La separación de Juan y Marta

Cuando nuestros amigos se separaron, cambió todo en nuestras vidas, especialmente despues de unos carnavales picantes.

Después de que Juan y Marta se separaran, la relación continuó con él, mas que nada por que la unión inicial vino de que éramos compañeros de trabajo desde hacia muchos años, y una cosa lleva a la otra, acabando siendo buenos amigos los 4, lo que a pesar de las labores de intermediación que hicimos, no fue posible evitar que se separaran, una separación traumática ya que se debió a que ella le era infiel con otro hombre.

Un año después de todo esto, decidimos mi mujer Ana y yo hacer una escapadita de carnaval a un pueblo de la costa, saldríamos el viernes hasta el domingo, lo habíamos planeado todo, tendríamos los niños con los abuelos, podíamos salir antes del trabajo para no llegar muy tarde. El martes anterior, ya era tarde, Ana y yo estábamos acabando con los últimos detalles del plan cuando llamaron a la puerta, era Juan. No era nada extraño que viniera a aquellas horas, de hecho, nosotros se lo proponíamos para que no se sintiera tan solo, habitualmente le invitábamos a tomar algo, charlábamos un ratito y en un par de horas se iba.

Nos encontró haciendo los preparativos, el nos ayudó proponiendo sitios ya que lo conocía muy bien, el pueblo era cercano a donde acostumbraba a veranear de adolescente, entre charla y explicaciones, Ana le propuso que se apuntara, yo no tenía muchas ganas, pensaba dedicar estos días a reencontrarme con mi mujer, la rutina, el trabajo y los niños habían convertido nuestra relación en rutinaria y quería cortar aquel circulo vicioso y poder disfrutar ambos de dos días de diversión y pasión, pero la propuesta ya estaba echada y como era de suponer, Juan aceptó.

A las cuatro en punto de la tarde ya teníamos el coche cargado, ella en su maleta había colocado todo tipo de ropa sexy, tres tangas y tres sujetadores a juego, una camisa de dormir que se combinaba con una especie de calzón todo ello de color verde pero que transparentaba casi totalmente, una falda cortísima junto a una blusa sin espalda y con un escote de hipo, como ropa para el viaje se puso una falda ancha y cómoda combinada con un jersey blanco de cuello alto. vi que cogió enseguida de que se trataba el fin de semana y estaba encantada, además, su cuerpo lo agradecía, Ana, sin ser espectacular, tenia un cuerpo que era capaz de desviar la mirada de muchos hombres, especialmente cuando aprovechando las vacaciones, se vestía con ropa sexy.

Recogimos a Juan en su casa, teníamos 100 km de carretera por delante y quería llegar antes de las 6, por el camino charlamos de las cosas que podríamos hacer, locales, etc.

El hotel escogido era impresionante, justo delante del mar, en la parte antigua del pueblo y cerca del muelle, todo lo que se puede esperar para un fin de semana, pero nada es perfecto, al ir a registrarnos resulta que entendieron mal, no habían reservado una habitación individual y una doble, si no que habían entendido una habitación para 3, pero dada las fechas, no quedaba nada libre.

Yo no estaba dispuesto a pasar por aquello, por lo que pedí hablar con el director, este, muy amable, me dijo que no podía solucionar el problema por no tener mas habitaciones, pero me dijo que como parecía que la culpa era suya, nos cambiaba la habitación por una de lujo.

Totalmente decepcionado decidimos que era mejor aprovecharlo, la habitación era perfecta, amplia, una cama de dos metros, un sofá espectacular que seria la cama de Juan, una televisión con todos los canales, un cuarto de baño mas grande que la habitación de nuestra casa con un yacutzi que cabían cómodamente 4 personas, el único inconveniente es que no éramos dos si no tres, y para mis planes, Juan sobraba.

