La Secretaria Eficiente

Joven secretaria de pequeña empresa, decide correrse una aventura con cada uno de los compañeros de oficina. Cinco historias que nos va contando al detalle y así os las transmito.

LA SECRETARIA EFICIENTE

Mi madre me bautizó un día como Alicia y soy la típica secretaria valeparatodo habitual en pequeñas oficinas que no pueden tener mucha plantilla de personal, era una oficina gestora de trámites oficiales como escrituras de viviendas, vehículos, gestión burocrática con administración, etc…… Debido al tipo de trabajo me obligaba a salir mucho a la calle unas veces, las más, sola o acompañada otras a los diferentes estamentos donde debía de gestionar algo. El resto de la oficina se componía de cinco más, el jefe y propietario y cuatro oficiales cualificados de un nivel de estudios más bien altos, excepto el jefe que era algo madurito los otros eran jóvenes como requería el puesto de personal muy ágil y desenvuelto, en pocas palabras un sitio bastante cómodo y agradable de trabajo poco habitual hoy día.

Yo a mis veintiocho años era la segunda más joven de la oficina, soltera un poco cabeza loca fuera de mi trabajo y aunque esté mal decirlo creo que estoy medianamente bien, por lo que me dicen y por lo que me veo en el espejo. Aún soltera porque me considero que no ha llegado el momento de ataduras todavía y como he dicho un poco cabeza loca pues cada vez que me apetece le doy a mi cuerpo lo que pida, sobre todo en cuanto a sexo, me gusta y aunque no con todo el mundo con los que me agradan suelo frecuentemente dar rienda suelta a mis instintos. Siempre guardando cierta discreción pues en esta sociedad te cuelgan un San Benito en menos tiempo que canta un gallo. O sea que aunque esté soltera tal vez estoy más satisfecha sexualmente que muchas casadas.

Por lo que he descrito se comprende que a mi joven edad ya lo tengo probado todo o casi todo referente a lo sexual, ya en mi juventud le di aunque con moderación a mis instintos. A los quince años nos reuníamos unas pocas amigas para masturbarnos con charlas o viendo alguna revista que caía en nuestras manos y un año más tarde me dejé toquetear por un chico con el que después de algunas veces calentándonos le hice una paja mientras me besaba y acariciaba mis pequeños pechos. Hasta los dieciocho eso de hacer pajas me encantaba, ver el placer que les proporcionaba y la excitante salida de leche de una polla me ponía hasta hacerme masturbarme. Me excitaba en particular el ver salir la leche con presión hasta una buena distancia, hecho bastante habitual cuando se es muy joven, llegué a juntarnos tres amigas con los correspondientes acabando viendo cual de los tres llegaba más lejos eyaculando y quien echaba más cantidad. A uno de ellos le bautizamos con “El lechero” pues ya os imaginaréis, no era muy agraciado pero soltaba cada lechazo.

Ya a los dieciocho decidí probar aquello de follar, con la mala fortuna que aunque mi pareja elegida era un cuerpazo y de una cara encantadora resultó ser un autentico inexperto en el sexo y para colmo con eyaculación precoz. El tiempo me ha demostrado hasta hoy en día que no hay que fiarse del aspecto externo, con el inconveniente de ¿Cómo saberlo?, y la única forma es probando varias manzanas porque tampoco es de fiar del todo lo que te pueda contar una amiga, para ella puede que sí y para otra… De lo que si me convencí es que para una joven, en este caso a mí, deberían de ser con experiencia y no importando que fuesen un tanto mayores que yo sin llegar a muy adultos. Así que hasta hoy y hablando o mejor dicho escribiendo un poco vulgarmente le he abierto mis piernas a muchos hombres, conociendo todo tipo de vergas y de estilos de sexo con hombres. Yo me atrevería a decir que tengo un cierto furor uterino, sin que ellos lo sepan he llegado en un día que me lo propuse y lo preparé a estar con tres hombres, nunca lo he hecho a la vez, es de las cosas que tengo pendientes de probar.

Volviendo a la oficina entre mis compañeros había de todo, profesionalmente magníficos, y personalmente cada uno hijo de su padre y su madre. Se que algunas veces los he puesto un poco calientes, ya os imaginareis pantalones ajustados, escote un poco abierto realzando los senos, miradas algo indiscretas y toda esa serie de artimañitas que las mujeres usamos. La reacción de ellos era de lo más diverso, desde el que discretamente mira y no dice nada al que te llama de todo. Pues un buen día se me pasó por la mente el porqué no acostarme con alguno de ellos, ¿El más joven? soltero y con un cierto atractivo, ¿El maduro? calladito, ¿El jefe? tan señor y llegué a una absoluta conclusión, ¡CON TODOS!, porqué no, podría ser de lo más excitante y divertido con la precaución de conseguir el que no se enterasen entre ellos pues se perdería el incentivo pudiendo pasar a ser “La puta de la secretaria”, ya no sería divertido ni mucho menos excitante. No había mucho que planificar, no había limitación de tiempo, ¿Por quién empezar?, daba igual lo importante es que se presentase una primera oportunidad.

PRIMERO - (ANDRES):

Imaginaba quien podría ser y así fue, Andrés el más joven que a menudo salíamos juntos para hacer gestiones en ministerios, delegaciones……. repartiéndonos el trabajo sin limitaciones de horario pues al tener que hacer esperas habitualmente se sabe cuando se empieza pero no cuando se termina.

Al poco de mi atrevida decisión nos mandaron a Andrés y a mi a la Delegación Regional de Trabajo para dos gestiones distintas aunque para el mismo cliente. El jefe ya pensando en que se podría tardar algo nos dijo que fuésemos sobre las 11 am. ya dando por casi seguro que se pasaría la mañana y por la tarde empezábamos a las 4:30 pm. así lo hicimos terminando yo sobre las 12 h. y Andrés a la 1:30 pm. Se me ocurrió pedirle a Andrés si comprábamos algo de comida rápida y como tenía que ir al apartamento que compré y estaba a medio montar ya medio año comíamos algo y después tomaríamos café antes de volver a la oficina. Andrés accedió, era también soltero y uno o dos años menor que yo, no viendo nada de intencionalidad en la invitación. Compramos la comida y la bebida y rápidamente nos dirigimos al apartamento esperando que no se enfriase el plato caliente, cosa que no ocurrió. Aunque fuimos en Metro y tardamos poco, el apartamento estaba alejado del centro pero muy bien comunicado por medios de transporte público y la comida llegó algo tibia.

.- Déjame los platos calientes, no hay micro-ondas pero el horno funciona y mientras nos tomamos las ensaladas. Perdona que falte de todo, está a medio montar como ves.

.- No tiene importancia Alicia, hay lo suficiente.

En pocos minutos habíamos terminado y no había que fregar nada, todo era de usa y tira y como el pequeño salón estaba unido por un mostrador con la cocina le invité a sentarse en el sofá poniendo un poco de música de ambiente y sin que lo apreciara desabrochándome un par de botones del escote y al aproximarme a el con la intención de sentarme a su lado le hice una agachada de esas que sabemos hacer las mujeres cuando queremos enseñar algo. Mecánicamente sus ojos me llegaron hasta la cintura por el escote.

.- ¿Qué miras pequeño?

.- Lo que tú me enseñas que no es nada desagradable precisamente.

