La Seducción

¡Que noche! Hoy despierto para encontrarme al lado de la persona que mas amo en el mundo, mi hijo.

¡Que noche! Hoy despierto para encontrarme al lado de la persona que mas amo en el mundo, mi hijo. La relación con mi hijo empezó tiempo atrás, hace como unos dos años, y nunca nos hemos arrepentido. Es más, nuestro vínculo madre-hijo ha crecido.

Todo empezó un día que entré a su cuarto a alzar su ropa y me encontré sin querer entre sus cosas unas revistas que no tuve que hojearlas para saber su contenido. Es razonable que a un joven de la edad de mi hijo le interesen las revistas de chicas posando desnudas o semi-desnudas. Pero la curiosidad me ganó, así que tomé una y la miré. ¡Wow, solo de ver las fotos me excité! Chicas con unos cuerpos esculturales, pechos voluminosos, unos traseros que al mirarlos solo piensas en una cosa, cogertelos. Ahí estaba hojeando la revista que no me percaté de que una mano ya la tenía en mi vagína, con un dedo dentro. Creo que tuve dos o tres orgasmos en ese rato. Cuando vi la hora me di cuenta de que ya no tardaba mi hijo del trabajo, así que guarde la revista donde estaban las otras acomodé su ropa y me salí de su cuarto. Cuando entre al mío todavía sentía la calentura en mí, pero ya no contaba con más tiempo para masturbarme, pues mi hijo ya estaba por llegar. En ese momento se me ocurrió algo disparatado. Creo que fue por lo caliente que andaba que me desnude por completo y saqué los shorts más pequeños que tenía y me lo puse sin la pantaleta. También me puse una blusa blanca sin nada debajo. En ese momento deseaba que mi hijo me mirara como lo a las chicas de las revistas. Que me comiera con su mirada y entrara corriendo al baño a masturbarse en mi honor. No me estaba dando cuenta que sentía celos de esas putas. Me encaminé hacia la cocina y en eso entró mi hijo y lo recibí con beso en la mejilla como siempre. Me di la media vuelta para entrar a la cocina, pero sentía su mirada devorando mi culo. No digo que tengo un cuerpo como las putas de la revista, pero para mi hijo tengo un cuerpo de diosa. De forma intencionada me movía sensualmente para calentarlo.