Ana se lo tomó mejor que yo, me decía que si las cosas no habían salido como pensábamos, lo peor que podíamos hacer era echarlo todo por la borda, que teníamos que aprovechar los días y posarlo lo mejor posible, Juan, por su parte, no dejaba de decir que lo sentía mucho y que esperaba no incordiarnos demasiado.

Como teníamos que tirar adelante, decidimos llamar a un restaurante para reservar mesa, así lo hicimos, Ana se fue al lavabo a ducharse mientras Juan y yo mirábamos la televisión. Como Ana tardaba en salir y no oía nada, tuve curiosidad por ver que hacia, me levanté, abrí la puerta y estaba en el yacutzi semidormida, el agua tenia espuma, lo que cubría todo su cuerpo por lo que decidí llamar a Juan para que viera como estaba mi mujer, entró, en aquel momento Ana despertó y nos vio, primero se sintió algo incomoda, supongo la sorpresa de estar desnuda en una bañera y nuestro amigo a mi lado viéndola, pero cuando se dio cuenta que la espuma tapaba su cuerpo se calmó y esbozó una picara sonrisa diciendo:

Juan, déjanos solos

Juan, obediente, se fue pero dejo entreabierta la puerta lo suficiente como para poder ver desde fuera, no se si Ana se había percatado. Me desnudé y entre en el yacutzí, Ana, por debajo del agua jugaba con mi polla lo que consiguió que me excitara enseguida, jugué con su clítoris que para facilitarme la labor, abrió inmediatamente las piernas. Como conozco perfectamente su cuerpo, se como hacer que gima de placer con su botoncito, en unos segundos se escapó de su boca los primeros, no tenia ni idea de que hacia Juan ni donde estaba, pero sabia lo que oía, cuando Ana folla, no es precisamente silenciosa, y jugando con su clítoris arranque su primer orgasmo. Ella quiso que la penetrara y yo también, claro. Se colocó encima mío, sus tetas salían del agua y mientras ella subía y bajaba penetrada por mi polla, me comía sus pezones hasta que ambos nos corrimos simultánea y ruidosamente.

Juan tenia que haber oído todo lo que pasaba, además, si se hubiera acercado a la puerta, habría visto las tetas de Ana mientras me follaba, pero no tenia ni idea de si lo había hecho.

Ana me dio un beso comentándome que a pesar de estar Juan, también nos lo podíamos pasar bien.

Me coloqué un batín y salí del lavabo mientras ana se acababa de arreglar, Juan no comentó absolutamente nada, estaba viendo la televisión como si no hubiese pasado nada, me senté a su lado y la conversación giró entorno al partido de fútbol que en aquel momento daban por uno canal de deportes. A los 10 minutos salió Ana, también con un batín y una toalla en el cabello, en la mano llevaba su ropa y la mía que había dejado tirada al desnudarme rápidamente.

Juan nos dejó para irse a duchar, Ana preparó su ropa y yo la mía, ella se puso uno de sus tangas rojos que sabia que era mi preferido, con un sujetador del mismo color y como vestido uno tipo tubo que le ceñía el cuerpo y además era muy corto. Conseguí que se lo pusiera sin sujetador, así alcanzaba la máxima belleza y estaba impresionante. Nos vestimos confiando que Juan no saliera de la ducha, de lo contrario nos hubiese encontrado en pelotas, pero no pasó. Cuando estábamos ya casi apunto, Ana necesitaba un peine que tenía en el lavabo, llamó a la puerta pidiéndole a Juan que se lo diera pero este no lo encontraba y le dijo:

Mira, me doy la vuelta, entras y lo coges, te parece?

Perfecto, entro ya.

Ana abrió la puerta y oí que decía "bonito culo", cogió el peine y salió colorada, resulta que Juan estaba de espaldas pero completamente desnudo lo que le puso algo nerviosa pero también excitada.

Al poco rato salió del lavabo completamente vestido y arreglado, teníamos el tiempo justo para llegar al restaurante, y como no podía ser de otra manera, Ana se colocó todo el rato entre Juan y yo, nos lo pasamos muy bien, risas, bromas, conversación inteligente, un poco de todo. No se me escaparon las miradas furtivas de Juan al escote de Ana, ni como miraba su culo cuando se giraba.

