La sorpresa de Sergio por mi 18 cumpleaños

Es mi primer relato. Así que no seis muy crueles. Espero que os guste. Valorarlo y darme consejillos.

  • ¿Bajas?
  • No, sube que todavía estoy terminando de cenar.
  • Joder, tío que va estar todo el mundo esperando, ¡y es tu cumpleaños!
  • Anda, sube.

¿A ver qué se ha puesto Sergio? Seguro que ese vaquero que le cuelga de las caderas y le hace es culito ¡Si es que soy un mierda! Tan amigos, tan amigos y no soy capaz de decirle que estoy hasta las trancas por él. Si no sabe ni que soy gay. ¡Joder! Pero es que si se lo digo y cambia conmigo me muero. Si somos prácticamente hermanos. Vamos a clase juntos desde los cinco años y nuestros padres son inseparables, hasta veraneamos juntos. ¿Como voy a decírselo? ¿Cómo ha podido pasar esto? ¡Joder! Si es que no se ni cuando empezó. Yo solo se que le quiero. Y porque le quiero, no se lo digo. No podría hacerle esto. Además, si es le rey de las tías, si se ha tirado a toda la clase y parte de la otra. Incluso se ha follado alguna universitaria... Y yo aquí a dos velas. Nunca mejor dicho. Siempre de sujetavelas. Me he tenido que tragar cada rollo de amiga fea. Si es que hay que joderse. ¿Por qué no me molarán las tías? Y punto...

  • Vaya cara Carlitos.
  • Ni que no me hubieras visto nunca.
  • Nada, nada, que estaba yo pensando en mis cosas.
  • Pues venga, date prisa en comerte las salchichas que esta noche la gente tiene ganas de fiesta. Que después del puto año que hemos pasado. Por fin hemos terminado la selectividad. Este es el comienzo del veranito!

Joder, pues si se a puesto los vaqueros. Vamos, si no fuera un mierda, le iban a durar poco puestos.

  • Tío, cuanta peña.
  • Si, es que no se cumplen 18 todos los años.
  • Esta noche la vamos a liar Carlitos. ¡Ya veras la que te espera!
  • Pero que dices tío, pues una más del verano.
  • Si, pero la primera, tu espera, que ya veras como no se te va a olvidar.
  • Sergio, que raro estas hoy. Pero, ¿qué dices?
  • No, cosas mías, ya lo verás. No seas impaciente hombre.
  • ¡¡¡Pues venga que empiece la fiesta!!!

Pero mira que son burros, si aquí hay casi una botella por cabeza, y después del botellón pretenden ir a la discoteca esa nueva. ¡Vamos a llegar de rodillas!... Ya esta Laura arrimando con Sergio, pero no ve que lleva una semana dándole largas... La verdad, ¿es que no se porqué?, la chica es maja. Y no esta nada mal, si es que este Sergio es un picaflor. No le dura ni una más de un mes. Desde que se folló a Patricia hace dos veranos parece que las tiene que probar todas. Si es que hasta se ha follado a dos a la vez. ¡Joder! Que mal aquel día, uno está acostumbrado a aguantar a la amiga fea, pero esta vez estaban las dos buenas y el muy cabrón no me dejó ni una, vamos que yo no tenía intención de hacer nada, pero por lo menos para bailar en la discoteca esa de mierda que había en el pueblecito que eligieron nuestros padres para ir el verano pasado de vacaciones. Me toco irme a casa solo. La verdad es que Sergio me invitó a acompañarlos pero... como siempre soy un mierda y porque no notara nada me raje.

  • Joder tío. ¡Vaya mierda llevo!
  • Pues venga, que movilizo a la gente para ir a la discoteca ya, que luego la peña se pone inaguantable.
  • VAMOS, todos para la discoteca, ¡que esta noche la vamos a romper!

Menos mal que no nos han pedido los carnets, que por lo menos tres todavía no tienen los 18. Aunque me he quedado con las ganas de darle con el mio en las narices al cacho puerta que había en la entrada... Ya esta Sergio haciendo de las suyas, no se lo que tiene el tío pero baila con todas, pero hoy esta raro.... Todavía no se ha liado con ninguna. ¿Que le pasará?

  • Tío, Carlitos, deja de beber ya, que como sigas así vas a terminar tu cumpleaños en urgencias.
  • No te pases, Sergio, que si que he bebido, pero todavía puedo bailar. Mira.
  • Anda, ven que te pegue un abrazo, cumpleañero, ¡la de fiestas que nos vamos a dar hasta que empecemos la uni!
  • ¡Brindamos por este verano! Venga que esta es la última que me tomo, que ya son las cuatro y media.
  • De un trago lo que te queda y nos vamos de aquí que esto ya da un poco de pena.

