La sombra del pasado 10
En lo mucho que aun amaba a Vivian, en saber que jamás hizo nada para olvidarla. Pero ya era hora de hacer algo se dijo.
Capitulo X
Al día siguiente Ángela volvió al Hotel... Cuando pregunto por la diva, le dijeron que anoche mismo había dejado el Hotel...
¡Tal vez se fue a la casa de Vivian!... Pensó Ángela...
Paso todo el día en el Hotel, entre problemas y contradicciones de los huéspedes y aunque se le fue el día rápido termino cansada.
Ya a las 8:00 pm iba llegando a casa de María tenía ganas de hablar con ella, pero después de lo que ella le conto se arrepintió de a ver ido a verla.
Al llegar a su casa no podía reconciliar el sueño, porque pensaba en lo que María le había dicho sobre Vivian.
Según María, Vivian viajaría con su novia a América, ya que la diva era Mexicana, y haya se casarían Pero mañana tendrían una despedida para ella en el Romantic Club.
-¡Pero si aun la amas, puedes hablar con ella e impedir que se case!- Le digo María.
-¿Cómo crees que voy a hacer eso María? Lo nuestro ya se acabo para siempre desde hace dos años.
-Ah, entonces vamos a la fiesta Nos divertiremos ya verás.
-No, yo tengo mucho que hacer aquí en Roma. ¿Además que voy a hacer yo ahí? No estoy invitada.
-Pero Ángela eso es lo de menos.
-No insistas María, yo no tengo nada que hacer en América, además en estos días necesitó viajar a Alemania Es mejor que me vaya es tarde y tengo cosas que hacer todavía.
Y salió como pudo de casa de María y ahora estaba más confusa que nada.
Cuando por fin logro dormirse ya era casi de mañana, a si que no tenía ganas de ir al Hotel. Hizo algunas llamadas para darles varias órdenes a sus empleados. Y se volvió a quedar dormida.
Ya pasada la tarde, bajo a la cocina las tripas le gruñían, se hizo cualquier cosa de comer. Después subió a su recamara y se recostó en la cama, vio que eran las 7:40 p.m, tenía que ir a darse una vuelta al Hotel, para saber cómo estaban las cosas por allá.
Se levanto y se metió a bañar.
Se vistió con un pantalón kaki apretado a sus caderas, zapatos de tacón negros, y una blusa azul de botones, no era lo más elegante que podría vestirse, pero esa noche no estaba de bueno humor ni para elegir un buen vestuario. Se puso poco maquillaje, y peino su cabello ahora rizado.
Tomo su bolso y salió de su casa rumbo al Hotel, pero en el camino se arrepintió y dio vuelta para ir al Romantic Club.
En menos de una hora ya estaba entrando en el Club, se fue directo a la barra, quería ver de cerca a Vivian, quería demostrarle al mundo y a ella misma que no le importaba que Vivian se casara con otra.
Pero al llegar a la barra y ver ahí a Vivian atendiendo con María y Fabby, su corazón volvió a palpitar a mil por hora, sintió el mismo nerviosismo que sintió cuando la vio en el Hotel.
-¡Vamos Ángela, tienes que controlarte! ¡Pasa de ella! ¡No puedes seguir a si mujer! Se decía Ángela, al ver que Vivian se acercaba a ella.
Saco un cigarro, pero antes de poder encenderlo, Vivian ya estaba ofreciéndole lumbre.
-Gracias. -Decía Ángela.
-¡De nada Ángela! ¡Qué sorpresa verte por aquí!- Decía Vivian algo sorprendida.
-Ah, pues un pajarito me ha dicho que hoy seria tu despedida así que pensé en venir a unirme a las que te desean lo mejor en tu matrimonió. Ángela le decía con un temblor en el cuerpo. Y sintiendo un miedo terrible, al decir la palabra matrimonio.
-¿Estás segura que me deseas un feliz matrimonio Ángela? Preguntaba Vivian, acercándose tanto a ella que Ángela podía sentir su respiración en su oreja.
-¿Y qué haces atendiendo? ¡Deberías estar disfrutando tu despedida! Contesto Ángela, haciéndose la loca, para no contestar la pregunta hecha por Vivian.
-Tengo que trabajar. ¡Casarse cuesta caro! ¿Piensas ir a América a mi boda Ángela?-Preguntaba Vivian, acariciando la mano de Ángela.
Ángela por un momento miro a Vivian a los ojos, y después dirigió la mirada a donde la mano de Vivian la acariciaba.
Y contesto No Vivian. Además no es justo para las dos que yo este ese día ahí.
-Lo entiendo Ángela, y no te quiero obligar Gracias como sea por venir hoy a mi despedida. ¿Quieres un whisky?
