La Sauna (de Lobo para Luna)
Pasión salvaje e imparable, no quiero salir nunca de ti, quiero hacer durar este movimiento eternamente, que sigas así conmigo, loca, frenética, apasionada...
Me gustaría llevarte a una escapada romántica, a un sitio, no muy lejos,... Se llama Palau Verd, está en Denia,... La escapada romántica tiene de regalo, además de las típicas botellas de champan, fresas, zumos, etc... Una sesión de spa de 30 minutos, pero normalmente dura más porque no va mucha gente y les sobra disponibilidad,...
El spa es una sala de unos 30 metros cuadrados que tiene a la entrada dos cuartos, uno con baño y otro con ducha, en mitad de la sala una ducha con grifos a presión, una bañera de hidromasaje, una bicicleta y una mesa de masajes. Luego al fondo una pequeña sauna para unas cuatro personas, pero que ocuparíamos tu y yo solos...
La sala solo tiene una pequeña ventana a un lugar inaccesible por donde no nos pueden ver lo que hacemos dentro, es perfecto para todo lo que me gustaría hacer contigo ;)
Entraras un poco nerviosa, con ganas de verlo después de explicarte yo lo que es. Con tu dulce sonrisa de felicidad que se pone cuando ves algo nuevo, con tu dulce sonrisa de sorpresa, entrarías y lo recorrerías todo para ver que era como yo te lo había contado... Me besas y me dices que te encanta, que soy un cielo y un encanto... Me hinchas cuando me dices esas cosas, cuando siento que me quieres y que te gusta lo que te hago, cuando siento que te hago feliz,...
Feliz me llevas a la habitación, me metes en la ducha y me besas, levantas la camiseta y aprietas mi pecho con tus manos mientras me besas apasionadamente... Yo bajo las manos por tu cintura, agarro tus glúteos y te aprieto contra mí. Tú te sueltas y bajas de rodillas mirándome a los ojos con tu dulce sonrisa... Bajas la mirada hacía mi pantalón, ves el bulto y suspiras, agarras el pantalón de los dos lados y empiezas a bajarlo. Me miras y ves que estoy con los ojos cerrados ansioso esperando que los bajes... Sigues mirándome, esperando a que abra los ojos, con tu mano agarras mi pene tieso, erecto y lo jalas hacía atrás hasta sacar todo el capullo rojo y hermoso como un fresón, dulce y con ganas de tí... Pasas tú lengua por la punta y me produces un escalofrió... Bajo la mirada y te sonríes y me dices dulcemente que te encanto.
Te cojo de los hombros y te levanto, te beso apasionado, emocionado y tieso, nos abrazamos y nos besamos con todo nuestro cuerpo durante unos minutos, dulces y ardientes... Unos minutos en los que no existe nada más en el mundo, ni sabemos si han sido muchos o pocos, solo que no queremos separar nuestros labios, ni nuestros cuerpos.
Te llevo de la mano dentro de la sauna, la pongo a 90 grados y te pido que te tumbes. Cojo el bote de aceite, más frio que tu cuerpo, echo un hilo por toda tu columna vertebral, produciéndote un escalofrió por todo tu cuerpo... Este precioso cuerpo que tanto me gusta y me vuelve loco... Mis manos empiezan a repartir el aceite por tu espalda, a calentarlo y a calentarte a ti, dulcemente tumbada, desnuda y con los ojos cerrados, disfrutando del calor de mis manos por tu nuca, por tus hombros, apretando ligeramente, relajando los músculos tensos por la excitación, los omóplatos, las costillas, recorriéndolas una a una, de fuera adentro. Me siento sobre tus muslos y pongo mis manos sobre tus riñones, apretando justo en el centro con los dos pulgares, con mis dos manos abiertas que recogen toda tu cintura, subo las manos dos o tres veces, viendo como te mueves, como te gusta, como te excita,...
Separo tus glúteos con mis manos, ya con menos aceite, repartido por todo tu cuerpo... Y coloco justo en medio de ellos mi pene erecto y mojado, me aprieto hacia tí y separo tus glúteos para que notes mi pene completamente erecto en tu precioso trasero. Coloco mis manos en ambos lados de tu cintura, sobre la tarima de madera y te recorro el culo con mi pene, tieso y enorme, todo lo duro que solo tú sabes ponerlo,...
Me echo hacia atrás, me coloco de pie de nuevo a tú lado y me unto de nuevo de aceite mis manos, colocándolas en tus muslos, moviendo todo tus músculos calientes con las marcas de haber tenido a mi cuerpo encima de ellos. Te masajeo por la planta del pie, apretando con las yemas de los dedos en la planta, haciéndote recorrer tu cuerpo por escalofríos intermitentes con cada presión.
Por fin subo de nuevo a tus glúteos, quito un poco el sudor de nuestros cuerpos a 50 grados de temperatura y me echo de nuevo aceite en la palma de la mano. Lo reparto entre mis manos e inmediatamente después sobre tus glúteos, dulces, grandes y hermosos, los aprieto haciendo que los pongas duros de placer, y voy ampliando la circunferencia, levantándolos, y con mi pulgar cada vez recorriendo más cerca de tu rajita, mirando fijamente ese agujero de placer incomparable.... Que cada instante me provoca más ansias por acariciarlo, por lamerlo, por besarlo…
No puedo más y pongo mi mano sobre él, toda la mano bien abierta recubriéndolo entero, dios es perfecto!, mi mano ardiendo entre tus labios empapados de sudor, aceite y flujo. Muevo haciendo círculos mi mano abriéndote los labios más todavía, y no puedo más, me vuelves loco, mis manos acarician tu clítoris, y tu gimes apasionadamente, tengo que parar, pero no puedo, tú me lo impides, tus dulces movimientos y gemidos me lo impiden...
