La sobrina Verónica
Era una jovencita, pero muy hermosa, desde que la ví, deseé estar con ella, y me dió la sorpresa.
La sobrina Verónica
Conocí a Verónica en una reunión familiar, hace unos años, era sobrina de quien era la esposa de un primo. Yo ya era casado, y ella apenas tenía dieciséis, pero su cuerpo aparentaba más edad. Es blanca, pelo rubio y cortito, ojos verdes, y muy coqueta. Mi mujer notó que me había cautivado su belleza, Verónica también. Cuando nos presentaron ella sin titubear me saludó de beso, aspiré su aroma de niña y me reproché el desearla, pues yo ya rondaba los treinta.
El primo, o sea su tío político, siempre fue de fiestas, y me tomaba de excusa para andar de parranda. Una ocasión llegó a mi oficina y nos fuimos a un salón de baile, no duramos mucho y como iba en su coche, se dirigió a su casa, su mujer no esperaba que yo llegara con él. Ella ya estaba acostada, así que saludé desde la sala, y esperé que el primo saliera de la recámara. De repente escuché mi nombre, el primo me hablaba para que pasara a saludar bien a su esposa, pensé que estaba presentable pero no, traía una playera holgada, y un calzón que se ajustaba a su trasero, estaba acostada boca abajo, no había visto a Verónica que estaba sentada en un sillón casi detrás de la puerta, vestida igual que su tía, pero el calzón de Verónica era un bikini, que después vi bien, tenía un dibujo de la famosa "fresita", Hice como si me pareciera normal la situación y pasé para saludarlas de beso. La esposa del primo se estiró y pude admirar sus ricas nalgas, cuando me dirigí a la sobrina bonita, se cubrió su parte, pero se estiró para darme el beso en la mejilla. Ahí platicamos de cosas triviales, mientras el primo acariciaba las nalgas de su esposa y me preguntaba si estaba buena, yo sabía que decir, pero no lo hice, su esposa solo sonreía, Verónica me observaba.
El primo se paró para buscar aguas minerales y hielo para preparar bebidas, quise acompañarlo pero no dejó que me molestara, escuché que gritó que no había aguas minerales, y en eso su esposa se levantó para ponerse algo y acompañarlo a la tienda y traer lo que necesitábamos. Cuando se paró, no pude dejar de ver su trasero que se balanceaba con su caminar, el calzón se metía en sus nalgas y ella mientras caminaba se lo acomodaba. Estaba distraído viendo sus nalgas que no me di cuenta que Verónica sonreía pícara, cuando la vi, tragué saliva no sabía que decir.
Ellos se fueron a la tienda, yo me levanté para ir a la sala, aunque me moría de ganas por quedarme para platicar y ver las piernas de Verónica, me contuve y salí del cuarto.
Quise encender el televisor pero no encontraba el control remoto, Verónica salió y se dirigía a la cocina, con voz cortada le pregunté si lo había visto y sin decir nada se acercó a mí, se inclinó y buscó entre el respaldo y el asiento del sofá que estaba a mi lado, la visión era fabulosa, sus nalgas más pequeñas que las de su tía pero igual de ricas, tan blancas que se adivinaban sus venas. Y dije entre dientes;
--¡DIOS MÍO, QUE TRASERO!. Como no escuchó bien lo que dije, preguntó que qué pasaba, y si descaro respondí;
--¡PERDÓNAME VERO, PERO ESTAS BELLÍCIMA, Y TU, Y TU..!
--¿Y MI QUÉ?. dijo muy coqueta.
--¡NO, OLVÍDALO, NO HE DICHO NADA!.
--¡NO, SÍ ALGO DIJISTE, DÍMELO!.y me arriesgué contestando;
--¡PUES, TU TRASERO, ES HERMOSO, MUY HERMOSO!.
--¡JAJAJAJA, ME GUSTA VERTE NERVIOSO!.
--¿NERVIOSO, YO NERVIOSO?.
--¡SÍ MANNY, ESTAS NERVIOSO!.
--¡CLARO QUE LO ESTOY, VER ESE RICO TRASERO Y SIN PODER HACER NADA, SI, ESTOY NERVIOSO!.
--¿Y QUIÉN DIJO QUE NO PODÍAS HACER NADA?.Me sorprendió la respuesta, y me quedé sin habla.--¡OYEEE, TE HABLO!, ¿ESCUCHASTE LO QUE DIJE?.
--¡EH, ESTE SÍ!, ENTONCES, ¿PUEDO HACER ALGO?.
--¡SOLO LO QUE YO PIDA QUE HAGAS, Y TE DETIENES CUNDO TE LO PIDA!, ¿ESTA BIEN?.
--¡LO QUE TU QUIERAS VERO, ESO HARÉ!.
--¡POR LO PRONTO, TÓCAME!. Y para estar seguro pregunté;
--¡QUÉ QUIERES QUE TE TOQUE?.
