La situación más inesperada (II)

Otro encuentro entre Dani, Alex y su juguete favorito.

Habían pasado meses desde la última vez que follé con Dani y nuestras quedadas eran muy esporádicas ya que seguíamos teniendo horarios de trabajo muy diferentes.

Aquella semana la cosa cambiaba, mis padres se iban cuatro días de vacaciones y no iba a desperdiciar la ocasión de follar en una cama. No tenía problemas con hacerlo en el

coche

pero tenía ganas de volver a follar en un colchón, echaba de menos la comodidad.

Le escribí y le propuse venir a casa, podía venir a cenar si le apetecía e incluso quedarse a dormir si luego le daba pereza irse a casa. Él estaba de

acuerdo

pero justamente el único día que podía por la noche era el único día que yo había hecho planes para cenar con unos amigos. ¿Podía tener peor suerte?

  • A malas podemos quedar en nuestros

descansos

pero tendremos poco tiempo.

M

e dijo.

Ambos teníamos turnos partidos, de 14h a 17h su descanso y de 16h a 19h el mío. La verdad que una hora no era mucho tiempo teniendo en cuenta que tenía que salir del trabajo, ir a casa y mínimo pegarme una ducha, él tenía que venir, nos teníamos que poner en faena y luego se tenía que ir a tiempo al trabajo.

Iba a estar demasiado

justo

pero oye, un polvo por rápido que sea jamás se desprecia.

Acordamos el día y le dije que le avisaría cuando llegase a casa y me metiese en la ducha para que el fuese viniendo, aceptó.

El día que quedamos fue todo bien, llegué al trabajo, me puse a hacer mis tareas lo más rápido posible y poder pararme a mi hora. Se me debía notar el ansía pues mi jefe me pidió si tenía prisas.

+

Bueno, la verdad es que un poco, justo he quedado con un amigo al salir para tomar

algo

pero el vuelve al trabajo a las 17h.

  • Mira, te debo media hora, si quieres salte cógetela y así no vas tan

justo .

Me había salvado, o sea, esos 30m me valían oro ese día.

A

las 15:30 bajé corriendo al vestuario, y mientras me ponía la ropa de calle llamé un taxi para que me viniese a buscar al trabajo. Aproveche también y le env

un audio diciéndole que había conseguido salir media hora antes así que tendríamos un poco más de tiempo, que le avisaría al entrar en la ducha como habíamos acordado.

  • Vale, pero oye Alex espérame desnudo y así vamos más rápido al lío.

Esa petición hizo que me empalmara al instante, definitivamente follar con Dani me encantaba.

Llegué a casa y le avisé de que me metía ducha y que podía ir viniendo. Mientras me duchaba, intentando no pajearme, se me ocurrió darle una sorpresa, quizás le molara ya había usado esa treta con otro chico y se había vuelto loco.

Salí de la ducha, me sequé y fui a mi cuarto, abrí el armario y cogí la caja donde guardaba mis juguetes. Saqué el consolador nuevo, uno con ventosa, color carne y con venas, la verdad que el tamaño estaba muy bien.

Me puse el

jockstrap

, me eche lubricante en los dedos me los pase por la entrada del ano, por el consolador y procedí a metérmelo. Entró tremendamente fácil. Me puse a caminar con el dentro para ver si aguantaba y que maravilla de sensación, no la recordaba tan alucinante.

No llevaba ni dos minutos con el puesto cuando llamaron a la puerta.

-

¡Alex soy yo!

  • Me volví a empalmar.

+

¡

Vooooooy

!

  • Fui con demasiado entusiasmo a la puerta y el consolador se me medio salió. Me lo volví a colocar y abrí la puerta echándome para atrás para que no se me viese desde fuera.

+

Rápido pasa, que no me vean los vecinos.

Una vez hubo entrado y tenía la puerta cerrada me giré para darle un abrazo.

  • Joder Alex,

si

que me has esperado preparado.

  • Me dijo cuando nos separamos del abrazo mirándome de arriba a abajo con una sonrisa lasciva en la cara.

+

Hombre, soy un chico obediente

  • dije pasándome las manos por el torso y el abdomen -

tú mandas y yo obedezco.

  • Bueno

  • dijo acercándose a

mi

y acariciando mi erección por encima de la tela del

jockstrap

-

te había dicho desnudo.

  • Es que tengo una sorpresa para ti

  • susurré mientras le cogí la camiseta y me acercaba a besarle.

