La Señora ( 2 )

Madre necesitada,se folla a su hijo y para ello tendrá que utilizar mano dura azotandolo y dominandolo. Contiene tambien spanking y algo de voyeur.

Ésta el la primera parte por si alguien quiere leerla antes.

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Oscar vivía en una humilde casa como todas las del barrio, con su madre y sus dos hermanas pequeñas, gracias a la amistad de su madre con doña Carmen pudo el chaval entrar a aquel colegio donde estaba.

La madre de Oscar era una mujer de poco más de 30 años, había sido muy guapa, pero la muerte de su marido por sobredosis cuando estaba embarazada de su hija pequeña la dejó muy tocada tanto física como psicológicamente, su preciosa melena azabache, ahora estaba empezando a desgreñarse, se vislumbraba alguna cana, apenas se maquillaba, y mucho menos arreglarse y ponerse guapa, pero desde hacía algunas semanas, había vuelto a sentir ganas de tener sexo, incluso se había llegado a plantear tenerlo con alguna vecina que le había tirado los tejos tiempo atrás, su cabeza no paraba de dar vueltas, estaba ansiosa, y eso le provocaba enfados fuera de lugar, lo pagaba con lo que más a mano tenía, que eran sus hijos, les pegaba con motivos o sin ellos, eso la relajaba al menos momentáneamente, pero con el que prefería desfogarse era con su hijo, primero porque era el mayor, y después, y muy importante, porque era varón, alguna vez que lo había azotado sobre su regazo había notado la gran tranca de su hijo sobre sus muslos, y eso la había puesto cardiaca ,desde hacía semanas solo pasaba por su cabeza follarse a su hijo, se odiaba a si misma por el mero hecho de atreverse a pensarlo, pero rápidamente venían a su cabeza pensamientos de su infancia donde madres e hijos y padre e hijas follaban en las chabolas donde se criaban sin esconderse demasiado del vecindario, a menudo era la única válvula de escape que tenían aquellos desgraciados, pero ella no se iba convertir en uno de esos monstruos, o si?.

  • Vosotras dos, a la cama! y no quiero oir ni una mosca, como se os ocurra pelearos voy con la zapatilla y os doy una tunda que os acordáis esta noche.

  • Si mamá, las dos hermanas se fueron juntas al cuartucho que compartían, cuando su madre estaba así , más valía hacerle caso sino querían acabar con el culo como un tomate como tantas veces había ocurrido ya en sus cortas vidas.

  • Bueno y tú cuéntame, como ha ido la semana?

  • Bién mamá, muy bien, estoy aprendiendo mucho en la escuela.

  • ¿No te habrás portado mal, verdad?

  • No mamá, dijo Oscar balbuceando

-¿ Me estás engañando Oscar?

  • No mamá te lo juro.

-¿ No te habrá tenido que pegar Doña Carmen verdad?

  • No mamá noooooooo buaaaaaaaaaaaaaaaa.  Dori, que así se llamaba la madre de Oscar,al ver a su hijo nervioso y llorando supo que algo había pasado, se levantó y le dijo a su hijo vete a mi habitación, pero ya!!!!

  • No mamá de verdad... PLASSSSSSSSSSSSSS( bofetón) . Te he dicho que a mi habitación, y pobre de ti como vea que te han castigado, prepárate.

El pobre chaval se fue llorando a la habitación de su madre, ya sabía lo que le esperaba, cada vez que su madre descubría que le pegaban en el colegio, lo volvía a azotar en casa, bien zapatilla o bien correa, según le pillara el cuerpo, lo que estaba claro era que cobraba de nuevo. Cuando Dori entró a su habitación y vió a su hijo de pie junto al destartalado armario le dijo:

-¿ Te desnudas tú o te tengo que desnudar yo? Para saber si Oscar había sido castigado en el colegio, su madre lo hacía desnudarse, y si veía marcas de la azotaina, lo volvía a castigar para que aprendiera bien la lección, no iba a consentir que el chico desperdiciara la ocasión de ir a un buen colegio, y por eso lo llevaba más derecho que una vela.

