La segunda noche con el jefe de mi esposo:

Sus caricias me hacian perder la voluntad, haciendome caer en los mas bajos instintos:

El cuerpo es débil:

Lentamente hice el recorrido de mi casa a la cabaña, aun me ponía nerviosa al pensar que estaría nuevamente con Román, pero mi cuerpo ya no podría esperar mas, me reclamaba sentir nuevamente las caricias expertas de él.

Me detuve unos segundos antes de entrar al patio de la cabaña, respire profundamente y continué mi camino, como una aparición ahí estaba, de pie en la entrada, igual que la ultima ves que lo vi, completamente desnudo y fumando un cigarrillo.

Los últimos metros que me separaban de el, se me hicieron eternos, al quedar frente a  el, no hubo palabras, en verdad no hacia falta decir nada…rodeo mi estrecha cintura y me atrajo hacia su pecho, mientras besaba mi boca con una pasión jamás antes sentida, sus manos soltaron los broches del vestido, el cual cayo al piso, el sostén siguió la misma suerte, y por ultimo se arrodillo y con una lentitud que aumentaba mi excitación:  tomo los bordes de mis pantaletas y las deslizó hacia abajo, levante primero un pie y después el otro, para que el pudiera apartar la prenda.

Tomada de la mano me llevo a la cama, donde me recostó boca abajo y puso una almohada bajo mi vientre, mis nalgas quedaron un poco elevadas, con sus manos separo mis piernas.

Sentí un escalofrío cuando la punta de su lengua recorrió mi espalda hacia abajo;  ahora sus manos tomaron mis nalgas y trato de abrirlas más, hasta que mi ano quedo expuesto y su lengua toco la entrada virginal, apreté las sabanas con fuerza, mientras mi cuerpo sucumbía a las caricias.

Solo mis débiles gemidos rompían el silencio de la tarde, fueron unos minutos que se prolongaron por una eternidad, el placer que sentía era tan fuerte que olvide que era una mujer casada y que en ese momento me estaba dejando llevar por la debilidad de mi cuerpo.

Por fin escuche sus palabras al mismo tiempo que sin poder evitarlo, de mi garganta escapaba un gemido lleno de excitación.

v  Ahahahahahahahaha… ¡que rico se siente!

  • Quiero que te relajes y disfrutes al máximo cada instante, cuando sientas que tendrás un orgasmo, no te detengas y deja fluir todos tus líquidos, yo… deseo saborear cada gota de tu néctar.

Lentamente me dio vuelta y ahora quede boca arriba, sin demora su lengua busco mi conchita, se abrió paso en mis labios vaginales y de forma relampagueante paso haciendo que mi cuerpo temblara por la excitación.

Al sentir la puntita de su lengua tocar mi clítoris, trate de cerrar mis piernas, pero hábilmente el tomo mis tobillos y separo mis piernas, su lengua acariciaba haciendo pequeños círculos en mi botoncito, por instinto con mis pequeñas manos tome mis tetas y las estruje, una fuerte sacudida de mi cuerpo anunciaba el primer orgasmo.

v  Ah,ah,ah,ah,ah,ah,ah,ah,ah,ah, dios que delicioso es esto.

Aun mi cuerpo temblaba cuando el se puso de pie, se acomodo en el sillón y encendió un cigarrillo, al escuchar sus palabras me incorpore y fui a su lado a cumplir con mi parte.

  • ¿Estas disfrutando Olga?

v  Si…lo disfruto mucho, ¡gracias por tanto placer que me das!

  • Ahora, serás tu quien me de un poco de placer a mí, aproxímate y demuéstrame que recuerdas de nuestro primer encuentro.

Al levantarme, no pude evitar que un hilillo de líquidos vaginales escapara y fuera dejando un delgado rastro en el piso, verdaderamente me encontraba al borde del clímax.

Me arrodille y abrí mi boca, el continuaba fumando su cigarrillo, su verga entro e inundo mi garganta, con mucha suavidad metía y sacaba ese trozo de carne y sentía como se ponía mas duro, cuando creí que era el momento…la saque y me di vuelta, de espaldas a el, me acomode en sus piernas y me penetre sentándome, solo lo hice por escasos segundos, los suficientes para sacar su verga completamente embadurnada con mi leche.

Nuevamente me arrodille y me dispuse a disfrutar de algo de lo que mas me había gustado en nuestro primer encuentro, mame con mas pasión me sentía satisfecha de mirar que al igual que yo…el estaba gozando de mi boca, lo mire cerrar los ojos y escuche sus gemidos, atrapando para mi sola esos momentos.

  • Espera Olga, no quiero terminar aun, deja que me reponga un poco.

