La reunión de padres
Este es el relato, de como tuve un polvo fenomenal con un madre impresionante.
LA REUNION DE PADRES.
Como cada vez que nos convocaban a la reunión de padres del de mi hija, mi mujer y yo discutíamos para evitar el fastidio de ir. No es que no nos importara la educación de nuestras hijas, pero es que estas solían ser una sucesión de tópicos para tranquilizar a los atribulados progenitores, siendo una sucesión de frases del tipo; sus hijos avanzan mucho y rápido. Estoy muy a gusto con el grupo. Seguidas de peticiones de los profesores para que se presentaran voluntarios para las cosas más absurdas que podáis imaginar.
En fin esta vez me toco a mí, pues mi mujer tenía una reunión importante y yo no pude poner ninguna escusa para no asistir. Así que malhumorado y sin ningún entusiasmo, me dirigí al colegio. Como todas las reuniones de padres esta no fue una excepción y transcurrió para mí, entre el más absoluto aburrimiento y el desinterés total. Aburrido como estaba me entretuve observando a las numerosas madres que estaban en la sala, recreándome en aquellas madres que estaban de buen ver.
Mis ojos se posaron en una rubia, de esas que provocan lujuria en los hombres, su piel clara y sonrosada, su estatura media, su femenino y sinuoso cuerpo, sin llegar a lo voluptuoso y sus preciosos ojos verdes en una cara entre aniñada y viciosa, la hacían la mujer más interesante de las que allí estaban. Iba muy bien vestida aunque algo clásica, un vestido rojo ceñido que realzaba su bonita figura, zapatos de tacón alto y un bolso haciendo juego con el vestido. El pelo lo llevaba recogido enmarcando su cara, con aquellos fascinantes ojos verdes y labios carnosos.
Al terminar la reunión, se produjo el acostumbrado tumulto de padres intentando huir de allí y los acostumbrados corrillos comentando lo más interesante. En mí precipitada huida coincidí con la rubia que también intentaba salir de la clase. Salimos al exterior del colegio y cómo íbamos a la misma altura iniciamos una conversación de lo más trivial y típica en esas situaciones.
¿Qué te ha parecido la reunión? Me pregunto.
-Un coñazo como todas, la verdad.
¿tú eres el padre de Sofía verdad?
-Sí, sí. Me apresure a responder.
-Yo soy lola la madre de Ana, tu hija y la mía son muy amiguitas.
¿De Ana? Claro la amiga de mi hija. Dije sin saber si era cierto o no. Yo me llamo Jaime.
Y comenzamos a charlar mientras salíamos del colegio. Lola, que así se llamaba la rubia en cuestión, resulto ser muy maja y agradable. Como tenía el resto de la tarde libre, lola me invito a un café en su casa que quedaba muy cerca de allí, mientras salían las niñas del colegio. La verdad, es que yo no tenía que esperar a recoger a mi hija porque una señora la recogía todas las tardes, pero acepte gustoso la invitación.
Al llegar a su casa me paso al salón, con el café en la mesa la conversación se volvió más animada y divertida. Yo de todas formas no dejaba de recrearme en su cuerpo, la raja de su vestido dejaba ver unas piernas bien torneadas y Lola era de esas mujeres que sacan mi lado vicioso y oculto. Mientras ella coqueteaba de forma muy discreta conmigo.
Le comente lo bien que le sentaba el vestido y lo acertado de los complementos. Ella me dijo que la moda era su debilidad y que por su trabajo de cara al público era necesario para ella, pero que su marido por mucho que se arreglara apenas se fijaba en ello. Aquello me sorprendió y se lo dije. Ella me confesó que era de lo más frustrante, ni en la ropa interior se fija, me dijo entre risas. Yo me reí con ella mientras, le comentaba que una mujer bonita con una ropa interior elegante, era una de mis debilidades.
-Tenias que ver que colección tengo, un arsenal de ropa interior, y él ni la mira, cuanto antes me desnude mejor. Me comento entre risas.
-Dios le da nueces a quien no tiene dientes. Le respondí con una mirada entre picara y divertida.
-Ven vas alucinar, te la enseñare para que veas que es cierto. Y diciendo me esto me paso a su habitación y abriéndome el armario me enseño, una autentica colección de la ropa interior de lo más sugerente que podías imaginar.
-Pues la verdad es que no entiendo a tu marido, esto es el sueño de cualquier hombre. Le respondí al ver aquellos conjuntitos.
-Pues ya ves la mayoría ni los he estrenado.
-Una atentica pena, seguro que con ellos estas de lo más sexi.
- ¿seguro que te gustaría verlos? Me dijo entre risas.
-¿y a quien no? Debes de estar fantástica con ellos. En fin lo que te decía dios le da nueces a quien no tiene dientes.
Lola los descolgó de su percha mientras me los mostraba superponiéndolos a su cuerpo pidiendo mi opinión. La verdad es que me estaba poniendo bruto solo de imaginarla con aquellos conjuntitos tan atrevidos. Mi erección iba poco a poco dejándose notar en mi pantalón, por lo que me acomode de forma que fuera menos visible.
