La ruta en bici

Noté como iba moviendo las caderas cada vez más rápido indicando que iba a correrse, aceleré los movimientos de mi lengua, mis dedos y sentí como me apretaba la cabeza contra su coñito y cerraba las piernas aprisionando mi cabeza, mientras podía oír como respiraba aceleradamente y daba algunos...

Todo ocurrió una tarde de primavera de este mismo año. Había pensado pasarla con ella, con mi amiga Patricia. La había conocido en un curso que estábamos haciendo juntos y rápidamente hicimos buenas migas. Ella era un poco más baja que yo, muy guapa de pelo moreno, delgada, con poco pecho y una muy buena cintura.

Le había planteado la idea de ir a coger la bici a un lugar bastante bonito, había que coger el coche para llegar, pero la verdad es que merecía la pena el lugar. Era uno de los pantanos que servía de suministro a la cuidad, en la que en ese momento residíamos, y alrededor del mismo habían construido un sendero entre los arboles que poblaban la zona para poder coger la bici o hacer cualquier otro deporte. El lugar me lo había recomendado un amigo y sinceramente, me pareció buena idea.

Creo que no hay que decir a estas alturas que me gustaba mi amiga Patricia, y la verdad era que me llamaba mucho la atención. Sabía que tenía novio, pero él estaba en ese  momento viviendo en otra ciudad y además seguían con las continuas peleas telefónicas casi a diario. A todo esto tengo que añadir que aunque parezca que todo estaba planeado, fue algo mas del puro azar que de la premeditación.

No serían más de las cuatro de la tarde cuando me pasé por su casa a recogerla, venía con unos pantaloncitos cortos que no llegarían a la mitad de sus muslos y en la parte de arriba una camisetita de tirantes. No hacía mucha calor por aquella época, pero entre que íbamos a hacer deporte y que el sol pegaba bien ese día, seguramente era más adecuado ir así que tener algo más de abrigo.

Al poco de parar el coche ella llegó, me dio un par de besos y comenzamos a meter su bici en el coche. Lo había preparado todo en mi casa, de modo que el asiento de atrás  de quedase totalmente plegado para poder poner las dos bicicletas tumbadas una encima de la otra. Pasados unos minutos y después de dejarlo todo listo, de cerrar la puerta, y de montamos en el coche pusimos rumbo al pantano.

Estaba relativamente cerca, y no tuve que conducir más de unos 20 minutos cuando llegamos al lugar. Había que aparcar el coche en el pueblo, donde estaba situado el pantano, y coger la bici para poder entrar en el camino que llevaba directamente al pantano. Bajamos las bicis, sacamos un par de mochilas que llevábamos con refrescos para deportistas, agua y algo de comer y acto seguido nos pusimos en camino.

Ese día había muy poca gente por la zona, debido a que era día laboral, y realmente la mayoría de la gente estaban trabajando, el horario de nuestro curso era por las mañanas y eso nos permitía una cierta libertad por las tardes, a todo ello había que sumarle que hacía una tarde francamente buena, y mejor que se iba a poder más adelante la verdad, pues al poco de llegar a la entrada del circuito del pantano ocurrió todo.

Unos minutos mas tarde de coger la bici y de hacer un par de kilómetros antes de llegar al pantano, había que pasar por la típica entrada que tienen ahora puesta en algunos parques que están hechas de madera y tiene una angosta entrada en forma de S para que la gente no pueda meter las motos o coches, pero las bicis si pueden entrar. Nada mas pasar ese tramo, paramos a los pocos metros para sacar las botellas de agua de la mochila, pues se nos habían olvidado colocarlas en la bici, hecho esto nos apoyamos en las vallas de madera que había a ambos extremos del camino, estas no superan el metro de altura, de modo que permitían que pudieses apoyarte en ellas con total normalidad. Lo que pasó fue puro azar, pero doy gracias de que ocurriese.

  • Ay!!, Dios ... creo,si, ...creo que me ha picado una avispa, dios.. joder como pica, y jajaja, no te lo vas a creer Luis, pero se ha metido por el pantalón y me ha picado en el interior del muslo....