.- ¡Mira qué golferas se nos vuelve!

.- ¡Coño Alicia me las estás enseñando tu! Y por lo que he visto merece grandemente la pena el distraer la vista.

En ese momento me abrí la camisa hasta la cintura, sin quitármela dejando mis pechos con un sujetador de encaje muy fino que dejaba transparentarse los pezones y su corona levemente pues yo era rubia y le dije:

.- ¿Tu crees que merece la pena mirar esto?

.- ¡Dios, si merece la pena!, Alicia me estás poniendo caliente y se me pueden ir las manos, me estás poniendo nervioso.

.- Tranquilo Andrés, los dos somos adultos y sabemos lo que hacemos.

Le abrí su camisa y solté su cinturón deslizando mi mano dentro, la tenía empalmada y caliente, él cayó hacia atrás en el sofá como entregándose. Yo saqué la mano para bajar mi pantalón vaquero y quedarme en bragas y sujetador, las bragas eran haciendo juego con el sujetador del tipo coulote y parándome delante suya le pregunté:

.- ¿Te gusto chico?

El se había bajado el pantalón y se había quedado con el slip y pasándose la mano repetidamente por su bulto contestó:

.- ¡Que buena que estas Alicia, no me lo podía ni imaginar!, además con esa ropa interior que llevas es suficiente para que arda. Tócate y me pones aún más ¡preciosa!.

Estaba delante de Andrés como a metro y medio empezándome a frotar por encima de las bragas mi coñete y sacando algún pecho del sujetador. En esto Andrés bajó un poco su slip dejando salir su picha y testículos fuera, la tenía descapullada por estar operado de fimosis, se escupió en la mano un par de veces y empezó a menearla mientras los ojos se le iban encima de Alicia.

.- Ladéate las bragas y enséñame tu coño, así, ¡Qué preciosa vulva!, ven que te lo coma.

Me acerqué hasta el que continuaba sentado dejando mi pubis a la altura de su cabeza, sin dejar de meneársela con la otra mano abrió mi vulva metiendo su lengua desde abajo hasta el clítoris donde se detenía chupándolo. Al poco me pidió que me alejase de nuevo.

.- Date tu encanto, ¡saca una teta!, me muero mirándote de lo buena que estás. La tengo ardiendo y más tiesa que una botella.

Si que aparentemente la tenía que tener muy dura, yo seguía dándome con el dedo en el clítoris y acariciándome los pechos, al poco empecé a sentir convulsiones del placer del pajazo que me estaba haciendo mientras lo miraba.

.- ¡Me estoy corriendo Andrés!, ¡Dios qué gusto, va por ti!. ¡Córrete coño, quiero ver salir tu leche!

.- Ahí la tienes putona, ¡Toma lecheeee……!

Su polla bramó y expulsó la leche en un primer golpe hasta casi mis pies, fue muy abundante y después solamente le salió un poquitín quedando en su mano. Estaba tan caliente que expulsó de un golpe toda la carga de leche, sin llegar a metérmela aquello fue de lo más excitante, me trajo a la mente por su juventud las pajas que hacía de chavala a los chicos. Ambos quedamos un buen rato echados en el sofá sin decir palabra mientras nos recuperábamos.

Al poco nos vestimos, no sin alguna caricia, para irnos a tomar un café y después de nuevo a la oficina, hablando entre nosotros de lo sorpresivo que había sido aquello y haciéndole prometer a Andrés de que no diría nada a nadie de la oficina, que me lo jurara. Que sería la única forma de poder juntarnos alguna vez para seguir retozando.

.- Ya sabes que me debes un polvazo.

.- De acuerdo Alicia, dímelo con algo de tiempo para que no me haga ninguna paja al menos en 24 h. por estar acordándome de esto.

SEGUNDO - (MARCOS):

Me dije que había que ir pensando quien sería el próximo compañero y me vino a la memoria Marcos, el aparentemente más salido de todos, era el que se metía conmigo, el que me echaba piropos o no, el que se veía más lanzado. Como siempre se estaba metiendo conmigo sería cuestión de seguirle la corriente un día. No tuve que esperar mucho para que se activase el detonador, iba yo ese día más bien ajustadita marcando bragas y sujetador cuando al pasar a la fotocopiadora me dijo:

.- Hoy estás para algo que no puedo decir.

Continué echándole una sonrisa y cuando volvía de hacer las fotocopias le dije:

.- ¿Qué es lo que no puedes decir?.

.- No me enciendas, no me enciendas.

.- Lleva cuidado no ardas.

.- Hoy estás más salido de la cuenta Marcos.

.- Lo normal.

.- Oye, me invitas a una copa al salir esta tarde sin que se entere toda esta colla.

.- Encantado cielo, avisaré que llegaré más tarde.

.- A ¿Quién?, a tu mujer….

.- No, va a ser a tu madre.

Marcos de fachada era muy brabucón pero realmente es un gran compañero y una excelente persona. Ese día al salir me esperó debajo de la oficina disimuladamente oculto y cuando salí yo sin mediar palabra se me puso detrás  y me susurro:

.- ¿Se ha perdido Vd. señorita?, le veo cara de buscar algo.

.- ¡Jesús!, me has asustado.

.- ¿Dónde te apetece esa copa?

.- Tu mismo Marcos.

.- A dos manzanas de aquí hay un pub bastante mediano y aceptable, con música de ambiente y no demasiado alboroto.

Era un pub ciertamente agradable, un poco tirando para parejitas, montado con mucho gusto. Nos sentamos y pedimos al camarero un yin-tonic y un cubata de Tanqueray. Decidí atacar pronto a ver que pasaba.

.- ¿Marcos, porqué siempre estas pensando en faldas o en sexo?, eso no es bueno, un tanto sí pero es que tú siempre estas dale que te pego. A mi francamente no me molesta, eres un compañero y de momento ni eres grosero ni muerdes.

.- Alicia, soy así no puedo evitarlo, me gusta el sexo y las mujeres me encantan, se entiende las buenas mujeres.

.- Me viene a la mente algo que me vas a corregir o perdonar si me equivoco. Es posible que tengas insatisfacciones sexuales de algún tipo.

.- Es un poco fuerte contestar a eso pero si que puede que haya algo en el fondo y ya he dado por perdido retornar a nuevas experiencias.

.- ¿Las has buscado alguna vez fuera de tu casa?.

.- Un par de veces.

.- Eres seco pero sincero, ¡No pierdas nunca la esperanza!, eso es lo último Marcos. Yo también he tenido muchos fracasos pero he esperado siempre el éxito y lo he encontrado más que los fracasos.

.- ¡Coño! tú con tus años, con ese cuerpo y cara y con una vida entera por delante, ¡no me jodas Alicia!, si estás que rompes.

Decidí atacar a lo bestia, el tema estaba caliente y no era cuestión de perder la oportunidad, así que acometí:

.- A mi, no siempre pero me gustan los hombres maduros con buena experiencia, no hay que fijarse siempre en la apariencia, los fracasos suelen ser tremendos. Marcos, no contestes si quieres: ¿Tu te acostarías conmigo?.

.- Joder, Alicia, me estás proponiendo una aventura.

.- Porqué nó.

.- Vamos a ver, tranquilos, ¿Me estás hablando en serio?.

.- Si ale, ya lo he dicho y no me vuelvo atrás, cuando tú dispongas.

