La Solucion 1

Un llamado, el aviso de la traicion, todo se derrumba, ¿cual es La Solucion?

¿Cómo empezó todo?... fue un llamado telefónico de una amiga, en realidad podría decir que fue el inicio del final, de algo que se venia gestando hacia un tiempo y no me daba cuenta o no quería darme cuenta.

ESTA SOY YO

Esa mañana como muchas mañanas anteriores me desperté y toque el lugar vacio a mi lado, Luis ya no estaba como hacia muchas mañanas ya se había ido muy temprano a su trabajo, mire el reloj sobre la mesita de luz a su lado, eran las 8.10 de la mañana, una nota paradita allí decía:

“MI AMOR, DEBO VIAJAR, TE VEO EN TRES DIAS… BESOS LUIS” solo eso, unas palabras garabateadas de apuro para la despedida

Una mañana gris, fría, se notaba a través de la ventana que iba a ser un día lluvioso, me abrace a la almohada abandonada de Luis, sentí su perfume y sentí hambre, deseos, necesidad de aplacar el calor que comenzó a subir desde mi estomago, hacia ya más de un mes que no teníamos relaciones, cuando no hace mucho tiempo eran prácticamente diarias.

Mi nombre es Estela, casada con Luis, tenemos dos hijos que ya van a la Universidad por lo tanto viven en la capital, me considero una mujer, sexualmente muy activa y ardiente que fácilmente entra en acción cuando Luis me lo propone, me doy cuenta que dependo exclusivamente de él, pero hacia tiempo ya que no lo hacía, en algún momento yo tome alguna tímida iniciativa pero me rechazaba gentilmente diciéndome que estaba cansado, que tenía muchas preocupaciones en su trabajo, otras veces estaba algo enfermo… allí fue que comencé a buscar mi satisfacción en la masturbación.

Tengo 36 años, Luis es un poco mayor me lleva 12 años, nos casamos cuando yo era muy jovencita, 15 años recién cumplidos, me había enamorado perdidamente de Luis que era muy amigo de la casa y de mi hermano, siempre nos estaba visitando y compartiendo con la familia, el también se enamoro de mi desde que me conoció a los 10 años y se prometió que sería suya, según él era de una belleza impresionante, me había visto crecer, de la rubia pecosa, flaquita, a los 15 tenía un buen cuerpo fruto de la juventud y toda la actividad física que realizaba, gimnasio, vóley, natación. Sigo manteniendo ese cuerpo, que sé despierta admiración cuando voy por la calle o entre los amigos de mi marido en las fiestas a las que asistimos, hombres que quisieran llevarme a algún lugar y “clavarme” como diría mi hermano hablando mal y pronto… por ende despierta la envidia de muchas mujeres “amigas”, todavía puedo usar minifaldas muy cortitas o pantalones súper ajustados que resaltan mi culo redondito y paradito, también me gustan generosos escotes que dejan al descubierto mis hermosos pechos, no muy grandes pero muy bonitos y firmes que despiertan el morbo, especialmente cuando y con mucha frecuencia no llevo sostén, y también me enloquecen las bikinis, tangas, cola les y todas esas cositas pequeñitas que usamos las mujeres como ropa interior, y que a veces tampoco uso.

Me gusta por ejemplo usar una falda cortita, de una tela ligera que se mueva al caminar y se pegue a mis muslos, acompañada de una blusa paisana, sin sostén ni nada bajo la falda y que la brisa me acaricie la entrepierna al caminar.

