La rubia chanel, la chica romy y ramiro 2

La historia continúa. Este segundo capítulo, de los tres que componen la serie, nos lleva a Canarias....

LA RUBIA CHANEL, LA CHICA ROMY Y RAMIRO BOCANEGRA-PARTE 2 DE 3

PARTE II

La mañana se presentó llena de palomas. Volaban a su libre albedrío. Como locas. Se diría que estaban jugando a "quien la lleva". ¡Hijas de puta!. Me quedé mirando fijamente para ver si localizaba a la cagona. Un ruido a mi espalda llamó mi atención. Martindefierro entraba al Puto Palomar con su jodido BMW azul sin arañazo alguno. ¡Jodido tipo!. Siempre bien trajeado, siempre engominado, siempre detallista, siempre con la jodida corbata bien anudada. Pero me caía bien, pese a que nunca había conseguido tomar ni un solo centímetro cúbico de alcohol con él.

-Buenos días Ramiro. Me dijo mostrando sus dientes y casi rasgando su boca.

-¡Hola, Martinhierro!

-!No me llames Martinhierro, joder!. Mira que te gusta hacerme rabiar. Te traigo los billetes para Canarias. Saldréis pasado mañana.

-¡No me jodas!.... ¿No había billetes para dentro de un par de años?.

-Ramiro, Azucena me dijo "Billetes ya", y eso es lo que traigo, billetes. Yo escucho y obedezco.

-¡Cabrón!, bien podías haberlos sacado para la otra vida. No me apetece ir. Y menos con la jodida actriz.

-¿Qué actriz?, ¿La hermana de Azucena?.

-La mísma.

-¿Por qué la llamas actriz?

-¿Has visto como se parece a Romy Schneider?

-Si, es verdad. ¿Y?.....

-Pues eso. ¡Además, qué cojones hago dándote explicaciones!. Trae los billetes y ve a ver a Azucena, las palomas te acompañarán. ¡No se que las das, joder!

-Cariño, Ramiro….mucho cariño. Eso es lo que las doy….y pipas…Ja, ja, ja...

-Nos ha jodido….Dije dando un bufido.

Dejé que Martindefierro se alejara a ver a la Rubia Chanel y a la actriz. Me quedé observando el BMW del engominado. Contemplé los billetes. Salida el día 12, regreso el 22. Diez jodidos días acompañando a la actriz. Las palomas seguían revolucionadas con la visita de Martindefierro. Las gustaba su presencia. Y eso me daba celos. Que se sepa.

Fumando como un hijo de puta, mientras miraba el coche del afortunado Martindefierro, no advertí la presencia de la actriz. Venía con una coca-cola en sus manos. Se sentó a mi lado.

-¿Qué haces aquí?. Me preguntó.

-¿Qué crees que estoy haciendo?, trato de asimilar la forma más coherente de prender fuego al coche del engominado.

-¡Estás loco!

-Si. Puede ser. Mira-Dije mostrando los billetes que me acababa de entregar Martindefierro-, ya tengo los billetes de tu capricho. Los acaba de traer el "empalagado".

-¿De mi capricho?, yo quiero ir a Canarias, pero que te quede clarito que no es de mi gusto que me acompañes. Si te jode, te aguantas. Soy sincera y digo lo que pienso.

-¿Acaso crees que a mi me apetece viajar a dos mil kilómetros con una actriz de 22 años que usa pantalones vaqueros y va marcando la raja del coño a todas horas?

-¡Gilipollas!

-Tú más. Yo también soy sincero. Vas todo el puto día marcando raja. Y sepas que a tu hermana no la gusta tu vestimenta.

-Ni a mi tampoco me gusta que estés instalado en su casa.

-¡Pues ya sois dos las jodidas!, ella por tu vestimenta y tú por mi presencia. ¡Os jodéis!.

-¿Te puedo hacer una pregunta?. Me dijo cambiando el tercio de voz.

-Depende, si me vas a joder…..te la metes por el culo, pero si estás muy interesada….igual hasta me digno a contestarla.

-¿Es cierto lo que me ha contado mi hermana de ti?, quiero decir-Hizo una pausa para ver mi reacción-, ¿Todo lo que me contó de cómo os conocisteis?.

-Supongo que si. No sé que te habrá contado, pero seguro que exagera-Me apiadé de ella en mi respuesta y quise ser una sombra del engominado y tratarla con una aproximación a la amabilidad-, tuve un mal día. Eso fue todo.

-Lo sé. Mi hermana me lo ha contado. Me ha contado todo. Lo del local de Margarita y como es que te viniste a vivir a su casa.

-¿No te ha hablado del Sr. Polla y de la Zorra?.

