La reunión 01

Érika, arquitecta de profesión se siente inexplicablemente atraída por Montserrat Dupre, su cliente.

Eran las nueve de la mañana, caminaba rápidamente, una ligera capa de sudor se hacía presente en su cara, otra vez iba tarde.

- Mierda, mierda, mierda. - Susurró audible apenas para ella. -De todos los días en qué podías quedarte dormida, tenías que quedarte dormida precisamente hoy.

“Dónde estás? Los clientes ya están en la sala de juntas y el director está preguntando por ti” era el Arq. Contreras, su jefe.

“Llegó en tres minutos, el tráfico está imposible.” -respondió Erika mientras apretaba más su paso.

Al llegar a la oficina prendió rápidamente su computadora, y pasó al baño para una escala técnica y darse un último arreglo. Tomo su libreta y se fue a la sala de juntas.

- Buenos días, disculpen la demora. - dijo Erika al entrar. Su jefe le aventó una mirada de “por fin llegas” mientras los demás presentes le devolvían el saludo.

- Yo me retiro- intervino su jefe. -Se quedan con la Arq. Sandoval quién conoce perfectamente el proyecto y explicará sin problemas cualquier duda que tengan. - y se retiró.

- Erika, abres por favor la presentación para comenzar. - dijo el director.

- Listo, perdonen. Tenía que atender esa llamada. - era la voz de una mujer rubia de ojos verdes, que perturbó a Erika, porque la deseo desde ese instante y pudo sentir un rubor en su cara. Seguramente era de talla media, como de 1.70 y muy delgada. La mujer apenas le dirigió una mirada fugaz, casi desapercibida algo que a Erika le dolió, de alguna manera la hizo sentir insignificante.

- Bueno para la remodelación del PH Reforma 73, se consideran nuevas todas las distribuciones, por ende, todas las instalaciones serán rehabilitadas, esto, para poder dar capacidad a los nuevos requerimientos. Tenemos pensado que todos los muros sean de tabique y dejar de una vez todas las preparaciones necesarias. En la planta baja estamos considerando un pequeño recibidor, baño de visitas. Este pasillo conectará hacia la sala, comedor y cocina Y donde al final acomodaremos la sala de estar para un tránsito entre esta y la terraza. Arriba al subir las escaleras tendremos una pequeña sala de tv y las tres recamaras donde la principal y la secundaria 01 tendrán baño y vestidor propio, la secundaria 02 solo clóset y el baño quedará fuera para que quienes estén en la sala de tv puedan hacer uso de él. Los materiales propuestos en esta etapa con madera en los pisos, mármol en los baños, control de luces inteligente, redes y cctv, equipos fan&coil, aunque existe la posibilidad de que por las cargas y el espacio que hay en la azotea pueden hacer multi split y tener un mejor rendimiento de estas zonas. - dijo satisfecha de lo que había proyectado la Arq. Sandoval.

- Me parece excesivo. - intervino aquella mujer, quitándole la satisfacción a Erika.

- Puedo hacer las modificaciones que usted necesite, para que su espacio sea funcional y confortable con base a sus necesidades. - respondió defendiendo su trabajo.

- Hija a mi gusta, en algún momento sentarás cabeza y necesitaras más espacio, yo creo que preverlo desde ahorita es una mejor opción. -

- Es demasiado espacio sin utilizar, yo puedo con un espacio más chico y no necesito más que mi recámara y una oficina. - repuso la rubia molesta, como si su tiempo estuviera siendo desperdiciado.

- La recámara secundaria 01 puede habilitarse como oficina, el vestidor podría ser una espacie de cuarto guarda valor y el baño puede ser más sencillo, pero aun así le sería útil para que no tenga que desplazarse de un espacio a otro, le ahorraría tiempo. -

- Podría… arquitecta, haga esa propuesta. Con los materiales y los colores no tengo problema, me gusta lo que presentó, pero la distribución de la planta alta no me convence del todo. ¿Cree posible tenerla para este viernes? -

- La puede tener sin problemas. - respondió el director. Erika, apenas tuvo tiempo de reaccionar, de cualquier manera, ya estaba comprometida para el viernes.

- Excelente, me retiro. Gracias. - y sin mediar una palabra más la rubia salió de la sala de juntas, pensando que había sido una pérdida de tiempo para todos.

