La revisión Médica (1: La piscina)

No sabia que para nadar se exigian tantos requisitos, lo peo fue que el medico era muy joven para verme totalmente desnuda.

LA PISCINA

Hoy hubiera sido un día más, sin acontecimientos dignos de destacar, si no fuera por la conversación que mantuve ayer con mi amiga Marta, en la que me convenció para matricularme en un club de natación en piscinas. Siempre me ha gustado nadar y pasar un día agradable tomando el Sol, a quién no?...jejeje…y por eso me dirigí por la mañana al club para gestionar mi matrícula y pasar mi primer día en él.

Decidí ir a pie, el día estaba radiante y solo tenía que recorrer 2 km, o lo que es lo mismo, 20 minutos de paseo, en los que me crucé con algunas amigas y amigos que hicieron el camino más ameno y corto. Tomando un refresco, crucé las puertas de las instalaciones del club y encontré a Marta, que me esperaba pacientemente sentada en un banco de la entrada con su bolso, su bikini y su pareo, lista ya para la piscina. Yo en cambio, tendría que cambiarme de ropa ya que iba en chándal, con unos tenis, y la ropa de playa en el bolso.

Hablamos un rato, contándonos las batallitas del fin de semana mientras nos dirigíamos a la piscina, hasta que me percaté de que debía matricularme antes de entrar.

¡Uyyy! ¡Casi entro sin carnet! Jajaja

¿Dónde tendrás la cabeza?...jejeje…andaaa… ve a la secretaría que está al fondo, deja tus datos y espera a que te llame el médico para el reconocimiento físico.

¿Un chequeo médico?... te refieres a las típicas preguntas para saber si estoy sana supongo

Pues no, es algo mucho más completo. Te tienen que mirar de la cabeza a los pies, así que tómatelo con calma que sólo será una vez.

Vaya…, que vergüenza… No creí que fuera realmente necesario un control tan exhaustivo, pero bueno…el que algo quiere, algo le cuesta jejeje.

Te espero en la piscina.

¡Vale! Hasta luego.

Lo que Marta no se imaginaba era la sorpresa tan agradable que me había dado con lo del reconocimiento médico. Tan solo con decírmelo me provocó un escalofrío por todo el cuerpo indescriptible, ya que siempre me ha excitado la idea de que un médico explore mi cuerpo.

Caminaba hacia la secretaría con este pensamiento en la cabeza, imaginando ese momento, lo mucho que disfrutaría si eso fuera así, y con una sonrisa en la cara.

Una vez allí, me atendió una chica joven que me pidió mis datos personales, mi carnet de identidad, etc… Luego me indicó dónde tenía que ir para la revisión médica y me dio un nº para la sala de espera.

Sentada en una de las butacas de la sala, con dos niños que esperaban impacientes su turno, mi nerviosismo comenzó a aflorar, ya que el tiempo transcurría y por mi cabeza pasaban mil cosas…¿se percatará el médico de mi excitación aunque yo disimulara?...¿será hombre o mujer?...¿realmente será una revisión "completa"?...¿me hará desnudar totalmente?...

Con todos estos pensamientos rondando por mi cabeza y algunos más que no mencionaré, de pronto me percaté de que había caminado 20 minutos, estaba un poco sudorosa del ejercicio ( nada excesivo, pero soy muy cuidadosa con este tema), y había elegido los tenis más usados que tenía…que fallo!!...Normalmente cuido mucho mis pies pero con estos tenis la caminata se hará evidente en ellos…que corte!!...espero que no huelan

Pasaron los minutos entretenida con mis inquietudes e hipótesis de lo que pasaría…hasta que por fin, una vez salieron los niños que habían entrado juntos, asomó su cabeza el doctor haciéndome un gesto simpático invitándome a entrar. En ese momento, el corazón se me aceleró, y tras levantarme de mi asiento, caminé hacia la puerta entrando en la consulta, tras lo cual, el doctor cerró la puerta. Para colmo de males, el médico era joven, de unos 30 años y no estaba nada mal, y con él, un auxiliar ATS más joven aun. En ese momento no sabía hacia donde mirar, ya que imaginaba que mi cara estaría como un tomate. Realicé una respiración profunda y traté de relajarme. El doctor se dirigió a su escritorio sentándose e invitándome a tomar asiento frente a él.

El ATS preparó la camilla y acto seguido se puso los guantes profilácticos mientras el doctor dirigiéndose hacia su escritorio, se sentó ante su mesa .

Buenos días, comenzaremos el reconocimiento con un cuestionario de rutina, antes de la exploración.