La primera vez Luis que me beso fue en mi fiesta de quince, fue como tocar el cielo, escuchaba campanas, luces brillantes, pensaba que estaba ebria porque sentí un mareo que casi me caigo, pero no había tomado nada, sus fuertes brazos me rodearon y su perfume de hombre me penetro hasta lo más profundo de mi ser…

En tres meses nos casamos, de más está decir que él fue mi primer hombre y la noche de bodas fue mi primera vez…

La verdad que cuando llegamos esa noche a la vivienda que para esa ocasión nos había prestado un amigo, estaba muerta de miedo, quería salir corriendo, temblaba como una hoja, él me tomo en sus brazos y me introdujo en la casa, me dejo en el centro de la sala y me abrazo fuertemente posando sus labios sobre los míos en un profundo beso que hizo olvidar todo…

Ni me di cuenta cuando me abrió el cierre del vestido quedando solo con la bombachita blanca, sin nada arriba, no lo necesitaba, me apartó de sí y me contemplo largamente, yo me di vueltas lenta y sensualmente para mostrarle todo lo que iría a comerse en unos momentos… con este gesto recupere mi control y le impedí que me volviera a abrazar corriendo hacia el dormitorio mientras le decía

-No me sigas, esperame, ya vuelvo

En el dormitorio rápidamente tome mi valija mas chica, donde había preparado lo que usaría esa noche, saque un Baby doll de gasa transparente lo mismo que una bombachita cola less y me metí al baño, allí me desnude completamente y me vestí admirando mi figura en el espejo, sabiendo que en unos instantes pasarían a ser inútiles esas prendas…

Anudé el lazo del cuello del Baby doll y me apoye en la puerta del baño llamándolo

-Luis… vení

Cuando apareció en la puerta del dormitorio, este estaba en semipenumbra solo alumbraba la luz del baño que me iluminaba por detrás.

Luis avanzo hacia mí y me beso mientras sus manos me recorrían toda, bajaron por mi espalda se posaron en mis nalgas que apretaron haciendo emitir un quedo gemido de gozo y dolor, después avanzaron por el frente levantando la ligera prenda hasta llegar mis pechos, mis pezones estaban duros casi a reventar… nunca me habían acariciado así, nadie ni siquiera él cuando estábamos de novios, debo aclarar que tampoco tuve alguien a mi lado, desde que tuve uso de razón solo tenía ojos para Luis, ni tampoco un largo noviazgo … me levanto suavemente y me llevo a la cama, que sería el altar donde ofrecería como sacrificio mi virginidad al amor… el Baby doll quedo atrás abandonado sobre la alfombra junto con la bombachita.

Luis seria el sacerdote encargado de ofrecerme… la locura se apoderó de nosotros… sus manos no se detenían un instante, las mías tampoco recorrían su espalda, bajaron por su cintura hasta llegar al instrumento del sacrificio… era la primera vez que tocaba un miembro viril, duro, erecto, palpitante, en mis pequeñas manos, me sorprendió lo caliente que se lo sentía, como afiebrado.

Mi vagina era un mar de jugos, le urgía recibir la estocada profunda que la haría suya.

Totalmente desnuda Luis comenzó a “acariciar” mi rajita con su cipote audaz, me recorría hacia adelante, hacia atrás, lubricándolo preparándolo para la estocada final…

Gemía de gozo y placer apurándolo para que entrara en mí…

-Por favor Luis… dámelo yaaaa. Le pedía

-Apurate que me voy a desmayar…

Silenciosamente comenzó el trabajo de penetrarme, muy suavemente, como alguien que conoce del tema… impaciente me arquee yendo hacia él y sentí un pequeño dolor que me aquieto…

-Ya mi amor, despacito… te va a doler…

-No me importa… dámela ya… quiero sentirte adentro… le respondí con una voz gutural que era más un rugido que un pedido.

Sentí que empezó a acelerar las embestidas, el dolor no era tanto como me habían preparado… estaba gozando a pleno… cuando de repente sentí un intenso pinchaso, como si me estuviera desgarrando por dentro, un grito de dolor escapó de mis labios… inmediatamente Luis se detuvo y amenazó con retirarse… pero yo lo rodee con mis piernas exclamando

-No… no lo saques mi amor.

Esos segundos de espera me calmaron y Luis volvió al ataque y ya el dolor fue más soportable y a medida que pasaban los minutos el placer lo apago por completo.

