La seducción... (3)

...fije la mirada y un penetrante grito salió de mi, esta vez no era de placer sino de rabia y sorpresa, ¡la mujer a la que Daniel machacaba con su polla era...

LA SEDUCCIÓN (3)

El taxi ya me esperaba en la puerta, subí en él y di la dirección de la cafetería, en ese momento mi cabeza era un torbellino de pensamientos, ¿qué hacía yo allí?, pensaba si no me arrepentiría del paso que estaba dando, en las consecuencias que podría tener, en mi familia…a pesar de todo continuaba mi camino y no hacía el menor gesto para detenerme, el continuo cosquilleo que me acariciaba la entrepierna y la sensación de humedad en mi sexo me impulsaban a seguir.

Habíamos llegado, pagué y me bajé, me sentí ridícula con la maleta en la mano en la puerta de la cafetería…pero entré…paseé mi vista por el local y vi a Germán en una mesa situada al fondo, caminé en su dirección, se levantó y esperó que llegara, me quedé frente a él esperando no se qué…cogió mi maleta y la dejó junto a la mesa, luego me tomo de la cintura y me acercó a su boca, dócilmente mis labios se abrieron y su lengua penetró en la mía, sentí el fuego que despedían sus labios y el calor que se apoderó de mi cuerpo, fue un beso largo e intenso y mis defensas, si es que existían, se derrumbaron en ese momento…se separó de mí y nos sentamos mirándonos

  • ¿Te arrepientes de haber venido? – preguntó mientras una de sus manos se posaba en mi muslo más cercano.

  • No…espero no tener que hacerlo…- contesté.

  • ¿Sabes a que has venido? – volvió a preguntar mientras su mano subía por mi muslo sin encontrar el más mínimo obstáculo.

El camarero llegó en ese momento pero el no retiró la mano, el calor de mi rostro me indicó que estaba ruborizada. Pedimos la consumición y aquél se retiró

  • Si – contesté entonces –

  • ¿A qué?- insistió

  • A…acostarme contigo –repuse.

  • ¿Solo a eso? – me dijo burlonamente - ¿vamos a dormir o haremos algo más?

Sentí como me ruborizaba, estaba temblando como una adolescente y, en ese instante, su mano alcanzó mi sexo, un gemido escapó de mis labios mientras que mis piernas se abrían dócilmente, sus dedos se paseaban por la parte frontal de la tela que tan sucintamente protegía mi intimidad y seguían la línea que separaba mis labios vaginales, mi sexo ardía y destilaba jugos sin cesar, yo había perdido la noción de donde estaba, con los ojos cerrados y mordiéndome los labios me dejaba manosear en público por el segundo hombre que tenía acceso a mi coño

  • ¿Te gusta? – preguntó.

  • Siiii…-respondí encendida.

Sus dedos, ya dentro del tanga, se deslizaban por mis mojados labios vaginales, yo, con los ojos entrecerrados temblaba como un flan y cuando sentí como uno de sus dedos me tocaba el clítoris creí morirme, me abracé a él y escondí mi cara en su pecho para ahogar el grito que salía de mi garganta, sentía como mis jugos vaginales bajaban por mis piernas mientras mi corazón latía desbocado…sus dedos, incansables, continuaban "castigando" mi sexo

Desconozco cuanto tiempo transcurrió, mi rostro continuaba apretado contra su tórax mientras sus manipulaciones me hacían casi llorar de placer. Cuando sentí como sus manos, por debajo de mi falda, subían a mis caderas y agarraban la cinturilla del tanga, levanté mis nalgas para facilitarle que me lo quitara. No me reconocía, me estaban casi desnudando en un establecimiento público y, no solo no lo impedía, sino que lo disfrutaba, mi tembloroso coño, mi descontrolado pecho y mi ardiente cara así lo reflejaban. No hubo ni un centímetro de piel de mi intimidad que no tocara, acarició, pellizcó, arañó y me sobó como quiso, notaba el vientre y los muslos mojados y, creo que por primera vez en mi vida, deseé que un hombre me arrojara encima de una cama y abusara de mi cuerpo como quisiera

  • Sácame de aquí, quiero estar desnuda en tus brazos – le susurré.

  • Pídemelo como a mi me gusta – dijo mientras intensificaba sus caricias en mi sexo.

  • Quiero que me lleves a una cama y… que…me folles – dije con un hilo de voz.

Germán me miró de una forma que me asustó y me excitó al mismo tiempo, me estremecí al pensar lo que me esperaba esa tarde, sentía como mi coño no cesaba de producir líquido y mi vientre temblaba convulsivamente

  • ¿Sabes lo que voy a hacer contigo? – preguntó.