-

Eso me gusta, me gusta mucho

  • dijo acariciándome el culo y por poco tocando la parte que me sobresalía del consolador.

Casi me jodía la sorpresa. Me las ingenié para llevarle delante mío a mi habitación.

Le empujé a la cama y le dejé sentado mientras me alejaba un par de pasos para que me pudiese observar bien. Mi polla, dura que casi iba a reventar, se marcaba en el suspensorio y donde estaba la punta se empezaba a advertir una mancha de

precum

.

-

Bueno, ¿cuál es la sorpresa?

  • preguntó mientras se echaba atrás y se apoyaba en sus codos -

la verdad es que tengo hambre de ti y ya tengo ganas de follarte.

+

Ahhhh

-respondí mientras me acariciaba la polla por encima de la tela con una mano y con la otra me acariciaba un pezón -

todo a su tiempo amigo mío, ¿por qué no disfrutas un poco de las vistas?

  • ¡Porque no tengo aguante ahora mismo!

  • exclamó mientras se incorporaba y me atraía hacia él.

Me senté en su regazo, de frente, con las rodillas apoyadas en el colchón mientras nos besábamos. Él me atraía hacia si mientras me clavaba las uñas en la espalda, yo le acariciaba y estiraba del pelo.

-

Me vuelves loco Dani

  • susurre mientras nos separábamos para tomar aire -

qué ganas

tenía

de follar contigo.

Le separé un poco mientras él sonreía y le quité la camiseta.

Se volvió a pegar a

mi

y volvió a besarme.

  • Quiero ver la sorpresa

  • dijo mientras me estiraba del pelo, me echaba la cabeza atrás y me besaba el cuello y el pecho. -

la quiero ver ahora.

El

precum

bañaba mi suspensorio cuando me levanté.

  • A tus órdenes.

  • dije llevándome la mano a la cabeza para imitar un saludo militar.

Me puse frente a él, y empecé a recorrer mi cuerpo con las manos, torso, abdomen, brazos, polla. Entonces poco a poco me fui girando. Empecé a acariciar mis glúteos, les di un par de palmadas y me giré para ver su cara, se le empezaban a poner los ojos como platos. Me fui inclinando hacia adelante y fui abriendo mis cachetes.

  • ¡Joder Alex! ¿Qué cojones...?

Me atrajo hacia él y me empujó para que me volviese a inclinar hacia delante.

Sus manos empezaron a recorrer mi espalda y mi culo, abría mis nalgas y las golpeaba. Se deleitaba mirando.

-

¿Llevas eso todo el rato dentro

?

+

Desde que me he terminado de duchar, pensé que te gustaría

.

-

Y tanto que me gusta

  • respondió mientras cogía el consolador y lo empezaba a sacar poco a poco provocándome un gemido -

me encanta.

  • Entonces disfruta, es el regalo por el reencuentro

.

Se

rió

y me pego una cachetada. Me volvió a meter el consolador mientras lo giraba poco a poco.

Cuando hubo jugado un rato me giré para arrodillarme entre sus piernas. Le empecé a acariciar el torso mientras le plantaba besos en el mismo hasta llegar a su cinturón, él no perdía detalle. Le desabroché el cinturón sin parar de mirarle, con una mano le abría el pantalón mientras con la otra le acariciaba el abdomen. Una vez abierto el pantalón le quite los zapatos sin perder de vista el bulto de su entrepierna. Estiré los pantalones y le dejé en

bóxers

. La polla se le marcaba en la ropa interior, dura a más no poder. Me acerqué a sus calzoncillos y restregué mi nariz contra su polla hasta llegar a la punta, saqué la lengua y la pasé por ahí, plantando besos y chupando. Después de escuchar un par de suspiros suyos y de ver cómo agarraba las sábanas le bajé el bóxer para no hacerle sufrir más y liberé su miembro.

Era una polla que no me cansaba de ver, me encantaba.

Se la cogí y empecé a masturbarle ligeramente mientras le daba besos por los muslos y se los acariciaba con la mano que tenía libre. Se le ponía la carne de gallina. Seguí besando hasta acercarme a su entrepierna donde agarré lo huevos y los empecé a masajear mientras acercaba mi boca a su polla. Le miré a los ojos mientras soplaba un poco la punta y cuando él me sonrió empecé a chupársela.