- Ricardo, muchas gracias por todo y disculpa a mi hija, es muy acelerada. -

- No te preocupes Julio, este es nuestro trabajo. ¿Verdad, Arq. Sandoval? -

- Así es, nuestro trabajo es cumplir todas sus necesidades en lo que a espacio ser refiere. Me gustaría por favor me proporcionaran los datos de su hija, ya que me quisiera enviarle los cuestionarios de adecuaciones y así poder presentarle una mejor propuesta. -

- Con gusto, el dominio es el mismo solo cambia el nombre monserrat.dupre@.

Bueno con esto al menos ya sabía el nombre de la rubia, Monserrat.

Después de liberar algunos pendientes y con alguna especie de nervio le envió un correo.

Lic. Dupre, buenas tardes.

Por este medio le hago llegar adjunto un par de cuestionarios para resolver algunas de las necesidades requeridas para su proyecto.

Con gusto resolveré cualquier duda o comentario que tenga.

Saludos.

Arq. Erika Sandoval.

En espera de la información, se puso a trabajar. Cuando regresó de comer, tenía varios correos, pero inmediatamente abrió aquel que venía de la rubia.

Arq. Sandoval.

Le devuelvo resueltos sus cuestionarios.

De igual forma le pido por favor que para nuestra siguiente reunión tenga listo el presupuesto de su propuesta para poder dar inicio a los trabajos ya que no quiero que esto se demore, planeo que quede listo en no más de nueve meses (mínimamente seis, de ser posible).

Lic. Montserrat Dupre.

Como este correo tenía copia también para jefe inmediato y su director, esto puso un poco más de presión para la revisión previa y entrega de la nueva propuesta.

Erika tenía un talento nato para el proyecto y para los presupuestos de obra, llegó ahí siendo una becaria sin pago y al final el encargado del área de proyectos le propuso quedarse. Así pues, al ser el miembro más pequeño y moldeable, sus proyectos tenían que abarcarlos completamente y como debía especificar todo, esto implicaba trato con proveedores para ver existencias, formatos, colores, entregas y hasta pagos. Con el tiempo esto hizo que la enviarán al área de costos y obra y así fue más completa su preparación. Al final ella resultó un elemento completo que llevaba el diseño de sus proyectos de principio a fin con costos y ejecución de obra al mismo tiempo. Solo tenía un problema y es que ella realmente no sabía lo que valía su trabajo dentro de este despacho y así con todo y lo que sabía, tenía un sueldo arriba del promedio, lo que le permitía pagar su renta, mantenimiento, gastos personales y uno que otro lujo. Había caído en una zona de confort y de alguna manera le asustaba salir a buscar algo nuevo porque a esas alturas ella se decía “mejor malo conocido, que bueno por conocer”.

Tenía una relación buena con su grupo de trabajo, aunque también en muchas ocasiones peleaba con la administración por considerar que querían toda la información digerida y ello la hacía trabajar más en algo que realmente no le correspondía, pero de igual forma lo hacía, porque le exasperaba tener que depender de alguien para poder seguir con su trabajo.

Erika, trabajó algunas horas extras para llegar a tiempo a la revisión interna de su proyecto y ya lista el día viernes a primera hora fue avisada que la reunión se retrasaría hasta las 7pm hora en que su cliente estaba disponible, fue liberador, pero agobiante, porque los viernes solía salir más temprano y lo pasaba con algunas amigas o sola en casa ocupándose de sus asuntos.

Dada la hora de la reunión le convenía esperar en la oficina y después bajar en Uber a su cita, le sorprendió un poco que fuera en el restaurante del hotel del centro, pero no le dio importancia, al final, las personas con dinero siempre tenían alguna extravagancia.

Bajó con el tiempo suficiente para no llegar tarde. Y así siendo las 19:00 hrs en punto Monserrat Dupre llegó iluminándole el día a Erika que nuevamente sentía cómo se le encendían las mejillas. Erika se levantó y extendió su mano para un saludo formal, pero Monserrat la tomó por la mano y le plantó un beso en la mejilla, que terminó de poner a Erika notablemente roja.

Monserrat ordenó vino, mientras Erika se limitó a beber agua gasificada.