-Si. El Sr. Polla era un impresentable. Ahora está en Australia según creo. Y la Zorra era tu mujer. Quiero decir, tu ex ¿no?.

-Efectivamente. Y ya sabrás que los pillé taladrando en mi puta cama, en mi jodida casa y con mi jodida polla muerta de envidia por las dimensiones de la de ese cabrón.

-Lo sé. Azucena me lo ha contado todo. Me ha pedido que nos llevemos bien…¿Podremos?

-Depende del tiempo que tarde en echarte un polvo. Dije para provocarla.

-Anoche os ví. Me dijo sin acusar mi frase y propuesta.

-Lo sé. ¡Viste mi polla, eh!, ya sabes porqué vivo en la casa de tu "hermana". Dije poniendo énfasis en la última palabra.

-Debe haber otras cosas. El Sr. Polla, como tú le llamas, la tenía más grande que tú. Y ya no vive aquí.

Aquello me encendió. ¡A mí me lo iba a decir!, ¡A mí me iba a decir que la tenía más grande que la mía!, ¡A mí, precisamente a mí, que sufrí sus embestidas en aquella noche dónde el Sr. Bourbon me confundió y Azucena se incendió!. Aquello no podía quedar así. Nos ha jodido….

-Que se sepa que tu hermana era una estrecha hasta que yo la perforé. Estaba oxidada de tanta coca-cola como bebe. Y a ti te pasará lo mísmo si emulas sus gustos. Debes pasar mucha hambre, actriz, todo el día marcando raja..

-Y tú tomarás mucha Viagra para que se te empine. Estás borracho todo el día. ¡No me extraña que mi hermana tenga esa colección de consoladores en su mesilla!.

-¡Óyeme, "extra de cine"!, tu hermana tiene esos consoladores desde antes de que mi cuerpo se dignara a cepillarse a esa rubia mortecina. Y que sepas que si aún los mantiene es por los juegos perversos que gusta jugar cuando nos acompaña Bola de Sebo. ¡Ah, claro!, no sabes quien es Bola de Sebo. Bola de Sebo es la puta que tiene una cadena de locales dedicados a servir buen bourbon y que trapichea con todo género de inmigrantes legales e ilegales que vienen a presentar sus coños a tipos como yo. Y por si no lo sabes…..entre ella, tu puta hermana y yo, sin olvidarme de las palomas, los Chichos y Camilo Sesto, nació una amistad que….

-¡Estás loco!.....!Eres un impresentable!. ¿No sé qué cojones vio mi hermana en un tipo como tú?.

Me armé de paciencia. No quería que las palomas se alborotaran más. Ni quería ponerme en evidencia delante del engominado Martindefierro, que aún andaba con sus trapicheos con la rubia. La miré fijamente a los ojos. Ella me sostuvo la mirada. Hizo un gesto con la boca y temí que algún escupitajo se estrellara en mi cara. Eso la habría costado dos hostias. Nos ha jodido….

-Escúchame, Romy. Lo mejor que puedes hacer es levantar tu puto culo del banco, tomar ese jodido bote de coca-cola que amenaza con caerse por tu garganta, bote incluido, y largarte a ver al engominado, a tu hermana y a los putos lacayos que abastecen de bourbon y mil cosas mas mi minibar particular, antes de que me excite y te agrande la raja del coño. ¿Por qué sabes una cosa?, soy universal. Lo mísmo me la follo a ella, que tiene el coño estrecho, que me follo a Bola de Sebo que le tiene dado de sí. Y claro, en estas circunstancias, igual tu coño es más de mi medida a juzgar por la jodida raja que vas exhibiendo todo el día bajo esos pantalones vaqueros.

Me miró alucinada. Hoy estoy seguro que en aquél instante pensó que estaba realmente loco. Dio un bufido, tomó el puto bote de coca-cola entre sus finos dedos, agitó su melena al viento y masculló una palabra que me resultaba familiar a la vez que se encaminaba a la casa probablemente a chivarse de lo amable que había sido con ella.

-¡Hijo de puta!

Sonreí mientras me rascaba la nuca a la vez que con la mísma mano sostenía el cigarro y eso provocaba que me chamuscara algunos pelos tipo Fher. Estaba satisfecho. Pero aún debía finiquitar la conversación con la actriz. Nos ha jodido…..

-Si, hijo de puta, ¡eh! Correcto. Que sepas que te he oído. Y las palomas también. Esta noche haremos una visita a tu dormitorio. Iremos tres, el Sr. Bourbon, la paloma cagona y yo. El Sr. Bourbon dirigirá el cotarro, la paloma cagona te dará picotazos en el ano y yo me entretendré en morder tu útero con mi capullo. ¡Zorra!. ¿Y ahora vas y se lo cuentas a tu hermana?. Lo negaré todo. Nos ha jodido….