Era como recuperar el paraíso perdido, la gloria, el nirvana… que se yo… imposible de explicar con palabras.

Y siguió… y siguió… y siguió… hasta que sentí una oleada de calor que arrancaba en mi vagina me recorría todo el cuerpo, como una corriente eléctrica… fue demasiado para mi… y me desmaye de verdad.

En unos minutos recobre el conocimiento Luis estaba a mi lado, me dio un poco de agua… se lo veía preocupado, lo primero que miré fue su verga, con manchas seguramente de mi sangre… con la preocupación se había caído.

-Fue maravilloso… no pude soportar todo el éxtasis… perdóname… le dije

Yo era consciente que él no había podido terminar, por eso lo abrace y lo atraje hacia mí, de nuevo comenzamos las caricias tome su pingo entre mis manos y al instante reaccionó parándose y me volví a excitar…

-¿Estas bien? Pregunto… ¿no te hará mal?

-Fue algo pasajero… me supero, pero ya estoy bien y quiero massss’

Otra vez lo sentí dentro mío, esta vez el dolor fue mucho menor y Luis era como un potro desenfrenado, metiendo, sacando, metiendo, sacando… hasta que de nuevo la brillante luz, la corriente eléctrica otra vez… esta vez disfrute mi segundo orgasmo completamente y más aún cuando lo sentí ponerse tenso y sentí que se venía dentro mío en un largo gemido mientras yo aullaba como una perra.

Esa fue mi primera vez, después vinieron muchas otras noches, días, años de felicidad, hicimos de todo, como un doctor en sexo me enseño todo, me hizo a su voluntad y modelo, y me recibí con honores en las lides sexuales.

Después de recordar todo esto estaba cachonda y ardiendo de deseos de satisfacerme, cuando sonó el teléfono…

MI HERMANO

En la familia solo somos Papá Mamá mi hermano mayor y yo.

Gerardo, así se llama mi hermano es diez años mayor que yo… Gery le decimos, un turro de aquellos, cuando yo iba al colegio todas mis compañeras estaban enamoradas de él, querían venir a hacer las tareas en casa solo para verlo, charlar, mirarlo… y hasta algo más como.

En una oportunidad una de ellas se quedo a dormir en casa compartimos la cama, cuando a la medianoche me despierto… no estaba a mi lado, me peguntaba que le paso y me levante para buscarla, al abrir la puerta escucho que del dormitorio de al lado, el de mi hermano, salían risas gemidos, me asome un poquito a mirar y los vi a los dos desnudos en la cama, por supuesto haciendo el amor furiosamente; me costó volver a mi cama, esa visión me excito sobremanera, pero me sobrepuse diciéndome que no era lo correcto violentar esa intimidad, así que me fui me di una ducha fría me quede más tranquila y me dormí.

No sé a qué hora volvió mí amiga, pero al otro día cuando nos levantamos y nos encontramos en el desayuno, se notaban en los rostros de ambos las huellas de la “batalla”, sueño, ojeras… no fue la única vez esta, se repitió y tampoco puedo decir que haya sido la primera…

Un sinfín de mujeres en su vida, vivía cambiando de novias, jóvenes, adultas, maduras, morochas, rubias, pelirrojas; el teléfono de casa vivía sonando para él… aparte de pintón, simpático no se que más le veían las mujeres que caían como moscas a la miel; no se caso nunca.

Estudio ingeniería en no sé que, se recibió, entro a trabajar en una multinacional, viajo por todo el mundo… un tipo exitoso… hace un tiempo volvió, está radicado acá, vive con mis padres, aunque tiene su casa. -Es para hacerles compañía dice.

Fuimos siempre muy unidos, después de mis padres y Luis es la persona que más amo en el mundo, daría mi vida por él, fue siempre mi compañero, mi confidente, mi protector, mi paño de lágrimas cuando lo necesite.