.- Déjame que lo piense Alicia, ya te digo algo bonica.

Seguimos así como media o tres cuartos de hora más y Marcos cayó en la posibilidad de ir a una pequeña casa que tenían en la sierra en un pueblo cercano, pero tenía que asegurarse bien. Nos fuimos y le dije que permanecía a la espera de lo que me dijese.

Esta semana transcurrió normalmente, no sin ciertas miradas que Marcos me echaba en la ofi, pero a la semana siguiente el miércoles me dijo Marcos:

.- Alicia, ¿Puedes este sábado a la tarde?.

.- Creo que sí.

.- Ya te comento mañana, dame tu teléfono.

Al siguiente día me llamó y me dijo que lo había preparado para poder irnos después de comer a la casita de la sierra y para no molestarme mucho me pidió donde me recogía el sábado y a qué hora, por lo que le di la dirección de un bar cercano a casa que yo le esperaría sobre las tres pm. tomando café, que me llamase cuando estuviese cerca.

Llegado el sábado y tal como le pedí me sonó el teléfono y le pedí que esperase un segundo al principio de la calle que iba enseguida, pagué y me dirigí a donde suponía estaba, un pequeño toque de pito llamó mi atención y allí estaba Marcos, subí rápidamente y le pedí saliera de allí pronto, es mi barrio y no sea que me conozca alguien. Marcos me dijo que no habiendo trafico podíamos tardar entre una hora o un cuarto más, ya casi a la salida de la ciudad notaba que Marcos hablaba muy poco o con monosílabos y le pregunté:

.- Marcos, me da la sensación que te pasase algo, vas muy callado.

.- Estoy un tanto nervioso, necesito relajarme.

.- Acaso tienes algo de remordimiento por tu familia, eso no es bueno. Casi te diría que es mejor dejarlo.

.- No, en absoluto, es la increíble situación en que me encuentro. Estoy con Alicia y vamos a follar, perdona.

.- Nada que perdonar, hablando así veras como te distensionas, suelta alguna picardía de las tuyas.

.- Gracias creo que eso me calmará y cuando lleguemos ya estaré más tranquilo. Te puedo hacer una pregunta muy particular.

.- Claro, todas las que quieras, lo más que puede pasar es que en alguna enmudezca.

.- ¿Follas a menudo Alicia?.

.- Se podría decir que si, me gusta y disfruto sin perjuicios de ningún tipo, no me gusta tener limitaciones, ya llegará el momento de tenerlas.

.- Encima estando lo buenísima que estás, las tendrás como quieras.

.- ¿las?, a que te refieres.

.- A las pollas Alicia, los rabos.

.- Que basto eres.

.- Ya estoy más tranquilo, hasta estoy notando que se me va poniendo algo dura.

.- Anda, sigue que tendremos tiempo para todo.

Así continuamos hasta llegar a un pequeño pueblo que pasamos y nos desviamos por un estrecho camino donde al poco se paró en una pequeña casita, aparentemente muy coqueta, se paró y abrió el pequeño garaje donde guardó el coche apuntándome:

.- Es que así nadie verá el coche no sea el demonio que quiera acercarse nadie.

El garaje se comunicaba con la casa directamente con la cocina, la casa era pequeña pero muy bien instalada como casa de campo o sierra, vi a Marcos encender el calentador y preguntándome si deseaba tomar algo, si lo tenía, nos dirigimos al saloncito abriendo alguna ventana para que entrase la luz. En ese momento se me quedó mirando a los ojos acercándose a mi y pasando una mano por detrás de mi cintura me abrazó llevando su boca hacia la mía sorbiendo mis labios con fuerza y pasar a meterme su lengua palpando la mía para luego pasar a besuquearme muy suave por los labios, orejas, cara y cuello.

.- Oye, besas muy bien, me ha gustado y lo del besuqueo me ha hecho empezar a ponerme caliente.

.- Alicia, antes de empezar nada quieres que me duche.

.- Me imagino que ya lo estás, lávate un poco tu asuntito y te traes una toalla. Yo me he duchado poco antes de salir de casa, sexo si pero limpitos.

.- Vengo enseguida, ves preparándote cielo.

A los pocos minutos volvía Marcos solamente con el slip puesto y una toalla en la mano, yo me había quitado la camisa y la falda que me había puesto esa tarde quedándome solamente con mi tentadora ropa interior de encaje lo que le hizo exclamar:

.- Estas excitantemente preciosa, ¡Dios que cuerpo!.

Aún los dos en pié me volvió a abrazarme acariciándome con sus manos por todo el cuerpo, suave, pasando una mano por la vulva por encima de las bragas, acariciando mis pechos también por encima del sujetador. Seguidamente empezó a besarme por todo el cuerpo sin quitarme nada de ropa, unas veces con la lengua otras con los labios, particularmente me dio un golpe de excitación cuando me besaba y lamía la cara interna de mis muslos pasando a pasar su lengua por encima de las bragas. Poniéndose en pié metió su mano en el sujetador sacando uno de los pechos, que inmediatamente pasó a chuparlo metiéndose toda la corona y el pezón en su boca, su lengua suave me estaba excitando y me dijo:

.- Tienes unos pechos de locura, tersos sin necesidad alguna de sujetador y unos pezoncitos  que llaman a comérselos y esa corona hinchadita que los rodea me pone malo, es pezón y corona de niña de dieciocho años.

Continuó acariciándome y desprendiéndome del sujetador, yo aprecié el bulto que se le había formado en su slip y mi mano instintivamente se fue encima de él acariciándolo por encima y notando como le venían golpes de empalme me estaba excitando cantidad, en una de las caricias mi mano se deslizó dentro del slip cogiéndole su polla y llamándome la atención el grosor que estaba notando. Con la otra mano le bajé algo el slip, lo suficiente para que saliese su verga totalmente empalmada, era agradablemente grande, muy caliente y cuando le dí para adentro a su piel se dejó salir un glande mojado y algo chorreante de pre seminal. Aún en pié con la toalla sequé cuidadosamente la cabeza del capullo bajándome hasta dejar la verga delante de mi cara, para seguidamente metérmela en la boca lamiéndola por debajo mientras Marcos se retorcía. Yo me encontraba a gusto y excitada de tener esa gran cabeza dentro de mi boca al mismo tiempo que la meneaba suavemente con la mano. Marcos me subió hacia si besándome en la boca hasta hacerme daño para después dejarme caer en el sofá arrodillándose delante mía y abriendo mis piernas me desprendió de las bragas, aún sintiéndome muy mojada no me limpió y metió su boca directamente deslizando su lengua por toda la raja parándose en el clítoris al que chupaba haciéndome retorcer de placer, bajando su lengua la introdujo en la entrada de la vagina cosa que me produjo un placer inmenso el sentir como algo blando se metía. Yo no paraba de revolverme gimiendo:

.- ¡Dame más cabrón!, ¡Lo haces muy bien, qué boca tienes! ¡Sigue!, cómeme más todo el coño hasta que me corra, ¡Sigue!

Ya con estertores cerré mis piernas sobre su cabeza pero él no se quitaba, seguía lamiendo y chupando hasta que irremisiblemente me vino una tremenda corrida.

.- ¡Así, así, sigue, más, ya me estoy corriendo y quiero seguir!, ¡Dame con la lengua cornudo, chupa más…..!, ¡Para coño ya no aguanto, paraaa!.

