La rica verga de un hombre de 72 años
Jamas imagine que existiera un hombre con descomunal tamaño de verga y menos un hombre maduro, ahora soy su esclava, el me ha convertido en su puta de planta.
“solicito, mujer joven, de preferencia, delgada y estatura pequeña” que sea mayor de edad, y que esté dispuesta a ganar una buena suma de dinero, se requiere absoluta discreción…me apresure a anotar el número de teléfono del mensaje y tomando unas monedas marque el numero en un teléfono público.
-¡hola! Si, disculpe señor, llamo por el anuncio del periódico.
-¿Cuántos años tienes?
-tengo 19 señor.
¿Cubres los requisitos del anuncio?
-creo que sí señor…me gustaría que me diera la oportunidad de una entrevista.
-bueno, pues…anota esta dirección y te espero mañana a las 8 de la mañana, solo será una entrevista, mañana decidiremos a quien contratar.
-gracias señor, ahí estaré sin falta.
-a no olvides traer tu identificación, sin ella no habrá entrevista.
-al menos tenía la oportunidad de la entrevista, desde luego que me imaginaba de lo que se trataba, pero nada me importaba, la necesidad económica resultaba más fuerte que cualquier pudor…además ya debía 3 meses de renta y si no pagaba cuanto antes, no tendría a donde vivir: ahora solo necesitaba poner de mi parte para quedarme con esa extraña oferta de trabajo.
Por la mañana me apresure a ponerme lo mejor de mi guardarropa, que en realidad la mayoría mostraba los signos del desgaste, me puse un pantalón de mezclilla, una blusa blanca y mis zapatos negros de tacón de piso…Salí y me apresure a abordar el transporte público, demore justo una hora en llegar a la dirección, se trataba de una casona de aspecto antiguo, y con un jardín amplio, pero descuidado, pulse el timbre y en pocos minutos salió un hombre de edad muy avanzada, le calcule al menos 70 años.
-¿sí? ¿En qué puedo ayudarte?
-¡señor! Ayer llame, y me dieron una cita para hoy a las 9…me llamo Silvia.
-aquel hombre me miro de arriba abajo, y con cara seria me pregunto.
-¿Traes tu identificación? Francamente no pareces tener 19 años. Pareces de 16 0 a lo más 17.
-si señor aquí esta, mírela…le extendí mi identificación y la miro detenidamente.
-pasa, vamos a platicar.
-su actitud cambio de repente, ahora se notaba accesible, y yo diría que hasta contento, entre detrás de él, y mientras caminábamos por el jardín me dijo.
-eres justo lo que estamos buscando, tienes estatura pequeña y cuerpo delgado, ¿con quién vives?
-vivo sola señor, en un departamento.
-muy bien, eso es mucho mejor.
Ya en el interior de la casa, me ofreció tomara asiento, el interior tenía una decoración de buen gusto…mientras servía un vaso de refresco me pregunto.
-¿bebes licor?
-no señor no estoy acostumbrada.
-bien ya te acostumbraras, mira Silvia, yo me llamo Carlos, soy viudo, y vivo solo, la cuestión es la siguiente…tengo un grupo de amigos que son en su mayoría de la misma edad a la mía, pero solo yo puedo tener las libertades de un hombre solo, pues bien lo que deseamos es a una chica como tú, para realizar algunas fantasías que de jóvenes no logramos concretar…te daríamos un sueldo por semana, claro tienes que pasar el tiempo que sea necesario aquí, y cuando no se ofrezca nada, podrás quedarte en casa. ¿Tienes alguna pregunta?
-solo una señor, ¿me cogerán?
-jajajajaja, pequeña, claro que te cogeremos, de eso se trata, ¿hay algún inconveniente?
-no señor, solo era una duda.
-bueno, pues tu dices tomas el trabajo o no.
-esta bien señor acepto.
-¡qué bien Silvia! Ya veras que no te arrepentiras, por el momento, ponte de pie, y quítate la ropa, quiero mirar tu cuerpo, para saber que necesitamos.
-con manos temblorosas, me empecé a desnudar, una a una mis prendas cayeron al piso, cuando me quitaba las pantaletas, extendió su mano y me dijo.