  • Creo que sí – musité - …bueno…lo imagino

  • No – contestó – no te lo puedes imaginar.

Me abrazó y acercó su boca a la mía que se abrió incondicionalmente, nos fundimos en un beso apasionado, su lengua me invadió arrancándome nuevas y calientes sensaciones, creí que me ahogaba pero de pronto se separó de mi boca, aspiré aire con ansía, notaba mis pezones hinchados y como mis pechos subían y bajaban descompasadamente. De pronto me tomó una mano y la acercó a su entrepierna, la restregó contra su virilidad y la noté dura y caliente, me guió la mano durante unos instantes y la soltó, instintivamente continué acariciándole por encima del pantalón, me abrazó y comenzó a hablarme

  • ¿Eres consciente de que lo que acaricias te va a penetrar por todos tus agujeros?- susurró a mi oído.

Asentí levemente con mi cabeza mientras continuaba pasando la mano por encima de su duro miembro...

  • Tu coño, tu culo, tu boca…todo tu cuerpo va a ser mío…no voy a tener compasión de ti, voy a enseñarte lo que es ser follada hasta la extenuación

Gemí quedamente mientras mi cuerpo temblaba sin control, me ví desnuda y empalada por esa polla que acariciaba y me corrí suavemente, sentía mis jugos correr por mis piernas y le rogué

  • Ya por favor…lo quiero ya

  • ¿Vas a ser muy putita conmigo? – preguntó.

  • ..Siiii...- respondí gimiendo – quiero que me conviertas en tu puta… quiero ser tu puta…quiero que me trates como una puta

No podía creer lo que estaba diciendo, pero lo cierto es que esas palabras salían de mis labios, igual que no era un sueño el sitio donde me encontraba y lo que estaba haciendo...un hombre mucho mayor que yo me tenía en sus manos y me sobaba con todo descaro en una cafetería, y yo…no solo me dejaba hacer, sino que respondía a sus caricias

  • ¿Donde quieres que esté eso que acaricias?- su voz interrumpió mis pensamientos.

  • Dentro de mí…en mi coño… - respondí entregada.

  • ¿Vas a ser mi yegüita?... ¿Quieres que te monte y te dome?...

  • Siiii…Siiii…Siiii… - contestaba mientras continuas oleadas de flujo manaban de mi vagina.

  • Vamos – me dijo levantándose.

Cuando fui a incorporarme vi que el tanga estaba en el suelo enganchado a uno de mis tobillos fui a cogerlo pero él me detuvo y se inclinó lo tomó en su mano y abriéndome las piernas, me limpio el coño y los muslos con aquel. Llamó al camarero y le pagó dejándole una buena propina, yo no me atreví ni a mirarle porque estaba segura de que había sido espectador de excepción de todo lo que había ocurrido allí.

El camino a su casa se me hizo eterno, Germán me desabrochó los últimos botones del vestido y me hizo sentar en el coche con mis nalgas en contacto directo con la tapicería. Me manoseó a conciencia durante el trayecto y me mantuvo en un estado de calentura constante. Jadeaba y gemía sin cesar ante sus manipulaciones y, de nuevo mis muslos se mojaron, mi vientre se levantaba pidiendo que algo apagara su ardor y tenía la sensación de que mi coño se abría y cerraba constantemente, pronto mi falda estaba en mi cintura y la desnudez de mi vientre era visible para cualquier automovilista que circulara junto a nosotros. Abrí las piernas y arrastré el culo hacia delante, estaba totalmente expuesta y él lo aprovechó, conducía con una sola mano mientras con la otra recorría mi zona más íntima, me estaba volviendo loca, sus dedos jugaban con mi cuerpo y este se abandonaba a su continuo ataque, palabras inconexas brotaban de mi boca

  • ¡Dios!…no pares…por favor…- suplicaba enfebrecida mientras mi sexo se derretía.

No se cuanto tiempo tardamos en llegar a nuestro destino, mi cuerpo solo se concentraba en el placer que estaba recibiendo y todo lo demás sobraba, mientras mi cuerpo se abandonaba cada vez más a sus manejos, mi mente vagaba en el futuro, en un futuro muy próximo. Imaginaba mi cuerpo bajo el suyo y mi coño abierto ante las embestidas de su miembro que, incansable, horadaba mi cueva…me veía en todas las posiciones imaginables, castigada por ese incansable falo que me llevaba una y otra vez al éxtasis. Súbitamente noté como nos habíamos detenido, abrí los ojos y vi que estábamos en un garaje, Germán me abrió galantemente la puerta, me bajé y me arrojé en sus brazos, nos besamos mientras notaba como me desabrochaba los pocos botones que seguían cerrados, le dejé hacer…pronto estuve desnuda con excepción de mi sujetador que él, con un hábil movimiento, desprendió rápidamente. Estaba desnuda en un parking con un hombre que me iba a follar a su antojo…y estaba deseando que lo hiciera. Nos dirigimos al ascensor mientras nos acariciábamos salvajemente, entramos y me empujó hasta una de las paredes, con una de las rodillas me hizo abrir las piernas y apretó su pubis contra el mío, sentí la dureza de su polla contra mi coño y un gemido escapó de mis labios