La chica se alejó de allí con unos movimientos ostensibles de caderas. Una provocación que quedó saldada con un par de frases dichas por ambos.

-¡Cualquier día te follaré, actriz!. Dije en voz alta.

-Tú a mí no me tocas ni con un palo, hijo de puta.

La conversación llegó su fín. Pero yo no sabía lo que me esperaba cuando llegara a la casa y me enfrentara con Azucena. Si la chivata había ejercido de tal, habría de montar un número en presencia de Martindefierro, cosa que no quería, pero si había optado por callar, era buena señal. Estaba dispuesta a follar conmigo. Nos ha jodido….

Aún permanecí en aquél jodido banco devorando pipas en complicidad con las palomas. ¡Sólo me querían por su interés!, Por ser el suministrador, en clara rivalidad con el engominado, de su comida predilecta. Allí me encontró el propietario del BMW azul sin rayajos cuando abandonaba la casa.

-Te esperan Ramiro. Azucena me ha dicho que te diga que te están esperando en el salón. ¿Te puedo hacer una pregunta?.

-¡Joder con las preguntas!, todo el mundo quiere saber……Ladra de una vez.

-¿Qué le has hecho a la hermana de Azucena?

-¿Yo?-Pregunté extrañado de lo bien que fingía-, ¿Por qué iba a hacerle algo?

-No sé. Me dio la sensación que la ocurría algo. Azucena también lo notó. No la cabrees Ramiro, está muy suspicaz con el tema de la compra de la empresa esa….

-Cuando gaste otro frasco de Chanel y se beba unos litros de coca-cola se la pasará. Nos ha jodido….

-Bueno, me marcho. Ya me ha dado trabajo para un par de días. Disfrutar en Canarias. Cuida de Carmen y sosiégate en la distancia. ¡Siempre estás tenso, joder!

-Ya te contaré Martinhierro. Dije lleno de maldad.

-¡Eres imposible, Ramiro!.....Adiós.

Se subió en su coche azul, marca BMW impoluto, me hizo un gesto con la cabeza y a la vez que arrancaba, por la ventanilla, vació una bolsa de pipas de calabaza que, con una rapidez propia de ser las dominantes de las aves, las palomas devoraron en un suspiro.

Cansinamente me dirigí hacia la casa. Al entrar en el salón, las dos hermanas hablaban muy distendidas.

-¡Ah, Ramiro!. Estaba dando cuentas a mi hermana del negocio que me traigo entre manos. Martindefierro es, no una mano derecha, es un primor. ¡No sé que haría sin él!.

-Ya. Ya se ha marchado. Pero antes, se ha encargado de dejar el suelo lleno de pipas de calabaza. ¡Esas palomas!

-Ramiro-Me dijo algo mas seria y olvidando el asunto de la compra de la empresa que se traía entre manos-, he hablado con mi hermana y creo que también debo hacerlo contigo. Es sobre vuestro viaje. Ya sabes que yo no os puedo acompañar. Y me fastidia. Los tres lo hubiéramos pasado genial. Pero estoy segura que tú cuidarás de ella. Conozco su carácter, Ramiro, y al igual que a ella la he pedido tranquilidad, a ti te pido calma.

Martindefierro nos llevó a la T-4 del aeropuerto. Unas maletas ansiosas por subirse al avión nos acompañaban. ¡Joder, hasta tenían ruedas para ir más aprisa!. Los despidos de rigor, los buenos deseos y la jodida frase "buen viaje" me iban a acompañar rumbo a lo desconocido. Carmen estaba más sosegada. Más tranquila. Más segura de sí misma. Yo, bueno, lo mío es otra historia.

El avión salía a las 8,40 de la mañana de aquél día 12. Tenía previsto llegar a Los Rodeos, Tenerife norte, a las 10, 25 hora local. Asientos 21 y 22. Con ventanilla. Para discutir.

El embarque, normal. La ubicación de los asientos, algo más anormal, pero yo la hice normal. Cedí la ventanilla a la actriz para acallar sus elevadas protestas cuando vio que mis glúteos se posaron en el asiento de ventanilla. Todo se saldó con un "nos ha jodio…" y ella se vio satisfecha al dejarme sentado a su derecha dentro de la parte izquierda del avión. Pero había viaje. Ya lo creo que había viaje.

Para empezar, cuando el avión despegó, la azafata nos invitó a tomar algo, previo pago, claro está. La actriz se limitó a pedirse un ron a palo seco. Yo, naturalmente, no quise ser menos. El líquido amarillo me iba a acompañar sobre la península. Después, cuando viajáramos por el océano, estaría borracho. Pero ignoraba que aquél ron, a palo seco, despertaría en la actriz aquella liberación que experimentó.

