La Rosa

La perrita se despierta despacio, desperezándose dentro de su cestita, situada a los pies de mi cama. Lo primero que hace es mirar hacia la cama de su Amo, sabe que cada mañana debe despertarse antes que el, subirse a la cama y despertarlo con una exquisita mamada...

LA ROSA

La perrita se despierta despacio, desperezándose dentro de su cestita, situada a los pies de mi cama.

Lo primero que hace es mirar hacia la cama de su Amo, sabe que cada mañana debe despertarse antes que el, subirse a la cama y despertarlo con una exquisita mamada, que además le sirve a ella como desayuno, el mejor desayuno que una perrita puede esperar, la leche caliente de su Amo.

Pero hoy se ha dormido y su Amo no esta allí, mira el reloj y es tardísimo, la cama de su Señor esta hecha. Se preocupa, se pregunta como ha podido ser tan estúpida de quedarse dormida y no despertar a su Amo como debe, y se prepara para recibir el castigo que este le imponga. Entonces se da cuenta de algo...

A pocos metros de ella, en el platito con su nombre en el que su Amo suele ponerle la comida, en el suelo como a una perrita cualquiera, hay una preciosa rosa roja y una nota. La perrita se acerca despacio, desdobla la nota y reconoce la fina caligrafía de su Señor:

"Mi pequeña perra, No debes estar preocupada, he sido yo quien ha apagado tu despertador. Hoy he querido que duermas un poco mas.

En mi tierra hoy es costumbre regalar rosas y libros a los seres queridos, y he considerado recompensar lo bien que te estás comportando y la voluntad que pones en ser una buena perra, con esta preciosa rosa. Espero que sepas agradecer este obsequio de tu Rey.Hasta la noche"

La perra se quedó mirando la rosa, como si fuera la cosa mas valiosa que jamás le hubieran regalado, porque venía directamente de su Señor, y enseguida se descubrió con una lagrima resbalando por su mejilla.