Inmediatamente se subió dejándome caer en el sofá y echándose encima mía besuqueándome en labios, cara y donde pillaba diciéndome al oído:

.- ¿Te ha gustado cielo?, no te he defraudado ¿verdad?

.- En lo absoluto, hacía mucho tiempo que no me corría así, has aguantado abajo como un tigre otros hombres enseguida abandonan y quieren pasar a otra cosa.

.- Me gusta acabar lo que empiezo. Te doy dos minutos para follarte, me tienes la polla que me hace daño.

.- Cuando quieras amor pero no me hagas daño, la tienes muy gorda pero tengo la vagina súper húmeda, cuando tú quieras.

Me volvió a sentar y a ponerse de rodillas delante mía con las piernas abiertas, con sus manos arrastró mis nalgas hacia si quedando mas recostada en el sofá. Cogiendo su polla con una mano empezó a frotarme su glande en toda la raja de arriba abajo y echándose un poco encima mía me besaba con su lengua cuando de pronto dio una embestida que me la metió hasta los huevos.

.- ¡Animal, bestia! Me vas a destrozar, ¡Qué pollazo!

Seguidamente suavizó sus movimientos haciéndolo extremadamente despacio, llegando a sacarla completamente fuera e introducirla de nuevo despacito empezando a provocarme nuevas excitaciones mientras me balbuceaba al oído:

.- ¡Que placer, tienes el coño muy estrechito y parece que está abrazando mi picha!, es un placer sacarla y meterla de nuevo, así hasta los mismos huevos, no quiero correr, así dura más hasta que me corra y si lo consigo intentaré que te corras también.

Mientras me la introducía en su lentitud notaba como se me abría el coño por dentro, realmente este cabronazo sabía follar un rato, estaba volviendo a conseguir que me corriese de nuevo y cuando ya me faltaba poco me incorporé un poco abrazándole sus nalgas y apretando su pubis contra el mío chillándole:

.- ¡Ahora, córrete de una vez hijo de puta!, ¡Así coño embiste con fuerza, inúndame de leche, dameee…!

.- Ahí la tienes putona, toma toda dentro, hasta lo último ¡Ahhh…., toma leche, más, asiiii ¡.

Dejó su verga metida mientras caía encima mía exhausto, cuando la sacó tuve que echar mano de la toalla porque la leche se me salía del coño.

Dejamos pasar un poco el tiempo charlando del inolvidable momento que habíamos pasado y transcurrida casi una hora decidimos vestirnos e ir pensando en marcharnos, fui al servicio para adecentarme un poco cuando sorpresivamente noté que Marcos estaba detrás mía que sin decir palabra empezó a restregarse en mi culo, cual fue mi sorpresa que se estaba restregando con la polla fuera y empalmada, sin mediar palabra bajó un poco mis bragas y con un pié las llevó hasta abajo, separándome las piernas y restregándome su polla a lo perro por mi coño. Sin pensarlo dos veces me la había metido hasta el fondo, era muy excitante, yo apoyada en el lavabo el clavándomela por atrás y ambos viéndonos en el espejo. Marcos imprimiéndole un ritmo rápido pronto estuvo preparado para correrse.

.- ¡Toma la propina puta, Ah…………!, ¡Ahí tienes más leche!, ¿Quieres más pendón?.

.- Dios Marcos, esto no me lo esperaba, deja que me lave que se me vuelve a salir tu leche.

Al poco estábamos listos y en camino de vuelta y cuando ya faltaba poco otra vez más le hice prometer y jurar que no diría nada en la oficina, tanto para él como para mi podría ser muy negativo en nuestras privadas vidas y al despedirnos me dijo:

.- ¿Habrá otra vez?

.- Vive hoy, el mañana no existe. Quien sabe lo que pasará.

TERCERO – (DAMIÁN):

Damián no es que fuese elegido por riguroso turno, Damián para mí era el educado, el buenos modales, el atento, el servicial con todos y el súper discreto. En la oficina se sabía muy poco de su vida, el no contaba casi nada y por respeto ninguno le preguntábamos excepto en alguna broma, sabíamos que era separado o divorciado porque Marcos un día tuvo acceso a su ficha y nos lo chivó. Vivía a un cuarto de hora de distancia de mi casa y excepto un par de veces nunca íbamos juntos. Un viernes como salíamos a las dos de la oficina se me ocurrió abordarle.

.- Damián, ¿vas para casa?

.- Si Alicia.

.- ¿Puedo acompañarte?

.- Como no, esta tarde no se nos va a hacer tarde para volver al curro, hasta si te portas bien te invito a una cerveza con tapita o dos.

.- Como siempre tan amable.

.- Yo suelo coger los viernes el bus 16 que nos deja muy cercano a nuestro barrio, los demás días tomo el metro por rapidez pero no me gusta mucho me da agobio. Además que en la parada al llegar hay un bar con muy buenas tapas, suelo comer algunas veces allí son muy limpios y aparentemente baratos.

.- Lo que tu digas Damián.

El recorrido fue agradable sin dejar de charlar en el bus que nos dejó en nuestro barrio frente al bar que había mencionado y se me ocurrió proponerle:

.- Damián, esto tiene buena pinta, nunca había entrado. Si te apetece y no tienes prisa podemos picotear un poco más y por mi ya he comido.

.- De acuerdo, no me espera nadie.

.- ¿Es que vives solo?

.- Soy divorciado, no se lo cuentes a nadie Alicia bonita, chisssss…..

.- Bueno, ahora me cuentas más, vamos a tomar algo.

Dejé que el llevase la voz cantante puesto que parecía conocerlo bien, junto con las cervezas pidió unas gambas cocidas tipo Huelva deliciosas, un revuelto de setas con ajos tiernos y una brocheta creo que de ternera adobada. Típica comida de divorciado tranquilo.

En los postres o mejor dicho café pues no tomé postre le pregunté por su vida particular y era bastante hermético, en su anterior matrimonio no habían tenido hijos y al tercer año se separaron, según el una total incompatibilidad de pareja y pacíficamente se separaron. Era extraño pues hablaba muy bien de ex mujer, muy anormal en divorciados y más aun cuando me dijo que como ella tenía su trabajo no se pasaban manutenciones económicas. Era jefa de planta de traumatología en un hospital público, según él entre sueldos, guardias, extras… ganaba más que él, entonces le pregunté:

.- Entonces fuera de la oficina ¿A qué te dedicas?.

.- De todo un poco; Algo de teatro, mucho cine, lectura, internet, no me gustan mucho las salidas acompañadas de copas y juergas, soy bastante tranquilo.

.- Uy.. me temo que eres el típico soltero divorciado con el piso o apartamento impecable con toda clase de detalles, al que no le gusta que nadie le moleste, vamos un tanto comodón.

.- Bueno un poco de lo que has dicho si pero sin exagerar Alicia.

.- A propósito Damián ¿Dónde vives?

.- En una torre excesivamente alta que hay en la Pza. de la Argentina.

.- Ya sé donde dices.

.- El único problema es que si algún día se estropeasen todos los ascensores a la vez, me quedaría en la calle, ¡Piso 22!. Aunque se corte la corriente hay luz de emergencia para dos ascensores.

.- Casi está de camino a mi casa, ¿Porqué no me lo enseñas?