Mientras leía el AS y la actriz se mantenía fija en la ventanilla, observé a un imberbe que andaba trajinando por el estrecho pasillo del avión. Sus padres, muy aparentes por cierto, estaban despreocupados de los juegos de su vástago. El demonio se lo curraba con un coche teledirigido. Y lo jodido es que no sólo dirigía el coche de los cojones entre algunos asientos, molestando a los pasajeros, no, lo jodido era que emitía un ruido con su garganta similar a los que hacen los coches de verdad. Le miré desencajado. Cerré el periódico y me encaré con el. Hice una mueca grosera. El hijo de puta ni se dio por aludido. Al contrario, eso sirvió de provocación para que dirigiera su jodido coche hacia mis pies. Los sonidos que emitía con su pescuezo eran más sonoros. Bien podría haberle agarrado por el cuello y haberlo lanzado por la ventanilla. Me hubiera encargado que el resto del viaje lo hiciera al lado del motor del avión. Seguro que así habría tenido tiempo de emular el ruido de los aviones a las mil maravillas. Miré a los que interpreté que serían sus padres, el hombre me miró y me sonrió. La puta que lo acompañaba se empolvaba la nariz y la cara de gilipollas que usaba al menos en ese instante, pues más tarde la vi a nuestra llegada, y lamenté no haberla dicho nada, pero con la actriz a mi lado…cualquiera.

Un suspiro de La Chica Romy alteró mis pensamientos. Me giré en busca de su rostro. Allí estaba, haciendo muecas con la cara. Se podría decir que algo la tenía muy mosqueada.

-¿Te ocurre algo, actriz?

-¡Que te jodan, cabrón!

Si, su respuesta no fue la esperada, pero tampoco la inesperada. Era previsible. Opté por callarme. Sólo lo hice por no darla una hostia allí mísmo. Tendría que haber dado otra al padre del niño cuando éste se chivara de mi agresión y el "aparente" se hubiera dirigido a mí con recriminaciones ostensibles. Pero no me podía reprimir. Yo y mi ser.

-¡Que te jodan a ti, actriz!. Contesté sin acritud. Sólo pretendía reírme de ella y cabrearla.

-Es posible-Me dijo más relajada-, cuando lleguemos a Tenerife tal vez me folle al taxista que nos traslade al hotel.

-¡Avísame!, conduciré el puto taxi yo y os espiaré por el retrovisor.

-¿Eres un puto mirón?, ¿Te conformas con mirar?.

-Te recuerdo que la mirona eres tú. ¿Quién estaba espiando en la habitación de tu hermana?.

-¿Nos gustará el hotel?. Me preguntó como si yo conociera todos los jodidos hoteles de la isla.

-Esa pregunta, actriz, deberías habérsela hecho a Martindefierro. El se encargó del viaje. Pero me imagino que nos habrá reservado en algún hotel dónde nada más aparecer por la puta puerta, todos, director incluido, se postraran a tus pies……actriz. ¡Igual hasta te obsequian con un oscar!

-¿Vas a seguir con eso?

-¿No te gusta que te llame actriz?, pues te llamaré….a ver….hummmm……!ya está!, te llamaré actriz. Nos ha jodido

-¡Eres imposible!.

-¿Por que nunca me llamas Ramiro, o Bocanegra., o Cornudo, o…..?.

-¡Por que no quiero!, ¿Basta con eso o quieres más?.

-Tú mísma. Pero me temo que te tendrás que dirigir a mí de alguna forma. De lo contrario no te haré ni puto caso cuando llores.

-Si. Te llamaré…..Bocanegra. Está más en consonancia.

-¿En consonancia con qué?

-¡Además de estúpido eres idiota!.

-No me toques los cojones, actriz. Llámame como te salga del culo. Pero ten cuidado conmigo, no me sobresaltes mucho, tengo muy mal carácter.

-¿Sólo te follas a mi hermana o también la sacas la pasta?

-Las dos cosas, actriz. Me follo a tu hermana, a la coja, a las putas que trabajan en su imperio de locales y a ti si me jodes mucho. Y que sepas, que aunque tu hermana me ha comprado un puto Mercedes 220, que se llena de cagadas de las jodidas palomas muy a menudo, yo no se lo pedí. De hecho, desde que has llegado siento especial simpatía por viajar en taxi. Tengo grandes amigos en el sector, nos ha jodido

Con algún que otro regalo para ambos oídos, la voz de la jodida azafata dio paso a la del comandante que sostenía aquél aparato en el aire. Nos avisaba que en breve, si no nos estrellábamos antes, aterrizaríamos en Los Rodeos. Y así fue. El cabronazo me dio un susto de muerte al volar cercano a un peñasco de la isla, pero nos dejó en el suelo sin más sobresaltos.