Después de cenar nos dirigimos a un bar musical que Juan nos aconsejó, por la calle, Ana iba abrazada por dos hombres, seguro que era la envidia de mas de uno y una, los tres hacíamos muy buen trío....

El bar que escogió era perfecto, música no muy fuerte, mucha gente, la mayoría disfrazados, buen ambiente lleno de grupos y parejas de nuestra edad. Nos acomodamos en una mesa muy baja, las sillas eran una especie de sillón, Juan se sentó justo delante de Ana y yo a su izquierda, no me extrañó que escogiera aquel sitio, estoy seguro que esperaba con cualquier descuido de ella, verle el tanga, cosa no muy difícil dado lo corto que resultaba el vestido y la posición que exigía aquel sillón.

Aprovechando que Juan se fue al servicio le comenté a Ana las miradas que le hacia y también que mientras fallábamos en la bañera, la puerta estaba entreabierta, me dijo que se había dado cuenta de todo y que cuando se puso encima mío, estaba segura de haber visto una sombra entre la puerta, por lo que lo mas seguro es que nos viera, Todo esto me lo dijo con un tono que me di cuenta que no solo no le desagradaba, si no que le gustaba.

Cuando regresó Juan, ella se levantó para ir al servicio, yo le dije que se sacara el tanga, ella respondió con una sonrisa, pero sin decir ni si ni no, pero al volver me da algo en la mano, su tanga que inmediatamente me puse en el bolsillo. Juan no perdía de vista lo que hacia por lo que se dio cuenta y le dije:

Te gustaría ver lo que me ha dado?

Claro, dijo

Ana enrojeció al momento, pero no se opuso, me puse la mano en el bolsillo y se lo entregué, ahora ya no solo Ana estaba roja, también Juan que al abrir la mano se dio cuenta que tenia allí la única prenda de ropa interior que le quedaba a Ana. Cuando me las quiso devolver le propuse que las guardara el hasta llegar al hotel, se las puso en el bolsillo.

Ahora Juan intentaba más que nunca ver entre las piernas de Ana, pero esta no le daba ninguna facilidad.

Pusieron música lenta bailable, muchas parejas salieron a la pista, a mi nunca me ha gustado bailar, pero a Ana le encanta, ella insistió mucho en que la sacara, sin conseguirlo hasta que se dio por vencida y se lo propuso a Juan que aceptó enseguida. Salieron a la pista, primero Juan no se atrevía a acercarse mucho, pero Ana le dijo algo que hizo que la agarrara, veía como Juan le acariciaba la espalda mientras Ana reposaba su cabeza en su hombro.

Así estuvieron durante largo rato, por lo cerca que estaban, si Juan se empalmaba, Ana tendría que notarlo, y seguro que lo estaba.

Después de acabarnos la consumición decidimos volver al hotel, estábamos cansados, además, al día siguiente nos esperaba un día movido, cabalgata, fiesta...

Entramos en la habitación, yo preparé del minibar algo de bebida, Juan se fue al lavabo para cambiarse, salió con un pijama tipo camisa con unos pantalones cortos, después entré yo y me puse el mío, también tipo camisa pero con pantalones largos, tengo la costumbre de dormir sin calzoncillos y lógicamente no iba a cambiar. Por último entró Ana mientras Juan y yo nos sentamos en el sofá viendo la televisión y saboreando un cubalibre.

Ana tardó en salir, pero al verla quedamos impresionados, ella, siguiendo mis deseos, solo había cogido una camisa de dormir de color verde pero que era muy transparente con un calzón ancho del mismo color, muy tímidamente se acercó, Juan no se creía lo que veía, sus pechos se apreciaban claramente pero la verdad es que nadie se quejó. Yo hice que se sentara en medio de los dos en el sofá y buscamos un canal que hicieran algo que nos gustara, pero con ningún éxito, cuando llegué a un canal porno, decidí tentar la suerte y ni cambiarlo a ver que decían, ni Ana ni Juan dijeron absolutamente nada, es mas, estaban embobados viendo la televisión. Pude observar al poco rato como a Juan algo le crecía entre los pantalones a pesar de que intentaba disimularlo, pero a mi me pasaba lo mismo, y en medio Ana, mirando la película.