.- Está un poco revuelto, por las mañanas salgo disparado después del café para la oficina.

.- Anda y cómo crees que está mi cuarto.

Así que nos encaminamos a su piso que estaba relativamente cerca, era uno de esos edificios tremendos con cinco o seis ascensores y otros tantos pisos por planta más tres de oficinas abajo. Su piso era entre apartamento y pisito pequeño, una monería con unas vistas impresionantes. El tío se notaba que era un manitas y debía de gustarle la cocina por los cacharros que tenía.

.- Es una monada Damián y lo tienes de cine, con que estaba un poco liado, madre mía.

.- ¿Quieres algún refresco o alguna copa?

.- Si, puede ser whisky.

.- Creo que sí, vamos a ponernos un par, imagino con hielo.

.- Si gracias.

Me senté en su cómodo sillón del tresillo disfrutando de aquel orden mientras ponía las copas.

.- Anda que te lo montarás mal aquí, no me digas que no te traes alguna amiga de vez en cuando, si esto es un autentico nido.

.- Si me prometes guardarme el silencio te digo un secreto pero de veras por favor silencio absoluto.

.- ¡Coño!, dime dime, me encantan las confesiones.

.- Soy homosexual, esa es la razón de mi divorcio y de parte de mi comportamiento. No he salido del armario y no lo sabe casi nadie ni quiero compartirlo, es mi secreto.

Como comprenderéis me quedé de una pieza, un poco más y caigo desde el piso 22 hasta abajo de un golpe, pero disimulando le dije:

.- Hombre Damián hoy en día no creo que asustes a nadie, pero si es decisión  tuya seguir así yo lo respeto y de este santo cuerpo no sale ni palabra.

Estuvimos hablando así como una hora más hasta que me busqué la excusa de que le prometí a mi madre acompañarla a unas compras, realmente es que ya no me salían palabras, no sabía que decirle, así que nos despedimos cordialmente con un beso deseándonos buen fin de semana.

CUARTO – (BARTOLO):

De vuelta a la oficina estuve más de una semana que no salía de mi asombro con lo de Damián, no es que yo estuviese en contra de la homosexualidad, es que como iba yo a esperar eso y me imagino que nadie de la oficina. Así que al final decidí olvidarlo y que él viviese su vida como creyese más conveniente para él.

Ya solamente quedaban Bartolo y el jefe al que decidí dejar para el último, por aquello de ser el jefe. Bartolo era al que menos conocía, me había llegado algún comentario de que era un poco golfo a alguien se le escapó un día. Era del único al que conocía a su mujer pues esta venía por la ofi de vez en cuando y como yo era la única chica pues alguna vez se liaba de cháchara conmigo, era lo que se dice una mujer guapetona de buen cuerpo aunque para mi gusto le sobraba algún kilo, llamativa y bastante simpática. Aparentemente se llevaba bien con Bartolo aunque algún compañero comento que era demasiado coqueta. Todo esto me dio pie a cómo podría abordar a Bartolo.

Pasados diez días aprox. hubo un parón informático, rotura del sistema en el que trabajábamos, por lo que nos quedamos parados a media mañana y aproveché para sin salir de la oficina ponerme a charlar con Bartolo y como no empezamos por el tema de su mujer.

.- Bartolo, tienes una mujer muy simpática y agradable.

.- Si, lo reconozco y me lo dice mucha gente, es cierto.

.- ¿Os lleváis bien entre vosotros?

.- Oh si, somos bastante liberales y permisivos, cosa que nos evita muchos problemas.

.- Te confieso que creo que algún compañero os tiene alguna envidia.

.- Si, ya se algo, a alguno no le gusta ese aire de libertad que desprende mi mujer, tal vez en el fondo sea envidia.

.- Vamos a tomar un café al cuarto Bartolo.

.- De acuerdo.

.- He llegado a oír que se dice que es algo coqueta, yo como mujer no me doy cuenta de esas cosas.

.- No lo niego pero nuestro liberalismo llega a permitirlo si es que es cierto.

.- ¿No eres celoso Bartolo?

.- Para nada, considero que los celos son ganas de crearse problemas.

.- Me dejas sorprendida Bartolo, ese liberalismo, ausencia de celos no crees que te puede traer algún problema.

.- Te refieres a otros hombres o al sexo.

.- Si.

.- No te sorprendas Alicia, si alguna vez hay algún intento me lo dice.

.- Me dejas sorprendido.

.- Te sorprenderías de más si supieras cosas.

.- Cuenta, cuenta Bartolo soy una curiosona.

.- Si me prometes no decir nada te lo digo pequeña cotilla.

.- Prometido dime, cuéntame.

.- En ese aspecto que comentábamos a mi mujer y a mí no nos importa llegar a hacer un trío o dobles parejas en cuanto a sexo, así siempre queda entre nosotros y realmente disfrutamos haciéndolo, es muy excitante.

.- Joder Bartolo, como sois. Yo no puedo decir nada desconozco lo que es el sexo así. Si que soy sexualmente bastante activa pero con un solo hombre, con otra mujer tampoco, solamente pequeños escarceos de muy joven con amigas.

.- Alicia, ¿Te gustaría probarlo?

.- Si llegase el momento es posible, nunca me lo he planteado.

.- ¿Cómo te gustaría en parejas o en trío?

.- Creo que en trío, si tuviese pareja estable o fuese casada no sé.

.- ¿Te atreverías a hacerlo con mi mujer y conmigo?

.- Yo también soy muy liberal, porqué no.

.- Se lo diré a Elvira y te comunico algo pequeña preciosidad.

Sin esperar mucho, al día siguiente ya me contestaba, me dijo que a su mujer le encantaría, que ya me conocía y podíamos hacer un buen trío los tres. Que si me apetecía este fin de semana lo preparaban para que los chicos estuviesen fuera y nada ni nadie nos molestase, le dije que no tenía inconveniente. Llamó por teléfono y vino de vuelta diciéndome al oído casi que se podían deshacer de los chico el domingo mandándolos con los abuelos y que si me venía bien.

.- Si, después de comer del domingo. ¿Cómo lo hacemos para vernos?

.- Dime donde vives y te recojo.

.- De acuerdo el viernes al salir te informo donde por si estuviese en otro sitio.

.- OK.

El viernes mencionado me preguntó donde me recogía el domingo y le dije el mismo bar donde me recogió Marcos, sobre las cuatro y que me llamase cuando hubiese llegado que yo me acercaría al coche.

Tal como quedamos me llamó indicándome aproximadamente donde estaba y fui yo a su encuentro, subí y le di un beso saludándolo.

.- Perdona Bartolo es que no me gusta que me vean que me recoge alguien cerca de casa, este barrio es muy cotilla.

.- Te entiendo mujer, vámonos que aunque en la ciudad vivo un poco separado.

Vivía en una barriada exterior de las de tipo dormitorio con edificios típicos muy planos y de forma de cajón. Su casa era un piso modesto pero muy cuidado y muy práctico, en cuanto llegamos su mujer salió a nuestro encuentro.

.- Hola encanto, ¿Cómo estás?

.- Muy bien Elvira, gracias.

.- Poneros cómodas y os sirvo café o algún refresco o alguna copa de las que tenga.

.- Gracias Bartolo, café y copa, ¿Tienes whisky?

.- Si, no hay problema, ¿Y tú Elvira?

