La sirena
Ella no sabía lo que significaba en su vida, después de más de 10 años sin verse cambiaría todo.
Fue una tarde lluviosa cuando el hastio y el aburrimiento me llevaron a entrar en una pagina de internet de escritores, en el cual habia un chat de lectores, ahi comenzo nuestra conversacion. Platicamos acerca de nuestros gustos, autores, una cosa llevo a la otra y quedamos en una hora cada dia para platicar. El tiempo se hacia interminable mientras estaba frente a la computadora esperando tus respuestas; soñaba con conocerte en persona.
No recuerdo cuanto tiempo paso para que decidieras venir a mi ciudad a conocerme, quedamos en un lugar a una hora. Ya me habia creado un a figura, cuando por fin te vi eras todoo lo contrario; esa figura tuya, tus cabello chino y largo. Ese abrazo calido infinito fue fabuloso, platicamos de todo y nada. Salimos por la noche, pero no fue nuestro mejor encuentro. Lo nuestro no era estar fisicamente sino a la distancia.
Tu partiste y seguimos en contacto, por años fuimos confidentes de todo. Nuestros encuentros amorosos, desamores, deseos, y nosotros cuando sasciariamos nuestras ganas. Fue casi mas de 10 años en un viaje que hice a la ciudad donde radicas que decidimos vernos. Esta vez sin censura. Estaba dispuesta a despojarme de todo pudor y dejarme llevar por el deseo carnal, ese que inspirabas.
Recuerdo estar en el lobby del hotel esperandote, vi como te bajaste de tu coche; ya tus chinos estaban cortos. Tu persoalidad unica como la recordaba, yo temblaba. Volvi a perderme en ese abrazo que me remonto a ese primer encuentro, la piel se me erizo por completo. Me preguntaste que queria cenar, te dije que queria cenarte.
Habiamos esperado tanto ese momento, por un segundo el silencio en tu coche me dio temor; angustia. No sabia si despues de tantos años me seguias deseando, si tenias las mismas ganas. Si seguiamos siendo los mismos.
Bajamos en el cuarto del hotel, yo me recoste en la cama para observarte, tu me dijiste que debias mostrarme algo. Desabrochaste tu camisa y ahi majestuosa, imponente vi una sirena en tu brazo. Pregunte: y eso? , dijiste: eres tu. Un balde de agua fria recorrio mi cuerpo, me llevabas tatuada en tu cuerpo.
Te recostaste junto a mi en silencio, me pare y me quite el vestido; me observabas, con un dulce candor me recostaste en la cama y comenzaste lentamente a besarme, desde mis pies, subiendo mis muslos; mi estomago y recorrias con tus manos mi piel. Hasta que llegaste con tu boca a mi centro, deshaciendote de mis pantis con la boca. Tu seguridad arroyadora me cohibia, senti como tu lengua se apodero de mi ser; como entro en mi, como lograba volverme loca hasta venirme en tu boca.
Subiste hasta mi, yo te quite la camisa mientras tu me despojabas del brasier deborandote mis senos, mordiendolos con desespero. tus manos querian aprisionarme y no dejarme ir. Me monte en ti, con ritmo y candencia una y otra vez; me mirabas toda como si quisieras guardar mi imagen en tu alma. Me volvi a venir y tu tomaste la iniciativa tomando mi cabeza hasta tu miembro, para que te lo mamará fuerte; como si quisieras que me lo tragará. Si!!! gemias, asi, asi.
Antes de que te vinieras, me pusiste de perrito y cuando senti tu miembro que ya no podia mas, gritaste con todas tus fuerzas. Una vez terminada la faena nos recostamos, yo boca a bajo y tu por un lado tocabas todo mi cuerpo, no dejaste que volteara; me decias: quiero grabarme tus curvas.
Me invitaste a bañarme contigo, nuevamente me hiciste tuya; despues me tallaste toda, tus manos querian llenarse de mi piel. Llevarse mi olor, cada centimetro de mi cuerpo; llevarme como la sirena tatuada en tu piel.