La subasta (versión de ella)
No me importa ayudar a ganar dinero a una ONG, y si me lo paso bién, mejor
Si que es verdad que al principio, con el tema de la subastas estaba un poco cortada, eso de que un amigo o compañero de trabajo de tu marido te sacara el tenga me parecía fuerte, mas por él que por mi, total no pasaba nada, luego, con lo del pastelito estuve a punto de abandonar, pero el dinero era para una buena causa, i como dice mi marido, siempre estoy dispuesta a colaborar con una buen causa, aun que tenga que dejarme comer el coño, y cuando Jaime me lo comió una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, no voy a decir que fuera mejor ni peor, simplemente distinto, por primera vez en mi vida había tenido allí otra lengua que no fuera la de mi marido y a pesar de que las mujeres negamos la necesidad de esta variedad sexual, en el momento que lo conoces se destapa este deseo, y esto me pasó, tanto que estuve a punto de correrme delante de 50 personas.
Lo de pasar la noche con otro hombre me pareció muy fuerte, pero en el estado de excitación que me dejó Jaime, unido al destapado deseo de conocer a mas hombres, hicieron que pusiera precio a aquella velada, además, sabia que si mi marido no quería simplemente no apuntando precio tendría suficiente, que es lo que suponía que pasaría, la gran sorpresa es al ver que no era así.
Cuando nos reunieron con los diez hombres, la verdad es que no había cosa que no quisieran hacer, cosa que nos pareció perfecto a las dos, cuando quisieron ver nuestro cuerpo, no nos costó nada desnudarnos.
Si de aquellos hombres uno tenía que follarme, sabía perfectamente quien quería, Enrique. Esta muy bueno, además, una se entera de cosas del jefe de mi marido y sabia de la fama que le precedía, recuerdo en una cena de empresa como su secretaria me comentó la cantidad de llamadas que recibía y hacia a mujeres, también me hizo una lista de mujeres de la oficina que habían caído en sus redes y de lo que comentaban de él, por esto me mostré mas sensual con él, para ser su escogida.
Al saber que había ganado la subasta se dirigió a mi i me dijo: "sabia que esta noche acabarías en mi cama, y no te arrepentirás", yo le respondí "Tu tampoco de haberme elegido"
Nos despedimos de mi marido, en el coche ya me metía mano mientras conducía, primero me hice algo la estrecha pero no pude evitar correrme mientras, conduciendo, tocaba mi coño.
Su apartamento es precioso, un autentico picadero para llevar a los ligues, una cama enorme, un yacuti que parecía una piscina, mientras me enseñaba la casa, en pleno salón me cogió de espaldas, me hizo recostarme a la espalda del sofá, me subió la falda y me folló como un animal, noté algo dentro del coño mucho mas grande que lo que estaba acostumbrada, arrancó los botones de mi blusa y rompió el sujetador mientras yo gemía de placer, justo lo que necesitaba, pensé, era la primera vez que una polla distinta a la de mi marido vaciaba dentro mío, y lo hacia en el preciso momento que me corrí.
Con la falda levantada, la blusa y el sujetador rotos y colgando me di la vuelta, su leche la notaba como bajaba por mis piernas, vi su polla por primera vez, a pesar de que en el coche la había sobado un poco por encima de los pantalones e intuía que tenia que ser enorme, ahora lo podía constatar.
Nos tranquilizamos un poco, lo necesitaba, tomamos algo, el acercó su boca a la mía, no estaba dispuesta a negarle un beso, beso que empezó como un piquito y acabó como una morreada mientras nos magreábamos todo lo que podíamos, quería tener aquella polla en la mano.
Me propuso darnos un baño en el yacutzi, nunca lo había hecho, me saqué lo que quedaba de mi ropa, el hizo lo mismo, nos metimos dentro y yo tuve la idea de llamar a mi marido, mientras marcaba, el se puso encima mió y me folló. Hablar con tu marido con una polla dentro es complicado, y mas si esta es el doble que la suya. Pero mi deseo en aquel momento es tener aquel pedazo de carne en la boca, y lo hice, con esta totalmente abierta incluso temí ahogarme y mas con lo difícil que resulta compaginarlo con la comida de coño que me hacia, y como lo hacia!
Nos fuimos a la cama, me quiso follar por todos los agujeros, por el culo me daba miedo, pero el es muy paciente y lo consiguió.
Antes de dormirnos abrazados, el ya había vaciado su leche en todos los agujeros, incluso la boca, cosa que no suelo hacer y ya llevaba 5 orgasmos.
Me levanté antes que él, preparé el desayuno pero me sorprendió en plena acción, sin decirme buenos días, me folló en la mesa de la cocina.
Durante la mañana, como no tenia nada que ponerme, me había destrozado la ropa, me compro tres conjuntos de ropa interior y cuatro vestidos carísimos, pero no solo esto, me folló en cada una de las tiendas que entrábamos, y no fueron pocas. Con el ajuar recuperado, el tenia una idea, me llevó a la oficina, estaba totalmente desierta por ser sábado y lo tenia claro, quería follarme encima de la mesa de mi marido y yo no tenia ganas de negarle nada a un hombre que cada cosa que hacia descubría en mi placeres ocultos. No se si lo hacia en plan humillación, pero me folló por delante, por detrás, en la boca y nos corrimos a la vez yo sentada en la silla de mi marido.
Me invitó a comer, pensaba en llamar a mi marido para decirle donde estaba, pero al final pensé que si me hacia regresar pronto me fastidiaría la tarde.
Me llevó a un restaurante elegante, seguro que estaban acostumbrados a que llegara con otras mujeres, ya que lo conocían perfectamente, allí me trató como una princesa y quiso algunas cosas, me hizo que me sacara las braguitas que me acababa de comprar allí en la mesa, y yo accedí, claro, y me consta que mas de una mesa y camareros lo vieron.
Por la tarde seguimos de compras, cosa que me apasiona, y mas si no tengo que pagarlo, por lo menos con dinero, ya que para cada cosa me hacia hacerle algo que gustosamente complacía.
Como despedida, nos fuimos a su apartamento donde nos dedicamos a un último y apasionado polvo, sin duda el más largo y completo de mi vida.
Me llevó a casa, le invité a que tomara algo con mi marido, cuando me despedí de Enrique, mi marido quiso que le explicara con todo lujo de detalles lo que habíamos hecho, le complací por que le quiero mas que a nada en el mundo, le dije que le agradecía mucho que hubiera permitido que por lo menos una vez en la vida haya disfrutado de algo tan maravilloso, reiterándole que el amor por él esta muy por encima del sexo con otro hombre.
Desde aquel día, a Enrique me lo he follado alguna que otra vez, la verdad es que yo no decido cuando, mi marido y su jefe se ponen de acuerdo, y yo encantada, y si no lo hacen, ya me encargo yo que así sea, además, le ha subido el sueldo, claro que toda la empresa sabe que me follo al jefe de mi marido, pero si a él no le importa, a mi tampoco.