.- Solo la copa.

.- Vente al salón Alicia, ponte cómoda cariño.

Aunque todo era muy amable y en un ambiente agradable yo no dejaba de estar nerviosa, era una situación nueva para mi y Elvira se dio algo de cuenta.

.- ¿Estás nerviosa o incomoda encanto?

.- Un poco Elvira, para mí esto es nuevo.

.- No te preocupes, déjate llevar y verás como todo sale muy bien. Te contaré un secreto, Bartolo se ha estado duchando antes de ir a recogerte, también estaba un poco nervioso y lo entiendo siendo compañeros de trabajo chica. Hace más de tres meses que no hacíamos nada de esto, los dos si claro, me refiero como ahora, la última vez fuimos dos parejas que nos conocimos buscándonos por internet, lo pasamos muy bien.

Entre tanto apareció Bartolo con los cafés y las copas poniéndolas en la mesita del tresillo y sentándose con nosotras en el sofá, estábamos los tres junto en el sofá y yo en medio, cuando el pasó su brazo por encima de mi hombro, Elvira ya se había abierto la camisa enseñando unos pechos abundantes pero muy bien proporcionados. Así estuvimos tomando el café primero y después el whisky que tal vez por las prisas o el nerviosismo pronto fue apurado dejándonos los tres caer un poco en el sofá. Bartolo dejó deslizar su mano por dentro de mi camisa acariciando uno de mis pechos por encima del sujetador y al poco con la otra mano me fue abriendo la camisa dejando ver el sujetador de encaje.

.- Mira Elvira que preciosidades de tetitas tiene.

.- Chica que envidia, yo también las tuve así alguna vez.

Ella también empezó a acariciármelas y sin darme cuenta me vi sin sujetador y ambos chupándome las tetas, no puedo decir que no fuera excitante, ambos tenían practica y me las chupaban muy deliciosamente. Elvira se quedó desnuda de cintura para arriba y Bartolo rápidamente se había quedado en slip. Se levantó y enseguida retornó con un estuche de condones y un frasquito de vaselina. Volviendo los dos a seguir acariciándome con besos caricias con las manos y desnudándome por completo. En ese momento Bartolo empezó a besarme en la boca con su lengua mientras que notaba que Elvira deslizaba sus manos por toda mi raja para seguidamente meter su cabeza entre mis piernas lamiéndome el clítoris y toda la vulva como ningún hombre sabe hacerlo. Bartolo cogió mi mano y la introdujo debajo de su slip, yo le respondí asiendo su picha y sacándola fuera del slip meneándosela suavemente conseguí que se le pusiese muy dura.

.- Así cariño, como me la has puesto, ¡Mira Elvira!

.- Bartolo la tienes para comértela.

.- Ven y chúpamela bruja.

.- Voy cariño, mira Alicia, verás como enseguida le saco un poco de pre seminal, es un niño para esto. Trae que te la lama por debajo, humm….. qué rica está, me encanta comer pollas, así más dura. ¡Ven Alicia come tu también un poco!, cómele la cabeza que yo le chupo por el tronco y los huevos, ven, chupa. ¡Como se te está poniendo Bartolo!

.- ¡Seguir cabronas!, me vais a sacar la leche, ¡Putas!. ¡Ven Elvira que vea Alicia lo que hacemos!, ponte a cuatro patas borrega.

Bartolo se puso en pié y destapando un condón se lo puso para después untárselo de vaselina y poniéndose detrás de Elvira algo agachado y con el pijo en la mano acercó su verga empalmada a su culo pasándole la cabeza del capullo por el coño hasta el ano y parándose ahí dio un empujón metiéndole toda la cabeza en el ano mientras que Elvira daba un pequeño alarído.

.- ¡Maricón, como te gustan los culos!, me gusta cabronazo, ¡Mete más!, Alicia, ven que te coma el coño con la lengua.

Aquello era un número, él dándole por culo hasta dentro y ella comiéndome el coño y metiéndome su lengua por la entrada de la vagina. Al poco él se la sacó desprendiéndose del condón y apartándola bruscamente a Elvira me tiró en el sofá abriendo mis piernas e introduciendo su empalmada polla de un empujón en mi coño empezando un rítmico metisaca. Vi que Elvira sacó de un cajón del armario cercano un juguete, un pijo descomunal, y poniéndose junto a nosotros abrió sus piernas y untando de vaselina el juguete empezó a introducírselo no sin hacer fuerza hasta conseguir que empezase a entrar mientras iba soltando algún gemido Bartolo le soltó:

.- ¡Puta!, te voy a traer un día un burro para que te folle, ¡Viciosa!, acércate que te la empuje hasta el fondo, ¡Pégala con la ventosa en la mesa y métetela entera!

Así lo hizo Elvira dejándose caer encima del pijotón e introduciéndoselo casi entero, era descomunal. Bartolo sacó su polla de mi coño y vi que volvía a coger otro condón poniéndoselo y volviendo a untarlo con vaselina para posteriormente cogerme con su mano y darme la vuelta.

.- ¡No Bartolo!, por ahí no.

No me hizo caso y siguió poniéndome de espaldas y subiendo un poco mis caderas abrió mis piernas empezando a restregarme su dura polla encapuchada.

.- ¡No Bartolo, noooo….!, ¡Haaay me estás destrozando!

.- ¡Mira Elvira!, mira como le entra.

.- Maricón porculero, le estás haciendo daño, te has creido que es mi culo.

Elvira puso su coño delante de mi cara diciéndome:

.- Vamos bonita, comete un poco este coñete, yo te lo abro cielo.

Mi boca empezó a lamerle su coño entre quejidos y apretones de Bartolo en mi culo. El dolor se fue suavizando poco a poco, si que no me metió mucho su polla y lo hacía el metisaca suave, no estaba tan mal, para ser la primera vez era excitante notar un trozo de polla dentro del culo, mientras seguí comiéndole un tanto el coño a Elvira que estaba corriéndose como una almeja la muy putona. En esto Bartolo sacó su polla de mi culo quitándose rápidamente el condón me dio la vuelta y acercó su verga a mi cara meneándosela.

.- ¡Toma leche, así espera enseguida sale!, ¡Me corro coño!, Ahhhh… ¡Asiii, más leche, toma!

Su leche llenó parte de mi cara en abundancia, el puñetero no es que tuviese una gran polla, pero se corrió como un lechero. Elvira enseguida empezó a lamerme toda la cara hasta que me dejó sin rastro de leche para después decirme:

.- Cielo después de todo lo que te ha hecho este cabrón creo que no te has corrido, déjame que lo consiga yo.

De nuevo metió su cabeza entre mis piernas y deliciosamente empezó a comérmelo todo, no tardó mucho pues yo estaba muy caliente en conseguir que me corriese muy placenteramente. Los tres quedamos echados uno encima del otro exhaustos y con nuestros corazones latiendo a rápida velocidad.