-dámelas, quiero aspirar tu olor de mujer.
-se las extendí y las llevo a su nariz, yo estaba avergonzada, pero eso parecía gustarle a él, me ordeno me diera la vuelta para mirar mis nalgas, y después quedara de frente.
-muy bien Silvia, creo que he tenido una buena elección, te daré un poco de dinero, iras a alguna zapatería y te compraras, unas zapatillas blancas, de tacón de punta, mientras más altas mejor, después regresas aquí, para que yo te de indicaciones.
-después de vestirme, Salí a comprar las zapatillas, tarde un par de horas y regrese nuevamente como me había indicado…al llegar me dijo un tanto apresurado.
-vamos Silvia, nos están esperando donde el modista, te hará un vestido.
Salimos y abordamos un auto viejo, que estaba estacionado afuera, en pocos minutos llegamos a un lugar donde un hombre nos recibió, se trataba de un modisto, me tomo medidas y solo le dijo a Carlos, lo siguiente.
-¿Qué tan corto Carlitos?
- mira, mientras más corto mejor, tu sabrás, tiene que ser especial.
-salimos de aquel lugar, y el modista le dijo a Carlos.
-mañana por la tarde te lo llevo.
-nos alejamos y entonces Carlos me dijo.
-bueno Silvia, puedes retirarte a tu casa, mañana te espero a las 2 de la tarde, para esperar tu vestido nuevo, y mañana mismo será tu debut…así que no me falles.
-me despedí tímidamente, y antes de salir dijo las palabras que me hicieron hacer a un lado todo pudor o temor que pudiera tener.
-¡Silvia! Mañana al terminar tus deberes, te daré dinero, para que no pases ningún apuro económico.
-Le sonreí y le di las gracias…regrese a casa con muchos pensamientos, ya más tranquila deduje que quizá ni siquiera lograrían cogerme, pues se veía muy grande de edad y quizá solo sería algo oral.
Al siguiente día llegue puntual a la cita, Carlos me miro y note su alegría de ver que ahí estaba puntual, y sin problema alguno, platicamos de cosas comunes cuando llamaron a la puerta, se trataba del modista, quien entro al lado de Carlos, quien me miro y me dijo.
-Desnúdate cielo, para que te midas tu vestido y ver si te queda bien.
-lo mire y le pregunte un tanto nerviosa… ¿aquí?
-si linda, vamos
-nuevamente me desnude, pero ahora estaba un tanto apenada por el modista, pero trate de calmarme, el modista me dio un vestido, más bien un diminuto vestido el cual apenas cubría unos 8 cms, de mis nalgas, mientras de arriba solo se sujetaba a mis tetas con un elástico, Carlos quedo satisfecho le pago al modista y este salió acompañado de Carlos…al regresar Carlos me dijo.
- muy bien linda, pero ahora quítate el vestido, antes hay que poner los accesorios necesarios a ese cuerpecito.
Me quite el vestido, quedando con las pantaletas y el sostén, me miro y me dijo sonriendo.
-todo Silvia, de hoy en adelante ya no usaras esas prendas, de adolescente, ahora usaras ropa de mujer.
-me desnude totalmente, y Carlos me dio una orden más, a partir de ese momento mi vida estaba dando un giro de 360 grados.
-Entra a darte un baño, después regresas aquí.
Me bañe, y regrese a su lado, en las manos tenía una diminuta tanga, la tanga solo tenía un pequeño triangulo de encaje al frente sujeta por un delgado hilo, el cual prácticamente se perdía en mis nalgas, me la extendió diciéndome me la pusiera, después las zapatillas, y por último el pequeño vestido, me indico me recogiera el cabello en una cola de caballo, y solo me pintara las uñas, no quería que usara nada de maquillaje, le obedecí y al terminar me miro complacido, lo mire tomar el teléfono y hacer una llamada.
-¡hola! Sergio, ya está lista la chica, a donde quieres que la lleve…de acuerdo, ahí estaremos en una hora, hasta pronto.
Salimos y subimos al auto, al sentarme, prácticamente quedo mi piel sobre el cuero del viejo automóvil, apenas y logre cubrir el triángulo de la tanga con el frente del vestido, condujo por espacio de una hora, por fin se detuvo en una colonia alejada de la ciudad, antes de salir me dijo lo siguiente.