No se que le pasa, pero la verdad es que si que esta raro. Si el es un cierra fiestas. Y esto de irse así a la italiana... sin decir nada a nadie... Y ahora para un taxi. ¡Pero si siempre nos volvemos en búho!

  • Carlitos, que un día es un día!
  • ¿A dónde os llevo chavales? ¡Y cuidado con vomitar en el taxi que sino os cobro el doble!

¡Estoy flipando! Sergio le ha dado al taxista un papel, parece que tiene la dirección apuntada, y no me creo que es que vaya tan pedo que no le sepa decir la dirección del barrio. ¿Qué estará tramando? ¡Espero que no me vaya a llevar de putas ni nada de eso! Ya me conoce y sabe lo que opino. ¡Que marrón! Espero que ni se le ocurra.

  • ¿Dónde vamos?
  • ¡¡¡Sorpresa!!!
  • No me vengas con esas. Que ya sabes que a mi las sorpresas no me van.
  • Venga tío, si te va a molar, solo vamos a cambiar de discoteca, pero los dos solos que ya estoy hasta los cojones de aguantar a Laura y sus amigas.
  • Bueno si es por esos. Menudo cabrón estas hecho. Si es que te has follado a todas. Ya te las conoces ¿y qué?...¡ya no te da morbo!

En la vida había oído hablar de este sitio. Pero hay algo raro... ¡Joder! ¡Qué no hay tías! Eso es lo que pasa. El puto Sergio, ¡me ha traído a un bar de ambiente! Menudo cabrón, y que hago yo ahora. Joder, donde me lleva. Tira de mi hasta donde están todos esos maromos bailando, bueno si se puede decir que eso es bailar, porque vamos eso se parce más a follar que ha bailar. ¿Qué hace? ¡Quiere que baile con él!

  • ¡Esto es por tu cumpleaños Carlitos!
  • Pero...
  • Calla y disfruta.

Joder, ¡qué bien baila el cabrón!, aunque en eso creo que le gano. ¿Y cómo se habrá enterado?, porque esto lo deja claro. ¡SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO! Bailar con él es increíble. Es el colofón perfecto a la noche. Aun que joder, ¡cómo siga restregándose así!, se va a dar cuenta de que estoy todo palote. Es que me esta poniendo brutisimo. Y vale, para un hetero como él bailar en una discoteca gay es un gran paso pero de ahí a otras cosas hay un abismo y no creo yo que vaya a pasar de ahí. Bueno, mejor dejo de comerme el tarro y me concentro en disfrutar del baile que esto no creo que se repita.

  • Sergio, ¡eres un cabrón!
  • Calla y disfruta. Ven vamos a los baños que me estoy meando.

Tira de mi entre esa multitud de cuerpos musculados, sudorosos de tanto bailar. Yo así... ¡no voy a poder mear!, entre el bailecito y las vistas, como intente mear me salto un ojo.

  • Mira hay una taza libre. Vamos.

No pretenderá que meemos los dos juntos. Joder va a ver que estoy todo empalmado. Pero... ¿qué hace? Me empuja contra la pared y me besa. Me quedo paralizado. Mierda, ¡va a pensar que soy gilipollas! Pero no me lo esperaba, ¡estoy alucinando! ¡Sergio me está comiendo todos los morros! Yo creo que me ha dado un coma etílico y debo ir de camino al hospital, porque esto no puede estar pasando. Y ahora, mmm! Me besa el cuello, me acaricia el pecho, joder que cachondo estoy. Tira de mi, y se apoya contra la otra pared, sigue besándome, ¡cómo besa el cabrón! No me extraña que las tenga a todas locas. Me separa, ¡seguro que se arrepiente!

  • No pongas esa cara tío, si se que lo estabas deseando.
  • Ya, pero...