  • Jajaja, no puede ser, jajaja, que se te ha metido? pero como?- contesté yo.

  • No lo se, me noté algo por el pantalón que me estaba haciendo como cosquillas y cuando me fui a rascar, sentí un picotazo... Dios.. pica mucho, y más ahí!! Si llega a ser un poco más..... jajaja

  • Jajaja, no me lo creo, y eso que acabamos de llegar, a ver pero lo tienes muy rojo?

  • No se, no lo veo bien desde aquí. Dios!! me pica!!

  • Déjame ver- le dije a Patricia mientras soltaba la bici y me encaminaba hacia ella, me agaché y comencé a subirle poco a poco el pantaloncito, hasta llegar a la picadura, la cual estaba realmente cerca de su entre pierna y bueno, digamos que era una zona bastante delicada...- Pues sí que lo tienes bastante rojo, déjame ver que tengo aquí agua casi congelada y cojo un poco para ver si se te alivia algo.

Me aparté de ella, que seguía montada en la bici, aunque estaba de pie y como podía sujetaba con una de sus manos el manillar y con la otra se seguía rascando.

-No te toques que te lo vas a poner peor, espera que ya voy- le estaba diciendo mientras me volvía a acercar a ella con el bote de agua en la mano.

-A ver, déjame que te eche un poco de agua fría, a ver si conseguimos que se te alivie.

Me agaché y lentamente fui levantando el pantaloncito de nuevo, lo fui desplazando hacia arriba para dejar ver la picadura, mojé mis dedos con un poco de agua congelada, y comencé a aplicarle un suave masaje por la zona. Moviendo mi mano en círculos por el interior de su muslo. Mientras iba masajeando, al tiempo que echaba un poco de agua e iba mojando más la zona, note que Patricia se quedó callada, y mirando un poco de reojo a su cara, me si cuenta de q se había puesto un poco roja. Lo más disimuladamente posible fui ampliando el circulo para ir cada vez abarcando mas terreno, hasta que mis dedos rozaron sus braguitas y por tanto su coñito.

-Mmm... Creo que deberíamos seguir no?- me dijo mientras daba un respingo al notar el roce de mis dedos.

-Eh.. de acuerdo -dije algo nervioso- pero como lo tienes? se te ha aliviado?

-Me sigue picando, pero ahora un poco menos- y diciendo esto se incorporó y comenzó a andar con al bici.

Me monté en la mía y seguí por el camino bien delimitado que marcaba el trayecto del recorrido. Ibamos los dos uno al lao del otro en silencio. Parecía que ninguno quería comentar nada y el silencio se hizo algo incomodo. Hasta que Patricia lo rompió y comenzamos a charlar.

La tarde fue transcurriendo de la manera más normal posible, con continuas conversaciones sobre nuestras cosas, las historias que nos sucedían en el curso, los  asuntos más personales de cada uno y sus problemas.. Bueno las típicas conversaciones entre amigos que se suelen tener. Hasta que vimos una bifurcación en el camino. Uno de los caminos continuaba con el recorrido, y el otro era una especie de bajada hacia un montículo de piedras llanas que había entre unos arbustos. La verdad es que parecía un mirador, pues se podía contemplar todo el pantano y toda la vegetación que allí había. De modo que decidimos optar por hacer una parada y tomar algo antes de continuar.

Sacamos un par de bebidas isotónicas y algunas gomitas (chucherías) que llevábamos en la mochila. Ella había traído una especie de toalla para ponerla encima del suelo y sentarnos allí, aquello parecía un pícnic improvisado.

Estábamos allí los dos sentados tomándonos las bebidas y charlando de las mismas conversaciones de antes, hasta que me volvió a comentar que le picaba.

  • Joder, me sigue picando tío, y no paro de rascarme...

  • Pero es que no dejas de tocarte y aunque te pique, tienes que aguantar un poco, sino te lo vas a poner peor...

  • Ya lo sé, pero me pica! -decía esto mientras no dejaba de rascarse.