Directamente comenzó nuevamente la explicación de su proyecto, a grandes rasgos, toda la recámara principal, conjuntamente hizo una oficina más en forma. Esto redujo el espacio de una recámara secundaria. De igual manera eliminó la sala de tv y la convirtió en un espacio de lectura y reposo. Explicó los presupuestos de lo que requerirá en esta primera parte entre albañilerías e instalaciones, todo listo para recibir los acabados. También le mostró un programa de obra con un flujo económico paramétrico del dinero que se requeriría y cada cuándo, esto con el fin de controlar mejor su obra y con la nota de que los importes podrían varias según los acabados y equipos autorizados finales.

Monserrat no tuvo ninguna objeción y aceptó el nuevo proyecto, inmediatamente le firmó los presupuestos y acordaron que el lunes a primera hora se haría la transferencia para que dieran inicio los trabajos la próxima semana. Erika, quedó un poco en shock al obtener todo tan fácil, generalmente la gente pide y pide y a la hora del dinero siempre encuentran peros, y para la actitud que le había conocido antes, pensó que la aprobación de su proyecto se tornaría algo difícil.

Los jefes de Erika quedaron muy satisfechos con el resultado de la cita y aprobaron su inicio de obra, y así comenzó la remodelación del PH Reforma 73.

No sabría cómo describirles la relación de estás dos mujeres, Monserrat siempre la citaba los viernes a las 19:00 hrs en el mismo restaurante del centro. Siempre ordenaba vino para las dos, aunque Erika, terminara tomando solamente agua gasificada. Le mostraba el avance de la obra con un reporté fotográfico en el que se esmeraba más de lo normal, de igual manera si había algo algún presupuesto que cobrar o autorizar, ella se lo explicaba con calma y detalle, con referencias en planos y facilitarle la información lo más posible.

- ¿Eres alcohólica en recuperación? - preguntó sin tacto Monserrat.

- ¿Perdón? - respondió confundida Erika.

- ¿Qué si eres alcohólica en recuperación? Siempre te pido vino y solo tomas agua gasificada.

- ¿Tienes algún problema? -

- Ninguno. -

- ¿Entonces por qué no lo bebes? ¿No te gusta? -

- Sí, sí me gusta. -

- ¿Entonces? -

- Nada, es solo que yo vengo a trabajar y en horas de trabajo, no bebo. -

- Ya… Sé que citarte los viernes hace que trabajes más tiempo. -

- No es problema Licenciada. -

- Es algo tarde. ¿Te gustaría cenar algo? -

- Es muy amable de su parte, pero no es necesario. Muchas gracias por la invitación. -

- Bueno, permíteme acompañarte al lobby. -

- Gracias. -

Erika, tomo su bolsa y su portafolio y caminaron juntas.

- ¿Duelen los tatuajes? - le preguntó Monserrat rozando su brazo sutilmente.

- Sí, un poco. - respondió

- Y la perforación en la nariz, ¿duele? -

- No mucho, aunque son algo molestos los cuidados. -

- ¿Tienes más perforaciones? -

- Algunas. -

- ¿Cuáles?

- Bueno la nariz, los cartílagos de ambas orejas, el ombligo y la lengua. - Enseñándosela de manera infantil y breve. Erika se sonrojó nuevamente al hacer esto pues lo hizo impulsivamente y tal vez no era lo mejor en frente de un cliente.

- Eso quiere decir que te dolió más el tatuaje que los piercings. Tienes solo un tatuaje y cinco perforaciones. -

Esta vez Erika soltó una risa genuina, la primera en todo el tiempo que llevaban de tratarse.

- Este tatuaje es el único que usted ve, tengo más, solo que están cubiertos. -

- Y para qué te los haces si los vas a tapar? -

- Bueno, no siempre. Pasa que la oficina es de vestimenta semi formal, muy relajado. La verdad es que da igual si te perforas o te pintas el cabello de rosa. En la oficina a veces ando de mangas corta y se ven, otras no porque llevo manga larga. -

- ¿Entonces tienes más tatuajes en el brazo? -

- En el brazo, en la costilla izquierday próximamente espero en la pierna. -

- ¿Acaso piensas tatuarte toda? -

Erika, volvió a reír naturalmente por segunda ocasión en breve tiempo. Esto mataba a Monserrat, sí, le encantaba verla sonreír de esa manera.