Se quita la camiseta y la deja sobre la cisterna, me quita la mía y la deja encima, acaricia mi pecho y me atrae hacía el para besarme de nuevo el cuello, ya estoy que reviento, esto es mucho mejor que ver porno y leer relatos todo junto... ¿Qué hace? Me está empujando de los hombros hacia abajo. Que nervios, ya se lo que quiere, el muy cabrón me ha contado mogollón de veces como le hace eso a las tías para que bajen al pilón, pero joder... ¡qué yo no lo he hecho nunca! Bueno que sea lo que sea ¡Allá voy! Comienzo besándole el cuello, como estaba haciendo él hasta hace un momento, y con las manos le acaricio el pecho, no tiene casi bello, solo unos pelillos alrededor de los pezones. Juego con ellos y tiro un poco, pero sin llegar a hacerle daño, voy bajando recorriendo con mi lengua el camino que dejan mis manos hasta llegar a los pezones. Se los chupo como tantas veces he leído que se hace, hasta que están duros y tiesos. Los pellizco suavemente y sigo bajando con la lengua dejando un húmedo camino hasta su ombligo, y allí me recreo un poco. Él tiene una mano pegada a la pared y la otra sobre mi cabeza, pero sin ejercer presión, juega con mi pelo mientras de sus labios se escapa un suave suspiro. Mi lengua trabaja, mis manos se dedican a soltar el botón de sus vaqueros. No me lo puedo creer, ¡sus vaqueros! las veces que me habré pajeado pensando en este momento. Si incluso me parece estar viviendo un deyavó de esos, pero si escribí un relato que narraba una situación muy parecida ¡Soy un tío con suerte!

  • Joder, Carlitos, para ser la primera vez que estas con alguien... me estas poniendo superburro.
  • Ummm!

No puedo contestarle nada más, porque tengo la boca ocupada comiéndome todo su paquete por encima de los gayumbos, beso toda lo longitud de su polla, que aunque no es excesivamente gruesa es bastante larga. Ni me he tocado y creo que estoy a punto de correrme, ¡joder!, tiro de la goma y ¡bum! Todo ese trozo de carne salta hacia mi dándome un pequeño golpe en la cara. ¡Que nervios!Pero parece que le gusta... ¡Este es mi momento!, comienzo besando uno de sus huevos, como he visto hacer en las porno, primero tímidamente, haciéndome cosquillas con sus pelillos, y luego comienzo a lamerlo y chuparlo hasta que me lo meto en la boca. Cuando creo que es suficiente para este me paso al otro y repito la operación, despacio, no se si se va a repetir esta situación de nuevo, quiero disfrutar cada momento y grabarlo en mi memoria para luego recrearlo una y otra vez. Continuo besando todo lo largo de su polla como hice por encima de los gayumbos, y luego le meto un buen lametón, desde la base hasta la punta. Sergio suelta un ruido desde lo más profundo de su garganta, y tras darla un beso en la punta comienzo a chuparla poco a poco, como si fuera un polo, despacio. Ahora Sergio ejerce una pequeña presión sobre mi cabeza, pero muy suave, casi imperceptible, y sus jadeos van aumentando. Sigo chupando y meto la punta en la boca intento que entre un poco más, pero esto ya no es como en las porno. No puedo con más de la mitad. ¡Se tendrá que conformar!

  • Carlitos, te estás luciendo, ¡ya les gustaría a muchas!
  • Aggggg!

Me da una pequeña arcada, pero sigo orgulloso de todo lo que estoy haciendo disfrutar a Sergio, se que lo hace por mi, por mi cumpleaños, pero el también se está llevando lo suyo. Sin prisa chupo su polla y voy alternando lametones hasta que... y ahora que hace, ¿no le gusta?

  • Arriba campeón.

Yo le pongo cara de pregunta a la vez que noto como toda la sangre sube a mi cara. Pero el me da un buen beso en la boca, mete de nuevo la lengua y me como los morros tal y como yo le estaba comiendo la polla hasta hace un momento. Se separa de mi y con las manos en mis hombros me gira y me apoya en la pared. Está fría y mi cara se aprieta contra el azulejo. Me abraza por detrás y me besa la nuca, ¡qué sensación!, un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Con un brazo me separa un poco de la pared y me acaricia el pecho, mientras que con la otra mano desabrocha mi pantalón. Lo deja caer hasta mis rodillas y restriega su polla por todo mi culo. La pasa por encima de mis calzoncillos por donde se juntan los dos chachetes y me recorre de nuevo un escalofrío. Esta vez no por el contraste con las baldosas sino, por puro miedo. Siempre he temido este momento, estoy seguro de que tiene que doler un montón. Pero como va a entrar una polla por ahí. Eso solo se ve en las porno y a saber que se meten para que se les quede así. Joder, ¡esta vez el miedo no me va hacer perderme algo bueno! Así que me armo de valor y tiro con las manos de mis gayumbos para deshacerme de ellos. Sergio sube la mano que me acariciaba el pecho y me mete el dedo índice en la boca y luego otro más, yo los chupo recordando como lo he hecho con su polla. Los ensalivo bien y el los saca. Los lleva hasta mi entrada trasera y comienza a hacer círculos, ¡de nuevo un escalofrío! desde los huevos hasta el agujero. Va despacio. Me está poniendo a cien y como por ahora no intenta entrar, joder, me encanta, mi polla está empapado los fríos azulejos.