EL LLAMADO

Cuando inicie el relato dije que hubo un llamado; 8.10 estaba excitadísima, me comencé a tocar, seguramente terminaría masturbándome como lo hacía desde hace un tiempo, para satisfacer mis ansias no aplacadas…

Estaba acariciando mi palomita, metiendo mis deditos que se iban mojando rápidamente… cuando sonó el teléfono, miro el reloj 8.30, desganadamente levante el tubo y respondí

-Si… hable

-¿Estela? Pregunto una voz de mujer que reconocí como la de Silvia mi gran amiga

-Si, Silvita, soy yo, ¿a qué debo tu llamado tan temprano?

-Mira, no sé cómo decirte, capaz que debería ser motivo de un encuentro y hablarlo cara a cara, pero estoy viajando, pero esperame en cuanto vuelvo te visito.

-Pero… ¿que pasa Silvia?… tanto misterio vos no sos así

-Lo que te voy a decir es grave… esta mañana en una estación de servicios vimos a Luis, muy bien acompañado.

-¿Dónde? ¿Cómo?... seguro te equivocaste…

-No… hay una estación de servicios (gasolinera) como a 80kms de la ciudad, paramos con Jorge a desayunar.

Jorge es el marido de Silvia

-Cuando vimos detenerse el auto de Luis y se bajo con una señorita muy joven, tendría unos 18 años y entraron supongo que también a desayunar y muy abrazados… no nos vieron

-Terminaron antes que nosotros, salieron y siguieron viaje… lo grave del caso es que no es la primera vez, ya los vi otras veces y en las mismas actitudes.

Me quede muda, sorprendida, un tsunami no me hubiera sorprendido tanto, quede muda…

-Estelita… ¿estas allí?... pregunto Silvia

-Si. Respondí con un hilo de voz.

-Por favor… calmate… no hagas nada… mañana a la mañana estoy por allí… perdóname pero la indignación me gano y no podía callar… Me dijo

Tenía razón ella era como la hermana que nunca tuve, inseparables en el colegio y en la vida…

-No te preocupes… te espero. Le respondí y cortamos.

Respire profundamente, una, dos, tres veces, no debía dejar que me gane la angustia, debía tomar conciencia que mi mundo se derrumbaba pero no se acababa, pero el dolor era muy grande y comencé a llorar muy quedamente.

LA SOLUCION

En ese momento sentí que se abría la puerta que da a la calle, me sorprendí, pero luego reaccione, solo Luis, mi hermano Gery y yo tenemos llaves… mire desde la puerta del dormitorio y efectivamente era Gery…

Baje más que corriendo las escaleras y me tire en sus brazos llorando…

-Bueno… bueno… que le pasa a mi princesa…

El me decía princesa, desde muy chiquita era su princesa y para mi era el caballero que siempre venia a salvarla, y hoy más que nunca.

Me llevo abrazada y nos sentamos en el sofá.

-¿Qué está pasando?... contame princesa que te está pasando… para eso estoy… Me dijo

Y le conté todo desde esta mañana, por supuesto obvie la parte cuando estaba excitada… el llamado, y a la vez iba razonando y tomando nota de algunas cosas que fueron pasando en estos tiempos y yo no les prestaba atención… y como Luis empezó a alejarse, a descuidar nuestra relación, la falta de atención, el dialogo cortado… los pretextos, las justificaciones, las llegadas tardes, los compromisos repentinos, la postergación de lo nuestro por “su trabajo”.

Gery solo me escucho… durante ¿media hora?... ¿una hora?... no sé, solo sé que me desahogue con él llore sobre su hombro, me tenia abrazada fuertemente y de a ratos suspiraba acompañando mis palabras cargadas de dolor y amargura…

-¿Ya está?... pregunto cuando me calle por un espacio prolongado.

-Creo que dije todo lo que pensaba y sentía… le respondí.

-Todo se va a arreglar… ya vas a ver… me dijo.

-No quiero arreglos-. Le respondí categórica y cortante

-El amor es como un etéreo cristal muy fino y delicado, y el mío acaba de romperse en mil pedacitos… Agregué, refugiándome más en sus brazos.