- No toda, la cara las manos y los pies no pienso tocarlos jamás, bueno, eso creo. Me gustan, es todo. -

- Alguna vez leí que hacerse tatuajes es algo caro. Seguramente los honorarios de mi casa pagarán el de la pierna. -

Una tercera carcajada volvió a hacerse presente, por parte de Erika.

- No funcionamos así Licenciada. -

- ¿Y cómo funciona? Dime, me da curiosidad. -

- Yo tengo un sueldo y mis prestaciones de ley, es todo. -

- Quiero hacerme un tatuaje, tal vez puedas orientarme. ¿Tienes el ticket de tu carro? -

- Claro Licenciada, será un gusto y no, no tengo carro. De hecho, yo tengo que caminar hacia aquella dirección. -

Esto sorprendió un poco a Montserrat que solo se limitó a sonreír.

- Gracias por acompañarme Licenciada, buenas noches. - está vez fue Erika quien le dio un beso en la mejilla y se fue rápidamente.

Hacía tiempo que Erika había aceptado lo mucho que le gustaban las mujeres, también hacía tiempo que no tenía una relación formal, desde lo de Laura. Ocasionalmente ligaba en algún bar para pasar la noche, pero nada serio. Erika, sabía que tenía un flechazo con “La Rubia” por eso se esmeraba más de usual en su trabajo, no quería tener alguna falla frente a ella. Le gustaba, pero bajo su experiencia una mujer como “La Rubia” estaba fuera de su alcance. Como mujer, la ubicaba hetero y aunque existiera la posibilidad que esa mujer fuera lesbiana, seguramente andaría con otra diosa igual a ella. Además, no tenía con qué competir para conquistarla, la rubia era adinerada, otro estilo de vida, nada que ver con lo que era ella. Una ni rubia ni morena, de cabello negro, muy del promedio.

Por otra parte, Montserrat estuvo inquieta desde el primer momento, ella había definido sus gustos sexuales hacía mucho tiempo y no lo ocultaba. Ella era de trato difícil y la gente a su alrededor lo sabía. Había regresado hacia un año de Nueva York a petición de sus padres, ya que como su hermano dedicado a la fotografía había dejado sus responsabilidades de lado, para enfocarse en su carrera. Por eso impactó mucho cuándo dio carta abierta a la Arq. Sandoval de hacer y deshacer en su apartamento. Con ella no era difícil, ni irritable, su trabajo lo presumía por todos lados y su madre no tardó en notar la atracción de su hija con la Arq. Sandoval; cosa que no aplaudía, pero tampoco le molestaba y más al ver que al parecer, por fin su hija no lograba lo que quería con una mujer.

La obra siguió avanzando, Monserrat y Erika tenían una relación mucho más fluida, Monserrat intentaba hacer que todo fuera menos formal, pero Erika, no cedía.

El sábado mientras Erika, terminaba su entrenamiento de crossfit notó un par de llamadas perdidas de un número desconocido. Devolvió la llamada.

- Diga. -

- ¿Arq. Sandoval? -

- Sí, ¿quién habla? -

- Soy Monserrat Dupre. -

- Dígame Licenciada, ¿en qué la puedo ayudarla? -

- Interrumpo, ¿puede hablar? -

- Sí, por supuesto. ¿En qué la puedo apoyar? -

- Necesito la ayuda de un arquitecto. ¿Puedes verme a las 2pm donde siempre? -

- Claro. -

- Aquí te veo. -

Al llegar al hotel, Montserrat la esperaba en la entrada.

- Hola, perdona la molestia. - dándole, ese beso en la mejilla que tanto esperaba.

- No se preocupe, ¿en qué puedo ayudarla? - respondió visiblemente roja.

- Bueno, podrías empezar por decirme por mi nombre, en vez de “Licenciada” me haces sentir muy mayor y somos casi de la misma edad. -

- No tengo problema con eso, es la costumbre. -

- Bueno, necesitamos ir a un lugar y me digas lo que necesito para dejarlo en buenas condiciones. - Hizo una señal con la mano al valet y en segundos un Mercedes Benz GLC Coupé blanco se paró frente a ellas.

