La Revancha

¿Qué es eso?. ¿Un culo entre los arbustos de mi jardín moviéndose a toda velocidad?, ¿arriba y abajo?, ¿bombeando frenéticamente?. Me acerco sorprendido a ver qué coño está pasando y lo que veo me hiela la sangre de las venas. Mi mujer abierta de patas y aferrándose con sus piernas a los riñones de su fornicador, el cuál no es otro que el hijo de mi vecino. Quiero decir, el hijo de puta del hijo de mi vecino.

LA REVANCHA

¿Qué es eso?. ¿Un culo entre los arbustos de mi jardín moviéndose a toda velocidad?, ¿arriba y abajo?, ¿bombeando frenéticamente?. Me acerco sorprendido a ver qué coño está pasando y lo que veo me hiela la sangre de las venas. Mi mujer abierta de patas y aferrándose con sus piernas a los riñones de su fornicador, el cuál no es otro que el hijo de mi vecino. Quiero decir, el hijo de puta del hijo de mi vecino.

No para de taladrarla de la forma más salvaje que jamás he visto. Mi mujer con los ojos en blanco y una expresión del rictus deformada por el placer emitiendo gemidos incontrolados, no demasiado altos pero que no dejan lugar a dudas del gustazo que se está dando la muy puta.

Permanezco delante de ellos por más de 2 minutos y todavía no se han percatado de mi presencia. El cabrón este tiene aguante y como siga a sí le va a traspasar el coño y se la va a sacar por el culo el muy bestia. No sabía que la zorra de mi esposa andaba follando con todo el vecindario. Igual se ha tirado a todos los veinteañeros de la comunidad de vecinos y yo con más cuernos que un ciervo saludándolos simpática e inocentemente cuando me los encuentro en la piscina. Ahora comprendo tanta amabilidad acercándose a darme la mano cuando lo que realmente querían era pegarle un repaso visual a la guarra de mi mujer que siempre baja a la piscina con los bikinis más pequeños que tiene.

De repente todo parece que termina, el chaval emite un rugido y parece que está tocado de muerte pues pega unos culeos rapidísimos y después se deja caer encima de ella totalmente sofocado. Al cabo de unos segundos de apurar su corrida se deja caer de lado en la hierba y puedo ver el pedazo de cipote que se gasta el jodío jovencito. No menos de 25 cm y bien gorda. Normal que mi mujer se lo haya pulido. A cualquier tía se le hace Pepsicola el chumino a la vista de semejante cimbel.

Pero esto no va a quedar así, a Salustiano Pí no le cornea ningún mierdecilla de 20 años, no sin al menos recibir su merecido.

Como los dos están todavía exhaustos, aparezco de golpe y sin mediar palabra le piso los huevos al chaval y cuando se levanta le doy tal hostia con la rodilla en la boca que lo dejo definitivamente dormido en la hierba. Mi mujer que se ha puesto a chillar no se si por la sorpresa de haberla pillado o por haber sacudido a su amante, se quiere escapar a gatas por entre los arbustos, pero la agarro por un pié y la ato de pies y manos con la manguera del jardín al estilo rodeo, dejándola hecha un ovillo. Le vendo la boca con un pañuelo y la dejo de lado pensando qué venganza me parece mejor. Mientras pienso, todavía me fijo en como le chorrea el semen de la vagina. El cabrón este le ha llenado el depósito para una semana.

Entro en casa. Cojo la máquina de vídeo. Salgo de nuevo. Coloco una silla del jardín entre los arbustos y poniendo sobre ella a mi vecinito inconsciente a cuatro patas, le ato manos y piernas de tal forma que le dejo el culo totalmente expuesto. Coloco el trípode de la cámara a dos metros y enfocando la escena la dejo grabando.

Ya está todo listo. Le despierto con agua en la cara y diciéndole que iba a pagar cara su acción de follarse a mi mujer me coloco detrás de él y desatando a mi mujer le digo que le embadurne el ojete a salivazos porque me lo voy a follar. El chaval pide clemencia, grita, llora y cuando creo que los vecinos pueden oirle le enseño las tijeras de podar que tengo en el jardín y que si quiere conservar los huevos esté calladito.

Sin más preámbulos le acerco mi picha a su culo que si bien no es tan larga como la suya puedo presumir de tenerla casi tan gorda como un vaso de tubo y sin más preámbulo le meto todo el capullo de golpe para lo cual tuve que dar un buen empellón porque el ano no cedía. Le había tapado previamente la boca con sus propios gayumbos y menos mal que lo hice porque el grito se hubiera oído a un kilómetro. Se le caían las lágrimas por las mejillas pero no tuve piedad, empuje otro poco más y otro poco más hasta que la tuve toda dentro. Entonces sin parar ni siquiera a mirarle empecé a culearle de la misma manera que él lo había hecho con mi mujer, sin descanso y a lo bestia, y, mientras le iba diciendo que qué se sentía siendo culeado sin compasión como él lo hacía. En pocos minutos me corrí dentro de sus entrañas y sacando la polla del tirón se la dí a chupar a la putona de mi esposa para que me la limpiara con la boca. Le dije: esta es tu penitencia, ¡¡chupa!!. Y me la dejó bien limpia de mierda y sangre de su amante.

Terminado esto, recuperé la cinta de video grabada y diciéndoles que iba a hacer copias y dejarlas a buen recaudo les liberé de las ataduras. A partir de ahora los dos estaban en mis manos. Con esto, lo que quería era, primero, que no volviesen a ponerme los cuernos y, segundo, ganarme su silencio para que no se enterara el vecindario de la cornamenta que me habían puesto, aunque no se si esto ya era de dominio público. Al chaval le amenacé con enviar una copia a todos sus amigos del barrio y a todas las chicas que conocía, para que vieran cómo lo había sodomizado a conciencia. Y a mi mujer la obligué a que al menos cada vez que me viniera en gana me hiciera una mamada, fuese cuando fuese o fuese donde fuese.

Han pasado, varios meses y sigo saboreando la venganza día a día. Del chaval no hemos vuelto a saber nada, de hecho creo que se ha ido a otra ciudad a estudiar.

Y yo, pues bueno, no es que sea vengativo, pero el que la hace la paga, coño.

WYATT 11 amcl69@yahoo.es