Nos quedamos en silencio, recién me di cuenta que había bajado con lo que tenia puesto, o sea un camisolín, cortito, negro semitransparente, que solamente resaltaba lo que tenía que cubrir.

Un rubor tiño mi cara….

-Disculpame, no me di cuenta que estaba vestida así… es que recién me despierto… dije

-No hay problemas… soy tu hermano, la persona que más te ama en el mundo y que haría lo que me pidas por ti- dijo

Me sorprendió porque era la primera vez que me lo decía, aunque yo lo presentía.

Lo abrace más fuerte, mis tetas se pegaron a su fuerte pecho, puse una mano sobre su pierna y le dije

-Gracias… no esperaba menos de vos- le respondí estirándome para darle un beso de agradecimiento con tan ¿mala’ o buena suerte? Que nuestros labios se encontraron al darse vuelta él hacia mí.

El beso fue leve, pero basto para que me estremeciera entera… él se dio cuenta porque me dijo

-Estas temblando… es que estas muy descubierta-

Pero algo en el fondo de mi ser despertó, no era mi hermano el que estaba a mi lado, el que me tenia abrazada, sentía el agradable calor de su cuerpo… era solo un hombre… el hombre que tantas mujeres habían deseado por siempre.

Me dije interiormente

–¡PUTA! ¿Que estas pensando?, es tu hermano…

Mi mano continuaba sobre su pierna… se la acaricie subiendo y bajando, mi respiración se aceleró, notaba como mis pezones se ponían duros y mi vagina a lubricarse.

De pronto no sé cómo no sé de donde me escuche decirle

-Gery… te necesito.

El interpreto exactamente lo que yo quería decir, y sin responderme dio vuelta su cara hacia mí y yo hacia él y nuestros labios se encontraron, en un tímido beso que fue creciendo porque no dejamos de besarnos, abrí mis labios y sentí su lengua entrando en mi boca y comencé a mordisqueársela, mientras intercambiábamos nuestras salivas… la de él me pareció la cosa más dulce del mundo.

Mi mano había seguido subiendo ya había llegado al final y se poso en ese paquete que empujaba la tela del pantalón queriendo dejar salir aquello que pedía la libertad.

Cuando su mano acaricio mi pecho yo apreté lo que se adivinaba, me sorprendió porque mi mano quedaba chica para contener todo ese bulto bajo la tela, lo notaba demasiado grande… el de Luis, el único que conocía, no lo era tanto y a mí me gustaba acariciarlo cuando estábamos viendo TV,

Gery me pellizcó los pezones que estaban a reventar, sentí sus labios bajar por mi cuello, mientras su mano hizo a un lado el camisolín, quede solo con mi diminuta tanguita, sentí en ese momento que me chupaba las tetas… rico… delicioso…

Abrí el cierre del pantalón y saque la herramienta que quería usar en ese día…. Enorme… abri grande los ojos sorprendida, nunca había imaginado que alguien pudiera tenerla de ese tamaño… ahora sabia porque las chicas lo seguían… se estiro su verga cuan larga era, como un gato que despereza, tendría unos 23 cm o más… gruesa… mi mano no alcanzaba a rodearla totalmente, caliente… estaba excitadísimo… lo empuje un poco hacia atrás y yo me baje a ese tesoro de carne viva y palpitante que se me ofrecía, me quede mirando el pene que estaba dispuesto para que fuera mío.

Una cabeza grande… rozada con una boquita chiquitita que parecía llamarme y la bese, la toque con mi lengua, le recorrí todo su contorno con mi lengua, entonces sentí su mano en la parte de atrás de mi cabeza empujándome sobre mi trofeo, y abrí mi boca para recibirlo, debí abrirla al máximo porque era muy grande y empecé a mamarla como sabia hacerlo, una de mis cualidades según Luis.

La metía todo lo que podía, la sacaba la besaba por fuera, mordisqueaba la cabezota, bajaba a todo lo largo y llegaba hasta los huevos, grandes, peludos, que se notaban llenos de la leche que a no dudarlo se derramaría en mi en poco tiempo y que me calentaba más de solo pensarlo.

