La soledad del hotel
Al llegar al hotel después de un largo y caluroso dia de trabajo me disponia a descansar cuando algo ocurrió en la ventana en frente de mi que me hizo cambiar de idea...
Había sido un día horrible de trabajo, era verano y me encontraba en una ciudad de playa sin ni si quiera haberme podido asomar a ella, era tarde y llegaba cansado y sudado al hotel. Me dieron una habitación del segundo piso, concretamente la 238. Abro la puerta de la habitación, pongo la tarjeta en la ranura para que funcione el aire acondicionado, dejo la maleta, el ordenador y me dispongo a darme una ducha, me desvisto lentamente, primero los vaqueros que los llevo casi pegados al cuerpo, luego la camisa, empapada en sudor, luego mis calzoncillos, que liberación
Me dirijo al cuarto de baño, una pequeña bañera, me meto en ella y me dispongo a darme una ducha agua fría, enciendo el agua, está fresquita, que rico, sin saber porque mi polla reacciona y se pone tiesa, en fin no le doy demasiada importancia, estoy agotado
Acabo de ducharme me seco con la toalla del hotel, me miro al espejo, no estoy demasiado mal físicamente pero últimamente he cogido algo de peso, esto de viajar y la comida van a acabar conmigo. Me enrollo la toalla a la cintura y me dirijo a la habitación que ya está fresquita producto del aire acondicionado, pongo la tele, como de costumbre nada interesante, sólo programas de telebasura, menos mal que he traído mi ordenador y podré ver alguna peli.
Me siento en el sofá a decidir qué película veré esta noche, de repente oigo un ruido por la ventana, miro y veo una mujer asomada a un balcón que me hace algún gesto, no logro interpretarlo pero mi primera sensación es de vergüenza, cojo algo para cubrirme el torso, ella me hace gestos evidentes para que no lo haga. Sin saber muy bien porque le hago caso aparto el cojín que había cogido. Me hace señas para que me quite la toalla, a lo que me niego y corro las cortinas, que se ha pensado que soy un exhibicionista Pero a pesar que mi cabeza decía que no otra parte de mi decía que lo hiciera, supongo que guiado por el calor me dejé llevar no podía controlarme descorrí de nuevo las cortinas. Ella seguía allí con una sonrisa picarona y me tiró un beso, de repente la veo que está con el teléfono y suena el teléfono de la habitación, lo cojo
"Hola amor"
"Hola" respondo yo avergonzado y excitado por igual
"Quieres actuar para mí?"
"No sé" respondo yo "no sé cómo se hace"
"No te preocupes yo te ayudo, primero quítate esa toalla, quiero verte desnudo"
No sé porque acepté lo que me dijo ella sin rechistar, dejé caer lentamente la toalla anudada a mi cintura, eso dejó al aire todas mis vergüenzas, especialmente mi miembro evidentemente excitado. "me gusta" oigo por el teléfono a lo que respondo tapándome con las manos, "no lo hagas amor, ya verás cómo lo pasamos bien, te gusta ser sumiso?" a lo que yo respondo que si, sin saber demasiado lo que ello implicaba, "perfecto, pues quítate esas manos del miembro quiero verte la polla dura". Esas palabras acabaron de excitarme si no lo estaba ya. Me quité las manos tal y como ordenaba mi recién proclamada ama y mostré mis vergüenzas. Me ordenó pasearme por la habitación primero andando, luego gateando de vez en cuando me ordenaba que me tocara para mantener la erección, hasta que dijo que ya valía de eso que quería más.
"Ponte a cuatro patas de espaldas a mí que te vea ese agujero del culo bien abierto, ábrelo con las manos", eso hice me agaché me coloqué las manos en las nalgas y separé mis glúteos, dejando ver mi agujero abierto para ella. "Así me gusta perro, ahora busca algo para meterte por el culo" me fui al baño y encontré el kit de afeitado y cogí la cuchilla de afeitar, se la mostré me dijo que me la metiera por el culo, cosa que hice (no era la primera vez que tenía algo en el culo, normalmente suelo introducirme zanahorias o bolígrafos). Me chupé uno de los dedos para lubricar mi ano, cosa que al parecer le encantó por los sonidos que se oían por el teléfono, una vez bien lubricado cogí la maquinilla e introduje el mango de la misma hasta el fondo.
La verdad es que estaba siendo delicioso, yo estaba excitadísimo, me dijo que hiciera como si me estuvieran enculando, que me moviera y que metiera y sacara la maquinilla, cosa que hice al principio despacio y después más rápido, estaba excitadísimo, de hecho salieron dos gotas de semen de la punta de mi polla.
De repente me dijo que quería verme correr, quería ver mi leche, me pidió que me pusiera boca arriba con las piernas arriba para que pudiera ver mi corrida y como me metía la maquinilla en el culo. Me coloqué en el sillón lo más cerca posible a la ventana para que lo viera me coloqué como me dijo y procedí a masturbarme lentamente, quería sentir la maquinilla en el culo, mi mano en la polla y lo que más me estaba excitando sus ojos por todo mi cuerpo, empecé con un sube y baja muy lento, ella estaba jadeando a punto de correrse conmigo. Empecé a aumentar el ritmo, cada vez mi mano subía y bajaba más rápido, hasta que noté un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo empezando por los pies y acabando por mi cabeza, seguido de una descarga de leche descomunal, me cayó por todas partes, en la cara, en el pecho en la tripa. Tardé unos segundos en reponerme, por el otro lado del teléfono oí una voz que me decía:
"Ha sido maravilloso, yo también me he corrido, ha sido genial, si mañana estás por aquí repetimos". Entonces desperté de mi trance, no me lo podía creer, me había masturbado para otra persona, sentí vergüenza, pero había estado tan bien
"No lo sé ya mañana vemos" le contesté yo. La verdad es que me apetecía muchísimo pero por otro lado no sé si sería capaz de repetir
Espero que os haya gustado y espero vuestros comentarios a alf.sase@hotmail.com