Haciendo caso omiso a sus palabras, apreté mis labios alrededor de su verga y aumente el mete y saca, esta ocasión estaba dispuesta a que me inundara la garganta con su leche, quería sentir su sabor a plenitud.

El trataba de apartarme empujando mi cabeza, pero yo me aferre con fuerzas a sus piernas y no lo solté hasta que un torrente salió disparado y golpeo el interior de mi boca inundándome con su leche caliente.

Sentí como su verga se hacia pequeña, mientras yo chupaba toda la leche, no deje escapar una sola gota.

Al soltarla de mi boca, lo mire y con una sonrisa llena de sensualidad y picardía le pregunte melosamente.

v  ¿Te ha gustado como la mame?

  • Por dios Olga…me haz sacado toda la leche y la has tragado toda… ¡jamás había sentido tanta satisfacción!

Ahora fui yo quien se puso de pie y sirvió 2 copas, tenia mucho tiempo por delante y quería que el se repusiera, en mi mente planeaba despertar su verga y montarlo para demostrarle que sabia aprender muy bien lo que me enseñaban.

Apenas terminamos las copas, le dije que saldría a orinar, a lo que me respondió visiblemente emocionado.

  • Espera Olga, te acompaño…me gusta mirar como orinas.

Camino tras de mi y me miro agacharme, un fuerte torrente de orina salió de mi concha mientras el no perdía detalle.

Regresamos adentro y ahora fue el quien sirvió las copas. Al terminarlas reanudamos el acto sexual, esta ves fue el quien se adelanto a decir.

  • Ahora es mi turno de arrancarte un orgasmo, sube a la meza y ponte en la misma posición como cuando orinas.

Subí a la meza y me puse en posición, se paro frente de mi y su boca busco la mía, nos fundimos en un apasionado beso, con el cual comprendí que no solo me estaba dando placer, sentí que igual un sentimiento de amor despertaba en ambos.

Su mano fue bajando lentamente por mi cuerpo, acaricio mis tetas, apretó mis pequeños pezones y se deslizó hacia mi conchita, jugueteo con mis vellos y después sus dedos entraron en mi concha, tocaban cada centímetro de mi interior y nuevamente mi cuerpo subía de temperatura, saco los dedos y ahora con sus yemas aprisionó mi botoncito, suavemente lo apretaba.

Un temblorcillo se apodero de mis piernas y sin dejar de besarme y apretando con un poco mas de fuerza, logro su objetivo en escasos minutos, un torrente de lecha salió y se esparció en la meza e incluso llego a sus rodillas.

Justo en ese momento dejo de besarme y los gemidos escaparon de mi garganta rompiendo el silencio.

v  A,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a, estoy enloqueciendo de placerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.   Estaba por bajar de la meza, pero Román me lo impidió diciendo las siguientes palabras.

  • ¡No! Aun no eh terminado, espera un poco mas, así quédate no te muevas.

Mire hacia abajo y vi como se formaba un pequeño charco de liquido que aun escurría de mi conchita, parecía que no terminaría de salir, y en ese momento Román se sentó en una silla de madera frente de mi y ahora nuevamente dirigió su boca a mi concha.

Pego sus labios a mi concha y metió su lengua, mientras tomaba mis nalgas con sus manos, sin decir nada metió despacio un dedo en mi ano, poco a poco, no sentí dolor o molestia alguno, solo placer.

Era la primera vez que algo entraba en mi ano, quizá la calentura del momento me hizo sentir que era algo sumamente delicioso, cerré los ojos y apreté mis labios al sentir que un orgasmo mas estaba por venir.

v  A,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a…yaaaaaaaaaaa, espera voy a tener otro orgasmoooooooooooooooo.

Esta ves fue el quien ignoro mis palabras y se apresuro a sorber mis jugos.

Baje de la meza y caí sin fuerzas en el viejo sillón, Román sirvió un par de copas mas y yo no puse objeción, esa noche estaba dispuesta a suplicar si era necesario, que me cogiera por el ano.

Después de descansar un rato, fui nuevamente a orinar, el me siguió y me miro hacerlo una ves mas. Ya de regreso mire su verga aun flácida, así que le pedí se sentara en el sillón, pero el me dijo lo siguiente.

  • Espera Olga, aun no tengo fuerzas, yo ya estoy muy viejo para reponerme como yo quisiera, sin embargo…tengo algo que puede servir para calmar tu fuego, mientras termino de reponerme, espera aquí,  lo traeré esta en la camioneta.

