La reunión de mi cuñada

El sábado como a las 4 de la tarde Diana habló a la casa, me pareció extraño pues sabía que mi esposa no estaba.

Mi esposa se había ido de viaje con sus papás y dos de sus hermanas, la única de mis cuñadas que se quedó fue Diana, la que era dos años menor que mi esposa. El sábado como a las 4 de la tarde Diana habló a la casa, me pareció extraño pues sabía que mi esposa no estaba, pero me buscaba a mi, y era para avisarme que había invitado a unos amigos de ella y a su novio a una reunión en su casa en la noche aprovechando que no estaban sus papás, y me pidió que los acompañara. Me dijo que si de cualquier manera se iban a enterar, era mejor que yo estuviera ahi para al menos servir como tapadera con sus papás. Me causó mucha gracia la razón de su invitación y decidí aceptarla, asi que alrededor de las 9 de la noche llegué a casa de mis suegros.

No había mucha gente, estaban solamente Diana y Martín (su novio), un par de parejas amigos de ellos, dos chicas solas y un amigo de ellas que las acompañaba. Pensé que me la pasaría bastante aburrido, pero pronto me enrolé muy bien en una conversación de trabajo con una de las chicas que iba sola y su amigo, que era colega de profesión conmigo. Estuvimos charlando muy a gusto y tomando algunas bebidas que preparaba mi concuño, hasta que a mi cuñada se le ocurrió jugar un juego similar a un programa de televisión donde las parejas se intercambiaban para ver las costumbres de los demás. No lo entendí muy bien, pero al final hice pareja con Marcela, la chica con la que hablaba, y nos enrolamos en el juego. Durante horas estuvimos actuando como si ella fuera mi esposa e intercambiandola con las novias de los demás, todo esto en una especie de actuación al frente de la habitación, donde emulabamos escenas de un matrimonio como peleas, romanticismo, labores domésticas, etc. Realmente era un juego para novios y no para gente casada, sin embargo me divertí muchísimo durante las horas que estuvimos jugando.

Poco a poco la gente se fue yendo por que era tarde ya. Se fueron Marcela y su amigo, una de las parejas amigos de mi cuñada, y después Martín. Eran las 2 de la mañana cuando la otra de las parejas decidió irse también y le ofrecieron a la chica que iba sola llevarla a casa. Los tres se fueron y nos quedamos solo mi cuñada y yo en casa. Apenas cerró la puerta para despedir a los últimos, volteó a verme y me preguntó si la había pasado bien, yo le contesté que si, y rápidamente me dijo que fueramos a la cocina para servirse una bebida más. - Yo ya estaba cansado, pero decidí acompañarla - Se sirvió un tequila y me sirvió uno a mi. Luego nos sentamos en la mesa a conversar un rato sobre lo que había sucedido en la fiesta. Yo ya estaba a punto de decirle que ya me iba a mi casa a descansar, cuando Diana se levantó y comenzó a bailar por toda la cocina como loca. - al principio me extrañó bastante lo que estaba haciendo, luego comencé a reírme y terminé preguntandole que si estaba escuchando alguna música en su mente, pues yo no escuchaba nada - Ella sin dejar de bailar me contestó: La música la pondremos cuando se edite la película, por ahora solo debo bailar. - Era obvio que mi cuñada no había tenido suficiente con las 3 horas anteriores de estar jugando a las actuaciones, asi que decidí seguir su jueguito de nuevo -

Muy bien, le dije, ahora solo dime: Estás haciendo un casting para una película, estás en fiebre de sábado por la noche o estas en una disco de moda?. Ella se detuvo frente a mi, lanzó una sonrisa y luego me dijo: Estás en el mejor table dance de la ciudad, asi que ve preparando tus billetes, y luego soltó una gran carcajada y continuó bailando. - Me reí durante un momento, vaya que estaba loca mi cuñada, o más bien estaba muy tomada - Me levanté de la silla, me saqué la cartera del pantalón y le dije: Los billetes están listos.