A todo esto Gery gemía, gruñía, se retorcía como loco, me pedía más y más…-No te detengas—

--Sigue princesa… sigue.

Sus manos no descansaban me recorrían traviesas por todos lados, explorando todos mis orificios, produciendo oleadas de placer, mi espalda, las tetas, la vagina, el culo.

En un momento dado, me apartó, se paro, me tomo en sus brazos y subió las escaleras hacia mi dormitorio.

Llegados, me deposito en la cama, estaba yo por quitarme el camisolín cuando el tomo la prenda y la desgarro totalmente arrancándomela del cuerpo, lo mismo hizo con la tanga, los jirones de las prendas quedaron tirados a los pies de la cama.

-Quiero tratarte como lo que eres en el fondo… una puta… me espetó

-Una hermosa y deseable puta… que calienta mis huevos y pone dura mi verga...

-Quiero que la dejes salir a la puta que vive en vos… para que podamos gozar como macho y hembra.

-Quiero que me la muestres en tu concha chorreante… en tu culo que voy a castigar.

-En esas tetas que me voy a comer… en ese chochito que voy a lamer hasta el fondo.

  • Quiero oírte gritar de dolor y placer… y pedir más y más…

-Mira lo que te vas a comer por todas tus agujeritos, tu concha primero, tu culo después, y que me limpies el semen con tu mamada…

-De hoy en adelante voy a ser tu macho y vos serás mi hembra, sumisa y puta… ¡especialmente PUTA!… me grito excitado

Y diciendo esto me mostraba su palo mientras lo balanceaba, monstruoso, gruesísimo, más largo aún que lo que había estimado en un principio, medio arqueado hacia arriba, casi podía ver el palpitar de sus venas… lo que más impresionaba era la cabezota, rosada, grande peladita, como un niñito pequeño… ¿entraría en mi conchita?, me va a doler muchísimo

Por dios de solo pensar en lo que venía me mojaba aún más, me dolían los ovarios en la espera

En un segundo estuvo desnudo y se acerco a mí que lo esperaba ansiosa y temblando.

Agarro mis piernas por los tobillos y las abrió violentamente sus caricias eran brutales, casi dolorosas, hacían daño pero me daban un placer sin límites, necesitaba bajar del altar de intocable en que me había puesto Luis, liberarme de la torre en que me tenía recluida.

Me dio vuelta y recibí una primera nalgada que me hizo gritar de dolor.

-¡Ay… puto!-   le grite, me saltaron lagrimas de dolor

-Soy tu macho… Puta… y no me faltes el respeto… me grito  volviendo a darme otra nalgada mas fuerte aún.

El dolor que me producían esos golpes era exquisito, mi concha era un mar de jugos, y yo lo insultaba y él me replicaba con otros insultos peores... me trato de yegua… perra…

De repente se callo me dio vuelta abrió mis piernas y comenzó a lamer mis muslos, uno y otro, subiendo, subiendo… hasta que llego al centro del universo… donde nace la humanidad… la vagina… sentía su lengua recorrerme a todo lo largo de mi rajita, a ratos se detenía en mi culo, volvía al clítoris, me mordía, me chupaba y cuantas cosas más que las palabra no pueden expresar, yo gemía y gritaba y me retorcía…

-Me vuelves loca Gery… por favor ya… dámelo… Gery yaaaaa.

-¿Cómo dices… PUTA?... pedimelo bien… como corresponde.

-Damelo yaaa macho mío… mi macho… poneme tu pingo en mi concha, tu puta te pides que la llenes de leche, rompeme el culo… por favor… por favor… este por favor era casi un gemido lloroso de aquel que le ruega un favor a su señor.