Lo mire salir mientras yo me acomode en el sillón, el efecto de las copas ya me hacia efecto, me sentí un poco mareada, pero aun lucida. Cuando regreso, traía una caja que más bien parecía un estuche, lo abrió y mire lo que parecía una verga de plástico muy flexible, me miro y me dijo.

  • Esto ayudara un poco, ¿quieres probar? Me harías feliz si aceptas.

Solo moví mi cabeza aprobando. El tomo la verga de plástico y la pego en la meza, se quedo fija balanceándose como si tuviese vida propia.

  • Ahora sube y penétrate, solo imagina que es una verga real.

Con su ayuda subí a la meza, con los pies sobre la meza, tome con mi mano la verga y la dirigí a la entrada de mi concha, sentí como mis labios vaginales se abrían para dejar paso a esa verga, deje caer mi peso y toda entro hasta quedar solo fuera la base.

Me quede quieta unos segundos, hasta que el me sugirió lo siguiente.

Toma con tus manos tus tetas, acarícialas al tiempo que te mueves, coge a esa rica verga que tienes dentro.

Tome mis tetas y las acaricie, con suavidad mientras inicie a mover mis caderas en círculos, y por momentos me levantaba apenas dejando la punta del juguete dentro de mi concha, poco a poco fui tomando el gusto a esa verga artificial, estaba dura y se acoplaba a la perfección a mi sexo.

Me sorprendió mirar que Román se apretaba con fuerza su verga, mientras observaba mi concha, con sorpresa mire que su verga revivía y se ponía dura.

Aumente la velocidad de mis movimientos al sentarme y apreté con mas fuerza mis tetas, minutos después deje salir la verga para soltar un chorro de líquidos vaginales, Román camino y me ayudo a bajar de la meza, para decir lo siguiente.

  • Mira como me tienes Olga, ahora da la vuelta y chupa esa verga.

Apoye mis manos sobre la meza y abrí mi boca para chupar la verga, al tiempo que Román abría mis piernas y me penetraba estando el tras de mi.

  • A, a, a, a, a, a, a, a, a…que rico lo haces Olga, no sabes cuanto deseaba estar así, es una fantasía que llevo guardada por años, y ahora es como si fuera realidad.

Mientras yo mamaba la verga y el me penetraba, seguí escuchando sus palabras y fui arrastrada por el morbo de la imaginación.

  • Siempre soñé con estar así, con una mujer y otro hombre, que mientras yo me la cojo, ella le mame a el su verga, y después cambiar de lugar, a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a, seria algo formidable que esa verga fuera real y no un trozo de plástico.

Me saco su verga al tiempo que me decía que lo siguiera, se acomodo en el sillón y ahora me tomo de la cintura y con facilidad me subió para ayudarme a sentarme sobre el, mientras me penetraba, su verga se abrió paso y la sentí mas gruesa incluso que la semana pasada.

Tomo con sus manos mis tetas y las apretó, mientras hablaba casi en susurros a mi oído, haciéndome llegar a un estado inimaginable de excitación.

  • ¿Te imaginas? Estar con dos hombres al mismo tiempo, mientras uno te coge rico, el otro te da a mamar su verga, o mejor aun, mientras tú le mamas la verga a uno, el otro te mama tu rica conchita, y quizá tener las dos vergas al mismo tiempo, una en tu concha y la otra en tu ano.

Cerré mis ojos y deje que mi mente imaginara haciendo lo que el me decía, ya mi cuerpo sudaba estaba en el momento mas excitado de la noche, las siguientes palabras que escuche, me hicieron suplicar algo que ya deseaba.

  • ¿Lo harías?  ¿Te dejarías coger por dos hombres al mismo tiempo?

v  Si…si lo haría si tu me lo pides, soy tuya y puedes hacer conmigo lo que quieras…a, a, a, a, a, a, a, a, a, a… ¡por favor, hazlo por mi ano!  Rómpelo, es tuyoooooooooooooooo…a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a.

  • No…aun no es tiempo, cuando decida hacerlo, tiene que ser muy especial. Ahora solo terminemos juntos una ves mas, deja que tus jugos salgan no te detengas.

Ahora yo tome la iniciativa, mientras el se quedaba quieto, me moví haciendo círculos como hice en la meza, metía y sacaba dejando sola la puntita de su verga dentro de mi, mientras el continuaba apretando mis tetas y hablando a mi oído.

  • ¡Eres una mujer muy caliente! Yo solo no podría satisfacer tus deseos sexuales, por lo que tendría que conseguir quien te coja, si tu vivieras a mi lado, te convertiría en una puta de lujo.
  • Probarías muchas vergas, y terminarías disfrutando la situación, ¿te molesta que te llame puta?

v  Noooooooooo, jamás me lo habían dicho, pero ahora creo que soy eso una puta, a, a, a, a, a, a, a, a, a, a, no puedo mas, voy a terminar en otro orgasmoooooooooooooooooo.