Le estuve trabajando la polla un buen rato. Se la chupé a conciencia, le masturbaba, se la lamía, me la tragaba todo lo que podía y le volvía a masturbar. A ratos me dedicaba a trabajar sus huevos, chapándolos y

masajeándolos

. En cierto momento cargué sus piernas en mis hombros, le alcé los huevos y le pasé la lengua por el

periné

recibiendo a cambio una exclamación acompañada de un gemido. Seguí un poco más en esa zona antes de volver a dedicarme por completo a su polla, haciéndolo como sabía que le gustaba.

Al cabo de un rato bajo sus piernas de mis hombros, se incorporó y me estiro de los brazos para volver a tumbarse dejándome encima suyo. Nos besábamos con ganas, con deseo; girábamos el uno sobre el otro y sus manos no dejaban de recorrer mi cuerpo. Un escalofrío me recorrió la espalda haciéndome hundir la cabeza en su cuello mientras me volvía a sacar y meter el consolador, hundiéndolo de golpe y haciéndolo girar en mi interior mientras me mordía el hombro.

Al cabo de un rato me lo sacó, lo tiró en la cama y me volvió a besar.

-

Ven, siéntate en mi cara, quiero comerte el culo. -

me susurró entre beso y beso.

Sonriendo y deseando

sentir  su

lengua

me

apoyé las rodillas en el colchón, coloqué las manos al lado de su cintura y dejé mi culo a la altura de su cara. Él por su parte me cogió las nalgas e inmediatamente hundió la cara entre ellas aspirando mi olor.

-

Me encanta tu olor -

dijo mientras volvía a olerme.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando

apretó su

lengua contra mi entrada haciendo que apretara las sabanas con las manos.

Empezó a trabajar esa zona, con lametazos lentos ya apretando la lengua, mientras me acariciaba las

nalgas,

pero poco a poco fue aumentando el ritmo haciéndome arquear la espalda. Los suspiros se me escapaban y sus gruñidos quedaban ahogados en mi culo.

Al poco me agaché y me dediqué a su polla la cual tenía al alcance perfecto. Y así estuvimos haciendo un sesenta y nueve durante un rato. Él comiéndome él culo y yo a él la polla, deleitándonos cada uno en lo nuestro gozando y

haciéndonos

gozar.

Yo le pajeaba, acariciaba y chupaba sus huevos mientras el movía su cintura para follarme la boca haciendo que me tragara entero ese rabo que en un rato iba a estar reventándome el culo; la saliva me resbalaba de la boca, caía por todo su miembro dejándolo empapado, digno de una

película

porno.

Él por su parte alternaba su lenga con dedos salvajes que me introducía en el ano. Apretaba la lengua y me la introducía, lamía alrededor de mi esfínter, me daba cachetes en las nalgas y las magreaba. A veces, metía dos dedos y los estiraba abriendo mi entrada para introducir mi lengua.

Habíamos entrado ambos en un frenesí en el que los que nos hacía el otro nos volvía locos.

  • ¡Para, para, para! Si sigues me voy a correr ahora no quiero. Ven aquí. -me dijo.

Me dio un último mordisco, le chupé una última vez la polla para dejársela limpia y me tumbé a su lado mientras me rodeaba con su brazo y me besaba. Poco a poco mientras no liábamos se iba poniendo encima mío y lo le iba rodeando con mis piernas.

Le iba acariciando la espalda y el culo, le cogía de

él

y se lo apretaba haciendo que se juntase conmigo, nuestras pollas chocaban y se frotaban.

Él me cogí del pelo echándome atrás la cabeza mientras recorría mi mandíbula y mi cuello a besos, susurrándome las ganas que tenía de lo que estábamos haciendo, moviendo sus caderas arriba y abajo.

-Quiero

correrme

dentro de ti Alex – me susurró - Quiero preñarte, quiero llenarte porque estoy que reviento.

Dejé escapar un gemido mientras le atraía hacia mí para besarle con ganas una vez más antes de pedirle que me follara.

  • Fóllame Dani, fóllame ya.

Métemela

– le suplique mientras me frotaba contra él.

Fue dicho y hecho.

Se incorporó y cogió mis piernas pegándolas contra mi cuerpo, se

ecupió

en la polla, la

guió

hacía mi culo, se inclinó sobre

mi

y me ensartó de una.

Entre lo que me había dilatado el culo y que aun la tenía húmeda de mi mamada entró

fácil

, pero no por ello deje de sentir esa intrusión que

tanto

deseaba.

De la impresión arqueé la espalda y cerré los ojos mientras gemía y le clavaba las uñas en la espalda provocándole un gruñido de queja.