Mientras preparaba la comida, él se fue a su cuarto. De rato volvió con ropa más cómoda. Cuando le serví su plato pude ver su bulto y pude jurar que estaba al tope. Había logrado calentarlo como las putas de la revista. Creo que me estaba obsesionando con esto. Desde que mi esposo me abandonó por otra mujer mi autoestima bajo demasiado que me imagine que ya no servia como mujer. Pero ver la reacción de mi hijo me levantó la estima. Mientras comíamos no intercambiamos palabra alguna. Cesar solamente me miraba. Cuando terminé, me levanté para poner mi plato en el fregadero y fue cuando mi hijo soltó su palabra, "que hermosa te vez, mamá". Cuando lo mire ví en su mirada lujuria. Fue cuando me di cuenta de que ya no había vuelta atrás. "¿Te gusta lo que ves?", fue mi pregunta. Él solamente decía que sí. Le pregunte que si me miraba igual que las chicas de sus revistas. Él me dijo que estaba más buena. Cuando se levanto pude ver el gran bulto que estaba casi por reventar sus shorts. Me preguntaba yo misma de que tamaño la tenía. Se veía enorme debajo de su ropa. Se acercó a mí y me abrazó. Fue entonces cuando sentí por vez primera su bulto tocarme. Yo le correspondí con un beso pasional mientras mi mano empezaba su viaje para explorar aquel pedazo de verga. Metí mi mano en su short y me excito el sentirla dura como el acero. Él ya me había quitado la blusa y ahora me devoraba mis pechos como endemoniado. Su verga ya la tenia al aire rodeada por mis dedos que la estrujaban como queriéndola arrancar. En ese momento el me tomo de la cabeza con sus manos y me empujo hacia abajo. Nunca en mi vida había chupado un pene y ahora tenía uno frente a mí. Era como unos 20 cm. de verga. El puso la punta en mis labios y solamente tuve que abrir un poco la boca para que se introdujera. Con sus manos sobre mi cabeza empezó a moverla para cogerme por la boca. Yo le deje, quería que me tratara como su puta. En ese momento deje de ser solo su madre y me convertí en su mujerzuela. Acariciando sus bolas introducía más su verga en mi boca. "¿Quieres verga? Pues toma", me decía a la vez que me la introducía hasta el fondo hasta ahogarme. En eso sentí su semen correr por mi garganta mientras el me sostenía mi cabeza para no retirarla. No pude contenerlo todo en mi boca que tuve que tragarlo. Era un sabor nuevo para mi, algo que me encanto. Lo que me sorprendió fue que al sacar su pene de mi boca todavía seguía erecto y duro. Me levanté y él me quito mi short y dejo completamente desnuda. Me sentó sobre la mesa y me abrió de piernas. Yo estaba completamente empapada. Él puso su cabeza entre mis piernas y comenzó a chuparme mi vagína. Yo jadeaba cada vez más fuerte que creo que se oían mi s gritos hasta la calle, pero no me importo. Solamente saciar mi calentura era lo importante en ese momento. Cesar me hizo tener 2 orgasmos y fue entonces cuando me puso de pie y me voltio. Me dijo que pusiera mi culo a su merced porque me iba a coger por detrás. Lo levante lo mas que pude y fue que sentí su verga entrar por mi útero hasta llegar a mi vientre. Mi hijo, que había salido por ese mismo lugar hace 25 años, ahora parte de él se introducía de nuevo. Yo voltee para verlo a sus ojos y solamente le dije "¡bienvenido de vuelta a casa!" Y volví con mis gritos pues tenía 3 años sin sentir un pene en mi interior. No podía creer que lo tuviera completamente dentro. Sentía sus bolas chocar con mi vagína con cada estrujada. El me tomaba de los hombros para introducirla hasta el fondo y yo me sentía morir que perdí la cuenta de mis orgasmos. El grito mi nombre y supe que se estaba viniendo. Sentía como su semen caliente recorría mi útero. Era como si mi hijo nunca había tenido una eyaculación en su vida. No sabía como sus bolas generaba tanta leche. Cuando termino de eyacular se dejo caer hacia mi mientras introducía más su pene como evitando que su leche se saliera de mi interior. Lo bueno es que yo ya estaba operada para no encargar más hijos. Mi esposo y yo solamente habíamos decidido tener 2, mi hijo Cesar y mi hija Lily, de 23, quien vive con su esposo. Después de la cogida en el comedor lo invité a mi recamara y le dije que de ahora en adelante sería suya también. Me agradeció con un beso y una cogida, la primera en nuestra cama. Esa vez lo cabalgué como loca. Dios, de donde habrá sacado ese potencial. Después de que me volvió a llenar con su leche, me dijo que tenía que salir a hacer un trabajo pendiente.

