo que va a ocurrir en la cinta. Ni sus padres ni sus amigas me iban a ayudar a solucionar este asunto, así que daré al play para ver como acababa esto. Lucas parecía impaciente.

¿Empezamos ya?-

Silvia asiente mientras se limpia las lágrimas. Lucas se pone tras la cámara y cierra el plano sobre el sofá … que yo lo pueda ver bien cerca, con todo detalle. Después vuelve a ponerse delante. Desde aquí puedo ver como le tiemblan las manos, la recuesta sobre un lateral del sofá y empieza a desabrochar los botones de la camisa. Lentamente, con infinito sadismo. Una vez desabrochados, abre la camisa descubriendo el escote de mi chica, lleva uno de sus mejores sujetadores, o uno de los más caros al menos. Un Cacharel blanco, de esos que realzan y tienen el cierre entre las copas, delante mismo… a mi este modelo me entusiasma y me imagino que a él mucho más. Antes de continuar Lucas se pone de rodillas frente a ella, sus ojos se van a salir de las órbitas ante semejante espectáculo. Los pechos se ven preciosos, realzados y palpitantes tras la tela. Ella sigue sollozando, bien sé que éste muchacho no es su tipo, y no ha mentido, lo más seguro es que le repugne. Lucas le coge las botas y se las quita, las deja a un lado y después sus calcetines negros.

Que pies más bonitos tienes, me gustan más con las uñas pintadas, pero son estupendos, bueno en general estás buenísima, lo vamos a pasar en grande, ya lo verás. No pienses más en él y disfruta-

Este idiota no sabe que si no piensa en mí, en lo que cree que yo le he hecho, nunca va a ponerse en sus manos. Pero va a ser una noche de sorpresas. Me quedo de piedra, esperaba que ella se levantase, ya era suficiente tortura tenerla frente a él, como broma y como venganza. El corazón se me va a salir. Él todavía no la ha tocado, solo la desnudaba y contemplaba ávido, como un lobo a su presa. Tras los calcetines dirige sus manos a la cintura, quita el cinturón, desabrocha los botones del pantalón, de la bragueta, coge de las trabillas y los baja, descubriendo sus braguitas y poco a poco sus preciosas piernas, tan bien depiladas, tan suaves, tan deseables. El tipo parece como loco y no me extraña. Es más, no puedo entender como no se abalanza sobre ella, yo ya lo hubiera hecho. Por eso, porque me parece raro, aún tengo la esperanza de que todo sea un mal sueño o que ella se levante, se eche para atrás.

Lucas se quita la camiseta, está muy delgado, casi huesudo, y tiene la piel tan blanca que aún lo parece más. Silvia está más bronceada, va a un gimnasio. En el sofá donde estoy sentado aún huele a Esencia de Loewe, su perfume preferido. Se echa el justo para no empalagar y a mi me vuelve loco. Ella sube las piernas al sofá y se queda tendida, como la maja de Goya. Una auténtica diosa. Ya ha dejado de llorar, pero respira con fuerza y el pecho sube y baja vertiginosamente. En ese momento Lucas levanta las manos y empieza a acariciarle las piernas con suavidad, desde los pies a los muslos. Sin duda el tipo es un sádico y yo sigo pensando que aquellas imágenes no pueden ser verdad. Él baja la cabeza y empieza a besarle en los muslos mientras le manosea las piernas. Le besa las rodillas, las pantorillas y hasta los pies. Eso era algo que yo nunca, en la vida, había hecho, pero a ella, viéndole la cara, parece que le llama la atención. Ahí está un rato, besándole los dedos, acariciándoselos con deleite. Después vuelve a subir e incluso le da un largo lametón por los muslos, desde las rodillas hasta llegar a las braguitas. A ella se le escapa un suspiro y a mi me llevan los demonios.

Lucas se incorpora un poco, se pone delante del escote e introduce uno de sus dedos por debajo del cierre, este cede dando lugar a un espectáculo para el que no tengo palabras. Los pechos de Silvia saltan liberados de la presión, nunca me habían parecido más bellos. Casi puedo olerlos, saborearlos. Unos pechos duros, tersos, suaves, con los pezones muy oscuros y bastante grandes… una delicia. A Lucas también parecen gustarle porque ante la visión se queda pasmado. Pero eso fue un segundo, el que tardó en poner sus manos encima y empezar a magrearlos con descaro. El tipo disfruta como un loco con aquel pastel, y no tarda en apartar las manos para dejar hueco donde poner la boca. Los mordisquea, lame los pezones mientras su diestra salta de uno a otro sin dejarlos tranquilos en un solo momento. He de reconocer que la rabia se empezó a mezclar con cierta excitación. Deseo estar en su lugar, y el ver a Silvia con tan buen gesto me excita aún más.