-Realmente son muy sexi pero puestos deben de ser algo alucínate. Le dije al imaginarla con ellos puestos.
Ella pareció vacilar un momento pero con una sonrisa picara me dijo. -Eso se puede arreglar. Pero sería solo verlos. ¿De acuerdo? Me dijo algo vacilante e indecisa.
En aquel momento vi los cielos abiertos e intente animarla para que se los probara para mí. -seguro que estas preciosa con ellos.
-Solo verlos. Me indico tras unos segundos de duda. -Siéntate en la cama y elige uno.
Mis ojos se pasaron por aquellas piezas de lencería. Llamando mí atención un conjunto de liguero, tanga y sujetador negro con la tela del sujetador y el tanga trasparente. Ella se sonrojo al ver el que había elegido.
- Uffff , ese es de lo más atrevido.
-Seguro que te sienta de muerte, póntelo estarás fantástica con él. Por favor. Me atreví a decir creyéndome que se echaría atrás.
Ella miro a mi paquete disimuladamente, creo que le excitaba la idea de mostrarse en lencería ante un desconocido. Tras unos momentos de duda lo cogió y se metió en el baño de su cuarto. Yo estaba que no me lo creía. La verdad es que estaba muy excitado y nervioso ante el espectáculo que imaginaba. Tras unos minutos apareció su cabeza por la puerta del baño.
-Es muy atrevido no sé si debo. Me dijo titubeante.
-Estarás preciosa, además sería una lástima que no los estrenaras. Le respondí con una sonrisa en mis labios.
Lola salió un poco azorada del baño, mientras yo la alababa e intentaba ser de lo más distendido y natural, pues sé por experiencia que la inocencia aunque fingida es una buena arma en estos casos. Ella se mostro un poco avergonzada, con los mofletes coloreados por el rubor, pero mis alabanzas y bromas le dieron cierta confianza. A mí al verla salir, me acabe de emplamar. Su culo era respingón y sin excesos, sus piernas con los tacones, las medias y el liguero eran impresionantes. Sus tetas, por lo que se vislumbraba a través de la tela, eran no muy grandes, con unos pezones grandes y sonrosados. El tanguita insinuaba un coño arregladito, que solo poseía un pequeño mechón de pelo en forma triangular.
Sentado en la cama reprimí las ganas locas que tenia de lanzarme sobre ella, al intuir, que a Lola, la excitaba especialmente el hecho de exhibirse ante un desconocido. Entre alabanzas a lo bien que le quedaban le pregunte que si se probaría otro. Ella asintió y cogiendo el nuevo conjunto que le pasaba se volvió al baño, así fue probándose todos los conjuntos que tenia, cada vez más segura y confiada. Cuando estábamos llegando al final, me comento.
-Bueno, tengo algunos un poco especiales que no has visto, son muy atrevidos, pero si te portas bien me los podría probar para ti. Me dijo con una mirada coqueta.
-Seré un ángel Lola, lo prometo.
En aquel momento abrió un cajón del armario y sin dejarme ver lo que cogía se introdujo en el baño. Cuando salió quede impresionado, era un conjunto negro de encaje, que dejaba ver sus tetas y su coño, gracias a las aberturas que poseían en el sujetador y las braguitas. Su coño estaba húmedo y se le veía brillante de sus flujos. Sin hablar me acerque a ella, besándola ardorosamente, mientras mis manos se deslizaban primero a sus caderas y lentamente a su culo. Ella respondió a mi beso primero tímidamente, aunque la pasión la dominaba más, a cada instante. Sus manos comenzaron a juguetear con mi espalda, y aproveche para que una de mis manos comenzará a acariciar su pecho, primero con apenas un roce y luego cogiendo sus pezones y estirándolos con suavidad.
La tumbe en la cama y mis dedos rozaron su coño. Los deslice por los labios de su coño recreándose en cada pliegue de su piel, sin tocar su clítoris ni introducirlos. Lola me miraba encendida por el deseo acariciando mi polla y por encima del pantalón. Uno de mis dedos comenzó a frotar su clítoris, suavemente, en círculos, provocando en Lola movimientos de sus caderas y suspiros. Besaba su cuello mientras mis dedos seguían jugueteando con su clítoris sin introducirse en su vagina y mi boca fue descendiendo de su cuello a sus pechos. Cogí con mis labios su pezón, estirándolo, ella comenzaba gemir, sin dejarla levantarse, mi cabeza alcanzo su coño quedando expuesto ante mí. Era maravilloso espectáculo, su coño y sus muslos relucientes por lo jugos, me hipnotizaron. Sin querer evitarlo mi lengua comenzó lamer sus muslos, luego los labios de su vagina y luego con salvaje pasión su clítoris. Las caricias de mi lengua se convirtieron en una succión salvaje de su clítoris. Ella gemía y movía sus caderas intentado introducirse y frotar con más brusquedad mi lengua en su coño. En ese momento le metí dos de mis dedos follandome con ellos coño su depilado coño.