Montserrat la invitó a subir como su copiloto y le pidió que se pusiera el cinturón porque ella una conductora con el mayor número de accidentes. Ambas rieron.

- De verdad discúlpame por molestarte en un día de descanso, ¿de dónde vienes con esa maleta?-

- Cada sábado mi clase de crossfit se realiza en otro gimnasio amigo, donde conocemos nuevos ejercicios o variantes. Y regresar a mi casa para cambiarme me iba a llevar el doble o más de tiempo.-

- ¡Wow! No te preocupes, discúlpame tú a mí, pero no sabía a quién recurrir, es decir, podía verlo con tu jefe, pero seguramente me iba a dar cita y ya sabes, necesitaba acción rápida y pensé que, con tu conocimiento, me podías orientar de la manera correcta. -

- Ojalá, así sea. - ambas rieron.

- ¿Tenías planes con tu novio para más tarde? - le preguntó sin quitar la vista del camino.

- Ni plan, ni novio. Probablemente estaría en casa viendo algo en Netflix o cualquier cosa. ¿En qué te puedo ayudar? – Montserrat sonrió por dentro.

- Mi hermano es fotógrafo y está listo para realizar una pequeña exposición, tenemos un lugar que creo es el idóneo, pero necesita algunos arreglos y creo que tú podrías guiarnos para realizarlo, pero también tiene que ser rápido. – dijo muy enfática.

- ¿Qué tan rápido? – alzando su ceja a modo reto

- Pues 15 días, lo que pasa es que ya tiene fecha de presentación y ya tenía un lugar, pero a la mera hora tuvo unos desacuerdos con quiénes lo estaban representando y decidió hacerlo por su cuenta. -

- Entiendo, pues primero necesito ver el lugar y ver las condiciones. -

- Yo sé que tú puedes hacerlo. – mientras le guiñaba el ojo, Erika sintió encenderse ante ese gesto.

Llegaron a un viejo local ubicado en una zona conocida, ahí estaba esperándolas Alan, hermano de Montserrat, Erika lo recorrió un par de veces sin emitir algún comentario. Después de su maleta sacó un portaminas y empezó a escribir en un muro.

-Estos son los trabajos que se necesitan para dejar el lugar listo. Puede estar en las dos semanas que indicas, pero probablemente haya que trabajar en las noches y eso puede aumentar el costo. -

- ¿De cuánto estamos hablando? -

- Aproximadamente unos 75mil pesos. También hay que considerar que tu hermano puede necesitar algunos muros en todo este espacio, eso le daría más lugar para mostrar sus fotografías haciendo el recorrido de cómo quiere que el público lo aprecie. - Después hizo un bosquejo del sitio y señaló algunos puntos estratégicos.

- Ese dinero es para dejar el lugar en condiciones, deben considerar por ejemplo que la iluminación todo lo referente a lámparas y accesorios eléctricos es un costo aparte, igual que los muros adicionales y la pintura si se requiere de otro color, de eso tal vez serian 100mil más -

- Sí, de eso ya sé qué quiero. -

- Perfecto. Eso nos ayuda mucho. -

- Erika, podemos hacerlo por fuera, es decir, estamos muy cómodos con el despacho, pero está es otra dinámica, no quiero meterte en un problema, pero como vez es algo más pequeño para un estudio. -

- Entiendo, no te preocupes, se puede hacer. Necesito traer gente mañana y empezar la logística. Haré un par de llamadas. –

Erika se alejó y comenzó a hablar por teléfono, mientras caminaba de un lado a otro. Moviendo las manos.

- Es bonita, pero, creo que no está interesada en ti hermanita. – susurró Alan al odio de Montserrat, mientras ella observaba discretamente a Erika.

- ¿De qué hablas? No estoy interesada en ella. Es buena en la que hace, es todo. – respondió Montserrat.

- No parece tu tipo. -

- No tengo un tipo. - mientras la observa en su ir y venir. Alan se interpuso bloqueándole la vista.

- Aparte de ser tu hermano consentido, soy tu mejor amigo. Dime la verdad, ¿esa chica te gusta? - mirándola fijamente.

