La segunda vez en un intercambio
La primera vez fué delicioso pero la segunda fué sensacional.
Al cabo de los cuatro meses de haber estado en aquel pub especial, y habiendo seguido con nuestras experiencias sexuales tan intensas como unos recién casados, empezamos de nuevo a recordar aquellos momentos tan especiales con un frenesí fuera de lo común.
De vez en cuando, y mientras estabamos llevando a la realidad nuestros sueños eróticos, comentábamos lo bien que lo habíamos pasado y lo satisfechos que habíamos quedado en nuestra primera visita a dicho lugar.
Un viernes, al llegar a casa al anochecer, me encontré recostada en el sofá a Leo y en una postura que no dejaba duda de su disposición a ser penetrada profundamente. Estaba totalmente echada, con las piernas abiertas, solamente cubierta por unas braguitas minúsculas y con sus dedos había separado la mínima prenda y se estaba masajeando el coño. Al verla tan dispuesta mi erección fue casi instantánea. Notando ella que me había excitado y con verdadera saña se fue abriendo los labios para dejarme ver todo el interior de su sexo. Al instante mi polla se abrió paso entre la bragueta de mis pantalones y apareció entre mis manos como un mástil erecto y dispuesto a todo. A continuación, y sin darme tiempo a nada, Leo me cogió el miembro y lo degustó plácidamente dándole unos chupetones que creí que me sacaría hasta la ultima gota de leche. Cuando estaba a punto de reventar se sacó mi polla de su boca y limpiándola suavemente se puso a cuatro patas y echándose a un lado la braguita me dijo:"metemela hasta lo mas profundo y follame ". Así lo hice, pero me tenia una sorpresa. Cuando estabamos en plena faena de mete y saca, y los jadeos eran mas intensos, Leo se quito la polla de su interior dejándome con el miembro a punto de reventar. Entonces ella me dijo "si quieres follar me tienes que llevar a ese club de intercambio" Yo estaba tan caliente que le respondí "ahora mismo nos vamos, vístete que salimos inmediatamente".
Se puso una falda estrecha oscura y una blusa blanca con los dos botones superiores desabrochados dejando ver el canal y el principio de sus tetas. Al momento nos subimos en el coche y nos trasladamos en dirección al pub.
Al entrar al local nos dimos cuenta de que habían cambiado un poco la decoración desde nuestra primera vez. La barra estaba colocada a la izquierda de la entrada con vistas a las mesas y a la pista de baile. La luz seguía siendo de colores pero con mas luminosidad de tal forma que se podían observar perfectamente a las personas que ocupaban los asientos. La pista de baile se había situado en el centro del local y rodeada por las mesas. Unas grandes cortinas tapaban el interior donde anteriormente estaba situada la pista de baile y los reservados. Detrás de ese cortinaje había una gran cama redonda y alrededor algún sofá con algún sillón todo ello con un ambiente bastante agradable.
En la barra del bar y sentados en taburetes contemplamos algunos jóvenes bien parecidos. A uno de ellos se le quedó mirando fijamente mi mujer. Yo le pregunté: ¿ que pasa te gusta ese? A lo que me respondió " ahora mismo me lo follaria delante de todo el mundo, pero prefiero esperar para ver como esta el ambiente.
Nos sentamos en una mesita alejada de la pista de baile y saludamos a las dos parejas que estaban a nuestro lado. Leo, y con un poco de descaro, se fijo insistentemente en todos los que nos rodeaban y mantuvo la mirada en las parejas que teníamos a nuestra izquierda. Eran dos parejas no muy mayores entre unos 35 y 45 años los varones con muy buen estilo y las mujeres muy atractivas. Al momento, y tomando la iniciativa nosotros, nos presentamos: "Hola buenas noches me llamo Juan y mi mujer Leo". Entonces tomó la palabra una de las mujeres y nos presentó a todos los componentes de la mesa : "Yo me llamo Isabel y mi marido Roberto es el moreno, mi amiga María y su compañero Raúl y si lo deseáis os podéis sentar en nuestra compañía". Seguidamente cogimos nuestras copas y nos sentamos con ellos.
Al principio, y un poco recelosos, nos pusimos a hablar de cosas sin importancia pero poco a poco fuimos tomando confianza y la conversación fue derivando hacia temas sexuales. Las mujeres con mas descaro hablaban de lo que nos ponía cachondo y de las ropas intimas que llevaban.
Se les notaba que entre ellas se estaban calentando con sus conversaciones y en un momento María y Leo hablándose al oido miraban insistentemente a la barra del local donde estaban algunos jóvenes tomándose una copa. Se las veía nerviosas por su forma de moverse y reírse. De esto nos dimos cuenta Roberto y yo que complacientes con nuestras parejas nos sonreímos de lo que se avecinaba.
El ambiente en el local se había caldeado bastante y ya había unas seis o siete parejas bailando en la pista, besándose, abrazándose, tocándose, restregándose e incluso alguna mujer ya tenia las tetas fuera. Del mismo modo nosotros estabamos cachondos y Raúl insistía en que Leo le enseñara las bragas para compararlas con la de su mujer. María bajándose los pantalones nos enseñó sus tangas rojo que dejaban ver la pelambrera de su sexo por encima de la tela. Leo poniéndose de pie se subió su estrecha falda y nos dijo: "Observar mis braguitas blancas y si alguno lo desea puede tocar la tela para ver lo suave que es". Al instante Roberto se abalanzó sobre las bragas de mi mujer y metiendo los dedos entre la tela y el pubis sonriendo dijo:" Tienes que estar cachonda porque está la tela totalmente mojada". A lo que Leo le respondió: "Tienes toda la razón". En ese momento Raúl poniéndose de pie le dijo a Isabel: "Como veo que estos están bastante calientes quieres que nos restreguemos un poco en la pista de baile para ponernos a su altura?" Y sin mas dilación Isabel se cogió a su cintura y salieron a bailar. Raúl se pegaba a ella como una lapa e incluso se le notaba que restregaba su polla con el chocho de Isabel, esta le tenia puesta las manos en las nalgas para apretarse aun mas con su pareja de baile. Viéndolos así Roberto nos dijo: "Hoy Isabel está como a mí me gusta con ganas de comerse lo que le echen". Leo le contestó: "Pues yo no sé como estará ella pero yo estoy tan caliente que ahora mismo me metía un dedo y me corría". Esa expresión nos hizo reírnos a carcajada.