-Sí, gracias. ¿Cuándo te vas a América? Digo, porque quisiera invitarte a cenar ¡Te debó una cena! Preguntaba Vivian tomando el whisky que Vivian le daba.
-En dos días Ángela Así que tienes tiempo para darme la cena, el baile, el beso, y no le sigo porque estoy a días de ahorcarme. Decía Vivian, con una sonrisa que a Ángela la desvanecía.
¿Qué tenía esa mujer que hacía a Ángela perder el sentido de todo?
-Pues el baile puedo pagártelo hoy, si deseas. Proponía Ángela pareciendo un poco coqueta.
-¡Vale, dame unos minutos! Dijo Vivian, se quito en pequeño mandil, camino hacia donde estaba María, que al parecer le dijo algo ya que María voltio a ver a Ángela.
Ángela le pidió un whisky doble a Fabby y se lo tomo de un trago, ¿Qué hice? Se preguntaba. Se lo que sea no es tiempo de rajarme. Se volvía a decir, al ver que Vivian se acercaba a ella, extendiéndole la mano para llevarla a la pista de baile.
Cuando llegaron a la pista, empezó la misma canción, que bailaron por primera vez en el otro antro años atrás KUMBALA
Ángela de nuevo cerró los ojos, y se dejo llevar pero esta vez por Vivian, estaban tan cerca que podían respirar su aliento. El perfume favorito de Ángela era el que tenía el cuerpo de Vivian, y otra vez podía olerlo, sentirlo. Ángela sentía como Vivian movía las caderas al compás de la música.
Se le habían venido miles de ideas a la cabeza a Ángela. Deseaba estar esa noche con Vivian, más que ninguna noche. ¿Será porque está a punto de ser prohibida para mí? Se preguntaba Ángela, mientras Vivian, la miraba directamente a los ojos.
Desea besar esos labios rojos y carnosos. Pensaba que estos dos años vividos lejos de Vivian no habían servido de nada, porque hoy estaba igual de enamorada de ella que hace dos años, y la deseaba sabiendo que estaba a días de que ella se casara.
Cuando por fin termino la canción Ángela no supo si maldecir o dar gracias. Camino de nuevo a la barra, junto con Vivian que la llevaba abrazada de la cintura. Y aunque las chicas que las conocían las miraban, esta vez no les importo a ninguna de las dos.
Se sentaron junto a la barra, Vivian ordeno dos whiskys,
-Ángela, gracias por el baile.
-De nada Vivian Además te lo debía. Y quiero saldar todas las deudas que tenga contigo. Decía Ángela encendiéndole el cigarro a Vivian.
-Huy. ¿Segura? ¡¿Porque son muchas, que no creo que termines en lo que queda de esta noche?! Vivian le decía, acariciándole la mejilla.
-Jajaja, Pues tú dime por donde empezamos, porque yo no llevo prisa, nadie me espera en casa, así que si no termino esta noche me quedan dos días más primero de que te vayas. Dijo Ángela, volteando a ver a la pista, ya que las bailarinas que habían contratado para bailarle a Vivian estaban saliendo a la pista, y el DJ, estaba llamando a Vivian.
-Yo tampoco tengo prisa Ángela. Necesito ir a la pista. ¿Vienes conmigo o me esperas aquí?-Le preguntaba Vivian, antes de ir a la pista.
-No, ve tu Vivian. Yo desde aquí veo el show. Dijo Ángela, que se quedo viendo a Vivian, hasta que se metió entre las chicas que la esperaban
¿Estará mal lo que estoy haciendo? Se preguntaba Ángela encendiendo un cigarrillo.
-Tal vez sí, pero necesito estar a su lado aunque sea por última vez. Se decía Ángela, mientras veía a la pista donde estaba la chica que le bailaba muy de cerca a Vivian.
Algo dentro de ella le dijo que sería mejor que saliera de ahí. Vivian estaba por casarse y ella estaba por ir a Alemania a traer a su novia.
¡Vamos, si me voy a arrepentir que sea de algo bueno! Se decía mientras se levantaba y caminaba hacia la pista donde se sentó para ver más de cerca el show.
Al cabo de unos minutos Vivian se acerco y se sentó con ella.
Se quedaron las dos viéndose por unos segundos.
-¿Celosa? Preguntaba Vivian, a Ángela.
-No, ¿Por qué he de estarlo? ¡Yo puedo bailarte a si o mejor!
-¿Enserio? Mira que estoy por tomarte la palabra, solo no quiero que después te eches para atrás.- Decía Vivian tomándola de la mano.