- Hay algo en ella que me atrae, no sé qué es, si el hecho que le soy completamente indiferente, qué es inteligente, es atenta, muy apasionada en las cosas que hace deberías ver cada semana el trabajo que me presenta, es muy trabajadora o que es hermosa. –

- Insisto, todo lo que me has dicho, exceptuando que es bonita, no coincide con el tipo de chica que sueles traer. Déjala en paz. - dijo poniendo ambas manos en su cara, como para que el mensaje fuera correctamente recibido.

-Bueno, ya quedó, cité a la gente mañana a las 9am,necesito saber si hay alguien encargado del acceso, mañana en el trascurso del día voy trabajar en el presupuesto de las adecuaciones, para que por favor en la tarde tengan listo el dinero de los anticipos, el sábado, conforme al avance es lo que se va a pagar, incluso puede estar terminado antes. También, necesito que mañana veamos los muros que necesitas para que se sigan con esos trabajos y nadie se paré. Voy a necesitarte aquí alrededor de la 1 de la tarde para toda esta información. -

- Yo me encargaré de que este aquí puntual. - dijo Monserrat, abrazando a su hermano. – Y sobre tus honorarios, ¿cómo vamos a quedar? - esa pregunta incomodó en algo a Erika quién siempre tenía problemas para cobrar lo que era lo justo a pasarlo por un favor y así, rara vez recibía una gratificación monetaria.

- Lo vemos luego, prefiero enfocarme en esto… luego lo vemos. - respondió algo tensa.

- Cómo tú digas. -

- Bueno, creo que entonces por hoy es todo- dijo Alan -Yo me tengo que retirar. El Sr. Abel, te dará el acceso, ahorita le comento para que no haya tema con eso. -

- Gracias. - Se despidió de ambas mujeres con un beso y se retiró. Mientras tanto se gestaba un momento de silencio entre Érika y Montserrat, mismo que fue interrumpido por el gruñir de tripas de Erika, quien solo se comenzó a reír.

-Me voy, o moriré aquí. – Dijo Érika apenada y riendo nerviosamente.

-Déjame invitarte a comer, no aceptaré un no por respuesta, ¿te apetece una buena hamburguesa? Hay un lugar cerca de aquí - se apresuró a decir Montserrat con su mejor sonrisa, algo a lo Érika, no podría resistirse.

-Está bien, vayamos a comer.- dijo Érika, aun nerviosa.

Y sí fue, llegaron a un lugar bastante coqueto y discreto, pidieron mesa para dos personas, pero tuvieron la mala suerte de que todas estuvieran ocupadas, la enviaron a una parte retirada, con una barra larga y donde tomaron asiento en dos sillas altas, una cerca de la otra. Les entregaron las cartas, mientras Montserrat le recomendaba todo lo que ahí había probado.

-¿Qué desean ordenar?- preguntó el mesero.

-Para mi, la suprema, sin cebolla, sin pepinillos, sin jalapeños, con tocino y chipotle y las papas receta de la casa, por favor.- respondió Érika.

-Para mí también la suprema con todo y las papas lemon pepper, por favor.- pidió Érika.

-¿Qué bebidas les traigo mientras esperan su orden, tenemos una promoción de gins tonic 2x1 hasta el cierre, desean que les traiga uno? Tenemos el clásico de pepino, toronja y uno especial de frutos rojos.-

- Para mi está bien uno de toronja, gracias- respondió Érika inmediatamente, lo que dejo a Montserrat algo sorprendida.

-Para mi el de pepino está bien, por favor, gracias.- finalizando la orden. -Eso sí es nuevo, es la primera vez que ordenas algo que no sea agua gasificada.-

-Bueno, oficialmente no estoy trabajando.- respondió Érika y sin saber qué más decir, se hizo un silencio mientras ambas se miraban.

-¿Y te gustan todas muchos los gins? supiste muy rápido qué querías.-

-Sí, en general bebo de todo, solo soy muy reservada con ron, los mojitos y el vodka. ¿Tú?-

-¿Cómo? ¿No te gustan los mojitos?- respondió falsamente indignada Montserrat.

-Los mojitos saben raro, y el ron con coca me provoca dolor de cabeza al otro día.-

Érika miraba a Montserrat y sentía una corriente recorrerle todo el cuerpo, se sentía cómoda en su compañía y nerviosa a la vez.