  • Aaaaggghhh –

Por primera vez sentí su boca en mis pechos, me mordía levemente los erectos pezones mientras su polla se restregaba contra mi abierto sexo, mi cuerpo era un volcán a punto de entrar en erupción…un mordisco un poco más fuerte me hizo gritar y abrí los ojos, me ví reflejada en el espejo y no me reconocí, mi cara estaba roja de pasión y de la pintura de mis labios que se había corrido, mis ojos brillaban enfebrecidos. El ascensor paró y me tomó en brazos, no se como, pero en segundos me soltó y caí en una blanda cama, miré alrededor y quedé impresionada, estaba en un enorme lecho y rodeada de espejos por todas partes. Miré a Germán que, prácticamente, se arrancaba la ropa, cuando se despojó de la última prenda un nudo se me hizo en la garganta…su polla era enorme

Subió a la cama y puso una rodilla a cada lado de mi cuerpo, su sexo tocaba mis pechos y mis ojos no se podían apartar de ese cilindro de carne. De repente se puso en movimiento, besó y lamió cada milímetro de mi cuerpo, me manejó como quiso y me hizo adoptar todo tipo de posturas, me chupaba con ansia y mi cuerpo respondía a la pasión que me transmitía, pronto me convirtió en un juguete, inerte, me dejaba hacer todo lo que el imponía y lo disfrutaba como una perra, ahora comprendía esa expresión que solo había oído en películas... PERRA, así me sentía y… solo esperaba que mi macho quisiera tomarme…mi cuerpo temblaba y brillaba con el sudor que las caricias de German hacían brotar

Un repentino calor en mi entrepierna me hizo incorporarme un poco y mirar hacia abajo, su polla estaba a escasos centímetros de mi hendidura que se abría espasmódicamente, vi mi rubio vello púbico mojado de mis secreciones y una gota de transparente líquido que salía del orificio que coronaba la polla que me iba a invadir, exhalé un suspiro y dejé caer mi cabeza

  • Aaaaaaahhhhhh…yaaaa... lo quiero ya… -le pedí.

  • ¿Cómo lo piden las chicas buenas?- preguntó mientras, por primera vez, sentía su polla recorrer mi mojada raja de arriba abajo.

  • Por favor... –rogué mientras un escalofrio me subía por la espalda- …dámelo ya

  • ¿Y las chicas malas? ¿Cómo lo piden las chicas malas?- se burló mientras continuaba paseando su miembro entre mis labios vaginales.

Levanté las caderas buscando su sexo

  • Tómame…fóllame…quiero tu polla dentro de mí… la necesito ya…no me hagas sufrir… - le supliqué.

  • Tu hermana luchó, tuve que atarla para convencerla, ¿tu no lo haces?-

Un estremecimiento me recorrió pensando en la escena de verme atada y sometida por él

  • Noooo – repuse – soy tuya…te pertenezco…quiero que te apoderes de todo mi cuerpo

No pude continuar, ese fue el momento que él decidió tomar mi cuerpo, una profunda embestida y su polla se hundió como una daga dentro de mí, por un momento me quedé sin respiración mientras notaba como mis paredes vaginales se abrían al paso de su conquistador, sentí su pubis estrellarse contra el mío y como nuestros vellos púbicos se confundían, nunca me había sentido tan llena y un alarido de placer y dolor me salió del alma

  • AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH –

Germán se quedó quieto y me miró, le devolví la mirada con lágrimas en los ojos

  • Adelante- le pedí – hazme gozar.

No tuve que repetirlo, inició lentamente sus entradas y salidas de mí y paulatinamente fue incrementando su ritmo, las molestias que experimenté inicialmente, desaparecían al tiempo que mi vagina se adaptaba al tamaño de su polla. La cabalgada fue increíble, mi vientre ardía y el placer invadía hasta mi última célula, un primer gran orgasmo me sacudió el cuerpo, la sensación fue increíble, mi cuerpo se arqueó mientras mis entrañas parecían vaciarse…aullé…grité mi placer con rabia, un pensamiento cruzó mi mente, ¿como era posible experimentar esa sensación?...la voz de Germán me hizo regresar a la realidad

  • ¿Te gusta, putita? – preguntó mientras proseguía, incansable, batiendo mi coño.