Media hora después de que salio, oí el timbre sonar. Solamente me puse una bata rápidamente y me dirige hacia la puerta para ver quien era. Al abrir descubrí que era mi hermana Susana que me visitaba cada dos días. Nos sentamos a platicar y ella notó algo en mí. Le dije que después de todos estos años encontré a alguien que me volviera a hacer sentir mujer. Le dije toda la verdad y ella en lugar de juzgarme solamente me miraba callada. No tarde en darme cuenta de que se estaba calentando. Ella me confesó que desde un tiempo para acá también veía a su hijo con el mismo deseo. Creo que viene de familia, ya que las dos somos divorciadas y con el mismo gusto por nuestros hijos. Le dije que se quedara a cenar y ella aceptó. Y en ese momento fantasee con invitarla a nuestra cama, fantasía que llevaría a cabo. Le dije que me bañaría y que ella también lo haría pues se sentía muy acalorada por el clima. Cuando terminamos de bañarnos le presté una prenda que parecía más bien un baby doll. Cuando se lo puso y la vi me calenté. Nunca me había calentado al ver una mujer, pero esta vez se trataba de mi hermana y de pensar que mi hijo la iba a ver así no pude contenerme. No terminamos de arreglar como si fuéramos a una fiesta, y creo que ella percibió mi plan pero no le dio importancia ya que me dijo que esperaba que Cesar quedara impresionado. Preparé la cena, mientras que Susana arreglo la mesa de manera romántica. Como eso de las ochos de la noche llego Cesar y se sorprendió al ver la mesa, pero más aturdido quedo al vernos, a su tía y a mi. Me acerque a él y le di un beso de madre en la mejilla y le dije que había invitado a su tía a cenar. Se acercó a ella y la abrazo poniéndole las manos en su cadera. Ella lo miro y solamente vi cuando Susana pasó su lengua por sus labios de manera sensual como haciéndole ver que estaba decidida a todo. Después de la cena Cesar puso música muy romántica y me invito a bailar. Me tomo muy cerca de él y me empezó a tocar las nalgas mientras bailábamos. Me susurraba al oído que mi hermana nos miraba y entonces fue cuando me beso frente a ella. Me dejo descubierta mis nalgas y las siguió acariciando. Yo le baje la bragueta de su pantalón y le saque pene que estaba al punto. Me agache y se lo chupé. De reojo miro a mi hermana que ya estaba con una mano en su vagína y la otra acariciándose sus tetas. Yo con una seña la invite a disfrutar. Ella no se hizo de rogar y se puso junto a mí y le compartí el pedazo de carne. Creo que ella si era una experta en el sexo oral porque lo chupaba como profesional. Nos lo compartíamos hasta que las dos lo chupábamos a la vez mientras nuestras bocas se juntaban con el pene en medio. Cesar alejo su pene de nosotras y nos dijo que nos besáramos. Lo hicimos de manera muy pasional. Me puso demasiado caliente ver que estaba besando a una mujer y que era mi propia hermana. Cesar se sentó en el sofá con su mano en su garrote masturbándose mientras nos observaba. Nosotras nos estrujábamos sin separar nuestros labios. Nos quitamos la ropa y nos acostamos en el suelo. Ella me puso una mano en mi vagína y me invito a hacer lo mismo con la suya. La tenia demasiada mojada y soltó y jadeo cuando le introducí un dedo. Yo de espalda ella me abrió las piernas y se puso entre ellas y me empezó a devorar mi pucha. Cesar se acerco a mi y me metió su verga en mi boca. Era una sensación nueva para mí, sentir una boca en mi pucha y a la vez una verga en la mía. Entonces Cesar se separo de mi y se puso tras de Susana y de una sola estrujada se la metió. Yo sentía los jadeos de ella en mi vagína mientras me movía con las estrujadas que mi hijo le estaba dando por detrás. Susana me miraba mientras jadeaba. Esto me calentó mas de lo que estaba ver la manera como me miraba. "Cógetela, métesela toda", le decía a mi hijo mientras acariciaba la cabellera de Susana. Ella empezó a gritar cuando mi hijo aceleró sus movimientos. Yo me paré y me puse junto mi hijo y veía como introducía su verga en panocha de mi hermana. Veía como su culo se abría y se cerraba con cada estrujada. Sin pensarlo metí un dedo en su trasero y ella solamente soltó un fuerte gemido. Yo metía y sacaba el dedo mientras acercaba mi cara a él. Entonces con mi lengua se lo lamí. Cesar la introdujo toda y supe que se estaba viniendo, llenándola toda con su preciosa leche. Cesar saco su verga y me la metió en la boca para chuparle el semen embarrado junto con los jugos de mi hermana que quien sabe cuantos orgasmos tuvo. Mi hermana se acerco a mí y me besó. "Esta será una noche muy larga", le dije mientras la invitaba a nuestra habitación. Esa noche experimentamos todas las posiciones. Intercambiamos un 69 entre mi hermana y yo mientras Cesar nos cogía. Nos pusimos en cuatro con nuestros traseros al aire y Cesar nos la metía por detrás mientras nosotras nos besábamos. Fue una noche inolvidable. La habitación olía a sexo. Lujuria total. Terminamos rendidos y no supimos de nada hasta la mañana siguiente.

Al día siguiente Susana y yo nos pusimos de acuerdo para introducir a su hijo a nuestro placer. Quedamos en juntarnos el sábado y pasar el día en la alberca de la casa. Acordamos en ponernos nuestros más seductores bikinis. Durante el transcurso de la semana Cesar y yo seguimos cogiendo cada vez que teníamos oportunidad. Entonces Cesar me dijo que tenía un producto que podía usar con Mauricio, el hijo de mi hermana, que lo pondría supervaliente. Entones supe que ese mismo producto usaba mi hijo para mantenerse encendido. Me dio la botellita y me dijo que vertiera un chorrito en la bebida.

