La sorpresa

Tras un largo y duro viaje de trabajo su novio le ha preparado una bonita sorpresa de bienvenida. Algo intenso para relajar el stress acumulado...

El sol ya se está escondiendo y las primeras sombras comienzan a dibujarse en el paisaje que contemplas por la ventana. El viaje a Bilbao ha sido intenso y estas reventada, estas deseando llegar a casa para poder quitarte los zapatos y darte una buena ducha.

El va conduciendo, te ha ido a recoger al aeropuerto. Conversáis acerca del viaje y lo que ha acontecido en estos dos últimos días. Antes de que te des cuenta, ya estáis aparcando el coche debajo mismo de casa.

Una vez en casa, comentas que te vas a dar una ducha y él se ofrece a preparar mientras la cena. "¡Genial!", comentas. Y tras coger lo necesario, te encierras en el cuarto de baño dispuesta a tomar una larga, calentita y relajante ducha. El agua esta deliciosa, disfrutas de cada chorro de agua que cae sobre ti y resbala por todo tu cuerpo hasta perderse por el pequeño desagüe del plato de la ducha.

Cuando por fin sales de la ducha y te pones el albornoz te das cuenta de que realmente has estado un buen rato bajo el agua, al menos han pasado 20-25 minutos.

"Es hora de cenar" te dices mientras abres la puerta del baño con decisión. Antes de que puedas reaccionar, el se abalanza sobre ti y comienza a besarte mientras con sus brazos te inmoviliza. Lleva tus manos atrás y te las inmoviliza a la espalda.

Se coloca en tu espalda y sin dejar de besarte el cuello, te va arrastrando a empujones hacia el dormitorio. Una vez allí, te encamina hacia la cama y con suavidad y ternura hace que te tumbes boca abajo sobre ella. Acerca su boca a tu oído y susurrando te pregunta si te apetece un masaje relajante para liberar la tensión del viaje.

No te da tiempo casi a contestar cuando el ya comienza a retirarte el albornoz, agarra tus muñecas y las inmoviliza con algún tipo de esposas o abrazaderas. Después baja a tus tobillos y los inmoviliza también, esas esposas deben de ser nuevas porque no recuerdas tener nada parecido en casa. Su boca vuelve a susurrar en tu oído: "Ahora voy a vendarte los ojos, para que no puedas ver nada y solo te centres en relajarte".

Dicho y hecho, un suave pañuelo se coloca ante tus ojos impidiéndote ver nada.

El hecho de estar inmovilizada y con los ojos tapados, hace que poco a poco tus otros sentidos vayan potenciándose. Tu oído parece cada vez más sensible y tu piel nota hasta la más mínima brisa que roza suavemente tu cuerpo. Una suave música instrumental comienza a sonar, parece una banda sonora de alguna película, muy relajante.

Se escucha el ruido de un tapón al abrirse, acto seguido imaginas como debe andar untando sus manos con el líquido del bote que has oído abrirse. Solo unos segundos después, sus manos comienzan a masajear tus hombros. El gel hace que las manos resbalen por ellos sin ningún esfuerzo. Poco a poco las manos comienzan a apretar cada vez más, obligando a tus músculos a relajarse. Es una sensación de dolor pero a la vez de alivio al notar como los músculos se relajan y se sueltan los agarrotamientos.

Las manos van recorriendo toda tu espalda, bajando lentamente hasta llegar a tus glúteos. Allí se recrean, sobándote con intensidad e insistencia.

El masaje continúa con las piernas. Los muslos, los gemelos, ningún rincón de tu cuerpo se queda sin su ración.

De repente, libera tus ataduras y te hace girar, quedando boca arriba sobre la cama. De nuevo vuelve a amarrar tus muñecas y tobillos, el masaje continúa.

Pero cuando llega a tus pechos, en vez de sus manos, notas como sus labios comienzan a jugar con tus pezones. Hacen círculos recorriendo el contorno de la aureola, y poco a poco se van cerrando hasta llegar a los pezones. Cuando llegan, un suave mordisquito hace que te cuerpo reciba un eléctrico escalofrío, notas como los pezones se endurecen por momentos.

A la vez que no descuida ni un ápice tus pechos, una mano comienza a acercarse peligrosamente a tu coñito. Lentamente se acerca y recorre su contorno, estremeciéndote de nuevo. Cada cierto tiempo pasa por encima de tu coñito, rozando ligeramente tus labios y tu clítoris. Casi ni lo notas, pero sin lugar a duda te excita muchísimo, notas como tu coñito se humedece por momentos, vas notando como la temperatura de tu cuerpo sube.