Ella comenzó a bailar bastante sensual en el costado de la puerta de la cocina, realmente estaba logrando calentarme un poco, sin embargo seguí observandola sin borrar la sonrisa de mi boca, y sabiendo claramente que era solo un juego y pronto terminaría. Diana se acercó a mi y me dijo: No vas a abrir la cartera amor? - Yo solté una carcajada - luego le contesté que no soltaría ni un centavo si antes no veía más - estaba seguro que en ese momento terminaría todo, pero su reacción me sorprendió - Ella continuó bailando, pero se puso de espalda a mi, comenzó poco a poco a acercar su cuerpo hasta que su trasero estuvo a unos centímetros de mi cara - se movía tan sexy que estuve a punto de estirar mi mano para tocarla - Ella continuó moviendose frente a mi y luego comenzó a tocarse las nalgas con sus manos, mientras lo hacía y tarareaba una canción, me decía: quiero ver ese dinero. Yo estaba en parte divirtiendome, pero en parte también estaba poniendome bastante caliente, sabía que no podía hacer nada con mi cuñada, pero era demasiado lo que estaba haciendo conmigo. Cuando tuve sus nalgas a pocos centímetros de mi cara, le dije que si seguía tentandome no repondía de mis actos. Ella se giró de frente a mi, me miró con una sonrisa en su boca, y me dijo: no se puede tocar señor, y se retiró unos pasos hacia atrás.

La seguí viendo con una sonrisa y son hacer ningún aspaviento saqué un billete de alta denominación de mi cartera y se lo mostré de lejos. Ella me dijo: ohh, tienes dinero, y sin acercarse mucho comenzó a bailar más movida y a pasear sus manos primero por su cintura, luego por su vientre y al final se tomó las tetas con las manos y les dio un tremendo apretón que logró ponerme más caliente de lo que ya estaba. Decidí meterme de lleno en el juego y comencé a decirle que quería ver más, a decirle piropos como si realmente estuviera en un club y a agitar el billete en mi mano como tentandola. Ella se comenzó a emocionar con mis reacciones, como si realmente estuviera esperando eso, que yo le siguiera el juego al 100%, y asi lo hice. Seguí diciendole piropos cada vez más atrevidos, y luego comencé a tocarme yo también, aunque más mesurado que ella. Estuvimos un par de minutos mirandonos uno al otro, hasta que Diana perdió toda inhibición y mientras se estaba tocando los senos comenzó a estirar la blusa que traía puesta del escote para bajarsela un poco. Llegó hasta la altura del bra y luego volvió a subirse el escote de la blusa, recibió un aplauso de mi parte, me sonrió y luego tomó su blusa de la parte inferior y comenzó a levantarsela. Me dejó ver su vientre un momento mientras yo le seguía aplaudiendo, luego la fue levantando poco a poco hasta que me dejó ver completo el bra que traía puesto. Cuando se la iba a bajar de nuevo la detuve con un grito de: Quitatela!, al cual respondió con una sonrisa pícara e inmediatamente después se sacó la blusa por encima de su cabeza quedando en ropa interior.

Le festejé la acción con otro aplauso y un piropo más sucio que alentador, aunque pareció gustarle, ya que continuó bailando con más ganas y acariciando su vientre y sus senos con las manos. Yo estiré mi mano derecha como diciendole que quería tocarla, y ella me respondió con un no con la cabeza. Mi respuesta fue: entonces dejame ver más, y saqué otro billete de mi cartera. Ella se sonrió y se puso de espaldas a mi moviendo su trasero de una manera cada vez más sensual. Ya no soporté más y trás unos segundos me dejé llevar por el momento y tuve una erección que se me notaba muy claramente en el pantalón que llevaba puesto. Mientras, ella bailaba de espalda a mi y por el movimiento de sus manos pude ver que estaba desabrochandose el pantalón de mezclilla azul que tenía puesto. Dejé de aplaudirle por la impresión del momento, Diana comenzó a bajarse muy lentamente el pantalón y frente a mi se agachó dejandome ver de cerca sus enormes nalgas enfundadas en una sensual tanga color roja que solo dejaba a la vista un pequeño triángulo. - Mi erección se intensificó -

No aguantaba más la situación para cuando Diana terminó de sacarse el pantalón y se quedó en interiores todavía sin verme de frente. De lo más profundo de mi y olvidandome de que era mi cuñada quien bailaba frente a mi, le dije que me estaba poniendo increíblemente caliente, que ya no iba a soportar mucho tiempo más. Ella sin parar de bailar fue girando su cuerpo para quedar de frente a mi, a unos dos metros de distancia. Para cuando ella me miró yo tenía ya mi pene completamente erecto y me lo estaba tocando. Ella bajó la mirada, paró de bailar un segundo y solo dijo: vaya, en realidad te estás excitando. Le contesté que no podía evitarlo, que lo que hacía era muy cachondo, y le pedí que no parara.