Al poco me sentía como ruborizada, pero en el fondo había disfrutado y sobre todo aprendido nuevas experiencias con aquella pareja de depravados sexuales. Mientras nos tomábamos otro whisky me estuvieron contando algunas experiencias y eran realmente bestiales algunas, hasta lo habían hecho con una cuñada y su marido que después habían repetido alguna vez. Un cumpleaños de Elvira el regalo de Bartolo fue un negro con una polla tremenda, dice Elvira que no pudo metérsela totalmente entera porque le llegaba hasta el útero y que era de gorda como su juguete o algo más, que la destrozaba pero disfrutó como nunca. Así me contaron cantidad de experiencias y al final me dijeron que si quería repetir estaba en mi voluntad ahora u otro día, se lo agradecí y como siempre les hice prometer que de esto en el trabajo nada de nada y me dijeron que ellos eran los primeros interesados. Nos despedimos cariñosamente y Bartolo me llevó a casa condoliéndome algo de mi culo desvirgado.

QUINTO – (DON FRANCISCO):

Ya solo quedaba el jefe, no estaba el ultimo por casualidad, era el jefe coño, el respetado, el que no gastaba bromas con nadie, él siempre en su papel. Sabíamos que no era así por lo que oíamos por fuera, pero estaba en su papel, era buen jefe permisivo cuando procedía, sabiendo perdonar ante fallos fortuitos y con una alta capacidad de escuchar y comprender.

Era de mediana edad pero muy bien conservado, se ve que se cuidaba bastante, sabíamos algo de gimnasio y una muy probable buena dieta alimenticia, no le conocíamos afición a la bebida. Casado ya en entrada edad solamente tenía un hijo y una mujer bastante más joven que el de aspecto de algo de cabeza alta, vamos lo que normalmente llamamos creidita. Pensé en la forma de atacar y se me ocurrió que podría al terminar algún dia que el se quedase, lo que era bastante habitual, esperar con la excusa de “Tengo que terminar esto”, pero tenía que saberlo algún dia antes para preparar mi vestimenta. El dia llegó cuando le escuche decir que el jueves tendría una reunión que le llevaría mas tiempo del habitual, que procurásemos dejarle la documentación que nos indicaría en su despacho a lo que le dije:

.- Dº Francisco, ya me esperaré yo por si necesita algún documento no previsto, ya sabe que difícilmente se me escape donde está cada cosa.

Se escuchó alguna voz en plan sarcástico que decía: “Pelota”, lo que levantó alguna sonrisa que otra.

.- Gracias Alicia, ¿No le interrumpiré alguna cosa?

.- Solo el llegar un poco más tarde a casa pero ya lo advertiré.

Cuando llegó el jueves tuve que pensar que me ponía de forma que no llamase mucho la atención en la oficina. De ropa interior no era problema, sujetador de encaje blanco y bragas tipo coulote, camisa blanca muy ajustada que se notase bien el sujetador con un sueter cubriendo que sería quitado en su momento, pantalones vaqueros también quitables y mini falda de cuadritos escoceses guardada en el bolso con cinturón negro, botas de media caña y retoques de maquillaje y perfume cuando llegase el momento.

El dia transcurrió normal en la oficina, la visita llegó sobre las cinco y media y pasaron directamente a la reunión, antes de marcharse los compañeros el jefe me requirió un par de veces, después los compañeros se marcharon y llegó el momento de empezar a actuar, rápidamente lo primero que hice fue cambiar los pantalones por la minifalda, retocar un poco el maquillaje y un discreto toque de perfume, la rebeca aun permanecía y si salía la visita como yo estaba en mi mesa no apreciarían ninguna diferencia. Al cabo de algo más de dos horas la visita se marchaba y aprovechando la despedida del jefe me desprendí del sueter soltando algún botón de la camisa. A la vuelta el jefe tenía pinta de cansado o preocupado y le insinué sin levantarme de mi mesita:

.- Jefe tiene Vd. cara de cansancio o de preocupación.

.- Es posible, ha sido una reunión tensa, no violenta pero de las que te ponen los nervios a flor de piel.

.- Jefe, necesita relajarse, váyase y tómese una copa tranquilamente, necesita aire fresco.

.- Si no fuese un atrevimiento le sugeriría una cosa.

.- ¿A que te refieres Alicia?

.- Si me lo permitiese le daría un masaje por el cuello y espalda, que aunque no soy profesional lo suelo hacer habitualmente con mis padres y algunos amigos o amigas.

.- No estaría mal, pruebe, daño no creo que haga.

.- Mire en su sillón sería bueno, es algo reclinable y es giratorio. Siéntese y aflójese la corbata o mejor se la quita y se abre un poco la camisa, alguna de mis cremas de manos que siempre tenemos en la oficina será buena.

Me fui a su despacho donde estaba tal como le dije, dejé una toalla en la mesa, me unté las manos con la crema suavizante esparciéndola por el cuello y algo en la espalda, por lo que le dije:

.- Jefe es mejor que se quite la camisa porque si no se la voy a empringar.

Ya había notado que me había echado algún vistazo que otro, le estuve frotando en la base del cuello y por encima de los hombros metiéndole de vez en cuando los dedos pulgares a la altura de las paletillas y justo encima de la columna, el estaba con los ojos cerrados con cara de estar gozando, yo sentía que estaba excitándose algo, entonces le dije:

.- Ahora por delante, ¿Lo estoy haciendo bien?

.- De maravilla Alicia, me estás dejando nuevo.

Me puse entre sus piernas, algo alejada, frotándole más por su cuello y por la zona de las clavículas, procurando agacharme para que pudiera apreciar ampliamente mis pechos y las transparencias del sujetador, me dijo:

.- No solamente me estás relajando los músculos, también los de los ojos, con este panorama que tengo delante hasta el espíritu se anima.

.- Lo siento jefe, es que soy una exagerada cuando compro ropa, las camisa me las dejo tan ajustadas que de vez en cuando me dan alguna sorpresa, ve, nada mas tocando el botón salta.

La camisa quedó abierta por debajo del sujetador y yo notaba como iba subiendo la excitación del jefe.

.- Llevo las manos pringosas, ciérreme el botón jefe o haga con el lo que desee.

El jefe fue a sujetar el botón pero cambió de opinión y lo que hizo fue abrir otros dos por lo que los pechos enfundados por el sujetador quedaron totalmente visibles. Acarició con sus manos por encima de mis pechos, yo quedé en silencio mientras el continuaba acariciándolos tanto por donde estaban descubierto como por encima del sujetador. El comprendió que yo permitía aquellos tocamientos con mi silencio, al estar yo situada entre sus piernas, bajó las manos y metiéndolas por dentro de mi mini falda me asió por las nalgas acercándome hacia el quedando mis pechos a la altura de su cara por lo que empezó a besuqueármelos y lamerlos tanto por encima como por encima del sujetador. Su mano derecha subió adentrándose en el sujetador y sacándome un pecho al que inmediatamente empezó a chuparme el pezón y su prominente corona, tenía experiencia y empezó a darme placer, yo misma me saqué la otra teta que ya tenía su pezón erecto. Su boca pasaba de una teta a la otra pero no rápidamente, dándole tiempo en cada una y procurándome un buen rato de placer.

Mientras tanto una de sus manos se introdujo por dentro de mis bragas y con la otra abrazaba mis nalgas, su dedo indice se deslizaba por mi mojada vulva que al poco introdujo en mi vagina. Se puso en pié para sentarme encima de la mesa y quitarme las bragas, se sentó de nuevo arrastrando mi trasero hasta el borde de la mesa de forma que su cara quedaba frente a mi coñete. Con su mano izquierda abría el vello púbico dejando visible el clítoris al que enseguida empezó a deslizar su lengua lamiéndolo y chupándolo, al poco con su mano derecha me introdujo su dedo untado en saliva dentro de mi vagina, ahí mi excitación empezó a subir, yo me retorcía agarrándole su cabeza apretándola contra mi, el cabrón sabía hacerlo muy bien, yo me estaba rompiendo, solté las manos de la cabeza para abrazarme a su cuello casi clavándole las uñas.