Intenté concéntrame, como hacían ellos, pero no dejaba de pensar en la situación, mi mujer medio desnuda entre Juan y yo empalmados y mirando una película porno. Miré de reojo que hacia mi mujer, tenia una mano entre sus piernas, de seguro se apretaba el coño con ella mientras que Juan seguía concentrado y decidí dar movimiento al ambiente. Cuando Ana y yo mirábamos una película de este tipo, primero la dejaba un ratito para que se calentara, después la cogía, ella se acercaba a mi, y poco a poco se iniciaba un juego que acababa en una follada en el sofá, pero estando Juan, no sabia como acabaría aquello.

Pasé el brazo por su cuello, haciendo que se acercara a mi y reposara su cabeza en mi hombro, ella lo hizo igual que cuando estábamos solos, pero para hacer este gesto, acercó mucho sus piernas a las de Juan, que alertado por lo que pasaba, nos miraba mas a nosotros que a la película. Yo, poco a poco, acerqué mi mano a uno de sus pechos, ella no hacia nada para evitarlo, todo lo contrario, se colocaba bien para que pudiera acariciarla, como pidiendo que lo hiciera, Juan ya miraba descaradamente intuyendo lo que podría pasar. Llegué a su pecho y por encima la ropa jugué con su pezón, en esto que se gira hacia mí y con su mirada me pide que no pare, después tiró la cabeza hacia atrás para concentrarse en lo que sentía, mientras que abrió un poco sus piernas y con su mano apretaba el coño por encima el bombacho.

Me incorporé un poco para tener las dos manos libres y acariciar ambos pechos a la vez, ella respondió con leves gemidos y moviendo la cabeza, con la mano que tenia libre la colocó encima de mi polla, la otra la tenía entre sus piernas. Ella quiso tocar mi polla directamente por lo que entró la mano a los pantalones y cogiéndome la polla me la masturbaba, Juan veía todo lo que hacia, Ana se incorporó un poco, me miró con una sonrisa pícara y después hizo lo mismo a Juan, se levantó y haciendo que me abriera de piernas, se colocó entre ellas, se giró hacia Juan con otra sonrisa y me sacó la polla que rápidamente introdujo en la boca haciéndome una de estas chupadas que hacen que se te vaya el mundo de vista. Poco a poco, Juan se acercaba mas a mi para ver de cerca lo que hacia Ana, sin disimulos, se cogió la polla por dentro de los pantalones, Ana, mientras me chupaba la polla le dedicaba continuas miradas a sus ojos y a lo que hacia, pero nadie se atrevía a hacer nada mas.

Muy tímidamente, y mirándome como pidiendo permiso, Ana acerco su mano, sin dejar de chuparme la polla a la pierna de Juan, yo asentí, al notar este el contacto dio un sobresalto, me miró y se dio cuenta que tenia mi consentimiento, Ana continuaba acariciando su pierna subiendo poco a poca hasta alcanzar su polla por encima de l pantalón, pero para nada dejó de chupármela. Después de acariciarle un ratito, decidió entrar su mano por las piernas del pantalón, que al ser corto lo tenia fácil, pude notar exactamente cuando su mano tocó directamente sus huevos y polla, ya que Juan respondió con un gemido.

Yo, viendo todo aquello decidí sacarle la camisa de dormir, Ana facilitó mi labor apartándose un momento, y apareció ante nosotros aquellos pechos sin nada de ropa que se interpusiera en la visión. Ella continuó con lo que hacia, chupar mi polla y tocar la de Juan por dentro de los pantalones, le cogí uno de sus pechos, pero solo uno, insinuando a Juan que se apoderada del otro, este, muy tímidamente y sin saber cual seria la reacción de Ana, se atrevió, y la reacción de Ana fue la que cabía esperar, satisfacción.

