La segunda vez con mi amigo

La segunda vez que mi amigo me folló y como lo fui viendo como mi macho

Hola todos y todas:

Soy Fer tengo 26 años, soy de un pueblo de Andalucía. Soy alto 1.86, moreno, 77kg, fornido, ojos miel claros.

Hoy les comentaré el segundo encuentro con mi Amigo.

Antes de empezar quiero corregir un error y aclarar que él era dos años mayor que yo.

Después de mi primera vez con mi mejor amigo al salir del baño todo sucedió normal, empezamos a jugar a la play pero ya no era como antes. Había algo que, por lo menos a mí no me dejaba concentrarme, todavía sentía algunos restos de su semen resbalando por mí ano dilatado y era una sensación que me gustaba. No decíamos nada, solo jugábamos a la play, a él también se le veía incómodo. No me acuerdo exactamente al juego que jugábamos, lo que sí recuerdo es que al pasarnos la partida fue a por algo para beber, al regresar:

  • Cómo estás? -me soltó

  • No sé, raro pero muy agusto y tú?

  • no dejo de pensar en ello

  • qué pasa no te gustó?

  • por eso no dejo de pensar me encantó.

  • Entonces?

  • no sé, es que verás me apetece otra vez

  • A mi también, la verdad.

  • Y que hacemos?

  • Podemos ir a tu cuarto que seguro que estaremos más cómodos.

Nos levantamos los dos nerviosos, sabíamos a lo que íbamos, pero no dejábamos de ser dos críos, al menos yo, que estaban descubriéndose. Subimos las escaleras y llegamos a su habitación, era normal, lo único diferente que las ventanas eran tragaluz en el techo.

Nos sentamos en la cama, no sabíamos que hacer, ninguno de los dos daba el primer paso. Yo por mi parte quería volver a sentirlo dentro de mí, por otra quería hacérselo a él. También quería saber a qué sabía su leche, por lo que me decidí:

  • Sabes? Quiero saber a qué sabe tu leche, pero quiero volver a tenerla dentro, no se me gustó.

  • podemos intentarlo.

Él seguía sentado en la cama por lo que decidí dar el paso, me levanté y me puse se rodillas delante de él y le bajé el pantalón, ante mí salió su pene casi erecto de 18cm. Nunca había hecho una mamada, pero me apetecía, quería saber a qué sabía. La cogí con mi mano y la empecé a besar, saqué la lengua y empecé a recorrerle el capullo con ella, sabía muy rica por lo que mi instinto me llevo a metermela en la boca. Él por indistinto empezó a mover la cadera con su pene ya erecto en mi boca, se sentía muy rico, y empezaron a llegar mis primeras arcadas. Él al ver eso la sacó de repente, pero yo no le dejé, así que entendió que me gustaba y prosiguió, yo ya notaba como mi pene estaba doblándose en mi pantalón, me estaba haciendo daño, por lo que me la saqué y me la empecé a menear mientras seguía con su pene en mi boca. Dios estaba en la gloria, se sentía muy pero que muy rico, notaba como mi ano pedía rabo, notaba como mi ano se dilataba.

No aguantaba más, su pene se sentía muy rico en mi boca pero lo necesitaba dentro:

  • Házmelo otra vez - le dije sacándome su pene de mi boca.

Me puse a cuatro en la cama, estaba deseando de sentirlo dentro, y así hizo, puso su pene a la entrada mi ano y fue introduciendo su pedazo de carne poco a poco, esta vez no necesitó lubricar, entraba y por cada milímetro que entraba yo me sentía en la gloria. Una vez dentro no esperó y agarrándome por la cintura me la metía y me la sacaba, se sentía muy rico y eso hizo que mis brazos se debilitaran por lo que quedé totalmente tumbado en la cama. Él apoyó los brazos en la cama y siguió con su penetración, me sentía en la gloria, me sentía poseído, me sentía dominado.

Con mi cara apoyada y ahogando mis gemidos contra ella solo escuchaba los gemidos y suspiros de él.

Sus gemidos se intensificaron, sus embestidas eras más rápidas y más fuertes, sentía un poco de dolor pero me encantaba, me sentía en la gloria.

Por debajo de la almohada apretaba las sábanas y seguía ahogando mis gemidos en la almohada. Sergio se paró en seco con su pene metido en lo más dentro de mi ser y empecé a sentir como me volvía a llenar, sentía su semen recorriendo mi recto y al terminar sin sacar su miembro de dejó caer sobre mí, sentía su corazón en mi espalda que iba a mil y su respiración en la nuca.

Su pene se bajó y salió de mi culo y el se quitó de encima mia. Yo seguí boca abajo porque sentía su semen dentro mío y así quería seguir sintiéndolo. Al cabo del rato ve recompuse y fui al baño a escurrirme. Cuando estaba en la taza sentado llegó él:

  • Como estás?

  • todavía no me lo creo me ha gustado más que el anterior.

  • A mí también, me gustó que te la tragaras y terminar en tu culo.

Sólo sonreí

Me levante ya se había escurrido todo y me levanté, Sergio me miraba y sonreía, la verdad ya no le veía como un amigo, le veía como un macho, mi macho y seguiría complaciendo cada vez que él quería.

El sexo con él se volvió más duro, más dominante pero eso lo contaré en otros relatos.