  • Siiii…Siiii – contesté jadeante - …me gusta…me estás matando de placer…sigue

  • ¿Tu marido te da esto? – insistió.

  • Nadie…tuuu…solo tuuu…- respondí rendida –

  • Córrete para mí puta – me ordenó.

Un latigazo sacudió mi columna vertebral y otro orgasmo me hizo gritar de nuevo…no era posible, pensaba mientras me vaciaba de nuevo.

  • ¿Cuántas personas te han follado? – volvió a preguntar mientras continuaba con su sistemático ataque a mi coño.

  • Solo mi marido y tú – respondí entre gemidos.

  • No te creo – dijo deteniendo su ataque.

  • Te lo prometo –contesté moviendo mis caderas buscando la reanudación de sus acometidas.

Pareció creerme y comenzó a moverse de nuevo y en pocos segundos entraba y salía de mi con un ritmo asfixiante, mi vientre comenzó a temblar de nuevo mientras una nueva ola de calor subía del coño al pecho, no lo podía creer…me iba a correr de nuevo. Rodeé con las piernas la cintura de mi amante y lo apreté contra mí, ahora sentía su polla aún más dentro y noté como se hinchaba, estaba a punto de correrse en mi interior y ni hice nada por evitarlo, lo mantuve pegado a mí, la cabeza se me iba mientras el placer me invadía

  • ¡¡¡¡Me corro!!!!…¡¡¡¡me corro!!!!…¡¡¡¡me corro!!!!… -comencé a gritar casi con histeria.

Las embestidas de Germán se hicieron mas lentas y profundas, en una de ellas se detuvo con su polla en lo más profundo de mí y, de repente, sentí el calor de su semen y alcancé el clímax, mi vientre abrió sus compuertas y lloré de placer, mis jugos mojaban el vientre de mi macho y bajaban por mis nalgas mojándome el culo. Al sentir su tercera descarga de semen perdí la noción de todo, nunca me había sentido como en ese momento, bajé las piernas de su cintura e intenté relajarme, su polla se iba deshinchando dentro de mí y pronto Germán se separó de mí y se tendió a mi lado. Bajé la mano y metí dos dedos en la vagina, sacándolos empapados de su semen y mi flujo, los acerqué a mi boca y los lamí golosamente…me gustó su sabor.

Nos metimos debajo de las sabanas y nos abrazamos, Germán jugaba con mis pechos que seguían hipersensibles. Mi mano bajó y tocó su polla que noté pegajosa y muy caliente, me sorprendió su tamaño aún enorme a pesar de la larga e intensa sesión de sexo que habíamos tenido

  • ¿Ha sido mejor que con mi hermana? – pregunté infantilmente.

  • Diferente, ha sido diferente – respondió sonriendo.

  • Pero…- inicié una pregunta –

  • He disfrutado contigo, eres una mujer caliente y te gusta el sexo, eso es lo importante. A partir de ahora serás diferente y…yo te ayudaré a que cada día te sientas mas libre y mejor…te convertiré en lo que tú quieres…en una puta.

  • En tu puta – argumenté –

  • En una puta – respondió recalcando la última palabra – y te gustará.

Me estremecí e, instintivamente, apreté su miembro.

  • ¿Es cierto que solo has follado con tu marido? – inquirió.

  • Si…es cierto – respondí.

  • ¿Ni has tenido ganas y oportunidades?- volvió a preguntar.

  • ...Si…a veces he pensado tener una aventura y, de hecho, sentí envidia de mi hermana cuando se fue contigo, algo me atraía de ti desde que te vi en la playa, a mi hermana le decía que eras inquietante, me hubiera encantado ser yo la elegida… - le contesté.

La narración se interrumpió cuando entró Daniel, Germán que leía en un sillón, se incorporó al ver a su hijo y ambos se dirigieron hacia nosotras, nos miramos y a continuación dirigimos la mirada hacia ellos, ya estaban al pie de la cama y esperaban, la desnudez de Germán contrastaba con Daniel completamente vestido…mi vientre comenzó a contraerse mientras mi sexo se humedecía a paulatinamente, miré a Marta que se mordía los labios, pude notar la agitación de su pecho y como sus pezones comenzaban a erizarse.

  • Desnúdame – dijo Daniel dirigiéndose a mi hermana.