Ana quería algo mas, se levantó de entre mis piernas, dejando mi polla al aire y se puso entre las piernas de Juan, bajándole los pantalones, salió una polla algo mas larga que la mía, pero mucho mas gruesa, seguro que Ana lo había notado al tocarle y esto facilitó el que se pusiera caliente, una de sus fantasías es que la follaba un tío con una polla muy gorda y ahora la tenia delante y se la estaba mamando.

Dedicó todos sus sentidos a la polla de Juan, ya que ya no me acariciaba a mi, pero me gustaba ver lo que hacia, y lo que veía es que Juan no aguantaría mucho aquella mamada que le hacia Ana, y así fue, le anunció que se iba a correr, Ana le indicó que se corriera dentro de ella e intensificó la mamada, noté como descargaba en su interior, además, mucho, ella se lo tragaba a pesar de que no pudo evitar que parte se le cayera de los labios. Inmediatamente dejó a Juan y puso mi polla en su boca, con lo excitado que estaba no duré mucho, corriéndome en su boca, en un minuto se había llenado la boca de la leche de dos tíos.

Descansamos unos minutos, Ana no dejaba de besarme, solo llevaba los bombachos, pero me besaba acariciando a Juan, y este tampoco se quedó atrás, la acariciaba y se atrevió a entra la mano en los bombachos, cuando Juan alcanzó el botoncito del clítoris, Ana tubo que interrumpir por un momento el beso, pero continuó besándome mientras Juan jugaba con el coño.

Juan decidió desnudarla por completo, ella facilitaba todo lo que hacia Juan, sin separar nuestros labios, Juan le sacó los bombachos, al fin el veía su desnudez completamente, pero quería un beso, acercó su boca a nosotros y Ana entendió lo que quería, dejándome y comiéndose los labios durante un buen rato.

Ana nos propuso ir a la cama, y también que nos turnáramos para follarla (palabras suyas), ella salto a la cama mientras miraba como nos desnudábamos, yo propuse que fuera Juan el primero, se lo merecía después de lo que había pasado, Ana aceptó, claro, Juan la abrazó., se fundieron en una morreada impresionante, después fue bajando por su cuerpo, chupándole los pezones, a Ana le encanta esto, me pidió que acercara mi polla a su boca y se la puso en ella mientras disfrutaba de lo que Juan le hacía, este decidió bajar mas hasta llegar a su coño, cosa que disfrutó sin dejar de chuparme la polla hasta que se corrió, la verdad es que no pasaron muchos segundos....

Juan se colocó en posición para penetrarla, me separé para ver el espectáculo que me daban, sabia que estaba a punto de cumplirse una de sus fantasías, se follada por una polla enorme. Poco a poco veía como la polla de Juan iba entrando en el coño de mi mujer, en cada embestida Ana disfrutaba más y más, cuando estuvo dentro nos dijo:

Al fin he podido realizar mi fantasía de tener una polla enorme dentro de mi coño

Pero cerrando los ojos se concentro en saborear aquel placer. Practicaron varias posturas, ella encima, de espaldas, misionero...., y cunado podía, acercaba su mano o su boca para tocarme la polla hasta que ambos se corrieron. Ana no quería que pasara nada de tiempo, por que cuando notó que Juan había descargado toda la leche, se apartó e hizo que la penetrara, notaba su coño dilatado por las esplendidas medidas de la polla que acababa de disfrutar, pero además estaba lleno de leche de Juan, una sensación extraña que me excitó, añadido a como estaba ella, conseguimos en pocos segundos corrernos ambos a la vez.

