La Sombra De Lo Prohibido (1/5)
Por Que El Amor, Sexo Y Venganza Nunca Han Estado Tan Cerca.
Del Creador De
Aparentemente Un Hombre
Y
La Habitacion De AL Lado
La Sombra De Lo Prohibido
Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, feliz cumpleaños Tristán, que los cumplas feliz ♪ ♪ ♪
El jardín resplandecía a la luz del sol de verano, junto a la piscina estaba una larga mesa con múltiples aperitivos y pasteles no muy lejos una mesa redonda albergaba todo tipo de tragos, una suave brisa agitaba las hojas de los altos arboles que circundaban el enorme jardín de la casa.
Un hombre de 1.75 cm de alto aproximadamente, cabello negro, una barba de unos 3 días y unos ojos azules penetrantes entraban por la puerta de cristal hacia el jardín, encontrándose con la docena de personas que lo esperaban mientras la tonada de cumpleaños se iba con la brisa.
Una mujer vestida con un vestido coro, de tono blanco y una cabellera rubia se acerco al cumpleañero, mientras detrás de ella corría una niña de no más de 5 años.
Sabrina: felices 30 años mi amor
Silvana: Feliz cumpleaños papi
Tristán se arrodillo ante su hija, abrasándola y dándole un beso en la frente, para luego decirle que fuera a jugar. Apenas este se levanto Sabrina le dio un apasionado beso en la boca.
Tristán: creí haberte dicho que no quería celebrar nada
Sabrina: por favor tenía todo planeado hace semanas, no podía disolverlo, anda amor cambia la cara
Tristán: subiré a la habitación, no me encuentro bien
Cuando Tristán volvía a tocar la manilla de la puerta de vidrio, sintió que una mano lo cogía del hombro volteándolo, no logro ver con claridad el rostro. Debido que el abrazase fue innegable.
Carl: no pensaras en ir a dormir cierto cuñadito
Tristán quedo mudo al separarse de Carl, un chico de 20 años ojos cafés cabello desordenado color castaño claro y una tés trigueña.
Tristán: no me siento muy bien, iré a cambiarme la ropa y vuelvo.
La figura del cumpleañero desapareció en el interior de la casa, mientras que Sabrina se enfrenta a la mirada de todos los presentes, una señora de cabello rojizo a la luz del sol se le acerco cogiéndola de las manos.
Luisa: ¿Qué le sucedió a mi hijo, porque se a ido?
Sabrina: no se preocupe, solo fue a cambiarse de ropa, vaya suegra diviértase
Sabrina se acerco a la piscina donde se encontraba su hija “ten cuidado mi amor, no te vayas a caer”. Cuando se levanto y dio media vuelta para reincorporase a la fiesta se encontró la fría mirada de una mujer mayor, de cabello rubio y el seño fruncido.
Amanda: estás haciendo el ridículo ¿lo sabes no?
Sabrina: no empiece madre, hoy no
Amanda: que no empiece ¿Qué? Insolente… ni siquiera sabes hacer feliz a tu hombre, me da pena haber parido a una hija como tu
Sabrina: solo se fue a mudar de ropa madre, el está bien.
Amanda: y tu piensas que somos idiotas, que no nos dimos cuenta la mirada que puso cuando vio esta ridiculez en la que as transformado tu matrimonio.
Sabrina: ya basta madre, deje de mortificarme, que la niña anda por aquí
Amanda: espero que no saque tu carácter, que deja bastante que desear, si no haces algo de seguro perderás a Tristán
La anciana mujer se alejo del lado de Sabrina dándole espacio a que llegara una joven, de tés clara y cabello negro azabache, que vestía un elegante vestido hasta las rodillas.
Olivia: ¿todo bien amiga?
Sabrina: ya sabes como es mi madre
Olivia: ahí amiguita, no te preocupes, ella es así, nunca cambiara
Sabrina: perdona, subiré donde Tristán, para que baje luego
Olivia: estaremos esperando
En la habitación matrimonial, Tristán dejaba al descubierto su fuerte torso, unos oblicuos marcados al igual que el abdomen, unos pectorales no muy grandes pero con un fino bello que lo cubría. Se quito el pantalón y el bóxer dejando al aire un culo redondo, firme y parado mientras que por el frente una pena lampiño se mecía de una lado a otro mientras este caminaba a la ducha.
El agua tibia cubrió todo aquel cuerpo musculoso, a momentos cerraba sus ojos, llegando fragmentos de recuerdos recientes, veía frente a él una espalda, una cabeza apoyada contra una pared, un culo que apretaba en su pelvis, un gemido leve llenaba la cabina de baño.
Una voz agitada, casi sin aire rogaba porque Tristán introdujera su pene en el culo del extraño hombre, Tristán tomaba al hombre de las caderas abriéndole las nalgas y buscando el orificio con sus dedos, para después posicionar la cabeza de su pene erecto.