Se quedó quiero hasta que abrí los ojos y me dijo:

-

Pídeme

que te folle, pídemelo

por favor

.

  • Sí, fóllame, fóllame fuerte.

Métemela

entera.

-Por favor,

pídemelo

por favor –

insistió

.

  • Por favor Dani, fóllame y lléname de leche. - supliqué recuperándome todavía de la embestida.

Una sonrisa le iluminó la cara antes de besarme. Mientras sentí como su polla prácticamente salía entera de mi

culo para

volver a clavarse de una estocada. Mi gemido quedo ahogado por su beso.

Y así empezó un follarme fuerte, sin prisa, profundo.

La mayoría de mis gemido a penas se escuchaban porque me

besaba

pero en algunas embestidas, sobre todo en las que sacaba la polla del todo me miraba para ver la expresión de mi cara.

No

se

cuánto tiempo estuvimos así hasta que se incorporó y me puso las piernas alrededor de su cintura, me cogió la polla y empezó a masturbarme mientras me follaba, ahora cada vez

más

rápido

.

Entre la follada y la paja yo ya no aguantaba más y quería correrme. Adivinándolo por la expresión de mi cara me dijo:

-Todavía no, quiero que nos corramos juntos.

+Pues no se si voy a

aguantar

Dani, estoy a punto.

-Yo

también

, solamente aguanta un poco.

Empezó a follarme todavía más rápido provocando que ahora gimiese a voz tendida mientras él me seguía masturbando y se mordía el labio con fuerza. Su expresión era de disfrute máximo y me encantaba. Yo apoyaba mis manos en el abdomen, justo encima de mi polla mientras arqueaba la espalda, no aguantaba más.

Justo cuando empecé a correrme en su mano

salpicándome

el abdomen y el pecho empecé a sentir algo caliente que me llenaba por dentro.

Ambos empezamos a jadear mientras el me seguía masturbando y empujaba todavía más la polla en mi interior.

Cuando ambos dejamos de corrernos yo empecé a restregar el semen de mi pecho y abdomen mientras le miraba. Mientras miraba esa cara de vicio. Él seguía dentro de mí y pajeándome.

Al poco salió y de dejo caer encima a mi lado, besándome mientras mi interior empezaba vaciarse. Se acercó y empezó a pasar su lengua por mi cuerpo saboreando mi semen mientras me metía dos dedos por el culo y empezaba a girarlos acompañados de un mete saca suave.

Yo estaba con los ojos cerrados debido al cansancio y me estaba costumbrando a sus dedos cuando sentí que salían de mí, dejándome otra vez vacío. Abrí los ojos al notar un movimiento al lado de mi cabeza y me encontré su polla, aún morcillona y llena de semen, delante de mi cara. Alcé la cara y le miré para encontrarme una cara roja, sudorosa y sonriente.

-Chúpamela – me pidió

acariciándome

la cabeza- déjala limpia.

Estiré mi brazo para cogerla y me la llevé a la boca, saboreando su semen, aún caliente. Había otro sabor, el de mi culo. Se la chupé lento, pero bien hasta que me la metí en la boca y empecé a hacerle una pequeña mamada. Le miré y vi

cómo

se humedecía el labio.

Cuando hube acabado me la empecé a restregar por la cara. Él se

rió

, me estiro de los brazos para ponerme de rodillas delante suyo y me abrazó dándome un beso largo y suave mientras sus manos bajaban a mi culo, el cual separo

haciendo

que saliese

más

semen de mi interior.

-Menuda follada, la espera ha valido la pena y la sorpresa me ha encantado – me dijo entre beso y beso.

  • Pero apenas disfrutado el regalo, tenías tantas ganas de follarme que no hemos gozado con él. - me queje poniendo voz y cara de pena.

-Bueno, -susurro tumbándome y poniéndose encima mío de nuevo – mi polla aún no se ha recuperado, pero el consolador si podemos usarlo si todavía tienes ganas de que te llene el culo.

Le bastó una sonrisa por mi parte para estirarse a coger el consolador y llevárselo a la boca.

Estuvo un rato chupándolo, arrodillado entre mis piernas mientras nos

mirábamos.

Yo tenía las menos detrás de mi cabeza, preparándome para volver a disfrutar cuando dirigió esa tremenda polla de platico a mi entrada. Me miró a los ojos una última vez antes de empezar a metérmela poco a poco.

Tenía tan sensible el culo que un gemido se me volvió a escapar mientras me agarraba del pelo.

Definitivamente me encantaba follar con Dani.