  • Déjame ver, si quieres te intento dar un masaje y ponerte más agua a ver si se te va quitando el picor, o al menos te baja la inflamación con el frio.. -no sabía muy bien como iba a reaccionar, pero aun así me la jugué, puesto que no habíamos hablado nada de lo que pasó antes.

  • Mmm, está bien, mira -me dijo apartándose un poco el pantaloncito.

Me levanté y me puse de frente a ella, estaba sentada con las piernas abiertas, y yo me tumbé delante suya dejando mi cabeza a muy pocos centímetros de su entrepierna. Levanté mi mano derecha y comencé a darle un masaje a la altura de la picadura, le iba echando un poco de agua y luego procedía con el masaje. Al estar tan cerca de su entrepierna el masaje la fue excitando poco a poco y mientras seguía con el mismo fui ampliando el radio de acción como hice la primera vez, pero esta vez el resultado fue distinto.

Mientras acercaba mis dedos a su coñito haciendo círculos, llegué a rozar el borde de sus braguitas y ella no dijo nada, de modo que seguí avanzando un poco más, ampliando el radio y como consecuencia a ello, rozándole su zona más intima, pero esta vez de manera más descarada. Tampoco se quejó, era increíble que mi amiga Patricia, teniendo novio se estaba dejando que la fuese acariciando por su entrepierna sin decir nada y eso me excitó y animó aun más.

Con pocos miramientos a esas alturas, deje de masajear la zona de la picadura y fui pasando poco a poco a su coñito. Iba acariciándolo por encima de la tela de sus braguitas  y noté como una de sus manos, se posó en mi cabeza y me tocaba el pelo en señal de aceptación y placer, se estaba dejando hacer... Moví mis dedos por debajo de la tela de su ropa interior, llegando a tocar uno de sus labios mientras oía como dejaba escapar un pequeño gemido, acto seguido deslicé mi dedo indice desde abajo hasta arriba por entre sus labios. Recorría todo el trayecto de arriba a abajo mientras notaba como se iba humedeciendo más, y con ello movía yo mis dedos en dirección a su clítoris....

Saqué mi dedo y lo metí en mi boca para humedecerlo, y acto seguido volví a introducirlo por su pantaloncito, busqué su clítoris y comencé a hacer círculos en él, lo tocaba y masajeaba mientras sentía como cada vez estaba disfrutando más y yo también. Tenía ganas de comérselo y empecé a bajar su pantaloncito mientras ella levantaba un poco su culito para dejar que pudiese quitárselo. Una vez que terminé de sacárselo, instintivamente ella separó más las piernas. Aparté con una de mis manos sus braguitas, dejando a mi vista su precioso coñito, me encantaba el color que tenía y su aroma, me excitaba mucho. Me acerqué y pasé la punta de mi lengua entre sus labios... Mmmm, era delicioso saborearlo, me encantaba su sabor, y más aun que fuese Patricia. Dios le estaba comiendo el coñito a Patricia, y pronto me la terminaría de follar... Me encantaba...

Fui moviendo mi lengua por entre sus labios, saboreando todo lo que encontraba a mi paso. Sacaba mi lengua al máximo y la deslizaba desde abajo hasta arriba, abarcando todo el contorno de su coñito, le repetía esas lamidas varias veces, mientras ella no decía nada, y sólo apretaba mi cabeza contra su entrepierna... La miraba de vez en cuando de reojo y podía ver como algunas veces nuestras miradas se cruzaban y ella, con la cara colorada, respiraba con mas dificultad e inclinaba hacia atrás su cabeza. Mientras que con una mano sujetaba sus braguitas para hacerlas a un lado y con mi lengua jugaba con su clítoris, utilicé la mano que me quedaba libre para ir metiendo en su coñito un par de dedos, primero comencé con uno y luego con el otro, mientras los metía y sacaba haciendo círculos con ellos dentro de su coñito... Mmmm era realmente excitante estar allí, entre los arbustos, tumbados, y comiéndole el coñito a mi amiga, la cual tenía novio, y allí estábamos, haciéndolo...