Lucas no tarda en bajar su mano y manosear el sexo de Silvia por encima de las braguitas, está loco por hacerla suya. Parecen faltarle manos y bocas al muchacho. Estruja los senos con violencia, incluso arañándolos y ella no le recrimina, ciertamente está en sus manos y se dejará hacer hasta el final, o al menos mientras dure la cinta. Mis esperanzas ya han volado. Mientras los toca baja la cabeza para hundirla entre su sexo, quiere olerla, quiere comérsela entera y el vengarse de mí ya es un tema secundario. Ahora quiere aprovechar la oportunidad.

Lucas deja los pechos un momento para bajar las bragas hasta la mitad del muslo y quedarse mirando. El sexo de Silvia es precioso, tan recortado, discreto y oscuro al final de la pelvis, con un abdomen liso y fastuoso. Lucas se aparta para que la cámara pueda tomarla en todo su esplendor y allí queda ella sola y medio desnuda frente al frío objetivo de la cámara. Con los pechos fuera, aún rojos por la palpadura, con el sexo al descubierto, como solo yo la había visto.

-Quiero una copia de esta cinta.- dijo Lucas

-Sigue, no te pares, me da vergüenza el estar así- contestó Silvia. A mi me parece increíble que a estas alturas sienta vergüenza.

  • Un momentito- Lucas hace un zoom desde su cabeza a los pies. Después vuelve a fijar la cámara y regresa al sofá. Puedo ver como su entrepierna está a punto de explotar. Se pone de rodillas otra vez y hunde la cara en el sexo de Silvia mientras sus manos vuelven a los pechos, no quiere perder ni un segundo. Ella parece resistirse un momento, pero al rato ya abre las piernas y hasta le coge la cabeza mientras gime. Lucas le acaba de quitar las braguitas y el sujetador. Mi novia ya está desnuda frente a él, a su disposición. Después se coloca encima del sofá, entre sus piernas y sin parar de chupar. Entonces Silvia gime sonoramente, se ha corrido con la cabeza de Lucas entre sus muslos. Tiembla de placer.

-Ya veo que te ha gustado, pero ahora me toca a mí. Seguro que a tu novio le encanta que se lo hagas, porque me la vas a chupar ¿verdad?.- Lucas sonríe maliciosamente. Silvia asiente, pero duda un momento, mira a la cámara y se levanta. De esta manera la puedo ver de pie, totalmente desnuda. Él se sienta en el sofá, se desabrocha los pantalones con dificultad, dada la hinchazón y se quita los calzoncillos. Uno de esos slip blancos que tanto grima me han dado toda la vida, bueno a mi y a ella. El muchacho tenía un buen aparato, calculo que unos 20-25 centímetros, extraordinariamente grueso y con mucho pelo alrededor, un auténtico bosque. El tipejo está empalmadísimo y es que de masturbarte con internet a tener una mujer mejor que las que salen allí y a tu disposición, hay un buen trecho. Tan excitado está que parece que ya se había corrido. Los calzoncillos están húmedos y su aparato, muy blanco y con venas que parece van a explotar, brilla con el semen derramado. Sin duda, no es líquido preseminal.

Ahora ponte de rodillas, aquí delante y chúpamela bien-

Silvia, mi Silvia, se pone de rodillas frente a él. Yo puedo verle toda la espalda desnuda, ese culo precioso que parece un corazón y la planta de los pies. La imagen es increíble. El chico se impacienta, así que le pone una mano en la cabeza y la invita a bajar y comenzar.

Espera, no seas ansioso- Silvia se lo está pensando, aquel muchacho no le gusta demasiado, le ha proporcionado un buen orgasmo, pero en nada se parece a mi, que en teoría soy la persona de quien está enamorada. Y la humillación de encontrarse frente a él y chupándole aquello no parece gustarle demasiado.

Dijiste que querías hacerlo, ¿te vas a echar atrás?, el lo ha hecho con otras, lo mismo que yo a ti, les ha comido el coño, te ha humillado después de prometerte la luna.-

El mamarracho no acaba de decir esto cuando la cabeza de mi querida novia baja y puedo ver como mueve la cabeza arriba y abajo. Poco le importa el semen derramado por ese desgraciado, se la está comiendo enterita. La cámara solo muestra su espalda, pero no hacían falta más detalles.

-Espera, espera, tal y como estamos no va a ver nada, ponte de lado- El tal Lucas es un sádico. Se tumba en el sofá y abre las piernas. Silvia se pone entre ellas, de rodillas sobre el sofá, levanta el culo y baja la cabeza poniendo entre sus preciosos labios el glande de aquel sujeto. Lo puedo ver perfectamente. Lo besa con cierta ternura e incluso llega a sacar la lengua y darle un lametón. Yo me muero. Lucas está loco por correrse y su impaciencia le lleva a poner la mano sobre la nuca de ella y empujar. Silvia casi se ahoga, se lo habían metido en la boca por completo y siente arcadas. Pero sigue, incluso parece que llora, se la mete entera con frenesí, llegando a poner la nariz entre los pelos púbicos del muy desgraciado. El tipo aguanta un buen rato, pero al final se corre. Ella siente los espasmos y le da tiempo a apartárselo de la boca, pero no a evitar un impresionante chorro de semen en la cara.