-Silvia, ahora solo tienes que obedecer, en todo, a quien te lo pida, esta noche no tienes que hacer otra cosa que complacer en todo…lo que sea, ¿alguna duda?
-no, Carlos, entendí bien.
-salimos del auto, y cruzamos la calle, toco el timbre de un portón y salió un hombre de mediana edad, quien nos dio el paso, subimos unas escaleras y entramos a una gran sala, un silencio domino el ambiente cuando entramos, había varias personas, incluso algunas mujeres de edad madura, todos me observaban detenidamente, tengo que confesar que las piernas me temblaban, un señor se aproximó y le dijo a Carlos.
-esta vez has elegido buena chica.
Aquel hombre me tomo de la mano y me condujo al centro de la habitación, mientras decía algunas palabras a la concurrencia, mire un poco nerviosa que Carlos salía de la casa…una señora de aspecto elegante se aproximó y me dio un vaso con algún líquido, lo tome sin saber que contenía, no me pareció licor, en realidad no sé qué era, pero poco a poco fui cayendo en un estado eufórico, los hombres me sacaban a bailar, mientras las señoras solo observaban, por fin después de un gran rato, la música seso, y solo se escuchó la voz de un señor.
-amigos…ha llegado el momento, por favor, que alguien proceda, ya saben lo que sigue.
Otro señor se aproximó, y me puso un antifaz obscuro, no podía mirar nada, alguien más me guio hasta una zona que tuvimos que subir escaleras, al llegar arriba, pude escuchar el murmullo de la gente reunida, unas manos se posaron en los elásticos de la parte superior del vestido y sin piedad los bajo de un tirón, mis tetas saltaron libres, bamboleándose y arrancando, sonidos de admiración.
De forma brusca, tiraron del vestido, el cual se desgarro, y quede solo con la tanga y las zapatillas…todo me daba vueltas, no podía mirar, pero tampoco podía protestar, mi cuerpo temblaba como si se tratara de un ciervo, a punto de ser sacrificado, sentí a dos personas cuando me levantaron y me recostaron en una meza, de inmediato mis manos y piernas fueron atadas a cada esquina de esa meza, una excitación por lo desconocido empezó a recorrer mi cuerpo.
De pronto escuche con claridad el ruido de tacones de mujer al aproximarse…mi respiración se hacía más lenta, y sentí como cortaba las tiras de la tanga, y ahora vertía algún liquido en mis tetas, el líquido corrió por mi cuerpo, y entonces inicio lo que ya imaginaba.
Varias manos se apoderaron de cada centímetro de mi cuerpo, acariciaban algunos con suavidad otros con brusquedad, pero sentir tantas manos recorrer mi piel, me hacía estremecer de felicidad, mis pezones fueron tomados por las yemas de los dedos de alguien y los apretaban causando sensaciones nuevas en mi ser…soltaron las ataduras de mis pies y levantaron mis piernas, dejando mi ano apuntando hacia arriba, un chorrito de líquido cayo justo en mi ano, y al momento, sentí como me introducían algo, parecía una especie de canica, pero unidas por algún hilo, no sé cuántas entraron, pero ahí las dejaron.
Extendieron mis piernas, pero las ataron nuevamente, con las canicas dentro de mi ano, sentí una boca posarse en mi rajita, y después una lengua pasar por mis labios vaginales, después se detuvo en mi clítoris y lo enrosco me retorcí de placer, y ahogue un gemido, quien chupaba mi clítoris noto mi excitación y siguió frotando y dando apretones con su lengua, ya no pude ahogar mis gemidos y deje que todos me escucharan, me sacudí violentamente, y unas ganas como jamás había sentido de orinar me inundaron, sin poder evitarlo solté el chorro de líquido, quien chupaba se aferró a mi raja y succiono lo más que pudo.