Las palabras de Román, tenían un efecto místico en mí, sin duda escuchar que me dijera puta, en otras circunstancias me habría molestado, pero ahora, me hacían sentirme eso…una puta, entregada a los placeres más prohibidos que había tenido.

Enterré mis uñas en sus piernas, mientras terminábamos en un acompasado orgasmo, el jadeaba y yo gemía, mientras una y otra ves me levantaba con sus manos para dejarme caer y sentir su verga explotando como un volcán de lava hirviente.

Con pasos vacilantes nos dirigimos a la cama, caímos desfallecidos y el cansancio nos hizo quedar dormidos profundamente, aun estaba obscuro cuando desperté al sentir su boca en mi concha, el deseo regreso a mi cuerpo y después yo fui quien deseaba mamar su verga, nos fundimos en un rico 69, rato después yo tenia un orgasmo mas y el solo se conformaba con el placer que había sentido, no pudo tener una erección mas.

Antes de salir de la cabaña, me dijo que tomara asiento y escuchara lo que tenia que decirme, me senté y puse atención a sus palabras.

  • Olga, en un par de semanas más, terminaremos la obra y tendré que marchar, quizá no volvamos a vernos… sin embargo, existe una alternativa, pero antes de tomar una decisión, quiero que lo pienses detenidamente, y el próximo viernes, me des una respuesta. ¿Estarías dispuesta a irte a vivir conmigo a la ciudad?

Trate de hablar, pero el me lo impidió.

  • No…ahora no respondas, solo escucha y piénsalo con calma, si decidieras aceptar irte conmigo, ¿a que estas dispuesta?  ¿Me complacerías en todo lo que te pidiera? Ahora, ve a casa y piensa en lo que ha pasado esta noche y ya me darás una respuesta la próxima semana.

Me vestí y Salí de la cabaña, sumida en mis pensamientos, luchando con las buenas costumbres que me habían enseñado, pero pese a todo…estaba dispuesta a dejar todo e irme con el hombre que había dado un giro a mi vida. La fragilidad de mi mente y la debilidad de mi cuerpo, me gritaban que tenía que seguirlo, si era necesario, hasta el fin del mundo.

Los días fueron toda una eternidad, mi nerviosismo era evidente, por momentos temí ser descubierta por mi esposo, y así llego el día que tenia que dar una respuesta a Román y decidir que rumbo tomaría mi vida, mi esposo se despidió por la mañana repitiendo las palabras que ya sabia que diría.

  • Olga, voy a quedarme una vez mas en la obra, solo será este fin de semana mas, ya estamos terminando la obra y quizá el ingeniero se marche a mediados de la próxima semana, cierra bien la puerta por la noche y mañana nos vemos por la mañana.

Salió y se alejo sin imaginar o sospechar, que los fines de semana el ingeniero me cogía, mientras el cuidaba la bodega de materiales, pase el resto del día muy nerviosa, mirando la vivienda que mi esposo construyo para mi, la decisión estaba tomada.

Caían las primeras sombras de la noche, después de bañarme Salí con el cabello aun mojado, era otra noche calurosa, solo me puse un vestido rojo, el cual me llegaba muy por debajo de las rodillas como la mayoría de mis ropas, debajo no llevaba nada.

Camine con pasos pesados, quizá esa seria la última noche que estaría en brazos de Román.

Ahí estaba de pie y desnudo, un nudo en la garganta amenazaba con hacerme llorar, pero pude controlarme, al estar a su lado me abrazo y beso, como presintiendo mi respuesta.

Cuando estaba por hablar, tapo mi boca con su mano y se apresuro a decir.

  • No…no me respondas ahora, primero vamos a disfrutar de nuestros cuerpos y ya al final escuchare tu respuesta.

Su sorpresa fue mayúscula al mirar que solo traía el vestido y debajo no llevaba nada, esta ves me pidió subir al sillón y apoyar mis manos en el respaldo, separo mis piernas y inicio con su lengua a chupar mi ano, sin duda estaba claro que el había descubierto las sensaciones que despertaba chupando mi ano.

Después de unos minutos, me dio la vuelta y ahora mamaba mi concha, esta ocasión sentí que lo hacia con mas pasión, pues en segundos logro hacerme venir, sin importar que lo mojaba con mis jugos, continuo chupando mientras mis gemidos se escuchaban con fuerza.

v  A, a, a, a, a, a, a, a, a, a, a, asiiiiiiiiiiiiiiii…no te detengasssssssssssssss.  A, a, a, a, a, a, a, a, a, a, a.