La recogida de maletas fue espectacular. Romy se encargó de tocar cada una de las maletas que salía por la cinta transportadora. Parecía un puto perro buscando droga. Al fín se hizo con las dos, la suya y la mía. Salímos de la terminal y me encendí un cigarro. Justo cuando estaba dando la primera bocanada a mi querido Winston, la actriz me llamó desde dentro de un taxi.

-¡Vámos, Bocanegra!, deja el cigarrito para luego. Quiero llegar al hotel ya. Necesito ducharme.

Me quedé estupefacto. No sólo se había instalado dentro del taxi, si no que además, ya habían guardado en el maletero su maleta. Con las prisas propias, mi maleta se apoyó al lado de la suya y me inserté dentro del vehículo. Nos tocó un jodido Octavia, pero el guanche era todo un Schumacher. Condujo con tiento, sin sobresaltos y veloz. Nos dejó en la Plaza de los Reyes Católicos, delante de la puerta de un Mcdonald. ¿Para qué nos iba a acompañar a la puerta del jodido hotel?. Allí estaba el hotel Catalonia Las Vegas. Nuestro hotel.

Nuestra receptora, una mujer. Nuestras habitaciones, por que eran dos, la 1010 y 1011. ¡Con dos cojones!. La 1010 para la actriz, la 1011 para mí. Y todo porque no la gustaban los números impares. Ni botones ni leches. Sólo un jodido ascensor que nos elevó casi a la parte más alta del jodido hotel que Martindefierro nos había buscado. Un jodido hotel de cuatro estrellas. Para pasar desapercibido con la actriz. Cosa rara, no protestó. Su silueta se perdió dentro de la 1010 y la mía arrasó el minibar de la 1011. Previamente habíamos quedado en la cafetería del hotel. Una ducha, cambio de ropa y nos encontraríamos abajo.

Al abrir mi maleta, saqué todo mi arsenal de ropa y lo lancé tal cual dentro del armario. Me quedé en bolas y, después de apurar mi segunda cerveza, me largué al baño. Se que esos hoteles, que se manejan con llaves de tarjeta, sólo hacen funcionar la luz cuando la tarjeta está insertada dentro de una caja de mierda, pero yo no encontraba la jodida luz. Un interruptor recibió mi dedo experimentador y una luz se encendió en el centro del baño. Daba calor. No sé que cojones era aquello, pero daba calor y estaba casi en penumbra. Lo dejé estar no sin antes hacer propósito de investigación sobre ese asunto más tarde.

Los chorros de agua cayeron en mi cuerpo y agradecí aquella lluvia. Ignoraba lo que haría la actriz dentro de su habitación, aunque la imaginé, con su raja, dentro de la bañera y rodeada de espuma. En cinco minutos estuve listo. Fue todo lo que me llevó enjabonarme, darme unos toques en la polla y aclararme. Me acoplé un pantalón blanco y una camiseta del mismo color. Tomé el ascensor y bajé a la cafetería de la recepción. No la ví. Me senté en una mesa y un camarero autóctono me sirvió una hermosa jarra de cerveza con unas patatas fritas y mojo picón.

La actriz no bajaba. Me estaba poniendo de mala hostia su tardanza. Mientras vaciaba el contenido de la jarra de cerveza, estuve valorando la posibilidad de subir en su busca. Presumiblemente la hubiera encontrado dentro de la bañera, sosteniendo un bote de coca-cola o un ron ¡vaya usted a saber!, y rodeada de espuma a la vez que con la otra mano se acariciaba su raja. El autóctono, al ver como mi jarra descansó sobre la mesa, me hizo un gesto ofreciéndome otra. Es evidente que no me podía negar. Entre la cerveza que me ofrecía el camarero y subir a hostiar a la actriz, preferí la cerveza. Aunque ésta última idea no habría estado muy mal del todo. Esperar me reventaba.

Cuando el segundo trago de cerveza se perdía por mi garganta, la vi. ¡Joder con la actriz!. ¡Su puta madre!. Pensé que estaba borracho. La vi acercarse lentamente al lugar donde yo me debatía entre lo cierto y lo incierto. Traía cara de mala hostia, pero estaba realmente bella.

Un vestido, si, he dicho bien, un vestido de gasa transparente, agasajaba sus formas con una claridad inaudita. Pude divisar al trasluz el hueco entre sus piernas mientras caminaba. Fue cuando supe que no llevaba nada bajo el vestido. Cuando se acercó a mí, sus pezones, tras la gasa, me enloquecieron. Su cabellera límpia, su cara sin maquillar, su piel, su juventud….esa si era una actriz.