Y él se acerco a mi blandiendo su enorme herramienta pensé que como me había tratado un momento antes y me preparaba para esas embestidas brutales de un ser primitivo…

Pero fue todo lo contrario dulce y suavemente comenzó a acomodar la cabezota de mi tesoro en la entrada de mi conchita, y empujo despacito, despacito, despacito, y fue entrando, dilatando las paredes de mi palomita hasta niveles increíbles, y yo que me asuste al principio, comencé a gozarla centímetro a centímetro a medida que entraba, y empujo y empujo hasta que sentí sus bolas rozando mis nalgas, me había comido todo ese pedazote de carne dura y ardiente.

Lo sentía casi llegar hasta mi ombligo de larga que era, y allí se quedo quietecito, inmóvil, mientras yo contraía los músculos pélvicos como abrazándolo, se movió lentamente sacándolo y volvió a meterlo, sacarlo, meterlo, sacarlo, meterlo.

-Ay señor que delicia, que delicia… dije casi gritando

-Dame mas mi macho… haceme gritar de placer….tu PUTA se entrega… toda tuya…

Y empezó a acelerar el ritmo…. ¿Y qué decir?…solo gozar

-Ay, ay, ay, mi amor… mas mas mas… metelo mas fuerte… ya ni lo siento… me la comí toooda-… gritaba, gemía, lloraba de placer y dolor… mentira que no la sentía pero era para que fuera más fuerte la embestida, necesitaba que fuera una agresión brutal…

Y así fue… con todo… el sordo sonido de los SPLAS… SPLAS… SPLAS… de los jugos que corrían a raudales… hasta que sentí que me iba… me superaba… la corriente eléctrica que nacía en la punta de los pies, recorría mis piernas se detenía en la concha y seguía por mi estomago explotando en mis pezones… casi a punto de perder el conocimiento llego el orgasmo gritaba y me retorcía como una serpiente y empujaba al encuentro de su verga, y ya me parecía que era demasiado pequeña, la quería más adentro y más adentro. Y él también gritaba y gemía acompañando los míos.

Era un concierto, una sinfonía de amor, las voces, los gritos, las palabras soeces que me gritaba que me excitaban más, los ruidos de la cama que ante ese tremendo torbellino de lujuria arriba de ella, también gemía y crujía… y allí fue cuando se puso tenso al mismo tiempo que yo vivía mi orgasmo sentí que se corría dentro de mí que inundaba mi panochita de leche… un largo haaaaa… acompaño su corrida abundante…

Quedamos los dos tendidos, cansados, felices, satisfechos… ¿satisfechos? no tanto… yo quería más.

Mientras descansábamos un poco me conto que siempre me deseo con locura, que estaba profundamente enamorado de mi, por eso nunca se casó, la razón le decía que no era posible pero su corazón y especialmente su verga rechazaban esta idea… cada vez que me veía se empalmaba y por eso buscaba en otras mujeres satisfacer sus ansias de mi, sufrió muchísimo con mi casamiento, por eso se fue lejos, a recorrer el mundo.

-Capaz que te sorprende la forma que te trate… me dijo… - Pero lo que buscaba, además del placer y gozo era hacerte tomar conciencia de que eres una persona ni más ni menos que las demás… y yo te veía como sometida, como entregada, viviendo un mundo irreal… quiero que seas libre y vivas tus propias decisiones…

Cuando terminó de hablar yo estaba llorando porque comprendí que tenía toda la razón y me propuse ser totalmente otra a partir de este día.

Lo abrace y lo bese apasionadamente agradeciéndole lo que hizo por mi… esto nos puso de nuevo a mil el cabezón estaba de nuevo paradito y listo para la acción y sentí un calor que me subía desde mi raja hasta mis pezones endureciéndolos y rezumando jugos la conchita… pero eso es material para otro relato… mas adelante…

Hoy ya me tenia, me hizo su mujer y no pienso renunciar a ello… jamás había experimentado lo que experimente en estos momentos… superior a todo hasta a aquella primera vez que relate anteriormente… ya no es mi hermano… es mi macho… mi amante… mi señor… pero principalmente SOY LIBRE.