-¿Creo que no nos haría daño regalarnos la última noche? ¿Oh si? Ángela por fin se atrevió a decírselo, pero pareció que a Vivian esa propuesta le causo gracia. Ya que se rio.
-¿Estás segura de lo que me estas proponiendo? -Preguntaba Vivian, acercándose a ella tanto que pudo rosarle un poco los labios.
-Sí, estoy más segura que nada. Y tal vez mañana me arrepienta pero eso es lo menos que me importa hoy. Ángela agacho un poco la mirada, cuando vio que Vivian la miraba sorprendida.
¡Bueno, pero es que sois más aventada hoy! -Se decía Ángela a sí misma. Pero bueno tenía que aprender algo de los años vividos.
-¡Yo también deseo estar contigo! Y como has dicho tu, ya mañana que importa. ¿Nos vamos ahora?
-¿Sí a si lo quieres? Ángela le dijo antes de que Vivian se levantara de la mesa.
-Wow, me encanta la idea, voy a dar algunas instrucciones, y ahora regreso.
-Ok. ¿Te espero afuera en el carro?-
-Está bien, te veo ahí en unos minutos.
Pero parecía que las dos no tenían suerte, ya que antes de que las dos dieran un paso más iba llegando a la barra La diva Las dos voltearon a verse, por un segundó se quedaron sin palabras.
-¡Ángela, pensé que ella estaba en México!. Decía Vivian al verla cara de desilusión de Ángela.
Ángela rio un poco, pensando en lo que estaba a punto de hacer. Y en un segundo se le vino toda la realidad a su cabeza. Vivian estaba comprometida y ella tenía novia.
-No te preocupes Vivian Es mejor que vayas a atenderla creo que te está buscando. Dijo Ángela al ver que La diva, buscaba a alguien con la mirada.
-Ángela en verdad deseaba pasar esta noche contigo. Espérame en el carro yo arreglo esto y me voy contigo.
-No Vivian, lo que íbamos a hacer no está bien, y tú lo sabes además yo Ángela no termino la frase cuando sintió que el celular le zumbaba, lo saco y le enseño a Vivian que la llamaban Yo he regresado ya con mi novia, Vivian. Y en dos días vuelo a Alemania por ella.
-Ok Ángela Pues nada si te quieres ir yo no te debo retener, pero prométeme que tendrás cuidado Cariño y trataras de ser feliz. Le dijo Vivian, al ver en la pantalla del celular la foto de la persona que le llamaba.
En segundos La diva llego y abrazo a Vivian dándole un beso en la boca.
-Hola, Ángela
-Hola Bueno yo estaba por irme. Les deseo una linda boda y lo mejor.
-Gracias- le dijeron las dos.
Ángela salió del antro.
Manejo por horas, dio varias vueltas sin rumbo hasta que llego al colegio donde estuvo internada y se quedo observándolo por varios minutos después se fue a la cabaña que había comprado meses atrás que estaba a pocas millas del colegio.
Cuando Ángela decidio comprarla se rego el chisme que la había adquirido para dársela a su novia, pero eso no era así. Al menos para Ángela esa cabaña tenía otra historia. Era donde ella y sus amigas siempre iban cuando se escapaban del colegio.
Era un lugar hermoso, tenía una laguna hermosa donde se podía reflejar la luna llena, la cabaña olía a madera de caoba, los pinos hacían sonidos con el pasar del viento. A Ángela siempre le gusto esa cabaña, y cuando vio la oportunidad de adquirirla lo hizo sin dudarlo.
Entro a la cabaña y saco un whisky, una copa y salió, se sentó a lado de la laguna, en el pequeño puente, y mientras se servía un whisky recordaba esos días cuando brincaba del puente al lago, los días que se enfiestaba con sus amigos. Prendió un cigarro y se recostó para poder ver las estrellas en el cielo.
Se sentía triste. Sentía desilusión de ella misma, al pensar en lo mucho que aun amaba a Vivian, en saber que jamás hizo nada para olvidarla. Pero ya era hora de hacer algo se dijo.
El sábado Vivian ya seria mujer casada, y Ángela tenía que encontrar la forma que eso no le afectara. Vivian y ella tenían las mismas amigas, era imposible no verla algún día, y más si se quedaba a vivir en Roma. Al menos Ángela no pensaba irse de nuevo del país. Ya no volvería a huir de sus sentimientos porque sabía que eso no la llevaría nada. Afrentaría todo lo que se le viniese sin importarle que le doliera.
Se levanto, entro a la cabaña y se metió a bañar. Por hoy quería solo quería dormir, aunque no pudo, sentía que algo se estaba muriendo dentro de ella, y eso le daba miedo y le provoco llorar hasta que el cansancio la venció.