.- ¡Sigue cabrón, me estás rompiendo, ¡así tendrás a tu mujer!, no pares, sigue hasta que me destroces, ya llevo un rato corriéndome, sigue, sigue….

Al muy poco caí de espaldas encima de la mesa separando su cara de mi coño, fue deliciosa la corrida y me duró algo mas de lo habitual. En mi atontamiento le vi levantarse y quitarse los pantalones metiendo su mano debajo del slip como poniéndose bien la picha, se notaba un circulo húmedo del pre-seminal que se ve que le había salido. El se echo encima mia besándome y diciéndome al oído:

.- Cuando quieras continuamos preciosidad.

.- En un minuto soy de nuevo tuya, me has dejada para el arrastre.

El continuó echado encima mia y yo notaba como se masajeaba despacio y como se quitaba el slip mientras que me besaba por todas partes. Me incorporé quedando de nuevo sentada en el borde de la mesa, el se retiró un poco hacia atrás dejando ante mi visión una tremenda polla descapullada, que debido a ello, se ve que lo operaron muy joven, tenía la cabeza, el glande, mas hinchado de lo normal. Era una polla grande pero sobre todo gorda que debido a su excitación y sus anteriores masajes estaba muy empalmada. La cogí con mi mano derecha dándole masaje sin llegar a cubrir la cabeza, me bajé de la mesa arrodillándome delante de el y acercando mi cara me metí en la boca toda la cabeza, era un placer sentir dentro de la boca toda esa cabeza descapullada y sin sacarla de la boca con la lengua lamía su frenillo provocándole estremecimientos cada vez que lo hacía, la sacaba de la boca para lamerle el tronco y pararme en el frenillo. Un par de veces bajé mi boca hasta los huevos para chuparlos mientras lo pajeaba, así estuve no poco rato, se notaba que tenía un auto control importante, yo seguía metiéndome toda la cabeza dentro de la boca para después sacarla apretando mis labios, casi me corría de nuevo del placer que me daba. Noté que con sus manos me cogía por las axilas levantándome y besándome con lengua seguidamente diciéndome:

.- Niña si sigues vas a hacer que me corra y me gustaría que tu coño probase un poco de este rabo que me lo tienes chorreando, pero te has quedado en tu boca con todo el pre seminal.

Me volvió a sentar en la mesa dejándome caer hacia atrás y sacando mis caderas hasta el borde de la mesa, levantó mis piernas poniéndolas sobre sus hombros de forma que mi vulva quedaba algo subida, echado encima mia casi haciéndome daño daba pasadas con esa cabeza gorda de su capullo por toda la raja desde el clítoris hasta abajo. Muy cuidadosamente la detuvo delante de la vagina y despacito la fue introduciendo pero sin parar, yo notaba como la cabeza iba ensanchando la vagina según entraba, le dije que parase, me daba miedo si entraba toda de golpe dentro, comenzó nunca mejor dicho con el metisaca pues la sacaba toda y volvía a introducirla volviéndome a dar el placer de sentir como entraba y salía la cabeza. Poco a poco su ritmo aumentó y sin darme cuenta me estaba penetrando hasta que nuestros vellos púbicos se enredaban, en la postura en que estaba la penetración era muy profunda y aunque me hacía algo de daño el placer era mayor. Los escalofríos empezaban a hacer sus estragos.

.- ¡Sigue así picha mía!, Sigue, mátame de gusto cabrón, ¡Dame más de esa polla cabezona!.

En ese momento me bajó las piernas de los hombros y me las abrió como si fuesen un abanico, por lo que todavía su pelvis penetraba algún centímetro más, sus golpes en mis ingles llegaban a hacerme daño.

.- ¿Es eso lo que quieres pen..don…cete?, creo que me voy a correr pronto.

.- ¡Si!, ¿Dame tu leche cabronazo!

En una de sus embestidas la clavó hasta el fondo dejándola casi quieta, solo con un muy pequeño movimiento de vaivén.

.- ¡Toma no querías leche!, ¡ahí tienes!

Y en cada pequeño vaivén que daba descargaba en el fondo de mi vagina una buena cantidad de leche que perfectamente yo notaba, mientras que mis estertores se volvían autenticas convulsiones.

.- ¡Toma báñate en ella putilla!, ¡Ahhhh, toma más!, mátame así sacándome leche, ¡Maaas, teeen!

.- ¡Damela toda cabrito, dame mas, me estoy corriendo, siiigueee..!

Sus movimientos pararon, su cabezona polla seguía dentro y yo estaba exhausta, me había llenado por entero y notaba la presión de la cabeza de su picha dentro que empezaba a bajar su inflamación, el jadeaba y balbuceaba no se qué cosas. Sacó su polla y la leche permanecía dentro, fue cuando intente ponerme en pié cuando empezó a salirme leche deslizándose por la cara interna de mis muslos, eché mano de la toalla y fui quitándome toda la que salía, por lo que aprecié debió de llenarme de esperma dentro. Ya empezaba a entendérsele lo que balbuceaba.

.- Es una lástima que no lo hayamos grabado para enseñárselo a la muy puta de mi señora, esto es follar y no lo que hace ella, ¡Cerda de mierda!, y para que su amante aprendiese un poco de cómo se hace.

.- ¿Tan mal están las cosas jefe?

.- Peor, hace seis meses que no me deja ni tocarla, pero yo le he descubierto preservativos y un juguete, un consolador, se ve que el querido no le da lo suficiente. Y el caso es que le gusta ir provocando a todo tio que pilla. No creo que esto dure mucho.

.- Pobrecito jefe, no me gustan esas cosas me dan pena. Y ¿Entonces que hace cuando le pica jefe?.

.- Pues me pago una puta cara, ya se que son mentira, pero te ponen buena cara, son cariñosas, higiene extremada, a casi todas les gusta mi polla, cuerpazos, pero en el fondo mentira.

.- Ya me irá contando jefe en qué queda todo esto. Ahora hagamos la maleta y marchemos, no sea que alguno de los dos nos creamos este sueño y sigamos durmiendo, ¡Despertemos jefe!

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Como habrán podido observar al jefe no le dije como a todos la frasecita de “Júrame que……..”, lo consideraba lo suficientemente inteligente como para que si se lo digo le hubiese sentado mal, además que quedaba la puerta abierta para que siguiese contándome su historia y también os digo otra cosa y es que si me pidiese que lo hiciésemos de nuevo es posible que le dijese que si.

Ahora mismo estoy hecha un lio, no se si seguir tirándome tíos a lo tonto a ver quien la tiene más fea, si buscar seriamente un novio y dejarme de devaneos o hacerme la querida o pareja de mi jefe. También me queda la opción de quedarme soltera, pero ¡qué demonios! En dos días tendría fama de puta tarde o temprano y os confieso una cosa que creo ya os habéis dado cuenta, no es que me guste dormir caliente sino dormir con el coño caliente, ¡Que diablos!. Lo pensaré muy seriamente y os lo cuento en la proxima.

F I N