-¡Joder, actriz!. Has tardado en bajar, pero te has ganado un oscar. Estás muy guapa. Dije con sinceridad.

-Soy guapa. Contestó por toda respuesta.

-¡Y creída!. Exclamé.

-Tengo motivos-Hizo una leve pausa-, ¿No te lo parece?. Preguntó a la vez que acercó su cara a la mía en un alarde impropio, pues no sabía si quería besarme o que la diera una soberana hostia por tan impropia respuesta.

-¿Qué quieres tomar?. Pregunté a la vez que el guanche se acercaba a nosotros bandeja en mano.

-Tomaré…..-Dudas que no me gustaban nada de nada-, tomaré…..un mojito.

-Empezamos bien. En consonancia con el vestido que llevas.

-¿No te gusta?.

-¡Oh, si!, es….¿Cómo diría?...transparente. Muy transparente. Tan transparente que hasta las bragas me pasan desapercibidas. Dije en tono burlón.

-Es natural, no llevo. Me dijo a la vez que me limpiaba un cigarrillo de la cajetilla que se corría de gusto sobre la mesa al notar aquellos dedos sobre ella.

-¡Ah!, No llevas bragas. Bien, yo tampoco llevo calzoncillos. Podremos ir por el paseo a exhibirnos. Yo exhibiré mi paquete y tú tus tetas y tu raja, sin olvidarme de tu culo. Tal vez algún insensato te lance algún improperio…..y no te defenderé. Y llorarás. Te lo dije, actriz. Cualquier día te follaré.

-Deberías gastar un tamaño más acorde con mis necesidades. ¿Sabes, Bocanegra?, creo que eres un puto borracho que en el fondo no puede olvidarse de la puta mujer con la que estuvo casado y que le puso los cuernos con mi ex-cuñado.

Sólo la presencia del camarero evitó que estrellara mi jarra de cerveza en su cara. Los perdedores de tan desproporcionada acción hubieran sido, el cigarrillo que se interponía entre su boca y la jarra, la cerveza que aún contenía el cristal y sus perfectos dientes blancos alineados estilo Rubia Chanel. Era de familia. Dos bocas iguales, dos dentaduras exactas.

Cuando el camarero dejó el vaso sobre la mesa, el mojito pareció temblar. Intenté calmarme. Pero ella me interrumpió.

-Espero que no te lo tomes a mal, pero es lo que pienso. Bebes mucho. Y creo que es posible que sea porque no has olvidado a tu ex mujer. Además, teniendo en cuenta que tu mujer te cambio por mi ex-cuñado, que ese si que gasta un buen asunto….

No podía más. Me estaba poniendo a prueba o se estaba descojonando de mí. Era nuestro primer día allí, en la isla. Eran nuestras primeras horas. Me veía obligado a marcar límites. Tomé un trago de cerveza y con mucho cuidado deposité la jarra en la mesa. Mi mano atrapó su muñeca y la miré a los ojos. Apreté mi mano con deseos de entrenar lo que me hubiera gustado hacer, estrangularla allí mísmo.

-¡Vámos a ver, actriz!, me toca los cojones que mi mujer se fuera con el marica de tu ex cuñado. Me toca los huevos lo que pienses de mí. Me la trae floja que te hayas puesto un puto vestido calado y transparente para provocarme y…..

-Ja, ja, ja…¿Provocarte?, ¡No me jodas, Bocanegra!, sería lo último que haría en esta isla. Antes me follaría al camarero. No sería necesario ni siquiera que soltara la bandeja de sus manos. Yo le haría todo. ¡Provocarte a ti!...Despabílate nene, estás con Carmen, no con Azucena. Mi hermana podrá ser muy tolerante contigo, muy viciosa si quieres, muy generosa….-hizo una pausa para suavizar sus palabras-, muy Mercedes 220…todo lo que quieras, pero mi hermana y yo, aunque hermanas, sómos distintas. ¡Y suéltame la muñeca, hijo de puta!, me haces daño.

Raro en mí. Muy raro, pero me callé. Solté mi mano y estrangulé el asa de la jarra de cerveza a la vez que ella daba otro sorbo de su asqueroso mojito. Me encaré con ella.