Un dedo alcanza también tu ano, recorriendo también su contorno y jugueteando con él. Mientras el dedo amaga sobre tu ano, una lengua comienza a lamer tu clítoris.

"¡Un momento!", piensas. "No puede ser, me está lamiendo los pezones y a la vez el clítoris". Tu mente rápidamente ata los cabos, indudablemente no estás a solas con él, alguien os acompaña. "¡Cabronazo!, ¡esto no vale!", tu boca escupe instintivamente esas palabras.

"Juas juas juas, no te resistas que es peor. Tú relájate y disfruta. Juas juas juas".

Una dulce voz femenina te susurra al oído: "¿No te gusta? Yo pensé que si te apetecía sentir algo así, déjame hacerte gozar y si no te gusta, no repetimos, pero déjame que lo intente al menos"

Tu mente se bloquea, no sabes que decir. Por un lado te ha pillado totalmente de sorpresa, por otro lado es indudable que te está gustando, tu coño esta chorreando y estas muy caliente, muy muy caliente.

"interpretare tu silencio como un sí" te dice la voz. Y acto seguido notas sobre tus labios esa boca que antes se ocupaban de tus pezones. Tú no te mueves, pero sus labios besan los tuyos, mordisquea tu labio inferior, lo recorre con su lengua. No resistes mas, te dejas llevar, comienzas a corresponder su beso. Vuestras lenguas se entrelazan. Ese beso, mientras por abajo juegan con tu ano y tu clítoris, te gusta, te excita. Es el colmo del placer, te sientes muy cachonda, muy caliente.

El deja entonces de lamerte y se mueve. Notas como coloca su pene en la entrada de tu vagina. Tu coño esta tan húmedo que no ofrece ninguna resistencia, su polla entra de un tirón hasta el fondo. No puedes evitar que se te escape un suspiro de placer. Ella lo nota y se ríe. "¿te gusta, eh? Vaya pollon que te acaban de meter, que envidia me das"

El comienza a embestirte con un ritmo constante, notas como su polla entra y sale de tu coño, te encanta. Al mismo tiempo ella comienza a mordisquear tu cuello, los lóbulos de tu oreja, todo sin dejar de susurrarte cosas al odio. "Estoy muy cachonda" "Me encanta notar cómo te estremeces mientras te follan" "Me pone muchísimo el verte gozar así"

Ella se coloca entonces sentada sobre ti, poniendo a la altura de tu boca su culo y coñito. Tu estas muy cachonda, mucho, así que no lo dudas. Comienzas a lamer su clítoris, tal y como te gusta a ti que te lo hagan. Puedes oír como su respiración se acelera, ligeros jadeos comienzan a salir de su boca.

Mientras el ritmo de él va aumentando, cada vez te folla con más fuerza. Tu coño esta tan caliente que sientes que debe quemar. No dejas de chuparla, de golpear con la punta su clítoris. Notas como ella también esta empapada, esta tan cachonda como tú. Tu lengua avanza hasta su culito, ella da un respingo, no lo esperaba. En un primer momento lo retira, pero tras unos instantes de duda, vuelve a aproximarlo y a dejar que continúes con tu labor.

Tras un rato en ese posición, el saca su polla y ella se retira de tu boca. De repente dejas de sentir nada, bueno, notas el fresquito en ese coño caliente que ha quedado huérfano de polla.

Tras un rato de incertidumbre, una boca comienza de nuevo a lamer tu clítoris. Que escalofrío recorre tu cuerpo, ha sido de repente y te ha sorprendido.

La lengua se recrea en tu coñito, que bien lo hace, te encanta. Sientes que te tienen a mil.

De repente notas como la lengua pega pequeños tirones a la vez que te lame. Tu mente hace el resto, seguro que él se la está follando a la vez que la tiene colocada de manera que ella te chupa a ti.

"Diossssssss" exclamas. Te lo está chupando de maravilla y eso unido a la excitación que el solo imaginar la escena te produce, te está llevando al límite. Ella también debe estar parecido porque de vez en cuando no puede ni lamerte porque esta gimiendo, y al gemir exhala su aliento sobre tu coño .

De repente ella comienza a temblar, se está corriendo. Y esa vibración era lo único que te faltaba, no puedes mas, no puedes evitarlo, te corres…. Y te corres como nunca, gimiendo de manera escandalosa. Todos os corréis de manera brutal, durante unos segundos los tres cuerpos tiemblan al mismo tiempo. Hasta que después, caen uno encima de otro. Os quedáis inmóviles, estáis reventados, estáis satisfechos.

Ha sido algo increíble, nunca hubierais pensado que se podía gozar así.