De acuerdo.

Antes que nada, he de comentarle que mi ATS va a sustituirme por unos días y quería saber si tendría inconveniente en que él participara activamente en la exploración a modo de adiestramiento.

Bueno…no hay problema…me da un poco de vergüenza pero creo que será lo mismo siendo usted o los dos…jejeje…y por cierto, puede tutearme que no soy tan mayor jejeje.

Jejeje…lo mismo digo. Bueno … comencemos con el cuestionario.

El doctor me hizo las típicas preguntas sobre problemas físicos, alergias, etc… en un tono distendido y agradable. La verdad es que parecía un chico divertido, era guapo, y médico…el pack completo que quiero estas navidades!! Jajajaja.

Una vez terminado el cuestionario me pidió que me dirigiera detrás de un biombo que tenían al fondo para desnudarme. Esas palabras detonaron en mi cuerpo una sucesión de sensaciones, desde nerviosismo y vergüenza hasta una tremenda excitación. Caminando hacia el biombo, mi cabeza trabajaba a un ritmo frenético imaginando lo que iba a pasar en breves instantes, y mi excitación iba en aumento por segundos.

Cuando llegué, un pensamiento pasó por mi cabeza, por qué me hacen desnudar aquí escondida si precisamente me voy a desnudar para que me examinen minuciosamente…??? No pude evitar que se me escapara una carcajada ahogada y tímida por la estupidez de la situación, que por otra parte, tranquilizó mis nervios. Tras unos momentos de indecisión comencé a quitarme en primer lugar los tenis y el pantalón hasta terminar completamente desnuda a excepción del tanga que aun cubría mi sexo y dejaba al descubierto mis bien formados glúteos. Antes de desprenderme del tanga hice una pausa momentánea, me encontraba muy excitada y quería disfrutar de ese momento en el que iba a quedar totalmente desnuda a disposición de 2 hombres. Después de unos instantes, bajé mi tanga hasta mis tobillos, los cogí y los puse con el resto de la ropa. Mi excitación se hacia evidente en mi cuerpo y aquello me preocupaba un poco, no quería que el doctor supiera lo excitada que estaba. Supongo que era imposible ocultarlo, mi cuerpo estaba desbordado. Miré hacia abajo observando mi cuerpo desnudo, y disfrutaba mucho de la situación. Después de deleitarme observando mi desnudez, me examiné un poco para asegurarme de que todo estaba bien. Me había depilado por completo, de modo que se podian apreciar fácilmente los contornos y formas de mis rincones mas íntimos.

Intenté tranquilizarme para mitigar los efectos que la excitación excesiva había provocado en "algunas zonas" de mi cuerpo, y me preparé para salir a la vista del doctor y su ayudante. Me concentré en pensar cosas tristes o recordar preocupaciones que me hicieran evadirme un poco de lo que iba a suceder y después de un minuto caminé saliendo del biombo y torciendo a la derecha quedé frente a los doctores, de pie, quieta, con la mirada perdida, completamente desnuda, sin usar mis brazos para cubrirme, a la espera de instrucciones. Los doctores fijaron su vista en mi, en mi cuerpo desnudo que se mostraba en su totalidad ante ellos, y se hizo el silencio. Debieron pasar escasos segundos pero a mi me parecieron horas. El doctor señaló la camilla y me invitó a sentarme sobre ella. Caminé hacia la camilla mientras mi excitación subía y subía. Me parecía increíble poder disfrutar tanto con la situación que se estaba produciendo. Podía sentir mi desnudez a cada paso, la libertad de no llevar nada de ropa, la sensación de sentirme observada, de verme obligada a mostrar mis intimidades a dos desconocidos, con la tranquilidad de que para ellos forma parte de su trabajo

Al llegar a la camilla me senté sin subir las piernas y comenzaron la exploración, primero la prueba de reflejos en rodillas y codos, seguido de la obscultación con fonendoscopio de mis pulmones y mi corazón, medidas de presión y tensión sanguínea…y todo ello comentado por el doctor de forma didáctica para aprendizaje de su alumno. Estas pruebas eran hechas por partida doble ya que luego le tocaba el turno al alumno para ir practicando. En todo momento fui colaborando a la perfección con la labor del doctor a la vez que intentaba tranquilizar mi alterado estado de ánimo.

Una vez concluida la primera fase de la exploración, el doctor me invitó a echarme sobre la camilla con el cuerpo extendido cara arriba. Una vez tendida en la camilla el doctor y su aprendiz se perdieron de mi vista situándose detrás de mi cabeza para comenzar la exploración corporal