Cuando se aparto de mi lado, su verga estaba erecta y apuntando desafiante al techo, me apresure a meterla en mi boca estando el de pie, solo unos minutos después le pedí, me la metiera.

El sabía que es lo que yo deseaba, así que la metió y la saco de inmediato, mis jugos estaban embadurnados en su verga, nuevamente chupe y lentamente la fui dejando limpia, parecía que el tenia prisa por terminar el acto, pues se acomodo en el sillón y me sentó sobre de el, sentí miedo al sentir un poco de brusquedad en sus movimientos, pero lo deje terminar y esta ocasión, solo fue el quien termino inundando mi concha con su leche.

  • No puedo mas… ¡por favor dime cual es tu decisión!

Lo mire un tanto con tristeza, pero mis palabras fueron sinceras.

v  Yo… ¡no voy a dejar a mi esposo! Creo que no seria justo.

  • Imaginaba cual seria tu respuesta, y créeme, me siento orgulloso de que así sea, sin embargo, quiero hacerte una propuesta mas.
  • Si yo encuentro una forma de no perjudicar tu relación… ¿aceptarías ir a vivir conmigo?

v  No comprendo, ¿Cómo podría ser posible una relación sin dejar a mi esposo?

  • Te prometo que así será, solo quiero escuchar que me digas si estas dispuesta a intentarlo.

v  Si, estoy dispuesta a intentarlo.

v  En ese caso esta noche dejaremos así las cosas, iras a casa y mañana sabrás lo que he planeado.

Tome mi vestido y después de ponérmelo Salí para ir a casa, al día siguiente cuando Arturo llego a casa por la tarde, me dijo algo que me dejo fría por la sorpresa, ahora comprendía el plan de Román, para llevarme a su lado.

  • ¡Olga! Tenemos que hablar de algo muy importante, ven sentémonos y por favor no me interrumpas… el ingeniero me ofrece ir a una obra que tienen en el norte del país, estaré con otro ingeniero y la paga es buena, solo que hay un problema tengo que ir solo, pero…me ha ofrecido que tu vayas a trabajar a su casa, mientras yo estoy fuera, y a mi regreso pasare por ti. ¿Qué opinas de la oferta?

Guarde silencio unos segundos, pensando  que sin duda el ingeniero sabia lo que hacia.

v  No se, creo que eres tu quien tiene que decidir, pero quizá seria mejor que yo me quede aquí a cuidar la casa.

La respuesta que le di, fue el empujón para darle aun mas confianza, sin duda el no imaginaba la relación que mantenía con su jefe.

  • Mira, el ingeniero tiene razón, tu podrás ganar un poco de dinero y cuando la obra termine ambos regresaremos juntos, además el dice que su esposa es muy buena persona, pero bueno mañana vendrá a platicar con ambos, espero que me apoyes.

Esa noche Arturo me cogió, y mientras lo hacia yo soñaba con lo que me esperaba al lado de Román, Arturo no podía compararse con el, pues apenas tardaba unos cuantos minutos y terminaba inundando mi concha con su leche.

Justo al medio día llego Román y estaciono la camioneta en la entrada de la casa, después de platicar el asunto, Arturo le dio una respuesta favorable, acordando que el me llevaría a su casa donde me instalaría con su esposa, antes de marcharse se dirigió a Arturo diciendo.

  • Arturo, ¿puedes quedarte esta noche en la bodega? Muy temprano llegaran a sacar las herramientas y no quiero que este solo, ah y recuerda, el próximo lunes nos vamos a la capital.

Arturo estaba eufórico, yo igual pero tenia que aparentar mi estado de animo, por la tarde apenas se fue…Salí corriendo a la cabaña, mi curiosidad no podía esperar.

Apenas entré Román me despojo de mis ropas, y mientras me penetraba, me decía que todo estaba arreglado, que en realidad el vivía solo y que una amiga le ayudaría fingiendo ser su esposa.

  • Dime Olga… ¿serás obediente?  ¿Me vas a complacer en todo?

v  Si, todo lo que me pidas…

  • Gracias pequeña, ahora, ve a casa, por que el próximo lunes iniciara una nueva vida para ambos.

Me fui a casa, recordando las palabras de Román, en efecto el día llego y mi vida cambio por completo.

v  P.D. en este momento estoy escribiendo el final de esa aventura, no demorare en subir el final, donde narrare como fue mi iniciación en el sexo anal y en encuentros con más de 2 hombres al mismo tiempo y por supuesto, como fue mi primera doble penetración.