Estábamos muy cansados, como comprenderéis dormimos los tres juntos, Ana tenia a un hombre a cada lado. A media noche noto que alguien me está chupando la polla, era Ana, me la puso dura en poco rato, cuando esto pasó, se colocó encima mío cabalgándome hasta corrernos, mientras Juan a mi lado dormía placenteramente.

Por la mañana siempre he tenido la costumbre de levantarme temprano, al contrario que Ana, que le encanta dormir, decidí hacer lo que suelo hacer, irme a desayunar y dar una vuelta a los alrededores y los dejé a los dos durmiendo. Evidentemente no podía dejar de pensar en lo que podía pasar al despertarse y notarse solos, lo que provocó una excitación instantánea.

Una hora mas o menos después, regresé, abrí la puerta en silencio pues quería ver que hacían, la cama estaba vacía pero se oía algo en el lavabo, entré y lo que vi me puso mas caliente, estaban ambos en el yacutzi y Juan la estaba follando, me quedé mirando, ellos hacían como si no estuviera. Cuando se corrieron, no vestimos todos y estábamos dispuestos a recorrer el pueblo.

Durante el día, Ana se comportaba como si ambos fuéramos su pareja, si yo le daba un beso, después le daba otro a Juan, si el beso era mas intenso, se lo daba mas intenso a Juan, si era el que iniciaba el beso, después yo lo hacia, incluso en un bar que paramos para descansar y aprovechar para hacer una cerveza y un bocadillo, Juan le metió mano disimuladamente y yo hice lo mismo, por la calle ella nos abrazaba a los dos.

A media tarde regresamos al hotel, Ana nos propuso darnos un baño los tres, así lo hicimos, claro que no pasmos de unos magreos unos con otros, o de enjabonar a Ana entre los dos, o que ella nos enjabonara, estábamos cansados y Ana propuso guardar fuerzas para cuando regresáramos de cenar.

La ropa que se puso Ana la escogió Juan, una falda muy mini pero amplia y una blusa casi transparente, no dejó que se pusiera nada de ropa interior ni que se abrochara muchos botones de la blusa, que entre la casi transparencia y lo abierta que estaba, aquello podía provocar un escándalo, pero si lo provocaba, mejor, todos encantados...

Juan nos llevó a uno de los restaurantes que conocía, realmente cenamos bien, ninguno de los dos dejó de meterle mano, varias personas del restaurante se dieron cuenta, lo que provocó que fuéramos los mas mirados del lugar, incluso había un grupo de tres chicos a los que Ana dedicó unas cuantas aberturas de piernas para que disfrutaran de su coño, cosa que ellos agradecieron invitándonos al final a una botella de cava, sentándonos todos en la misma mesa, sin ningún rubor, Ana les explico lo que éramos, un matrimonio con un amigo de mucho tiempo que se había convertido en un amante desde hacia 24 horas. Ana dijo que se iba al servicio, y uno de los chicos, el mas atrevido, dijo que también iba, se fueron los dos y tardaron en regresar por lo que pensé que podía haber pasado algo, cosa que al llegar ella misma, delante de todos, nos confirmó, se la había chupado hasta correrse en el lavabo, los otros dos pidieron el mismo trato, Ana se levanta diciéndoles que les acompañara, los dos chicos salieron como impulsados por un resorte detrás de ella, mientras tanto, el chico me dijo que tenia suerte de tener una mujer así, tan abierta a estos juegos, yo le dije que de eso hacia solo 24 horas, antes, nada de eso lo había hecho.

Regresaron los tres, todos con cara de felicidad, nos dijo que se las había chupado a la vez, las dos pollas dentro de la boca, y que ambos se corrieron simultáneamente, y que tragar al mismo tiempo la leche de dos hombres le pareció una experiencia alucinante.

Nos despedimos todos y nos marchamos a ver la cabalgata nocturna, Ana estaba muy animada, bailando, moviéndose, tanto que una comparsa hizo que se subiera a la carroza, ella se puso a bailar encima y la gente del publico veían que no levaba nada debajo, por si alguien no veía bien, los focos de la carroza no dejaban ninguna duda.