Ella siguió bailando frente a mi y viendo como me tocaba a mi mismo. Poco a poco se fue dejando llevar, y pasó de hacer una mera actuación, a excitarse ella también. La manera en como se tocaba empezó a ser un poco más real de lo que había sido, y no tardó mucho en pedirme que la dejara verme. Me sonreí mientras me tocaba el pene por encima del pantalón, y le contesté que era ella quien debería dejarse ver más. Diana no lo pensó mucho e intensificando la sensualidad de su baile, se soltó el bra y lo dejó caer al suelo, e inmediatamente después tomó el elástico de la tanga y se la sacó también. Continuó bailando desnuda frente a mi con la mirada fija en lo que hacía con mi mano derecha. Bailó asi unos segundos y luego me dijo: andale, dejame ver. Me sonreí y comencé a desabrocharme el pantalón, poco a poco, hasta que me quedé con el pene en la mano. Diana paró completamente de bailar y se quedó viendo fijamente como jugaba con mi miembro delante de ella. Se hizo un silencio de unos 30 segundos, hasta que decidí olvidarme de todo y dejarme llevar. Solamente le dije en voz baja: ven.

Diana dio 4 pasos al frente y apoyando sus manos en mis rodillas se inclinó frente a mi y comenzó a besarme de la manera más apasionada que podía imaginarme. Yo le respondí el beso con la misma intensidad y estirando mis dos manos le tomé firmemente las tetas y comencé a apretarselas. Ella lanzó un gran suspiro y se acomodó sentandose sobre mi pierna derecha para continuar. - apenas puso su cuerpo sobre mi pierna y pude sentir que estaba muy húmeda - Se comenzó a mover hacia adelante y hacia atrás en mi pierna para que su vagina se excitara más. Yo comencé a manosearla sin control por todo el cuerpo, y en pocos segundos, ella ya tenía mi pene en la mano y me estaba masturbando.

Continuamos asi un par de minutos sin parar de besarnos y sin hablar, hasta que ella sola se levantó y puso su cuerpo paralelo al mío. - Comprendí su intención, y en ese momento pensé en las consecuencias que tendría ese acto - Sin embargo la calentura del momento era demasiada y decidí hacerlo. La tomé de la cintura y comencé a empujar su cuerpo hacia abajo para que se sentara sobre mi miembro, ella no opuso resistencia al principio, pero se detuvo justo cuando la punta de mi pene tocó su vagina. Estuvo asi un par de segundos y luego comenzó a bajar poco a poco hasta que la penetré por completo. Dejamos de besarnos y ella volteó su cabeza hacia arriba comenzando a moverse de adelante hacia atrás con mucho ímpetu, yo no paraba de tocarla y ella me tomó de los hombros y comenzó a zarandearme fuertemente mientras continuaba moviendose dentro de mi. Pasaron algunos minutos hasta que pude notar que Diana comenzó a contraerse y a gemir más fuerte, apretó mis hombros aun con más fuerza y justo cuando lanzó un tremendo grito de satisfacción yo dejé de contener la eyaculación y ambos tuvimos un orgasmo al mismo tiempo.

Apenas terminamos y Diana se comenzó a poner muy nerviosa, se quitó de encima de mi, salió corriendo al baño y trás unos minutos regresó envuelta en una toalla sin poder mirarme a los ojos. Yo tomé su cara y la levanté, - no sabía que sucedería - asi que lo único que pude decirle fue que había sido lo mejor que había vivido. Ella se sonrió un poco, me miró, y luego me dijo que tenía miedo de que su hermana se enterara. Yo le contesté que no se preocupara, que de mi boca no saldría una palabra. Diana me pidió que me fuera lo más rápido posible.