-Lame le coño, que soy un zorrita que le vuelve loca que se lo chupen. Dios ummmmmmmmmmmmm, sigue, sigue. Más cabron, que me estas volviendo loca. Ummmmmmm. Quiero chuparte esa polla quiero meterla en mi boca para sentir como arde.
Me levanté de la cama, ella sentada en la cama abrió mi cremallera con una mano mientras con la otra se masturbaba lentamente su coño. Mi polla dura y ardiente salto del calzoncillo y ella relamiéndose comenzó a pasar la lengua por mi glande como si se comiera un helado. Yo mientras me desnudaba lo más rápido que podía. Cuando estaba quitándome la camisa, Lola comenzó a pajearme mientras con su lengua lamia mi glande. Eso, la verdad, me puso cardiaco. Lola al ver mi cara de satisfacción cambio y comenzó a comerme los huevos mientras seguía pajeandome. Yo ya desnudo cogía sus pezones y los estiraba.
-Chupa perrita cométela toda. Al oírme Lola se metió la polla en su boca. La cogí del pelo introduciendo más mi polla en su garganta hasta que apenas pudo respirar y moviendo su cabeza con mis manos, me folle su boquita.
-Vamos zorrita me tienes como loco, te estoy follando tu boquita ¿te gusta mi puta?
Que la hablara de esa forma tan obscena la excitaba más, pero tenía que alejar mi pene de su boca o acabaría corriéndome. Así que saque mi pene del alcance de sus labios.
Soy tu puta, me vuelves loca clávamela, destrózame el coño, por favor. Mientras me decía esto Lola se tumbo en la cama, abriendo las piernas de forma impúdica e introduciéndose un par de dedos su vagina, sacándolos y metiéndolos con frenesí. Le pase mi ardiente herramienta por su rajita sin meterla, golpeando si clítoris con mi glande y repetí esta operación una y otra vez.
Estaba como loca, movía sus caderas intentando clavar mi polla en su vagina, pero yo seguía frotándola sin meterla, porque eso la ponía más bruta, cuando la vi al rojo, sin aviso se la clave de golpe hasta el fondo sintiendo como se estremecía. Comencé a meterla y sacarla profundamente. Eso le provoco un fuerte orgasmo, que hizo estremecer el cuerpo de Lola obligándola a mover su caderas de forma incontrolada. Seguí follandomela sin parar y esto hizo que rápidamente recuperara su ardor.
-Destrózame el coño, que el cornudo de mi marido me hace pasar mucha hambre. Decía entre jadeos entrecortados.
- Ya verás lo zorra que soy. Se puso encima de mí moviendo su culo como poseída, yo la agarre de sus pechos y se los magreaba con fuerza mientras arqueaba mi cuerpo, para que se clavara más mi instrumento.
-Soy una puta viciosa que necesita que le den polla. Aaaaaaaaaaaaaaa. Follame como la puta que soy. aaaaaaaaaa . Me decía mientras comenzó a mover sus caderas de forma circular y al finalizar cada circulo se clavaba mi pene profundamente.
-Quiero follarte tu culo zorrita dame tu culo, quiero rompértelo con mi polla. La vi tan caliente que quise a provecharme de su desenfreno.
-¿me dolerá? En el culo . despacito vale?
Diciendo esto saco mi polla de su coño y lo encaro al ano. Le dije que se masturbara mientras se metía mi polla por su culo. Comenzó hacerlo mientras mi glande mojado por sus jugos comenzaba deslizarse lentamente en el culo.
Se introdujo primero mi glande, parando, ya que mi pene es bastante grueso y dejando un poco de tiempo para que su estrecho culo se adaptara. Yo sentía como el anillo de su entrada oprimía mi polla. Mientras con mis manos magreba sus pechos, repitiendo lo zorra que era y lo mucho que me excitaba, verla así. Poco a poco fue entrando mi polla. La excitación de Lola era tan grande, que a pesar de la estrechez de su ano se la metió sin ninguna pausa más. Comenzó a bombear mi pene atrapado en su ano. Mis manos en sus caderas la ayudaban a que Lola me follara mientras se masturbaba con furia su coño.
-Dios siento como tu polla me arde en mi culo. Aaaaaaaaa, rómpelo, me tienes loca, no puedo más. Aaaaaaaaaaaaaa.
Un inmenso orgasmo comenzó a recorrer el cuerpo de Lola. Su cuerpo se convulsionaba entre gritos de placer contrayendo los músculos de su coño y culo. Mi polla no pudo resistirlo y mi semen inundo su culo, provocándole la continuación del orgasmo con cada descarga de mi leche en su interior. Ella siguió bombeando mi polla en un orgasmo que no tenía fin. Por fin se tumbo sobre mí y ambos nos quedamos jadeando exhaustos. En ese momento ella miro el reloj, las dos horas y media habían pasado, por lo que nos vestimos rápidamente para ir a por las niñas.
En la puerta de su casa nos despedimos para no ir juntos al colegio e intercambiamos los móviles rápidamente.
-Me has hecho gozar como nunca, esto hay que repetirlo.
-Pero debernos andarnos con cuidado Lola. ¿Me llamas?
-Dalo por hecho