-¿A ti qué te pasa, actriz?, ¿Acaso llevas más de 21 días sin que te echen un buen polvo?, ¿Acaso crees que me encanta estar en un lugar lleno de plátanos con una jodida tipa que se parece a Romy Schneider y que para mayor problema es hermana de la Rubia Chanel?, te diré lo que vámos a hacer "marca rajas". Te lo voy a decir bien clarito. Mañana iremos a esos putos lagos que están ahí enfrente. Dedicaré el día a beber cerveza mientras tu figura se empapa en esas aguas. Luego, tú al hotel o donde te salga de los cojones y yo donde me salga de la polla.¿Te queda claro, eh?, y después, sólo si no me has enfadado demasiado, me dignaré a salir a cenar contigo.

-Y pasado iremos a….

-¿Acaso crees que soy tu guía turístico?.

-No, eres mi acompañante. Quiero ir al Parque Loro, al Teide, a los Acantilados, a Icod de los Vinos, a la Gomera…….y-Hizo una pausa a la vez que bajaba los párpados-,….como llevo más de 21 días sin que me follen, quiero que me partan en dos. Me llevaré un buen recuerdo de esta isla.

-Por partes, actriz. Lo del Parque Loro es muy gracioso, hasta me resulta irónico. Ya tengo bastante con mis putas palomas, no necesito ir a ningún parque dónde haya loros….

-Sólo es su nombre, idiota.

-¿Subir al Teide?, mira, mira….he oído decir que con la tensión alta no se puede subir, y yo soy hipertenso. ¿Los Acantilados?, mira, mejor no. Me puedo bascular. Sin embargo, si tendré gusto en acompañarte a Icod de los Vinos. La Gomera no está contemplada. Y respecto a tus deseos de que te partan en dos….se lo puedo decir al Sr. Bourbon. Sólo habrías de dejar la puerta abierta cualquier noche.

-Pienso ir a todos y cada uno de esos lugares que te he mencionado. Contigo o sin ti. Hay una pequeña diferencia, si lo hago contigo tendré que soportarte, pero es de obligado cumplimiento para no desairar a mi hermana, y si lo hago sóla, cuestión que me seduce más, estarías todo el día por la isla dando tumbos con la copa en la mano. ¿Sabes, Bocanegra?, mi hermana lo es todo para mí. Por ella soy capaz de cualquier cosa. Hasta de soportarte.

No sabía si pedir una tercera jarra de cerveza, darla un hostión, estrangularla allí mísmo, follármela sobre la mesa……por primera vez en mi vida me sentí de esa forma. Sin respuestas. Algo no estaba bien dentro de mi ser. Es cierto que ya no era el mísmo, pero también es verdad que no había perdido aún mis desvaríos.

A la mañana siguiente, segundo día en la isla, los Lagos Martianez nos acogieron como merecía una actriz reconocida a nivel mundial. No hubo muchos problemas. Una vez instalado el campamento base, sombrilla, hamacas, bolso, toallas, gorra, gafas y un sin fin de artilugios inservibles en aquél lugar, la actriz me sorprendió de nuevo. El top-lees que se marcó aún me impacta en la mente. No dije nada. ¡Qué cojones podía decir!. Su raja estaba bien cubierta, pero la de su culo no. Dentro de ella se perdía una cinta rosa hasta coserse a uno de los vértices de su tanga. Era bella. Sin peros ni objeciones. Y eso mísmo pudieron contemplar los cientos de individuos que pululaban por los Lagos Martianez. Algunos me tenían envidia. Otros me miraban mal. Yo me divertía observando todo a mi alrededor y alrededor del cuerpo de la actriz. Bebía cerveza caliente. Al sol. Con dos cojones. Con las gafas puestas. Mis Rayban del alma.

-¡Te vas a quemar, subnormal!.

Con mis ojos cerrados tras las gafas, el bote de cerveza en una mano y un cigarrillo en la otra, su voz me llegó "latigadora". Levanté mis gafas y abrí a duras penas los ojos. Allí estaba ella, envuelta en gotas de agua, exhalando frescor, con sus pezones duros, con su piel morena….con su dentadura blanca.

-¡Ah, ya estás aquí!, Creí que tal vez debería llamar a la marina costera para que te rescataran del tremendo oleaje donde has estado bañándote.

-¡Hijo de puta!

-¡Ah, creí haber oído ese insulto al que me tienes acostumbrado!...¿Como es…..?....si, hijo de puta. Dije a la vez que me tumbaba en la hamaca nuevamente.

-Es lo que te he dicho. Lo que ocurre es que estás tan borracho que no te habrás dado cuenta.

A una mujer sólo la joden dos cosas, un buen pene y que no la hagas ni puto caso. Estaba claro que yo sólo la podía ofrecer una de ambas. No hacerla ni puto caso. Y eso la molestaba, la irritaba, la enrabietaba en mi contra.

-¿Qué coño te pasa ahora, actriz?.