El pobre Oscar empezó a quitarse la ropa, y las marcas empezaron a aparecer por todo el cuerpo, el chaval sollozaba porque sabía que le esperaba otra buena paliza, cuando se bajó los pantalones y los calzoncillos su madre pudo ver la carnicería que le habían hecho, se echó las manos a la cabeza y dijo: -¿Pero qué ha pasado, quien te ha hecho esto?

-Mamá ha sido doña Carmen, me ha pegado con el látigo como nunca, pero te juro que no he hecho nada malo buaaaaaaaaaaaaaa lo siento buaaaaaaaaaaaaaaa

-Ven cariño mío no llores, no llores más, ven abrázame, ya,ya, ya pasó todo... Dorí abrazó a su hijo, que temblaba de miedo , pero también de frío, y entonces le dijo, metete en mi cama cariño mío que te voy a echar crema, ya verás como te alivia; le dijo esto mientras que lo cubría de besos, y lo metía en su cama. Enseguida  regresó con un bote de crema para las manos que era lo único que tenía, y se lo empezó a aplicar a su hijo por la espalda, por el cuello, por los muslos, pero sobre todo por el culo donde llevaba marcas violáceas provocadas por su querida señorita. Dori decidió meterse en la cama con su hijo, se quitó la bata de invierno que llevaba, un pijama con muchos años, se descalzó  sus zapatillas de invierno que solía llevar en chancla, se quitó bata y pijama y en ropa interior se metió bajo las sabanas, ya encontraría como calentarse. Siguió dándole crema a su hijo que poco a poco iba tranquilizándose al ver que su madre no le iba a pegar como esperaba, entonces notó como su madre se pegaba a él, sus voluminosas tetas se pegaron a su costado y se sorprendió al oír a su madre susurrarle al oído.

-¿Te duele todavía cielo mío?

-Un poco, pero ya mucho menos, muchas gracias mamá

-De nada cariño mío, ya sabes que tu madre te quiere mucho,¿ lo sabes verdad?

-Si mamá claro que lo sé. Oscar, estaba poniéndose nervioso, no estaba acostumbrado a las carantoñas de su madre, hacía muchos años que no se las hacía, nunca le  faltó de nada, pero la disciplina estaba a la orden del día en aquella casa, tanto para él como para sus hermanas; el nerviosismo del adolescente se tornó casi cardiaco cuando notó que su madre le agarro la polla, con una mano derecha y sin ningún disimulo.

  • Pero mira lo que tenemos aquí, si ya tengo todo un hombrecito en la casa, madre mía como ha crecido esto Oscar, y más que está creciendo ahora, ¿verdad que quieres tú mucho a tu madre?

  • Si sí mamá, claro si sí. El pobre chico no salía de su asombro, no podía dar crédito a lo que estaba pasando en aquella cama, su madre lo estaba masturbando y ahora le daba besos en la oreja, y en la cara, eran besos muy calientes, en todos los sentidos de la palabra.

-Tu sabes que desde que murió tu padre, yo no he estado con ningún hombre, lo sabes verdad?

  • Si mama, un hilo de voz salió de la garganta de Oscar.

  • Y sabes que una mujer necesita estar con un hombre de vez en cuando ¿verdad?, pues yo lo necesito y mucho, y quiero que seas tú mi hombre y me satisfagas y me des placer cuando lo necesite... El discurso de Dori era cada vez más arrebatador, y más potente ni ella misma podía creer lo que estaba saliendo de su boca, estaba masturbando a su hijo y lo besaba como si ella misma fuera la adolescente, no podía creerlo, pero lo que era peor, no podía parar, así que se bajó de un tirón las bragas, y se subió a horcajadas sobre el miembro de su niño.

-Quiero que me folles!!- le dijo a su hijo sin miramientos- quiero que se la metas a tu madre hasta el fondo.