Siguiendo la cabalgata coincidimos otra vez con los chicos, a los que Ana saludó muy efusivamente.

De regreso al hotel, Ana se estiró en la cama vestida como iba, Juan y yo la desnudamos rápidamente, tanto que ella se quejaba de que no la dejábamos descansar, pero cuando notó que la lengua de Juan jugaba con su clítoris cesó en sus quejas pero ella tenia sus fantasías a realizar, quería probar la doble penetración, por lógica, a mi me tocaba el culo, la polla de Juan era demasiado grande para este agujero, me hizo sentar en la cama, ella, de espalda, fue bajando el culo mientras mi polla de introducía fácilmente, de hecho, lo hacemos mucho, era el momento de Juan, abriéndonos las piernas de mi mujer y a mi, la penetró por delante, yo no se que sensación tenía, pero el sentir tan cerca de mi polla otra que también penetraba a mi mujer, mas el roce de sus huevos con mi polla hicieron que fuera consciente de que no duraría, ella nos pidió que nos corriéramos los tres a la vez, y lo logramos, que gritos de placer dábamos.....

Ahora quería probar al revés, no tardé en recuperarme, y a Juan le pasó lo mismo, este dijo que antes tenia que prepararla, la hizo poner en posición perro chupándole el ano tan bien que se corrió, lo hizo hasta que notó que estaba dilatado, acercó la polla al culo y despacio la fue penetrando hasta que lo consiguió, cuando estuvo toda dentro me dijo:

Me siento empalada, la polla me llega al estómago, que placer....

Me tocaba a mi, se incorporó y la penetré por delante, sentí lo mismo que el día anterior, su coño muy dilatado y lleno de leche de otro tío, pero añadiendo el morbo de que ella estaba literalmente empalada por el culo con aquella polla enorme, esta vez duramos mas, ella no paró de correrse desde el primer momento, ni idea de cuantas veces, pero mas de las que jamás pude imaginarme, hasta que primero me corrí yo y después Juan

Muy cansados, nos dormimos como la noche anterior, a media noche me despiertan unos movimientos de la cama, eran ellos dos follando, hice como quien no se entera y duerme, pero mi polla me delató, tanto que cuando acabaron, ella, sin decir nada puso mi polla en la boca hasta hacerme correr.

Al día siguiente, al despertarme, Ana abre los ojos y me dice:

Por que no aprovechas esta mañana para conocer el pueblo y nos dejas solitos hasta la una?

Quedan 5 horas, le dije

Hazlo por mi, te lo pido

Y claro que lo hice, estuve toda la mañana pensando en lo que hacán, a la una en punto me presenté en la habitación, estaban los dos abrazados, Ana se levantó, me abrazó, me dio un beso y me dijo:

He pasado el fin de semana mejor de mi vida, y estas cinco horas con Juan a solas han sido maravillosas, espero que no te importe pero quería gozar a solas de una polla como esta.

No me importa, es mas, lo deseo y me ha encantado, y si quieres, no me opondré a que disfrutes de ella cuando quieras.

No sabia como pedírtelo, gracias, dijo dándome otro beso.

La situación actual es que Ana y Juan se ven los miércoles cada dos semanas, ella se combina el trabajo para salir antes este día, Juan hace lo mismo, como trabajo con migo, muchas veces me ofrezco a acabar su trabajo para que pueda irse, se ven en casa de él, este día yo me encargo de recoger a los niños, bañarles, darles la cena y acostarlos, ella suele llegar hacia las 10, y llega muy satisfecha, tanto que muchas veces es incapaz de follar conmigo. Yo estoy mas excitado que nunca, y a ella le pasa lo mismo, antes fallábamos un par de veces por semana, ahora es raro el día que no lo hacemos, la única diferencia que noto es que su coño ahora es más amplio, mas dilatado, por lo demás, ella se comporta normalmente, no es la libertina que fue aquellos días, dice que esto solo cuando está de vacaciones.