Tristán: ¿estás seguro?
Desconocido: si, as me tuyo, siempre te desee. Déjame hacerte feliz
El pene de Tristán se abría paso por aquel estrecho orificio, mientras un afligido pero excitado gemido lanzaba el extraño hombre, Tristán tomo con fuerza las caderas del hombre llevándolas hacia él hasta más no poder, los gemidos de ambos y la respiración pronunciada empañaban los cristales que separaban la ducha.
Un meneo permanente de caderas llenaba de placer a los amantes, Tristán sintió por primera vez como si una burbuja estallara dentro del mientras chorros intensos de semen llenaban a su acompañante.
Tristán, detuvo su respiración agitada, abriendo los ojos y encontrándose en una escena completamente distinta. Frente a él una espalda delicada, cubierta de cabellera rubia y una palabras lo devolvieron a la realidad
Sabrina: me encanto que me lo hicieras por atrás amor.
(2 semanas después)
Tristán: te extraño
Desconocido: y yo a ti amor, pero no puedo verme contigo
Tristán: ya van dos semanas sin vernos, acaso no quieres verme
Desconocido: claro que si, pero quede con otros planes
Tristán: está bien amor, como quieras
Desconocido: pero tengo una idea, veamos esta noche, ¿como a las 1 te parece?
Tristán: me encanta, en el mismo edificio de siempre, te espero.
Tristán guardo todas las carpetas en los estantes, salió un momento al hall de la clínica, para llamar a su secretaria
Ámbar: ¿Doctor que necesita?
Tristán: cuantas consultas quedan aun Ámbar
Ámbar: quedan 5 pacientes doctor
Tristán: creo que haré turno en urgencias esta noche, para que llames a mi esposa y le avises por favor, y has pasar a la siguiendo.
Ámbar: de inmediato doctor
(…)
Sabrina: ¿sí? ¿Diga?
Ámbar: ¿señora Sabrina?
Sabrina: si con ella ¿Qué necesita?
Ámbar: soy Ámbar señora, el doctor Tristán dice que le toca turno de noche en urgencia
Sabrina: ¿de nuevo? Es segunda vez en esta semana
Ámbar: solo cumplo ordenes señora
Sabrina: gracias, adiós
(…)
Carl: por tu cara pareciera que te hubiesen dicho que alguien murió
Sabrina: ojala fuera por eso… ya es segunda vez que Tristán toma turno en urgencia de noche en la clínica
Carl: típico de doctor, aman su trabajo
Sabrina: me siento tan sola… la última vez que hicimos el amor, fue el día de su cumpleaños en la ducha
Carl: creo que será mejor irme
Sabrina: pero hermanito, ¿Por qué no te quedas aquí esta noche?
Carl: sabes cómo es mamá
Sabrina: cásate luego hermano y sal de esa casa de locos
Silvia: señora, la cena comida está servida
Sabrina: gracias Silvia… ¿al menos te quedas a comer?
Carl: a eso si jaja
Sabrina: bobo que es, subiera por Silvana, ve a sentarte
(…)
El conserje del edificio le entrego la llave a un extraño hombre alto, delgado, usaba una casaca negra, lentes oscuros, y la capucha de la casaca.
Desconocido: como se encuentra Julián
Julian: muy bien y ¿usted?
Desconocido: bien gracias
Julián: aquí está la llave del departamento
Desconocido: muchas gracias.
El hombre subió al ascensor, quitándose la mayor parte de la ropa que lo cubría, camino por el pasillo hasta la última puerta del lugar, introdujo la llave llevándose un susto al ver a Tristán abalanzándose sobre él, fundiéndose en un beso.
Ambos entraron rápidamente sin separar sus bocas, comenzaron a desvestirse deprisa, el desconocido se arrodillo ante Tristán bajándole el pantalón y bóxer, e introduciendo el pene en su boca sin dejar reaccionar a Tristán. El cual minutos después todo al hombre de los hombros, lo levanto y lo hiso apoyar las manos en un costado de la cama, le bajo el pantalón, llevando su dedo al orificio.
Comenzó a meter y sacar el dedo, mientras el hombre jadeaba como loco
Desconocido: ¡métemela, métemela!
Tristán escupió el ano, de su acompañante, intentando lubricar, posiciono la cabeza de su pene en la entrada, metiéndolo de golpe, el hombre se enderezo al sentir aquella envestida, para después caer rendido a la cama, dejándose llevar por el placer, los testículos de Tristán golpeaban las nalgas del hombre con fuerza.
En un minuto pareció que las piernas del desconocido cedían, Tristán tomo al hombre recostándolo por completo en la cama para continuar con las embestidas brutales, hasta el punto de llenar a su amante de su semen, quedando ambos rendidos en la cama.
Tristán aun jadeando miro a su acompañante diciéndole ¿listo para la otra? Recibiendo como repuesta una sonrisa gustosa.
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