La satisfacción de ayudar. Prólogo

En este prólogo me gustaría presentarme y presentar a mi pareja antes de comenzar con la historia que os quiero contar.

Hola lectores.

Este es el primer relato que escribo, aunque hace siglos que sigo los relatos de esta pagina, con lo cual déjenme  presentarme.

Soy Alexios pero todo el mundo me llama Alex, tengo 30 años, soy de un pequeño pueblo de la costa Murciana. Físicamente soy de un tamaño mediano, alrededor de 1.75 y no soy muy dado al deporte, pero como mi trabajo es muy físico me mantengo en lo que se llamaría popularmente como fofisano, brazos y piernas muy marcados pero con algo de barriguita. Soy rubio y con el pelo al estilo vikingo largo, barba poblada pero cuidada y los ojos azules.

Siempre he sido bastante vicioso en cuanto al sexo y eso me llevo a hacer bastantes locuras durante la universidad,  pero la cosa empeoró hace una década cuando conocí al amor de mi vida.

Os contaré quién es ella, Lucia es una chica normal, si te la cruzas por la calle no te llamará especialmente la atención pero por la sencilla razón de que suele vestir ropa holgada. Es bajita, 1,50  aproximadamente. Siempre me burlo de ella con que no se lleva mucho con Tyrion Lannister.

Pero cuando decide lucirse hace que pierda la cabeza, sus pechos no son muy grandes ni muy pequeños, en su justa medida. Pero si hay algo que resalta en su cuerpo es su culo y sus muslos grandes y prietos, casi parecen esculpidos por Bernini. Su pelo es negro azabache y le gusta darle un toque azul casi imperceptible en las puntas, su mirada de color miel es capaz de erizar hasta el último bello de mi cuerpo. Pero lo que de verdad me vuelve loco es su depravación; en vicio competimos en la misma liga, cuando nos aprieta no hay quien nos pare y ella es incluso más perversa que yo.

Lo nuestro no fue amor a primera vista, yo creo que nos amábamos mucho antes de conocernos y entramos en la relación con la quinta marcha ya puesta. Como dos engranajes perfectamente diseñados para funcionar como uno solo comenzamos una odisea sexual en la que practicamos todo tipo de depravaciones, fantasías sexuales, exhibicionismo con el morbo como combustible inacabable. Esas historias ya os las contaré si lo pedís.

Tras diez años seguimos igual de calientes o más, hemos buscado nuestros límites durante estos diez años siempre nosotros dos solos y ha llegado el momento de probar a introducir a otras personas en nuestra cama. Comenzamos a hablarlo y decidir si queríamos empezar con un intercambio de parejas o con un trio, si el trio lo haríamos con alguien amateur o contrataríamos a un profesional, si hombre o mujer; si sería hetero o bisexual ya que ambos somos bisexuales, ella confirmado y yo curioso. Que si en un local swinger, en un hotel o en nuestra propia casa… y en eso estábamos cuando el jodido virus decidió posponer nuestras fantasías indefinidamente, o eso creíamos, hasta que recibí una llamada de mi mejor amigo que vive en Murcia capital, para invitarnos a cenar y comentarnos un asunto importante.

Continuará.

Por favor si has llegado hasta aquí y has visto error ortográfico, de estructura o algún punto que creas que se puede mejorar por favor dímelo en los comentarios o directamente. Un saludo y gracias por leerme.