La sola idea...

El amor todo lo justifica...

La naturaleza es sabia y sin duda casi perfecta, misteriosa y algo caprichosa, pues le dio a cada especie instintos para asegurar así su supervivencia. Es increíble el grado de perfección con que diseño a cada una de ellas, dotándolas con atributos únicos e irrepetibles y cualidades que las convierten en dominantes o dominados, al establecer a través de la fuerza roles de sumisión entre macho y hembra para asegurar el equilibrio y la armonía en la reproducción, perpetuando así lo mejor de lo mejor, al disponer  que sólo los mejores genes pasaran a la siguiente generación.

Y fue así en que analizando un poco me di cuenta el modo tan perfecto en que estamos diseñadas anatómicamente las mujeres y que nos permite copular de diferentes maneras con nuestra especie y porque que no, con otras especies, es grandioso no sentirte atada ni mucho menos limitada para elegir por quien ser amada, pues basta con desear ser penetrada para dejar a un lado la moral y lo que la sociedad considera como normal, pues de lo inimaginable puede surgir la escena más excitante, dulce y estimulante.

Bien dicen que el amor todo lo puede, y es así como el amor que siento por Leo encontró justificación y un poco de razón, pues aunque no somos de la mismas especie, cuando nos conocimos el destino nos dijo que podíamos ser almas gemelas sin importar nuestras apariencias, invitándonos a descubrir juntos la pasión y el deseo de consumar tarde o temprano nuestro amor, ese amor único, especial e irracional, que hasta hoy nos ha brindado tanta dicha y felicidad, pues cuando estoy a su lado me haces sentirme dichosa y completa.

Sé que tarde o temprano haremos el amor y que algunas veces sólo tendremos sexo por diversión,  pero mientras eso pasa, la sola idea de que pueda amarme pone a mil mi corazón, sin que pueda evitar que el remordimiento ataca inmediatamente a mi razón, aunque debo confesar que basta echar andar mi mente y visualizar a Leo intentando montar mi cuerpo para producirme gran excitación y bloquear con ello a la razón, pues la sola idea de pensarme sujeta por Leo, sometida y sin ninguna salida hace que me humedezca sin medida al imaginar los segundos que le tomara a su pene encontrar la entrada de mi vagina, entregándome así a su amor con la sola promesa de que alcancemos un nivel más alto de compenetración en nuestra relación  al quedar anudados uno del otro sellando así nuestro amor, recibiendo con dulzura en mi vientre su semilla producto de nuestra pasión.

Solo espero el día en que tengamos el valor de entregarnos a este amor, sin prisas y convencidos en que será lo mejor que pueda pasarnos en nuestras vidas.

Con Cariño San…

Dije…