Esto es increíble, solo me la habían chupado una vez y no tiene nada que ver. Eres fantástica, no te limpies, espera- Silvia se incorpora en el sofá y se queda sentada mientras él se vuelve a poner tras la cámara y me ofrece otro plano corto que nunca olvidaré. Primero la cara de ella con semen en la mejilla que se derrama viscoso por el cuello y por el pecho, sus preciosos pechos. Es una imagen que no olvidaré por mucho tiempo que pase. También tiene un poco en los labios.

Ya te puedes limpiar.- Silvia se levanta, se pone la camisa y se va para el baño. Mientras Lucas se coloca frente a la cámara.

Hola cabrón, me estoy poniendo morado. Esta tía es increíble y tú te pensabas que era para ti solito. Vaya mamada, ni en mis mejores sueños. Pero he de contarte algo que seguro te va a encantar. Lo de los mensajes y las fotos es cosa mía. Quería jugártela. La chica de la foto es una pornostar, entré en tu casa, las puse en un libro y lo dejé caído con otros para que ella lo encontrase. Lo de los mensajes fue mucho más fácil. Hasta he conseguido que una amiga llame, lo coja Silvia y se haga pasar por la tal Sandra. Pero nunca pensé que querría vengarse de ti y conmigo además. Eso te pasa por ponerme a parir,¡ idiota!. Ahora me la voy a seguir follando, ya verás que risa. Ni en el mejor de mis sueños me habría salido mejor este tema.-

Silvia entra en plano, se quita la camisa y se vuelve a quedar desnuda tumbada sobre el sofá.

-¿Ahora que hacemos?, ¿qué te apetece?, ¿por dónde me lo quieres hacer?- Aquellas tres preguntas son como tres puñaladas y ella lo sabe. No soy un tipo muy celoso, pero aquello es demasiado.

-Pues no sé, me gustaría follarte por detrás, por el culo- Silvia duda unos segundos

-Es todo tuyo-

No me lo puedo creer. Silvia se pone de pie y él se abalanza sobre ella, besándole el cuello, tocándole los pechos de nuevo, mordiéndola. Ella se deja hacer. Después se pone de rodillas frente a él

-¿Quieres que te la chupe otra vez?-

-No, no, quiero metértela voy a reventar, me quiero correr dentro.-

Silvia apoya el pecho en el sofá ofreciéndole el culo, el culo más precioso del mundo. Lucas también se pone de rodillas, pero detrás de ella. Pone una mano en cada lado y se lo abre para que la cámara pueda captar los detalles. Lo cierto es que yo nunca la había visto así. El pene del muchacho vuelve a estar empalmado, mete un dedo en el ano de ella para dilatarlo y así permanece, jugando un rato, hasta que se pone detrás y mueve la pelvis para penetrarla. Eso es algo que yo nunca le había hecho. Lo hace con poca delicadeza y no tarda en empezar el mete saca. El tipo pone el pene en la entrada, empuja un poco y la penetra. Silvia gime.

Lucas pone las manos sobre su trasero le agarra el cabello, a veces mirando a la cámara y sonriendo.

-Me vuelves loco, te voy a partir por la mitad. Se ve que no es tu primera vez, el también te lo hacía verdad, ¡qué cabron!, ¡qué buenos ratos habréis pasado!; date la vuelta, te lo quiero hacer por delante. Me puedo correr dentro, ¿verdad?-

  • Si, si, hazlo, fóllame bien-

Silvia obedece, con cuidado se la saca del trasero y se tumba en el suelo, dada la vuelta. Lucas se echa encima y sin esperar un segundo se la mete hasta el fondo. Sin ningún problema lo que me lleva a pensar que ella estaba bien lubricada, mala cosa. Así prosiguen con el mete-saca un buen rato y ella se corre un par de veces antes que él. Cuando han acabado se quedan tendidos, el uno sobre la otra. Yo veo sus cuerpos juntos, él aún tiene el pene dentro. Los senos de ella aplastados bajo el pecho peludo y huesudo de él. Una aberración. Sus cuerpos permanecen unidos por un buen rato.

Lucas se levanta, se pone de pie con el pene aún un poco empalmado.

-Levántate y chúpamelo de nuevo. Tengo que aprovechar la oportunidad.- Silvia tarda en incorporarse, lo hace con desgana; a ella siempre le ha gustado disfrutar del momento, charlar, pero se pone de rodillas y se lo mete de nuevo en la boca. En ese momento termina la cinta, me quedo en el sofá estupefacto, sin saber que pensar ni que decir.

No he vuelto a ver la cinta y creo que la destruiré. Llevo varios días sonado, sin dejar de pensar en aquellas imágenes y he de decir que me excité como en la vida, lo que no quita que desee matar a Lucas, no se si me acabarán viendo en las portadas de los periódicos. Lo que nunca imaginó este desgraciado es que las cosas le iban a salir tan bien. Ahora tengo que pensar si quiero arreglar el tema con Silvia y seguir viviendo con normalidad. Será muy duro, eso seguro y no sé si escribirlo servirá de algo.

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