--¡POR LO PRONTO MIS NALGAS!. Me dijo mientras se puso a mi lado, colocando sus rodillas en el sofá y volteando a la pared. Cuando las toqué, estaban tibias, las acaricié sin prisa, ansiaba abrirlas y tocar su ano, pero no quería asustarla, la hermosa cara de Verónica, reflejaba placer, me atreví a bajar su bikini creyendo que se molestaría, contrario a lo que esperaba, gimió y movía su cintura, tenía los ojos cerrados y mordía sus labios. Con mi mano la incliné un poco más, su bikini quedó en sus rodillas, me coloqué detrás de ella y me hinqué, seguí acariciando son delicadeza su trasero, que olía delicioso, abrí un poco sus piernas y alcancé a ver que su rajita brillaba, pasé mi mano por ahí y escuché un suspiro, acerqué mi cara y aspiré sus nalgas, las besé y lamí, con mi cara las abrí y pasé mi lengua por su culo rosado, la sensación de sentir su esfínter en mi lengua, la recuerdo bien, era un culito muy apretado, limpio, se contraía al sentir mi lengua jugando en él. Ella se olvidó de darme indicaciones, y como soy hombre de tomar iniciativa, usé mis dedos para jugar con sus labios vaginales, sus jugos salían de manera exagerada, pasó su pierna izquierda sobre mi cabeza y la colocó en mi hombro derecho, sabía lo que quería y seguí acariciando su vagina, busqué su clítoris pero todavía no lo exploraba, esperaba el momento apropiado para hacerlo, y luego pasé mi lengua por sus labios, Jugué con sus paredes vaginales y la sorprendí cuando mi lengua succionó su clítoris, ella empezó a perder el control y apretó mi cabeza a su parte, mi cara estaba muy húmeda de sus jugos deliciosos, mi verga estaba a cien, deseaba cogerla pero no sabía si sucedería. Colocó la otra pierna en mi otro hombro, y quedé atrapado en su panocha que exigía ser manipulada, levanté mi mano para acariciar sus tetas pequeñas, quise adivinar el color y forma de sus pezones, no podía verlos porque estaba ocupado mamando su virgen panocha, pero supuse en ese momento que eran rosados como su culo apretado. Como nunca recibí ninguna indicación, decidí aumentar su placer poniendo un dedo previamente lubricado con sus jugos en su ano, cuando lo sintió, dio un reparo, alzó sus nalgas como evitando mi dedo, volvió a la misma posición y altura, y de nuevo pasé mi dedo por su raja para lubricarlo, y otra vez a su culo, ya no se quitó, mi dedo intentaba penetrar el ano, pero era casi imposible, delicadamente para no lastimarla insistí, sus movimientos circulares permitieron que mi dedo entrara poco a poco, aunque no todo, lo suficiente para provocarle un orgasmo intenso, quise ver su rostro de lujuria pero estaba mordiendo un cojín para no dejar escapar sus gritos. Cuando terminó de venirse, pensé que ya había sido todo, mi verga estaba a punto de reventar, pero no quise presionarla, pero intenté frotándome el pene sobre mi pantalón. Entre jadeos me pidió que la disculpara, pero era virgen pero no quería dejarme así, y me masturbaría, hubiera querido cogérmela pero me conformé con recibir un relax manual, bajé mi pantalón y trusas hasta las rodillas para que también tomara en cuenta mis huevos, tomó mi verga que chorreaba de líquido seminal, con su mano derecha, momentos después la otra mano acariciaba mis bolas que se contraían de placer, empezó a darme una rica puñeta mientras miraba mi cara, acaricié su nuca con el deseo de que mamara mi verga, Verónica se hincó en el suelo delante de mi verga, jalaba con fuerza y acariciaba mi pecho velludo, noté que lo admiraba sin atreverse a besarlo, a lo lejos escuché el motor de un coche, supe que tenía que apresurarme, ella también lo escuchó;
--¡YA VIENEN MANNY, VENTE YA!.
--¡AHH, VERO, ACELERA MAMITA!.
--¡YA ME DUELE LA MANO, VENTEEE!. Yo estaba a punto de venirme pero no perdía nada con sugerirle que mamar mi verga.
--¡NECESITO MÁS QUE TU MANO CHIQUITA!.No terminé de decir esto cuando abrió su boca y mi verga entro en esa cavidad caliente, apenas iba a mamar cuando mi leche salió disparada, tomé su cabeza con mis manos para que no se quitara, y resultó, lo que cayó en su boca tuvo que tragárselo, el resto bañó su cara, era la primera vez que probaba semen y quiso vomitar, si lo hacía se iba a delatar, pero tapé su nariz hasta que logró tragarse toda mi leche. Rápido se levantó y subiéndose el bikini, se dirigió al baño, supo que no tenía tiempo y regresó a la recámara donde estaba con su tía.
Yo estaba feliz, relajado y satisfecho de haberla complacido y provocar lo que me dijo, "su primer orgasmo en la boca de un hombre".
Cuando los primos llegaron, seguimos la tomada, Verónica veía televisión, escuchábamos que tosía, yo sabía lo que provocaba su tos, luego de un rato, pasó al baño y nos acompañó a la platica.
Cuando el primo me llevó a la casa, me preguntó que qué tal la había pasado con su sobrina, me hice el sorprendido y quise negar lo acontecido, pero respondió que no me creía, pero que no importaba si no quería decir algo. Así lo dejamos y nos olvidamos del asunto. Nunca supe que tramaba el primo, pero su esposa empezó a llamar a mi oficina, al principio todo normal, luego, inesperadamente me pidió que la acompañara a un concierto musical, su marido salía de la ciudad y se sentía aburrida, nos fuimos al concierto repleto de gente, creía que nadie sabía de lo sucedido con la esposa del primo, pero éste insistió en coger con mi secretaria, que era mi amante, diciéndome que no me pedía a mi mujer porque era su prima de sangre, si no también le daba, pero como me había acostado con su mujer, le permitiera hacer el intento con Mayra, mi secretaria y amante. Se lo permití creyendo que ésta no iba a caer, pero no contaba con la astucia del primo, que sin recato le enseñó su verga, que reconozco, es enorme, y Mayra, aunque siempre lo negó, cogió con él, no me importó tanto, ya que con ella pagué el haberme cogido a su mujer, que por cierto ya se divorciaron y sin que la familia sepa, recibo sus visitas de vez en cuando.