El sábado como a las 10 de la mañana llegaron mi hermana y mi sobrino. Me calenté de solo verlo. No es que no lo haya visto antes, pero de solo pensar en que hoy cogería con su madre y conmigo me puso al 100. Nos salimos al patio donde estaba la piscina y nos pusimos cómodas cada una con su bikini. La verdad es que nos veíamos como unas zorras. Nuestros hijos se pusieron sus trajes de baños tipo bikini. No quitábamos la vista de sus bultos. Entre a la casa a preparar unas bebidas y fue cuando vertí el liquido de la botellita de mi hijo en las cuatro bebidas. En la bebida de Mauricio vertí más que en las otras. Una vez afuera brindamos y nos tomamos las bebidas. Susana y yo nos acostamos a tomar el sol y le dije a Cesar que me pusiera el bronceador. Susana le pidió a su hijo que hiciera lo mismo. Mauricio la pensó un momento pero se animó. Cuando Mauricio se acerco a su madre yo ya la veía caliente por el tamaño de su bulto. Yo empecé a gemir con las caricias de Cesar al ponerme la crema.

Mi sobrino me veía con ojos seductores, que no se percato que su mamá se había soltado su brasier. El efecto del líquido estaba dando resultado. Yo puse una mano en el bulto de mi hijo y lo acaricie. Cesar entonces abrió mis piernas e introdujo un dedo en mi vagína. En eso Susana se paro tomo a su hijo en sus brazos y lo besó poniendo sus brazos para que la acariciara. Mauricio tomo su trasero con sus manos y lo estrujó. Cesar ya tenía su verga frente a mi cara, así que me la metí en la boca. Susana tenia una mano alrededor del pene de Mauricio mientras lo seguía besando. Dios, aquí estábamos, dos mujeres con dos hombres con unos instrumentos de ensueño. Susana ya se había agachado para meterse ese palo en la boca por primera vez. Mauricio solamente gemía con cada chupada que su madre le daba, mientras yo le veía con mi boca ocupada por otro palo. Entonces me paré y me dirigí a ellos y tome a mi hermana y la levante.

Le quite su tanga y le pregunte mi sobrino si se le antojaba. Él solo movió su cabeza en aprobación. Susana se acostó y se abrió de piernas. Yo tomé su pene y le di una chupada y después le dije, "tu madre te dio la vida a través de esa vagína, ahora dale placer por ahí". Y se la dirigí hasta penetrarla toda. Ella lo abrazó con sus piernas y él empezó con el mete y saca. Cesar entonces me tomó y me puso sobre Susana en posición 69 y me metió por detrás. Era excitante la escena. Yo chupaba la panocha de mi hermana mientras veía entrar y salir el pene de mi sobrino que en veces lo sacaba para meterlo en mi boca. Mientras mi hijo me cogía por detrás y mi hermana me chupaba mi panocha. "Cuando te vayas a venir hazlo dentro de ella, pera que realmente te sienta", le dije. Cesar me la sacó y yo le pare y lo invité a la otra silla. Levanté mi culo, el cual le ofrecí. "Cogeme por el culo", le dije, "es mi regalo por hacerme sentir mujer." Él lubrico su pene con mis líquidos y me la inserto por el ano.

Al principio fue doloroso, pero a medida que el seguía, el dolor se convirtió en placer. Yo empecé a gritar. En la otra silla Susana ya se encontraba empinada recibiendo con placer las estrujadas de su hijo. Nos veíamos con lujuria cada quien recibiendo las embestidas de nuestros propios hijo. Entonces me di cuenta que Mauricio se estaba cogiendo a su madre por el culo como mi hijo a mi. Entonces él la saco y se vino aventando chorros de semen sobre las nalgas de ella y su espalda. Cesar también hizo lo mismo. Casi al mismo tiempo, mientras que yo alcanzaba mi orgasmo número…sabrá Dios. Todo ese día nos la pasamos en la piscina. Si nos estábamos en el agua, estábamos fuera, pero siempre cogiendo. Mauricio me cogia mientras que Cesar lo hacia con su tía. Entre los dos me cogían mientras Susana nos observaba masturbándose. También chupaba sus troncos a la vez hasta hacerlos venirse llenándome toda la cara de semen. Susana no se quedaba atrás y también gozaba de los dos mientras yo miraba. Después de ese día pasamos la mayor parte de la semana los cuatro juntos compartiendo las camas de nuestras respectivas casas, y siempre en bikini o baby dolls, ya que de esa manera se excitan más al vernos. Ellos sin embargo siempre se la pasan con sus troncos al aire.

Continuará