Aparta la mano y oigo como escupe y rápidamente vuelve a llevarla a su sitio, esta vez se que empieza a hacer un poco de presión en mi agujero. Muy suave comienza a entrar el dedo, la verdad es que es una sensación rara, pero no me hace daño, decido relajarme. Recuerdo los relatos leídos y siempre dicen que es la mejor manera de que no te duela. Continua metiendo el dedo, muy despacio y comienza a hacer suaves movimientos. Casi de forma imperceptible comienza a hacer círculos con el dedo mientras lo introduce un poco más, hasta el fondo, para luego sacarlo poco a poco. Lo vuelve a meter y sigue con este juego, lo estoy disfrutando, mi cabeza ya no piensa, solo disfruta, mañana sera otro día, ahora solo puedo concentrarme en el placer que estoy sintiendo, en el placer que me está haciendo sentir mi gran amigo Sergio.

Después de este primer dedo introduce otro, muy despacio como el anterior, se nota que sabe lo que hace, no me extraña que tenga a todas las tías a los pies, si se corre la voz de lo que es capaz de hacer con sus manos, ¡no me extraña su éxito!. Y ahora un tercer dedo, estoy alucinado, no me creo que mi culo se haya tragado tres dedazos, increíble. Los saca y me siento vacío, giro un poco la cabeza y le veo agachado rebuscando entre sus pantalones. Se levanta de nuevo con un condón en la mano y sin perder tiempo lo abre y se lo pone.

Se pega a mi y me da un beso en la nuca, que de nuevo hace que un escalofrió recorra mi cuerpo, pero esta vez llega hasta lo mas profundo de mi vientre, me susurra al oído:

  • Tranquilo, no quiero hacerte daño, si te duele avísame y paro.

Y se acerca la mano a la boca depositando una buena cantidad de saliva que reparte entre su aparato y mi trasero.

  • Ummm!. -No logro decir nada más. No se si es por el pedo que llevo o más bien porque estoy en una nube, soy incapaz de articular palabra.-

Noto la cabeza de su polla en mi entrada, respiro hondo y me relajo, empieza a ejercer una ligera presión, muy suave, contengo la respiración hasta que noto como sus huevos chocan contra mi culo. Suelto todo el aire que no sabía tenia retenido en mis pulmones con un sonoro jadeo. Sergio también deja salir un quejido de su boca. Se mantiene quieto y lentamente empieza a sacar de nuevo su polla. Me parece interminable y va dejando un vacío enorme en mi interior, no quiero que salga. Estiro mi brazo hacia atrás y acaricio su culo, esta duro, se nota que no ha dejado de jugar al fútbol desde pequeño, en eso nos parecemos. Le presiono para que vuelva dentro de mi, y así lo hace, muy despacio, la verdad es que no me hace nada de daño. Me noto muy tirante pero la sensación cada vez es más placentera, continua con este movimiento varias veces incrementando el ritmo poco a poco. Joder, ¡cada vez me gusta más!, no se que habrá ahí dentro pero me siento como si me estuviera haciendo una paja y tengo las dos manos contra la pared para no quedar empotrado con tanto empujón. Ahora va más rápido, me sujeta por las caderas y entra y sale de mi sin parar, su respiración es muy fuerte, y la siento en mi cuello, entre la oreja y la nuca. Me encanta. Acelera y me dice:

  • Carlitos, creo que me corrooo... ¡Ahí tienes tu regalo de cumpleaños!

Con la respiración entrecortada consigo decir:

  • Graaaciaasssss.

Y noto como me inunda el calor por dentro, ya no puedo más y yo también me dejo ir sobre los azulejos del baño pringandolos con varios trallazos. No puedo más. Se sienta en la taza y tira de mi para que yo también me siente sobre sus piernas y me besa la frente y me acuna. Y dice:

  • Carlitos coge tu ropa y vístete que nos largamos a mi casa que esto está lleno de maricones.

Yo no puedo más que reírme mientras con dificultad me voy poniendo la ropa.

Unax Garcia