-Si mamá, lo que tú digas. La erección del chaval se esfumó como por arte de magia, quizá el hecho de ver a su madre a horcajadas sobre él, con las tetas aprisionadas en el sujetador botando a un palmo de sus ojos, fue algo demasiado impactante para él, pero Dorí no dio tregua, se volvió a tumbar ahora bocarriba y puso a su hijo sobre ella, le agarró la polla e intentó metérsela en su hambriento coño.

-¿Se puede saber qué coño te pasa?,¿ es que no te gusto?,¿ que ha pasado?,¿no habrás estado otra vez que esa puta negra?, el enfado de Dori se estaba transformando en ira, quería follar esa noche lo necesitaba y ahora que lo tenía a punto de caramelo , esa posibilidad se estaba esfumando.

-Lo siento mamá, ha sido ella, me ha llevado al escondite y allí me ha dicho que se la meta por el culo, que así no se queda preñada. La cara se le transformó a Dori, entonces con su mano derecha buscó en el suelo alguna de sus zapatillas, cuando palpó una de ellas, era una vieja y pesada zapatilla burdeos de felpa y de suela de goma, aquella zapatilla hacía los culos añicos debido a la gruesa y flexible suela de goma gris, la cogió y la emprendió a zapatillazos contra el culo de su hijo.

-PLASSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS, PLASSSSSSSSSSSSS, te mato como te vea otra vez con esa puta negra, PLASSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSSS PLASSSSSSSSSSSSSS, cayeron una buena cantidad de duros zapatillazos sobre el culo con crema del pobre muchacho que aullaba.

-AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU AYYYYYYYYYYYYYYYYY NOOOOOOOOOOOOOO, mamá por favor para lo siento, para para, AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU. Y entonces  como por arte de magia el manubrio de Oscar fue recobrando dureza y tamaño por igual, ante la sorpresa de madre e hijo

-¿Ah que te gusta la mano dura?,¿ es eso verdad? Pues tomaaaaaaaa tomaaaaaaaaaaaa tomaaaaaaaaaaaaaa

-AUUUUUUUUUUUUUUUU AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH UUUAUUUUUUU Oscar sin saber muy bien cómo empezó a penetrar a su madre, que gemía y gritaba de placer, pero sin dejar de darle zapatillazos a su hijo al que le gritaba.

-Sigue, mmmmmmmmmmmmmm sigue así, más fuerte, siiiiiiiiiiiiiii, folla a tu madre sigueeeeeeeeeeeeee, toma, toma, te gusta que te pegue tu madre ¿verdad? Pues tomaaaaaaa PLASSSSSSSSSSSS siiiiiiiiiiiii dios mio sigueeeee mmmmmmmmmmmmmm uauuuuuuuuuuuuu, te voy a dar la paliza de tu vida, tomaaaaa PLASSSSSSSS PLASSSSSSSS, sigue amor mio, dame AHHHHHHHHHHHHH siiiiiii, dáselo todo a tu madre AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH.

Y de una forma casi milagrosa se corrieron los tres al unísono, sí, los tres, Dori, Oscar, y María, la hermana de Oscar, era un año menor que él, y estaba siendo testigo por la rendija de la puerta de todo el proceso de fornicación y  castigo de su madre y hermano, y lo que empezó por una caricia de su coñito por encima del pijama, siguió haciéndose un dedito la mar de sabroso y terminó metiéndose cuatro dedos y corriéndose como una cerda apoyada en el  marco de la puerta, y más caliente que el palo de un churrero.

Después de la sinfonía de gemidos, suspiros y gritos de placer, se oyó como caía la zapatilla de nuevo al suelo PLOCC, y entonces lle dijo la madre al hijo acariciandole el pelo.

  • A partir de ahora mamá te pegará y te follará cada vez que vengas a casa, ¿de acuerdo amor mio?

-Si mamá muchas gracias.

  • De nada cielo, buenas noches hasta mañana.

  • Hasta mañana mamá.