Uno a uno fueron pasando todos, tanto hombres como mujeres, a chupar mi rajita, por fin me soltaron las ataduras y ahora me pusieron boca abajo, elevaron mis nalgas con una almohada bajo mi vientre, y sacaron las bolas de mi ano, con suavidad, en ese momento, mi cuerpo estaba en una excitación única, sentí que no podría aguantar más, ahora chuparon mi ano, igual todos lo hicieron, no sé cuánto tiempo duraron mamando mi raja, pero siempre me mantuvieron al límite del placer, jamás destaparon mis ojos, siempre cubiertos, de pronto todo mundo guardo silencio.
Se escuchó que alguien abría la puerta y todos lanzaron sonidos de asombro, sentí unas manos tomarme por la cintura y sin piedad me metió su verga, un escalofrío recorrió mi cuerpo, sentí desmayarme, el dolor era intenso, no pude más y grite al tiempo que me desmayaba.
Cuando desperté, sentí el vaivén de la verga entrar y salir de forma rápida de mi raja, aquel hombre aferrado a mi cintura disfrutaba de mi raja, se sacudió violentamente y soltó la leche la cual me inundo sin piedad…por fin la saco pero tomándome de los cabellos me obligo a chupársela, sentí nauseas, pero logre dominar el momento, apenas y cabía una parte en mi boca, sentí como crecía más y más, no pude evitar que se viniera en mi boca, unas lágrimas rodaron por mis mejillas, por fin me soltó y escuche cuando se alejaba, alguien se apresuró a chupar mi raja, me di cuenta que se trataba de una mujer, la suavidad de sus labios fueron calmando mi dolor, ahora un calorcillo se apodero de mi cuerpo, en ese momento otra boca se apodero de mis tetas, las caricias me dieron tranquilidad y al mismo tiempo el placer que mi cuerpo necesitaba.
Me sacudí violentamente, antes de soltar un torrente de leche, caí desfallecida, mi cuerpo se sacudía, y todos se alejaban en silencio, dejándome sola en la habitación, me quede dormida y cuando desperté, Carlos me llevaba en brazos al auto, así desnuda me subió en la parte de atrás, me cubrió con una manta y regresamos a su casa.
Desperté al medio día, mi cuerpo me dolía, mire mis vellos púbicos, estaban endurecidos por el semen de aquel hombre que me cogió sin piedad, sentía palpitar mi rajita, Carlos me dijo que podía bañarme y después retirarme a casa, al salir me dio una cantidad de dinero, me despedí, pero antes de salir me dijo lo siguiente.
-Silvia, descansa 2 días, el sábado, iras con el hombre que te cogió, quiere que lo conozcas. Tienes que estar aquí a las 6 de la tarde.
Me retire, y pensé en no volver, pero ya no pude olvidar esa verga, quería mirarla, y saber quién poseía tan delicioso miembro.
El sábado llegue a la hora señalada, la curiosidad de conocer a quien me cogió, me carcomía…Carlos, que ropa usare, el vestido quedo en donde fui.
-no te preocupes, vamos a ver, desnúdate, y ponte esto.
-me extendió unas medias de red, negras, y las zapatillas blancas, lo mire y antes de decirle algo dijo.
-así solo así, a él le encanta que lo esperen así, Silvia, hoy será diferente veras que te tomara con delicadeza.
Se escuchó el timbre de la puerta y Carlos se puso de pie, me miro y dijo antes de salir.
-Ahí está, aquí lo harán, yo me iré, cuando terminen el me avisara y regresare.
Salió y yo quede ahí, sentada en el sofá, los minutos me parecieron un siglo, por fin escuche los pasos que se aproximaban, la puerta se abrió…y apareció una figura, un hombre demasiado alto, después supe que mide 2.05, demasiado delgado, y además, con 72 años, no lo podía creer, ese hombre no podía tener semejante verga, me saludo agachándose para poder darme un beso en la mejilla…después se presentó.
-me llamo, Luis espero que te guste los momentos que pasaremos juntos preciosa.
-yo, soy Silvia, y también deseo complacerle en todo.
Vayamos a la recamara Silvia, ahí estaremos más cómodos, yo te sigo.
Camine delante de él, sentía su mirada recorrer mi cuerpo desnudo, mi rajita estaba humedeciéndose. Al entrar a la recamara, me tendí en la cama mientras él se arrodillaba en el piso y tomándome de la cintura me atraía a su boca, la cual abrió y su lengua salió, recorriendo mi raja, era tan larga que parecía un pene, con facilidad entro en mi raja, después la saco y la metió en mi boca, un sabor agridulce se mezcló en nuestras bocas, jamás había sentido algo igual.