Cojo un poco de agua y me la hecho por la espalda, está caliente, pero no tanto como yo, me ayuda a pararme, por fin consigo soltar tu vulva dulce y ardiente... Abres los ojos pidiéndome que no pare, ves mi erección y comprendes que eres demasiado para mí.
Te levantas y me coges de la mano, me llevas a la bañera de hidromasaje y me ayudas a entrar.
Me vuelve loco tu sonrisa, esos labios que deseo para mí, para que estén pegados a mí todo el día.
Entro en el agua, más fría, mi corazón se relaja un poco, ya no siento que se va a salir de mi pecho, pero mi pene aún no puede, estas demasiado cerca, apenas a un metro, cogiéndome de la mano para que entre, me siente y no me resbale dentro. Después entras tú con todos esos manjares que tu madre te dio, bien repartidos por todo tu cuerpo para que todo sea deseado y con todo tan rico que no quiero desperdiciar ni un milímetro de tu piel. Te sientas encima de mí, sonriendo, no paras de sonreír. Y me besas, vuelves a hacerme latir más rápido, más fuerte. De rodillas encima de mí siento la pasión de tus labios, siento tus pechos sobre el mío, apretándome, rodeando con tus pezones mi corazón, siento tus labios sobre mi pene, siento como te mueves con tu clítoris sobre él, lentamente. Siento como cada vez está más cerca, bajo mi mano y estiro de él hacía abajo, y entra dentro de ti a la siguiente arremetida. Lo agarras dentro de ti y empiezas a moverte dentro de mí. Tu beso no para, se vuelve incluso más apasionado, tus movimientos más rápidos, más salvajes, recorriendo mi pene entero, sintiéndolo dentro de ti, por todos los recovecos, moviéndote a la derecha y a la izquierda, sin parar, más rápido, tu pasión me inunda, me arde, me quema,...
Pero no puede ser, aun no, quiero más, quieres más, nadie nos va a molestar, porqué acabar así, se que te gusta, pero se que te gusta más de otras manera,...
Te paro loca y ansiosa no quieres parar, pero quiero darte un último regalo,...
Enfadada, a regañadientes, pero ansiosa y lujuriosa me preguntas que quiero que hagas...
Te pido que te subas a la mesa de masajes, y que te coloques a cuatro patas. Lo haces sin rechistar, rápida para no desperdiciar ni un segundo de ese poco tiempo que tenemos para estar juntos.
Mojo mis manos con el agua bien fría, me acerco a ti y las coloco directamente sobre tu rajita, gritas y se te ponen todos los pelos de punta del cuerpo. Mis manos se vuelven levemente por tus labios y luego coloco mi lengua caliente dentro de tu raja, abro bien tus labios con dedos fríos e introduzco mi lengua ardiente más adentro... Me encanta como gimes, me estremece verte así... Subo a la mesa y me arrodillo detrás tuyo, paso mi pene erecto por toda tu vulva hermosa. Tienes ganas de que entre, pero la paseo un poco arriba y abajo. Me encanta que me desees, que quieras mis besos, mis abrazos, mi placer y mi deseo... Meto me pene dentro, poco a poco, hasta sentir mi capullo dentro de ti, y lo vuelvo a sacar. Gimes, te mueves me enloqueces y vuelvo a meterla poco a poco, muy poco a poco, lenta entra sintiendo cada milímetro de tu sexo, cada pulgada del interior de tu piel siendo recorrida por mi fresón rebelde, por mi dulce ardor apasionado, por mi flor ardiente, por mi sexo enamorado, por mi pene erecto, por mi miembro viril, por mi rabo salvaje que profundiza hasta el fondo de tu sexo, húmedo, dulces, empapado, encantado, enamorado...
Empiezo a moverme dentro de ti, recorriéndote, pero sin salir de ti, solo sintiendo tu pasión que me enloquece, escuchando tus gemidos que me excitan más aún, agarro tus grandes pechos y los jalo hacia nosotros, los aprieto hacia ti y hacía mí mientras endurezco los movimientos de mi sexo dentro del tuyo. Pasión salvaje e imparable, no quiero salir nunca de ti, quiero hacer durar este movimiento eternamente, que sigas así conmigo, loca, frenética, apasionada. Tu cuerpo es como un volcán de amor, como un templo de placer y vicio. Desespero mientras te recorro con mi pene, te aprieto más fuerte y te levantas, me es más difícil recorrerte con mi pene, pero te veo como se acercas a mí, buscando mis labios, me besas y mi pasión hace que te apriete hacia mí. Tus pechos grandes y tiesos, montañas de placer que me devoran y me desean. Eres única, excepcional, extraordinaria. Te agachas de nuevo hacia delante y puedo de nuevo penetrarte entera, te tengo de nuevo abierta de glúteos y mi galope te atraviesa, te penetra, te perfora, se acelera.
Gritas mi nombre, con pasión:
- Sigue Lobo, sigue mi potro salvaje.
Tus pechos se balancean con fuerza, hasta casi hacer daño, bajas tu cuerpo dejando apoyar tus pechos sobre la mesa y te penetro más salvajemente.
- Luna, quiero correrme dentro de ti, así, locamente enamorado por tu sexo. Nunca lo dudes, jamás olvidaré este momento.
Nos corremos los dos juntos, unidos por todas partes, en cuerpo, alma y sexo.