A medida que avanzaba la noche la temperatura iba en aumento, ya estabamos todos en la pista de baile. Yo me había acoplado con Isabel, mi mujer con Raúl y Roberto con María, pero como la pista de baile estaba tan llena de personas nos rozábamos continuamente entre nosotros y con tras parejas. A Isabel le estaba dando un beso en la boca metiéndole la lengua profundamente y al mismo tiempo tocándole las tetas mientras ella con su mano me restregaba la polla por encima del pantalón cuando Raúl vino a nosotros y nos dijo: "Podíamos, si queréis, meternos en la sala contigua" Le respondimos afirmativamente y nos dirigimos a la estancia.
El espectáculo que contemplamos era impresionante; en un rincón de la cama redonda estaba ocupado por tres personas una mujer se la estaba chupando a un tío mientras otro se la estaba follando por detrás, otra pareja en medio de la cama estaban haciendo el amor de una forma clásica ella debajo y él arriba, y en otro espacio de la cama había dos mujeres con un hombre lamiéndose los sexos formando un triángulo. Al momento Raúl y Roberto se desvistieron y cogiendo a las tres mujeres se metieron en la cama redonda. Yo por mi parte me senté en un sofá y sacándome mi polla me puse a masturbarme viendo el espectáculo. Al instante vino hacia mí Isabel, ya desnuda, mostrándome sus senos y su coño afeitado diciéndome: "No te preocupes mas que toda esa polla me la voy a tragar yo solita, pues estaba deseosa de poder coger una de ese calibre" Y conforme iba hablando se iba tragando todo el mástil tieso. Conforme iba sacándosela y entrándose la polla en su boca me miraba con ojos de deseo. Estaba tan caliente y viendo como mi mujer era penetrada por Roberto mientras se la chupaba a Raúl se me ocurrió una idea.
Le dije a Isabel: "Porqué no te acercas a la barra y te traes a un par de mocetones de los que te guste para que os follen a las tres" A Isabel le pareció bien la idea y echándose el vestido por encima y sin abrocharse abandonó la estancia. No habrían pasado ni cinco minutos cuando apareció de nuevo con dos jóvenes. Los traía cogidos de la cintura y ellos dándole besos y pellizcos en sus tetas. Viendo Leo a los chavales se desprendió de las respectivas pollas y dirigiéndose al mas fornido le dio un largo y cálido beso. A continuación y sin ningún decoro le abrió la bragueta y le sacó su descomunal polla. Isabel y María ya estaban desnudando al otro joven y se restregaban contra su cuerpo. Al ver a Leo comiéndose con verdadera ansia la polla de su joven me puse muy cachondo, me desnude totalmente y con la picha tiesa para reventar fui por detrás de mi mujer para metérsela por el culo. Ella me miro con miedo y con placer. Entonces, y lentamente, le puse el glande en su agujero intimo y empecé a apretar hacia su interior, al mismo tiempo que le tocaba el clítoris. Al ver como mi mujer seguía con desesperación comiéndose la polla del chico y, con un poco de rabia, di un golpe de riñón y le metí de sopetón todo mi miembro en su culo. Leo dio tal grito que todo el mundo se volvió a mirar hacia ella. Pero ella continuó con su manjar sin hacer ningún caso a los demás.
Entonces Roberto se aproximó a nosotros y nos dijo: " No me gustaría que se quedara algún agujero de Leo sin cubrir" a lo que ella le respondió: "Pues aprovéchate de mi chocho y meteme todo lo que puedas" Echándose en la cama de espaldas Leo se puso encima de él y como pudo metió su verga en el interior de su coño. A través de los tejidos internos del culo y del sexo de Leo notaba la polla de Roberto dando sacudidas hacia dentro y hacia fuera. Al mismo tiempo yo le metía y sacaba mi miembro por el culo. Ella cada vez con mas ansiedad le chupaba la polla al joven y lo masturbaba con la mano. Llegó un momento que ya no pudiendo mas me corrí con una fuerza salvaje, al mismo tiempo que el joven derramaba se semen por la boca, por la cara y por las tetas de mi mujer. Estaba dando las ultimas embestidas del corrimiento cuando noté que Roberto le estaba llenando el interior del coño con su leche. Leo exhausta quedó tendida en la cama con las piernas totalmente abiertas. Yo le pregunté: "Que tal ". Me respondió con un hilo de voz: "Estupendamente, ha sido el polvo mas fantástico de mi vida, me he corrido cuatro veces, es inimaginable lo que he disfrutado, jamas pensé que pudiera resistir tanto placer".
Después de terminar todos cansados nos sentamos en los sillones para descansar y despidiéndonos de nuestras amistades nos trasladamos a nuestra casa. Después de ducharnos plácidamente y fumándonos un cigarro Leo me dijo: "Juan me gustaría volver a tener una experiencia parecida a la de hoy". Yo no le contesté.