Noté como iba moviendo las caderas cada vez más rápido indicando que iba a correrse, aceleré los movimientos de mi lengua, mis dedos y sentí como me apretaba la cabeza contra su coñito y cerraba las piernas aprisionando mi cabeza, mientras podía oír como respiraba aceleradamente y daba algunos gemidos, gracias al tremendo orgasmo que había tenido.

Ahora era mi turno, pensé, y me incorporé quedándome de rodillas. Ella mirándome a los ojos y con una sonrisa en los labios, me fue bajando las calzonas deportivas, hasta casi las rodillas y cogiendo mi pene, comenzó a pasar su lengua por mis huevos, chupándolos y lamiéndolos, pasando de uno a otro... Siguió lamiéndome desde la base de mi polla hasta la punta, pasando la puntita de su lengua desde abajo hasta arriba, recorriendo todo el contorno del mismo, y una vez que llegaba a la cabeza, la chupaba entera y se la metía en al boca...Ufff, que bien lo hacía, la mamaba muy bien.... Siguió chupando e  intentando meterse toda mi polla en la boca, aunque no podía introducirla entera, movía la cabeza de arriba a abajo, chupándomela mientras yo estaba ahí de rodillas, pudiendo admirar todo el paisaje, al tiempo que mi amiga me la estaba comiendo... Ufff era muy excitante... Al cabo de unos minutos, fui notando como cada vez, me entraban ganas de correrme y decidí que parase, quería follármela.

Me dirigí directamente a su boca y comenzamos a besarnos, mientras me tumbé encima de ella, estaba con las piernas abiertas y yo con las mías pegadas, y mi pene sobre su coñito. Lo agarré y me puse a rozarlo por su coñito, mmm era una delicia, poder sentirlo, fui metiendo la cabeza poco a poco, mientras ella abría un poco más las piernas para facilitar que entrase, y mientras hacíamos eso la iba metiendo más y más hasta que entró por completo. La dejé parada un momento y acto seguido empecé a moverme, a meter y a sacar mi pene de su coñito, ella me abrazaba con sus piernas, y podía notar como me clavaba las uñas en la espalda, por el costado, mientras yo seguía metiéndola y sacándola. La besaba y pasaba de sus labios hasta su cuello, mordiendo sus orejitas y su cuello...Ufff como me ponía mi amiga... Le susurré que quería cambiar de posición, que quería hacerlo a cuatro, ella sin decir nada y después de que yo sacase mi pene, se puso a cuatro, y yo desde detrás, y de rodillas también, comencé a pasar mi pene por su coñito de nuevo, le daba golpecitos en el mismo y también a la altura de su culito, jugando un poco con su agujerito. Metía la cabeza de mi pene en su coñito, y la sacaba, la volvía a meter y la sacaba de nuevo, hasta que a la tercera la metí del tirón y me puse a meter y a sacar más rápido... escuchaba sus gemidos y mi respiración agitada, mientras sonaban nuestros cuerpos chocando el uno con el otro, seguimos así durante varios minutos, hasta que no podía más, saqué mi pene, y comencé a correrme por sus nalgas, mmmm, dios que placer ir dejándole mi leche por sus nalgas.....

Al poco de terminar, y una vez que nos habíamos corrido los dos, nos miramos y nos besamos, subiéndonos ambos la ropa y recogiendo todo para ir a por las bicis y seguir el camino.

A estas alturas ya, la conversación que fuimos teniendo por el camino poco importa, pues después de ese encuentro hubo más, y me convertí en el amante de mi amiga.

Nota del Autor;

Espero que les haya gustado, he ido revisando varias veces el documento y si se me ha escapado alguna falta ortográfica o algo pido perdón, no era mi intención. Por lo demás espero que hayan disfrutado de mi historia la cual fue un hecho real y a día de hoy seguimos viéndonos, ella sigue con el novio, pero nosotros seguimos teniendo sexo. Pronto les contaré otra historia que me pasó con ella.

Un saludo y muchas gracias por dedicarme su tiempo. Para algún comentario que quieran hacerme personalmente les dejo mi dirección. relatosdeanonimo@gmail.com