Nuevamente se arrodillo y metió su lengua a mi rajita, la cual palpitaba por la excitación, con suavidad aproximo la punta de la lengua y dio un ligero toque a mi botoncito rosado, me estremecí, y repitió la acción, al ver que me sacudía con violencia, siguió tocándolo, delicadamente, cerré mis ojos y me deje llevar por el placer.
Se apartó un poco y ahora metió dos de sus dedos, igual los tiene largos, sus manos demasiado delgadas, casi podría decir que eran solo hueso, entraron y los saco igual de rápido, al sacarlos escurría leche blanca.
Me los puso en mi boca y sin esperar los metí saboreando, se trataba de mi propia leche, la cual me resulto agradable, me miro y me pidió me diera la vuelta, me puso en posición de perrito y ahora su lengua, estaba tratando de entrar en mi ano. Por instinto apretaba mi ano, pero poco a poco deje de resistirme, y la caricia empezó a darme un inmenso placer.
Fueron momentos de infinito placer…ahora deseaba mirar su verga, comprobar que efectivamente él era el dueño de tan delicioso trozo de carne.
Se apartó y me di vuelta me senté en la orilla de la cama, y por fin empezó a despojarse de su ropa, muda de admiración mire saltar su rica verga del calzoncillo, estaba flácida, pero así tenía un tamaño que despertaba la lujuria.
Totalmente desnudo, su cuerpo tan delgado, no podía creer que aquel hermoso miembro fuera de un hombre de esa edad, imagine como fue 20 años atrás, dios, que maravilla…se quedó parado frente a mí, yo me arrodille y metí su verga en mi boca, esta vez entro, toda, pero el calor de mi aliento, la hizo que despertara y con temor sentí como crecía, dentro de mí, mis labios quedaron totalmente aprisionados a su rededor.
Como pude la saque y me conforme con pasar mi lengua por sus venas hinchadas y enrojecidas, me ayudo a levantarme y lo que hizo a continuación me dejo fría de miedo…paso sus brazos por mis piernas y me levantó con facilidad, me dijo me tomara de su cuello y sin darme tiempo me enterró toda la verga, esta vez no hubo dolor, mi raja se amoldo a ella, sentía que mis labios vaginales apretaban su verga y eso a él parecía gustarle, tomo mis nalgas una en cada mano y comenzó a subirme en un delicioso vaivén, era la locura.
Con suavidad me fue sacando su verga, yo no hubiese querido que la sacara, pero imagine que se había cansado de esa posición, sin embargo estaba equivocada, ahora me tomo de la cintura, se sentó en la cama y me ayudo a sentarme en su verga, quede ensartada nuevamente…con un movimiento ágil se puso de pie al tiempo que me tomaba por las piernas, así ensartada dio unos pasos, se colocó frente a un espejo, sonriendo me dijo.
-mira, que rico se amolda tu raja a mi verga, mire y me di cuenta que a cada movimiento de entrada y salida, de mi raja salía un líquido blanco el cual escurría por sus huevos, así en esa posición terminamos ambos en un torrente de leche, las piernas me temblaban todavía por el orgasmo, sin darme tiempo de recuperarme me puso en 4 patas y tomándome de la cintura la metió nuevamente, sentí temor pues pensé que la metería en mi ano, pero sonriendo me dijo.
No pequeña, cuando te coja por el culo, será en mi propia casa, pero antes te preparare.
Lo escuche hablar, y no pude evitar tener otro prolongado orgasmo, imaginando esa gran verga dentro de mi ano…aquella noche supe que hay hombres que no importa su edad, y saben hacer gozar a una mujer. Ahora sé que los maduritos son especiales.
Cuando compre aquel diario, lo hice con la intención de conseguir algún empleo de medio tiempo, pero la gran mayoría se trataba de ventas, algo que me resultaba complicado, pues la situación económica del país no era para que la gente gastara su dinero en cosas que no requería; de pronto mire un recuadro, con letras pequeñas que decía lo siguiente.