-¿Y el vodka?

-Siempre me ha traicionado- rio apenada, sin cortar el contacto visual.

-Señoritas aquí están sus bebidas, en cuanto esté lista su orden la traigo. - interrumpió el mesero, que las forzó a quitarse los ojos de encima.

-Bueno, brindemos porque por fin la arquitecta más guapa de la ciudad logré que me aceptara una comida.- dijo Montserrat alzando su copa.

-¿Solo la más guapa de la ciudad? Yo sí creo que del país.- respondió Érika evidentemente roja

-Pues crees muy bien, por la arquitecta más guapa del país y no te pongas roja.- chocando sus copas y dando el primer sorbo.

-Estoy roja por el calor que hace en el lugar y por la sudadera que traigo puesta.- y dicho esto, Érika se deshizo de la sudadera, y quedo solamente con una blusa de tirantes negros que ajustaban sus senos, que hacían juego con sus leggins pegados a sus piernas. Montserrat se supo enganchada de esa mujer, Érika Sandoval sin un agota de maquillaje, un chongo flojo con ese look deportivo y los tatuajes de su brazo derecho, había logrado sin saberlo mojar a su cliente. Instintivamente Montserrat, acaricio su brazo en el área dónde tenía sus tatuajes, lo cuál provocó que el cuerpo entero de Érika se erizara, y eso no pasó desapercibido para Montserrat.

-Tienes unos bonitos brazos, se ven tonificados.- siguiendo el contacto.

-Están tonificados, puedes comprobarlo.- y en un impulso tomó su mano para que tocara su bicep.

-Uhm, cierto, cierto.- respondió nerviosamente sin dejar de tocar, mientras que por su cabeza se imaginaba que esos brazos la detenían mientras… dejémoslo ahí en la cabeza de Montserrat.

Siguieron bebiendo, mientras platicaban de la decoración del lugar, la mesas, sillas todo lo que hubiera a su alrededor, hasta que llegó su comida, Érika, bebió de un solo trago lo quedaba en su copa y pidió una cerveza, “ligera” para no llenarse tan rápido.

Mientras las dos disfrutaban del comer, platicaban de otras cosas que también les gustaban y de lugares donde frecuentaban comerlos, así hasta devorar toda su comida. Montserrat se sentía muy intrigada Érika, era divertida, muy hermosa, sexy, inteligente y tenía una sonrisa que la mataba.

Érika estaba en la misma situación, le gustaba Montserrat y le gustaba más está versión relajada en la que parecía tenían mucho en común, escuchaba con mucho atención todo lo que esa rubia le decía, no perdía detalle de sus labios, del movimiento de sus manos y mucho menos de la forma en la que arrugaba la nariz al soltar una buena carcajada.

Los gins no dejaban de llegar a su mesa, la plática no se agotaba y nada más alrededor de las importaba. Todo esto fue interrumpido por el mesero que les dejó la cuenta ya que estaban próximos a cerrar. Érika la tomó y Montserrat se la arrebató con una mirada “chistosofulminante”.

-Hey, nada de eso, yo te invité. Y no sé discuté.- sin verla, sacó su tarjeta y le indicó al mesero que sumara el 15% de propina.

-Muchas gracias por la cena, la plática y la compañía.-

-Ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.- y le cerró el ojo.

-Iré pidiendo un taxi.-

-Nada de eso Érika, no me sentiría tranquila, permíteme llevarte, es noche, bebimos un poco, y creéme que estarás totalmente a salvo conmigo, tampoco aceptaré una negativa.-

Érika le explico por donde vivía y que calles y vialidades debía tomar y así se encaminaron al auto de Montserrat, en el trayecto, fueron cantando lo que la radio sonaba y no dejaban de mirarse en cada alto.

Llegando a su destino se estacionó enfrente de un edificio antiguo.

-Bueno, aquí es. Muchas gracias, por todo.- Dijo Érika tomando su maleta y no sabiendo si un apretón de manos o un beso eran lo adecuado. Afortunadamente Montserrat pensó lo mismo y se adelantó, le dio un beso en la mejilla pero más junto a la comisura, un beso que fue más largo de lo habitual y que les aceleró el corazón a ambas.