Marta se levantó sumisamente y situándose ante él le quitó la camisa, a continuación se arrodilló y desabrochó el cinturón del pantalón y bajó este, no llevaba ropa interior y la polla de Daniel saltó como un resorte. Mi hermana la tomó entre sus manos y la introdujo en su boca, miraba a su amante directamente a los ojos mientras lamía su miembro, parecía esperar un gesto de aprobación de él

Me sobresalté al sentir un roce en una de mis ingles, Germán se había arrodillado en la cama y su lengua comenzaba a pasearse por mi intimidad, me retorcí de placer y, tomándole de la cabeza, acerqué su cara a mi coño, su caliente lengua se hundió en él y me arqueé gimiendo como una perra en celo. Restregué mi sexo contra la boca de mi macho y musité

  • Cómemelo…así…así… - decía mientras sentía las contracciones de mi sexo ante sus caricias.

Un grito de mi hermana me hizo volver la cabeza, junto a la cama Daniel la había atado a esa especie de potro que la mantenía inclinada en un ángulo de cuarenta y cinco grados, abierta de piernas y con los dos orificios a su entera disposición, con una mano manipulaba aquellos y con la otra azotaba rítmicamente sus nalgas

Un pequeño mordisco en el clítoris me hizo emitir una exclamación y apartar la vista de ellos

  • Cuando te follo me miras a mí – dijo Germán mientras me retorcía los pezones.

Asentí y moví circularmente mis caderas buscando más acción de su boca contra mi coño, en ese instante me vino a la mente las comidas de coño de mi taxista favorito, Antonio, recordé sus salvajes ataques contra mi sexo y los añoré, hacía mucho tiempo que no estaba con él. Redoblé mis movimientos y sentí como mi vagina, ahora totalmente abierta, era invadida por la lengua de mi amante…mi respiración se iba agitando por momentos y mis gemidos, mezclados con el ruido de los azotes de Daniel y los gritos de mi hermana, invadían el aposento.

Germán me coloco de rodillas en la cama, mirando hacia mi hermana que tenía los ojos cerrados y ya no gritaba, gemía con la cara descompuesta por el placer. Sus pechos colgaban y se agitaban al ritmo de los acompasados azotes de su amante y, repentinamente, vi como su cuerpo se envaraba y abría desmesuradamente los ojos, a continuación su cabeza se levantaba y un grito salía de su garganta…había sido penetrada…no pude seguir mirando, en ese preciso instante la polla de Germán invadió mi coño con una fuerza inusitada, entró con una facilidad total y sentí como me llegaba hasta lo más profundo de mi ser, mi grito pareció el eco del de Marta

A partir de ese momento padre e hijo nos llevaron al culmen del placer, los gritos y gemidos de los cuatro se confundían con el sonido de los cuerpos al chocar en cada embestida y el chapoteo de nuestros chorreantes sexos. Los hombres llevaban la iniciativa ordenando, incitando y recitando obscenidades que multiplicaban el placer producido por la penetración. Perdí la cuenta de mis orgasmos, mi cuerpo respondía al "castigo" que recibía y yo no comprendía de donde sacaba fuerzas, estaba rota por el placer y de mi boca salían palabras pidiéndole más. En un determinado momento mis brazos fallaron y caí en la cama sobre el pecho, mi culo quedó aún más expuesto y Germán lo aprovechó para iniciar el asalto final, sus embates eran cada vez más lentos y profundos y yo aún le pedía más. Cuando dos de sus dedos invadieron mi ano, un aullido brotó de mi garganta, mi esfínter ni se resistió, estaba abierta por y para él…oía de fondo los sonidos de la otra pareja pero yo estaba entregada, solo me interesaba mi placer y el del macho que me lo estaba proporcionando, mi cuerpo exhausto esperaba la culminación y esta llegó cuando Germán lo ordenó

  • Ahora…córrete ahora…conmigo… - oí que decía.

Mi cuerpo, obediente, se abrió y exploté en un orgasmo inenarrable, sentí que el aire me faltaba mientras la caliente simiente de mi amante me llenaba las entrañas, me sentí la más puta y la más feliz de las mujeres. Cuando Germán se salió de mí, me derrumbe en la cama y miré a mi hermana, Daniel estaba quitándole las correas que la ataban al potro y su cara reflejaba el placer que había recibido, sus pechos, con los pezones de un tamaño increíble, colgaban y se agitaban con fuerza, mientras unas oscuras ojeras ensombrecían sus rostro…su boca abierta era la representación de la hembra satisfecha….

(CONTINUARA)

P.D. Mis disculpas por la tardanza, pero la obligación está antes que la devoción.