-Vámonos de aquí. Me contestó a la vez que metía, sin orden alguno, las cosas en su bolso.

-¿A qué tanta prisa, joder?.

-Me quiero ir, eso es todo. Si tu quieres seguir emulando a las gambas…..por mí puedes quedarte. Se llegar al hotel. Está enfrente.

Yo ignoraba que había tenido un pequeño incidente en la piscina. Al parecer alguien se había vestido de baboso y había estado cortejándola sin piedad, hasta que la actriz, harta hasta los cojones, puso fín al cortejo con una sonora hostia en pleno rostro del baboso, que hizo que un segurata interviniera y diera con ambos fuera de la piscina por…..digamos….malos ejemplos para los niños. Pero yo ignoraba esto. Y lo supe en Madrid, a nuestro regreso. Aunque ese detalle no cambió nada, la insolación ya me había atrapado. Ya daba igual marcharse de allí en ese instante o un par de horas mas tarde.

Después del jodido día en los Lagos Martianez, jodido día dónde hube de tomar cerveza caliente en cantidades ridículas para mis apetencias, al regreso me instalé en el chiringuito que había en la entrada del hotel. Era peculiar. Un joven simpático y vacilón se afanaba tras la barra. La actriz se subió al hotel con el pretexto de darse una ducha, aunque yo más bien supuse que se había ido a pajearse. Soy un hombre y se muy bien cuando se sienten necesidades, y ella, ese día, sentía necesidades. El caso es que yo me quedé en el chiringuito para resarcirme de las cervezas calientes. El camarero se apresuró, bandeja en mano, a preguntarme que deseaba tomar.

-Buenas tardes, ¿Qué va a tomar?. Me preguntó aquél joven.

-¿Tú qué crees?, ¿Con la cara de insolación que tengo, qué crees que puedo tomar?. Tráeme una jarra de cerveza, pero asegúrate que sea una recién llegada del polo norte.

El muchacho sonrió y se alejó tras la barra. Apenas un par de minutos más tarde, regresó con la bandeja en la mano portando una gran jarra de cerveza tamaño litro y un platillo con olivas verdes. Confieso que me defraudó, pues esperaba un plátano de aperitivo. Lo dejó todo en la mesa y antes de largarse, no sin dudar, me habló.

-¿Le ha dejado sólo su compañera, eh?

-¿Qué compañera?. Pregunté desde la desidia y con los labios llenos de espuma.

-La chica con la que ha llegado usted.

-¿Ah, es eso?, no, se ha marchado al hotel…… a masturbarse un rato. Contesté a la vez que una aceituna verde se perdía dentro de mi boca.

-¿A masturbarse?, ¿He oído bien?.

-¡Oye!, ¿Y a ti qué cojones te importa?. ¿Acaso te crees con derecho a preguntarme por la actriz por el mero hecho de que te has dignado a traerme unas olivas de aperitivo?

El cabrón obvió mi pregunta. Pero no se iba. Se quedó allí plantado, frente a mí. Era lógico que la presencia de aquella chica menuda hubiera despertado su interés.

-¿A qué esperas?, ¿Acaso quieres ver si soy capaz de beberme esta minúscula cerveza?, ¿Acaso estás esperando a ver si me atraganto y muero de un infarto con alguna jodida oliva?. ¿No tienes otra cosa mejor que hacer que asegurarte que me bebo la cerveza antes de que se caliente?, pues te diré una cosa, no sólo me voy a beber esta cerveza-Dije elevando la jarra con mi mano antes de llevármela a la boca-, si no que ya te estás yendo y me traes otra. He pillado una insolación de cojones en los putos lagos que hay a mi espalda. ¿Y sabes por qué?, porque la jodida actriz que me acompañaba no quería estar en una playa donde lo que pisa es de color negro. ¡Claro que tu no sabes quien es la actriz!, pues te contaré quien es la actriz. Siéntate, ahora te enterarás quien es la actriz.

El joven se sentó frente a mí. Mantuvimos una conversación tranquila dónde el único que hablaba era yo. Unas frases y le quedó claro quien era la actriz. Y claro, también quedó de manifiesto mi gusto por el alcohol y mi estado semi ebrio. El joven reía con mis ocurrencias. Me dijo que se llamaba Pirata Barbaroja. Yo me presenté como Ramiro Bocanegra Cornudo. Nos reímos. La conversación se saldó con un apretón de manos y un "hasta las 9 pues". Por supuesto, no pagué las consumiciones, pero eso no importaba. Ya me encargaría yo que ese nuevo "amigo" que la isla me había puesto frente a mí no saliera perdiendo y su puto negocio no se resintiera por mis excesos.

Continuará….

Coronelwinston