La sirvienta (3)

Siguen las aventuras de Esperanza con su amo Víctor.

La sirvienta 3

Esperanza se fue a preparar la comida para su amo. Acababa de correrse pero seguía excitada. La situación no era para menos.

Estaba en la cocina completamente desnuda, solo con el mandil puesto para no quemarse.

Esperanza decidió satisfacer a su amo tanto como le fuera posible de manera que le preparó un suculento festín.

Víctor estaba muy contento con su adquisición y deseaba poder compartir su alegría con sus amigos de manera que decidió preparar una reunión para el fin de semana.

Se irían a la casa que tiene en el pueblo para descansar y reunirse con sus amigos de siempre.

A ver como reaccionaba Esperanza.

Esperanza puso la mesa y fue a llamar a su amo.

Le sirvió la comida y se quedó detrás de él mientras comía para atenderle en todo lo que pudiera necesitar.

Víctor hizo como que no la veía durante toda la comida. Pero le satisfacía su obediencia y disposición.

Le sirvió los postres, fresas con nata, y se le ocurrió una travesura.

Esperanza, siéntate encima de la mesa delante de mí.

Ella lo hizo sin rechistar

Retiro los platos y se sentó.

Ábrete de piernas.

No entendía nada, pero obedeció.

Víctor agarró el tarro con las fresas y cogiendo una con nata le untó los pezones con ella.

Después se comió la fresa.

Cogió una segunda y la deslizó por su vientre.

Cuando llegó a su conejo, le introdujo la fresa dentro y después se la comió.

Así hasta que se terminó su ración.

Esperanza estaba tremendamente caliente.

Aquel juego era casi insoportable.

Cuando hubo terminado se levantó de la silla y se fue al baño a lavarse.

Dejó a Esperanza sentada en la mesa. No sabia que debía hacer de manera que no se movió.

Cuando terminó de lavarse regresó al comedor y le dijo:

Ve y lávate, pero ni se te ocurra correrte. Cuando te hayas lavado recoge todo y ven a verme al despacho.

Esperanza así lo hizo.

Se dirigió al baño y se aseó tan bien como supo.

Lo peor fue resistir la tentación de no correrse, estaba tan caliente que no podía pensar en nada más.

Después recogió todo y lo dejó todo impecable. Cuando hubo terminado ya eran las cuatro de la tarde y se fue a ver que se le ofrecía a su amo que ella pudiera satisfacer.

¿Terminaste?

Sí mi amo

Está bien. Siéntate. Veras mañana tengo pensado ir al pueblo a pasar el fin de semana y quiero organizar una reunión con mis amigos, serán unas 5 personas de manera que quiero que vayas a comprar todo lo que puedas necesitar. Pasaran todo un día con nosotros. Cuando lo tengas todo listo haz las maletas que mañana nos marchamos pronto. Cuando termines ven a verme.

Esperanza salió a comprar y regresó cargada de todo. No sabia lo que podía necesitar de manera que compro un poco de cada para estar prevenida. Luego hizo la maleta y se fue a ver a su amo.

Ya lo tengo todo listo para mañana, ¿ desea algo más mi amo?

Por el momento no. Prepara la cena y vete a la cama, a mi cama. Espérame despierta, tenemos algo pendiente.

Víctor comió y se fue a ver la tele un rato. Quería hacerla sufrir. A las dos horas fue hacia la habitación.

Esperanza estaba tendida sobre la cama, completamente desnuda y naturalmente despierta. Su amo así lo quería.

Víctor muy satisfecho, decidió premiarla.

Ponte en cuatro que te voy a follar ese culo que tienes.

Nadie me lo hizo antes, por favor ten cuidado.

Tranquila, veras como te acostumbras pronto.

La calentura de Víctor iba en aumento, le iba a reventar el culito.

Le metió primero un dedo y no le costo mucho, por lo tanto le metió dos. Aquello empezaba a doler pero pronto la escuchó jadear mientras la follaba con la mano. Era el momento, quitó sus dedos y se la metió toda dentro sin vacilar.

Esperanza soltó un grito de dolor y contrajo los músculos del ano.

Era una delicia sentirla tan aprisionada, pero se quedó quieto esperando que Esperanza se relajara un poco. La acarició la espalda y sus pechos y metió un dedo en su conejito. Esperanza estaba muy caliente pero sentía dolor. La combinación era terrible, no sabia muy bien como describirlo, pero decidió relajarse y dejar que su amo la poseyera como él quisiera. Cuando Víctor noto que se relajaba empezó a bombear.

La reacción fue inmediata Esperanza empezó a jadear y pronto a retorcerse por el tremendo orgasmo que estaba teniendo.

Víctor no podía aguantar mucho más.

Salió de su culo y le ordenó que se diera la vuelta.

Ella así lo hizo y el se corrió en su cara y pechos.

Ahora te vas a dormir así. No quiero que te laves. Quiero que me sientas toda la noche. Mañana a las 6 de la mañana me vienes a despertar.